ÁNGEL FIERRO
Varas de avellano
Poesía 2000 / 2010
VARAS DE AVELLANO
Poemarios
VADINIA VARAS DE AVELLANO
テ]gel Fierro
Edita: Eolas Ediciones Dirección editorial: Héctor Escobar Maquetación: Amando Casado. © de los textos: Ángel Fierro Impresión: Eujoa Artes Gráficas Depósito Legal: LE-553-2013 ISBN: 978-84-15603-12-2 «Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47)»
VADINIA
Si desciendo por el hilo del río, desde el puntío del ventisquero hasta el océano, escribo el mar desde la fuente.
Vadinia
Soy ciudadano de Vadinia, tribu tan fuerte y valerosa como de ubicación incierta. Allí nací, en ignorado monte. De aquel verdor llevo memoria derramada, alegría del haya y cantos de pastores. Crucé las primaveras como mirlo, y en los veranos vi bajar por los ríos manzanas coloradas. No cesaba un instante el tejer de los pájaros. Pero, muy lentamente, los dedos de la aurora entintaron el rosa, pues el otoño iba subiendo por los ríos rumores amarillos. El otoño me dijo: “pon frontera al cansancio para que no te encuentre desvalido la nieve”, y entonces me abrigué con la palabra amiga. Ahora ando la estación y soy yo mismo. El invierno en Vadinia empieza siempre.
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Las manos del alfarero
Entre un tropel de insectos pobladores que alegan solar y genealogĂa a veces reivindico nombre y linaje. Pero no me hago a engaĂąo. Muchos afirman construir el futuro. Yo sĂŠ que solo soy grumo de barro moldeado por las manos del alfarero en cuyo torno arden todas las patrias.
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Pregunta
¿A quien importará esta noche que llega? ¿Quien cerrará los ojos a la cegadora luz que sube invadiendo todas las aguas ?
15
Señal de identidad
¿Por qué acarreo en señal de identidad apellido de hierro si en realidad soy solo un alfanúmero de memoria, fermento de amapola, nata, sombra?
17
Ojo azul
Se hizo la luz, pero ¿quién la miraba? Aún no había tiempo mensurable ni palabras o hechos podían huir lejos de quienes todo lo escriben. Después fueron las aguas, las arcillas, la mañana que trajo los colores y a grandes pasos moldeó el mundo. El ojo azul vio sangre, ríos, volcanes, tierras partidas por los reinos donde ciegos insectos se acometen con furor fratricida. Luego el tiempo replegó el corazón a su semilla. Al fin se enfrió la luz, ¿será el ocaso?, ¿será lo impredecible del regreso?. El sendero desanda, el hacha borda, el espejo deforma, el amor huérfano ya requiebra a lo oscuro.
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Doy el paso y alcanzo el paraĂso de la sombra de zarza donde la hierba es alta: llego a casa.
20
Futuro
¿De qué habláis, tan abajo, pronosticando un tiempo a que llamáis futuro? El futuro no llegará nunca a fraguarse: como ahora, será presente cuando alcance el momento de su maduración. Sacudíos la nieve y ved. No hay belleza sin luz.
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