LAS CRÓNICAS DEL VIAJE A MADRID Curso 2009-10
Visto por…
Jesús Martí Rodríguez y Tamara Jiménez Palazón
Era ya por la noche, cuando todos estábamos impacientes frente al ordenador, chateando con los demás alumnos que viajaban, deseando ver la 1:30 en el reloj para dirigirse a la puerta del instituto, donde nos esperaba el autobús, con Eusebio dentro. La despedida con nuestros padres no fue muy dura, era el momento que todos esperábamos. Ya en el autobús, todos se acomodaron, unos con los cascos escuchando música, otros con las consolas y los demás que se habían quedado durmiendo nada más sentarse en su asiento. Pasaron las horas, y tras un intenso y cansado viaje, tocaba visitar el Palacio de Río Frío. Todos bajamos del autobús con cara de sueño, y lo peor no fue eso, fue el tener que escuchar la charla sobre el palacio durante más de una hora. Después de eso, debíamos visitar el Alcázar, una fortaleza más aburrida aún. Y una hora más tarde, ¡al fin llegamos al hotel! Era mejor de lo que esperábamos; nada más llegar nos acomodamos en nuestras habitaciones, yo con Sergio y A. Ismael, y después la comida (que también era mejor de lo que esperábamos). Esa misma tarde, visitamos la Granja de San Idelfonso, una residencia de reyes, y disfrutamos de sus fantásticas fuentes musicales. Tras salir de las fuentes, fuimos directamente a la ciudad de Segovia, a ver lo que más nos gusto ese día, el acueducto romano. Tras echarnos fotos junto al acueducto y comprar recuerdos a nuestros familiares, volvimos al hotel. Lo primero fue cenar, y después de una buena ducha ir a las habitaciones de los
compañeros, más tarde jugar al póker hasta las tres de la madrugada. A la mañana siguiente, después de desayunar, fuimos al parque de atracciones ‘Warner Bros’, donde pasamos todo el día montados en atracciones y metidos en tiendas. Por la noche más de lo mismo, solo que hasta más tarde (ya que era la última noche). Llegó el último y menos esperado día; fuimos en autobús hasta Madrid. Esa mañana visitamos el Senado y el Congreso. Tras horas de aburrimiento nos desplazamos hasta el cine I-Max, donde comimos. A las 4:30 nos metieron a ver una película en 3D, de la que casi todos no vieron la mitad puesto que se habían quedado durmiendo. A las 6:10 hicimos nuestra entrada en el museo de cera, donde pudimos ver a personajes como F.Torres, Casillas, Michael Jackson,… En el museo entramos a un tren del terror, lo malo es que no había terror por ningún lado, y después del tren, a un simulador de montaña rusa que no valía nada.
Finalmente regresamos de vuelta ha Ceutí, donde nuestros padres nos esperaban, seguramente pensando por qué no nos quedamos algún día más, aunque en el fondo se alegraran de vernos regresar bien. Jesús Martí Rodríguez. 2º ESO EF.
Estábamos todos ansiosos de que llegase el viaje, hasta Alba contaba los días que faltaban para ir. Era la 1:25 de la madrugada y, seguramente, ya estábamos allí todos. Estoy segura de que en el autobús, ninguno fue capaz de oír lo que decía José Antonio Oliva cuando íbamos a mitad de camino, al Palacio de Río Frío; todos estaban durmiendo (menos los que estaban con los auriculares). Lo malo del Palacio es que no había asientos para sentarse, ya que algunos no podían ni estar de pie del sueño que tenían y, aún así, no creo que hubiésemos prestado mucha atención a lo que decía nuestro guía. Luego fuimos al Alcázar donde nos esperaban un montón de escaleras para subir y unas calles tan estrechas que algunos incluso nos perdimos. Después de todo eso, llegamos a Venta Magullo; como habíamos llegado un poco tarde, sólo nos dio tiempo a dejar la maleta en las habitaciones y bajar al comedor a comer. La comida estaba buena para ser un hotel, pero hubiera estado mejor si no hubiéramos tenido la preocupación de dejarnos los dientes en el pan, ya que algunos tenemos aparato de ortodoncia y no nos hacía mucha gracia. Por la tarde, visitamos La Granja de San Ildefonso con sus jardines y fuentes musicales, haciéndonos muchas fotos. Más tarde, visitamos el acueducto de Segovia. Allí, José Antonio nos dejó dar un paseo por la ciudad para comprar algunas cosas y recuerdos por nuestra cuenta.
Después de aquello, reventados, nos fuimos al hotel a cenar. Durante la cena, estuvimos hablando de lo que nos íbamos a poner para ir a la discoteca, pero nos dijeron que estaba cerrada al estar pintándola; ¡eso no nos bajó el ánimo! ya que estuvimos unos pocos en una habitación hablando y riéndonos, y encima, teníamos la escusa del partido, pero aún así, sólo nos dejaron estar hasta las una. Al día siguiente, un poco mas descansados, desayunamos y nos fuimos de camino a lo más esperado; la Warner Bross Park. La mayoría nos montamos en todo; ¡estuvo genial!, aunque nuestra querida Elena tuvo un pequeño accidente después de una atracción, pero ya se puso mejor en cuanto fuimos al hotel. A las 7 nos pusimos en marcha hacia Venta Magullo para cenar; como era nuestra última cena, nos pusieron pizza. Después de la
cena, otra vez nos reunimos todos en una de las habitaciones, y como era nuestra última noche nos dejaron estar más tiempo. A la mañana siguiente, desayunamos y nos fuimos a Madrid a visitar el Senado y el Congreso. Se ve que José Antonio lo veía muy gracioso que nos dejaran sentarnos en las alfombras del Senado, mientras nos explicaban el reloj del Rey, porque él decía que nunca había pasado una cosa así; ¡y eso que nos había advertido que íbamos a estar todos muy cansados! Después nos fuimos al museo de cera donde nos hicimos un montón de fotos con el rey, los príncipes, Antonio Banderas, Superman, Spiderman, Nadal, Casillas, Torres, entre otros. Lo mejor del museo fue “El tren del terror”, que en vez de llamarlo así, deberían llamarlo “El tren de la guerra de las galaxias”. Luego nos fuimos al cine IMAX dónde comimos hamburguesas, patatas fritas, etc., sí, eso que tanto nos gusta a nosotros. Entramos en la sala y vimos la película “Los monstruos marinos”, y cuando digo vimos me refiero a algunos, porque la mayoría estaba durmiendo. Lo más gracioso del cine fue cuando mi amiga María Dolores se apartaba o empezaba a apartar con la mano un dinosaurio que tenía “enfrente”. Después y por último de todo, nos montamos en el autobús, y dentro, algunos ya estaban preparando sus auriculares, y otros, acomodándose para el camino de vuelta a nuestro querido Ceutí. Tamara Jiménez Palazón, 2º ESO-EF