Zu proceso / creyones y marcadores sobre papel / 2015
"Sus manitas sostienen el plato delicadamente, sus ojos examinan el contorno liso y sus labios se curvan con deleite,... El plato se mueve hipnóticamente sobre su borde... El cuerpo del niño delata un movimiento apenas perceptible, similar al del plato. Por un momento él y su creación giratoria son uno. Se sumerge en ese jardín de sueños que es él mismo... Raun Kahlil, un hombrecito al borde del universo." Kaufmann "Stand Up”
Zu, nació autista, muy galáctico, muy extraño, muy real.
A veces, se despierta mirando hacia la nada, golpeando sus deditos contra los labios o aleteando como quien desea elevarse. En ocasiones, se enfrenta a sus más viscerales y agresivas crisis nerviosas (corto circuitos cerebrales) que le generan estados de auto y heteroagresividad. Luego de esto, ríe al pasar el volcán, las mordeduras y los gritos. Se extasía en lo aparentemente simple e inanimado. El misterio de su inocente ser-estaren la vida lo ubica como conexión energéticamente unida al todo, a lo orgánico y lo cósmico a su vez. Esa hermosura de saborear tanto la existencia (inconscientemente) desde lo instintivo y puro, por momentos le genera envidia a la gran racionalidad actual del absurdo. Le amo, reprendo o regaño, observo, dibujo, pinto, fotografío y casi le he visto morir más de cinco veces. Este libro es mi tributo como registro de vida y aporte estético contemporáneo a Zu, desde que nació hasta el día de hoy (a sus 14 años). Las imágenes incluyen sus extraños juegos, espontaneidades, acciones y performance, marcas de agresión e inclusive su primer eco prenatal en el universo amniótico de mamá (Yahn). Ender Rodríguez Artista multidisciplinario venezolano
Zu eco / fotografĂa digitalmente intervenida / 2002 Zu proceso / creyones y marcadores sobre papel / 2015
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Zu umbilical / fotografĂa digitalmente intervenida / 2007
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AutismĂĄtico / fotografĂa digital /2008
Generacional / foto-performance / 2011 fotografía de José Manuel Rodríguez
Generacional / foto-performance / 2011 fotografía de José Manuel Rodríguez
Autoconversa / fotografĂa digitalmente intervenida / 2014
digitalmente intervenida / 2014
Como Miranda en el cuarto / fotografĂa
Zu juego / fotografĂa digitalmente intervenida / 2014
Zu proceso / creyones y marcadores sobre papel / 2014
PĂĄjaro volador / fotografĂa digitalmente intervenida / 2014
Homenaje a mi hijo Zu / fotografĂa digitalmente intervenida / 2015
2015
Conversaci贸n / fotograf铆a digitalmente intervenida / 2015
De la serie dolorosa / fotografĂa
ParĂŠ el carro y le dije Eli ponte un mango en la cabeza / fotografĂa digitalmente intervenida / 2015
digitalmente intervenida / 2015
De la serie dolorosa / fotografĂa digitalmente intervenida / 2015
De la serie dolorosa / fotografĂa digitalmente intervenida / 2015
ZueĂąo / fotografĂa digitalmente intervenida / 2015
egistrar lo que ocurre en la cotidianidad corresponde a la R actividad intelectual y sensitiva de quienes creen en lo procesual como dinámica de conocimiento. En el arte los registros han sucumbido ante lo apremiante de la información que debe ser datada, compartida y archivada, unas veces como sistema de producción artística, otras como plataforma de constatación. “Yo estuve aquí, yo sentí, fui testigo” responden a expresiones gráficas sobre el trasegar del cuerpo y lo experiencial de la vida. Las acciones contextuales, los performances instintivos y experienciales, los acontecimientos estéticos suelen depender en gran medida del registro porque la necesidad básica consiste en volver sobre la obra, rumiarla en otros estados y disposiciones. Una cosa diferente es pensar el registro desde el convencimiento que da su manipulación como propósito de creación y otra cosa ocurre en el registro cuando es usado para datar de manera diarista el accionar del otro, otorgándole la categoría de arte o lo artístico. Ender Rodríguez es padre de un niño que sufre una condición cerebral que lo somete, a grandes presiones y tensiones producto de sus elucubraciones, angustias y esfuerzos de dominio de sí. Ender Rodríguez ha conseguido poner en situación los grados de asimilación de los elementos plásticos y vivenciales de parte de su hijo como una suerte de construcciones y mapas mentales de expresión donde aparecen convulsas sensaciones y pulsaciones de gran resonancia. Los dibujos y juegos de aquel chico asediado por los fantasmas esquizoides arrojan al mundo una suerte de símbolos, figuras, manchas y manías gráficas capaces de representar la locura del “mundo de los cuerdos” en intrincados laberintos de encierro doloroso. Aquí es cuando se piensa en la naturaleza del registro, al ver a un padre creador en pleno reconocimiento de los procesos de vida tan particulares de su propio hijo, realizados en la inconsciencia muchas veces.
Digo que uno piensa en el registro, pues al ver el conjunto de imágenes fotográficas juiciosamente elaboradas para dar cuenta del proceso creativo y experiencial de su hijo, cobra valor de carácter documental las organizaciones, los movimientos, las huellas de expresión y hasta la estética del fracaso. Los registros de Ender no pretenden presentar ante nosotros el valor artístico de los trabajos expresivos e imágenes de su hijo; sólo lo muestra en situación de perforación, unas veces sedente sobre el suelo, otras en movimientos telúricos y extenuantes de gran esfuerzo físico temperamental. El artista Rodríguez expone a través de su hijo la capacidad de traducción de ver la enfermedad o síndrome cerebral, accionando los cuerpos, casi como una instrumentación pasiva de seguras consecuencias simbólicas donde el espectador no sabe a ciencia cierta si se trata de un experimento cientificista de desarrollo humano o bien sólo pretende la expectación silente del auditorio. Oscar Salamanca. Profesor y artista visual colombiano.
Zu pie y vaquita / fotografía digitalmente intervenida / 2015