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Julio 2022
Suicidio
Un flagelo que no muere Alfonso Marti/ ENFASIS Monterrey
E
l suicidio es la única muerte que no puede ser prevenida. Quizá por eso su incidencia va a la alza, y Nuevo León ocupa el lugar número siete entre los primeros en esta problemática. Pero la pandemia cambió todo, y el número de muertes voluntarias podría ser mucho mayor. De hecho datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía y Es-
tadística (INEGI) indican que entre 2020 y los primeros meses de 2021 se dieron 500 mil decesos por este motive. En Nuevo León el porcentaje de muertes por suicidio, respecto al total de muertes violentas, es de 15.4 por ciento, muy por encima de la media nacional,que es de 9.6 por ciento. Todo esto es reflejo de la depresión, que también se incrementa, y que ha tenido un avance fuerte por motivo de la pandemia y el aislamiento social a que nos obligó.
Entre enero de 2020 y marzo de 2021 ocurrieron medio millón de muertes por suicidio, de acuerdo a datos proporcionados por INEGI, lo que habla del crecimiento del problema en todo el país, y del que Nuevo León no ha quedado exento.
En esta situación, los más propensos a deprimirse con adolescentes y jóvenes entre 15 y 24 años, y ocupan el primer lugar en sectores vulnerables, en segundo lugar se ubican personas adultas y en tercero adultos mayores, sin embargo se ha detectado un incremento en niños menores de 10 años. Esto genera intentos de suicidio. El INEGI en sus estadísticas menciona que de 2 mil 603 casos registrados en 1994, ocurrieron 7 mil 896 en el 2020. Pero en septiembre pasado, el director general de Estadísticas Sociodemográficas del INEGI, Edgar Vielma, alertó que entre enero 2020 y marzo 2021 se reportaron “medio millón de personas fallecidas por suicidio”. La declaración la hizo durante su participación en el foro virtual “La atención de la depresión y la ansiedad para la prevención del suicidio”, organizado en la Cámara de Diputados, en el marco del Día Mundial para la Prevención del Suicidio. Este fenómeno se registró “principalmente en jóvenes de 25 a 34 años”, precisó el funcionario, pero advirtió que “el índice de suicidios aumenta al acercarse a los 80 años” y mencionó que “la población de 10 a 14 años utiliza el ahorcamiento para quitarse la vida, mientras que el envenenamiento lo utilizan más las mujeres de este rango de edad”. Esto implicaría un cambio drástico en las edades con mayor tendencia. Si revisamos los registros de INEGI, encontraremos que en los últimos 30 años la tendencia ha sido siempre a la alza, pero hablar de medio millón de muertes por suicidio indica que hay factores que detonaron el problema. ¿Qué lo causa? El presidente de la Asociación Psiquiátrica Mexicana, Bernardo NG Solís, opina que “la depresión, el alcohol y las drogas son factores que ponen a los jóvenes en situación de riesgo para cometer suicidio”. Si le agregamos un entorno donde existe violencia en el hogar, encarcelamiento de alguno de los padres, maltrato infantil y vivir en un entorno violento e inseguro, aumentan la probabilidad de atentar contra la vida. Es importante “hablar del suicidio en público y darle la importancia necesaria es el primer paso para reducir la mortalidad por esta circunstancia”, afirmó por su parte Arsenio Rosado Franco, director del Instituto de Salud Mental de Yucatán, consideró que el suicidio “es prevenible y para cada situación en particular existen medidas que se pueden aplicar”. Desgraciadamente en los sistemas de
