Hoy me he despertado un poco extraña, no sabía bien que me pasaba, me he frotado los ojos y... cuando he mirado a mi alrededor he visto que era reina de un país maravilloso. De repente un hada se ha aparecido ante mí y me ha dicho:
– “Te otorgo el poder de ser reina por un día. Aprovéchalo bien porque una oportunidad así solo se presenta una vez en la vida”.
¿Y tú, qué harías si te otorgasen el poder de ser rey o reina por un día?
Celia reina por un día Cuando me despierte tiraré de una cuerda que hay en mi cama, que sirve para que te traigan el desayuno a tu cama. Cuando termine de desayunar, iré de paseo por un jardín enorme. Acabaré el paseo en un lago de agua cristalina, para despejarme la cara con ese agua. A continuación, me recorreré el palacio de ensueño, hasta que llegue al trono real para colocarme la corona y ya sí poder reinar. Cuando reine declararé todos los bosques, campos... de España, espacios naturales y, si hubiese algún incendio reforestaríamos el bosque en el hubiese sido el incendio. No dejaré tampoco las desecaciones de lagos o de lagunas. Libraré a España de la crisis. Finalmente, por la noche comeremos un banquete de comida riquísima y después, a la cama.
PAULA REINA POR UN DÍA Si yo fuera reina sería normal, pero haciendo mi trabajo también. Claro, pero mi trabajo sería mandar y ayudar a los demás, algo de lo más normal. Bueno, a lo que iba: Si yo fuera reina, un día en mi vida sería genial, pero creo que algo aburrida, porque solo sería: – ¡Criado, tráeme un vaso de agua! – ¡Criado, prepara la comida, hoy me apetece comer... Sopa de fideos! – ¡Criado, prepara la cama real para acostarme, hoy me acostaré a las 21:00! Lo bueno sería: – Señora, ¿qué le apetece hacer hoy? – Señora, ¿qué le apetece comer hoy? – Señora, ¿a qué hora le gustaría acostarse hoy? Bueno, creo que solo eso no sería lo bueno. También lo sería: – ¡Hola señorita Paula!, le he traído un regalo por la visita. – ¡Hola señora Paula!, le he traído un ramo de unas preciosas rosas. – ¡Hola reina Paula!, le he traído unos ricos pastelitos de fresa, nata y chocolate comprados en la tienda más cara: Blubui. Sería genial, pero a la vez me estaría aprovechando de ellos. Creo, que les diría: – ¡Oh!, muchas gracias, no hacía falta, solo por esta vez lo aceptaré, pero la próxima vez no. ¿Vale? Bueno, en un día de mi vida haría varias cosas, algo diferentes, algo divertidas y puede que algo aburridas, pero si fueran aburridas las dejaría a medias, y otro día las terminaría: Al levantarme por la mañana...: Bajaría al salón real y por el camino le diría a mi criado: – ¡Buenos días! Él me contestaría: – Igualmente. Buenos días señorita Paula. Luego le diría: – Me apetece desayunar, ¿qué hay para desayunar hoy? Y él: – Un café y unas tostadas.
Después desayunaría. Y luego llamaría a algunas amigas para pasar juntas el resto del día. A mediodía: ¿Qué hay de comer, criado? Macarrones. ¡Oh, genial, me encantan! ¿Y a vosotras, chicas? – ¡A nosotras también! – A continuación, comeríamos juntas. Y luego, más tarde, tomaríamos el té juntas. Por la noche: – ¿Qué puedo cenar hoy, criado? – ¿Le apetece cenar hoy un poquito de pescado, sardinas? – ¡Sí, gracias! ¿Y a vosotras, chicas?, – ¡Vale!, afirman mis amigas. – Chicas, ¿nos vamos a la terraza?, – ¡Vale! Después cenaríamos, y nos despediríamos. Bien, como veis todo sería parecido a lo de siempre, casi igual, genial.
EL REY ÁLVARO Esta mañana me levanté a las 9:30 de la mañana y desayuné leche gigante con tostadas gigantes mientras jugaba a una PS3 gigante. Por la tarde, salí con mis amigos: Juanma, Gabriel, Toni, Paco, Marcos, Angel y algunas niñas a jugar al fútbol. Finalmente, por la noche, jugué a la XBOX 360 y a las 00:00 me acosté en mi casa.