El acento está en el contenido
Mauro Sperperato, Socio Fundador de SINAPSYS Tras 25 años de trabajo en compañías de primer nivel, el ex presidente de ARLOG decidió formar su propia empresa, mediante la que ofrece asesoramiento especializado en desarrollo colaborativo a compañías de diverso tamaño y actividad. En esta entrevista compartimos sus experiencias y visión de la actualidad del sector logístico, y las características de su nuevo emprendimiento. Énfasis Logística: ¿Cómo inició su actividad en la logística? Mauro Sperperato: Estudié Ingeniería Mecánica en la UBA, y luego ingresé en Alpargatas que tenía un programa de becas universitarias y casualmente lo hice en un área denominada “Gerencia Logística”, cuando el término logística era prácticamente desconocido, de hecho mis amigos me preguntaban si estaba trabajando en el Ejército, porque era una palabra muy vinculada a lo militar. É. L: ¿Cómo ha vivido la evolución del sector a lo largo de los años? M. S: Cuando se creo ARLOG todos éramos conscientes de que teníamos mucho por aprender, y creo que lo bueno de la mística que tuvieron los fundadores fue la humildad de comprender que no sabían, pero que podían aprender más rápido juntos. El desafío fue tratar de mantener ese espíritu durante todo este tiempo, y creo que eso es muy bueno y se percibe en la comunidad logística. En estos años se ha desarrollado mucho la profesión, y también ha crecido el rol de la logística dentro de los negocios. La teoría logística es bastante sencilla de comprender, el tema es cuando se tiene la responsabilidad de operar y hay que aplicarla, en general esos son los verdaderos exámenes. É. L: ¿Cuál es la importancia de los RRHH en las operaciones logísticas? M. S: Es absolutamente diferencial, todo lo demás se puede comprar, y esto no lo aprendi en la facultad, de hecho yo hice 48 materias en Ingeniería Mecánica y no tuve ni una sola sobre Recursos Humanos, con lo cual parecía que no trabajábamos
El acento está en el contenido
con personas. Pero cuando salís de la vida académica y entras en la vida laboral te das cuenta que ese es un error gravísimo, porque lo más difícil en las compañías es que nos pongamos de acuerdo como personas, después lo técnico de alguna manera se aprende, se hace, se perfecciona y se lleva adelante. Lo lindo de la logística es que tiene su parte técnica pero también una humana muy fuerte, y equilibrar esos dos planos es algo apasionante. É. L: ¿Qué momentos importantes identificas en tu carrera? M. S: Tuve mucha suerte porque más allá de lo que uno quiera hacer, lo importante es tener proyectos para ponerse a prueba y tuve la oportunidad de enfrentar muchos desafíos y de tener buenos maestros, en ese sentido soy un agradecido. Desde empezar muy joven trabajando en Logística en la empresa Alpargatas a poder armar uno de los primeros esquemas de Cross Dock en el interior del país, trabajando en Procter & Gamble, o tener el desafío de liderar el proyecto de palletizar bolsones de pañales en una planta que estaba en San Luis para poder adaptarse al requerimiento de los supermercados de Bs. As. que solicitaban entregar en pallets, cuando todavía todos los productos se movían a granel, o también liderar el proyecto de diseño y construcción del Centro de Distribución Pilar para Farma íntegro como lo pude hacer en Bayer, y mudar la operación de un depósito que realmente no estaba al nivel de la compañía a un Centro de Distribución de nivel internacional. Este tipo de experiencias me llenan de orgullo, y me hacen sentir entusiasmo y motivación para seguir creciendo y perfeccionándome. É. L: ¿Cómo fue su experiencia en la presidencia de ARLOG? M. S: A mi ARLOG desde el primer día fue algo que me impactó y me ayudó muchísimo, siempre estuve muy relacionado con ARLOG como lugar de encuentro de la comunidad logística. Cuando me llegó la responsabilidad de ser Presidente fue una experiencia profesional fantástica e inolvidable, pero no fue fácil estar en una compañía como Bayer, con una gran responsabilidad, y a la vez tener que liderar la Asociación. Por momentos me sentía como haciendo malabares entre ARLOG, Bayer y mi familia, pero me permitió crecer, desafiarme profesionalmente, y sobre todo estar al lado de gente muy interesante y aprender muchísimo. Además he hecho muy buenos amigos dentro de la comunidad logística. É. L: ¿Cómo ve al sector logístico argentino? M. S: Lo veo pujante. Creo que nosotros tuvimos una primera etapa en la que pasamos de “nada” a un desarrollo interesante que fue muy lindo de experimentar, porque siempre aparecían cosas nuevas, desarrollos, tecnologías, y demás. Después obviamente como todo las cosas se van amesetando, los cambios son más lentos, y a veces se siente nostalgia por las transformaciones más profundas. Por ejemplo, cuando llegó el código de barras fue toda una revolución, y luego cuando apareció el RFID nosotros esperábamos una segunda revolución que la verdad aún no se dio, porque es mucho más difícil cambiar de tecnología que partir de cero. Sin embargo siguen habiendo muchos aspectos donde se puede mejorar, y se está dando algo que en un principio costó, que es una especie de segmentación por especialización. En ese sentido veo una evolución, y después hay cosas que quedaron en el camino, como por ejemplo la problemática de pallets de intercambio, donde evidentemente nos ganó el individualismo sobre el bien común. El planteo del pallet de intercambio establecía que si nos portábamos bien y respetábamos las reglas se solucionaba el problema y ganábamos todos. Pero se empezaron a tomar pallets ARLOG y se entregaban pallets de inferior calidad, con lo cual se rompió el pacto inicial y se generó una distorsión muy difícil de arreglar. É. L: ¿Cuál es su actividad actual? M. S: Luego de haber estado 14 años en Bayer manejando la logística del Cono Sur, el año pasado me fui para empezar mi propia empresa, un deseo que tenía desde hace unos años, y fue como haber vivido en un zoológico y salir a la selva, con los pro y contras que eso tiene. Desde luego no reniego del pasado, pero considero que son etapas y ahora estoy viviendo esta
El acento está en el contenido
nueva experiencia desde hace seis meses. Comencé solo con consultoría logística y ahora asociado con Leonardo Lijtmaer, agregamos la consultoría comercial, y así nació “SINAPSYS” Consultora de Negocios. Trabajamos también todo lo relacionado con desarrollo colaborativo intra empresa, entre la empresa y proveedores, o entre la empresa, clientes y distribuidores. Hemos probado y validado a partir de experiencias reales que finalmente trabajar colaborativamente es mucho mejor que hacerlo de forma confrontativa. Ese es el espíritu de la consultora, con la que estamos trabajando con empresas de distinto tamaño, grandes, PyMes y de diversos rubros también, lo que nos enriquece mucho más. Muchas veces las compañías tienen gente propia que podría hacer un diagnóstico directamente, pero hoy en día la dinámica de los negocios es tan acelerada que lo difícil es ponerlo en agenda porque les gana el día a día. Lo que nosotros hacemos cuando intervenimos es “parar la pelota”, dedicando tiempo a entender dónde estamos, qué está pasando y qué podemos hacer mejor. Con pequeñas intervenciones y trabajando en equipo se logran resultados muy interesantes, no tenemos ninguna receta mágica, el sentido común y nuestra experiencia nos dan la posibilidad de facilitarle, a aquel que está agobiado por el día a día, la implementación del proyecto que tiene en su cabeza. z