en camino a la JMJ 2011
ora
pastoral juvenil y vocacional cádiz y ceuta
Dios y Señor nuestro, ninguno te hemos visto tal como eres en ti mismo. Y, sin embargo, no eres del todo invisible para nosotros. No has quedado fuera de nuestro alcance. Tú nos has amado primero, y ese amor tuyo ha aparecido entre nosotros, se ha hecho visible. Pues Tú enviaste al mundo a tu Hijo único para que vivamos por medio de él. Así te has hecho visible: en Jesús podemos ver tu rostro.
catequesis 2
ncuentro e o tr s e u n a le a s s Dio en Jesucristo
piensa Vamos a ver el video “Lifehouse's Everything Skit” y lo comentamos en grupo.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
HE CONOCIDO SERES EN LOS CUALES SENTÍA TAN VIVA LA REALIDAD DE CRISTO QUE YA NO ME ERA LÍCITO DUDAR. Gabriel Marcel (Filósofo)
Secretariado de Pastoral Juvenil y Vocacional ÁREA DE CATEQUESIS Fuente: Madrid11.com Imágenes: ©DebsFoto1, Photobucket.com, ©JAFG, ©Rafallano. Material disponible en www.enredadios.com
Enlace al video en: http://www.enredadios.com/site/mod/flv/view.php?id=613
escucha
dice Benedicto XVI
DIOS SALVA A SU PUEBLO
[…] También nosotros quisiéramos poder ver a Jesús, poder hablar con Él, sentir más intensamente aún su presencia. A muchos se les hace hoy difícil el acceso (conocer) a Jesús. Muchas de las imágenes que circulan de Jesús, y que se hacen pasar por científicas, le quitan su grandeza y la singularidad de su persona. Por ello, a lo largo de mis años de estudio y meditación, fui madurando la idea de transmitir en un libro algo de mi encuentro personal con Jesús, para ayudar de alguna forma a ver, escuchar y tocar al Señor, en quien Dios nos ha salido al encuentro para darse a conocer. De hecho, Jesús mismo, apareciéndose nuevamente a los discípulos después de ocho días, dice a Tomás: «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo, sino creyente» (Jn 20, 27). También para nosotros es posible tener un contacto sensible con Jesús, meter, por así decir, la mano en las señales de su Pasión, las señales de su amor. En los Sacramentos, Él se nos acerca en modo particular, se nos entrega. Queridos jóvenes, aprended a “ver”, a “encontrar” a Jesús en la Eucaristía, donde está presente y cercano hasta entregarse como alimento para nuestro camino; en el Sacramento de la Penitencia, donde el Señor manifiesta su misericordia ofreciéndonos siempre su perdón. Reconoced y servid a Jesús también en los pobres y enfermos, en los hermanos que están en dificultad y necesitan ayuda.
“He visto la aflicción de mi pueblo. Ve a salvar a mi pueblo” Dios elige a Moisés para salvar al pueblo de Israel. El pueblo está en Egipto. Egipto es el signo de la angustia. En nuestra vida hay muchas escenas de Egipto. Dios se presenta como el único que puede liberar al pueblo. En el relato del éxodo vemos el AMOR de Dios. Dios rompe las cadenas que agobian al hombre. Dios es el Señor. Él tiene todo el poder para liberarnos. Dios actúa en lo que parece más difícil. Dios vence todas nuestras muertes, agobios, miedos… Dios abre un camino entre la muerte. Este camino es JESUCRISTO.
Entablad y cultivad un diálogo personal con Jesucristo, en la fe. Conocedle mediante la lectura de los Evangelios y del Catecismo de la Iglesia Católica; hablad con Él en la oración, confiad en Él. Nunca os traicionará. […]
Lc 18, 35-43 En aquel tiempo, cuando se acercaba Jesús a Jericó, estaba un ciego sentado junto al camino pidiendo limosna; al oír que pasaba gente, preguntó qué era aquello. Le informaron que pasaba Jesús el Nazareno y empezó a gritar, diciendo: ¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí! Los que iban delante le increpaban para que se callara, pero él gritaba mucho más: ¡Hijo de David, ten compasión de mí! Jesús se detuvo, y mandó que se lo trajeran y, cuando se hubo acercado, le preguntó: ¿Qué quieres que te haga? Él dijo: ¡Señor, que vea! Jesús le dijo: Ve. Tu fe te ha salvado. Y al instante recobró la vista, y le seguía glorificando a Dios. Y todo el pueblo, al verlo, alabó a Dios.
actúa Escribe tus dificultades, las situaciones que te hacen sufrir, tus preocupaciones, tus complejos, las cosas y personas que no te dejan ser libres, tu falta de confianza en Dios, etc… todo aquello en lo que quieres que venga el Señor a salvarte. “¿Cómo no abrir nuestro corazón a la certeza de que, aún siendo pecadores, somos amados por Dios?”, se preguntó el pontífice. “Él no se cansa nunca de salir a nuestro encuentro, es siempre el primero que recorre el camino que nos separa de Él” (Benedicto XVI Ángelus 12 de Septiembre de 2010)