Medio Ambiente
El cambio climático y la salud Elisa herrera fernández Si hace unos años, al tratar del medio ambiente, las palabras que nos asaltaban a todos y las más cotizadas eran las de “desarrollo sostenible”, ahora es el binomio terminológico, de “cambio climático”, concebido como la variación global del clima en la Tierra, el que está conmocionando el mundo ambiental. Las noticias constantes que nos llegan, nos alarman con la evolución constante del aumento de temperaturas en nuestro planeta. No cabe restarle importancia a la problemática del cambio climático que sin duda es una combinación de la propia evolución del clima en la Tierra, pero con el agravante, nada positivo, del efecto devastador de la actividad humana. Hay muchos expertos ambientales que consideran al cambio climático un fenómeno de origen exclusivamente antropogénico, pero sin duda, como consideran otro importante grupo de “sabios ambientales”, también juega un papel, aunque sea secundario, la propia naturaleza. Sea cual fuere el motivo, hay una realidad objetiva: se está produciendo un cambio en el clima del planeta Tierra, y eso tiene sus consecuencias sobre los seres vivos que la pueblan. No en vano, Hipócrates (460 a.C.) dijo: “la salud y
Un impacto ambiental se relaciona con el incremento de la temperatura, la humedad ambiental y el volumen de lluvia, y su correlato sanitario se constata en el incremento de la incidencia de patologías infecciosas y las ocasionadas por estréS 20
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la enfermedad en el hombre, no solo están en relación con su organismo, sino también con el medio ambiente, especialmente con los fenómenos atmosféricos”. El medio ambiente es el conjunto de factores físicos, naturales, estéticos, culturales, sociales y económicos que interactúan con el hombre y su comunidad. Todos estos factores forman parte de la vida del hombre, de su organización y progreso, y las existentes interrelaciones entre ellos originan procesos de cambios en todos sus componentes, en cuanto se produce un impacto en alguno de ellos. Lo cierto es que en la actualidad existe un consenso científico, casi generalizado, en torno a la idea de que nuestro modo de producción y consumo energético está generando una alteración climática global, que provocará, a su vez, serios impactos tanto sobre la Tierra como sobre los sistemas socioeconómicos. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático o Panel Intergubernamental del Cambio Climático, conocido por el acrónimo en inglés IPCC ha realizado diversos informes al respecto. El tercero de ellos, del año 2001, hace una evaluación del efecto en el planeta por regiones y plantea la problemática de las enfer-
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medades que se han agudizado o incrementado por el efecto del cambio climático. Mucha es la legislación tanto europea, como estatal y autonómica que busca mitigar y parar el cambio climático. Por otro lado la labor internacional a través del Protocolo de Kioto, es esencial. Cabe resaltar como herramienta más reciente, la Ley 2/2011, de 4 de marzo, de Economía Sostenible crea, en su artículo 91, al crear el Fondo de Carbono para una Economía Sostenible (FESCO2). Este nuevo instrumento de financiación climática, se concibe con el objetivo de reorientar la actividad económica hacia modelos bajos en carbono al mismo tiempo que se contribuye al cumplimiento de los objetivos internacionales asumidos por España en materia de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Las patologías mencionadas, están influenciadas por el calentamiento global, el cual constituye sin duda un factor de indudable significación. Para ello, deben tenerse en cuenta múltiples componentes que inciden en la magnitud de la problemática y son en gran medida, responsables del impacto ambiental resultante, por lo tanto debe hablarse de multifactoriedad epidemiológica. Se han realizado diversos estudios, estudios que sugieren que ante un determinado impacto ambiental existe una respuesta biológica que es inmediata en el epicentro de la zona involucrada; que una vez determinados los valores epidemiológicos, éstos se sitúan en un nuevo nivel, con tendencia superior a las cifras de partida y, que los cambios climáticos siempre tienen su correlato patogénico. Asimismo que no existen impedimentos para la difusión espacial de determinadas patologías. Ello ha permitido comprobar que un impacto ambiental se relaciona con el incremento de la temperatura, la humedad ambiental y el volumen de lluvia, y su correlato sanitario se constata en el incremento de la incidencia de patologías infecciosas y las ocasionadas por estrés.
Así se ha producido una creciente incidencia de enfermedades como alergias, el mal de Chagas, el dengue y la malaria. Además de las patologías señaladas, deben consignarse, leishmaniosis, esquistosomiasis, leptospirosis, fiebre amarilla, fiebres hemorrágicas, fiebre por virus desconocido, encefalitis de San Luis, hantavirus, etcétera; habida cuenta del papel que cumplen los agentes vectores transmisibles. Un estudio desvela que la aparición de nuevas enfermedades se debe a nuevos agentes infecciosos o a su evolución, debido a las variaciones climáticas. La epidemia de ébola o la aparición de la fiebre provocada por el virus chikungunya son solo dos de los ejemplos de nuevas enfermedades. También deben tenerse en cuenta las diarreas y las neumopatías, particularmente en desnutridos; además de otras patologías no infecciosas como las cardiovasculares por estrés; las oncológicas por cáncer de piel; etcétera.
Los impactos ambientales ocasionados por el hombre son causados por variados factores (especialmente los causados por la actividad económica y sus emisiones de contaminantes a la atmósfera). Pero debemos señalar otros como los cambios de conducta del hombre, la intensificación de sus migraciones debido a razones de trabajo. Los factores inmunogenéticos recombinantes y mutantes de agentes infecciosos y vectores, la ingeniería genética con escasos controles, y el deterioro de infraestructuras sanitarias en algunos países, están facilitando en algunos casos de las patologías emergentes. Parece pues importante estar atentos a las necesidades sanitarias, que sin duda hay que atender mediante programas de salud que impliquen, en la medida de sus competencias, a la administración, la comunidad y los centros sanitarios, ya que el cambio climático ocasiona y ocasionará un importante efecto sobre la población humana y animal.
Experta jurídica en derecho ambiental Para contactar: elisa.herreraf@gmail.com
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