11 EL ANTIHÉROE (La vida de distopía)
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SUEÑO DE DIONISO
Dioniso, ebrio en su altar enmudece en imagen de sí mismo. Delata su naturaleza dual bajo impulsos orgiásticos. Lava su frente en las aguas de Narciso asesinando a la razón. Arma de dioses apolíneos Sueño de andrógino. convertirse en uno fundirse en misterioso ser. Siempre la anheló, Siempre lo suspiró Perpetuos desconocidos, en uno mismo Caduceo de Hermes.
EL OLVIDO
Borrando las llamas la vida se acostumbró a mentir. El mundo creado de nadas murió. Con geometría romana bajo esclavitud hundieron el alma. En el abismo canónigo la naturaleza murió preñada de juicios y normas. Canta el juez ¡Destierra el alma originaria!. Eros proscrito y desterrado eclipsa la tierra de su misterio. Tánatos amanece en el mundo.
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LA COLMENA LA PALOMA Dentro de la nada busco circunstancias e imagino luces. De la frivolidad de tus conocimientos el placer vive en ti
Y que más da, que sea un mediocre. Y esto, nuestra vida ¿no la hemos convertido en mediocridad?. Creemos haber vencido a los Dioses y nos amamos en nuestro excitante narcisismo. Neuróticos con nuestra exigencias volátiles con nuestras indulgencias olvidamos nuestra mediocridad enfrentándonos a Titanes. Reflejo de nuestra vanidad. Escrito está en pergaminos de asesinato, extinguimos nuestra naturaleza desafiándola a ella misma. Solo nuestra vanidad arruina la inteligencia. Mutila la lengua para clavarla en la cruz de la ignorancia. Arribismo de un Dios con “d” minúscula. Hecho a la medida de la ambición humana.
Azor caza paloma. Herida de muerte sobrevuela el mundo. Último intento para comprender su vuelo transita la cotidianidad de sus días. Solo le queda el viento que aplaca su desdicha y la ilusión de advertir su vida. El sol acaricia su pecho sumiéndola en pequeño sueño. Poco a poco se acerca a tierra soltando las riendas de su corto destino. Se vencen sus ojos, con el ensueño. Recuesta su cabeza sobre tierna hierba. Ahora ve la luz que le hace crecer. Ya no es. Sueño y realidad la adormecen. La luz se rehunde en ella. Su corazón se enfría. Una sonrisa plácida es el rastro perdido de la vida
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LA DULCE INFAMIA
LA CARTA
Como una prisión, encuentro el espíritu aciago en voluntad. Demasiado sujeto al carcelero.
Un puerco se aparea de espaldas a un convento.
La luna ríe a la locura. Juega el Loco con el perro. El Papa bendice la orquesta y el diablo encuentra su casa en la música. La muerte obliga a cambiar el camino, la estrella luce en el destino. Cuando el carro cabalga, rueda la Fortun
(Coro). Al descender por la hipocresía, ¿hay algo positivo?. Ver un gallo verde en la mitad de la tormenta. Es como el caramelo. Quien lo posee, lo paladea. Con sutil osadía, su mano generosa desbarata vidas ajenas. Mas, la envidia es pobreza. ¿Cual es la ridícula verdad?. En el arte, el burgués se ríe del artista. (Coro). Al descender por la falsedad, ¿hay algo positivo?. Ver un gallo verde en la mitad de la tormenta. Nunca quiso saber, sólo presumía de su ego. En el gobierno del mundo reina el silencio. En la palabra del poderoso la añagaza se hace norma. Un Ideal del comercio. Mercar lo innecesario (Coro). Al descender por la mentira ¿hay algo positivo?. Ver un gallo verde en la mitad de la tormenta.
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EGO
EGO, LA SOMBRA
“Yo”. Imagen que desconozco. Sombra pegada a mí. Envoltura artificial de simetrías licenciosas.
El alma de los muertos, imagen antigua de mortal que se acecha. Desdoblamiento esquizoide, ¿versión sombría?
Narciso, reflejo de ojos que se ven a sí mismos como soles nutridos en la barriga de África.
Mi yo se desdobla
intento de ser yo. Te alimentas de mi destino en tu mundo frío. ¿Nos conocemos?. Vives lejos de mí. Y sin embargo, vives lejos de mí.
¡Qué casualidad! en días nublados dejas de perseguirme.
como andrógino que se recuerda en las sombras.
Eres mi reflejo, eclipsado por la luz de mi cuerpo. Mi otro yo. Mi hermano gemelo. Mi parte desconocida. Y sin embargo...
5
HEROÍNA (La muerte a galope) EGO, EL OTRO
Aquel que no alcanzo a ver. Sé que está ahí, que impone su ser. Su reflejo espanta mi alma. Su recuerdo atemoriza mis pensamientos. A veces, con alcoholes me reencuentro. Descubro mi pertenencia a él. Y él se apodera, como tumor agradecido. Incestuoso encuentro en un mismo ser. Como esfinge de dos cabezas. Recuerdo de andrógino. Ese, es mi otro. Reflejo en el firmamento. Simetría infinita.
Nací en los 80. Bilbao fue mi nido. Calles desconchadas, vertederos de escombro humano. Juventud esclavizada. Trafico de iniquidad. Guías de manos blancas astutos de desfachatez. Engendro de obscenidad. Diosa de los desposeídos hambrientos en espejos. Huérfanos de sí mismos y olvidados entre latas. Coágulos de dolor ajeno en venas calientes de juventud. Generación estúpida de estúpido sueño. Iniciación infame trae como río su beneficio. Muerte, en juventud distraída. Toilettes de virulenta suciedad. Agujas penetrando venas virginales. Cuerpos amorfos de ángeles caídos.
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LABERINTO VIOLENTO
Se mata aquello que se ama. La dulce miseria recoge los abrazos de cuerpos ajados de esperanza en vida. Herederos de “justicia del sistema”. Hambrientos de la verdad. Parados por el orden mutante. Desahuciados de su realidad. Duplicidad entre venas. Alteridad sin fin. Olor rancio. Paredes mohosas de suicidios vespertinos. Campos yermos. Desorden, caos.
El discurso de un poeta sajaba su lengua. El arte de la aristocracia nos toca vivir. Desnudos para la infame ocasión la humanidad, arrojada al mar de su esperanza, cierra la caja de Pandora, peregrina por el inmenso Ponto en busca de sus héroes. ¡Héroes! grita el ensueño. El destino se cumple el universo se ha invertido. Como es arriba es abajo. Fauces de leones devorando misteriosos dioses. La hambrienta raza del tiempo escarba casualidades de la nada.
¡Es la perfección! Debilidad heredada. Rehén de vida. Atrapado en ratonera, dominado. Imperativo psicópata, desorden de emociones. Niño perdido en el abismo de los sentimientos.
Solo Cronos alimenta profecías, desentraña tejidos que Penélope trenzó por amor. Únicamente quedó la esperanza al abrir Prometeo la caja de su amada Pandora. A veces los Dioses también sienten envidia.
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MI CUERPO (Recuerdos de un “discapacitado”)
Retorcido como alambre, manos que quieren coger olivos mis extremidades, callosas ramas envejecidas que despuntan ilusiones no reconocidas. En mi mente, espero el perdón de un Dios que me creó a su imagen. Hecha de sufrimiento y venganza. ¿Qué tributo he de pagar por alquiler en cuerpo engarrotado?. ¿Por qué nadie me toca? ¿por qué nadie me ama?. El olvido es la fría mascara que de mí invoca. Añoro manos y caricias que me hagan olvidar el dolor de mis entrañas. Males que me poseen en abyecto ser.
Denostado por mi naturaleza esqueleto de formas complejas, pido al cielo que me ame y se apiade de mí roto destino, ofreciéndome el amor que de mí se olvido. Mi infancia desdeñada besos de arena madre ausente en dolor. Nunca miré un espejo, nunca pude ser. Siempre desconociendo mi retorcida figura. Abrazo la indiferencia. Saludo cada amanecer a la esperanza ciega de un milagro azaroso. Baco mi aliado en el olvido. ¿Pregunto a un Dios?. ¿Quién soy yo?. Auténtico desconocido de mi imagen de mi sombra de mi amor.
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HIPÓCRITA
Ojos de lince en su faz. Máscara de Polifemo. El eclipse de la conciencia la ambigüedad del bien lo declara en su rostro. Abyección de cerdo recuerda su prosperidad. Solo el materialismo exige tales sacrificios. ¿Mi amigo? mi sombra. ¿Mi amor?, mi espejo. Oídos que no escuchan, bocas delatoras. Ojos que ajustician, mentes sibilinas. Herencia de rencores de huérfana maternidad. El celo me mueve a esconder mis secretos. En mi rostro la ambigüedad hambrienta de inocencia. Mi puñal ensangrentado es el símbolo de mi casa. Arma de caballero negro birrete de juez despiadado luz tenebrosa para la sinceridad.
EL MONSTRUO Con infame rostro cargo castigo como Atlante de universos acudo a la llamada de mi instinto. Con mis grotescas articulaciones abato lienzos perturbo el sueño de los vivos en la razón escondido. Lobo misterioso de colmillos asesinos. Con quimeras mortales encierro el alma en olvido. Su recuerdo extinto se pudre en hedionda fetidez. Soy Longinos con boca de bestia infame. El sol de mediodía, es mi veneno mortal eclipsando el corpus del Cristo. Así me enmascaro en noches de ciénaga donde hedor se confunde con muerte negra. Nací de quimeras en laberintos abrazando temores y alimentado miedos. Fénix de mí mismo. Infame presencia escondido en cuevas de almas infectas de desdeñada vida. Con mis manos asfixio a la diosa razón.
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EL AMANTE
Abrir con la mano la fruta y encontrar en ella la esperanza, devolver con ímpetu su fuerza. El color enmascara los cien velos. Las calamidades no tienen importancia. Sólo hablo de mí cuando los demás callan. Mi esperanza, no vivir lejos de ti. Asombrado mi ojo reclama con codicia una tarde para hablarte de mi vida. Sólo el incienso envuelve en estelas el aroma del amor muerto que acecha en las ventanas.
Viento Libre
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