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Riesgos de la pirotecnia para la audición del infante
Por: Dra. Layda López Audióloga
Se acercan las fiestas de Navidad y Año Nuevo y con ellas la alegría de la celebración en los hogares. No hay nada más bonito que compartir con la familia y con seres queridos este tiempo de jolgorio. En medio de la algarabía y la celebración existe la costumbre de usar fuegos artificiales y pirotecnia, como ya sabemos son más los prejuicios hacia el peligro que trae, que los beneficios al usarla. Hay algo que casi siempre se olvida en ese momento de celebración usando la pirotecnia, y es que ésta afecta tanto nuestro ambiente con la contaminación sonora como la audición de quienes están cerca de la misma. Los animales también sufren por los ruidos excesivos que esta provoca, por ejemplo, los perros tienen su audición más agudizada que el ser humano, esto quiere decir que pueden oír sonidos de hasta 65.000 hertz (Hz). Los límites absolutos del oído humano son sólo 20.000 hertz (Hz). Esto permite que los perros puedan estar alerta a los ruidos más agudos hechos por pequeños roedores, u otros animales que sean su principal presa. Son capaces de percibir sonidos que para nosotros son ultrasónicos. Los perros pueden detectar un sonido débil a una distancia entre cuatro y cinco veces mayor que un ser humano.
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Los bebés poseen una audición más sensible que la de un adulto y este tipo de ruido de pirotecnia es perjudicial para su salud auditiva. Estudios indica que la pirotecnia puede provocar zumbidos (tinnitus) y pérdida de la audición en los niños, podría ser temporera o irreversible, por lo que se recomienda que se les coloquen protectores en los oídos de los niños que se exponen a ese tipo de ruidos extremos.
Los niños que se exponen a la pirotecnia pueden comenzar a sufrir trastornos del sueño, algo sumamente perjudicial sobre todo entre los más pequeños, ya que como bien sabemos se encuentran en plena etapa de crecimiento y desarrollo, para lo cual necesitan descansar como corresponde sin complicaciones. Los sonidos de los fuegos artificiales pueden provocar pérdida auditiva en los bebés, además de fuertes zumbidos que generan dolor de oído y problemas a la hora de conciliar el sueño.
Si durante los festejos de fin de año el bebé se expone prolongadamente a esos sonidos puede sufrir lesiones en los oídos. Si el niño se queja que siente un zumbido y que este dura varios días, los padres deben consultar a un especialista. Los más afectados son todos los niños menores de un año. Los trastornos auditivos se generan en base a la intensidad de la exposición del sonido como son los petardos, por ello los padres deben evitar ponerlos cerca de las zonas de festejo, también es aconsejable colocar en la cabeza de los niños algunas bandas que tapen las orejas o tapones en los oídos.