[MARXISMO, TEORÍA, POLÍTICA, CULTURA] [N° 2 // OCTUBRE - 2017]
Edición especial:
CONTENIDO
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Octubre 2017
Revista Ideas de Izquierda
marxismo, teoría, política, cultura.
POLITICA. Bolchevismo para los combates del presente / Juan Valenzuela DEBATES Y COMBATES. Octubre de 1917: ¿Insurrección Proletaria o Golpe de Estado? / Vicente Mellado EDUCACIÓN Lunacharski y el Narkomprós: Sobre la organización del sistema educacional soviético hasta la NEP / Nicola Silva MUJER&FEMINISMO Las mujeres y la Revolución Rusa: nuestra tradición insurrecta / Alejandra Valderrama SOCIEDAD. Impactos de la Revolución Rusa en Chile / Nicolás Miranda CULTURA: De la vanguardia obrera y la vanguardia artística: Sobre el Arte Soviético / Alejandra Decap CUESTIONES DEL MARXISMO: Lenin y el Partido / Pablo Torres A 150 Años de «El Capital»: ¿Por qué es importante comprender la obra de Marx? / Benjamin Lobos 150 años después / Michael Roberts
VICENTE MELLADO NICOLÁS MIRANDA JUAN VALENZUELA BENJAMIN LOBOS FABIÁN PUELMA BARBARA BRITO DAUNO TÓTORO ALEJANDRA DECAP NATALIA CRUCES
Es una iniciativa de:
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Bolchevismo para los combates del presente Juan Valenzuela “(..) no se trataba -para los bolcheviques- de hacer el socialismo en un solo país. Según Trotsky, a Lenin -el principal dirigente de la Revolución- “el mundo habitado por los llamados hombres civilizados se le aparece como un solo campo de combate […]”.
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POLÍTICA En un momento, después de la victoria de Octubre 1917 pero antes del proceso de burocratización del Estado, existía una importante carencia de herramientas para estudiar el proceso y extraer lecciones útiles para la acción política. Esto resultaba complejo desde el punto de vista de la estrategia. Recordemos que es en esa época -durante la Primera Guerra- cuando el marxismo revolucionario se apropia de la noción de estrategia, concepto proveniente de la terminología militar. Antes de la Primera Guerra, según Trotsky, en el movimiento marxista sólo se hablaba de “la táctica del partido proletario; esta concepción correspondía exactamente con los métodos parlamentarios y sindicales predominantes entonces, y que no sobrepasaban el marco de las reivindicaciones y de las tareas corrientes. La táctica se limita a un sistema de medidas relativas a un problema particular de actualidad o a un terreno separado de la lucha de clases. La estrategia revolucionaria cubre todo un sistema combinado de acciones que tanto en su relación y sucesión como en su desarrollo deben llevar al proletariado a la conquista del poder.”2
En 1924 -en Lecciones de Octubre- León Trotsky se refería al problema de transformar la experiencia revolucionaria bolchevique de 1917 en un aprendizaje con modo de uso estratégico para la Internacional Comunista, es decir, en un activo para el combate por la revolución mundial. Pues no se trataba -para los bolcheviquesde hacer el socialismo en un solo país. Según Trotsky, a Lenin -el principal dirigente de la Revolución- “el mundo habitado por los llamados hombres civilizados se le aparece como un solo campo de combate […] Ninguna cuestión de importancia puede encerrarse en un marco nacional. Amenazas visibles e invisibles solidarizan cada cuestión con docenas de fenómenos acontecidos en todos los extremos del mundo. En su apreciación de los factores y de las fuerzas internacionales Lenin era más libre que la gente imbuida de prejuicios nacionales.”1 1 Trotsky, León; Imágenes de Lenin, Serie Popular Era, México,
Llevar al proletariado a la conquista del poder: estrategia es el arte de vencer. La complejidad era cómo transformar a Rusia en un bastión de la revolución mundial evitando su aislamiento, derrotando a la burguesía y al imperialismo. Que la revolución permaneciera recluida en fronteras nacionales en un terreno económico y social atrasado como el ruso actuó como un factor que contribuyó al desarrollo de la burocracia. Las derrotas en Europa y Oriente durante las dos décadas posteriores empujaron en ese sentido. Para el bolchevismo la “conquista del poder” no puede entenderse en clave estrictamente nacional. Si el mundo habitado por los llamados hombres civilizados se aparece como un solo campo de combate, el espacio de despliegue de 1970, p. 11. 2 Trotsky, León; Stalin, el gran organizador de derrotas, Ediciones IPS 2012, Argentina, p. 131.
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la estrategia es mundial. Mientras la burguesía y el imperialismo retengan el poder las contradicciones y los peligros persistirán como bien lo demostraría toda la historia posterior -desde la política militar errática de la década de 1930 que abrió las puertas a la invasión nazi hasta la conversión de la burocracia en burguesía y el desmantelamiento de las conquistas de la Revolución. Eso no estaba definido todavía cuando Trotsky en 1924 redactó Lecciones de Octubre a raíz de una polémica con otro dirigente del partido, Zinoviev. Había que dar una lucha política para que la experiencia de Octubre sea elaborada como lecciones estratégicas con modo de uso para la Internacional Comunista fundada algunos años atrás: “Aunque nos ha acompañado la suerte en la Revolución de Octubre no la ha tenido ésta en nuestra literatura. Todavía no poseemos una sola obra que ofrezca un cuadro general de tal revolución y que haga resaltar sus momentos más culminantes desde el punto de vista político y organizativo […] Llevada a cabo la insurrección, parece que hemos decidido no tener que repetirla ya. Diríase que del estudio de Octubre, de las condiciones de su preparación inmediata, de su realización y de las primeras semanas de su consolidación no esperamos una utilidad directa para las tareas urgentes de la organización ulterior.”3 ¿Y hoy? ¿Resulta pertinente, cien años después, estudiar Octubre a fin de extraer lecciones con utilidad en el presente? Creemos que sí. El estudio de la Revolución de 1917 es imprescindible para quien se proponga construir una estrategia revolucionaria basada en la clase trabajadora en el siglo XXI. No se trata de elaborar un recetario, sino de disponernos a tomar las lecciones de Octubre para encarar las tareas de hoy.
cribe que “no sería de extrañar que los historiadores del futuro vieran los años comprendidos entre 1978 y 1980 como un punto de inflexión revolucionario en la historia social y económica del mundo”. Como sabemos, ese “punto de inflexión revolucionario” -más precisamente, contrarrevolucionario- se gestó a través de cruciales derrotas al movimiento obrero en distintos lugares del mundo. Fueron esas derrotas las que allanaron el terreno para el proceso de desposesión en gran escala que ha significado el neoliberalismo. Proceso signado por el desmantelamiento de derechos sociales, ataques a las condiciones laborales y depredación de los recursos naturales y cuyo único fin ha sido restaurar el poder de la clase capitalista.4 Eso tuvo un impacto subjetivo sin precedentes en la clase trabajadora que dejó de concebir como posible la construcción de una sociedad alternativa al capitalismo. Para pensar desde un punto de vista estratégico, hagamos una comparación con la derrota de la Comuna de París de 1871 que abrió las puertas al desarrollo imperialista del capitalismo y la degeneración reformista de la Internacional Socialista y que por esa vía preparó las condiciones para la Guerra de 1914. La principal diferencia es que luego de esa derrota, la existencia de unos ciertos hilos de continuidad con la tradición marxista y socialista, hoy no son evidentes. Por ejemplo, la debacle de la II Internacional en 1914 no devino en una supresión de la tradición marxista y socialista: de su seno surgió una fracción revolucionaria que se opuso encarnizadamente al giro chovinista: Lenin, Trotsky y Rosa Luxemburgo, entre sus representantes más destacados, fundadores de lo que sería la III Internacional, referenciada en el bolchevismo y protagonistas -en el caso de los dos primeros- de la primera
El problema de la discontinuidad En la introducción a su Breve historia del neoliberalismo el geógrafo marxista David Harvey es3 Trotsky, Lecciones de Octubre, El Yunque editorial.
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4 Para una discusión sobre el concepto de “restauración burguesa” y las contradicciones de éste proceso en el marco de la crisis capitalista, revisar “En los límites de la restauración burguesa” de Matías Maiello y Emilio Albamonte, disponible en http://www.ceip.org.ar/En-los-limites-de-la-restauracion-burguesa
revolución obrera triunfante de la historia. El reformismo que se basaba en un sector privilegiado de la clase obrera, la llamada “aristocracia obrera”, -fenómeno en cierto modo previsto por Marx en sus análisis de los obreros británicos-; colapsó cuando estallaron las contradicciones interimperialistas. El alineamiento con sus propias burguesías nacionales, pudo más que el internacionalismo de clase. Esto, sin duda, constituyó una importante “crisis subjetiva” para la clase trabajadora. El periodo de crecimiento económico que se abrió después de la derrota de la Comuna fue acompañado de una serie de victorias tácticas en el ámbito parlamentario y sindical especialmente en Alemania y que en Francia se expresó con el ministerialismo. Eso generó la ilusión de que era posible implementar un proceso de mejoramiento gradual de las condiciones de vida de la clase trabajadora, sin necesidad de una revolución violenta. Pero inmediatamente después del colapso de esta internacional, triunfó la Revolución en un país como Rusia y surgió la III Internacional. En la ofensiva neoliberal, en cambio, se le dio un golpe a las organizaciones de la clase obrera: a diferencia de la derrota de la Comuna, la derrota del ciclo 1968-1980 no preservó a una corriente reformista de peso en el movimiento obrero. Los partidos socialistas y comunistas se “liberalizaron”, en Chile el PC es parte de un gobierno burgués, aunque mantiene raíces en la burocracia sindical. La idea de “revolución” y “socialismo”, o la defensa de los trabajadores como un sujeto social y político con capacidad de transformar la sociedad, desapareció del “imaginario social”. En la actualidad, el único lugar del mundo donde organizaciones referenciadas en el trotskismo, en el socialismo y la idea de “gobierno de trabajadores”, tienen peso político e influencia nacional es Argentina, con el Frente de Izquierda y de los Trabajadores, cuyo principal referente es Nicolás del Caño, militante del Partido de Trabajadores Socialistas. La neoliberalización constituyó un ataque de
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tal magnitud, que la perspectiva de una sociedad alternativa al capitalismo y las organizaciones que pretendían atribuirse una adscripción a aquella tradición -incluyendo, por supuesto, a los partidos comunistas que usurparon la tradición de 1917- fueron profundamente debilitados. En los últimos años, incluso organizaciones referenciadas en el trotskismo, como la ex LCR francesa, se disolvieron dando paso a partidos de nuevo tipo. El reformismo también cobra un nuevo cariz: si antes eran los partidos socialistas o los partidos comunistas quienes se dedicaban a pelear por reformas en los marcos del capitalismo hoy son corrientes como Podemos o Syriza -o nuestra versión local, el Frente Amplio. Pero esto acontece en una etapa histórica que -a diferencia del periodo que se da entre la Comuna y la Primera Guerra- está signado por el desmantelamiento de conquistas. Si en ese periodo se formó una “aristocracia obrera” a costa de la expoliación de la periferia por el centro, en la actualidad son liquidadas todas las conquistas del Estado de bienestar y golpeadas las condiciones de vida de los trabajadores, en los centros, la periferia y los ex Estados obreros deformados. Si en los Estados Unidos -para dar inicio a la neoliberalización- fue clave la derrota del movimiento sindical municipal de Nueva York en 1975 y 1977 y la derrota que le propinó Reagan a los controladores aéreos en 1981 -con reemplazos militares y despidos masivos-, en el Reino Unido de Margaret Thatcher fue clave el golpe propinado a los mineros del carbón que estuvieron en huelga durante cerca de un año en 1984, resistiendo a la oleada de despidos y cierre de minas anunciada desde el gobierno que eligió importar el mineral. De todas maneras, ni en los Estados Unidos ni en Reino unido fue necesario suprimir el régimen democrático formal y ejecutar un Golpe de Estado análogo al chileno para derrotar al movimiento obrero. En China la vía fue la conversión restauracionista de la burocracia del Partido Comunista, desde fines de la década de 1970, primero, a través de la autonomización de los municipios y los bancos con respecto al Estado, las políticas
para bajar el valor de la fuerza de trabajo empujando a la emigración masiva desde el campo, en la apertura creciente a la inversión privada extranjera y en una fluidificación de las relaciones con Hong-Kong que actuó como una especie de “puente con el mercado mundial” y propulsor capitalista. En la URSS y Europa del Este, la vía fue el desvío de movilizaciones con un bajo nivel de subjetividad, producto de las derrotas previas de las revoluciones políticas que acontecieron desde la década de 1950 en algunos países de la mal llamada órbita socialista; como aconteció en Hungría o Alemania. Polonia -que podría haberse transformado en un gran proceso de revolución política y en un factor de defensa y contraataque a los planes neoliberales-, en 1980, marcó un giro a derecha en este sentido, fertilizando el terreno para la restauración.5 Según Harvey, de conjunto, no se trataría de un proceso basado eminentemente en la coerción. Según su visión, “para que se produjera un giro de tal magnitud fue necesaria la previa construcción del consentimiento político a lo largo de un espectro lo bastante amplio de la población como para ganar las elecciones. Lo que Gramsci llama “sentido común” (definido como “el sentido poseído en común”) es lo que, de manera característica, cimienta el consentimiento. El sentido común se construye a partir de prácticas asentadas en el tiempo de socialización cultural a menuda hondamente enraizadas en tradiciones regionales o nacionales. No es lo mismo que el “buen juicio” que puede construirse a partir de la implicación crítica con las cuestiones de actualidad. Por lo tanto, el sentido común puede engañar, ofuscar, o encubrir profundamente problemas reales bajo prejuicios culturales […] La palabra “libertad” resuena tan ampliamente dentro del sentido común de los estadounidenses que se convierte 5 Una discusión sobre la complejidad de los ex Estados obreros deformados y cómo se preparó el terreno para los procesos de restauración, es la que hace Claudia Cinatti en “La actualidad del análisis de Trotsky frente a las nuevas (y viejas) controversias sobre la transición al socialismo”, disponible en http://www.ceip.org.ar/La-actualidad-del-analisis-de-Trotsky-frente-a-las-nuevas-controversias
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en un “botón que las elites pueden pulsar para acceder a las masas” con el fin de justificar prácticamente todo.”6 En Chile, evidentemente y como el propio Harvey reconoce, el giro no se hizo a partir de una previa construcción del consentimiento político. Fue con el golpe de 1973 que se abrió paso a las recetas neoliberales. Se trató de una derrota física. La “producción del consentimiento” fue una labor que se le legó a la “democracia de los consensos” y a la antigua Concertación. Describiendo el momento de shock neoliberal, cuando se dio rienda suelta al recetario de la “libertad”, Harvey escribe que el resultado del trabajo coordinado de la dictadura, los Chicago Boys “junto al FMI fue la reestructuración de la economía en sintonía con sus teorías. Revirtieron las nacionalizaciones y privatizaron los activos públicos, abrieron los recursos naturales (la industria pesquera y la maderera, entre otras) a la expropiación privada y desregulada (en muchos casos sin prestar la menor consideración hacia las reivindicaciones de los habitantes indígenas), privatizaron la Seguridad Social y facilitaron la inversión extranjera directa y una mayor libertad de comercio. El derecho de las compañías extranjeras de repatriar los beneficios de sus operaciones chilenas fue garantizado. Se favoreció un crecimiento basado en la exportación frente a la sustitución de las importaciones.”7 Harvey explica bien la obra de la dictadura en términos económicos y sociales. Desde el punto de vista político-estratégico, esto significó una importante derrota que implicó la destrucción o conversión de las organizaciones sindicales y políticas que se desarrollaron en el periodo de ascenso. A diferencia de lo que acontecía antes de 1973, los procesos de la lucha de clases, no suelen ir acompañados de debates de estrategia y programa a nivel masivo y entre las organizaciones políticas. Por eso, recuperar la experiencia de la Revolución Rusa de 1917, desde el 6 Harvey, David; Breve historia del neoliberalismo, Akal, 2015, España, p.48. 7 Ídem, p. 15.
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punto de vista estratégico, es un modo de combatir contra los resultados de la derrota histórica y preparar el “derecho a la resurrección de los vencidos”. El poder estatal La relativa pérdida de soberanía de los Estados nacionales frente al gran capital ha llevado a muchos a asumir como propio el discurso que establece una dicotomía entre quienes serían partidarios de menos Estado y quienes bregarían por más Estado, situando a los primeros en la derecha y a los segundos a la izquierda. La principal consideración en esta matriz de pensamiento es que el Estado ha abandonado su rol en la economía. Pero lo cierto es que el abandono de la actividad empresarial desde el Estado -y la entrega descarada de los recursos naturales y servicios que controlaba a diversos grupos capitalistas- no tiene nada que ver con su desaparición como actor en la sociedad. Harvey escribe: “Los teóricos del neoliberalismo albergan, sin embargo, profundas sospechas hacia la democracia. El gobierno de la mayoría se ve como una amenaza potencial a los derechos individuales y a las libertades constitucionales. La democracia se considera un lujo, que únicamente es posible bajo condiciones de relativa prosperidad en las que también concurre una fuerte presencia de la clase media para garantizar la estabilidad política. Los neoliberales tienden, por lo tanto, a favorecer formas de gobierno dirigidas por elites y por expertos. Existe una fuerte preferencia por el ejercicio del gobierno mediante decretos dictados por el poder ejecutivo y mediante decisiones judiciales en lugar de mediante la toma de decisiones de manera democrática y en sede parlamentaria. Los neoliberales prefieren aislar determinadas instituciones clave, como el banco central, de las presiones de la democracia. Dado que la teoría neoliberal se concentra en el imperio de la ley y en la interpretación estricta de la constitucionalidad, se infiere que el conflicto y la oposición deben ser dirimidos a través de la mediación de los tribunales. Los individuos deben buscar las soluciones y los remedios de
todos los problemas a través del sistema legal.”8 militar, “la falta de cohesión y el bajo nivel de habilidades para el combate que caracterizaba El entramado es complejo. Es evidente que el a la guarnición de Petrogrado había sido un imtérmino democracia por sí mismo es sumamenportante factor determinante para el resultado te insuficiente para determinar el carácter del de la Revolución de Febrero. Hay evidencia de Estado y el régimen en Chile. Es, más bien, una que las autoridades de Petrogrado percibían la democracia blindada, en la que la existencia del posibilidad de disturbios y habían desarrollado sufragio, el parlamento y la representación coplanes para enfrentar esa contingencia antes existe con instituciones como el Tribunal Consde la crisis de Febrero. Pero los planes tuvieron titucional que puede considerar que la “titulapoca significación histórica, ya que los memoridad sindical” constituye un atentado contra ristas son casi unánimes en señalar la falta de la libertad individual, como se expresó en un un esfuerzo coordinado para sostener destareciente fallo que mantuvo la legalidad de los camentos leales al Gobierno. Hasta los planes grupos negociadores, mostrando a qué interepara alimentar a las patrullas de seguridad ses responde esa maraña institucional. O con el eran inadecuados. La guarnición cayó en la infortalecimiento de la maquinaria represiva que actividad, aceptando con pasividad el resultado evidentemente actúa para proteger los interede la Revolución de Febrero, pero convirtiéndoses del capital como lo vemos en la Araucanía. se en terreno fértil para los agitadores bolchevi9 Surge de aquí una pregunta ¿cómo es posible ques.” 190 alcanzar fines políticos contrarios a los intere- El zarismo no pudo defenderse. La pugna posses capitalistas si existe tal entramado de po- terior entre el gobierno provisional en manos der para protegerlos? La actualización de este de los socialistas moderados y el bolchevismo problema refuerza la definición leninista del también fue una pugna por el control de las Estado como una maquinaria para oprimir a la fuerzas armadas. La práctica bolchevique en clase explotada. Esto no niega la complejidad 1917, no se trató ni de una incorporación al rédel factor de que este perfeccionamiento se de- gimen democrático burgués nacido de la revosarrolla con una forma democrática. lución de Febrero ni la formación de un aparato Alternativas erróneas frente a esto sería no reconocerlo como problema estratégico y negar el Estado como concentración de poder. En Chile el golpe de Estado y la dictadura pueden ser entendidos como el Estado en su máxima expresión: destacamentos de hombres armados defendiendo la propiedad privada capitalista.
estatal-militar de manera totalmente externa al aparato estatal central, con capacidad de contraponerse a las fuerzas armadas del gobierno provisional con sus propios recursos. Fue más bien la conjugación entre la moderación del gobierno que no satisfizo la demanda de finalizar con la guerra y de tierra; la acción revolucionaria de las masas con la clase trabajadora y los campesinos desplegando su iniciativa y formando soviets; las penurias; y en cuanto al Partido Bolchevique, la lucha contra el programa reformista y una política que simultáneamente desarrolló la inserción en el frente y en la Guarnición de Petrogrado, con la formación de milicias obreras y milicias rojas; lo que preparó las condiciones para una victoria.
¿Cómo encarar esta cuestión? En 1917 coincidieron dos cuestiones: por un lado, un proceso de disgregación del Estado y por otro la preparación del Partido Bolchevique y su dirección para encarar las tareas que esta situación abría desde el punto de vista del poder. Producto de las penurias de la Guerra, esos “destacamentos de hombres armados”, tendían a la desagregación. Según Harold Walter Nelson, Coronel del Ejército norteamericano, ad- No es condición sine qua non una guerra impemirador y estudioso de Trotsky como estratega 9 Nelson, Harold Walter; León Trotsky y el arte de la insurrección, Ediciones IPS, Argentina 2016, p. 190.
8 Ídem, p.76.
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rialista para la apertura de crisis estatales y del aparato represivo. Pensar hoy cuáles son las posibles vías para escenarios de este tipo, es alejarse tanto de la ilusión reformista de querer “reformar a las fuerzas armadas”, noción que en Chile olvida como actuaron en 1973. La huelga general y la insurrección La Revolución de 1905 había situado la cuestión de la huelga general como un problema estratégico central, mostrando el potencial de la clase trabajadora para desorganizar las fuerzas de represión del Estado a través de ese método, su combatividad y capacidad creativa, que impactó a grandes personalidades revolucionarias como Rosa Luxemburgo. Sin embargo, en 1917, la relación entre la huelga general y la toma del poder se planteó de manera más compleja. De cierta manera, la experiencia de 1905 enseñaba que no bastaba una huelga general para que el proletariado conquiste el poder. Por eso 1905 también planteó el problema de la insurrección que se desarrolló fundamentalmente en la región de Moscú, siendo derrotada por el ejército. Trotsky escribe, años después que en “1917, a pesar de la política correcta del Partido Bolchevique y del desarrollo de la revolución, las capas más desfavorecidas e impacientes del proletariado comenzaron desde septiembre-octubre, incluso en Petrogrado, a apartar su mirada el bolchevismo y volverse hacia los sindicalistas y los anarquistas […] A partir del conflicto de julio de 1917, la táctica de los bolcheviques fue distinta: no impulsaban las huelgas, las frenaban, porque cada gran huelga tenía la tendencia a transformarse en un enfrentamiento decisivo cuando las premisas políticas no estaban todavía maduras. Sin embargo, en el curso de estos meses los bolcheviques siguieron colocándose a la cabeza de todas las huelgas que estallaron, a pesar de sus advertencias, esencialmente en los sectores más atrasados de la industria […] Si en ciertas condiciones los bolcheviques desencadenaron resueltamente huelgas en interés de la revolución, en otras condiciones, por el contrario, disuadieron a los obreros de entrar en huelga, siempre en interés de la revolución. En este campo, como en los demás, no existe 10
ninguna receta preparada. La táctica de las huelgas para cada periodo se integra siempre a sus tácticas generales, y la ligazón de la parte y el todo está clara para los trabajadores de vanguardia.”10 Lejos de cualquier fetichismo del método, el bolchevismo actúa en base a análisis concretos de situaciones concretas y piensa los métodos de lucha acorde a este análisis. Es con esta lógica que Lenin escribió, por ejemplo, El Izquierdismo, enfermedad infantil del izquierdismo, donde discute el uso de la táctica parlamentaria, de la participación de los revolucionarios en sindicatos reaccionarios o de los acuerdos y compromisos con adversarios y enemigos. Incluso en un escenario tan convulsivo como la Revolución de 1917, conviene la flexibilidad táctica, siempre que se subordine a la estrategia: la conquista del poder por la clase trabajadora. Pero hecha esta consideración, la valoración de la insurrección como arte, constituye una de las principales conquistas estratégicas de la revolución de 1917. Sin una disposición a planificar militarmente la toma del poder, en base a la disgregación del aparato estatal y la formación de milicias, la toma del poder hubiese sido imposible. Ganar la mayoría y pasar a la ofensiva Pero para realizar la insurrección, la clave es la preparación política. La insurrección, momento ofensivo de la revolución, requiere una preparación política. El bolchevismo defendió en 1917 un programa que empalmó con las masas: paz, pan y tierra, mientras el gobierno provisional no otorgó ninguna de las aspiraciones de las masas. Durante todo el proceso esto fue clave para que los bolcheviques ganaran la mayoría. Lejos de un ultimatismo militarista, la clave fue la táctica que más tarde se denominaría frente único. Según Trotsky, cuando se produjo la asonada de Kornilov que pretendía destruir el bastión 10 Trotsky, León; La lucha contra el fascismo en Alemania, p. 195. Ediciones IPS, 2013, Argentina.
revolucionario, Petrogrado: “Qué curso tomó el Partido Bolchevique? No vaciló ni un momento a llegar a un acuerdo práctico con sus carceleros. Kerensky, Tseretelli, Dan, para luchar contra Kornilov. Por todas partes se crearon comités de defensa revolucionaria en los que los bolcheviques eran minoritarios, lo que no les impidió jugar un papel dirigente. Cuando existen acuerdos que tratan de desarrollar la acción revolucionaria de las masas, gana siempre el partido revolucionario más consecuente y decidido. Los bolcheviques estaban destruyendo las barreras que los separaban de los obreros mencheviques y, sobre todo, de los soldados socialrevolucionarios, para atraerlos tras de sí”.11
nario que finalmente se dio concordaba con el esquema propuesto por Trotsky, cubrir la insurrección con la legalidad soviética para aprovechar las ventajas de la defensiva en la ofensiva estratégica.
11 Ídem.
12 Trotsky, Lecciones de octubre, El Yunque editorial.
La principal lección de Octubre
“Ha quedado demostrado -escribe Trotsky en 1924- que, sin un partido capaz de dirigir la revolución proletaria, ésta se torna imposible. El proletariado no puede apoderarse del poder por una insurrección espontánea. Aun en un país tan culto y tan desarrollado desde el punto de vista industrial como Alemania, la insurrección espontánea de los trabajadores en noviembre Una vez consolidada la victoria contra Korni- de 1918, no hizo sino transmitir el poder a malov, los bolcheviques plantearon la táctica de nos de la burguesía. Una clase explotadora se “abajo los ministros capitalistas” declarando encuentra capacitada para arrebatárselo a otra que estaban dispuestos a renunciar a la insu- clase explotadora apoyándose en sus riquezas, rrección si el gobierno expulsaba a los burgue- en su “cultura”, en sus innumerables concoses. El gobierno provisional se negó. Su papel mitancias con el viejo aparato estatal. Sin emno hay no cambió: siguió usando a campesinos y obre- bargo, cuando se trata del proletariado, 12 nada capaz de reemplazar al partido.” ros como carne de cañón de la guerra imperialista y sin entregar la tierra. Después de las derrotas históricas como las que padecimos durante la ofensiva neoliberal, esta Pero los bolcheviques habían conquistado la lección de Octubre es quizá la más importante. mayoría de los soviets. Al calor de la defensa ¿Pues cómo vamos a darle un “valor de uso” a la contra Kornilov se había expandido el armarica experiencia de 1917 si no hay una organizamento de los trabajadores. La Guarnición de ción que se disponga a pelear por los objetivos Petrogrado le obedecía ahora al soviet y no al por los cuales pelearon los bolcheviques? Hoy, gobierno. Se formó el Comité Militar Revolucomo ayer, seguimos viviendo en una sociedad cionario, dirigido por Trotsky. A través de una capitalista que condena a la aplastante mayoría combinación entre una ofensiva estratégica: el de la población a la miseria mientras un númecrecimiento de la capacidad militar de revoluro reducido de empresarios se enriquece. La ción a través de las guardias rojas, la Guarnilucha de clases es una realidad. Construir un ción, el Comité; y una defensiva táctica para partido que pueda dirigir estratégicamente a garantizar la realización del Segundo Congrela toma del poder a la clase trabajadora, es una so de los Soviets y legalizar ahí el traspaso del tarea de actualidad. poder a éstos en contra del gobierno provisional; se consuma la toma del poder, el 25 de Octubre, según el calendario de ese entonces. Esto fue con importantes crisis internas en el Partido Bolchevique, pues mientras Lenin y el ala izquierda eran partidarios de no esperar el Congreso para la insurrección otro sector como Zinoviev y Kamenev se oponían a ella. El esce-
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DEBATES Y COMBATES
Octubre de 1917:
¿Insurrección Proletaria o Golpe de Estado? Vicente Mellado Carrasco En este breve artículo quiero realizar una crítica a la tesis de Orlando Figes que sostiene que el acontecimiento de octubre de 1917, momento fundamental de la revolución rusa, constituyó un golpe de estado realizado por una minoría política (los bolcheviques) en contra de la voluntad mayoritaria del pueblo peterburgués.
historiográfico y las lecciones estratégicas de octubre no pueden concluir otra cosa más que la realización de un golpe de estado.
Por el contrario, intentaré demostrar que el acontecimiento de octubre fue la realización de una insurrección proletaria de masas, donde el factor de la conspiración y planificación política en el acto insurreccional resultó fundamental en su realización y éxito. La maniobra intelectual que realizan historiadores y políticos, tanto reformistas como reaccionarios, para definir el acto de octubre como un golpe de estado es separar arbitrariamente la insurrección, en cuya preparación y éxito fue fundamental la dirección bolchevique, del movimiento revolucionario de masas de Petrogrado en 1917. Planteado de ese modo, el abordaje
Octubre de 1917 constituyó un punto de inflexión en la historia humana. El posterior desarrollo del siglo XX debe bastante a la revolución rusa y en particular a los acontecimientos de octubre. La construcción de partidos comunistas en todo el mundo, la modificación de las estrategias políticas de las múltiples burguesías y elites dirigentes para neutralizar la acción revolucionaria de las masas explotadas y oprimidas, el avance en conquistas sociales y económicas de los trabajadores urbanos dentro de los elásticos marcos de la democracia parlamentaria liberal, son solo algunos de los procesos sociales y políticos que se desarrollaron
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Octubre, su lugar en la historia humana y sus enemigos
durante el “siglo XX corto” a nivel mundial. En torno a octubre se han sostenido una serie de balances de parte de historiadores, cientistas sociales y economistas. Para los conservadores y neoliberales la revolución rusa constituyó el mayor acto de autoritarismo en contra de la libertad humana y el inicio del totalitarismo.
Un golpe de estado constituye un acto de fuerza realizado por una minoría organizada que se apropia del poder político y lo ejerce en contra de la mayoría del pueblo. Este acto de fuerza tiene como premisa la existencia de un grupo de conspiradores sin mayor vínculo con los sectores de la sociedad civil descontentos con el Estado y su régimen. En otras palabras, el vínculo orgánico con las instituciones u organizaciones de masas no constituye un argumento legitimador para la conquista del poder por el grupo conspirador, es decir, los golpistas. Por lo tanto, el golpe de estado es un acto que se legitima por sí mismo, sin importar el vínculo con franjas de la sociedad civil y la opinión pública.
A inicios del año 2017, el diario El País de Estado Español entrevistó a uno de los sovietólogos burgueses más reaccionarios y conservadores acerca de la revolución rusa. Asesor del imperialismo norteamericano, miembro del Consejo de Seguridad Nacional del gobierno de Ronald Reagan, Richard Pipes afirmó que: “La Revolución Rusa fue uno de los suceUno de los historiadores más promisos más trágicos del siglo XX. No hubo absolunentes de la revolución rusa, el liberal Orlando tamente nada positivo ni grandioso en aquel Figes, afirmó al respecto que: acontecimiento. Entre otras cosas, arrastró a la humanidad a la II Guerra Mundial. Los sóviets establecieron un régimen de terror sin precePocos acontecimientos históricos han sido más dentes. ”. Ver: http://cultura.elpais.com/cultuprofundamente distorsionados por el mito que ra/2017/01/27/babelia/1485532487_550316.html. los que sucedieron el 25 de octubre de 1917. La En Chile los ideólogos defensores del neoliberalismo también se pronunciaron acerca del significado de la revolución rusa para la humanidad. Mauricio Rojas Mullor, académico de la Universidad del Desarrollo (UDD), Senior Fellow de la neoliberal y reaccionaria Fundación Para el Progreso, y miembro del comité de campaña de Sebastián Piñera para el periodo 2018-2022, publicó en abril de 2017 el libro “Lenin y el totalitarismo”1. El objetivo de su obra es denostar lo que fue octubre y uno de sus principales referentes: Lenin. No obstante, el ataque intelectual e ideológico contra la insurrección de octubre también ha provenido no solo de la derecha pro imperialista, sino que también de filas demócratas liberales. ¿Insurrección de Masas o Golpe de Estado? 1 Al respecto ver en esta revista el artículo de Torres, Pablo, “Lenin, el partido y la revolución”.
imagen popular de la insurrección bolchevique, como una lucha sangrienta llevada a cabo por decenas de miles de personas con varios millares de héroes caídos, debe más a Octubre (la película propagandística de Eisenstein, brillante aunque en buena medida ficticia, destinada a conmemorar el décimo aniversario del acontecimiento) que a la realidad histórica. La Gran Revolución socialista de Octubre, como vino a ser denominada en la mitología soviética, en realidad fue un acontecimiento a pequeña escala, que de hecho no pasó de ser un golpe militar, que resultó inadvertido para la vasta mayoría de los habitantes de Petrogrado. Los teatros, los restaurantes y los tranvías siguieron funcionando de manera normal cuando los bolcheviques se hicieron con el poder2.
La insurrección de octubre fue un coup d’Etat, activamente apoyado por una minoría de la población (y que ciertamente contaba con la oposición de varios dirigentes bolcheviques), pero 2 Figes, Orlando, La revolución rusa (1891-1924). La tragedia de un pueblo, Edhasa, 2000, p. 538.
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tuvo lugar en medio de una revolución social que se centró en la conciencia popular del poder soviético (…)3
Antes de realizar una crítica a dicha afirmación, debo afirmar que la obra historiográfica de Figes recibió una profunda admiración del gran historiador marxista Eric Hobsbawm4. Constituye una excelente obra historiográfica que cualquier interesado en la historia de la revolución rusa tiene el deber de leer. Sin embargo, debo realizar algunas críticas desde la vereda de quienes nos proponemos transformar la realidad. Con esto quiero acentuar el efecto político y estratégico de la tesis de Figes al sostener que la revolución de octubre fue un golpe de estado. En primer lugar, Figes se vio en la obligación de reconocer el estrecho vínculo orgánico entre los bolcheviques y los trabajadores de Petrogrado, así como con las guarniciones del Ejército y la flota naval5. Sin embargo, el asumió como premisas que, en primer lugar, los bolcheviques tuvieron una estrategia totalitaria que utilizó el discurso de apoyo a los soviets, y en segundo lugar, al conquistar la dirección de los soviets aprovecharon su temprana burocratización en 19176 para concretizar el golpe de estado, fuente de la futura dictadura totalitaria. Esta tesis del totalitarismo y la ideología dictatorial como inherente al bolchevismo desde sus inicios, ha sido criticada y refutada 3 Ibid., p. 513. 4 Hobsbawm sostuvo que la obra de Figes había sido la mejor interpretación de la revolución rusa que había conocido. 5 En las guardias rojas (p. 418); en La flota del Báltico (pp. 424-425); en los regimientos del Ejército (p. 428); por la entrada de los socialistas defencistas al gobierno (p. 433); en la clase obrera urbana (pp. 442-443); en Kronstadt, la barriada de Vyborg, y el Regimiento Nº 1 de Ametralladoras (pp. 444-445); con la ofensiva de julio giran a la izquierda los soldados (p. 459); la vanguardia obrera (p. 472); con el intento de golpe de estado por Kornilov la influencia bolchevique aumentó y conquistaron la mayoría de los soviets (pp. 502-513).
por otros historiadores especialistas en la revolución rusa, en la que se destaca la obra de Alexander Ravinowitch7. Este autor realizó una exhaustiva investigación acerca del primer año de gobierno de los bolcheviques, cuando cogobernaron con los socialistas revolucionarios de izquierda. Concluyó que no existe registro que evidencie en el bolchevismo la existencia de principios totalitarios y dictatoriales. Por el contrario, la degeneración burocrática y la transición al totalitarismo, se explica, según el autor, por circunstancias históricas concretas y no por la existencia previa de una estrategia política totalitaria. Esto quedó demostrado por: la existencia de fracciones y alas al interior del bolchevismo previo y posterior a octubre de 1917; la flexibilidad organizacional que les permitió llegar a miles de obreros; y el cogobierno con los socialistas revolucionarios de izquierda. La participación de estos últimos otorgó legitimidad al gobierno de los soviets como una verdadera república de obreros y campesinos, al aportar cuadros experimentados del campesinado y legitimar a los soviets en el campo como organismos de autogobierno en oposición a la Asamblea Constituyente. Lo que facilitó la degeneración, según Rabinowitch, fue la salida de los socialistas revolucionarios de izquierda del gobierno soviético en 1918, y el inicio de la guerra civil que terminó por minar la base social del bolchevismo. Para el autor, la mantención de los eseristas de izquierda en el gobierno soviético habría permitido que la guerra civil fuese menos catastrófica y habría moderado la política de requisa de los granos a los campesinos. Sin embargo, la permanencia de estos fue imposible en vista del intento de organizar una insurrección contra los bolcheviques, después de que estos impulsaron el acuerdo de paz con el Alto Mando del Ejército alemán realizado en marzo de 1918 en Brest-Litovsk. Según los socialistas revolucionarios de izquierda, semejante acuerdo de paz constituyó una “traición” a los principios de la revolu7 Rabinowitch, Alexander, The Bolcheviks in power. The first year of soviet rule in Petrograd, Indiana University Press, 2007.
6 Figes, Orlando, op. cit., pp. 511.
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ción mundial, ya que obligó a la naciente república soviética a cancelar cualquier intento de extensión de la revolución rusa por vía militar hacia el occidente europeo. Ravinowitch afirmó que ese acto constituyó el “suicidio político” de los eseristas de izquierda. Al respecto, yo agregaría otro elemento que permite refutar el supuesto totalitarismo inherente al bolchevismo. La posterior prohibición de las fracciones al interior de este en el X Congreso del partido en 1921, si bien se realizó como medida circunstancial para asegurar la rápida ejecución de los planes para ganar la guerra y asegurar el triunfo, terminó siendo la cobertura legal para el afianzamiento de la burocracia y su manifestación estratégica: el estalinismo. Lo que quiero decir con esto es que Figes, al igual que un sinnúmero de historiadores tanto de derechas como de izquierda moderada, igualan insurrección de masas con golpe estado. La igualación de ambos no constituye una falta de rigor científico o intelectual. Por el contrario, responde a una valoración política tradicional de quienes conciben a la democracia liberal parlamentaria como el único sistema político que garantice la realización de la libertad humana. Para Figes la revolución rusa y la “dictadura bolchevique” fueron consecuencia de la inexistencia de una tradición de instituciones democráticas en el imperio ruso. Eso propició el desborde de la débil institucionalidad liberal nacida en febrero de 1917. Si hubo en Rusia una oportunidad para cambiar el curso de la historia dirigido por la monarquía absolutista, eso fue con las reformas iniciadas por Alejandro II en la década de 1860. Según Figes, si los zares que le sucedieron hubiesen continuado la obra de Alejandro, es muy probable que se hubiesen desarrollado instituciones políticas y sociales que posibilitaran la canalización de las demandas democráticas impuestas por el pueblo ruso desde 1905 en adelante. Por desgracia, el ase-
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sinato de Alejandro II por los nadornik en 1881, tuvo como respuesta del zarismo frenar el proceso de reformas, y un retorno al absolutismo más conservador y reaccionario —iniciado por Alejandro III y profundizado por el último zar, Nicolás II. Planteadas así las cosas, la radicalización del pueblo ruso era inevitable, así como también el aprovechamiento de la situación por minorías y grupos radicales autoritarios8.
populares y capas subalternas en contra de la opresión y la explotación constituye un acto legítimo. Y más aún cuando hablamos no de cualquier violencia de masas, sino que en su máximo nivel: la violencia de masas revolucionaria, es decir, cuando lo que se pone en juego es quien ejerce el poder político en un territorio determinado. Al respecto debo decir lo siguiente.
Con esto no busco invalidar la obra de Figes. Por el contrario, lo que busco es dejar las cosas claras: Figes realiza una interpretación demócrata liberal de la historia de la revolución rusa. Para los demócratas liberales la violencia política, bajo cualquier circunstancia, no se justifica. No importa si la violencia es de masas, en tanto que tal, si es canalizada hacia un objetivo político, solo puede terminar pariendo una dictadura. Allí reside la gran diferencia con Figes respecto a la valoración del significado de octubre de 1917. La diferencia es política.
Primero, en cuanto a la violencia de masas puede manifestarse de dos maneras: como un acto espontáneo donde se despliega con plena libertad y en todas direcciones la energía social de las masas; o como un acto que combina lo primero con la conspiración y planificación política que otorgan una dirección para garantizar el éxito de la movilización y asegurar el ejercicio del poder político por las clases subalternas. Esto último es lo que se define como la insurrección. Todo lo contrario de lo que sostuvo Figes.
Para los marxistas sí existe un acto de fuerza y violencia legítimas. Es la violencia de masas. No la individual propia del terrorismo de grupos conspiradores ultraizquierdistas, ni actos de fuerza de minorías desligados de los organismos de trabajadores y sectores populares9. La violencia de los trabajadores, sectores
Segundo, la insurrección no implica necesariamente un acto sangriento con centenares o miles de caídos. El intento de Figes por deslegitimar la insurrección porque no hubo un choque sangriento —más allá de la exageración cinematográfica realizada por Einsestein con fines políticos de propaganda— ni enfrentamiento a gran escala, es muestra de que este sovietólogo no comprende la insurrección como el arte que permite hacerse del mando a los explotados y oprimidos. La insurrección de octubre no puede reducirse al acto de la toma
8 Figes, Orlando, Op. cit., pp. 73-76. 9 En Chile, el reconocido y prestigioso intelectual marxista Carlos Pérez Soto, afirma en sus escritos que la violencia de masas contra el Estado capitalista constituye un acto legítimo del pueblo oprimido, denunciando correctamente los actos de violencia individual propios de grupos ultraizquierdistas. Sin embargo, considera la experiencia de octubre dirigida por los bolcheviques como un acto vanguardista (eufemismo que utiliza para evitar decir golpe de estado), por lo tanto, un acto de fuerza ilegítimo “sin el pueblo”. Esto se explica porque la propuesta marxista de Pérez para una teoría política revolucionaria, descarta el acto de la insurrección de masas y la existencia de una estrategia de partido revolucionario —que para mí constituye una herramienta fundamental para asegurar el triunfo y profundización de una revolución. Pero lo más importante es que Pérez no concibe la insurrección como un arte que permite combinar la acción del partido y las masas. Al respecto, debo reconocer que la obra de Pérez constituye un gran aporte para pensar un marxismo del siglo XXI, sin mencionar que es de los poquísimos intelectuales críticos del mundo académico chileno (y quizás el único) que se ha atrevido a decir que es un marxista. La recuperación y
análisis crítico del pensamiento de Hegel para desarrollar la teoría marxista en la actualidad, así como su crítica radical al pensamiento y método científicos, constituyen una enorme contribución a la teoría crítica. Sin embargo, la contribución del marxismo de Pérez para la acción política, al descartar la insurrección de masas dirigida por un partido revolucionario, termina siendo más útil para las estrategias de los nuevos fenómenos políticos neoreformistas (ver: Puelma, Fabián, “El laberinto estratégico del Frente Amplio”, Revista Ideas de Izquierda Nº 1, septiembre de 2017), y por lo mismo, termina siendo más tolerable y aceptable en los círculos críticos de la academia universitaria, donde los debates acerca del problema del poder político son completamente inexistentes. Ver su artículo “Elementos de Teoría Política Marxista (2015)”, en particular pp. 14-20. En: https://www.cperezs.org/?p=229.
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del Palacio de Invierno. Lo que no comprende Figes, así como los liberales y reformistas, es que la toma del Palacio de Invierno —edificio que albergó a lo que quedaba del debilitado gobierno provisional— en la madrugada del 26 de octubre constituyó el acto simbólico que aseguró la realización de una insurrección iniciada dos días antes en Petrogrado. Durante el 24 y 25 de octubre, todas las posiciones estratégicas de la capital del imperio ruso cayeron bajo control de los organismos armados del Soviet. Allí reside la explicación de la insurrección como acto de masas. El arte de la insurrección en Petrogrado o cómo los bolcheviques conquistaron la hegemonía de la clase obrera y los soldados La insurrección es el resultado de la combinación de múltiples fuerzas en movimiento. El acto de octubre implicó la articulación estratégica entre los soviets, comité de fábrica, Guardias Rojas, guarniciones ganados para la revolución y partido revolucionario. De esta combinación surgió la fuerza armada para realizar el pasaje a la insurrección de octubre. Al respecto, y contrario a lo afirmado por Figes, David Mandel, en su magnífica obra acerca de los trabajadores de Petrogrado durante 1917 y 191810, demostró no solo cómo los bolcheviques conquistaron la mayoría de los soviets de Petrogrado y el Norte de Rusia, sino cómo se legitimó su política de derrocar al gobierno provisional de Kerensky. La tesis de Mandel es que los obreros eligieron a los bolcheviques porque eran los únicos que tenían un programa y una salida política a la enorme crisis económica que estaba atravesando Rusia en 1917. Los bolcheviques fueron los principales agitadores de la necesidad de una república de los soviets como única vía para asegurar las conquistas de la revolución.
10 Mandel, David, The Petrograd Workers and the Soviet Seizure of Power, Mcmillan, 1984.
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En este proceso, los comités de fábrica, organismos de trabajadores de monitoreo y supervisión de la producción, fueron fundamentales para mantener en funcionamiento las empresas. Fue el intento del gobierno provisional entre julio y agosto de 1917, en complicidad con las patronales, de debilitar las funciones de los comités de fábrica, así como de cerrar las empresas y trasladarlas a las afueras de la ciudad lo que produjo el colapso de apoyo de los trabajadores al debilitado gobierno provisional de febrero —que en julio reintegró a los odiados liberales e intentó una alianza forzada entre estos y los socialistas moderados. A partir de julio, junto con el intento de golpe militar de Kornilov en agosto, los bolcheviques se hicieron del mando, extendiendo su influencia y dirección sobre el conjunto de los trabajadores y sus organizaciones11. Algunas de las principales fábricas metalúrgicas —Putilov, New Lessner, Old Lessner, Vulkan, Nobel— se constituyeron en los bastiones bolcheviques y centros de legitimidad del poder soviético. A esto se debe agregar el crecimiento del electorado en favor de los bolcheviques tanto en las elecciones de la Duma y de los delegados a la Asamblea Constituyente. De este modo los bolcheviques fueron reconocidos como los principales defensores de la instalación de una república soviética. Esta nueva situación política, según Mandel, fue clave en la legitimidad que adquirió el posterior acto insurreccional de octubre dirigido por los bolcheviques. Los trabajadores percibieron este acto como la defensa del único poder que consideraron la alternativa al colapso económico: los soviets. Por lo tanto, sorprende que Figes haya afirmado con tanta facilidad que el acto de octubre constituyó un golpe de estado, habiendo recurrido a la obra de Mandel y al mismísimo historiador menchevique Sujanov, quien reconoció —en su obra acerca de la revolución rusa— que octubre constituyó una insurrec11 Ibid.Ver en particular el capítulo 7, “The October Revolution in the Factories”.
ción popular12. Lo registrado por Mandel en su extensa obra constituye un fundamento empírico suficiente para dar cuenta cómo los trabajadores y sus instituciones fueron conquistadas por las ideas bolcheviques. No se puede hacer una separación formal entre los bolcheviques y los organismos de masas soviéticas en la víspera de octubre. Afirmarlo no es más que defender un punto de vista político determinado acerca de cómo pueden asegurarse las conquistas sociales de una revolución. Por lo tanto, el problema de fondo no es si los bolcheviques tenían o no legitimidad en los organismos de masas en Petrogrado y Moscú, las principales ciudades del imperio zarista. El centro de la discusión pasa a ser si es posible y legítima la insurrección de los explotados y oprimidos contra un gobierno que defiende o concilia con los capitalistas, y de ese modo instalar un nuevo régimen político que garantice los derechos de las clases subalternas y transite a una sociedad sin clases sociales.
12 Ibid., p. 351.
Respecto a la toma del poder político en octubre, Mandel afirmó que desde agosto de 1917, los trabajadores de Petrogrado estaban en su casi totalidad en favor del poder de los soviets. La ambigüedad de esta consigna residió en que no clarificaba si eso implicaba una insurrección13. Por ello, el acto magistral de los bolcheviques fue legitimar el acto insurreccional basándose en la defensa de las conquistas de los soviets ante el peligro de la contrarrevolución que se avecinaba, colocando a las Guardias Rojas y los regimientos a la ofensiva estratégica. Por otro lado, la oposición de los mencheviques y eseristas de derecha a un gobierno soviético, junto a su persistencia de mantener una coalición de gobierno con los liberales, contribuyó a minar su legitimidad ante los trabajadores, soldados y marinos. En la planificación de la insurrección, es imposible no mencionar el rol de León Trotsky. Yossif Stalin dijo al respecto que “(…) Todo el trabajo de organización práctica de la insurrección se efectuó bajo la dirección inmediata de 13 Ibid., p. 337.
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Trotsky, presidente del Soviet de Petrogrado. Puede decirse con seguridad que la adhesión de la guarnición al Soviet y la hábil organización del trabajo del Comité Militar Revolucionario se los debe el Partido, ante todo y sobre todo, al camarada Trotsky”14.
bía tomado fue el Palacio de Invierno. Este fue conquistado sin mayor resistencia, constituyéndose en el símbolo del aseguramiento de la insurrección de octubre, no en la insurrección misma, cuya ejecución se produjo en el proceso de armamento de los obreros y la declaración de exclusiva lealtad al Soviet por parte de las Al respecto, el coronel del Ejército norguarniciones de la ciudad. teamericano Harold Walter Nelson, en su obra acerca del pensamiento militar de Trotsky15, re- saltó la habilidad del estratega bolchevique para Con este breve artículo busqué dejar en constituir el Comité Militar Revolucionario claro que la igualación de golpe de estado con (CMR), organismo de defensa de la revolución la insurrección constituye una maniobra ideorusa, dependiente del Soviet de Petrogrado. De lógica para continuar promoviendo el conseneste modo, el arte de la insurrección reside en so ideológico de que la única alternativa políhaber preparado la insurrección bajo la tenue tica viable en la humanidad la constituyen las cobertura de la “legalidad soviética”, apoyado estructuras republicanas y liberales de poder por un organismo de masas, el soviet. Ante el político. Creo que un marxista, mínimamenpeligro de la ofensiva del ejército alemán desde te consecuente, debe centrar sus esfuerzos en Riga en Letonia, y el envío de fuerzas contrarrepotenciar los organismos de representación volucionarias a la ciudad, el CMR obtuvo toda la de los trabajadores y el pueblo, tanto los que se autoridad política para armar al conjunto de los encuentran dentro de la legalidad republicana obreros y movilizar las guarniciones y marinos y son regidos por el Estado de Derecho, como en la defensa de Petrogrado. Cuando los regilos que se desarrollen por fuera de esta. Resulmientos juraron lealtad al soviet y no al gobierta evidente que el desarrollo y fortalecimienno provisional, Kerensky perdió la totalidad de to de semejantes organismos que permitan el su fuerza armada para frenar la insurrección, empoderamiento de amplias franjas de sectolo que en los hechos implicó la concreción de res subalternos implicará choques inevitables esta y el derrocamiento del gobierno provisiocon el Estado y los capitalistas. Por lo tanto, nal. la decisión por la insurrección para asegurar Entre el 24 y 25 de octubre, el CMR ejecu- conquistas sociales, no constituye un capricho tó el plan de la insurrección. Las Guardias Rojas ultraizquierdista ni vanguardista. Por el cony regimientos ocuparon los edificios públicos trario, constituye una opción estratégica para más importantes de Petrogrado: telefónicas, asegurar las demandas sociales, económicas y transporte y principales puentes levadizos de políticas de un pueblo. acceso a la ciudad. El CMR consolidó sus posiciones durante el día, recibiendo la aprobación del soviet16. Para la noche del 25 y 26 de octubre, toda la ciudad estaba bajo el control del CMR. El único edificio gubernamental que no se ha14 Pravda, 6 de noviembre de 1918. Extraído de El Caso León Trotsky. Informe de las audiencias sobre los cargos hechos en su contra en los procesos de Moscú, Centro de Estudios, Investigaciones y Publicaciones “León Trotsky”, p. 64. 15 Nelson, Harold Walter, León Trotsky y el arte de la insurrección. 1905-1917, ediciones IPS, 2016 [1988]. 16 Ibid.
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EDUCACIÓN
Lunacharski y el Narkomprós: Sobre la organización del sistema educacional soviético hasta la NEP Nicola Silva Los distintos debates sobre modelos educacionales suscitados a raíz de las movilizaciones docentes y estudiantiles que se han dado tanto en Chile como en diversos lugares del mundo, han traído como necesidad la revisión histórica de experiencias situadas donde dichos sistemas hayan sido profundamente modificados en pos de las demandas y necesidades del pueblo pobre y trabajador. 20
Ofrecemos a continuación una revisión sucinta, pero crítica del desarrollo del sistema de educación soviético como uno de los acontecimientos fundamentales que instaló postulados que perviven hasta el día de hoy como consignas democráticas. El periodo abarcado recorre desde la revolución de octubre en 1917 hasta el principio de la aplicación de la Nueva Política Económica con sus respectivas consecuencias. El nacimiento del Narkomprós, postulados programáticos fundamentales y cambios en la estructura educacional. El 27 de octubre de 1917, durante el II Congreso de los Soviets, se anunciaron los nombres de las principales figuras que compondrían el nuevo gobierno soviético. Entre ellas figuraba como Comisario del Pueblo para la Educación Anatoli Lunacharski, bajo cuya jurisdicción quedo el antiguo Ministerio de Educación Pública, el Comité de Educación creado por el reciente gobierno provisional y el Ministerio de Palacios que tenía a cargo los teatros imperiales, la Academia de Artes y los palacios reales. Aquello seria conocido, aunque no sin posteriores cambios administrativos, como el Narkomprós. En términos sencillos, esta institución albergaba una suma caótica de antiguos departamentos administrativos (más de 500) heredados del antiguo régimen el cual solo encontraría un ordenamiento de orden racional en 1920 cuando se decidió dividirlo en cinco secciones: Organizativa, de Actividades Extraescolares, Científica, Artística y de Instrucción Social (que incluía a la enseñanza primaria y la enseñanza secundaria). El programa bolchevique ofreció una serie de elementos que contribuyeron a democratizar
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la enseñanza en su acceso, continuidad y organización. A su vez, abrió la puerta para que se planteasen principios pedagógicos para el desarrollo humano que se contraponían a las añejas concepciones incubadas durante el régimen zarista. La aplicación de los cambios educacionales, medible siempre en el largo plazo, se encontraría en una constante debacle marcada por la álgida realidad que vivía la joven Unión Soviética, por una parte, atravesada por las discusiones político/pedagógicas internas y por la otra, la armonía y jerarquía que estas tenían en relación a la situación externa de guerra y crisis económica que el nuevo régimen debía afrontar. El debate organizacional fue uno de los primeros en aparecer ya que en él se suscitaron dos posiciones contrapuestas, una teniendo como voceros principales a Lunacharski y Nadezhda Krupskaia la cual puso como eje administrativo central la creación de soviets de la enseñanza y la otra propuesta por el Comisariado del Interior (NKVD) que abogaba por los departamentos locales de educación. La primera de estos propuso que los soviets se encargaran de zonas y fuesen elegidos democráticamente en distintos niveles por la población, siendo controlados en los aspectos políticos por el soviet local de diputados, restándole atribuciones al propio comisariado central. Por otra parte, los departamentos locales tendrían sus miembros elegidos por los comités ejecutivos de los soviets locales de diputados estando subordinados al mismo soviet y al comisariado central. El debate giraba sobre el eje de un orden de tipo esencialmente soviético que depositaba su confianza en las ansias de docentes y
estudiantes por querer reformar su propio sistema en pos de un nuevo orden y otro orden, que combinaba diferentes niveles (entre el centralismo y lo soviético), que abogaba por la falta por la escasa auto-organización en este sector y su escaso nivel de consciencia como para dirigir el proceso. Finalmente, sería la segunda posición la que tomó ventaja y se instaló ante el caos administrativo que reinaba, lo que revelaba no solamente el estado de la situación, sino que además un factor que sería decisivo en la vida del Narkomprós: su falta de peso político a la hora de tomar decisiones sobre su propio destino organizativo. Los problemas pedagógicos y su ligazón en el sistema educacional en el antiguo régimen no distaban demasiado de aquella pedagogía decimonónica, enraizada en la vieja Rusia zarista y que solo comenzaba a cuestionarse en diferentes países de Europa y América. Así nos encontramos con un problema típico de los sistemas educacionales armados en torno a los privilegios de clase: Escuelas fragmentada por niveles de su propia continuidad de tramos1 y dividida entre los roles de educación general y educación técnica. La sucesión de diversos debates en torno al orden de la cuestión puso como eje un criterio sintetizador: La escuela única del trabajo. Esta no solo unificaba el sistema escolar dándole coherencia entre sus diferentes tramos, sino que además buscaba unificar el trabajo manual con el trabajo intelectual, generando escuelas de carácter politécnico donde se eliminase la preparación técnica especializada en la etapa escolar. De esta manera, quedaría dividida en un primer nivel de cinco años y un segundo nivel de 4 años además de pasar por un proceso de secularización donde las iglesias se vieran despojadas de las escuelas que anteriormente controlaban. La escuela, demás está decirlo, pasaría a ser completamente gratuita y libre de agentes privados que lucraran con la educación.
El último tramo, correspondiente a la educación superior representaba un escenario complejo para cualquier cambio que allí se quisiera realizar debido a que esta zona representaba uno de los bastiones de mayor importancia para la intelligentsia rusa. La predominancia de académicos liberales y en su gran medida anti bolcheviques hacia que toda medida que reordenara toda la sección académica de las universidades, así, amparados en el principio de la autonomía universitaria impidió una serie de posibles acciones en torno a lo disciplinar y lo administrativo. Sin embargo, las medidas democratizadoras alcanzaron de cualquier manera a estas instituciones aplicándose el hecho de que ya no existiesen exámenes de admisión, cancelando los pagos de la misma y retirando la exigencia de estudios mínimos para ingresar. Del viejo al nuevo régimen: Debates y combates en la proyección de la educación en el comunismo La instalación de la escuela única del trabajo se encontraba en una situación compleja ya que el combate por generar una educación que integrase los aspectos desarrollados desde los saberes académicos y la vida del trabajo implicaba una serie de intentos por generar una escuela integral. Las escuelas técnicas, en este sentido, se desarrollaban como una generadora de dotación de trabajadores para salvaguardar los intereses económicos de la nación y sin poner ningún acento en la necesidad de profundizar en otros aspectos. Aquello explica por qué aquellas escuelas técnicas existentes nunca quedaron bajo la jurisdicción del ministerio de educación pública sino del de hacienda. Al contraponerse la nueva concepción educativa, los especialistas vieron amenazada su propia existencia y la de la continuidad de sectores claves de la economía, desde ese punto de vista, la escuela politécnica parecía ser un lujo que el país no podía costearse. En este aspecto, se formó un sector que se negaba a que las escuelas técnicas entraran den-
1 Que en este caso llamaremos básica y secundaria para el entendimiento del lector.
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tro de los dominios del Narkomprós pues veían un riesgo inminente en el desarrollo de la nación. Trotski, quien había mantenido el apoyo a la necesidad de una educación especializada al menos de manera temporal por la situación de crisis, pronto llegó a un acuerdo con Lunacharski: La especialización técnica podría empezar en los dos últimos años de la enseñanza general, pero tendría que entrar está dentro de los dominios del Narkomprós. El debate, que se mantendría a lo largo del tiempo, poco a poco iría cediendo terreno al sector de los especialistas lo que iría desarmando la parte más íntima y pedagógica de la proyección de una educación en el comunismo.
que sobrevivir a la fuerte crisis económica que arremetía: Quejas masivas de maestros que no tenían raciones suficientes como para sobrevivir, insuficiencia de materiales educativos, escuelas que no podían resistir las condiciones climáticas y miles de niños hambrientos que abandonaban la educación entre otros. Este sería probablemente el punto de desmoralización más fuerte que encontraría la organización, quienes encontraron constantemente oídos sordos ante sus peticiones frente a los organismos centrales de dirección debido a la dura situación militar sobre la que debían hacerse cargo. Esto, combinado con la falta de peso político producto de una ausencia sistemática de victorias que vigorizaran al comisariado de El proceso de democratización de la universieducación hizo que incluso celebrado el IX condad no solo encontró atrincherado un sector greso del partido a mediados de abril de 1920, académico anti-bolchevique bajo el cual solo el tema de la educación no fuese discutido bajo se encontraron estrechos espacios de colaboningún aspecto. ración. A contrapelo de esto, finalmente la autonomía universitaria fue violada y se impuso una forma organizativa de orden democrático, Un último intento, el punto de inflexión y la resin embargo, su falta de efectividad hizo que en organización del Narkomprós la práctica las antiguas autoridades universitarias administraran bajo sus propias reglas de Ante la situación, Lunacharski solicitó el perfacto. Este primer choque con las políticas del miso para celebrar una reunión sobre la ensecomisariado encontró una segunda parte don- ñanza inmediatamente después del congreso. de la democratización de la universidad tenía La necesidad de que ingresaran recursos al como problema aparejado el hecho de que el in- Narkomprós se hacía cada vez más urgente greso de miles de estudiantes trabajadores no y tras una resolución el VTSIK se esbozó un contase con la preparación académica necesa- apoyo económico para avanzar en resolver los ria. De la necesidad surgieron las facultades de agobiantes problemas que este presentaba, sin los trabajadores (Rabfak) con el fin de poder ni- embargo, aquellas resoluciones nunca llegaron velar y preparar de manera suficiente, su dura- a puerto de los organismos pertinentes. ción terminó siendo de 3 a 4 años, combinando En octubre de 1920, un error de Lunacharski una concepción entre escuelas preparatorias y referente a la autonomía que una de las instiel bachillerato. tuciones ligadas al Narkomprós (La proletkult, encargada de los teatros) hizo que el partido A pesar de la ardua lucha política con sus resse escandalizara y sostuviera una discusión de pectivas victorias y concesiones por mantener 4 meses en el Politburó sobre las acciones del los principios educativos propuestos por el Narkomprós con eje no en sus problemas fiNarkomprós, prontamente los problemas de nancieros sino en su carácter burocrático y la supervivencia local cobraron un mayor peso, irresponsabilidad política de sus dirigentes. De lo que termino por cambiar el orden de las jeesta manera, la reorganización se puso a la orrarquías. Desde el invierno de 1918 hasta el otoden del día y un nuevo militante entro en esta ño de 1920, la organización no hizo otra cosa dirección: Litkens.
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Este, quien había quedado a cargo de la sección administrativa, prontamente hizo una propuesta que implico para el sector educacional el aumento de años de especialización en desmedro de la educación politécnica reduciendo la escuela única del trabajo. Nuevamente el debate sobre la especialización parecía reabrirse con el trasfondo de una compleja situación económica y las orientaciones se disolvían rápidamente al no encontrar mayor fundamento que pudiese salvaguardar a corto plazo el sistema educacional. La falta de especialistas y organizadores, la falta de fondos y la desorganización política golpeaba una y otra vez al Narkomprós. La caótica situación desarmo rápidamente la nueva organización propuesta por Litkens, reanimando una y otra vez las formas originales que había adoptado el comisariado de educación. La Nueva Política Económica ¿Cuántos pasos hacia adelante y cuantos hacia atrás? El derrumbamiento de la economía monetaria había implicado que los requerimientos del sistema educacional se centraran en los bienes materiales y su producción como modo de seguir adelante. el Narkomprós, declarado incompetente para el abastecimiento, se hayo ante un nuevo dilema: La Nueva Política Económica. La contracción de la esfera y la actividad pública hacia una invitación a buscar soluciones de la mano de la empresa privada, en este sentido, se abrieron las puertas para el campo de la edición, se permitió el ingreso del teatro y quedo prohibido en las escuelas como principio fundamental. La solvencia buscada en el área solo hizo evidente lo evidente, el sector no era autosustentable por mas iniciativas que surgiesen (publicaciones, obras artísticas, excursiones y otros), pronto y ante la impotencia de los organismos centrales de poder suministrar recursos, se dictaminaron autoimpuestos locales, cobros en las escuelas secundarias y el surgimiento de escuelas privadas. El prime-
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ro como forma mostrar una forma alternativa al gravamen estatal en medio de la aplicación de la NEP, el segundo y el tercero como un franco retroceso programático que, dadas las situaciones, habría permitido saciar el hambre de los maestros y poner en un funcionamiento regular al sistema educacional. El costo de mantener un sistema educacional innovador bajo los principios programáticos en un contexto de instalación de un estado socialista con fuertes beligerancias externas tuvo al menos cuatro derrotas centrales: El fracaso de organizar bajo participación popular el sistema educacional, la pérdida progresiva de los principios pedagógicos de la escuela única del trabajo, la desaparición de la responsabilidad de financiamiento central y la derrota de la política de enseñanza gratuita y obligatoria para toda la población. El lector, bajo una mirada estratégica y situada históricamente comprenderá que acá se plantean al menos dos cosas: En primer lugar, la implementación de las bases del programa bolchevique en educación, en medio de un colapso económico y guerra civil, adquiere su propio valor al poner en funcionamiento un sistema que cuestionaba las bases de un sistema educacional anquilosado. En segundo lugar, hubo una fallida confianza en la auto-organización de los actores del sistema educacional encontraba su explicación en la falta de experiencia organizativa por parte de los mismos a raíz de la escasa cantidad de combates vividos sumado a un sector ampliamente reaccionario en muchos sentidos. Cabe preguntarse ¿Cómo podría aplicar esto en un contexto donde ya existen amplios derechos democráticos y hay una experiencia de lucha mayor? El debate estratégico suscita nuevos ribetes para el mundo contemporáneo.
MUJER & FEMINISMO
Las mujeres y la Revolución Rusa:
nuestra tradición insurrecta
El primer movimiento de masas de mujeres trabajadoras durante 1914 estuvo ligado a la revolucionaria socialista Clara Zetkin y contó con 174.754 miembros. Tres años después, en el emblemático tren que llevo a Lenin desde Alemania hasta Rusia para enfrentar al gobierno provisional, también v i nieron revolucionarias como Inessa Armand y Alejandra Kollontai. Estas no subieron al tren por casualidad
Alejandra Valderrama
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En el presente artículo buscaré exponer los aportes realizados por el marxismo revolucionario en la lucha por la liberación de las mujeres a 100 años de la revolución rusa ¿Cuáles han sido sus contribuciones? Partiré revisando la tradición socialista en los orígenes del capitalismo, la elaboración programática de la II internacional y el rol de Clara Zetkin. Analizaremos la experiencia de la revolución rusa, sus propuestas, transformaciones y protagonistas. El retroceso que implicó el Estalinismo y los aportes realizados por León Trotsky durante el año 1940.
las voces que cuestionaban el sistema, se escuchó a una mujer, madre de dos hijas, perseguida por su esposo y por la policía por divorciarse. Ella hizo una crítica profunda al ordenamiento capitalista de la sociedad. Ligada a una mirada socialista nos encontramos con Flora Tristán, autora de “Confesiones de una paria”, pionera en la denuncia a la opresión patriarcal hacia las mujeres trabajadoras y pobres. En su periódico “La unión obrera”, Flora recorrió los talleres y fabricas para organizar a las obreras. Característica que volveremos a ver en las revolucionarias marxistas de las décadas posteriores.
No es una eventualidad la recopilación histórica que desarrollamos. Hoy en día corrientes del “feminismo” acusan al marxismo de una incapacidad para elaborar una práctica, política y estrategia para la liberación de las mujeres. Algunas van más allá y mencionan que es incompatible ser marxista, militar en la izquierda y luchar por la liberación de la mujer. A esta clase de aseveraciones intentaré de responder con hechos que podrán ignorarse si se quiere, pero jamás hacerlos desaparecer de la historia.
La Primera Internacional y la comuna de Paris
Los orígenes del capitalismo y la doctrina socialista De la década de 1790 a 1830 se desarrollaron transformaciones profundas que originaron las bases del capitalismo moderno. La intromisión de la industria manufacturera y posteriormente la máquina a vapor fue a costa de la pauperización extrema de la vida de las mujeres, obligadas a trabajar clandestinas 16 horas diarias, junto a sus hijos, sin derechos, esclavizadas a un telar a merced de los patrones que les acometían toda clase de abusos. La primera revolución industrial se realizó junto a una enorme violencia contra las mujeres. Esto no produjo indiferencia. En la crisis de 1815-1830 hubo un auge del denominado radicalismo político. Luddistas, cartistas, owenitas, fueron parte del mapa político1. Dentro de 1 Thompson, Edward Palmer, La formación de la clase obrera en
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En la Primera Internacional de Trabajadores, durante los años 1864-1874, el marxismo tuvo el mérito de haber sido parte de los debates fundacionales que conformaron las medidas adoptadas en la insurrección de la comuna de Paris de 1871. Una de estas discusiones se refería a si las mujeres debían incorporarse o no al mundo del trabajo y que política se debía tener para emancipar a las mujeres de la esclavitud doméstica. Marx y Engels enfrentaron posiciones con el anarquista Proudhon que se oponía al trabajo femenino relegando el papel de las mujeres a la esfera doméstica, como esposas o prostitutas.2 Este tema dividía aguas entre los revolucionarios de la I internacional, en donde Marx y Engels marcaban una clara posición. Lucha política compartida por Harriet Law, segunda mujer en formar parte del Consejo General a partir de febrero de 1868 y parte activa de esta disputa, ligando la necesidad de incorporar a las mujeres a la esfera del trabajo para su emancipación de las tareas domésticas, pero enfrentando el trabajo precario propiciado por Inglaterra, (Barcelona, Editorial Crítica, 1989) pp..19-93. 2 Contra esta concepción del socialismo, que tenía su origen en el carácter artesanal y campesino de gran parte de la producción de Francia a mediados del siglo XIX, Marx defendió la idea de que la liberación de la mujer pasaba por su integración al proceso social de producción y por la abolición, junto con la explotación de clase, de la esclavitud doméstica, a través de la socialización de las tareas domésticas y de la educación de los niños.
los capitalistas. La Comuna de París realizó importantes transformaciones políticas llevando a la práctica el altercado.3 Lo que es conocido como el primer gobierno obrero de la historia tuvo en primera línea a las mujeres trabajadoras y pobres en las barricadas. Decretó la separación de la Iglesia del Estado y declaró propiedad nacional todos los bienes eclesiásticos. Mandató la revocabilidad de todos los cargos de elección popular. Impulsó la elección y voto de las mujeres y la obligación que los parlamentarios no cobraran más que el salario de un trabajador. Suprimió el ejército regular y le contrapuso el pueblo en armas, incluidas las mujeres. Condonó los pagos de alquileres adeudados por los inquilinos y proclamó la igualdad de derechos para las mujeres4. Estos aportes y experiencia revolucionaria fueron la base para la elaboración posterior. Tras ser derrotada la Comuna de París, la Primera Internacional se dividió en base a la polémica entre marxistas y anarquistas. La Segunda Internacional y la elaboración programática de Clara Zetkin En torno a las ideas de Marx y Engels se fundó la Segunda Internacional de trabajadores y trabajadoras, entre los años 1889-1914, que contó con un mayor bagaje teórico y una activa presencia de mujeres trabajadoras y revolucionarias dentro de sus filas. A diferencia de la Primera Internacional, encontramos en este periodo el trabajo “La mujer y el socialismo” del obrero tornero August Bebel, además de la obra de Engels “La familia, la propiedad privada y el Estado”. En Rusia la emancipación de los siervos de 1861 tuvo entre sus consecuencias facilitar el acceso de las mujeres a la formación
superior y al conocimiento de la teoría marxista5. En estas condiciones entraron al Partido Obrero Socialdemócrata, Alexandra Kollontai, Inessa Armand y Nadezha Krupskaia. Todas ellas compartían el deseo de movilizar y educar a las mujeres trabajadoras en la lucha por sus intereses históricos de clase. Nadezha Krupskaia es vulgarmente conocida por ser la pareja de Lenin, pero lo cierto es que ella fue miembro de primera hora del partido, afiliándose inclusive antes que su marido.6 El movimiento de mujeres no había encontrado una egida de masas de tanta importancia como fue la organización de las trabajadoras de la Segunda Internacional alrededor del periódico “La igualdad: para los intereses de las trabajadoras”, editado por Clara Zetkin y que llegó a tener 174.754 miembros en 1914. Además de la elaboración teórica, el periodo de 1889-1914 está caracterizado por un amplio desarrollo programático y organizativo reflejado en los congresos de París (1889) y Zúrich (1893), en donde las socialistas debatieron sobre la importancia de la unidad entre la emancipación de las mujeres y la lucha para derribar el capitalismo. Uno de los puntos en polémica fue sobre la protección específica hacia las mujeres trabajadoras y su condición de madres. El movimiento de mujeres burgués rechazaba cualquier legislación protectora especial a favor de las trabajadoras como una intromisión en la “libertad de la mujer” y en su igualdad de derechos con el hombre. La “separación tajante” de Clara Zetkin proponía un programa específico para las mujeres trabajadoras que exigía: 1. Una jornada de trabajo legal máxima de 8 horas diarias para las mujeres, y de 6 horas diarias para 5 Un ejemplo que destacó fue Vera Zasulich del grupo populista Narodnaia Volia, que mantuvo correspondencia con Marx durante la década de 1860.
3 Andrea D’Atri, “La participación de las mujeres en la Comuna de París” La izquierda diario (2016) http://www.laizquierdadiario.cl/La-participacion-de-las-mujeres-en-la-Comuna-de-Paris (Consultado el 1 de octubre de 2017)
6 Josefina L. Martinez, “ Las mujeres y la Revolución que cambió la historia del siglo”. La izquierda diario (2017)https:// www.laizquierdadiario.cl/Las-mujeres-y-la-Revolucion-quecambio-la-historia-del-mundo?id_rubrique=1201 . (Consultado el 1 de octubre de 2017)
4 Marx, Karl, and Friedrich Engels. La guerra civil en Francia. (Barcelona, España: Ediciones Europa-América, 1981) pag 25
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las adolescentes menores de 18 años. 2. Fijación de un día de descanso ininterrumpido de 36 horas semanales. 3. Prohibición del trabajo nocturno. 4. Prohibición del trabajo femenino en todos los establecimientos insalubres. 5. Prohibición del trabajo de mujeres embarazadas 2 semanas antes y 4 semanas después del parto. 6. Contratación de inspectoras del trabajo en número suficiente en todas las ramas de la industria que emplean mujeres. 7. Aplicación de todas las reglas mencionadas más arriba a todas las mujeres ocupadas en fábricas, talleres, tiendas, en el trabajo doméstico o en el trabajo rural. Clara Zetkin procuró delimitar claramente los fines y tareas del movimiento de mujeres trabajadoras en relación al feminismo burgués organizado en torno a las sufragistas. Denunció la acción cómplice de las mujeres burguesas en el periodo de proscripción del partido socialdemócrata, que llevo al exilio a varias dirigentes revolucionarias. Además impuso una perspectiva de clase para la acción dentro del movimiento de mujeres ligando de manera clara la emancipación de las mujeres con el cuestionamiento a la propiedad privada, no como una cuestión de “sexo contra sexo” si no de lucha entre las clases. En estos debates se educaron la generación de mujeres socialistas como Rosa Luxemburgo, Inessa Armand, Nadezha Krupskaia y Alejandra Kollontai.7 La fracción de mujeres trabajadoras, su elaboración y programa chocaba con las corrientes oportunistas en la II internacional. Rosa Luxemburgo, amiga personal de Clara Zetkin, fue una pieza importante de la conferencia de Zimerwald, a la que no pudo asistir por estar presa en Alemania. Esta conferencia sería la base para la III internacional nucleada en torno a la revolución bolchevique, una de las experiencias más avanzadas para la liberación 7 En este periodo Alejandra Kollontai elaboró varias de sus obras como “Los fundamentos sociales de la cuestión femenina” (1907), “La relaciones sexuales y la lucha de clases” (1911), “El Día de la Mujer” (1913).
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de las mujeres. La revolución de octubre, sus transformaciones y combatientes Las mujeres tuvieron un rol activo y dinámico en la preparación de la revolución de 1917, a diferencia de los planteos que realizan ciertas organizaciones feministas. Luego de la revolución de 1905 la mujer adquirió la posibilidad de administrar sus bienes. Entre 1913-1914 las mujeres participan masivamente en un movimiento huelguístico que tuvo dentro de sus demandas sus derechos políticos y durante la Primera Guerra Mundial las mujeres pudieron acceder a puestos de trabajo contribuyendo a su politización y organización fuera del hogar. El 23 de febrero de 1917, Día de la mujer en Rusia, se dio inicio con la importante huelga de los obreros de Putilov. 30 mil obreros se escabulleron en las filas de mujeres que reclamaban por el pan. Las obreras textiles se sumaron a la huelga. Así se iniciaba la revolución de febrero de 1917 en donde 90 mil obreros y obreras marcaron el grito de ¡abajo la autocracia! ¡Abajo la guerra! ¡Queremos el pan! Las mujeres durante febrero-octubre cumplieron un rol de suma importancia para la preparación de la toma del poder de octubre. Este fue el periodo en que el partido bolchevique volvió a la clandestinidad y fueron las mujeres las que buscaron los pisos francos, cambian las claves a diario sorteando la represión. Son organizadoras de masas, como Anna Litveiko y Anna Boldyreva, elegidas representantes del Soviet de San Petersburgo, roles de suma importancia.8
en la historia, se adelantaban en términos democráticos a cualquier Estado capitalista. La Constitución Soviética dio a la mujer el derecho al voto, a ser elegida a cargos públicos, concedió el divorcio, el principio de igualdad salarial por el mismo trabajo, el derecho a amamantar en el horario laboral, la prohibición del trabajo infantil y del trabajo nocturno para las mujeres. También se dio paso al matrimonio civil y los hijos nacidos fuera del matrimonio los reconoció como legítimos. Una de las mayores conquistas legislativas fue el programa de Seguro de Maternidad diseñado e impulsado por la propia Alejandra Kollontai: ocho semanas de licencia de maternidad plenamente remunerada, recesos para la lactancia e instalaciones de descansos en fábricas, servicios médicos gratuitos, antes y después del parto y bonos en efectivos. Encabezados por una doctora bolchevique, Vera Lebedeva, se implementó una red de clínicas de maternidad, consultorios, estaciones de alimentación, enfermería y residencias para madres e infantes.
Terminar con el trabajo doméstico por medio de la socialización de dichas tareas tuvo una preocupación prioritaria. Esta labor estuvo a cargo del Departamento de las Mujeres del partido bolchevique, que dependió del Comité Central. Fue formado en 1919 por Inessa Armand y luego integrado por Alejandra Kollontai. Se concedió el derecho a las mujeres a ser miembro de los consejos rurales, a ser cabeza de familia, a que los hijos ilegítimos no fueran discriminados, gozar de las mismas condiciones en caso de divorcio y las casadas no estuvieron obligadas a llevar el nombre del marido La Política de las y los Bolcheviques para o vivir en el domicilio de este. En 1920 se legala liberación de las mujeres consistía en cuatro lizó el aborto y la homosexualidad.9 El departapilares fundamentales: terminar con el traba- mento tuvo su propio periódico, Kommunistka jo doméstico por medio de la socialización, la (mujer comunista) y en 1921 imprimió 30 mil unión libre, la extinción de la familia burguesa y la incorporación mundo del trabajo. Muchas de estas transformaciones, nunca antes vistas 9 Rodrigo Lopez, Pablo Herón, “ La despenalización de 8 Numero 15 Febrero 2017 Soledad (Bengoechea y Maria Cruz Santos, “Las mujeres en la revolución Rusa”, Viento Sur Numero 15 (2017): página 3.
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la homosexualidad en la URSS: un hito en la historia de la liberación sexual”. La izquierda diario (2017) https://www. izquierdadiario.es/La-despenalizacion-de-la-homosexualidad-en-la-URSS-un-hito-en-la-historia-de-la-liberacion-sexual (Consultado el 1 de octubre de 2017)
ejemplares. A su cargo estuvo Bujarin, Inessa Armand y Kollontai. El estalinismo y el fin de la ilusión El estalinismo puso fin a la tradición revolucionaria del marxismo para la liberación de las mujeres. En 1928 Stalin hizo la colectivización forzosa. Se difundió que las políticas para la extinción de la familia llevarían al “libertinaje sexual” y comenzaron a alzarse las ideas de “buenas amas de casa”. En 1936, Pravda denunció un plan habitacional con cocinas individuales como una desviación de izquierda. La homosexualidad, la uniones libres y el denominado adulterio se declararon ofensas criminales en 1934, castigados con un mínimo de ocho años de prisión, al tiempo que el divorcio devino en un proceso largo. Y dos años después, el Código Familiar ilegalizo el aborto. Stalin sostuvo que solo el egoísmo llevaba a las mujeres a abortar. Fomentó el incentivo a la maternidad con condecoraciones a “heroínas”. El Departamento de la Mujer fue abolido en 1930 y Stalin declaró que la cuestión de la mujer ya estaba resuelto. El viraje estalinista de colaboración de clases, marcó un curso radical para las décadas posteriores. Se borró de la historia las lecciones del octubre bolchevique, la tradición del ala izquierda en la Segunda Internacional y las bases teórico- políticas del marxismo de los orígenes. No es casualidad que desde la década 1940 las estrategias surgidas en el siglo XX como variantes locales del estalinismo, o con una posición ecléctica ante este, no hayan podido dar una respuesta seria a la liberación de las mujeres, incluida en ellas a las diferentes variantes guerrilleras. Hilos de continuidad En un periodo complejo de persecución política, León Trotsky analizó la burocratización de la URSS y su impacto sobre las mujeres. Alexander Goikhbarg, autor de un Código Familiar de 1918 – que entre otras cosas abolió el status de inferioridad legal de la mujer, eliminó la validez del matrimonio religioso y la 30
ilegitimidad de hijos concebidos fuera de matrimonio – fue internado en una institución psiquiátrica por el estalinismo; otros, que habían participado en el debate sobre este código, como Beloborodov, Kiselev y Pyotr Krasilov fueron asesinados en prisión entre 1936 y 1939. En su obra “La revolución traicionada” León Trotsky examina este proceso, sus métodos y consecuencias. Formuló la analogía del “Termidor” y entregó un profundo análisis de la familia soviética, la prostitución y la política del estalinismo de desarme de las conquistas de las mujeres en la URSS. Mientras se silenciaba con la bota del gendarme a la clase que había, por su propio mérito, hecho una de las revoluciones más increíbles de la historia hubo quienes mantuvieron en alto las enseñanzas de décadas de lucha revolucionaria. No analizaremos el la obra de Trotsky en este artículo, pero podemos establecer en sus trabajos un hilo de continuidad claro de la respuesta del marxismo revolucionario para la liberación de las mujeres.10 Conclusiones Como he intentado de demostrar, el marxismo dio profundos aportes, en el pensamiento, elaboración programática, política y de transformación concreta para la liberación de las mujeres. Desde su surgimiento fue parte de las oleadas revolucionarias alzando las banderas por la liberación de la mujer y por la destrucción de la sociedad de clases a la que ha sido sometida. Un juicio asertivo para con esta corriente no puede ignorar estos hechos, dentro del tan bullado debate dentro del movimiento de mujeres y “feminista”. Para elaborar una crítica debe haber un dialogo con la historia. Desde la agrupación Pan y Rosas y la fracción trotskista por la reconstrucción de la IV internacional, buscamos hacer eco de estas experiencias a 100 años de la revolución rusa, 10 Wendy Goldman menciona que la reversión ideológica de 1930 fue esencialmente política y no una necesidad económica. (Bengoechea y Maria Cruz Santos, “Las mujeres en la revolución Rusa”, Viento Sur Numero 15 (2017): página 4.
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a más de un siglo de lucha revolucionaria de la clase trabajadora. No lo hacemos por casualidad, esta es nuestra tradición insurrecta, la que queremos retomar para pensar la lucha revolucionaria en el siglo XXI.
SOCIEDAD
Impactos de la Revolución Rusa en Chile Nicolás Miranda La Revolución Rusa fue una tempestad que recorrió el mundo entero abriendo un antes y un después en las luchas de las clases explotadas y oprimidas contra sus explotadores y opresores. Los temores de estos se activaron comprobando que podían ser derrocados; las esperanzas de aquellos se desbordaron. Sus organizaciones debieron replantearse todo: sus mismas formas de organización, sus teorías y estrategias, sus culturas militantes. Se dividieron. Se abría una época o de reforma o de revolución.
las mutuales y las mancomunales; los primeros pasos en una política independiente de la clase trabajadora escindiéndose de su organización bajo los sectores progresistas de la burguesía, en el partido Democrático para formar sus primeros partidos como el Partido Obrero y Socialista (POS) fundado y dirigido por Recabarren; la más brutal represión como por ejemplo con la matanza de Santa María de Iquique.
La Revolución Rusa vino a trastocar todo. La posibilidad de derrocar a la burguesía, poner A la vez se articulaba con las tradiciones de la los cimientos de un nuevo Estado, un Estado lucha de clases de cada país. Chile en los años Obrero, y empezar una batalla histórica por anteriores, había conocido la “clase obrera con avanzar a una sociedad socialista pasaba a ser olor a pólvora” que partió en 1890 con la prime- un objetivo estratégico para la organización y ra huelga general en América Latina; las prime- la lucha. ras formas de organizaciones sindicales con
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Los regímenes burgueses se volvían inestables y convulsivos, la burguesía se dividía también. Se abrían situaciones o coyunturas revolucionarias o pre-revolucionarias. La Gran FOCH es refundada como la FOCH de Recabarren en 1918 que en su Declaración de Principios habla del socialismo. El POS se refundará en 1922 como Partido Comunista. Se ponen en movimiento grandes frentes únicos obreros de masas, como la Asamblea Obrera de la Alimentación Nacional entre 1918 y 1919. La burguesía se parte entre un ala que intentará un camino de reformismo burgués, con Arturo Alessandri Palma y en parte la joven oficialidad después con Ibañez del Campo, y un ala abiertamente reaccionaria. Lo nuevo no era la lucha de clases, la “clase obrera con olor a pólvora” de los años inmediatamente anteriores testimonia la intensidad e incluso agudeza de su presencia, considerando que atraviesa ciclos de flujos y reflujos más o menos extensos. Lo nuevo eran los primeros tanteos en el paso a la acción política revolucionaria de la clase trabajadora. Y que la política entendida como reducto de una oligarquía que discutía y resolvía todo en salones, privados o parlamentarios, donde lo demás era “masa influenciable”1, pasaba a ser una política de masas. *** La burguesía expresaba sus temores, en aquellos primeros años, a través de sus medios de prensa, principalmente El Mercurio y el Diario Ilustrado. Los bolcheviques, llamados “maximalistas”, eran la bestia negra. “Lenine es un doctrinario obtuso, obstinado, rectilíneo, querellante, que predica un desbarajuste general. Lo que más le importa es destruir” (Diario Ilustrado, 11/11/17). 1 “Los dueños de Chile somos nosotros, los dueños del capital y del suelo; lo demás es masa influenciable y vendible; ella no pesa ni como opinión ni como prestigio“, decía en 1892 Eduardo Matte Pérez (bisabuelo de Eliodoro Matte Larraín)
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Era la revolución de Lenin y Trotsky, así que también a este último apuntaban sus balas de papel: “Lev Dadidovitch Trotzky … violento e implacable en sus odios, cruel y fríamente vengativo, es el instrumento más adecuado para el ejercicio del terror rojo …sus adversarios lo llaman irónicamente el mayor caudillo judío después de Josué …También era judío el presidente del Comité Supremo Central … de la República de los Soviets, Jacob Movchev Sverdloff… Judío es asimismo Ovsey Hershon Zinovieff, presidente del soviet del norte y dictador efectivo de Pet rogrado …Véase pues, que el elemento judío constituye en el actual movimiento comunista ruso una casi absoluta mayoría, y es más que probable que ocurra algo parecido en los restantes países infestados. Señalemos el hecho y que los aficionados a los estudios políticos y sociales deduzcan las consecuencias teniendo en cuenta los diez o doce millones de judíos diseminados por el mundo. La Rusia soviética ha sacado a la luz por lo menos a tres grandes hombres: Lenin, el cerebro; Trotzky, el brazo y Krasin, la fuerza ejecutora. Trozky es un hebreo y esto demuestra el hecho indesmentible de que la revolución rusa ha sido planeada en gran parte por los judíos. El bolcheviquismo es su gran venganza.” (Sucesos, nº 898, 11/12/19)2. Como indican estudios específicos, “el discurso de los diarios conservadores tenían el objetivo de demonizar la imagen de la Revolución y demostrar el efecto nefasto que tendrían los intentos de repetir esta experiencia en Chile”3. Temían su propia existencia como clase social. “Vivimos en horas espantosas. La siniestra cuadrilla de Bonnet, Lenin, Trotzky y Cia., reina por el terror. En Petrogrado y aquí [Moscú], se persigue a cuanto parece pertenecer a la clase burguesa. Nadie se atreve ya a llevar cuello ni 2 Citado en Fernando Estenssoro Saavedra. “La temprana incorporación de la Revolución Rusa en el imaginario político chileno: Su presencia en la elección presidencial de 1920 (un estudio sobre fuentes de prensa)”. 3 Fediakova Evguenia. “Rusia soviética en el imaginario político chileno, 1917-1939”, en: Manuel Loyola y Jorge Rojas comp., Por un rojo amanecer.
corbata” (“Escenas de la Revolución Rusa”, El en la sesión del 5 de febrero de ese año, para haDiario Ilustrado, 1/2/18). cerlo, citó un artículo del diario La Nación del 23 de enero que decía: “El cable ha comunicaExplicaban al “maximalismo” como un movido que Nicolai Lenin murió a las 6,30 horas del miento criminal, que “triunfaba sobre las ruimartes 21 en su residencia particular ubicada nas de las iglesias de Moscou (sic), y sobre los en Moscú. Acaso no hay en el momento una fitrágicos despojos de una juventud pasada a cugura más interesante en el panorama mundial, chillo” “(Una escena en un depósito de cadáveque la de este hombre extraordinario. La figures de Moscú”, El Diario Ilustrado, 23/2/18). ra de Lenin es, con todo, de un relieve único”. De las imágenes del horror, pasaron al com- Hubo “interrupciones, réplicas y contrarréplibate estratégico, condenando que el “absurdo cas”5, pero finalmente, por 26 votos a favor, 5 en ideal social comunista ejerce la tiranía roja del contra y 7 abstenciones, se aprobó. populacho” (El Diario Ilustrado, 9/7/18). DetaEs que, más allá de las maniobras burguesas, y llaban que se trataba de la “negación de la prode sus genuinas divisiones, una nueva fuerza piedad privada; justificación de toda violencia social y política, había irrumpido. y de toda alianza con el total aplastamiento de la minoría burguesa; para ella no hay justi- *** cia del socialismo rojo, no hay derecho sino el Pero esta irrupción atravesó fuertes debates, de la fuerza; no hay patria, sólo existe la clase rupturas. Hubo un proceso de continuidad y social, el proletariado universal, no hay guerra discontinuidad entre las experiencias, organilegítima sino la guerra de las clases sociales: es zaciones y teorías que habían configurado a la el bolcheviquismo tal como reina en Rusia” (La clase trabajadora hasta entonces. Revista Católica nº 433, 17/1/20). El poderoso movimiento anarquista chileno se Por supuesto, no solo descargaban balas de padividió, entre simpatías y desconfianzas, hasta pel. En lo inmediato, exigían “una buena ley de decantarse “en 1922 con un rechazo profundo y residencia, que impida de forma eficaz la engeneralizado”6. trada al país, de malos elementos que nos llegan desde el extranjero” (El Diario Ilustrado, Estaban de un lado quienes afirmaban que 25/2/18)4. “nuestra ruta está ya señalada, Rusia ha roto la marcha, y sus banderas son las nuestras ¡AdeEstaban también sectores progresistas y libelante camaradas!” (Verba Roja, 11/18). rales, prosoviéticos pero anti-comunistas, que reconocían los progresos materiales de la Revo- Y también quienes sostenían que: “¡la anarquía lución, pero rechazaban las perspectivas y es- triunfa en Rusia! Millares de revolucionarios trategias del comunismo. enarbolan su rojo pendón y cantan. Sus himnos rebeldes que ponen en su frente resplandores Los partidos de la burguesía se habían dividido de incendio. ¡Lenin, Trotsky! ¡Pobres, míseros y la confusión reinaba todavía en esos años. despojos de un pueblo noble! ¡Pobres Judas del Incluso, pasados ya un tiempo de estos prime- Siglo XX!” (El Surco n°15, 15/10/18). ros años, la Cámara de Diputados rindió un hoA su vez, se abrió una creciente confrontación menaje a Lenin, aunque a instancias del dipuentre socialistas y anarquistas. tado Luis Emilio Recabarren. El 21 de enero de 1924 había muerto Lenin. Recabarren propuso *** 5 Iván Ljubetic, “Recabarren y la revolucion rusa de 1917”. 4 Citado en Pablo Aguirre Tapia, “El miedo de la elite. Un estudio sobre la clase dirigente en el primer cuarto del siglo xx”
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6 El Impacto de la Revolución Rusa en el Anarquismo Chileno (1918-1922).
Recabarren fue protagonista en esta disputa. Su lucha con el anarquismo fue implacable. Previamente, tenía que romper con su propio pasado. Ya había dado un paso, al fundar el POS y romper el Partido Democrático. Ahora daría otro, al abrazar las perspectivas del bolchevismo7. En Octubre de 1917, Recabarren estaba en Buenos Aires. Su reacción fue inmediata, el 23/12/ 17 escribía que “doy sin vacilar mi voto de adhesión a los maximalistas rusos, que inician el camino de la paz y de la abolición del régimen burgués, capitalista y bárbaro. Quien no apoye a esta causa sostendrá el régimen capitalista con todos sus horrores”. Que se trataba de una batalla contra su propia tradición se puede observar en esta afirmación: “¡Rusia maximalista es la antorcha del mundo! Salud a esa Rusia. Rusia revolucionaria, librando al mundo de la guerra, es el más poderoso baluarte de la democracia; de la democracia del pueblo honrado y trabajador” (“Adelante”, Talcahuano, febrero 1918). Ni bien regresó a Chile en abril de 1918, comenzó el impulso de actividades de solidaridad. “Hicimos mitines en diferentes lugares de la ciudad. Uno de esos lugares estaba cerca de mi casa. Era la plazuela Vicuña Mackenna, en la avenida Argentina con la calle Bolívar. Y en ese triángulo, digamos –14 de febrero era la otra calle-, Recabarren salía con los compañeros. Yo participaba también en esos actos a proclamar la necesidad de apoyar la Revolución bolchevique... “Nosotros, los jóvenes, creamos una tribuna portátil y a veces salíamos con Recabarren a la calle. Yo andaba con la tribuna al hombro: era chiquillo, muchacho todavía. Y en7 En un largo proceso que no pudo completar, resultando en un “momento centrista” que posteriormente, con la contra-revolución stalinista, daría paso al período de los Frentes Populares, dividiéndose el movimiento comunista internacional, así como en Chile, entre stalinistas y trotskistas. Ver Nicolás Miranda, “Historia marxista del Partido Comunista de Chile” y “Contribución para una historia del trotskismo chileno, 19291964”, y Dolores Mujica “Retratos. Hombres y mujeres del trotskismo en Chile”.
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tonces, en cualquier lugar donde nos permitían Después de este viaje publicó su folleto “La Rulas autoridades, plantábamos la tribuna y Reca- sia Obrera y Campesina”, en marzo de 1923. Allí barren empezaba a hablar”8. se observa un mayor acercamiento a las perspectivas de los bolcheviques: “Es de esperar En 1918, dio el pasó a la recuperación de la Gran que después de la lectura reposada de este corto FOCH, dando paso a la FOCH de Recabarren folleto, cada proletario sepa tomar el sitio que que proclama el objetivo de una sociedad sociale corresponde para encaminar sus actividades lista. hacia la realización del programa de combate Hizo giras para dar conferencias dando a cono- del comunismo que destruya este sistema capicer la Revolución. “He explicado en conferen- talista que ya ha probado de sobra su total incias lo que es la Revolución Rusa y el maxima- capacidad para dar al país ningún bienestar”. lismo, desde Lautaro hasta Pisagua, explicando “He vuelto de Rusia más convencido que antes la obra bellamente creadora de la más alta ci- de que urge apresurar la Revolución Social que vilización que se verifica en Rusia con el con- ponga en manos del pueblo todos los poderes curso de toda una nación con la excepción de para la construcción de la sociedad comunisunos pocos cientos de reaccionarios... “Y he di- ta. “Continuar con la inactividad o la espera de cho que la Revolución Rusa ha probado que el ilusorias promesas que se renuevan sin cesar,... socialismo no era una bella utopía ni estaba a es prologar el estado de explotación capitalista, siglos de distancia su realización” (El Socialis- que permite a unos pocos hacerse millonarios en poco tiempo, mientras la mayoría de la pota, de Antofagasta, 16/9/20). blación permanece en la más vil miseria”. Allí En 1922 fundó el Partido Comunista, sobre la reivindicaba la revolución de Lenin y Trotski, base del POS. Poco después, el dirigente argen- lo que pocos años después sería ocultado por el tino José Penelón informaba a la Internacional giro stalinista. Comunista tras una visita a Chile que se trata de “nuestro partido más fuerte en la región”, di- En 1923, inició otra gira de conferencias para rigiendo la mayor central sindical del momento difundir las lecciones que había extraído, las (FOCH) y con una importante representación conclusiones a las que había llegado. En un acto en la Plaza de Armas de Santiago manifestó parlamentaria de 8 diputados y 2 senadores9. que “en Rusia no existe la burguesía gobernanY viajó a Rusia. El 9 de octubre de 1922, inició te, en Rusia no existe el capitalismo explotador, su viaje a Europa. Iba a participar en calidad en Rusia las fábricas, los campos, la producción de delegado de la Federación Obrera de Chile, está en poder de los trabajadores...”. FOCH, en el Segundo Congreso de la Internacional Sindical Roja, y a representar al Partido También ese año, el Partido Comunista orgaComunista de Chile en el Cuarto Congreso de nizó campañas de solidaridad con el pueblo soviético, formando comités de solidaridad, y la Internacional Comunista. los fondos recaudados eran al Comité Central Allí, habría tenido una entrevista de 40 minutos Obrero de Ayuda al Proletariado Ruso con sede con Lenin, Trotsky y el Comité Central del Par- en Berlín. tido Bolchevique10, más bien de conocimiento *** mutuo. 8 Salvador Ocampo, citado por Iván Ljubetic 9 Olga Ulianova. Develando un mito: emisarios de la Internacional Comunista en Chile 10 Carlos Bassaletti y Dante Bravo. Recabarren, Lenin y Trotsky. Diálogos de Moscú.
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La respuesta burguesa no se limitó a la represión, persecución, hostigamiento. También dio paso a las primeras experiencias de reformismo burgués, con Arturo Alessandri Palma, y de bonapartismo con la dictadura de Carlos Iba-
ñez del Campo en 1927. Es que un elemento nuevo había irrumpido: el paso a la acción política independiente de la clase trabajadora, bregando por poner en pie un partido propio que proclamaba la lucha por la toma del poder del estado por medio de una revolución, el Partido Comunista, y con una poderosa organización sindical, la FOCH de Recabarren, que había sido impulsora de un gran frente único obrero, la Asamblea Obrera de la Alimentación Nacional. *** Las lecciones estratégicas que se sacaban, tomaban inmediata forma organizativa, como decíamos, con la fundación del PC, la FOCH y la AOAN. Los debates políticos inundaban los periódicos, de la burguesía y de la izquierda. Soviets, bolchevismo, socialismo, partido revolucionario de combate, pasaron a ser parte del lenguaje común de miles de trabajadores y estudiantes. La burguesía se dividió, y llegó a dividir, unos años más tarde, a sectores de las FFAA11. 11 Con la rebelión de la Marina de 1931, con los marinos reuniéndose con el PC y la FOCH como “representantes del proletariado” y proclamando la necesidad de “la revolución social”.
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La revolución no llegó a Chile, aunque hubo situaciones revolucionarias y pre-revolucionarias. Se interpusieron políticas de colaboración de clases en un Partido Comunista que se hacía stalinista, las vacilaciones centristas de los primeros trotskistas, las políticas de reformismo burgués, la dura represión. Pero sí nacía algo que, hoy, es denostado -con miopía- descalificándolo como “copiar un modelo”: una estrategia para la revolución, la bolchevique. Lenin la sintetizaba a propósito de otros debates12: “De una parte, el bolchevismo surgió en 1903 sobre la más sólida base de la teoría del marxismo”, de su internacionalismo: “gracias a la emigración provocada por el zarismo, la Rusia revolucionaria de la segunda mitad del siglo XIX contaba con una riqueza de relaciones internacionales y un conocimiento tan excelente de todas las formas y teorías del movimiento revolucionario mundial como ningún otro país”, y “de otra parte, el bolchevismo, surgido sobre esta base teórica de granito, tuvo una historia práctica de quince años (1903-17), sin parangón en el mundo por su riqueza de experiencias … en la sucesión de las distintas formas del mo12 “El izquierdismo, enfermedad infantil del comunismo”.
vimiento, legal e ilegal, pacífico y tormentoso, clandestino y abierto, de propaganda en los círculos y entre las masas, parlamentario y terrorista”. Y detalla el desarrollo del bolchevismo en “Las etapas principales de la historia del bolchevismo”. Los “Años de preparación de la revolución (1903-05)”: La clave, aquí, fue que se planteaban “teóricamente todas las cuestiones esenciales de la revolución”. Y que se dio una “una lucha encarnizada de concepciones programáticas y tácticas, los representantes de las tres clases fundamentales, de las tres corrientes políticas principales −la liberal-burguesa, la democráticopequeño-burguesa (encubierta con las etiquetas de las tendencias “socialdemócrata” y “socialrevolucionaria”) y la proletaria revolucionaria”. Y así es que “van cristalizándose las tendencias ideológicas y políticas realmente clasistas; las clases se forjan un arma ideológica y política adecuada para las batallas futuras” – “Años de revolución (1905-07)”: La clave aquí es que los partidos y las clases aprenden en pocos años “la ciencia de la política” en el curso de la revolución misma – “Años de reacción (1907-10)”: La clave aquí es que “la lucha de clases se manifiesta de un modo absolutamente nuevo y con mayor relieve. Los partidos revolucionarios deben completar su instrucción. Han aprendido a desplegar la ofensiva. Ahora deben comprender que esta ciencia hay que completarla con la de saber replegarse acertadamente. Hay que comprender −y la clase revolucionaria aprende a comprenderlo por su propia y amarga experiencia− que no se puede triunfar sin saber desplegar la ofensiva y retirarse con acierto”. Y que quien mejor supo replegarse fue el partido bolchevique, ¿por qué?, “porque desenmascararon sin piedad y expulsaron a los revolucionarios de palabra, obstinados en no comprender que es necesario replegarse, que es preciso saber replegarse, que es obligatorio aprender a actuar legalmente en los parlamentos más reaccionarios y en las organizaciones sindica-
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les, cooperativas, de seguros y otras semejantes, por muy reaccionarias que sean”. – “Años de ascenso (1910-14)”: La clave aquí fue que “los bolcheviques desplazaron a los mencheviques, cuyo papel como agentes burgueses en el movimiento obrero fue admirablemente comprendido después de 1905 por toda la burguesía y a los cuales, por eso mismo, sostenía de mil maneras contra los bolcheviques.Pero éstos no hubieran logrado nunca desplazarles si no hubiesen aplicado una táctica acertada, combinando la labor ilegal con la utilización obligatoria de las ‘posibilidades legales’”. – “Primera guerra imperialista mundial (1914-17)”: La clave aquí fue el saber pasar a la ilegalidad, y que el bolchevismo “desenmascaró sin piedad la villanía, la infamia y la abyección del socialchovinismo y del ‘kautskismo’” – “Segunda revolución rusa (febrero-octubre de 1917)”: la clave aquí fue que “los bolcheviques empezaron su lucha victoriosa contra la república parlamentaria (de hecho) burguesa y contra los mencheviques”, buscando primero ganarse a las masas, a los Soviets, y planteándose la conquista del poder. Lecciones estratégicas que aún mantienen su vigencia, y una larga tradición en Chile.
CULTURA
De la vanguardia obrera y la vanguardia artística:
Sobre el Arte
Soviético Alejandra Decap
En su efervescencia, el proceso ruso abrió las posibilidades para construir un arte totalmente nuevo. Entender la Historia del Arte como un proceso que podría alienarse de alguna manera a la historia de la humanidad misma, es en sí un planteamiento absurdo. El estudio de la disciplina artística se condice a parámetros históricos claros y su enfoque se define de acuerdo a las necesidades de su tiempo. Es, por tanto, el Arte, hijo y subordinado de su época, aun planteándose desde la línea más revolucionaria posible; lo establecido en su contexto, es lo cuestionado, evidenciado o alabado por la obra artística.
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kandinski
Si bien comprendemos cuando se nos señala que el arte está estrechamente ligado a la política, cabe a lugar preguntarnos cómo, cuándo, dónde y por qué se origina esta relación: A 100 años de la revolución soviética, cabe cuestionarnos cuales fueron los cambios, choques y rupturas que se produjeron en el mundo del arte a la luz de la toma del poder por parte de obreros y campesinos, generando un quiebre profundo que se tradujo en la apertura de una nueva época y por tanto, nuevas formas de producción en el arte. Entre 1917 y 1932, el arte soviético tuvo prácticamente libertad absoluta para deslumbrar al mundo con los avances culturales del primer estado obrero del mundo. Marc Chagall, Wassily Kandinsky, Boris Kustodiev, Isaak Brodsky, Kuzma Petrov-Vodkin y Kazimir Malevich forman parte de esta época “dorada” en la que se entrelazaban movimientos como el futurismo ruso, el cubismo y el constructivismo, equilibrando entre la abstracción y lo geométrico, al tiempo que se difundían las ideas del nuevo orden socialista. Si quisiéramos resumir los movimientos artísticos que se desarrollaron al alero de la revolución, podemos dividirlos en dos grandes grupos: la vanguardia rusa y el realismo socialista. Ambos géneros abarcaron todo tipo de creación artística, incluyendo poesía, pintura, escultura, teatro, literatura y cine. Finalmente terminaron enemistándose y al final sólo el realismo socialista prevalecería bajo el régimen de Stalin quien suprimió todo otro tipo de expresión. La vanguardia previa a 1917 su realización política en la revolución
y
Para comprender los saltos en términos de producción, es necesario remontarnos a 1900, donde el arte ruso comenzaba a salir a la escena mundial: sus literatos, como Gorky y Tolstoi, eran cada vez más reconocidos. En las artes visuales, el folclor empapaba la creación, dejando como resultado obras coloridas y para 1908, por ejemplo, ya se hablaba en la prensa rusa del “arte
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del futuro”, un año antes de que Filippo Marinetti acuñara el término “Futurismo” en Italia. Ese “arte del futuro” se refería a las obras de originales artistas como Mikhail Larionov, Natalia Goncharova, Vladimir Baranoff Rossiné, David Burliuk y Alexandra Exter. De estos artistas, varios habían viajado a Europa Occidental y estaban bien enterados de las ideas de vanguardia; Larionov y Goncharova, por ejemplo, ya habían estado en París (Douglas, 1975), lo que influyó notablemente en la escena rusa. En la primavera de 1908, se realiza una muestra en San Petersburgo titulada “Tendencias modernas”; Exter y Burliuk estaban entre los principales expositores. La representación de estados de ánimo era el foco principal de las obras incluidas, muy lejano al realismo socialista. La evidencia de los avances de la escuela literaria simbolista rusa y el salto teórico en la producción de las artes visuales, esclarecen que sociedad artística de vanguardia en ese país estaba lista para las formulaciones más atrevidas en la concepción del arte. El Lissitzky, uno de los más célebres artistas rusos, declaró en 1922 que “la propia Revolución de Octubre en el arte se originó mucho antes de 1917”. El trabajo de Vassily Kandinsky, Vladimir Tatlin, Antoine Pevsner, Alexander Rodchenko y Kazimir Malevich, por ejemplo, es muestra de la vertiginosa actividad en la vida artística rusa y de las confrontaciones de ideas y formas. Las exposiciones del grupo Karo-Bube (Sota de Diamantes), en Moscú, son ejemplo de la dinámica artística rusa de los años previos a la Revolución de Octubre de 1917. Este grupo se configuró en 1909 y realizó exposiciones en el Invierno de los años 1910 al 1917 (Weiss, 1985), buscando acercamientos al llamado Cezannismo, al post-impresionismo en general, al Fauvismo y al Expresionismo. En 1915, en San Petersburgo, el padre del Suprematismo, el -ya mencionado- Malevich, expuso su obra Cuadrado negro sobre fondo blanco. “El cuadrado, imposible de encontrar en la naturaleza, era el elemento suprematista básico: el fecundador de
larionov
goncharova
todas las formas suprematistas. El cuadrado era un rechazo del mundo de las apariencias y del arte anterior” (Stangos, 1989). Era sin más, una forma cargada de sentido en la hermosa paradoja de la ausencia de todo objeto. Implica entender el arte como trabajo, como expresión de la colectividad y de la actividad humana más elemental: el arte es un instrumento, una herramienta más para evidenciar el poder del hombre sobre la naturaleza. Lo material predeterminando la cultura y la cultura a su vez, construyendo un mundo material en directa relación con la naturaleza y en pos del devenir de la historia. La abstracción es, en el fondo, la búsqueda de la “idea” hegeliana. El arte como elemento, es una conquista de la razón y del mundo moderno. A pesar de las diferencias evidentes de enfoque y ejecución, todos tenían una actitud única: de un modo u otro, creían en el papel social del arte1. A su llegada, entonces, la Revolución habría creado, desde el punto de vista de estos artistas, una oportunidad de oro para participar significativamente en la construcción de un nuevo modo de vida. La vanguardia artística, en suma, se habría potenciado con la Revolución, pero no habría sido creada por ella. El momentum histórico creado por la Revolución de Octubre fue para estos artistas de vanguardia una suerte de epopeya heroica que propiciaba la construcción de un nuevo modo de vida, que impulsaría el progreso del hombre y la mujer. Ideas como esta, que ubicaban al arte precediendo los cambios sociales y políticos, pronto harían ruido en las oficinas gubernamentales y no gozarían de libertad más allá de 1932. La vanguardia rusa previa a 1917 muestra un desarrollo asombrosamente fluido en ideas desde 1913 en adelante. Es posible decir que en términos de ideas formales y rupturas radicales, la vanguardia ya había echado raíces en suelo ruso cuando los bolcheviques entraron a escena nuestro famoso Octubre.
1 Kurz Muñoz, Juan Alberto, El arte en Rusia. La era soviética, Instituto de Historia del Arte Ruso y Soviético, Valencia, 1991.
burliuk 41
En la década de 1920 era notable que la vanguardia artística rusa pre-revolucionaria había sido tremendamente influyente, pero la vanguardia que lideraba la escena en los años inmediatamente posteriores a la revolución se alzaba contra la vanguardia prerevolucionaria: la crisis de esta primera vanguardia rusa era evidente y no necesitó ningún enemigo externo que azuzara sus contradicciones. Las y los artistas estaban siendo “actor y parte” en la transformación de la sociedad; de esta forma, no extrañó que grandes artistas como Malevich participaran del gobierno de los Soviets, en los ministerios de Educación y y departamentos de Cultura. La gran mayoría de los artistas de la vanguardia rusa deseaban sinceramente servir a la Revolución. Deseaban hacerlo con sus propias herramientas y convicciones, sus propios deseos y concepciones, pero nunca de anular sus individualidades. El inicio de la Revolución bolchevique trajo entonces la oportunidad de no solamente desnudar el Arte, sino también de arrancarle la piel. Muchos de ellos, embelesados con el proceso revolucionario, proclamaban la “muerte del arte burgués” y plantearon seriamente la quema de museos tradicionales rusos, cuestión que los bolcheviques discutieron pacientemente, planteando la necesidad de recuperar el “tesoro secreto de la burguesía” para el proletariado. Desde el gobierno de los soviets se busca fortalecer la creación artística, alcanzando su punto culmine antes de la muerte de Lenin. Realismo
Socialista
como
Barbarie
La política cultural desde la muerte de Lenin y la asunción del “Gran Stalin” como le gustaba autodenominarse al mayor organizador de derrotas de la historia, también prestaba atención a los artistas vanguardistas; para reprimirlos, perseguirlos y castigarlos por su concepción “pequeño-burguesa y antiproletaria” del arte. El Realismo Socialista se erigió como exterminio moral de la vanguardia artística más prolífica y revolucionaria que han parido los procesos sociales. Una vanguardia que no pretendía ser mera propaganda política se vio a
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sí misma entregándose al temblor social más importante que tuvo el siglo XX. Según André Bretón, la burocracia estalinista buscaba “Aplastar el arte para siempre” en un régimen que alienaba la libertad humana corrompiendo sistemáticamente todo lenguaje que pretendiera tender a la fraternidad universal. El estalinismo prohibió todo arte de vanguardia que no empalmara con su concepción estética (que menospreciaba las capacidades de la clase obrera entregándole solamente arte de “fácil aceptación” con motivos directamente relacionados a su labor, sin profundización teórica y carente de cualquier sentido que no fuese propagandístico): se desprecia abiertamente, al igual que en el fascismo, cualquier tipo de conceptualización -más allá de la repetición enfermiza de la imagen del hombre nuevo o del mesianismo histérico aplicado a figuras importantes del marxismo como Lenin-, por considerarlo derechamente “caprichos pequeñoburgueses” o “subjetivistas opuestos a una concepción materialista-dialéctica”. Posterior al empuje inicial de la Revolución, las medidas de “saneamiento” no se hicieran esperar: academias y escuelas de arte fueron cerradas. En el seno de la dirigencia política estalinista, la mayoría de los intelectuales pensaba seriamente que si representaba a un obrero con una bandera roja, eso era ya arte de vanguardia. Se constituye así el realismo soviético, como la reacción frente a la explosión vanguardista sumado a la censura implacable que efectuó el “socialismo-barbarie” al ala crítica del autoritarismo de la URSS. En 1932, el Kremlin señalaba q u e : “El realismo socialista exige del artista de una representación verídica, históricamente concreta y fiel a la realidad en su desarrollo revolucionario. Además, el carácter verdadero e históricamente concreto de dicha representación artística de la realidad debe combinarse con el deber de transformación ideológica y de educación de las masas dentro del espíritu del socialismo“. La larga noche del terror burocrático se extendía tanto sobre el pueblo ruso
como sobre el avant-garde y sus sueños y utopías. Como definiría Bretón, la literatura, las artes visuales y en menor medida el cine, al estar supeditadas a un “manual de instrucciones” de creación artística “realmente socialista”, avanzaron a un punto “irremediablemente decadente” en el que la vulgaridad de la representación rayaba en el énfasis y la iconod2 ulia.
momento en el desarrollo del arte en la URSS, surgen diversos cuestionamientos; ¿Cómo resistir al potencial de destrucción en nombre del progreso? ¿Cómo hacer arte que pueda escapar del cambio? ¿Cómo plantear un concepto permanente de arte, atemporal, trans-histórico? El cambio es, entendiendo la realidad de forma dialéctica, el status quo4. Debía entenderse el cambio permanente como única realidad posible.
Tal como plantea Walter Benjamin: “El artista debe reflexionar sobre su rol en el proceso de producción, resistirse a la cultura apropiacionista de la burguesía, migrar a la revolución de clase (proletaria) y trabajar desde allí para cambiar los medios de producción. En lugar de hablar en nombre de esta fuerza social, debe alinear su práctica con su producción.” 3 Es decir, el artista no puede pretender ser la voz de los oprimidos, sino sencillamente configurar su trabajo como producción material de los cuestionamientos: no es un patrono ideológico de la clase obrera ni mucho menos la luz nos guiará hacia una sociedad sin estado y sin clases sociales; es un ente que se relaciona activamente con su contexto y trabaja sobre esa base.
Crítica cuencias
2 Del realismo socialista como medio de exterminio moral. Surrealismo frente al Realismo Socialista. André Bretón.
4 Becoming Revolutionary on Kazimir Malevich, Boris
3 Walter Benjamin, El Autor como Productor.
5 León Trotsky, Sobre arte y cultura. Madrid: Alianza, 1971.
práctica del
y terror
las conseburocrático
Trotsky escribió tajantemente “(…) la definición (de realismo socialista) sólo pudo haberla inventado un burócrata encargado de dirigir un departamento de Bellas Artes. El «realismo» consiste en imitar daguerrotipos provincianos del último cuarto de siglo pasado, y el estilo «socialista» en utilizar trozos de fotografía retocada para representar sucesos que nunca han ocurrido. No se pueden leer sin repugnancia y horror los poemas y novelas, o ver pinturas y esculturas en los que funcionarios armados de plumas, pincel, o cincel, y vigilados por funcionarios armados de pistolas, glorifican a los «grandes jefes geniales» en los que no hay una sola chispa de genio o de grandeza. El arte de La obra política que intenta imponer un discurla época de Stalin quedará como la expresión so es un sinsentido, porque el arte no sirve para más notable de la más profunda decadencia de hegemonizar, sino para discutir, abrirse ante el la revolución proletaria”.5 espectador y plantear discusiones de acuerdo a su contexto. El arte, tanto visual como de cual- Este anti-mesianismo expresado en la crítica quier tipo, tiene sus representaciones materi- al realismo socialista se mantiene en esta nueales y, en lo político, representaciones materi- va etapa de burocratización y destrucción de ales de elementos objetivos; por lo tanto, es un las conquistas de la revolución de octubre. La imposible generar un arte político de izquierda continuación de la revolución en el arte podría fuera de las bases materiales e identitarias de entenderse como su radicalización permanenun discurso inheremente clasista. En caso con- te, como su repetición, como la “revolución trario, es politiquería, puesto que no represen- permanente” en el campo tanto plástico como ta materialmente elementos de necesidad obje- social. Pero la radicalización de los postulados tivos o elementos de luchas subjetivas, sino una y prácticas de la revolución en las condiciones mirada de un grupo burocrático sobre un acon- de fragilidad y equilibrio inestable del estado tecimiento; esto, en el fondo, aliena a la obra y pos-revolucionario podía al mismo tiempo ser la convierte en un mero panfleto. Frente a este fácilmente entendida como la contrarrevoluGroys.
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chagall
ción, como un acto de debilitamiento y desestabilización de los logros revolucionarios. La estabilización del orden post-revolucionario es, contradictoriamente una traición a la revolución, porque esta estabilización post-revolucionaria revive inevitablemente las normas pre-revolucionarias de la estabilidad y el orden, al menos en un periodo transicional en donde se debe estar siempre muy atento, y por fuera de una forma totalmente evolucionista y poco dialéctica: los avances y retrocesos son ineludibles, desarrollándose de manera desigual y combinada. Vivir en esta paradoja se convierte, como sabemos, una verdadera aventura que históricamente sólo unos pocos políticos revolucionarios han sobrevivido; la mayoría fueron brutalmente asesinados en el camino. Tensionar al caos -desde la estructuración absurda del régimen estalinista- fue quizás la mejor arma para mantenerse en pie de guerra.
Lo que sobrevive a la destrucción es la imagen de la destrucción. Trabajando y apelando a la máxima creatividad para “por reformular el nexo entre “arte” y “política” fuera de toda dependencia ilustrativa al repertorio ideológico de la izquierda sin dejar, al mismo tiempo, de oponerse tajantemente al idealismo de lo estético como esfera desvinculada de lo social y exenta de responsabilidad crítica en la denuncia de los poderes establecidos.”6 Es decir, configuraron en su conjunto un “frente de resistencia” desde el arte; no se manifestaron exclusivamente en contra de la imagen representativa del poder mismo sino contra toda codificación represiva, renovando las lógicas comunicativas del arte de aquél entonces. Artistas como Malevich, Chagall o Kandinsky se mantuvieron firmes en esa posición, causándoles el exilio, el encarcelamiento o en el peor de los casos, la muerte. Esta postura, derecha6 Nelly Richards Lo político en el Arte: Arte, política e Instituciones
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malevich
mente política, tiene que ver con las diferencias en la dislocación de los puntos de vistas con respecto a todo el orden existente; en este caso, percepciones de cómo debería ser el arte y por qué. Es en este sentido, la necesidad de parte del régimen stalinista era de un arte que al cumplir con las expectativas de la burocracia, se queda atrapada en el problema de la representación. De nada sirve el arte en pleno siglo XX si lo que se quiere representar es la “realidad”, cuando existe la cámara fotográfica. En esta discusión político-ideológica se quedaron atrás, porque la historia les pasó por encima. Este fue sólo uno de los muchos errores que cometieron. Esta percepción del arte no responde sólo a la disciplina del mismo, sino que responde a una lógica que es transversal a toda la estructura de la sociedad y deviene de una estrategia revolucionaria totalitaria y nacionalista, cuyas autoridades constantemente se echaban polvo sobre los ojos, por no querer ver más allá de sus
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narices. Hoy, esta reflexión toma más relevancia: no es por generación espontánea que nuevamente estemos viendo una creciente oleada de “regreso a lo político” dentro del arte contemporáneo; muestra de ello son las –cada vez más frecuentes- exposiciones, dentro y fuera de Latinoamérica, que pretenden funcionar fuera de la autoridad del capital. Bajo los preceptos de polaridad ideológica y dislocamiento histórico, nos encontramos en un momento de crisis económica y de legitimidad del régimen político e institucional: hubo levantamientos obreros y populares en varios países de Europa y el mundo, que, junto la emergencia de nuevos fenómenos politicos tanto de izquierda como de derecha, desembocan en una especie de “caldo de cultivo” en el mundo del arte; un giro desde aquellas propuestas más autorreferenciales o de ironía posmoderna hacia un arte más “comprometido y social”. Se termina de configurar un nuevo panorama de la lucha de clases.
Lenin & el Partido Pablo Torres
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CUESTIONES DEL MARXISMO
Lenin y el Totalitarismo1 es el libro con el que Mauricio Rojas, un devenido en liberal de derechas, que en su juventud militó en el MIR y actualmente hace ideología en la Fundación Para el Progreso de Axel Káiser, intenta a 100 años de la Revolución Rusa, disparar contra Lenin, Marx y contra toda idea de revolución social y de un futuro comunista, so pena de un destino inevitablemente totalitario, de terror y tragedia, asociado al criminal régimen de Stalin y sus horrores. Su núcleo es establecer una relación de causalidad entre la “idea” totalitaria (Marx), aparato totalitario (Lenin) y “sistema totalitario” (Stalin). La clave para explicar el estalinismo y los mal llamados “socialismos reales”, con la revolución rusa como teatro de operaciones y (supuesta) realización de aquella idea (comunismo), es fijar a Marx y Lenin como responsables en última instancia de los gulags y campos de concentración, deportaciones, ejecuciones en masas, torturas y asesinatos durante el estalinismo. No es de todos modos una idea nueva para atacar al marxismo, sino tomando los argumentos prestados de la intelligentzia capitalista occidental que tras la caída del Muro han buscado desacreditar la lucha por el comunismo (la superación de la(s) sociedad(es) de clase y el inicio de verdadera historia de la humanidad) mediante la identificación al estalinismo y su reaccionario aparato burocrático. Si las décadas de reacción neoliberal lograron instalar, como decía Thatcher, “There Is No Alternative” (que “No hay alternativa”), los ataques al marxismo han servido para justificar que no hay horizonte posible más allá del capitalismo y de la democracia liberal representativa. En nombre de la defensa de la “democracia” y de la “libertad”2 se defiende un sistema cuya 1 Lenin y el totalitarismo. Mauricio Rojas Mullor. Editorial Debate. 2017. 2 De las libertades públicas amplias formalmente, pero en
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esencia sigue siendo hoy, ya entrado el siglo XXI (con una población que en pocos años llegará a los 8.000 millones de habitantes), uno en el que la gran mayoría (la clase-que-vive-del-trabajo3) vive “libremente” explotada y en condiciones de mera reproducción como fuerza de trabajo (con lo mínimo), mientras una ínfima minoría es dueña de los más grandes recursos y riquezas, que amenazan no solo la vida humana (v.gr. con el armamento nuclear), sino la propia naturaleza de forma cada vez más abrupta. En este marco la ampliación de la “democracia” y la “libertad” en numerosos países durante el neoliberalismo (con Estados Unidos como uno de sus principales “exportadores”, contra dictaduras “de izquierdas o derechas”) han servido como una gran cobertura de un capitalismo cada vez más destructivo. A 100 años de la Revolución Rusa, que un liberal de este tipo ataque al marxismo no es gratuito, sino el intento de defender un orden imperialista establecido en el siglo XXI que se empieza resquebrajar, a sentar las condiciones de mayores crisis y de una revalorización del pensamiento socialista. El marxismo revolucionario debe ser rescatado no solo de la montaña de difamaciones de todo tipo, sino de la montaña de falsedades, mentiras y brutalidades que montó sobre éste el estalinismo (desacreditándolo), como una tarea estratégica para reconstruir el socialismo revolucionario en el siglo XXI4. una esclavitud amparada en ella, encubierta de libertad de adquirir y poseer grandes bienes por parte de una ínfima minoría y una gran mayoría “libre” para vender su fuerza de trabajo, para ser explotada. 3 ¿Adiós al trabajo?. Ricardo Antúnez. Herramienta. Buenos Aires. 2003. 4 “La burocracia que dominaba dictatorialmente la URSS había ubicado en el centro de esta degradación a Lenin convirtiéndolo progresivamente desde su muerte en el centro del “leninismo” como nueva ideología de Estado. Con la caída del stalinismo, las masas, que durante la posguerra y el ascenso de los ‘70 no pudieron superar a éste de forma revolucionaria, rechazaron al marxismo y a Lenin identificándolo con la burocracia totalitaria. El predominio del stali-
Habiendo diversas consideraciones sobre el libro mismo, una de cuyas centrales sería sobre el comunismo y las ideas de Marx (la degeneración sobre éste que monta Rojas para responsabilizarlo en última instancia de creador de la “sociedad totalitaria”)5, nos centraremos en Lenin y la política, enmarcado en la construcción del partido. Lenin, el partido y la clase; o nuevamente la relación entre lo social y lo político El centro de su ataque a Lenin es la idea y lucha por construir un partido revolucionario, a la cual acusa como “célula esencial del cuerpo totalitario del futuro”6. Para ello toma el polémico folleto ¿Qué Hacer?, escrito en el año 1902, en que Lenin intenta establecer las bases para la formación de un partido revolucionario unificado en Rusia, para superar la disgregación de la socialdemocracia (marxista) en pequeños nismo degradó el marxismo a los ojos del mundo y permitió el paso a otra gran operación ideológica: luego de la caída del Muro de Berlín ya no había lugar para el marxismo de Lenin. Fue el momento donde predominaron las coordenadas ideológicas y políticas posleninistas”. Zizek y su Lenin posmoderno. En http://www.pts.org.ar/ Zizek-y-su-Lenin-posmoderno. 5 Mauricio Rojas ataca rabiosamente lo que considera el “modelo” leninista, el “revolucionario profesional” como “esencia misma del partido” (en dictaduras o en democracias), el “eslabón del que depende la fuerza de toda la cadena” como el verdadero “cuerpo totalitario” que luego “consolidaría” Stalin. Para ello debe ir más allá en su operación interesada. El “revolucionario profesional” (es decir, aquel militante que dedica su vida a la causa de la revolución) se trataría de un personaje medio loco, con “delirio del redentor” (que intenta la realización “del reino del cielo en la tierra”), imbuido de aquella “fe militante en un acto místico de redención que prácticamente puede transformarlo todo y resolver todos los problemas sociales y políticos de un golpe”. Aquí entra Marx y su idea “mesiánica” de “la futura sociedad o comunidad total, capaz de alcanzar la armonía entre individuo y colectivo (…) sociedad-comunidad sin divisiones ni conflictos internos”; sus ideas serían el “componente esencial” de aquel “sistema totalitario”. Así, de sujetos los militantes se transforman en “hombres-especie” cuya vida estaría destinada a realizar una sociedad de subordinación y desaparición completa del individuo. “Esta idea exaltada de la camaradería da expresión a la esencia más profunda de la aspiración totalitaria: el deseo de pertenencia absoluta a algo superior, la entrega del individual colectivo, a la única familia, lealtad y amor que puede dar un sentido total de pertenencia e identidad frente al cual todo lo demás deja de tener valor”.
círculos; y las dificultades creadas en el marco del zarismo (arrestos, deportaciones, infiltraciones y censura) para la actividad revolucionaria. Mediante la relación que Lenin establece entre “espontaneidad de las masas” y “consciencia” revolucionaria (años después, en plena revolución, superará dialécticamente como veremos más abajo, pues respondía a una lucha política concreta en una situación concreta), Mauricio Rojas denuncia aquí el que considera “núcleo teórico” de Lenin, el que “fundamenta su derecho a ejercer el poder, incluso en contra de lo que el proletariado de carne y hueso pudiese pensar o desear”7: la consciencia revolucionaria (socialista) sería la “verdadera voluntad” del proletariado, y como ésta viene desde afuera, de los intelectuales revolucionarios (una “docena de jefes probados”), está por sobre la “espontaneidad” y deseos de los trabajadores (cuya consciencia señala Lenin, se limitaba a “consciencia tradeunionista” o “sindicalista”). Con esto, Rojas intenta reconstruir la teoría de la sustitución totalitaria de la clase por el partido, del partido por su dirección, y de su dirección por el jefe personal, “expresión característica de la intelligentsia revolucionaria que trata de sustituir al proletariado como cabeza pensante y agente real de la revolución comunista”8. Si la batalla constante de Lenin era combatir la ideología (tan extendida en nuestro tiempo) según la cual los trabajadores deben limitarse a hacer, a lo más, sindicalismo (luchas económicas) y los partidos, cuadros e intelectuales burgueses deben hacer la política; en él no había una relación mecánica o directa entre la clase trabajadora y su representación política, en el sentido que el socialismo no surgía espontáneamente de la lucha de clases (pues la ideología espontánea era “tradeunionista” o sindicalista, es decir burguesa), y ese era el fun7 Ibid. Página 58. 8 Ibid. Página 60. Incluso, en este ataque, intenta hacer una interpretación liberal de la interpretación de Deutscher sobre la lucha política que Trotsky desarrolló contra Lenin en 1904 (tras la ruptura de 1903 entre bolcheviques y mencheviques).
6 Lenin y el totalitarismo. Mauricio Rojas Mullor. Editorial Debate. 2017. Página 50.
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damento de la necesidad de una organización de los elementos más conscientes de la clase obrera y la intelectualidad, que mantuviera autonomía política con respecto a la clase de conjunto, dedicándose profesionalmente a la revolución. La lucha del Qué Hacer? de Lenin significaba una primera ruptura con una visión evolutiva y lineal de partido, de identidad entre “partido” y “clase”. En ¿Qué Hacer? Lenin combatía los prejuicios de los economistas, que señalando el predominio de la lucha económica del proletariado, separaban ésta de la lucha política, y condenaban así a los obreros a despreocuparse de la política (estrechamente vista como “política sindical” o “tradeunionista”). Para los economistas no es tarea del partido señalar “tal o cual táctica de lucha ni las tareas u objetivos”9, sino simplemente acompañar el movimiento10. Según ellos la lucha económica elevaría “espontáneamente” a los obreros a la consciencia socialista, y no la lucha política (ni la batalla ideológica del marxismo frente a la teoría burguesa). Contraponían la consecución de “resultados tangibles” a lo que denominaban una “abstracta lucha por el poder”11. Con ello, Lenin denunciaba que en nombre del marxismo, buscaban transformar al partido revolucionario en un partido de reformas económico-sociales y democráticas12. 9 Qué Hacer?. Problemas candentes de nuestro movimiento. Lenin. 1902. 10 Eduard Bernstein, teórico de la socialdemocracia, contra el cual combatiría Rosa Luxemburgo, dirá, “el movimiento es todo, el objetivo nada”. 11 Que Hacer. Problemas candentes de nuestro movimiento. Lenin. 1902. 12 A medida que crece la lucha sindical espontánea de los obreros, más declarada era para los marxistas la necesidad de la “consciencia socialista”, de recrear el marxismo como guía para la acción y de sentar las bases de un partido sólido de combate que se proponga el derrocamiento del zarismo y la revolución social. Allí reside el error de los economistas: “Cuando las huelgas se difunden, algunos obreros (y algunos socialistas) comienzan a pensar que la clase obrera puede limitarse a las cajas o sociedades de resistencia, que las huelgas por sí solas pueden procurar una gran mejora de su situación y aun su emancipación. Cuando ven la fuerza que representan la unión de los obreros y aun sus pequeñas huelgas, algunos piensan que a la clase obrera le basta con declarar la huelga general en todo el país para conseguir de los capitalistas y
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Un partido no que preparara la ruptura revolucionaria con el orden establecido mediante el enfrentamiento con el aparato estatal (y militar) de la clase dominante, sino de evolución de conquistas parciales (siempre amenazadas) en el marco del régimen social capitalista (algo así como una vía pacífica y gradual al socialismo). De allí que Lenin señala que “lo que sea rebajar la ideología socialista, todo lo que sea alejarse de ella, equivale a fortalecer la ideología burguesa”13. “Rebajar la ideología socialista” al nivel de la “espontaneidad” era justamente limitar al POSDR al seguimiento de los movimientos tal cual se dan y a las reformas. Lenin, “La teoría de Marx puso en claro la verdadera tarea de un partido socialista revolucionario: no inventar planes de reestructuración de la sociedad ni ocuparse de la prédica a los capitalistas y sus acólitos de la necesidad de mejorar la situación de los obreros, ni tampoco urdir conjuraciones, sino organizar la lucha de clase del proletariado y dirigir esta lucha, que tiene por objetivo final la conquista del Poder político por el proletariado y la organización de la sociedad socialista.14” Limitar y separar la lucha económica de los trabajadores (totalmente necesaria para su lucha contra los capitalistas, pero insuficiente para los objetivos socialistas de emancipación social) de la lucha política contra la monarquía y por una república de los trabajadores (dictadura del proletariado), significaba transformar al POSDR en un partido reformista. De esto justamente se trataba la ideología del liberalismo que impregnaba el espíel gobierno todo lo que quieran. Esta opinión la expresaron también los obreros de otros países cuando el movimiento obrero estaba en su etapa inicial y los obreros contaban aun con muy poca experiencia. Pero esta opinión es errónea. Las huelgas son uno de los medios de lucha de la clase obrera por su emancipación pero no el único, y si los obreros no prestan atención a otros medios de lucha, demoran el desarrollo y los éxitos de la clase obrera.” ¿Cuáles eran estos “otros medios de lucha”? “utilizar todas las expresiones de descontento, reunir y utilizar cualquier manifestación de protesta, por incipiente que sea. (…) Las denuncias políticas son una declaración de guerra al gobierno, así como las de carácter económico son una declaración de guerra al patrón de la fábrica”. Qué Hacer. Problemas candentes de nuestro movimiento. Lenin. 1902. 13 Ibid. 14 Nuestro Programa. Lenin. 1899.
ritu economista de aquellos años de ascenso del movimiento huelguístico: de identificar (y por tanto, separarlo absolutamente) “lo social” de “lo político”, con el efecto por un lado de hacer retroceder la consciencia y la teoría marxista por un lado (para limitarla al estrecho marco de las reformas y no de la revolución), y por el otro, disminuir la consciencia de los trabajadores alejándolos de la lucha política socialista, limitándolos a reivindicaciones parciales. Como señalaba correctamente Lenin, “el marxismo ligó en un solo haz inseparable la lucha económica y política de la clase obrera”15, y la política liberal de los economistas significó un gran paso atrás en este sentido (“y el afán de los autores del “credo” de separar esas formas de lucha constituye una de sus desviaciones más desafortunadas y más deplorables del marxismo”16). En Lenin el ejemplo de todo militante no debía ser el “secretario de tradeunion” sino el “revolucionario profesional”, es decir de un partido de “tribunos del pueblo”17 que mediante la denuncia de cada acto de la opresión zarista y la lucha política contra su Estado, permita al proletariado ganar la hegemonía sobre las clases oprimidas en la lucha por la liberación del pueblo trabajador. Por ello así como las huelgas son “escuelas de guerra”18, las denuncias políticas son para Lenin “una declaración de guerra al gobierno, así como las de carácter económico son una declaración de guerra al patrón de la fábrica”19. La organización de un partido centralizado de combate, de trabajadores que actuasen como 15 Protesta de los socialdemócratas de Rusia. Lenin. 1899 16 Ibid. 17 Qué Hacer?. Problemas candentes de nuestro movimiento. Lenin. 1902. 18 “Así, pues, las huelgas enseñan a los obreros a unirse, les hacen ver que solo unidos pueden sostener la lucha contra los capitalistas, les enseñan a pensar en la lucha de toda la clase obrera contra toda la clase patronal, y contra el gobierno autocrático y policiaco. Por eso, los socialistas llaman a las huelgas “escuela de guerra”, escuela en que los obreros aprenden a librar la guerra contra sus enemigos por la emancipación de todo el pueblo, de todos los trabajadores, del yugo de los funcionarios y del yugo del capital. Pero la “escuela de guerra” no es la guerra misma.” Sobre las huelgas. Lenin 1898. 19 Qué Hacer.
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tribunos populares de las causas de los oprimidos, que se preparan para la conquista del poder político de los trabajadores mediante la insurrección armada20, era la tarea central de los revolucionarios. Si la clave de Lenin era que no había una relación mecánica o directa entre la clase trabajadora y su representación política, en el sentido que el socialismo no surgía espontáneamente de la lucha de clases (pues la ideología espontánea era sindicalista, es decir burguesa), era el fundamento de la necesidad de una organización de los elementos más conscientes de la clase obrera y la intelectualidad, que mantuviera autonomía política con respecto a la clase de conjunto y a sus instituciones de lucha económica, dedicándose profesionalmente a la revolución. Era en este sentido, una ruptura con una visión evolutiva y lineal de partido (que predominaba en la socialdemocracia de la II Internacional), de identidad entre “partido” y “clase”. Sin embargo, esta relación entre espontaneidad y representación política (partido) encontraría en Lenin una nueva relación o superación dialéctica con la primera revolución rusa de 1905, superando las elaboraciones previas (el propio Qué Hacer?). El surgimiento de los Soviets (Consejos), introduciría una nueva perspectiva y entrelazaría aún más el desarrollo de la lucha política del partido revolucionario con la “espontaneidad” de las masas trabajadores, que en plena revolución, mediante la acción directa, la huelga económica y la huelga 20 No es motivo de este breve escrito ver las cuestiones militares. Sin embargo para ver la importancia que Lenin le prestaba al problema militar de la revolución, ver: Trotsky y el Arte de la insurrección. Harold Walter Nelson. Ediciones IPS. Argentina 2017. Por ejemplo cuando toma las lecciones militares de los bolcheviques en 1905. La insurrección de Moscú como ampliación de la revolución, el paso de lógica necesaria de una huelga general revolucionaria, que es a la vez ampliación y transformación de la revolución (nuevas tácticas para las barricadas con destacamentos obreros armados enfrentados con el ejército). “Los bolcheviques proponían que el Congreso (IV) resolviera que la insurrección armada era un paso deseado y necesario en la revolución triunfante, y que su importancia era mayor que la de la huelga general. La insurrección armada sería decisiva…” (Ver Página 92).
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general (política), desarrolló “espontáneamente” una consciencia más allá del “sindicalismo”, creando trabajadores organismos de combate de masas, en los cuales Lenin vería el embrión de un futuro auto-gobierno obrero revolucionario. En polémica con posiciones sectarias al interior de la propia fracción bolchevique, que se oponían a los Soviets, Lenin señaló: “Creo que el camarada Radine no tiene razón cuando (...) plantea el problema del siguiente modo: ¿Soviet de diputados obreros o partido? (...) Yo pienso que no es así como debe plantearse, que la respuesta debe ser forzosamente: ‘Soviet de diputados obreros y partido”21. Para Lenin en plena revolución las masas habían desarrollado una consciencia superior y con el Soviet se transformaba en un incipiente gobierno obrero. La tarea del partido era pelear por la dirección y hegemonía en el seno del Soviet, como organismo de masas “reunía a todas las fuerza realmente revolucionarias”. Para él, “la dictadura es ejercida por el proletariado organizado en soviets y dirigida por el partido comunista bolchevique” (dictadura contra la clase dominante mediante los consejos, hegemonía-dirección hacia los oprimidos)22. Y aquí podemos ver la genialidad de Lenin, “quien pensaba que la espontaneidad de las masas no podía llevar más allá que al sindicalismo, ahora habla de la acción espontánea revolucionaria de las masas. Es que, una cosa es la relación que se establece entre espontaneidad y conciencia en los momentos en que no hay radicalización y otra, muy distinta, es la relación que se da entre estos elementos cuando las masas tienden a la revolución, y donde las acciones del partido revolucionario se apoyan en estas propias tendencias revolucionarias de las masas que llevan adelante acciones que los revolucionarios no organizan ni controlan. La revolución es un momento en el que la espontaneidad de las masas pone su impronta en los acontecimientos ¡si no, no es una revolución! La revolución es desprolija por defini21 Lenin, “Nuestras tareas y el Soviet de Diputados Obreros” (1905). 22 Más allá de la democracia liberal y el totalitarismo. Claudia Cinatti y Emilio Albamonte. Revista Estrategia Internacional. http://www.ft.org.ar/estrategia/ei21/EI21TrotskySovietica.htm
ción. Otra cuestión es ver la relación que hay entre la acción revolucionaria de masas, su canalización o el intento de darle una dirección, que no se vaya agotando la energía que las masas despliegan en esa acción espontánea, con el momento clave del proceso revolucionario que es el de la organización de la insurrección como arte.”23 Esta relación, la desarrollará más ampliamente al correr los años, y mostrará toda su potencialidad en 1917, cuando triunfe la revolución dirigida por el partido de Lenin junto al revolucionario León Trotsky, construyendo la primera república de los trabajadores triunfante, basada en la democracia soviética o democracia de los consejos. Unas palabras más sobre Rojas y su visión de “libertad” y “democracia”. En las unidades productivas (fábricas, empresas, minas, puertos, comercios) y en la sociedad, en que trabajan la mayoría de las personas por un salario para vivir, domina la economía (el “mercado”) y el comando del capital, y la política a esa gran mayoría que trabaja se limita al voto como “ciudadano” algún día cada tantos años (donde supuestamente nuestra decisión vale igual para todos), pero en verdad la política cotidiana la realiza una pequeña minoría, de la clase dominante, tanto como poderes reales (en el comando cotidiano de la sociedad) como en sus palacios políticos (casas de gobierno, parlamento, magistraturas y un sinfín de instituciones no electas popularmente). La operación del liberalismo ha buscado históricamente construir un concepto de “democracia” y “ciudadanía” que borre toda la realidad de la sociedad clasista contemporánea, es decir, en suprimir la consciencia de la existencia de clases sociales antagónicas. La igualdad jurídica ante la ley y Estado es la culminación de la desigualdad social material del capitalismo, y una gran obra de encubrimiento. El ciudadano “libre” en “democracia”, es el resultado de la división entre lo “social” (y “económico”, entre trabajador y empresario) de “lo político” (la “igualdad 23 Soviet y Partido (II). Matías Maiello. http://www.ips.org. ar/?p=6715
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ante la ley” así como la libertad para vender la fuerza de trabajo). La “democracia” (concebida por fuera del carácter de clase de ésta) busca encubrir el conflicto de clase, y en nombre de la “libertad” consagrar una sociedad clasista basada en la libertad de explotación del trabajo asalariado. La exaltación del individuo “libre” (en el capitalismo) como reacción a lo colectivo (que no es en ningún modo lo “estatal”), de la libertad “política” individual o formal por fuera de cualquiera “libertad” real (emancipación social), es la culminación de la separación entre lo “económico-social” y lo “político”. Esto de alguna forma está en la base de muchos de los debates del marxismo ruso, de las batallas de Lenin y de la cuestión de la construcción de un partido revolucionario, “núcleo” con el cual intenta atacar a Lenin. En Lenin se combate tanto la identidad entre “partido y clase” como su integridad o visión de totalidad en la relación entre ambas (en tiempos “de paz” y de “guerra”), contra la separación que busca que la clase obrera se limite a trabajar como clase productora y la política la hacen los círculos burgueses. En Lenin y la historia del bolchevismo se encuentra el intento de crear un Estado Mayor revolucionario de la clase trabajadora, su propio partido político independiente, tarea que constantemente los intelectuales de la clase dominante la buscan apartar.
A 150 Años de «El Capital»:
¿Por qué es importante comprender la obra de Marx? Benjamin Lobos
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El Capital es la síntesis del trabajo de toda la vida de Marx, es la expresión acabada de un análisis científico del capitalismo.
la humanidad podía vivir de forma racional y desarrollarse plenamente. Pero según Marx esto no se condecía con la realidad, había algo que entraba en contradicción ¿Los trabajadores Pero no es cualquier análisis. Marx se desarrollan en plenitud, de forma integral? comprendió que el capitalismo era un avance Para Hegel la contradicción entre pensamiento para la humanidad, ya que por primera vez se y existencia se había superado pero la realidad podía controlar los designios de su futuro. Sin social decía otra cosa2. embargo, Marx vio en el capitalismo sus límites, una contradicción entre lo individual y lo El Trabajo Enajenado colectivo. En el mundo moderno, con un coAunque en su juventud Marx comparmercio pujante, que establecía la competentió con Hegel la idea de un estado que pudiera cia, individuos libres económicamente, seguía regir la sociedad, que pudiera cerrar las contrasiendo incapaz de satisfacer las necesidades de dicciones de ésta, la existencia de la propiedad todos los seres humanos. La Ilustración declaprivada impide dicha superación. En la existenró que todos los hombres eran libres e iguales, cia del proletariado, Marx encontró la negación pero eso no se condecía con la realidad, donde de la razón hegeliana. A los 24 años sostuvo que la libertad individual entró en contradicción “el obrero se niega en su trabajo en vez de afircon los intereses generales de la sociedad1. marse”, “El obrero es más pobre cuanta más La lucha contra estas contradicciones riqueza produce”. Para Marx la alienación se no comenzó con Marx. Antes de él los utopis- producía en dos sentidos: primero, como extratas como el anarquista Proudhon, Saint Simon ñamiento del mundo de los objetos, y segundo, o Fourier alentaron la lucha contra las condi- en la actividad de producción misma, donde el ciones de vida que el capital impuso a los traba- obrero se “desrealiza “, “no está consigo misjadores. Marx, aunque compartió esta lucha, mo”, “su trabajo es forzado”3. creyó que la superación del capitalismo no poEsta manera de comprender la alienadía darse en base a argumentos morales, si no ción en Marx es el punto de partida para enconcientíficos. ¿La lucha contra el capitalismo, una trar en la propiedad privada, o más bien en la sociedad sin explotación donde lo individual no desposesión de los medios de producción por esté en contradicción con lo colectivo es posible parte de los trabajadores el argumento de la dadas las condiciones materiales que el mismo alienación. capitalismo había instalado? Establecido esto, Marx planteó cuál será Para los revolucionarios es vital comsu tarea desde ahora: “la de comprender la coprender como Marx desarrolló esta idea a lo nexión esencial entre la propiedad privada, la largo de su vida, y lo llevó a una conclusión macodicia, la separación de trabajo, capital y tiegistral en su máxima obra El Capital. rra, la de intercambio y competencia, valor y desvalorización del hombre; monopolio y comEl Joven Marx Contra Hegel petencia; tenemos que comprender la conexión Fue Hegel (de quien Marx había sido critico en de toda esta enajenación con el sistema monesu juventud) quien estableció años antes que tario.”4 la humanidad era libre, había alcanzado un nuevo estadio y que con la creación del estado moderno se había realizado la razón, es decir, 2 Ibid.
3 Marx, Karl 1844, Manuscritos Económicos y Filosóficos, Capitulo “El Trabajo Enajenado”
1 Marcuse, Herbert, Razón y Revolución, Alianza Editorial, 1972, Capítulo I y V.
4 Ibid.
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Debía volcarse a estudiar cómo se producía esta alienación en concreto, desnudar la dinámica capitalista. Del Empirismo al Método Dialéctico de Hegel En el periodo previo a los Borradores del Capital —los “Grundrisse”—, Marx aunque intuyó muchas de las categorías como el valor del trabajo y la plusvalía, aún seguía manteniendo un pensamiento empirista, lo que le impidió ver el proceso de producción del capitalismo, al decir de Hegel, como una totalidad. Es decir, Marx vio la contradicción del capital entre lo individual y lo colectivo, y sabía que esto devenía del sistema económico imperante y de la propiedad privada, pero lo que aún no sabía es cómo esto se desarrollaba en su totalidad en el capitalismo. Su afán por conocer esto no venía de simple capricho, sino que servirían para mostrar al conjunto de la clase obrera como operaba el capitalismo en contra de su vida. Por otra parte, esto mostraría a la clase obrera la posibilidad de superar dicha realidad. Es en este punto donde Marx comenzó un reacercamiento a Hegel, buscando en las contradicciones del capitalismo, en su negación, su misma superación. Pero no es hasta que se vuelca a leer la Ciencia de la Lógica en la década de 1850 que Marx encuentra la forma de develar la alienación en totalidad. Hegel constituyó su punto de partida, “la mercancía” como el concreto que determina el conjunto de las otras relaciones capitalistas, la competencia, el intercambio, el comercio, el dinero, todas estaban interconectadas por esta forma concreta. Ahora que ya estaba dado el punto de partida, lo concreto, Marx comienza a ir a lo abstracto, de lo finito a lo infinito, de la apariencia a la esencia. Pero este nuevo método no era para mostrar empíricamente la explotación con datos y hechos. Así, en la Primera edición Francesa del Capital
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Marx dice: “Aplaudo su idea de publicar la traducción de Das Kapital por entregas periódicas. En esta forma la obra será más accesible a la clase obrera, y para mí esta consideración pasa por delante de cualquier otra. He ahí la cara de su medalla, pero he aquí la cruz: el método de análisis que he utilizado y que aún no se había aplicado a los temas económicos, hace bastante ardua la lectura de los primeros capítulos, y hay que temer que el público francés, siempre impaciente de conclusión, ávido de conocer la relación entre los principios generales y las cuestiones inmediatas que le apasionan, se sienta rechazado por no poder saltarse eso desde el principio. Ésa es una desventaja contra la cual no puedo emprender nada, como no sea avisar y armar previamente a los lectores que se preocupan por la verdad. No hay camino real en la ciencia, y sólo tienen posibilidad de llegar a sus cimas luminosas los que no temen cansarse ascendiendo por sus senderos escarpados”5. El Descubrimiento de la Teoría del Valor y la Plusvalía. Profundicemos. Marx declara en El Capital que para este utilizó un nuevo método. Estaba el comercio, el dinero, la competencia, el proceso de producción, pero todo esto venía determinado por algo anterior, algo que era la raíz y que era lo que determinaba a una sociedad, era la forma de como organizaba la producción, y en el capitalismo como en ningún otra sociedad la producción se lanzaba al mercado en forma de mercancía, y esto es lo que era el núcleo para el conjunto de todas las otra determinaciones. Marx inició su análisis de la mercancía en Contribución a la crítica de la economía política, libro previo a El Capital. La definió como trabajo humano cristalizado, superando la concepción burguesa del valor como precios de 5 Marx, Karl, El Capital, “Prefacio a la edición Francesa”, Fondo de Cultura Económica, 1970, [1867].
producción. Colocó en el centro nuevas catego- creto. rías, tiempo socialmente necesario de trabajo y Marx tuvo que volver a lo concreto para fuerza de trabajo, con el objeto de develar como comprender cómo la enajenación del trabajo ya estas categorías se conectaban con el conjunto no es solo alienación de los productos del trabade la dinámica del capitalismo. Para esto toma lo que ya desarrollo con Engels y que quedó plasmado jo (Hegel), sino también en las formas y conteen la ideología alemana, el materialismo histórico, nido del propio trabajo. Esta parte, como totalipara Marx las categorías son históricas y generan dad, solo está escrita en El Capital. Por un lado, relaciones sociales concretas, por tanto había que en los Grundrisse, había desarrollado el tema de develar como estas categorías, núcleo de la produc- la alienación pero de forma más general e inción capitalista se conectaban con el conjunto de la tuitiva. Por otro lado, en Contribución a la crítica dinámica del capital y el trabajo. de la economía política formuló la teoría del valor Mediante el proceso de abstracción el de manera abstracta. En El Capital unificó esdescubrió que el valor de dos mercancías viene tas dos aproximaciones anteriores, para ver el dado por el trabajo humano socialmente ne- proceso como una totalidad. cesario para producirlas. Pero si al obrero se le entregara un salario diario equivalente a lo que el produce en un día, ‘¿De dónde viene la acumulación de capital?, ¿Cómo el capitalista puede acumular capital , si este le paga un salario al obrero equivalente al valor de su trabajo convertido en mercancías?. Aunque esto ya lo había desarrollado en los Grundrisse, ahora tiene un nuevo enfoque, la plusvalía deja de ser un misterio6.
Profundicemos, Marx a partir de su análisis del valor y la plusvalía vio cómo el trabajo se subordina a la sed de ganancia. Es la competencia la que lleva a los capitalistas a buscar nuevas tecnologías para mejorar la producción y así obtener mayor plusvalía a partir de mejoras en la productividad (plusvalía relativa). Es decir, el proceso de producción se subordina a la búsqueda de mayor plusvalía, junto a los trabajadores como apéndice de este proceso.
Marx acá dejó al descubierto algo que Smith y Ricardo no pudieron develar (quizás por su espíritu burgués) y que sus discípulos metieron debajo de la alfombra. La acumulación de capital deviene de la diferencia de valor entre lo que el trabajador produce como valor mercancía y lo que recibe en valor mercancía en salario, es decir es el trabajo no remunerado, diferencia entre el valor de la fuerza de trabajo como mercancía y el valor de las mercancías que esta fuerza de trabajo produce. Claro, todo esto se esconde al llevarlo al plano del dinero, como Marx dice en el fetichismo de la mercancía, lo que se cambia (por medio del dinero) es mercancía, “aunque no lo sepan, pero lo hacen”7.
El capitalista al tener una mejor productividad puede cubrir los salarios con un menor tiempo de trabajo, luego puede obtener una mayor ganancia con el tiempo de trabajo que el trabajador le entrega de forma gratuita. En concreto, el capitalismo subordina a los trabajadores y trabajadoras a las maquinas, y no ocupa esto para la liberación de la humanidad del trabajo mecánico y repetitivo. Lo que podría ocuparse para el bien de la sociedad y su desarrollo íntegro, termina siendo la destrucción de la vida misma. Esta es la dinámica de la enajenación en el capitalismo8.
Después de la Abstracción de Vuelta a lo Con6 Mandel, Ernest, La Formación del Pensamiento Económico de Marx, Siglo Veintiuno Editores, 1968, p. 47.
Finalmente Marx vuelve a la lucha de clases, esta dinámica (la enajenación ahora concreta) es la lucha de clases en sí. El capitalista busca extraer más plusvalía de esta forma, 8 Mandel, Ernest, El capital: 100 años de controversias en torno a la obra de Marx: El Plan del libro Primero, Siglo Veintiuno Editores, 1985, pp. 31-35.
7 Marx, Karl, op. cit, pp. 74-82.
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mientras los trabajadores buscan obtener mejores condiciones de vida a partir las condiciones materiales que el capitalismo ha instalado. La Teoría de Marx para Analizar el Capitalismo Hoy. La crisis 2008-2009 mostró que el capitalismo está lejos de superar sus contradicciones, es decir, que cada cierto tiempo sale a la luz el ciclo endógeno de este. Con respecto a la crisis se han suscitado enormes discusiones en torno a qué tipo de crisis fue: ¿de la demanda?, ¿de la sobreproducción?, ¿financiera? Todos los economistas neoliberales, keynesianos marxistas, ortodoxos y heterodoxos han puesto sobre la mesa distintas teorías. No entraré en mayor debate en torno a este tema, pero para tener alguna luz sobre esto es importante ver las medidas que fueron tomando los años posteriores distintos gobiernos en el mundo para amortiguar la crisis. La crisis que al comienzo fue financiera (o así se manifestó al menos), de inmediato se transformó en una crisis de la deuda. ¿Qué es la deuda? No es más como los capitalistas y gobiernos se financian a largo plazo para poder llevar adelante sus inversiones o cubrir deudas de corto y mediano plazo. Con el análisis de Marx sabemos que el dinero es intercambio de mercancía, aunque no lo veamos en primera instancia, es así. Es decir, cuando un gobierno o un capitalista pide un bono a largo plazo para refinanciar otra deuda o para invertir lo que hace, lo que realmente está haciendo es solicitar por adelantado parte de la plusvalía que extraerá (supuestamente) del trabajo no remunerado en el futuro ¿Pero qué pasa cuando hay una crisis y esta plusvalía no se realiza, o se da en condiciones adversas debido al ciclo económico del capital?, ¿Hasta dónde puede llegar este refinanciamiento? La burguesía llama a esto “apalancamiento”: cuando la deuda se vuelve insostenible, es de-
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cir, impagable, ya que es mucho mayor que el margen de explotación de la empresa, este apalancamiento se vuelve un cáncer en el seno de la economía. Las empresas no tienen financiamiento, no invierten, dejan de ser competitivas y si esto se da de conjunto lleva a una economía en recesión, donde los más afectados son las familias trabajadoras. Todo esto, producido por la máquina capitalista, su competencia y su afán de lucro. ¿Cuáles fueron las medidas ante la crisis de la deuda? En Latino América existen dos grandes ejemplos, Brasil y Argentina. Las salidas se dieron por el lado neoliberal, Macri y Temer buscan pasar reformas que golpeen las condiciones del trabajo, con esto establecer márgenes de explotación mayores en perjuicio de los trabajadores. En Europa está Grecia y Estado Español. En ambos se fue al rescate de los privados y en paralelo se aplicaron medidas de austeridad, recortando la salud, la educación, la jubilación, otra forma de golpear a la clase trabajadora. En Francia se está introduciendo una reforma laboral que viene a quitar la demanda histórica a los trabajadores como es la negociación por rama. De conjunto se pueden observar medidas para salvar a los privados refinanciándolos desde el estado. Sin embargo, como el financiamiento no es más que plusvalía adelantada, todo esto no sirve si no se da en un ambiente de explotación acorde al crecimiento económico. Por esto, para que este financiamiento pueda generar suficiente ganancia a los capitalistas y así salir del fondo es necesario cargar la crisis a las trabajadores y los trabajadores.
150 años después
En septiembre de 1867, Karl Marx logró finalmente publicar su primer tomo de El capital –una crítica de la economía política.
Michael Roberts
Extraída de revista Ideas de Izquierda- Argentina
Había estado trabajando en la sala de la biblioteca del Museo Británico durante más de diez años para completar su gran trabajo sobre la economía política mientras afrontaba circunstancias de pobreza, enfermedad y muerte en su familia y actividad sin pausa en el intento de forjar una organización internacional de la clase trabajadora para su lucha contra el capital. El libro se publicó originalmente en alemán y pasaron varios años antes de que se publicara en francés e inglés. Y fue por lo general recibido con silencio y desconocimiento. Las reseñas del libro fueron pocas y con bastante tiempo entre una y otra; algunas de ellas las tuvo que escribir Friedrich Engels, el amigo de toda la vida y colega de Marx, para suscitar algún interés. Pero ahora, 150 años después, El capital es un libro del que varios millones escucharon hablar, no solo economistas, incluso aunque no tantos lo han leído realmente. En partes considerables no es fácil de leer y comprender –especialmente los primeros capítulos– pero en otras es un registro absorbente y poderoso de las injusticias y la naturaleza vampiresca del capitalismo, como cuando describe y analiza la naciente base industrial de la economía más avanzada de la época, Gran Bretaña. Como sostiene Marx al final de El capital, si el dinero “viene al mundo con manchas de sangre en una mejilla”, entonces “el capital lo hace chorreando sangre y lodo, por todos los poros, desde la cabeza hasta los pies”. ¿Qué nos dice El capital de Marx sobre el mundo de 1867 y, si vamos al caso, para la de 2017? Primero y principal, Marx muestra que todas las cosas y servicios que necesitamos
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vienen provienen del esfuerzo del trabajo. Como él comentaba en una carta sobre su libro: “Cada niño sabe que cualquier nación moriría de hambre, y no digo en un año, sino en unas semanas, si dejara de trabajar. Del mismo modo, todo el mundo conoce que las masas de productos correspondientes a diferentes masas de necesidades, exigen masas diferentes y cuantitativamente determinadas de la totalidad del trabajo social” (1). Solo el trabajo crea valor. Pero aun más, como dice El capital de Marx, ese valor no es creado por quienes controlan la producción y su uso. Bajo el sistema capitalista de producción, la propiedad de los medios de producción de valor está en manos de unos pocos, mientras la inmensa mayoría no posee nada más que su capacidad de vender su fuerza de trabajo a los propietarios de los medios de producción. De este modo el valor es apropiado por los capitalistas como un plus por encima de la necesidad de valor para mantener a la fuerza de trabajo viva y en funcionamiento. El poder sobre la inversión, los ingresos y el empleo está con el capital, no con el trabajo. Este plusvalor se divide entonces entre los capitalistas industriales, de las fianzas y terratenientes como ganancia, interés y renta respectivamente. Acá El capital de Marx está en abierta oposición con la teoría económica del mainstream, apologista del sistema capitalista. Esta considera que las ganancias son una compensación del riesgo afrontado al invertir por los capitalistas; el interés es la retribución del riesgo de los préstamos que otorgan los bancos, y la renta es el pago por permitir el uso de la tierra. El capital de Marx muestra que esto es disparatado.
En cambio la ganancia, el interés y la renta son el producto de la explotación de la fuerza de trabajo y de la apropiación privada del valor creado por esta. Así que, para Marx, el capital no es una cosa, como ser una fábrica o un robot o una suma de dinero, sino una relación social específica. Una fábrica es propiedad privada y la fuerza de trabajo debe desempeñarse en ella sin ningún derecho a opinar en su operatoria. Pero porque el capital es una relación social –valor apropiado del trabajo y circulado por los capitalistas para obtener más valor o dinero– también es transitorio. El capitalismo no siempre existió o fue siquiera un modo de producción dominante; y por lo tanto no es eterno ni tampoco la única forma en que la humanidad puede organizar la sociedad, más allá de lo que afirmen los economistas del sistema. Y El capital muestra por qué es transitorio. Hay una contradicción fundamental entre la producción de las cosas y servicios que necesitamos (Marx los llama valores de uso) y la necesidad de los propietarios privados de los medios de producción y que controlan nuestro trabajo de obtener una ganancia (la dimensión que Marx llama valor de cambio). El capital es un sistema orientado a hacer dinero, no uno de producción para las necesidades sociales. Pero esta misma contradicción conduce a colapsos regulares y recurrentes en la producción capitalista, porque a medida que los capitalistas compiten entre sí para lograr más ganancia y una mayor participación en el mercado, apuntan a disminuir el uso de fuerza de trabajo y reemplazarla con más maquinaria y tecnología. El impulso a hacer ganancias mediante el incremento de la productividad del trabajo conduce eventualmente a una menor ganancia en relación al capital invertido. De esta forma el capital causa su propia caída. Pero los sistemas sociales pueden dominar por un largo tiempo. Las antiguas economías esclavistas de Europa duraron varios cientos de años; los regímenes absolutistas de Asia en India y China aun más; el feudalismo de Europa alcanzó más de mil años. Cuando Marx publicó 59
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[MARXISMO, TEORÍA, POLÍTICA, CULTURA] El capital en 1867, el capitalismo apenas había llegado a ser dominante en Gran Bretaña. Llevó otros 100 años hasta que llegó a ser dominante en Europa, Norteamérica y partes de Asia. Ciertamente, solo podemos hablar del capitalismo como un sistema global recién 150 años después. Pero El capital de Marx previó lo que hoy llamamos globalización a través de la necesidad del capital de expandirse para contrarrestar la caída de la rentabilidad. De este modo, en 2017 tenemos una economía mundial ahora dominada por ricos países imperialistas como los EE. UU., Alemania y Japón, también potencias capitalistas en ascenso que emergieron como India, Brasil y el resto de Asia y América Latina. El capital ahora es global como lo es la ley del valor tal como es descripta por Marx en El capital 150 años atrás. Se trata de un desarrollo desigual y combinado. India fue colonizada por el imperialismo británico durante siglos y su fuerza de trabajo explotada por capitales extranjeros. Pero ahora sus capitalistas nacionales, en asociación también con capital extranjero, explotan al creciente proletariado con trabajo duro y la última tecnología.
La evidencia de los últimos 150 años muestra que El capital de Marx estaba en lo correcto. El capitalismo no puede alcanzar su propio objetivo de extraer todavía más ganancia de la fuerza de trabajo y al mismo tiempo sacar a la sociedad de un mundo de esfuerzo, pobreza, desempleo y degradación. La Gran Recesión de 20072009 confirmó que las crisis en el capitalismo no desaparecen; son en verdad más severas y ahora sincronizadas globalmente. El vampiresco impulso rapaz por lograr más plusvalor está destruyendo el planeta a causa de la polución y del calentamiento global. Sin embargo, hay una contradicción en el capitalismo que es también la solución. Como mostró Marx en su libro, el capital crea su propio antagonista, el proletariado. La clase obrera industrial que Marx describe en El capital podrá haber declinado en tamaño, pero la clase obrera industrial del mundo nunca ha sido mayor, con miles de millones conformando la fuerza de trabajo cada vez mayor de India, Brasil, China y África. La clase trabajadora nunca ha sido más fuerte en su conflicto con el capital que 150 años después de publicado el libro de Marx. (1) Carta de Marx a Ludwig Kugelmann, 11 de Julio de 1868, marxists.org.
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