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Septiembre 2019
Discapacitados y su lucha por la igualdad
E
n la ley dice que tienen los mismo derechos. En la realidad, no es así. Las personas con alguna discapacidad se ven relegadas por hechos tan simples como la falta de cultura, el olvido de las instituciones, la negligencia de los vecinos, que les dificultan su inclusión en diversas facetas de la sociedad o de la vida diaria. Desplazarse por la ciudad es complicado, pues si en los sitios más públicos pueden hallar rampas, infraestructura y hasta un sitio especial en el transporte público, éste no es suficiente y a veces tampoco es adecuado, y en las colonias, la movilidad se vuelve un martirio o es imposible por las banquetas. En el aspecto laboral tampoco es fácil. Datos del INEGI indican que una persona que vive alguna discapacidad tiene un ingreso promedio de 11 mil 438 pesos, cuando una persona que no tiene condición de discapacidad gana 18 mil 16 pesos. Necesitan que la sociedad volteé a verlos en toda su dimensión, y que los reconozca no como seres especiales, diferenciados, sino como personas discapacitadas simplemente. Patricia Martínez Lozano, presidenta del Consejo Estatal para personas con Discapacidad, considera que se requiere una labor conjunta de todos los sectores de la sociedad para sumar esfuerzos en el diseño de estrategias para armonizar la ciudad en beneficio de la movilidad de los discapacitados, y para cristalizar los proyectos. Lo primero, afirma es aceptar que “somos personas, y como tales, la palabra correcta es persona con discapacidad, y tenemos todo derecho a libre tránsito a movilidad y disfrutar la vida de manera integral, hacer familia, trabajar, y llevar una vida como todos”. Se ha trabajado mucho para lograr la integración en todas las facetas de la sociedad, y aunque todavía no se tiene una movilidad al cien por ciento, se ha ganado terreno. Lo que sigue es lograr esa inclusión laboral porque les daría autonomía financiera para vivir plenamente. “Estamos trabajando fuerte, porque es un parteaguas de la vida independiente de la
Por Alfonso Martí/ ENFASIS
Sólo el 39.1 % de ellos tienen un empleo que les permite autonomía financiera. Pero en promedio, ganan 33.5% menos que el resto de la población persona tener libertad económica. Se avanza mucho en la vida”. En Nuevo León viven 291 mil personas con discapacidad, es decir, 6 por ciento de su población total, según números del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), y la mitad tiene entre 30 y 69 años, es decir, están en la plenitud de su vida productiva. Pero de ese universo, sólo el 39.1 por ciento tienen empleo y ganan 33.5 por ciento menos que el resto, denunció la organización Impunidad Cero en un estudio realizado en 2018, titulado El derecho al trabajo de las personas con discapacidad, elemento necesario para su efectiva inclusión social, coordinado por la investigadora Mariana Díaz Figueroa, donde detalla que según datos del Inegi, cerca
de 7.1 millones de personas en México se enfrentan a una discapacidad. Es decir, el 6 por ciento de la población. “La tasa de desempleo de las personas con discapacidad es muy elevada y quienes logran obtener un empleo, lo hacen en puestos de bajo nivel donde no se les paga adecuadamente por las actividades que realizan”, concluye la investigación, que recalca el hecho de que si el discapacitado sufre discriminación laboral, si además es mujer, ésta es peor, pues ellas tienen apenas la mitad de posibilidades de conseguir un empleo, respecto a los hombres. “Es necesario que las personas con discapacidad participen en el diseño, creación, implementación, seguimiento y evaluación de las políticas públicas, para asegurar que sus necesidades sean abordadas y atendidas. Asimismo, deberá verificarse que todo lo anterior se realice bajo el modelo social y el enfoque de derechos humanos que contempla la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, pues las políticas públicas existentes siguen teniendo fuertes rasgos del enfoque médico” La situación es difícil. Una persona con discapacidad ganar en promedio el 66.5 por ciento de lo que percibe quien no la tiene, pero además, el 32 por ciento de los disca-
