NICANOR GARCÍA ORDIZ
DESPUÉS DE TODO
DespuĂŠs de todo
Después de todo
Nicanor García Ordiz
A mi padre Hace mucho que te fuiste y antes de tiempo. Fue un adiós apresurado, impuesto, un irte y dejarme en el abismo de un hombre niño, huérfano desde entonces del fruto de tu aliento y exiliado a la vida sin tus manos. Y hoy, sin mañana ni ayer ni nunca, me puede el vértigo al recordarte y de nuevo, como tantas veces, te lloro, padre.
LAS PALABRAS DEL MUNDO
Hubo tristeza, hay dolor. Hay esperanza en esta casa. Hay una mano que abre la puerta a los que ya solo viven en el aire, en la atmósfera de las palabras que vienen a pronunciar la memoria del mundo, los días en que la alegría partió al exilio con la razón, y los días, también en cuya nostalgia de futuro permanecen vivas las voces de los que nos quisieron y quisimos. Todo poema es un lugar secreto que se revela súbitamente a la conciencia de un cómplice, del que va en nosotros, y con nosotros camina por las alamedas de la prometida utopía. Una utopía de justicia y amor, un retorno al lugar donde aguarda, bajo el signo de la fraternidad, la ilusión humana que, después de todo, es, sigue siéndolo, la vida. Nicanor García conoce los mapas de la pasión, aquellos por donde camina el ciego de luz y también el visionario en la oscuridad; escribe como camina, pausadamente, atento por entero al dolor colectivo y a la intransferible presencia de lo amado. Va solo, aunque no está solo, la soledad de su corazón es una multitud de seres con los que comparte el espacio del 9
alma del mundo, las muchedumbres madrugadoras hacia la necesidad y el esfuerzo, los solitarios que hablan con los árboles, quienes aún tienen sueños y hacen de la ruta de su ensoñación una senda irrenunciable hacia la rebeldía, el revolucionario amor que no acepta ninguna otra costumbre que la de búsqueda y consumación de su verdad. He aquí al poeta solar que en medio de la noche pronuncia las sílabas del canto y deletrea las estrellas, el que contempla el ruiseñor y la luna y ve en ellos reflejado la condición semejante de todas las cosas que pueblan la tierra, la materia sensitiva del carbón donde está cifrada la genealogía de sus antepasados, el ámbar y el carburo de los candiles mineros, los puentes de madera que cruzan sobre la gran riada de la historia los niños que desafían el miedo. En cada poema de Nicanor hay una casa, una casa para las luciérnagas y un desván para los murciélagos. Hay cuerpos y hay infancia, el aliento de los que no están pero respiran la brisa sagrada del otoño. Y eso quiere decir que hay milagro, la orilla de los ríos, la almohada de agua pura donde reposan la amada y el crepúsculo, los astros que rozan con la mano las ideas vivas de los muertos. Todo aquí forma parte de una misma concepción armónica de la libertad, la del que opta por el amor como conducta, como primer mandato frente al tiempo de la duración. 10
Poemas de la amada, poemas de la tierra natal elevada simbólicamente a categoría de alma, poemas de la noche protectora en los pequeños pueblos sobre los que cae el sonido blanco de la nieve. Poesía de la verdad, de esa íntima razón que sostiene al árbol frente a la ventolera, aliento que sopla la brasa del destino en el corazón de los seres. Poemas de la edad, edad de los cuerpos y la tierra, edad de las estrellas y las viñas. Nicanor ha llegado puntual a su cita con todo aquello que ya no es silencio, sino la delicadeza atronadora del relámpago, la profecía del horizonte rojo, el sueño por el que también merece la pena comprometer la vida. Hay otra sonrisa bajo los hielos, como hay otro bronce laico en el repicar de las campanas. Los poemas suenan más allá de los valles, más allá del eco que se pierde en la distancia para consolar el olvido. Sus versos se han hecho luz, cauterizan las heridas, colocan un ramo de silbidos en las frentes de la ausencia. Hay sufrimiento en la materia del olvido, como hay liberación en los desafíos críticos de la memoria. El que escribe sabe que resiste, sabe que se enfrenta a un muro de lágrimas, y lo derriba, y entra con la sangre de sus vocales en el cuerpo de las revelaciones. Y allí lo que sucede es el poema. Nicanor conoce las auroras de la amargura, y el anochecer impaciente. Oye las voces de la madrugada, ve los faros que 11
guiarán al náufrago, acepta la persistencia de lo incierto y la certidumbre de la dignidad humana. Nos habla del amor, y quien habla del amor desaloja el espacio de la muerte. Allí vive, donde las palabras giran como astro en la gran órbita terrestre del lenguaje. Donde cada palabra es la huella de un día sobre la humilde arcilla del tiempo. Nicanor nombra el aliento del ser y “la navaja roma del fracaso”, nombra el aire que envuelve la inexistencia de las cosas y la levedad de lo imaginado. Y al hacerlo se desatan los nudos, y regresan a casa los desaparecidos, y vuelven a abrazarse los que entre tanta oscuridad se han querido. Agua para el sediento, luz vocal para el eterno mudo de los cielos y las humildes gentes de la aldea. Eso hacen las palabras en este libro, emanciparse del silencio, dar voz a lo que se ama, sembrar donde no hubo nada, ángel y semilla, bocas, labios cuyas palabras salvan. No hay más alta tarea en este mundo.
Juan Carlos Mestre
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—Todo —
Al lugar secreto
SUÉÑAME, con mis dedos afinados entre tus piernas blancas, y despertaré a las dormidas alondras que se bañan en tu origen. Imagíname, sembrando el sol de dulce sal y brea caliente, y te daré tiernas cadencias que acaricien tus sentidos. Aguárdame, anhelando besos de luna clara y rocíos férvidos, y te llevaré alientos tiernos de fragua ardiente y cortadas alas. Recíbeme, iniciando océanos en tu huidiza mirada, y brotará el serrín de aguas inundando mis ansias nuevas. Ilumíname, con las ascuas púrpuras de tus besos vírgenes, y apagaré mis sembrados campos de mudos relámpagos. 15
Descríbeme, paisajes de aire en mis dormidos anhelos, y aplacaré los silencios que duermen mi intención de amarte. Susúrrame, hasta que se me erice el alma de primaveras nuevas, y gritaré arcoíris imperfectos que apaguen las afonías agónicas. Mírame, con el aliento libertario de tus intermitentes miradas, y deslumbraré las prudencias vivas con el despertar de tus señales. Entrégame, latidos de juncos verdes en el aletear de tu vientre, y hurtaré los nimbos grises que te laceran como pájaros negros. Abrázame, con la sangre fresca de la hiedra que amanece, y desataré hervores suaves en las fantasías de tus manos.
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Bésame, hundiendo agujas rojas que tejan nuestras bocas, y me desvaneceré como la bruma opaca alejada por el soplo frágil. Siénteme, destilando palpitares en las sombras de mi cuerpo, y compondré sinfonías planas que reverberen en tus pechos plenos. Duérmeme, con arrullos anhelantes que aletarguen mis tormentos, y provocaré despedidas viejas en el andén de las luciérnagas. Quiéreme, para soñar soñando sueños de retornos a tus afanes, y odiaré el lugar impasible que te aleja y desea no amarme. Acompáñame, al lugar secreto de los eternos instantes, y caminaré a la vera de tu sombra llevando las plenas utopías nuestras.
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ÍNDICE
—Todo — Al lugar secreto......................................................... 15 A veces..................................................................... 18 El beso...................................................................... 19 Sin que duela............................................................ 20 La taberna del Che.................................................... 22 Esta noche................................................................. 24 Luciérnagas............................................................... 26 Háblame................................................................... 27 Dos cuerpos.............................................................. 28 En tu orilla................................................................. 30 Crepúsculos.............................................................. 31 Te he visto llegar....................................................... 32 Estar.......................................................................... 34 Necesito.................................................................... 35 Otoño en el Bierzo.................................................... 36 Podría........................................................................ 38 La plaza.................................................................... 39 A las tres de la tarde.................................................. 40 Caminos andados...................................................... 42 La viña...................................................................... 44
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Utopía....................................................................... 45 Bajo los luceros......................................................... 46 Millón de sueños....................................................... 48 Sonríe........................................................................ 49 —Nada— Pesar de los pesares................................................... 53 Flores negras............................................................. 56 Las esquinas del tiempo............................................ 59 Sin la luz................................................................... 62 Eres y soy.................................................................. 63 Pena seca.................................................................. 64 Las larvas del miedo.................................................. 66 Un instante................................................................ 68 Del desencanto......................................................... 71 En noches como esta................................................. 72 Recuerdos................................................................. 74 Castillos en el aire..................................................... 75 Escribo...................................................................... 76 No ha venido............................................................ 78 Contenidos placeres.................................................. 79 Lucero del alba......................................................... 81 Noviembre................................................................ 84 Uno de julio.............................................................. 86
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Transición.................................................................. 87 Existencia.................................................................. 88 Flor de esperanza...................................................... 89 ¿Quién pondrá nombre?............................................ 90 Cuando tú estabas..................................................... 92 Nada......................................................................... 94 Rumor de mares........................................................ 95 Nudo......................................................................... 96 Tu nombre............................................................... 100 Soy.......................................................................... 102 Bajo los luceros....................................................... 104 Es verdad................................................................. 106 Es larga la tarde....................................................... 108 Apenas nada........................................................... 109 Entra........................................................................ 112 Los huecos del silencio........................................... 114 Polvo de ceniza....................................................... 115 Anochecer de las sienes.......................................... 118 Pasan las horas........................................................ 120
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© de los textos: Nicanor García Ordiz © de la edición: EOLAS EDICIONES Diagramación: contactovisual.es Fotografía de portada: Pablo García Saldaña / Unsplash ISBN: 978-84-17315-58-0 Deposito legal: LE 64-2019 Impreso en España - Printed in Spain
INTENTÉ abrir el limbo, el otoño, el viento. Quise abrir los pasos, la senda, lo lóbrego. Intenté abrir el alba, intenté abrir todo. Intenté no morir en el intento, por si sigues dentro, por si estás ahí, en los huecos del silencio.
ISBN: 978-84-17315-58-0