Fuertes sin pisar el gimnasio

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48 vida & artes

EL PAÍS, martes 26 de abril de 2011

deportes

LIGA DE CAMPEONES Ida de las semifinales

Fuertes sin pisar el gimnasio Mourinho consigue que los jugadores del Madrid alcancen el punto decisivo del curso en un óptimo estado de forma sin hacer pesas ni sesiones de preparación física DIEGO TORRES Madrid Lo primero que llamó la atención a muchos de los jugadores del Madrid cuando comenzaron la pretemporada con José Mourinho, el verano pasado, fue que no hacían sesiones de entrenamiento dedicadas exclusivamente al físico. El preparador, Rui Faria, brazo derecho del técnico, no los puso a hacer carrera continua para ejercitar el corazón y los pulmones, ni les diseñó circuitos para trabajar la potencia, ni rampas para que treparan ni obstáculos para que saltaran. “Solo hacíamos partidos de tres contra tres, de tres contra dos, de cuatro contra tres, de cinco contra cinco...”, recuerda un futbolista; “jugábamos todos los días en un campo que variaba de amplitud, con porterías que aumentaban o disminuían de número o tamaño”. Hubo jugadores incrédulos. “Vais a llegar muy bien al final de la temporada”, les tranquilizaba Mourinho. Al cabo, la plantilla se quedó sin hacer lo que, tradicionalmente, había considerado trabajo físico. Solo, juegos con el balón. Rutinas distraídas, pero intensas, en las que de forma natural se iban conociendo mientras ejercitaban el cuerpo y la mente, el físico y la táctica. En el libro ¿Por qué tantas victorias? argumenta Mourinho que sus entrenamientos nunca se hacen sin el balón porque giran desde el principio alrededor de la organización futbolística. En el proceso organizativo, los futbolistas se adiestran para jugar y, como consecuencia, evolucionan físicamente. “Al privilegiar la vertiente táctica, estoy privilegiando todos los restantes componentes del rendimiento”, dice; “por necesi-

Iniesta intenta controlar el balón rodeado de jugadores del Madrid. / álvaro garcía

Liga de Campeones Semifinales

Hoy 4 mayo

Schalke 04 - Manchester U. - 20.45, TV: TVE-1 Mañana 3 mayo

Real Madrid Barcelona

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FINAL 28 de mayo Wembley (Londres)

20.45, TV: Autonómicas EL PAÍS

dad de lo táctico surgen todos los restantes. Yo no creo en equipos bien o mal preparados físicamente, sino en equipos identificados o no con una determinada matriz

ENTRE FANTASMAS

Zafarrancho de combate MARTÍN GIRARD Una Final es una moneda al aire y nunca cae de canto. El que da primero da dos veces. Eso dicen. Y, si la primera vez fuera la última, haría innecesaria la segunda. Por supuesto. Un solo gol ha sido suficiente para enjugar un pertinaz fracaso y justificar al cazarrecompensas. Nadie lo discute. Como en la guerra o en la política, el estilo es un superfluo amaneramiento. La belleza no cotiza en un mercado donde la violencia, física o moral, como la injusticia, la corrupción y la grosería, impera con la tácita aquiescencia de nuestra apoltronada indiferencia. Algo así pensaba, en su etílico desvarío, el orondo capitán Grason. En realidad, estaba celoso porque su rubicunda Doris ronroneaba acurrucada en el rega-

de juego. Porque la adaptación fisiológica es siempre específica de esa forma de jugar. Las preocupaciones técnicas, físicas y psicológicas, como la concentración, surgen por arrastramiento”. Ocho meses después de la pretemporada, el Madrid alcanza el pico de su condición física. Si cuenta con una ventaja respecto al Barça en la próxima eliminatoria de la Champions, reside en la mayor frescura de sus jugadores. Además, tener una plantilla más larga ha permitido a los futbolistas del Madrid disputar una media de 300 minutos menos de competición que sus adversarios azulgrana.

zo del Diablo, que, para colmo, era del Real Madrid, como Dios manda. Celoso y frustrado, el capitán reclama más cerveza a Juanita La Muerte, que, quitándose el traje de sevillana y contoneando la osamenta con lúbrica desenvoltura, le lleva desnuda otra jarra rebosante de espuma. Mientras tanto, en la trastienda, la mujer invisible, mi dulce Amanda, azota las nalgas, tatuadas con sendas cruces gamadas, de su abyecto hijo, que ha pisoteado sin piedad la Lata de Lotina. Al parecer, a pesar del majestuoso testarazo de Cristiano Ronaldo en prodigiosa sincronía con el no menos majestuoso pase de Di María (que daba al traste con 18 años de copas vacías) y la soberana paliza de los reservas merengues a un Valencia de la segunda Liga, la intratable Lata se empecinaba en airear todavía las palabras de Di Stéfano: “El Madrid es un equipo sin personalidad y Messi el mejor jugador del mundo”. Maltrecha y abollada, pero no vencida, la Lata traía ahora a colación el premonitorio juicio de John Benjamin Toshack: “Mourinho convierte al Madrid en un equipo inferior a la espera de que Cristiano y Di María, en una contra, hagan que la flauta suene por casualidad…”. Y sonó. No la flauta, sino la trompeta. Y no por casualidad, sino por el coraje y la obstinación de un grupo casi salvaje que,

“El fondo y la potencia mejoran privilegiando lo táctico”, dice el entrenador En lo que va de temporada, el método no ha cambiado. Al contrario. En estos días, los titulares habituales, como Cristiano, Alonso o Ramos, apenas se están entrenando. Las sesiones sobre la hierba son mínimas. Quince minutos, unos estiramientos y a descansar. El gimnasio está reservado a los lesionados o a quienes tienen un déficit que corregir.

cuando le tocan a zafarrancho de combate, no da batalla por perdida mientras le quede un minuto por jugar o una patada por dar. Ahí radica la flagrante diferencia con otro equipo que trata de encontrar en el rectángulo de hierba la cadencia de la pincelada en el lienzo, como si el tiempo no pasara y el contrario no existiera. Desbaratando todo prurito artístico, tras re-

Como en la guerra o en la política, el estilo es un superfluo amaneramiento. La belleza no cotiza convertir en éxito el medroso empate (con el que rubricaba la pérdida de la Liga en su propio feudo) y subrogarse las decisivas paradas de un prodigioso Casillas, Mourinho ha conseguido, al menos, su primer título con el Real Florentino. Pero, al no poder controlar la inercia destructora de su influjo, la Copa en cuestión acabó hecha añicos bajo las ruedas del autobús que la conducía al mítico lugar de la celebración. Catastrófico acontecimiento cuya dimensión simbólica a nadie escapa y cuya interpretación metafórica dejo al perspicaz criterio del lector.

Los entrenamientos duran una hora y los partidillos están cuidadosamente cronometrados, entre 10 y 20 minutos, y se desarrollan a gran ritmo. Los jugadores dicen que no pueden parar. Que siempre deben estar en movimiento y aproximándose a los esfuerzos máximos. “Tienes unos segundos para recuperarte y beber”, explican; “y si te distraes hablando con alguien te quedas sin beber”. Cíclicamente, Mourinho interrumpe los partidillos para trabajar los automatismos defensivos con grupos de 11. En este punto, todos reconocen que la labor del portugués es excelente. Gracias a sus éxitos, Mourinho popularizó un método, el entrenamiento integrado, que comenzó a concebir en el Barcelona a las órdenes de Louis van Gaal. El entrenamiento integrado deriva de un invento de Paco Seirul·lo cuando era el preparador físico de Valero Rivera en el Barça de balonmano. De ahí pasó el sistema al fútbol con Johan Cruyff y Van Gaal. Juanma Lillo completó su aplicación en el fútbol cuando dirigía al Zaragoza en 2000. “Históricamente, casi toda la preparación física fue ajena a las necesidades del futbolista y del juego porque venía inspirada por el mecanicismo y el conductismo”, dice Lillo; “los viejos preparadores procedían del atletismo y se habían inspirado en la teoría de la linealidad. Pero si hay algo que no es lineal es un ser vivo. Mucho menos un equipo compuesto de 25 seres vivos”. Como dijo Lillo: “En el fútbol, entrenar el físico sin el balón es como entrenar la fuerza del brazo de Nadal sin integrar el brazo al resto del cuerpo”. Rui Faria y Mourinho lo practican en el Madrid. Y los jugadores lo agradecen.

Personalmente, me gustaría imaginar que la Copa hubiera optado por suicidarse antes de verse en una vitrina, cual corona en tanatorio, mientras otras copas, más reales que ella, entrechocaban en brindis familiares o emitían destellos discotequeros. Aunque también pudiera darse el caso de que fuera una Copa acomplejada al mirarse en el espejo y descubrir en su flanco derecho el reflejo de un titular en letra impresa, ilustrado con la efigie de Cristiano Ronaldo, dedo-chupete erecto, ante una bandera española desplegada a toda plana. Con España por bandera (Marca), rezaba el titular. Beligerante proclama, en defensa del himno nacional, para exaltación de mercenarios a punto de patear patrióticamente un balón y de espectadores proclives a exteriorizar sin pudor sus más íntimas convicciones. Entre otros, aquellos que, viaje pagado y entrada regalada, saludaron al Real Madrid en la Final de Mestalla, palma abierta y brazo alzado, exhibiendo una pancarta que festejaba el aniversario del nacimiento de Adolf Hitler. Papá Florentino debería vigilar más de cerca a los hijos de las mujeres invisibles. Cuando para finalidades partidistas se utiliza la bandera de todos, no puede haber tolerancia con el aguilucho de algunos.


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