Del Ecuador para el Mundo El Dr. Eduardo Torres-Jara, de 40 años de edad, desarrolló su amor por la tecnología durante su niñez en el Ecuador. Sus padres lo animaron y le proporcionaron las herramientas necesarias para ampliar su conocimiento e interés. “Siempre me ha gustado la tecnología. Siempre estuve construyendo máquinas y robots con mis Legos”, dijo Torres-Jara. “Mi padre siempre tenia la más nueva calculadora y computadora—esos eran mis juguetes.” Hoy en día, Torres-Jara aún construye sus propios juguetes, excepto que ahora no son simples Legos, sino más bien robots de un solo brazo equipado con piel artificial e inteligencia. El Dr. Torres-Jara nació y creció en Cuenca Ecuador, donde vivía con sus padres y dos hermanas menores. Asistió al Colegio Técnico Saleciano, donde aprendió sobre electricidad, carpintería y mecánica. Más tarde, asistió a la Escuela Politécnica del Ejército (ESPE) en Quito, donde obtuvo una licenciatura en Ingeniería Electrónica. "Siempre quise estudiar electrónica, pero también quería combinarla con la mecánica, la informática, la neurociencia y la inteligencia artificial", dice Torres-Jara. Mientras se graduaba de la universidad, la robótica y la tecnología de inteligencia artificial se encontraba en medio de una revolución, dirigida por el Profesor Rodney Brooks del Massachusetts Institute of Technology (MIT). "Cuando me enteré de Brooks y la forma en que estaba cambiando las cosas me encantó la idea y me dije a mí mismo, tengo que ir allí, y decidí aplicar a MIT." Torres-Jara dijo que aprendió de MIT al leer un artículo en una revista de su padre llamada Selecciones. La aceptación en MIT fue un proceso largo para Torres-Jara. Para empezar, MIT acepta sólo alrededor del 10% de los mejores candidatos en todo el mundo. Luego, después de superar los obstáculos y ser aceptado en MIT, una huelga de correos en Ecuador casi le hizo perder su beca. "Recuerdo que cuando estaba en el proceso de solicitud, se produjo una huelga del servicio postal en nuestro país, un montón de cartas y paquetes se retrasaron, otros nunca llegaron. Pensé que no había calificado para la beca, así que si eso era cierto yo no podría asistir a MIT aunque me aceptaran ", explicó. Finalmente se matriculó como estudiante de MIT con una beca completa, trabajando directamente con su ídolo el Profesor Brooks. "Si uno tiene un objetivo, uno no puede renunciar. Los planes van a cambiar, pero tienes que seguir tus sueños. A veces, será difícil, pero la clave del éxito es no darse por vencido, sólo seguir adelante ", dijo Torres-Jara.