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Después del Diario de Ana Frank
Después del Diario
Narra qué pasó con los compañeros de escondite
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¿Qué fue de los compañeros de escondite de Anne Frank? Tras una profunda reconstrucción, “Después del diario de Anne Frank” cuenta la humillante y dolorosa historia de los ocho protagonistas que se escondieron con ella y cómo fue el último año de las personas de la llamada “Casa de atrás” después de su arresto el 4 de agosto de 1944
El 27 de enero de 1945, Otto Frank fue liberado del campo de concentración de Auschwitz por los soldados rusos. En ese momento, comenzó el regreso de su viaje a casa pero, sobre todo, su larga búsqueda para conocer la verdad del viacrucis sufrido por su esposa Edith, sus hijas Margot y Anne y las otras personas con las que había estado escondido en Prinsengracht, en Ámsterdam: Hermann van Pels (empleado de Otto y que regentaba un negocio de pec-
tinena) y su hijo Auguste, y Fritz Pfeffer. El padre de Anne terminaría descubriendo que fue el único, de los ocho, que había sobrevivido al Holocausto. El grupo al completo fue llevado el 4 de agosto de 1944, primero, al campo de tránsito de Westerbork, al sur de los Países Bajos, para luego ser deportados a Auschwitz, Bergen-Belsen, Mauthausen y Neuengamme. A partir de ahí, sus vidas se separarían y solo se ha podido recomponer su trayectoria gracias a testimonios orales de supervivientes o amigos, documentos oficiales, las listas de deportación y de los campos, y otros diarios similares al de Anne. Ya sabíamos que las condiciones de los campos fueron terribles pero, después de tantos años, todavía surge nueva información sobre la vida y la muerte de Anne Frank y sus compañeros de desconsuelo. Tras una ardua investigación, Bas Von Benda-Beckmann descubrió la suerte que corrieron los otros inquilinos de la "Casa de Atrás" que acompañaron a Ana Frank en su cautiverio, y lo relata en su libro "Después del Diario de Anne Frank".
Todo inicia cuando el escondite fue descubierto, el 4 de agosto 1944, tras una incursión policiaca de la que poco se sabe hasta ahora y, consecuencia de la misma, todos los integrantes de la familia fueron arrestados por los nazis.
Bas Von Benda-Beckmann ha podido reconstruir la agonía de los habitantes del “Anexo Secreto” sobre la base de archivos y testimonios fragmentarios: la fuente principal, Otto Frank, no fue muy comunicativo sobre sus experiencias en cautiverio.
Las amargas disonancias en la historia del resto son las más llamativas: el estado de ánimo «alegre» en el que se sintieron las personas escondidas cuando fueron llevadas en un tren normal (no en vagones de ganado) de Ámsterdam al campo de Westerbork.
El hecho de que la familia Frank estuviera tan “controlada y tranquila” en su destino, no fue desmentido por testigos presenciales. El alivio que Ana y Margot Frank sintieron en Westerbork, según su padre, fue enorme pues ya “no estaban encerradas y podían hablar con otras personas”. Después llegaría “la fiesta en las literas” del campo de Bergen-Belsen con la que se celebraba al mismo tiempo Hanukkah, Sinterklaas, Navidad y Nochevieja en diciembre de 1944.
Testigos presenciales nos explican que, al llegar al campo, las mujeres fueron contadas y registradas. Todos los prisioneros recibieron una manta de caballo y una sar-
tén. Estaba lloviendo y hacía mucho frío. Envueltas en mantas, las mujeres esperaron durante horas. Janny Brille Scherper recuerda haber visto a Anne y Margot, envueltas en dos mantas, por primera vez desde Weterbork. Casi todas estaban enfermas y las emociones y el cansancio del viaje habían empeorado su estado. Cuando oscureció, les sirvieron una especie de sopa para, luego, ser enviadas a las tiendas en grupos de cuatrocientas. Todo caótico. Hubo empujones y tirones para entrar en las carpas con goteras, donde había muy poco espacio. Todas yacían entrecruzadas sobre la paja sucia y muchas de ellas tenían disentería. Por la noche resultó imposible atravesar la multitud hasta la salida de la tienda para llegar a la letrina.
La cuarta noche después de la llegada de Anne, Margot y Auguste, el 7 de noviembre de 1944, estalló una violenta tormenta de noviembre y las tiendas se derrumbaron. Ignoramos cómo vivieron las niñas este hecho, pero hay varios testimonios que dan una idea de lo que ocurrió. Por ejemplo, Renata Laqueur escribió en su diario: “La semana pasada, una violenta tormenta de otoño voló algunas tiendas de campaña bajo la lluvia torrencial de la noche y las mujeres, casi sin ropa ni cobijo, yacen sin protección en el frío”.
Después de la devastadora tormenta, se llevaron a cabo varias reubicaciones dentro del campamento. Un grupo de mujeres del Sternlager llegó al campo y las mujeres del campamento terminaron en el cuartel del antiguo enclave. Anne y Margot acabaron en la llamada “Kleine Frauenlager”, que estaba situada en el solar que había pertenecido a la Sternlager. A medida que llegaban más transportes, la división de este campamento de mujeres se movía continuamente.
Noticia es algo que alguien, en algún lugar, quiere que no se sepa. Y así hubiera ocurrido de no ser por la ardua tarea de investigación de Bas von Benda-Beckmann, que colabora con la fundación de Anne Frank y por los que sabemos que en Bergen-Belsen, sólo en marzo de 1945, murieron más de 18 mil personas.
Gracias a su trabajo podemos hilvanar las piezas. Por ejemplo, colegir que las hermanas debieron fallecer de tifus hacia febrero de 1945, y no en marzo, como indicaban los datos de la Cruz Roja, debido al veloz desarrollo de la infección. Eran inseparables, y sabemos que cuando Margot se puso peor y ya no podía levantarse ni andar, Anne perdió la esperanza de vivir, su motor vital.
La joven escritora tenía 15 años y su hermana 18. Ambas fallecieron en la ig-
Prisioneros judíos caminan rumbo al campo de concentración, una escena que Anne Frank y sus compañeros de cautiverio también vivieron.
Anne Frank con su familia, antes que la guerra acabara con su felicidad y finalmente con su vida.
norancia de que su madre había muerto en enero de ese mismo año, de agotamiento y malnutrición. Las últimas semanas de la vida de Anne Frank y su hermana fueron angustiosas. Las niñas pasaron por un macabro periplo en el que todos los adjetivos se quedan escuálidos: fueron humilladas, magulladas y vejadas hasta caer gravemente enfermas. “El contraste entre la Ana fuerte y esperanzada, como la gente la conoce por su diario, y la Ana destrozada en el campo de concentración es de tamaño natural”, dice el propio autor. La destruyeron hasta convertirla en una niña anulada y sin rastro de esperanza.
Cierta “libertad”
De forma paralela al final de Anne, su hermana y su madre, es reseñable la historia de Peter van Pels, el muchacho mencionado en el Diario como “su ilusión”. Trasladado con su padre y Otto a Auschwitz, repartía paquetes y podía moverse por el campo con cierta facilidad. Los envíos no eran para los judíos, sino que procedían de familias de presos políticos o demás recluidos por distintos motivos. Pero había ropa y comida, y es posible que Peter ayudara al padre de Anne a sobrevivir, como también le ayudaron las conversaciones sobre arte y cultura con su compañero de cautiverio en Auschwitz y les permitió evadirse, un rato, del hambre y el frío.
En 1945, ante el avance de las tropas rusas el campo fue evacuado y solo dejaron atrás a los enfermos, como Otto. Peter acabó en Mauthausen, en Austria, donde le obligaron a trabajar en una fábrica de armamento, contrajo el tifus, y falleció poco después de la liberación Aliada, a los 18 años. Su padre, Auguste, murió en un tren camino del campo de Theresienstadt, en Checoslovaquia. Herido en una mano, su padre fue gaseado en Auschwitz. Y el dentista Pfeffer, trasladado con otros médicos, una práctica nazi habitual, pereció de disentería en el campo de Neuengame, en Alemania.
Sabedor de todo ello, Otto decide publicar el diario de su hija y convertirse en una voz en contra de los crímenes de lesa humanidad cometidos por el fascismo. E
EL MILAGRO
La juventud siempre viene acompañada de la inexperiencia, pero el amor y el instinto de la joven madre se imponía. Esa fiebre no era algo normal en su niño, y salió a la calle a buscar ayuda,
Estaba en ciudad desconocida, sin dinero, pero eso son simples minucias cuando vas detrás de la vida y la muerte te sigue. No qui Por Francisco Zúñiga Esquivel so esperar a que llegara el esposo, porque sentía que su bebé se moría, y el pensamiento la mataba y a la vez la empujaba con energía sobrehumana.
En una calle que no conocía encontró un consultorio y entró. El niño respiraba apenas, sos ojos se habían cerrado. La madre lo apretaba contra su pecho, para darle vida con sus propios latidos, pero el bebé seguía exánime, sin reaccionar.
En el consultorio la recibió una enfermera. Ya viene el doctor, le dijo. Fue cuando ella sintió que el niño aflojaba su cuerpecito, y su respiración cesaba.Virgen santísima, no dejes que se me muera, clamó la pobre mujer. Tú sabes lo que es perder un hijo. No lo permitas, Madre, rogó.
La madre lo abrazó, sintió la tibieza del cuerpecito pero no encontró su corazoncito siempre alegre.
Una lágrima rodó hasta el rostro del peqeño. Ella rogó con todo su corazón, y entonces sucedió el milagro: El niño volvió a la vida.
Después todo quedó en manos del doctor, una inyección, medicamento, cuidados. Mucho tiempo después, la madre se lo contó al niño ahora un hombre, una tarde de café en la cocina familiar.
Te me moriste en los brazos, pero Dios y la Virgen te regresaron conmigo, hijo.
Fue un milagro, sin duda, cuyo germen fue el amor de una joven madre, cuya fe la enlazo con la Vida. Y la Vida es Dios. E
Una lucha que no acaba nunca
Mientras platica su historia, Lucía voltea a ver la imagen de San Judas Tadeo que, inmutable, la ve desde el pequeño e improvisado altar.
Es el custodio de su casa, donde vive con sus hijos. Y es también el guardián de su salud, el que hizo lo que parecía imposible: Sanarla del cáncer de mama que se le detectó cuando tenía 37 años. Él, claro, con ayuda de los médicos.
Eso fue hace seis años, hoy Lucía tiene 43, y al verla nadie creería que alguna vez estuvo en el umbral de la muerte.
Hay fechas que no se olvidan. Lucía Ibarra Sánchez recuerda claramente ese 21 de marzo de 2018, porque ese día nació de nuevo cuando le dijeron que había vencido finalmente al cáncer que la aquejaba.
En Melchor Ocampo, donde vive Lucía, no hay mucho qué ver. Ni gente, porque la mayoría se va a trabajar “al otro lado”, como le dicen a Estados Unidos en esta región semidesértica del noreste mexicano. Hasta el marido de Lucía trabaja allá y viene cada dos o tres meses a verla. Le manda dinero para que no batalle y tenga lo necesario para vivir con sus cuatro hijos, Dante, de 19 años; Dilan, de 17 Joel, de 15 y Mario de 7.
Fue él quien le llevó la imagen de San Judas Tadeo, el intercesor de los casos imposibles, cuando le detectaron el cáncer de
Una historia de fe, de esfuerzo y lucha.
mama, ya bastante avanzado, pues por su edad, no le hicieron mamografía.
Hace seis años, esa tranquilidad se volvió angustia, cuando tras algunos exámenes los médicos le dijeron que tenía cáncer de mama.
La lucha contra el cáncer no admitió flaquezas. Al principio, dice, se deprimió. Recordó mucho a su papá, Mario Alberto Ibarra quien falleció a los 61 años de un infarto causado por problemas derivados de su trabajo como camionero.
Cuando su esposo supo la noticia, regresó de los Estados Unidos para verla y darle ánimo. Fue cuando le llevó la imagen de San Judas Tadeo, y le dijo que este santo era muy bueno para hacer milagros cuando los otros no podían. Debe ser porque es primo de Jesús, y tiene más influencia en el Cielo. En su caso, Lucía se alivió. El camino no fue fácil, narra Lucía. Saber que se tiene cáncer suena, en principio, como una condena a muerte donde es cuestión de tiempo para irse. Ella pensó en sus hijos, tan jovencitos, en la vida futura que soñaba para cuando su marido por fin regresara a quedarse en Melchor Ocampo. Eso le infundió el valor para enfrentarlo. Seguir viviendo, el tiempo que Dios le diera, y emprendió proyectos a largo plazo, que le obligaban a vivir más tiempo. Como estudiar el
Bachillerato Comunitario de Melchor
Ocampo 70l, que le ayudó a cumplir un sueño de adolescente: Terminar su preparatoria.
Hoy todo parece historia, pero para quien ha padecido cáncer, ese pasado siempre es presente. Lucía sigue bajo vigilancia médica, aunque cada vez más distante en el tiempo. Por lo pronto va venciendo al cáncer, pero la lucha no acaba. Nunca acaba.
Sin embargo, la experiencia le ha enseñado algo. Cada minuto se disfruta al máximo, y no se piensa en la muerte, sino en la vida.
Porque mientras pueda contar su historia, es porque sigue ganando la batalla. E
La película de terror de Netflix
Había una vez una empresa que rompió el molde en el cual la gente consumía el entretenimiento brindado por las películas y series televisivas, el éxito de esta firma irrumpió de tal manera en la sociedad que se volvió un icono dentro de la cultura pop y tuvo un crecimiento económico exponencial.
Hablamos de NETFLIX, fundada en 1997 en California, empresa que el día de hoy pudiera estar viviendo la película más terrorífica de su historia, e incluso podría convertirse en la precuela de su capítulo final. ¿Qué crisis enfrenta Netflix? En el primer trimestre del 2022 esperaban ganar alrededor de 2.5 millones de suscriptores, pero el resultado final fue muy distinto. La compañía registró una importante caída en su historia, perdiendo 200 mil usuarios, pasando de 221.81 millones a 221.64 millones.
A pesar que la pérdida de usuarios sólo representa el 0.09% de las suscripciones totales de Netflix, este daño fue suficiente para que sus acciones en la bolsa cayeran en un 24%, iniciando así la primera crisis de la plataforma tras once años siendo el streaming líder del mercado. Quizás para muchos la calidad de sus acciones en tal grado puede ser algo exagerado, pero como considera Jeff Sommer, del NY Times, esto era algo inevitable.
Sommer explica que durante décadas Netflix pidió prestados miles de millones de dólares para financiar su crecimiento exponencial, por la tanto con la competencia actual que enfrenta Netflix y la deuda acumulada, sólo se requerían los primeros problemas en obtener nuevos suscriptores para que el desplome sucediera. Ahora bien, ¿por qué pierde Por Emilio A. Alcalá ANALISTA Netflix suscriptores? La misma empresa señala como una de sus principales causas el compartimiento de cuentas, estimando que alrededor de 100 millones de usuarios ingresan a través de una cuenta compartida. Otras causas que declaró Netflix fue la competencia y la guerra en Rusia que la compañía estima le ha costado 700,000 suscriptores, al suspender el servicio en ese país. Por su parte los expertos en el tema concuerdan con Netflix en que una de las causas de su crisis es el surgimiento de más competencia, que, en este caso, son las diversas plataformas de streaming que han entrado en el mercado. Pero también, la calidad del catálogo de la empresa es un factor importante, pues en los últimos años Netflix se ha convertido en un mayorista de contenido, ofreciendo un catálogo mucho mayor que el de su competencia, pero de menor calidad. Es decir, es como si Netflix fuera un supermercado y su competencia fueran boutiques. Otra importante causa que algunos expertos sugieren es la estrategia en la que Netflix históricamente ha ofrecido su producto de contenido original. El streaming estrenaba el mismo día toda la temporada de sus series propias; en su momento esto fue innovador y el consumidor devoraba en una noche o en un fin de semana toda la producción, quedando ansioso por más, pero teniendo que afrontar una larga espera. Sin embargo, esta estrategia ahora juega en contra de la compañía, pues al ya no tener un catálogo con producciones de tan alta calidad dejan un largo tiempo al espectador sin consumir un producto premium, le hacen perder el interés y optar por probar un catálogo de la competencia.
Por su parte, los otros streaming como Disney Plus y HBO MAX estrenan un capítulo por semana, haciendo que el cliente permanezca fiel a la plataforma durante mayor tiempo.
Por lo pronto, se espera que Netflix gaste hasta 18,000 millones de dólares en contenidos en 2022. Pero si la calidad de sus producciones sigue sin mejorar, su caída podría ser inevitable. Incluso para el segundo trimestre del año se estima que la compañía pierda 2 millones de clientes.
Ahora bien, si Netflix logra resurgir no hay duda que el mayor beneficiado será los consumidores con contenidos de alta calidad, pues como dijo el poeta Horacio: “La adversidad tiene el don de despertar talentos que en la prosperidad hubieran permanecido dormidos”. E
El Laberinto del Fiscal
Dice la ley que en toda investigación debe existir el sigilo, es decir, el silencio de la autoridad en torno a los resultados que van logrando.
Tiene su razón de ser, porque las filtraciones de información siempre pueden generar complicaciones en el seguimiento de una pista.
Pero en el caso de Debanhi Susana Escobar Bazaldía, la Fiscalía General de Justicia del Estado cedió tanto que permitió a la familia condicionar las averiguaciones y lo que empezó como una desaparición, continuó como un accidente mortal, ahora se investiga como un feminicidio, pese a que no han mostrado ningún indicio que lo confirme.
El caso pudo pasar sin pena ni gloria, tal como han pasado cientos de casos de mujeres de todas las edades desaparecidas, pero esa fotografía donde aparece sola, en medio de la nada, abandonada a su suerte, cimbró las fibras sensibles de toda la sociedad, y despertó la acción no sólo de las feministas, sino de todo la sociedad, que se unió a la búsqueda, unos de forma activa, otros con sus oraciones, el compartir la foto, y la presión a la autoridad .
Deja mucho que desear la acción de la Fiscalía, porque si bien los entendedores puedan comprender que no hayan descubierto el cadáver desde el principio,el mal manejo mediático que realizaron los metió en un laberinto del cual, en vez de salir por la puerta de la decencia, optaron por meterse a un terreno muy difícil de salir airosos.
Tienen que probar que realmente fue un accidente, y descifrar exactamente esos últimos momentos en la vida de la chica.
Pero en los últimos días se nota una estrategia mediática para afectar la honorabilidad de Debanhi y presentarla como una jovencita
desubicada, amante de las fiestas, el desorden, y que el día de los hechos bebió demasiado. Mucha casualidad que el mismo día, en diferentes canales de televisión hayan aparecido las amigas, el chofer y hasta el papá, sometido a una entrevista agresiva que parecía encaminada a desvirtuar toda buena imagen de Debanhi. Puede ser cierto que ese día Por Francisco Zúñiga E. EDITORIALISTA haya bebido de más e incluso que se haya comportado de manera incorrecta. Pero eso lo hace cualquier joven en su busqueda de diversión, y en algun momento lo hicimos quienes ahora somos adultos. No es un pecado para criminalizarla. Lo criminal, en todo caso, es la actitud de la autoridad, que sigue dando palos de ciego en un caso que podrá ser muy claro, pero no han podido comprobar. E