Iglesia Episcopal Cristo Rey
1 de abril, 2016
Conexión Pascual Compartiendo nuestra fe en Cristo Resucitado
Iglesia Episcopal Cristo Rey Bendiciendo a la familia Hispana 5101 West Devon, Chicago,IL Instrucción Religiosa :Domingos 10:00 a.m Misa Dominical: 11:00a.m Llame al P. Alvaro Araica al 773-443-8189 para celebraciones especiales de Bautismos, Bodas, Quinceañeras y Presentaciones.
Evangelio del Domingo 3 de abril
La celebración de la Pascua de Resurrección es un acontecimiento que marca el rumbo a seguir en nuestra vida de fe. En Cristo Rey tuvimos la dicha de vivir intensamente la Vigilia Pascual el pasado 26 de marzo hasta el amanecer del domingo 27 de marzo: Fiesta de la Resurrección del Señor. Iniciamos con la celebración litúrgica en la que renovamos nuestros votos bautismales y abrimos nuestras mentes y corazones a la vida abundante que nos ofrece Jesús, Nuestro Señor. Una vez terminada la solemnidad de la Vigilia Pascual, nos unimos en la convivencia, en las alabanzas , en la oración y en la reflexión del tema pascual para este 2016: " Todos y todas somos testigos de la resurrección". En los días previos a la Vigilia Pascual, un buen número de hermanos y hermanas leyeron el capítulo 24 del evangelio de San Lucas. A lo largo del capítulo 24 se nos relata como aconteció la resurrección del Señor y como se mostró a sus discípulas y discípulos. Seguimos al Señor Jesús que vive y nos acompaña en nuestro caminar y en esta estación de Pascua sentimos su presencia de manera especial. Al escuchar los relatos de las distintas apariciones del Señor resucitado a los discípulos y discípulas, no dudemos que el mismo Señor que muestra las heridas de sus manos y pies, también nos muestra su amor y presencia en este tiempo de Pascua y a lo largo de nuestra vida.
San Juan 20:19-31 Al llegar la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, los discípulos se habían reunido con las puertas cerradas por miedo a las autoridades judías. Jesús entró y, poniéndose en medio de los discípulos, los saludó diciendo: —¡Paz a ustedes! Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y ellos se alegraron de ver al Señor. Luego Jesús les dijo otra vez: —¡Paz a ustedes! Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes. Y sopló sobre ellos, y les dijo: —Reciban el Espíritu Santo. A quienes ustedes perdonen los pecados, les quedarán perdonados; y a quienes no se los perdonen, les quedarán sin perdonar. Tomás, uno de los doce discípulos, al que llamaban el Gemelo, no estaba con ellos cuando llegó Jesús. Después los otros discípulos le dijeron: —Hemos visto al Señor. Pero Tomás les contestó: —Si no veo en sus manos las heridas de los clavos, y si no meto mi dedo en ellas y mi mano en su costado, no lo podré creer. Ocho días después, los discípulos se habían reunido de nuevo en una casa, y esta vez Tomás estaba también. Tenían las puertas cerradas, pero Jesús entró, se puso en medio de ellos y los saludó, diciendo: — ¡Paz a ustedes! Luego dijo a Tomás: —Mete aquí tu dedo, y mira mis manos; y trae tu mano y métela en mi costado. No seas incrédulo; ¡cree! Tomás entonces exclamó: — ¡Mi Señor y mi Dios! Jesús le dijo: —¿Crees porque me has visto? ¡Dichosos los que creen sin haber visto!