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Dirección editorial: Héctor Escobar Diseño y maquetación: Amando Casado Cocineros: Josefina Manceñido y Tomás Álvarez © de los textos: Soledad Parrado Cuesta © de las fotografías: Amando Casado © de la presente edición: Eolas Ediciones y Fundación Alimerka I.S.B.N: 978-84-15603-42-9 Deposito legal: LE-414-2014 Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra, solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70/ 93 272 04 47)
A Francisco y Raquel, mis niĂąos siempre. Sois lo mejor que me ha pasado en esta vida. A Roberto, mi chico grande, porque ha caminado conmigo, siempre, insuflĂĄndome el aire que me faltaba para seguir adelante.
¿Cómo despertar la sonrisa de un niño hospitalizado?, se preguntaron los asistentes a la Jornada de Humanización de Hospitales para niños celebrada en 2010. Y los jóvenes participantes en el foro, respondieron que la comida era lo que menos les había gustado durante su estancia hospitalaria y, por ello, la comida podría hacerles sonreír. “¿Cómo es posible que ocurra esto con el esfuerzo realizado para reducir la inapetencia alimenticia durante la hospitalización?”, pensaba Soledad Parrado, responsable de Calidad de áreas no sanitarias en el Hospital de León. “Productos de excelente calidad, dietas variadas y buenos profesionales al frente de las áreas de Nutrición y Dietética y….¡recuerdan con pesar la comida!” Soledad reflexionaba sobre esta realizad al mismo tiempo que ojeaba una propuesta de la Gerencia Regional de Salud y la Fundación Curarte para elaborar menús infantiles. Bonitos y apetecibles, pero inviables para el menú del hospital. Aunque….¿realmente son irrealizables? ¿por qué no intentarlo? El reto sería elaborar una sopa deliciosa, nutritiva y presentada como si fuese un dibujo animado. Una sopa, un potaje, un plato de fruta y casi todas las recetas que componen el menú podrían superar esta prueba. Soledad se levantó de su sillón y reclutó a todo un equipo de seguidores en las cocinas y en las plantas de pediatría para iniciar el proyecto. El resultado son treinta platos divertidos, creativos y coherentes con una dieta equilibrada, presentados a través de una historia para que los más pequeños –y sus acompañantes- disfruten del placer de la mesa. Los niños hospitalizados de León ya lo han disfrutado, y ahora lo compartimos contigo para que también descubras esta aventura en el bosque de los alimentos. Fundación ALIMERKA / EOLAS Ediciones
LIMENTOS UE DE LOS A Q S O B EL LITA EN RAS DE FRU LAS AVENTU
EL BOSQUE DE LOS ALIMENTOS
Un día, mientras los habitantes del Bosque de los Alimentos se preparaban para la gran comida familiar, descubrieron que todos los niños estaban gordos y feos porque se alimentaban mal. Malalimentación había entrado en las casas de los niños y los estaba convenciendo para que sólo comieran los alimentos que les gustaban.
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Los habitalimentos de la llanura del Bosque empezaron a discutir entre ellos. Todos querían ser los más gustosos y sabrosos. En la llanura, los cochecitos de la Tomatelaguna afirmaban: - Nosotros somos los preferidos de los niños; les encanta la pasta y, además, somos más rápidos que cualquiera de vosotros. - ¡Pero que decís!!! les contestó indignado el elefante. Yo, con mi enorme trompa y mi salero, sobre una buena cama de sabroso puré, seré el elegido.
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Jajajajajaja .... se ríen los ratoncitos. - Tú, tan lento, no podrás superarnos en rapidez y, desde luego, nuestra sopa y nuestras legumbres son mucho mas sabrosas y nutritivas que vuestra pasta y tu puré. Los cochecitos de la Tomatelaguna y el elefante quedaron tristes y pensativos ante las palabras de los ratoncitos. Ellos querían que los niños desearan tenerlos en sus platos y ser tan sabrosos, tan sabrosos, que se lo comieran todo, todo, todo y rebañaran el plato con un trozo de pan.
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Pero entonces llego Jirafaguisante, tan alta, tan esbelta, tan elegante con su cuello largo, largo, largo y ese andar lento de bailarina. Jirafaguisante los miró a todos, uno a uno y, dirigiéndose a los ratoncitos, dijo: - Vosotros, tan rápidos y tan listos, ¿es que acaso no sabéis que las verduras son sanas y ricas en fibra? Todos los niños deberían comer un plato de verdura al día. Por eso seré yo la preferida, porque soy alta y elegante, y porque con mis guisantes los niños pueden aprender a contar... 1, 2, 3, 4, 5... Un guisantito y un jamoncito. Hummmmmmm es tan rico. - Pues con toda tu elegancia -dijeron papá y mamá Polliarroz- no serás la preferida. A los niños les gustamos nosotros, con nuestros granitos de arroz, tan amarillitos, y nuestras verduritas, tan ricas y sabrosas. Sin duda, pedirán arroz. Jirafaguisante se quedó un momento pensativa. Bueno, en realidad, se quedó tanto tiempo pensativa que la familia Polliarroz había empezado a preocuparse. Pero todos guardaron silencio y respetaron el momento de pensar de Jirafaguisante.
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Por fin, Jirafaguisante habló: - Es cierto, dijo, a los niños les gusta el arroz, pero también les gusta el jamoncito, y la sopita, y los nutritivos purés que les hacen sus papás. Pensándolo bien, no deberíamos pelearnos por quién es el elegido. Debemos unirnos y vencer a Malalimentación para que se vaya de nuestro Bosque.
Todos los habitalimentos que habían estado discutiendo se quedaron callados pensando en lo que acababa de decir Jirafaguisante.
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- Escuchad, continuó Jirafaguisante, todos queremos que los niños crezcan sanos y fuertes ¿no? - Síííííííííí, contestaron todos los habitalimentos. - Pues entonces, continuó Jirafaguisante, no debemos pelearnos. Para que Malalimentación se vaya hay que conseguir que los niños nos prefieran a todos, y que cada día, en cada comida, uno de nosotros se convierta en el alimento preferido de cada niño. De esa forma, los niños crecerán sanos y fuertes, porque tomarán un poquito de cada uno de nuestros nutrientes. Así, también nos dejarán descansar y podremos irnos de vacaciones unos días a visitar a nuestros amigos del Bosque Medio y a los que habitan en lo alto de la montaña. Mientras tanto, en una zona del bosque medio, otras familias de habitalimentos estaban discutiendo sobre la misma cuestión: - Yo soy el mejor, decía el señor Fileteárbol. Además estoy adornado con colores hermosos, el verde y el rojo me acompañan casi siempre. Sin duda los niños me adoran.
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