2014 Meditaciones para la Cuaresma

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Queridos amigo y amigas, El tiempo de Cuaresma es un tiempo ideal para embarcarnos en un viaje hacia un encuentro con el Cristo resucitado. En esta temporada, míentras que nos dirigimos hacia un enfoque espiritual más intencional en nuestras vidas, tenemos una nueva oportunidad para encontrar a Cristo en todas las personas, amando a nuestros prójmos como a nosotros mismos. En esta undécima edición de Meditaciones para la Cuaresma de la Agencia Episcopal de Alivio y Desarrollo, hemos invitado a líderes de toda la Comunión Anglicana a reflexionar y escribir sobre un texto bíblico favorito u otra escritura de alguna fuente de sabiduría espiritual, junto con su propio trabajo de fortalecer comunidades y proporcionarles oportunidades económicas. Le pedimos a estos líderes que prestaran especial atención al importante papel de mujeres que dirigen pequeñas empresas o que ganan ingresos para mantener a su familia. Esto promueve la autosuficiencia y alienta a las mujeres a convertirse en miembros activos—con voz y voto en sus comunidades. Esperamos que Meditaciones para la Cuaresma 2014 nos acerque al Cristo resucitado en nuestra conciencia diaria, y que nos ayude a perseverar en oración para que podamos cumplir el llamado de Dios en nuestra vida para sanar un mundo herido. Sinceramente en Cristo, Robert W. Radtke Presidente La Agencia Episcopal de Alivio y Desarrollo


La Agencia Episcopal de Alivio y Desarrollo es la agencia de ayuda y desarrollo de La Iglesia Episcopal y es una organización independiente 501(c)(3). Toma su mandato de las palabras de Jesús en Mateo 25. Sus programas procuran cumplir con los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). La Agencia Episcopal de Alivio y Desarrollo trabaja con compañeros dentro de la Iglesia y ecuménicos en todo el mundo ayudando en la reconstrucción de comunidades después de desastres, y a capacitar comunidades locales para encontrar soluciones duraderas para combatir la pobreza, el hambre y la enfermedad, incluyendo el VIH/SIDA y la malaria. La Agencia Episcopal de Alivio y Desarrollo colabora con la Iglesia Anglicana y organizaciones locales en más de 40 países en todo el mundo. Apoyamos programas en las áreas siguientes: • Aliviar el hambre mundial y mejorar el abastecimiento de alimentos • Crear oportunidades económicas y fortalecer comunidades • Promover la salud y combatir las enfermedades • Responder ante los desastres y la reconstrucción de comunidades La Agencia Episcopal de Alivio y Desarrollo utiliza las ODM como marco para guiar nuestros esfuerzos y nos ayuda a medir su impacto. Todos los programas procuran lograr una o más de estas ocho metas: 1. Erradicar la pobreza extrema y el hambre 2. Lograr la enseñanza primaria universal 3. Promover la igualdad entre los sexos y el empoderamiento de la mujer 4. Reducir la mortalidad de los niños menores de 5 años 5. Mejorar la salud materna 6. Combatir el VIH/SIDA, la malaria y otras enfermedades 7. Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente 8. Fomentar una alianza mundial para el desarrollo

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Los Autores

Dámaris Albuquerque es Directora Ejecutiva del Concilio de Iglesias Protestantes en Nicaragua (CEPAD). Chad Brinkman es asociado de Participación y Compromiso en la Agencia Episcopal de Alivio y Desarrollo. El Reverendísimo Sam Candler es Decano de la Catedral de San Felipe en Atlanta, Georgia. La Reverenda Rachel Carnegie es la Secretaria del Arzobispo de Canterbury para el Desarrollo Internacional. La Reverenda Laura Darling es la Directora Administrativa de Confirmar No Conformar (Confirm Not Conform). En 2008, trabajó como Becaria Kiva con instituciones de microfinanciación en Kampala, Uganda. Sara Delaney es una Oficial del Programa Internacional para la Agencia Episcopal de Alivio y Desarrollo. El Reverendísimo Moses Deng Bol es Obispo de la Diócesis de Wau, Sudan Sur. Robin Denney sirvió como un misionero episcopal en Liberia y Sudan Sur. Miguel Ángel Escobar es un Director de Programas para la Fundación de La Iglesia Episcopal cuyas responsabilidades principales incluyen la administración de: Prácticas Vitales, el Programa de Asociados Becarios, y otros programas de Recursos para el Liderazgo. El Reverendo Scott Gunn es Director Ejecutivo de la editorial Forward Movement editores del devocionario Día a Día. La Reverenda Canóniga Rosa Lee Harden es Canóniga para Dinero y Fe en la Catedral de Todas las Ánimas en Asheville, Carolina del Norte, y también produce conferencias que reúnen ideas sobre dinero y fe en mercados financieros tradicionales. 3


La Reverendísima Katharine Jefferts Schori es la Obispo Presidente y Primada de La Iglesia Episcopal. Hermana Claire Joy es una monja episcopal de La Comunidad del Espíritu Santo y capellana para el personal de la Agencia Episcopal de Alivio y Desarrollo. Sean McConnell es Director de Compromiso para la Agencia Episcopal de Alivio y Desarrollo. La Reverenda Mary Moreno Richardson es la fundadora del Programa de Arte Guadalupe y es presbítera en la Diócesis de California. Judith Morrison es miembro de la mesa directiva de la Agencia Episcopal de Alivio y Desarrollo y ha trabajado en el desarrollo internacional por casi veinte años. Abagail Nelson es Vice Presidenta Ejecutiva para la Programación en la Agencia Episcopal de Alivio y Desarrollo. La Reverenda Diaconisa Judy Quick es la coordinadora diocesana de la Agencia Episcopal de Alivio y Desarrollo en la Diócesis de Alabama. Robert W. Radtke es Presidente de la Agencia Episcopal de Alivio y Desarrollo. El Reverendo Canónigo C. K. (Chuck) Robertson es Canónigo para el Obispo Presidente de La Iglesia Episcopal. La Reverenda Ema Rosero-Nordalm es Misionera para los Ministerios Latinos/Hispanos en la Diócesis de Massachusetts y diaconisa en Iglesia de San Esteban, Boston. Faith Rowold es Oficial de Comunicaciones para la Agencia Episcopal de Alivio y Desarrollo. La Reverenda Connie Sánchez es Directora de la Agencia Anglicana de Desarrollo para la Diócesis de Honduras. Brian Sellers-Petersen es Consultor Mayor para el Presidente de la Agencia Episcopal de Alivio y Desarrollo. 4


Mary Stuart Smart fue seleccionada como becaria para unirse a la peregrinación de la Agencia Episcopal de Alivio y Desarrollo en Ghana en 2013, y es una estudiante en Sewanee: La Universidad del Sur. La Reverenda Canóniga Stephanie Spellers es Canóniga para Vitalidad Misionera en la Diócesis de Long Island. Jenny Te Paa Daniel es profesora, escritora, conferencista, y teóloga pública en la Iglesia Anglicana en Aotearoa Nueva Zelanda y Polinesia. Richelle Thompson es Editora Ejecutiva en Forward Movement editores del devocionario Día a Día. Jackie VanderBrug es Vice Presidenta Ejecutiva en el Fidecomiso EE.UU. y líder en el movimiento para incorporar una vista femenina en las inversiones. José Zárate es el Coordinador para Comunidades Indígenas y el Programa de Desarrollo en América Latina y el Caribe para El Fondo del Primado para el Alivio y Desarrollo Mundial de la Iglesia Anglicana de Canadá. Helen Zhao es Directora Adjunta del Centro del Proyecto de Administración para La Fundación Amity, una organización voluntaria, independiente, China.

Las citas bíblicas son de la Nueva Versión Internacional <http://www. biblegateway.com/versions/Nueva-Version-Internacional-Biblia-NVI/> (la Santa Biblia, Nueva Versión Internacional® NVI® Copyright © 1999 by Biblica <http://www.biblica.com/> , Inc. ® Used by permission. All rights reserved worldwide). Los pasajes de los Salmos han sido tomados del Salterio del Libro de Oración Común. Fotografías cortesía de la Agencia Episcopal de Alivio y Desarrollo y Harvey Wang para la Agencia Episcopal de Alivio y Desarrollo. ©2013 La Agencia Episcopal de Alivio y Desarrollo All rights reserved. 5


Miércoles de Ceniza, 5 de marzo No te hemos amado con todo nuestro corazón y mente y fuerza. No hemos amado a nuestro prójimos como a nosotro mismos…

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—El Libro de Oración Común, página 274

El amar a nuestro prójimo puede verse como asegurar su habilidad de alimentarse ella misma y a su familia. Jesús dio de comer a la gente, y ese dar de comer todavía es central a cómo recordamos y llegamos a ser su cuerpo en el mundo hoy día. Mujeres pobres—en su día y en el nuestro—con frecuencia dependen de parientes hombres para su provisión. Micro-finanza, cultivar alimentos con mayor eficacia, y desarrollar cooperativas agrícolas y comerciales son instrumentos importantes que ayudan a los pobres a aumentar su habilidad de alimentarse a sí mismos y a sus hijos. Ese tipo de desarrollo también les proporciona dignidad, conforme las mujeres encuentran una agencia y llegan a ser socios más efectivos para tomar decisiones. La agencia es una imagen de la presencia y acción de Dios en el mundo. La Cuaresma nos invita a reflexionar sobre el amor a Dios y al prójimo, y a examinar nuestras propias acciones y omisiones. La oración, el estudio, el ayuno y el dar limosna son maneras tradicionales de observar este tiempo—y todos son medios para amar más plenamente—con el corazón, la mente, la fuerza, y la substancia. ¿Cómo viviré y amaré de manera diferente esta Cuaresma? ¿Cómo me convertiré en un agente de Dios y cómo ayudaré a otros a que hagan lo mismo? Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu firme dentro de mí. —Salmo 51:11 —La Reverendísima Katharine Jefferts Schori

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Jueves, 6 de marzo

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Fue mi mano la que hizo todas estas cosas; fue así como llegaron a existir—afirma el Señor—. “Yo estimo a los pobres y contritos de espíritu, a los que tiemblan ante mi palabra”. —Isaías 66:2

Una y otra vez en la Biblia, Dios llama a los forasteros, a los que la comunidad o el mundo ha marginalizado: Sara, la anciana estéril, tiene un hijo, Isaac; Ruth, la forastera, se convierte en la madre de la dinastía davídica; Moisés, el egipcio adoptado, encuentra a Dios cuando huye como asesino y regresa como guía y jefe. Cristo Jesús camina con prostitutas, festeja con recaudadores de impuestos, y sana a los ciegos y a los cojos. Para los que han sido constantemente ignorados, marginalizados, y aun olvidados por el mundo, la idea que Dios pudiera desear que los humildes sean escuchados, y preferidos es algo que irrumpe en la realidad como un don, una posibilidad de transformación. Dios no escoge a los pobres con el fin de que permanezcan en reposo en su estado preferido en secreto. Las Sagradas Escrituras en cambio nos muestran que las samaritanas, las prostitutas, las exiladas son llamadas a manifestar el amor de Dios con fe en el mundo, y al hacer eso, convertirse en las líderes que todos nosotros esperamos. Con nuestros programas episcopales de alivio y desarrollo, buscamos imitar a nuestro Señor escuchando a aquellas que con tanta frecuencia son marginadas en varios lugares alrededor del mundo, y a honrar los dones que ellas traen a la mesa, a que construyan sus propios bancos de ahorros, a que tengan sus propios mosqueteros, asegurarse que sus propios hijos son nutridos y alimentados. Algunos llaman esto desarrollo basado en activos comunitarios. Nosotros lo llamamos discipulado. —Abagail Nelson 7


Viernes, 7 de marzo Recuerden esto: El que siembra escasamente, escasamente cosechará, y el que siembra en abundancia, en abundancia cosechará. Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría.

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—2 Corintios 9: 6-7

Norah se sonríe mientras observa a los pececillos saltando en su estanque. Con una grande sonrisa, le da a su vecina una bolsa de plástico grande llena de sus pescados jóvenes. “Ahora, ¡vete y has crecer a los pescados!” le dice. Norah empezó con un estanque pequeño con pescados, pero su trabajo floreció, y ahora ha creado tres estanques grandes abajo de su casa. Su negocio de pescados, en las colinas de Kenya, ha crecido. “Vivimos lejos del mar, pero hemos aprendido a gozar con los pescados,” dice ella. Norah es una innovadora nata. Absorbe ideas nuevas y las usa en su pequeña hacienda. Ahora sus tres vacas de leche abonan una planta bio-gas que genera suficiente combustible para cocinar. Y sus esos árboles frutales también crecen abundantemente por lo mismo. Norah lo ha hecho muy bien con su pequeña hacienda. Le encanta compartir todo lo que ha aprendido con sus vecinas, que van regularmente para sorprenderse y aprender de sus innovaciones. “Les doy cincuenta pescados pequeños, y sus vidas pueden cambiar,” reflexionó alegremente. —Rachel Carnegie

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Sábado, 8 de marzo Más valen dos que uno, porque obtienen más fruto de su esfuerzo.
Si caen, el uno levanta al otro. ¡Ay del que cae y 2014 no tiene quien lo levante!
Si dos se acuestan juntos, entrarán en calor; uno solo ¿cómo va a calentarse?
Uno solo puede ser vencido, pero dos pueden resistir.
¡La cuerda de tres hiloz no se rompe fácilmente! —Eclesiastés 4:9-12

Las mujeres indígenas confrontan la injusticia por falta de servicios básicos, estudios, cuidado de salud, y oportunidades generales para su desarrollo. En 1998, un grupo de mujeres indígenas de la comunidad de las Seis Naciones del Río Grande en Canadá invitaron al Fondo para el Alivio y Desarrollo Mundial del Primado de la Iglesia Anglicana en Canadá (PWRDF) a que aprendieran sobre sus ideas de negocio, incluyendo artesanías y diseños artísticos y ropa de las Primeras Naciones. Dieron a conocer sus retos para iniciar negocios nuevos, porque los bancos tradicionales creían que ellas eran un riesgo demasiado grande. PWRDF se asoció con el Centro de Desarrollo de la Comunidad de Dos Ríos para crear una iniciativa de micro-finanza destinada a proveer fondos para que mujeres indígenas empezaran negocios pequeños. Esta iniciativa contribuyó a la creación de diez empresas nuevas y dieciocho empleos nuevos. Este éxito se atribuye a mujeres que pagaron sus préstamos, permitiendo que se beneficiaran otras nuevas. Dos son mejores que una, porque tienen una recompensa buena por su trabajo… Estas emprendedoras caminaban más fortalecidas una al lado de otra asegurándose que los fondos rotatorios están disponibles para otras. Durante este tiempo de Cuaresma, reflexionemos cómo podemos tener una función activa apoyando a más mujeres indígenas a que logren sus metas de auto-suficiencia. —José Zárate 9


Domingo, 9 de marzo Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito.

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—Romanos 8:28

Mi pasaje favorito de la Biblia siempre ha sido Miqueas 6:8. Es la lectura a la que voy especialmente cuando tengo momentos difíciles, y tengo que confrontar a aquellos que tienen tanto la propensión como la capacidad de abusar del poder. Estos son los momentos cuando con frecuencia me encuentro rezando en voz alta—y a veces con desesperación quejumbrosa buscando respuestas: Señor ¿qué debo hacer? Sencilla, tan sencilla, es la respuesta: Obra con justicia, ama con bondad y camina humildemente con Dios. Infaliblemente Miqueas ofrece esta respuesta prescriptiva hermosamente sin ambigüedades a mi pregunta ‘qué’. Esto es lo que debes hacer. Como muchas otras cristianas, tiendo a hacer preguntas sobre el por qué que casi parecen irrespetuosas. Mi fe, nuestra fe compartida es siempre, por supuesto, la razón del por qué. Sin embargo, como muchas cristianas, tiendo también a tropezarme a veces y en esos momentos de duda e incertidumbre, anhelo una palabra tranquilizadora que a Dios le importa por qué hago lo que hago. La Cuaresma es uno de los tiempos más preciosos para hacernos estas preguntas tan importantes para nuestra reflexión. Es el tiempo para reconocer cuáles son las causas por las que caemos, por las que dudamos, y en qué es lo que necesitamos que se nos afirme. Y así es que cuando considero de nuevo el versículo tan corto tomado de la carta a los Romanos, me siento poderosamente afirmada que la respuesta a la pregunta por qué hago lo que hago ha estado elaborado aquí tan sencillamente y al mismo tiempo tan amorosamente. 10


De verdad has sido convocado por tu bautismo a servir el propósito de Dios. Aun en los momentos más difíciles puedes estar segura de que al hacerlo, al fin todas las cosas resultarán para bien por tu amor de Dios tan lleno de fe. Amoroso Dios, en este tiempo precioso de la Cuaresma, capacítanos para ponderar nuevamente las preguntas tanto de ‘qué’ como ‘por qué’. Guíanos, confírmanos, fortalécenos, e inspíranos al tratar de ser siempre tus servidores fieles en la misión. Amén. —Jenny Te Paa Daniel

Por todo cristiano en su vocación Dios todopoderso y eterno, cuyo Espíritu gobierna y santifica a todo el cuerpo de tu pueblo fiel: Recibe las súplicas y oraciones que te ofrencemos por todos los miembros de tu santa Iglesia, para que en su vocación y ministerio te sirvan verdadera y devotamente; por nuestro Señor y Salvador Jesucristo, que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén. —El Libro de Oración Común, p. 175

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Lunes, 10 de marzo Por lo tanto, como escogidos de Dios, *santos y amados, revístanse de afecto entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia.

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—Colosenses 3:12

En un libro de devociones cuaresmales enfocado en la capacitación de las mujeres, es un reto el mirar el tercer capítulo de la carta a los colosenses. Entre otras cosas, el pasaje les dice a las esposas que se sujeten a su marido e instruye a las esclavas que deben obedecer a su amo. Pasajes como estos requieren un estudio cuidadoso, pero especialmente nos invitan a una lectura reflexiva del contexto más amplio del mensaje evangélico. Jesús les recuerda a sus seguidores una y otra vez que para encontrar nuestra vida, tenemos que perderla. Tenemos que cargar nuestra cruz y seguirlo. Todos somos siervos. El tema fundamental—el que subyace en los Evangelios—es que debemos seguir a Jesús en todo lo que hacemos, que la cruz sola es nuestro enfoque. Cualquier relación terrena tenemos está gobernada por el deseo más profundo de Dios que amemos a Dios y a nuestro prójimo. En nuestros diferentes servicios, fuera y dentro de la iglesia, estamos llamados a proclamar y a practicar el amor de Dios por cada persona. Esa tarea tanto nos invita a cada una de nosotras a ser una sierva y nos capacita a todas. —Scott Gunn

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Martes, 11 de marzo

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Todos los creyentes estaban juntos y tenían todo en común: vendían sus propiedades y posesiones, y compartían sus bienes entre sí según la necesidad de cada uno. —Hechos 2:44-45

Una manera en que podemos vivir como seguidores de Jesús es fijarnos en los que estaban más cerca de él: ¿Cómo vivían los primeros cristianos? ¿Cómo vivían los que conocieron a Jesús y le seguían? El libro de los Hechos de los Apóstoles nos dice que vendían todo lo que tenían, mantenían su dinero en común y ayudaban a los necesitados. Cualquiera sea su llamado, este modelo no ha prevalecido. Sin embargo, es tiempo de volver otra vez a la pregunta sobre lo que nos pertenece y lo que tenemos en común. Al enfrentarme con esto, el refrán que hace eco en mi mente no es que debemos tener todo en común, pero que sí tenemos todas las cosas en común. Wendell Berry dice célebremente: “Hazle a los que están abajo en la corriente lo que quisieras que los de arriba de la corriente hicieran por ti”. Nuestros prójimos debajo de la corriente dependen de que nosotros hagamos nuestra parte en el río para que el agua esté limpia para ellos también. Toda persona que lee esto es el prójimo de alguna otra arriba de la corriente. Cuidamos del río en común. Nos pertenece a todas nosotras. De hecho, todo nos pertenece a todas nosotras. Títulos de propiedad y títulos de automóviles tratan de convencernos de lo contrario, pero no pueden ocultar la verdad que todas debemos cuidar unas por otras, y los que cuentan con recursos tiene una responsabilidad particular hacia los necesitados. —Rosa Lee Harden

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Miércoles, 12 de marzo Si alguien que posee bienes materiales ve que su hermano está pasando necesidad, y no tiene compasión de él, ¿cómo se puede decir que el amor de Dios habita en él? Queridos hijos, no amemos de palabra ni de labios para afuera, sino con hechos y de verdad.

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—1 Juan 3:17-18

Nicaragua, como otros países, depende mucho de la agricultura artesanal y de pequeña escala para su subsistencia. Eso significa que los campesinos dependen de la lluvia o de la falta de ella para la producción. CEPAD, el Consejo de Iglesias Protestantes en Nicaragua, ha estado trabajando desde 1972 en varias comunidades rurales del país, enseñando técnicas para la conservación de tierra y agua, la asociación y diversificación de cultivos, prácticas orgánicas, y, recientemente, la cosecha de agua. Las técnicas son aplicadas por los campesinos para evitar pérdidas debidas a sequías o a inundaciones y para una alimentación mejor para sus familias. La Agencia Episcopal de Alivio y Desarrollo está asociada a estos esfuerzos. Juntos estamos encontrando maneras de mejorar la vida de ciento sesenta y ocho familias en dos regiones del país. Puede parecer que no es mucho, pero para esas familias, este esfuerzo significa futuros más sanos para sus hijos porque serán capaces de comer alimentos más sanos cultivados en su tierra y podrán vender los productos extra en los mercados. Durante este tiempo de Cuaresma, reflexionemos sobre cómo el estímulo y el apoyo mutuos pueden ir muy lejos. —Dámaris Albuquerque

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Jueves, 13 de marzo

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No des cabida en tu corazón a la perversa idea de que, por acercarse el año séptimo, año del perdón de las deudas, puedes hacerle mala cara a tu hermano hebreo necesitado y no darle nada. De lo contrario, él podrá apelar al Señor contra ti, y tú resultarás convicto de pecado. No seas mezquino sino generoso, y así el Señor tu Dios bendecirá todos tus trabajos y todo lo que emprendas. —Deuteronomio 15:9-10

Hay un fenómeno descrito por los psicólogos sociales como un “efecto de espectador”. Básicamente, entre más personas hay en una situación que requiere acción, es menos probable que alguno responda realmente. La investigación continúa en los mecanismos para encontrar la razón por qué sucede esto, pero mucho de eso parece venir de la idea “alguna otra persona lo hará”. Alguna otra persona le dará algo de comer al hombre en la esquina. Alguna otra persona organizará la venta de artículos usados para el Día de la Reunión. Alguna otra persona visitará a la viejita que normalmente se sienta en la siguiente banca de la iglesia. Pero la Sagrada Escritura nos llama, preguntándonos: ¿Por qué te esperas para mostrar misericordia? ¿Por qué te estás esperando para “dar una mano”? ¿Pensamos que la ayuda vendrá de una fuente externa? ¿Olvidamos que somos las manos de Dios en la tierra, que estamos llamados a amar a nuestros prójimos como a nosotros mismos? Los campesinos en Binaba, Ghana saben esto. Cuando se ponen a trabajar en común para que ninguno tenga que limpiar la maleza de su tierra ellos solos, dan libremente de su tiempo y de su esfuerzo, sabiendo que la ayuda vendrá a su propio camino cuando lo necesiten, y que las habilidades y los conocimientos compartidos ayudan a que florezcan los cultivos de todos. —Faith Rowold 15


Viernes, 14 de marzo Cada uno ponga al servicio de los demás el don que haya recibido, administrando fielmente la gracia de Dios en sus diversas formas.

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—1 Pedro 4:10

Cuando están sumidos en una extrema pobreza, física o emocional, se comprende que piensen que no tienen nada que dar. Sin embargo, la gracia generosa de Dios otorga a cada uno de nosotros algún don, algún talento. Con la oración y con dirección, podemos discernir estos dones. Para descubrir los dones específicos de una comunidad local, la Agencia Episcopal de Alivio y Desarrollo usa el modelo de desarrollo de una comunidad basado en sus activos en lugares como Ghana, donde se asocian con la Organización Anglicana Diocesana para el Desarrollo y el Alivio (ADDRO). Con la conversación, las relaciones, y el tiempo, los dones se hacen evidentes. El futuro incierto de Alicia en Yelwoko, Ghana se hizo claro. ADDRO proporciona los fondos para el Grupo Anglicano de Desarrollo de las Mujeres, el cual le enseñó a Alicia cómo ser una costurera. Alicia descubrió su talento para cocer y su don para enseñar. Ahora ella les enseña a otras muchachas (de doce a dieciocho años) en la comunidad con un programa de tres años para costureras y dicta cursos más cortos de tejer la tela batik y con cuentas. Las muchachas venden sus creaciones en el mercado, consiguiendo entradas para poder tener dos comidas diarias y enviar a sus hijos a la escuela. Por la gracia de Dios y asociados con la Agencia Episcopal de Alivio y Desarrollo, estas jóvenes se ayudan unas a las otras y a su comunidad con sus dones especiales. ¿Cómo estás sirviendo a otros con este don? ¿Qué don te ha dado Dios a ti? —Judy Quick 16


Sábado, 15 de marzo

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Esfuérzate por presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse y que interpreta rectamente la palabra de verdad.

—2 Timoteo 2,15

Cuando las jóvenes se reunieron para la graduación y se pararon detrás de sus nuevas máquinas de coser, después de tres años de estudio y compromiso, esperaba ver rostros sonrientes y felices. La celebración era en una aldea fuera de Bolgatanga, Ghana, y todas las familias, y las maestras, y los niños y los ancianos estaban allí. Y estas jóvenes, cada una vestida con un vestido hecho de tela batik que ella misma había teñido, y con diseños que ella había creado, que ella misma había cosido cuando actuaron como modelos y formas unas para otras; en lo que debía de haber sido el día más orgulloso de su vida, ninguna de las nueve se veía feliz. Sus rostros mostraban la mirada que me imagino Jesús tenía cuando vio a los 5,000 hambrientos; o la que Gandhi tenía cuando se encontró a las multitudes que se reunieron para la Marcha de la Sal. Sus rostros estaban serios, y resueltos, y fieles, y mostraban una gran responsabilidad; todo esto al mismo tiempo. Sus rostros mostraban mensajes a todos los reunidos: mensajes de gratitud, de afirmación que usarían el conocimiento que con tanto trabajo habían obtenido para mejorar a todos los que las rodeaban: maestras, familias, comunidades. En sus rostros mostraban que estaban listas para salir y hacer del mundo un lugar mejor. Y de alguna manera, creo que lo harán. —Sean McConnell

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Domingo, 16 de marzo Eviten toda conversación obscena. Por el contrario, que sus palabras contribuyan a la necesaria edificación y sean de bendición para quienes escuchan.

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—Efesios 4:29

Nuestras palabras son importantes. De veras, importan muchísimo. En inglés existe el dicho “Los palos y las piedras podrán romper mis huesos, pero las palabras nunca me herirán”. En español a veces se dice “A palabras necias, oídos sordos”. Podrá parecer una postura valiente — sin embargo esas palabras sí se oyen. En realidad, las palabras sí pueden herir y lo hacen con frecuencia. Nuestras palabras pueden arrebatar el gozo de una persona y matar su espíritu, pueden destruir su reputación, y llevarlos al resentimiento o a la envidia. Igual, las palabras pueden hacernos sentir que valemos y sí lo hacen. “Te amo”. “Te perdono”. “Me siento orgulloso de ti”. Éstas palabras son edificadoras y ayudan a construir una vida sana y feliz. El hecho es que hay un gran poder en la comunicación, bien sea para bien o para mal, para construir o para destruir, cada vez que decidimos abrir la boca. No es de sorprender, entonces, que el apóstol Pablo urge a los seguidores de Cristo que sean “listos para escuchar, lentos para hablar, y lentos para enojarse”. ¡Cuán terriblemente contra-cultural es esto hoy en día, cuando escuchamos casi cualquier programa de conversación y escuchamos a las personas quejándose unos de otros sin que ninguno escuche realmente al otro. Desde la cruz, hubiera sido comprensible que Cristo maldijera a sus atormentadores o insultara a sus compañeros prisioneros, pero en lugar de eso, Jesús escogió palabras de perdón a favor de los que no sabían ni lo que hacían y le ofreció palabras de consuelo al criminal desesperado. Le ruego a Dios, que hoy día yo escoja esas palabras de perdón y de esperanza y que yo valore a los que encuentre en mi camino—por medio de mis palabras como también de mis acciones. Que mis palabras siempre sean edificadoras. —C. K. ( Chuck) Robertson 18


Lunes 17 de marzo

2014

El Rey les responderá: “Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos, aun por el más pequeño, lo hicieron por mí”. —Mateo 25:40

Un poco antes de su muerte en 2005, Juan Garang, el que dirigió la lucha por nuestra libertad en Sudán del Sur dijo: “Las mujeres en el Sudán son las marginalizadas de los marginalizados”. Tanto ha cambiado desde que él dijo esto, pero vergonzosamente esta declaración todavía es verdadera, especialmente en la región de Bahr El Ghazel de dónde vengo en el Sudán del Sur. Las estadísticas oficiales del gobierno dicen que 98% de las mujeres en la región no pueden leer ni escribir. Aunque algunas niñas van a la escuela, la mayoría no termina sus estudios. Es muy probable que las casen por la dote. Se puede pagar la dote con vacas robadas, una práctica que enciende el conflicto actual entre las tribus en el Sudán del Sur. Sin embargo, dependemos de estas mismas mujeres para que provean de alimentos, administren nuestros hogares, y eduquen a nuestros hijos. Son una parte central de nuestra sociedad, y, yo creo, estas mujeres son la llave para abrir un futuro mejor en el Sudán del Sur. Deberíamos de cuidar más a aquellas que parecen ser las menos importantes en nuestra sociedad. Deberíamos de capacitarlas para que ocupen su lugar adecuado en nuestro futuro compartido. ¿Qué sucedería si levantamos a aquellas que son las más insignificantes en nuestra sociedad, le mostramos que nos preocupa, y las capacitamos a que hagan suyo el futuro como iguales en su propio país? ¿Qué sucedería si te incluimos? —Moses Deng Bol

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Martes, 18 de marzo “Nadie puede recibir nada a menos que Dios se lo conceda”.

2014

—Juan 3:27

La mejor clase de don viene de la creencia que nuestros dones más preciados deben ser compartidos. Nuestros dones son celestiales y se multiplican al compartirlos. A través de mi trabajo internacional, he visto innumerables veces que los dones que valoro más son los que comparto y los que otros comparten conmigo. Hace varios años tuve el privilegio de ver a un joven sordo en Paraguay que le enseñaba a una bebé ciega y sorda en un orfanatorio su primera palabra en lenguaje de señas. El don que el joven le dio a esta bebé se ha multiplicado muchas veces. La niña ha podido compartir con otros el significado de la palabra que ella aprendió: amor. Y para mí, el ser testigo de este intercambio notable ha sido un don que transformó mi vida y que recibí de una bebé. Me dejó ver que ella es capaz de aprender y de amar. Continúo honrando este don compartiendo la historia de su triunfo con los demás. El poder increíble de la humanidad es que todos somos capaces de dar. Dios nos ha dado talentos a todos—estos son nuestros dones celestiales—que los hay en abundancia y se pueden encontrar en los lugares más aislados y silenciosos en nuestro mundo. ¿Cómo compartirás con los demás este día tus dones divinos? —Judith Morrison

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Miércoles, 19 de marzo

2014

No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos. Cada uno debe velar no sólo por sus propios intereses sino también por los intereses de los demás. —Filipenses 2:3-4

La Aldea de Nandong está en un área minoritaria en el suroeste de China. En el pasado, los aldeanos estaban fragmentados, trabajando en sus propias tierras o con negocios pequeños. En marzo del 2012, La Asociación para el Desarrollo de las Mujeres de Nandong se estableció y Xiao Ping fue elegida su coordinadora. El comité de la aldea ofreció 1.3 hectáreas de arrozales para apoyar la asociación. Bajo el liderazgo de Xiao Ping, las mujeres aprenden a leer, estudian la siembra y la ganadería, participan en talleres de baile tradicional, y van en giras de estudio. Los miembros trabajan también activamente en las tierras agrícolas de la asociación. El año pasado, ganaron 29,800 yuanes de la cosecha. La asociación usó este dinero para apoyar a los ancianos y niños de familias pobres. También ayudaron a minusválidos y a mujeres pobres a cultivar el arroz. Su trabajo constantemente recibe mucha alabanza de los aldeanos conforme el área se hace más limpia, la mujeres tienen mayor confianza en sí mismas, y la cohesión de la comunidad crece. A través de la asociación de las mujeres nos damos cuenta del poder de la comunidad. Si reunimos a la gente y aumentamos sus capacidades, podemos cumplir nuestros sueños y llevar a cabo el plan de Dios para nosotras. —Helen Zhao

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Jueves, 20 de marzo Preocupémonos los unos por los otros, a fin de estimularnos al amor y a las buenas obras. No dejemos de congregarnos, como acostumbran hacerlo algunos, sino animémonos unos a otros, y con mayor razón ahora que vemos que aquel día se acerca.

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—Hebreos 10:24-25

La nación Nuu-chah-nulth cuenta con cerca de 10,000 miembros que viven en catorce comunidades en Colombia Británica. Menos de dos por ciento hablan bien en ese idioma, y la mayoría de los que lo hablan con facilidad tienen más de sesenta y cinco años. Desde 2002 la Corporación para el Desarrollo Económico Nuu-chahnulth (NEDC) se ha asociado con El Fondo para el Alivio y Desarrollo Mundial del Primado de la Iglesia Anglicana de Canadá (PWRDF) para implementar un Programa de Idioma y Cultura Nuu-chah-nulth. El programa ofrece fondos para proyectos destinados a preservar y promover su idioma y su cultura. Los métodos para preservar y enseñar ese idioma antiguo son muy modernos. NEDC provee fondos para grupos que usan Facebook con el fin de conectar a los que hablan en Nuu-chah-nulth, YouTube para compartir videos de los ancianos hablando en ese idioma, los DVD que muestran guías para la pronunciación de ese idioma (recientemente) escrito, y más. Nuu-chah-nulth era solo un idioma oral hasta muy recientemente, así que la mayoría de los que lo hablan son analfabetas en ese idioma. NEDC ha tenido éxito trabajando con esas comunidades para asegurar que su idioma y su cultura sigan en las generaciones del presente y del futuro. Provóquense unos a otros para amar y par alas buenas obras…animándose unos a otros, y con más anhelo al ver que se acerca el Día. Reflexionemos durante este tiempo de Cuaresma sobre cómo podemos continuar trabajando con comunidades indígenas para lograr su meta de auto-determinación. —José Zárate 22


Viernes, 21 de marzo

2014

Conozcamos al Señor; vayamos tras su conocimiento. Tan cierto como que sale el sol, él habrá de manifestarse; vendrá a nosotros como la lluvia de invierno, como la lluvia de primavera que riega la tierra. —Oseas 6:3

Al pasar de los años he tenido el privilegio de encontrarme con socios de la Agencia Episcopal de Alivio y Desarrollo por todas partes del mundo y otros quienes constantemente tratan de mejorar la vida—en familia, en la comunidad, y su propia vida. En los mosqueteros, y los micro-préstamos, han hecho tangibles el amor de Dios. En las semillas y herramientas, y por medio de clínicas para madres y bebés y en agua limpia hacen palpable el amor y el cuidado de Dios. Me gusta pensar que Dios viene a nosotros como la lluvia. Esto me hace pensar en el agua: Moisés viajó en el Nilo en una canasta. Por su mano se dividió el Mar Rojo para la salvación de si pueblo. En el Jordán Juan bautizó a Jesús. El agua hecha vino en la boda de Caná. El Mar de Galilea. Jesús caminando sobre las aguas. El Pacto Bautismal. También pienso en los tanques que almacenan y los barriles que recogen el agua de la lluvia y ofrecen acceso al agua fresca y limpia para beber. Los socios de la Agencia Episcopal de Alivio y Desarrollo, y los miembros de la comunidad construyen y mantienen estos tanques y llevan esperanza a la familia, a los amigos, y comunidades enteras. Visita www.episcopalrelief.org y busque la información sobre los recipientes de agua en Kenya. Encontrarán una historia maravillosa sobre las aguas de la lluvia que riegan la tierra. ¡Adelante! —Brian Sellers-Petersen

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Sábado, 22 de marzo “No tengan miedo, mi rebaño pequeño, porque es la buena voluntad del Padre darles el reino. Vendan sus bienes y 2014 den a los pobres. Provéanse de bolsas que no se desgasten; acumulen un tesoro inagotable en el cielo, donde no hay ladrón que aceche ni polilla que destruya. Pues donde tengan ustedes su tesoro, allí estará también su corazón”. —Lucas 12:32-34

María y Juanita inspeccionaron su arboleda nueva de plátanos, racimos de fruta Madura por todos lados. Sus vecinos también se impresionaron—y estaban anhelantes por conocer las nuevas técnicas de cultivo. Aquí había esperanza—reclamar su tierra en el Congo Oriental, devastado por años de conflicto—y también esperanza de sustento, pues los plátanos alimentarían a sus hijos; y tendrían suficiente más para vender. María y Juanita son parte de un movimiento en la Iglesia Anglicana del Congo llamado Ensemble Nous Pouvons (Juntas Podemos). Este modo de hacer las cosas incluye a las iglesias locales y a sus comunidades pensando en los dones de Dios que ellas han recibido, en sus habilidades, en su ambiente, en su ‘unión’. Les pide que consideren dónde está su verdadero tesoro—y cómo ese tesoro puede llevar esperanza a otras. Apoyadas por la Agencia Episcopal de Alivio y Desarrollo, los líderes de la iglesia y los miembros de la comunidad visitan otras comunidades para aprender e inspirarse, y luego, ayudadas por una facilitadora, deciden lo que son sus propias prioridades. Algunas comunidades identifican salud, otras estudios. En la comunidad de María y Juanita, la prioridad es cultivar suficiente comida para alimentarse ellas mismas y para vender. Al descubrir lo que significar se “buena nueva” unas para las otras, también crean una riqueza de relaciones y confianza. Juntas, esta iglesia y comunidad local construyen el reino, aquí y ahora. —Rachel Carnegie 24


Domingo, 23 de marzo

2014

“Den, y se les dará: se les echará en el regazo una medida llena, apretada, sacudida y desbordante. Porque con la medida que midan a otros, se les medirá a ustedes”. —Lucas 6:38

Una Buena medida…no un premio de consolación a media, no un donativo para evitar sentirse culpables, exigido de ti por alguien a quien debes impresionar bien, sino una medida colmada, cernida, apretada…esta es la manera como San Lucas describe el don que debemos dar, y el don que se nos dará. En otros lugares, la Biblia dice que recibirás diez veces lo que das. Mi experiencia ha sido generalmente entre esas dos estimaciones. Y exceptuando el sentido cósmico, el dar generalmente no es recíproco. La idea es que donar (como perdonar) es uno de esos misterios asombrosos de la gracia de Dios. El dar produce en sí mismo y de sí mismo una actitud mental de gratitud. Cualquier cosa que recibamos, realmente lo apreciaremos más. —Hermana Claire Joy

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Lunes, 24 de marzo Más bien, al vivir la verdad con amor, creceremos hasta ser en todo como aquel que es la cabeza, es decir, Cristo. Por su acción todo el cuerpo crece y se edifica en amor, sostenido y ajustado por todos los ligamentos, según la actividad propia de cada miembro.

2014

—Efesios 4:15-16

Lo sé, lo sé. Todos los que tienen un poco de interés espiritual parece que están diciendo: “soy espiritual pero no religioso”. Sabemos lo que quieren decir, que disfrutan de un sentido más puro de lo sagrado cuando no se sienten atrapados y frustrados con los mecanismos y estructuras y algunas veces la aburrición de una vida institucionalizada. Pero una espiritualidad buena siempre incluye tanto el cuerpo como el alma. Nuestro cuerpo realmente lleva una alma. Y los cuerpos necesitan huesos y músculos y ligamentos; nuestros cuerpos necesitan mecanismos. De los más grandes hasta los más pequeños. Así es lo que indica Efesios 4:16 que el Cuerpo de Cristo está unido y entretejido junto cuando cada ligamento cumple su función. En su raíz, la palabra “religión” incluye el significado de ligamento, “volver a atar juntos”. Una buena religión, por consecuencia, es la que intenta mantener juntos los pedazos críticos de nuestra espiritualidad. Recemos por la iglesia hoy. Recemos por la iglesia como un “cuerpo vivo”, que realmente sí necesita estructuras y ligamentos, desde el más grande hasta el más pequeño. Ese cuerpo realmente lleva al Cristo vivo y alma nuestra. —Sam Candler

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Martes, 25 de marzo

2014

Que el Dios que infunde aliento y perseverancia les conceda vivir juntos en armonía, conforme al ejemplo de Cristo Jesús, para que con un solo corazón y a una sola voz glorifiquen al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. —Romanos 15:5-6

Favor de permitirme que les comunique signos de ánimo en el Sudán del Sur. En nuestra Diócesis de Wau, la Unión de Madres opera programas de alfabetización y de estudios financieros que capacitan a las mujeres con dos habilidades claves necesarias para avanzar en la vida. Recibimos ayuda de la Unión de Madres de la Gran Bretaña para hacer esto. Por favor deja que te hable de Naomi Bakri, una madre del Sudán del Sur que vive en Francia. Ella habla en varias iglesias y recauda fondos para los estudios de mujeres adultas. Alabo a Dios y le doy gracias a Naomi por su ejemplo y gran bondad. Por favor deja que te hable de Val Wilson y un grupo de mujeres del Decanato Pool en Gran Bretaña. Juntos hemos recaudado fondos para que las mujeres puedan asistir a St. John’s Theological College en nuestro propio plantel de la catedral. En la Diócesis de Wau queremos construir una secundaria para niñas. Es uno de mis sueños para hacer una declaración audaz expresando que la educación de niñas y de mujeres es algo vital y necesario. Estamos trabajando con el gobierno para abogar y recordarles de su promesa de abrir veinte y cinco por ciento de empleos gubernamentales a las mujeres en todos los niveles.

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Permítanme preguntarles: ¿Qué pasaría si lográramos esto? ¿Qué pasaría si pudiéramos hacer un cambio que dure para siempre? ¿Qué pasaría si hiciéramos esto juntos y nos enriqueciéramos al hacer eso? Para que juntos, glorifiquemos con una voz a Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. Amén. —Moses Deng Bol

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Miércoles, 26 de marzo “Cuando llegue el tiempo de la cosecha, no sieguen hasta el último rincón de sus campos ni recojan todas las espigas 2014 que allí queden. “No rebusquen hasta el último racimo de sus viñas, ni recojan las uvas que se hayan caído. Déjenlas para los pobres y los extranjeros. Yo soy el Señor su Dios”. —Levítico 19:9-10

Me gusta la eficiencia. Es un legado congénito reforzado por mi herencia holandesa calvinista y consagrado por los cuentos del trabajo de mi abuelo como un fabricante de herramientas y máquinas de troquel. Su precisión combinada con su economía de movimiento conforme afinaba cientos de mecanismos en su taller. Una predisposición hacia la eficiencia cuadra bien con mi mundo profesional de inversiones y finanzas. Así que me detuve en seco ante el dramático mandato de dejar algunos campos sin cosechar. Se opone al deseo financiero de enfoque, eficiencia, y and maximización. Hay que reducir costo y riesgo en la negociación; busca ganancias. Se debe lograr todo el capital posible, ¿verdad? Cuando consideramos las inversiones desde el punto de vista de sostenibilidad y valores, podemos contestar de diferente manera. Vemos que lo que no “apreciamos”—como la habilidad de todos para prosperar, respirar aire puro, y tener acceso a capital—es a largo plazo de mucho valor. Empezamos a ver oportunidades para invertir nuestro dinero, fijándonos no en cosechar hasta lo último sino estar en solidaridad con los demás. Considerar todas nuestras relaciones, toda la gama de la economía de Dios. Ésa es la economía donde nada se desperdicia pero no todo es eficiente. —Jackie VanderBrug

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Jueves, 27 de marzo Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para nadie en este mundo.

2014

—Colosenses 3:23

Definitivamente, yo no iba a estudiar mecanografía. Ni me especializaría en inglés, ni sería una maestra ni enfermera, ni aprendería a cocinar. Como una adolescente, estaba decidida a no hacer las cosas que otros esperan que la mujer haga. No quería que mi sexo presupusiera ni mis acciones ni mi profesión. Estaba tan envuelta en mi propio yo, en una auto-justicia enmascarada como feminismo, que casi perdí la vocación que Dios había planeado para mí. De alguna manera, a pesar de mi testarudez, mi padre me convenció que estudiara un semestre de mecanografía. Y mi maestra de inglés escribía notas en las orillas de mis tareas, sugiriendo que continuara escribiendo, al mismo tiempo que seguía mis planes para asistir a una escuela de medicina. “Cuando escribes, cuando cuentas historias”, decía ella, “te sientes viva”. Durante mis años en la Universidad, empecé a comprender que las decisiones que tomo para mi vida no deben ser por o en contra de que los otros esperan—ni cómo me rebelo contra esas expectativas. Las reglas y los estereotipos según el sexo pueden ser un maestro insidioso. Al contrario, lo que yo necesitaba era discernir los dones que Dios me ha dado—y hacer lo mejor que puedo para honrarlos. Por lo tanto, escribo, cuento historias, y ayudo a otros a contar historias. Y, como mi papá me recomienda frecuentemente, estoy agradecida todos los días por esa clase de mecanografía. —Richelle Thompson

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Viernes, 28 de marzo

2014

¡Levanta la voz por los que no tienen voz!
¡Defiende los derechos de los desposeídos!
¡Levanta la voz, y hazles justicia! ¡Defiende a los pobres y necesitados! —Proverbios 31:8-9

Cuando leo este pasaje, me acuerdo de un carpintero—no del que probablemente estás pensando, sino de Juan Awozo, un hombre cuya vida y trabajo reflejan a Cristo. También conocido como el director, Juan dirige una escuela vocacional de carpintería para hombres con discapacidades en una pequeña aldea en el norte de Ghana. En muchos países, incluyendo Ghana, es costumbre que las familias oculten a los discapacitados porque se consideran como estigmas sociales. Muchas veces, se les cree “malditos” y se ocultan por toda la vida. Juan, aunque sordo él mismo, va de choza en choza reclutando y liberando a los discapacitados de sus vidas de soledad y vergüenza. Con el apoyo de la Agencia Episcopal de Alivio y Desarrollo y con su asociada, la Organización Anglicana Diocesana para Desarrollo y Alivio, Juan es capaz no sólo de brindar hospitalidad y alimentar a sus estudiantes sino también enseñarles las habilidades de carpintería. Juan les enseña un oficio pero al mismo tiempo les enseña cómo llevar una vida bien. Esa educación abre puertas que estaban cerradas, ofreciendo a sus estudiantes la oportunidad de crear su propio negocio y sostenimiento. John Awazo aboga con pasión y elocuencia, en favor de los discapacitados. Es un signo del amor incondicional de Dios y del llamado de Dios a que seamos las manos, los pies, y aún la voz de Cristo para esos necesitados. —Mary Stuart Smart

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Sábado, 29 de marzo SEÑOR, ten compasión de nosotros;
 pues en ti esperamos.
Sé nuestra fortaleza cada mañana,
 nuestra salvación en tiempo de angustia.

2014

—Isaías 33:2

Nuestra amada y excelente maestra del programa, Godly Play, recibió sus papeles de deportación. Es casada con un ciudadano de Estados Unidos y había esperado no tener que dejar a su familia ni su trabajo. Ayuda a su suegra en un negocio bueno de guardería pero había crecido en su amor por su trabajo con los niños y soñaba estudiar desarrollo infantil. Pero ahora tendría que salir de los Estados Unidos y ser enviada a la ciudad peligrosa de Juárez para esperar su juicio. Cientos de mujeres han sido asesinadas allí en los últimos años, y los casos siguen sin resolverse. Su suegra tenía el corazón destrozado y ahora sería responsable de sus dos nietas y tendría una empleada menos. La congregación, especialmente los niños, se entristecieron y pensaban que no regresaría jamás. El último domingo que pasó con nosotros quisimos hacer lo mejor en esa situación aunque teníamos el corazón destrozado. Se le dieron flores, tarjetas y regalos y luego le pidieron que dijera unas palabras. Con una convicción increíble, nos consoló y compartió su fe infinita en Dios. Nos aseguró que Dios tenía un plan, y que no importaba el resultado ella estaría bien. Le fue bien. Después de nueve meses, milagrosamente regresó con sus documentos para reunirse con su familia y con su iglesia; y el negocio familiar de guardaría está creciendo. —Mary Moreno Richardson

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Domingo, 30 de marzo

2014

“Este mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros. Así como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros. De este modo todos sabrán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros”. —Juan 13: 34-35

Cuando la hora de cumplir con la voluntad del Padre le llega a Jesús el Hijo del Hombre, cuando se acerca el momento en que será entregado al sufrimiento y a la muerte, Jesús el Hijo de Dios, el verbo encarnado, Jesús quien vino a vivir entre nosotros para revelarle al mundo la verdad del amor infinito de Dios Padre por nosotros su creación, nos invita a que nos amemos los unos a los otros como Él nos lo ha mostrado en su manera de amarnos cada instante de su vida entre nosotros. Amar como Jesús nos ama es entregar la vida misma por el amigo amado. Amar como Jesús nos ama es aceptarnos los unos a los otros tal como somos, con nuestras diferencias y nuestras diferentes maneras de ser y de no ser. Amar como Jesús nos ama es servir con amor y humildad a todas las personas que nos rodean buscando siempre el bienestar, la justicia, la paz y la armonía en lo que emprendamos para enriquecer nuestras vidas y realizar nuestros sueños de mejorar nuestro diario vivir. Amando como Jesús nos ama es como nos comprometemos a ser agentes de cambio para nuestras comunidades, luchando juntos en solidaridad y por el bien común. El amor que Jesús vino a enseñarnos no sólo debe ser la guía para toda labor encaminada a beneficiarnos, sino que debe brillar con su propia luz y ser el sello en el paquete de cada producto de nuestra empresa al servicio por un mundo mejor. Como lo dice Jesús en otras palabras: todo el mundo se dará cuenta de que somos sus discípulos al ver ese amor de unos por otros revelado en obras que nos fortalecen como comunidad. —Ema Rosero-Nordalm 33


Lunes, 31 de marzo “¿Por qué te fijas en la astilla que tiene tu hermano en el ojo, y no le das importancia a la viga que está en el tuyo? 2014 ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Déjame sacarte la astilla del ojo”, cuando ahí tienes una viga en el tuyo? ¡Hipócrita!, saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás con claridad para sacar la astilla del ojo de tu hermano. —Mateo 7:3-5

Cuando las mujeres del clero de nuestra diócesis se reunieron con nuestro Obispo Nuevo, pedí que se pusieran de pie las que no estaban recibiendo el salario mínimo de la diócesis. No puedo recordar ahora cuántas se pusieron de pie, pero creo que nuestro obispo se sorprendió al verlo. Yo no me sorprendí. Ya no soy un párroco, así que no tengo interés especial en esto. Pero creo que es muy importante para nosotros el poner atención a nuestros mensajes de empoderamiento económico a la mano. Cuando esperamos que el personal de nuestra iglesia trabaje más horas por menos dinero, he visto recaer esta actitud en negocios locales, en los que ofrecen servicios, en los recipientes de esos servicios y hasta en los voluntarios. El empoderamiento económico puede empezar pagando a nuestros empleados lo que les prometimos que le pagaríamos cuando los contratamos, y pagando a aquellos que ofrecen servicios un salario justo, completo y decente. —Laura Darling

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Martes, 1 de abril

2014

—Todos ésos los he cumplido —dijo el joven—. ¿Qué más me falta?—Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme. Cuando el joven oyó esto, se fue triste porque tenía muchas riquezas. —Mateo 19:20-22

Yo quiero saber, como dice Pablo Harvey, “el resto del cuento”. Sí. Entiendo. Se alejó triste. Pero ¿terminó su duelo? ¿Llegó a comprender que sus cosas materiales no lo definen? ¿Hizo por fin lo que Jesús pidió? ¿Lo fue a encontrar? ¿Se propuso alcanzar a Jesús en la siguiente parte del camino? Porque sí es un camino. Muy pocas de nosotras lo entendemos inmediatamente. Necesitamos tiempo… tiempo para pensar, para llorar, para estar a solas con Dios, para olvidarnos de nosotras mismas. Esta historia no termina aquí. Eso me da esperanza. —Hermana Claire Joy

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Miércoles, 2 de abril El que es generoso será bendecido,
 pues comparte su comida con los pobres.

2014

—Proverbios 22:9

Proverbios 22:9 es una máxima de amor, el amor de los unos por los otros es algo que debemos cultivar. El compartir generosamente con aquellos menos favorecidos, hace la diferencia en nuestras vidas e impacta en la de ellos.— Podemos afirmar que la bendición que se recibe al ser hacedores de ésta palabra es doble: una al ver como las vidas de nuestros hermanos y hermanas que viven en necesidad van siendo transformadas, y la segunda porque cuando tenemos un corazón generoso, nuestro Padre Celestial nos bendice con creces en todo cuanto emprendemos en una manera que no podemos imaginar. Una de mis bendecidas experiencias en mi vida, ha sido el trabajar en mi país, Honduras, con Programas de Microfinanciación auspiciados por la Agencia Episcopal de Alivio y Desarrollo, programas por medio de los cuales los y las participantes no solo tienen la oportunidad de beneficiarse económicamente sino espiritualmente, ya que a través de éstos programas hemos llevado a la par las buenas nuevas de salvación. Definitivamente el ver cómo esas vidas van siendo cambiadas de una u otra manera; y el escuchar testimonios de mujeres que viven en las diferentes comunidades donde trabajamos quienes expresan su agradecimiento por las bondades de los programas de micro finanzas, porque les han ayudado a sentirse útiles y empoderadas al lograr aportar a la economía de sus hogares es una bendícíón. Esa alegría reflejada en sus rostros, esos sentimientos que afloran en ellas al hablar de ese empoderamiento constituyen el mejor regalo que se puede recibir por la labor realizada.

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A lo largo y ancho de este mundo donde los pobres y marginados son más, existe mucha necesidad de una mano amiga, generosa, que ayude a éstos hermanos y hermanas quienes solamente están esperando esa oportunidad única y valiosa para poder avanzar, para ser forjadores de un mundo mejor, tanto para sí mismos como para sus familias que les brinde la oportunidad de vivir con decoro, con dignidad. Oremos por esos corazones bondadosos que están cambiando vidas significativamente, que Nuestro Señor les bendiga prodigiosamente, asimismo por la Agencia Episcopal de Alivio y Desarrollo y sus socios quienes en forma conjunta estamos trabajando en la construcción de un mundo más humano, más justo, y por ende más acorde con la voluntad de Dios. —Connie Sánchez

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Jueves, 3 de abril Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas, y así cumplirán la ley de Cristo.

2014

—Gálatas 6:2

Durante la peregrinación a Ghana de la Agencia Episcopal de Alivio y Desarrollo en 2013, me sentí particularmente bendecido al visitar una de las pequeñas haciendas en la parte norte del país. Caminamos un buen trecho en medio de un hermoso trigal hasta que vimos colores vibrantes entre los tallos. Era la ropa de los trabajadores agachados y espigando. Hombres y mujeres juntos, como unos veinte en total, formaban una línea derecha y metódicamente espigaban todo el campo. Con gran alegría, terminaron unos minutos después. Supimos después que los espigadores del campo eran todos vecinos del real hacendado dueño de esa tierra, quien era una de esas personas espigando. El resto de la gente eran sus vecinos, todos ayudaron ese día a espigar su campo. Al día siguiente, el mismo grupo iría a otro campo, y luego otro, hasta que el trabajo de la comunidad quedaba hecho. Lo que vi fueron vecinos ayudando a vecinos, sin importar una victoria individual competitiva. Creo que cumplían la directiva a los Gálatas 6:2, “Sobrelleven los trabajos unos de otros, y de esta manera cumplirán con la ley de Cristo”. ¡Ay! Cuando amamos a nuestros vecinos como a nosotros mismo, todo el mundo parece lleno de vitalidad y alegría. —Sam Candler

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Viernes, 4 de abril Del Señor es la tierra y todo cuanto hay en ella; el mundo y cuantos lo habitan.

2014

—Salmo 24:1

Cuando tengo sesiones de entrenamiento con agricultores de subsistencia, siempre comienzo con un estudio de este pasaje bíblico. Recordamos que somos llamados a ser guardianes de la creación y no a ser sus dueños. Nos ayuda a recordar nuestro lugar correcto ante Dios. Hago la pregunta: “¿Qué me pueden decir del lugar en donde tiras tu basura? ¿Le pertenece a Dios?” El darnos cuenta que todas las cosas le pertenecen a Dios nos ayuda a considerar nuestras posesiones más livianamente, a compartir los recursos más generosamente y a hacer el esfuerzo necesario para ser mejores administradores de lo que se nos ha dado. Esta lección es tan importante en el mundo desarrollado como para los agricultores rurales. Nosotros, a quienes se les ha dado acceso a más recursos estamos llamados a no acumular lo que tenemos. Lo que tenemos le pertenece a Dios, y estamos llamados a compartirlo para que los demás tengan también la oportunidad de ser administradores de los recursos de Dios. He visto la luz que brilla en los ojos de una persona a quien consideramos humilde, nada más que un agricultor de subsistencia, pero a través del estudio de las Sagradas Escrituras descubrí que los agricultores están llamados a una tarea honorable y noble siendo guardianes de la creación, administradores de las riquezas de Dios. ¿Cuál tiempo, cuales talentos y recursos se te han dado? ¿Cómo puedes ser buen administrador hoy día? ¿Cómo puedes compartir lo que tienes para capacitar a los demás? —Robbin Denney

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Sábado, 5 de abril El que es generoso será bendecido, pues comparte su comida con los pobres.

2014

—Proverbios 22:9

En la oscuridad de la noche, mientras sus familias dormían pacífica e inconscientemente, nueve mujeres en el oeste de Tennessee horneaban pan. Querían devolver algo a la comunidad, ofrecer dones de bondad, ayudar a otras sin ninguna expectativa de que les regresen el favor. Ellas escuchaban a escondidas en las tiendas, oyendo a personas que necesitaban ayuda, fijándose cuando alguien tenía que dejar a un lado pan o leche por falta de dinero. Y ellas llenaban el carrito y pagaban la cuenta. Pasaban por los barrios en las noches calientes y anotaban las direcciones de las casas que tenían ventiladores en las ventanas— señal que no tenían aire acondicionado. Dejaban regalos en el pórtico, incluyendo pan hecho en casa y una nota que decía: “Alguien te quiere”. Si se necesitaba pagar por electricidad, ellas enviaban dinero a la compañía, no hacían preguntas. Desde los 1970, este grupo de mujeres ha obrado con generosidad extraordinaria—y cautela. Sus buenas obras se hicieron públicas hace un año, con una historia por Lori Weiss que se ha puesto una y otra vez en todo el internet. Al principio cuando empezaron, se preguntaban cómo podrían sufragar esa misión. Dejaron de mandar sus blusas a la tintorería, empezaron a recortar cupones, y encontraron modos de ahorrar en sus propios gastos para poder gastar a favor de otros. Estas nueve mujeres al principio soñaban de tener por lo menos un millón de dólares para ofrecer. En los últimos 35 años han contribuido cerca de $900,000 para difundir felicidad y compasión en sus comunidades y más allá. ¡Las que son generosas, en verdad, son bendecidas! —Richelle Thompson 40


Domingo, 6 de abril Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón. —Mateo 6:21

2014

Recuerdo que cuando era niño, mi mamá y yo tuvimos que mudarnos a un apartamento pequeño. El edificio tenía una alberca y un gran cantidad de niños. Éramos pobres, pero yo no lo sabía. Era feliz. Mi mamá sólo había terminado la secundaria y aunque ella tenía varios trabajos, el dinero era poco. Unos meses después de habernos mudado, recibió una llamada de una amiga que deseaba saber si podía venir para traernos un regalo de bienvenida al nuevo hogar. La amiga de mi mamá nos trajo seis cajas de alimentos. Mi mamá empezó a llorar. Años después, me enteré que teníamos sólo 29 centavos en el banco esa noche. Teníamos un poco de pan y un tazón casi vacío de mantequilla de cacahuate (maní) que para sostenernos por dos semanas. Mamá no le había dicho a nadie, sólo rezaba que Dios proveyera. Fue un momento crucial en la fe de mi madre, no sólo en Jesús, sino también en sí misma. Fue una pequeña inversión, el darnos comida, pero llegó a ser la acción catalizadora que cambió nuestra vida para siempre. El sentirse segura de que tenía lo suficiente para nuestras necesidades le dio confianza a mi mamá. Esa confianza le dio fuerzas para regresar a sus estudios y recibir múltiples títulos. Luego ella abrió una escuela para ayudar a los que habían dejado sus estudios a fin de que terminaran la secundaria y siguieran a estudios superiores. De esta manera, la Agencia Episcopal de Alivio y Desarrollo ayuda a que las comunidades respondan a sus propias necesidades, ganen confianza y abran oportunidades para moverse de la escasez a la seguridad. ¿Cómo podemos convertirnos en catalizadores para otras personas? —Chad Brinkman 41


Lunes, 7 de abril Les contó otra parábola: “El reino de los cielos es como un grano de mostaza que un hombre sembró en su campo. Aunque es la más pequeña de todas las semillas, cuando crece es la más grande de las hortalizas y se convierte en árbol, de modo que vienen las aves y anidan en sus ramas”.

2014

—Mateo 13:31-32

Me gusta la miel tanto como la mostaza. Las abejas y la miel son uno de mis proyectos favoritos de la Agencia Episcopal de Alivio y Desarrollo. Siempre les pregunto a nuestros socios si puedo ver sus proyectos para el cuidado de las abejas. Me fascinan las abejas, su cuidado, la polinización y la miel. Cuando era joven me encantaba caminar por los campos con mi abuelo campesino de Nebraska para ver sus abejas, asegurarnos de que estuvieran sanas, creciendo bien y ayudando a que sus cultivos crecieran en abundancia. Para los campesinos de pequeña escala, que no pueden mantener Ganado, las abejas pueden cambiar su vida. Recuerdo muy bien un grupo de mujeres en Kenya que orgullosamente me mostraron sus abejas y colmenas, dándome instrucciones sobre lo básico para cuidar de las abejas, insistiendo que yo probara su miel, explicando cómo llevan sus botellas de miel al mercado, y sus planes para engrandecer su negocio para beneficio de toda la aldea. No tenían que decírmelo, pues era abundantemente claro que las abejas les infundían esperanza e provocaban transformación en su vida y a su comunidad. ¡El reino de los cielos es como una colmena! —Brian Sellers-Petersen

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Martes, 8 de abril Al atardecer se le acercaron los doce y le dijeron: —Despide a la gente, para que vaya a buscar alojamiento 2014 y comida en los campos y pueblos cercanos, pues donde estamos no hay nada.—Denles ustedes mismos de comer —les dijo Jesús.—No tenemos más que cinco panes y dos pescados, a menos que vayamos a comprar comida para toda esta gente —objetaron ellos, porque había allí unos cinco mil hombres. Pero Jesús dijo a sus discípulos:—Hagan que se sienten en grupos como de cincuenta cada uno. Así lo hicieron los discípulos, y se sentaron todos. Entonces Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados, y mirando al cielo, los bendijo. Luego los partió y se los dio a los discípulos para que se los repartieran a la gente. Todos comieron hasta quedar satisfechos, y de los pedazos que sobraron se recogieron doce canastas. —Lucas 9:12-17

La casa de Juanita es de un solo cuarto dividido por una manta colgada— un lugar para estar y el otro para dormir. En un rincón están los trastes y el área para el fuego-su pequeña cocina. Ella vive en este lugar polvoso con sus dos hijos y tres hermanas y paga la colegiatura para todos ellos. Juanita es muy afortunada. La comunidad la identificó como una muchacha en peligro, y se le aceptó en un programa de entrenamiento para ser peluquera. Juanita, como millones de mujeres alrededor del mundo, brilla con sueños de ser empresaria. Mientras yo me siento abrumada por la necesidad, las barreras sistemáticas y las sin número de personas en peligro, ella busca un préstamo para comprar un secador de pelo. Por medio de ella, escucho a Jesús, quien no se asusta por las multitudes, sino pide a Dios que le ayude, y crea abundancia con lo que tiene a la mano. Las palabras de Jesús: “que se sienten en grupos” cambian mi parálisis y me empujan a preguntar qué veo. ¿Veo necesidad y desesperación o bienes y oportunidades? Si me propongo a ver por los ojos de Jesús ¿qué es posible? —Jackie VanderBrug 43


Miércoles, 9 de abril El Señor es mi fortaleza y mi escudo; en él confía mi corazón, y fui ayudado. Por ello salta mi corazón con júbilo, y con mi canción le alabaré.

2014

—Salmo 28:8-9

¿No es reconfortante saber que no viajamos solos en el camino de nuestra vida? Cuando creemos que ya no podemos dar un paso más, ni tomar una decisión más, ni ayudar a una persona más, recibimos fuerza de nuestro Señor para continuar. El pueblo haitiano encuentra fuerza en el Señor y da gracias. En medio de pobreza extrema, de temblores, de inundaciones, de sufrimiento y de desventura, brilla el espíritu indomable de Haití. El amor de Jesús los sostiene e inspira a vivir día a día. Aun el transporte local en Puerto Príncipe muestra citas e inscripciones bíblicas como un recuerdo conmovedor para todos: “Jesús Te Ama” “Merci Jesús”. El amor de Cristo está siempre presente cuando la Agencia Episcopal de Alivio y Desarrollo se asocia con la Diócesis Episcopal de Haití, para reconstruir hogares y vidas después de los desastres. Ofrecen dinero por el trabajo de las personas y micro-préstamos para negocios pequeños. También apoyan el Instituto del Obispo Tharp, un colegio de la comunidad, que ayuda a preparar a jóvenes para el mundo de negocio y tecnología. Con estudios e iniciativas, poco a poco, las comunidades se hacen más fuertes, con la ayuda de Dios. ¿Cómo te da el Señor fuerzas hoy? ¿Cómo darás gracias? —Judy Quick

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Jueves, 10 de abril

2014

Del Señor es la tierra y todo cuanto hay en ella,
 el mundo y cuantos lo habitan;
porque él la afirmó sobre los mares, la estableció sobre los ríos. —Salmo 24:1-2

El compartir está al centro de la práctica del amor cristiano de unos por otros. Mis padres podrían levantar una ceja a esto, dado que cuando niña yo era muy mala para compartir con mis hermanas. Habiendo aprendido por mi propio mal ejemplo, aprecio que el compartir nos enseña a depender unos de otros y a edificarnos unos a otros para el bien de todos. Como cristianos, podemos compartir aún más libremente porque somos de Dios, y todo lo que tenemos viene de Dios. El compartir nuestro tiempo, nuestros talentos y nuestros tesoros edifica el cuerpo de Cristo. Veo ejemplos de esto en los grupos que se ayudan a sí mismos apoyados por la Agencia Episcopal de Alivio y Desarrollo en Guatemala, donde las mujeres se reúnen para animarse unas a otras a ahorrar dinero, aprender habilidades, y mejorar su vida por medio de esfuerzos con empresas pequeñas. Lo veo en los bancos de búfalos de la comunidad de Myanmar, donde los miembros de la comunidad “piden prestado” un par de animales para labrar su tierra, y luego regresan dos crías de búfalos al banco para que sus vecinos puedan tener la oportunidad de beneficiarse. Veo inspiradores ejemplos de dar de los miembros de la iglesia aquí en los Estados Unidos, que ven este trabajo como un modo de buscar y servir a Cristo en otros, cerca y lejos. Busquemos todas el compartir de nosotras mismas con nuestras hermanas y hermanos en todo el mundo, y así continuar realizando el Reino de Dios. —Faith Rowold

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Viernes, 11 de abril Ya no hay judío ni griego, esclavo ni libre, hombre ni mujer, sino que todos ustedes son uno solo en Cristo Jesús.

2014

—Gálatas 3:28

Cuando yo era un niño, me gustaba pasar los veranos en el Campamento Mitchell, campamento y centro de retiro para las Diócesis de Arkansas. Ese hermoso lugar, situado entre acantilados con vista al Río Arkansas, es donde muchos jóvenes de Arkansas encontraron su primera formación como discípulos, y todavía lo hacen. Cuando empecé mis años de adolescente, me sorprendí al escuchar que un sacerdote nuevo iba a venir para hacerse cargo del campamento. Mi sorpresa fue porque el sacerdote era una mujer. Inmediatamente tome a pecho que yo ya no sería feliz en el Campamento Mitchell. Los sacerdotes que había conocido en el campamento eran parte del lugar para mí. Así que fui a ver al Padre Pepe Tucker. Él, para mí, era lo que un sacerdote debe ser y debe de hablar. Siempre parecía anciano, y siempre sonreía. “Padre Pepe, ¿cómo puede ser sacerdote una mujer?” “Sean,” me llamó con esa sonrisa, “cuando Jesús extendió los brazos en la cruz, los extendió para todo el mundo—para cada hombre, y mujer, y niño y niña. Así que no sólo los hombres pueden compartir el abrazo de Cristo con el mundo. Todas las personas lo pueden hacer”. En ese momento, mi modo de ver el mundo cambió dramáticamente. Y cuando me encontré a la Revda. Peggy Bosmyer, la primera mujer ordenada al sur de la línea Mason-Dixon, me dio una visión de Cristo que se extendió más allá del horizonte de esa vista en la cima de la montaña. Hoy en día, no sólo busques a Cristo en todas las personas; se Cristo para todas las personas. —Sean McConnell 46


Sábado, 12 de abril “Supongamos que alguno de ustedes quiere construir una torre. ¿Acaso no se sienta primero a calcular el costo, 2014 para ver si tiene suficiente dinero para terminarla? Si echa los cimientos y no puede terminarla, todos los que la vean comenzarán a burlarse de él, y dirán: “Este hombre ya no pudo terminar lo que comenzó a construir”. —Lucas 14: 28-30

Mientras fui becaria para una organización de microfinanciación sin fines de lucro, estuve en Uganda para suministrar la diligencia debida con algunos de sus socios en el campo en Kampala. La primera Institución de Microfinanciación (MFI) que visité estaba en completo desorden. Algunos prestatarios no habían recibido préstamos porque el dinero para los préstamos había sido usado para pagar préstamos de prestatarios antiguos que habían perdido el trabajo que les había garantizado la MFI. Era un desastre. Y no era la culpa de los prestatarios. Al entrevistar a las personas y preparar el análisis de la situación, era claro que el problema estaba con la bien-intencionada fundadora que quería edificar una torre pero que nunca había pensado bien el plan. Tristemente, muchas personas a las que ella había empezado a ayudar terminaron peor porque su sueño de proveer fue de capacitación económica pero no tenía un plan para cumplirlo. Se me hizo muy clara la lección que no es suficiente tener buenas intenciones. —Laura Darling

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Domingo de Ramos, 13 de abril Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito.

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—Romanos 8:28

Es un versículo que puede consolar, pero solo si no lo vemos como una simple formula—“di las palabras mágicas, frota la lámpara, y el genio te concederá tres deseos”. No, este versículo no expresa respuestas fáciles, consoladoras cuando tenemos tiempos difíciles. Al contrario, expresa la perspectiva divina. No es tan seductora cuando alguien dice: “reza y Dios compondrá todo”. El hecho es que hay veces cuando bien podemos repetir las palabras en el evangelio de san Marcos. Las de un padre que le implora a Jesús: “Sí creo; ¡ayuda mi incredulidad!” La fe puede ser algo difícil en momentos cuando nos sentimos abrumados y solos. Hace unos años, escuché a un sacerdote que pasaba por tiempos muy difíciles con uno de sus hijos, confesarle a un colega: “No se donde está mi fe en este momento”. En lugar de regañar a ese sacerdote por admitir tal cosa, el colega simplemente le puso la mano en el hombro y le contestó suavemente: “Está bien. En este momento nosotros creeremos por ti”. La esperanza y el amor vienen juntos para sostenernos cuando sentimos que la fe está muy lejos de nosotros. La esperanza mira hacia adelante, abre nuestra perspectiva. El amor nos capacita, nos da fuerza. Sí, bien podemos admitir que en momentos oscuros, no podemos ver ninguna razón, ningún sentido, pero podemos atrevernos a esperar y saber en lo profundo de nuestra alma que de alguna manera, de algún modo, “todas las cosas trabajan para nuestro bien”. Y hasta que podamos llegar a ese bien, aquí o en el paraíso, podemos esperar que nuestros compañeros peregrinos están con nosotros. —C. K. (Chuck) Robertson

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Lunes en Semana Santa, 14 de abril

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“En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas”. —Gálatas 5: 22-23

En su carta a los gálatas, el apóstol Pablo nos invita a que vivamos centradas con fe en el amor a Cristo liberador, y como esclavas del amor a nuestro prójimo, dejándonos guiar por los frutos que nos ofrece el Espíritu Santo, fuente y dador de vida, guía e inspiración para nuestra vida. Siempre que nosotras por nuestra propia cuenta o junto con nuestras comunidades nos sintamos inspiradas a expandir nuestras oportunidades económicas, siempre que queramos tratar de abrirnos paso para mejorar nuestra situación económica, contemos ciegamente y primero que todo, con la presencia del amor divino que a través de su Espíritu Santo hace que se revelen en nosotras los frutos o las virtudes necesarias para emprender cualquier esfuerzo de superación en nuestras vidas. La más importante de esas virtudes es el amor. El movimiento de ese amor en nuestro ser es la fuente de inspiración, el motor de arranque de toda empresa. Ese amor es el que al amar a Dios con todas nuestras fuerzas, amarnos nosotras mismas y amar a los que nos rodean, nos llena plenamente no solamente de alegría y de paz, sino también nos hace mostrarnos amables, pacientes y bondadosas. Sabiéndonos fieles y poniendo toda nuestra confianza en Dios, creceremos en humildad y en seguridad en sí mismas. Al sentirnos llenas del Espíritu y fortalecidas con los frutos prodigados, entraremos en nuestro poder, afirmaremos y compartiremos nuestra sabiduría, nuestras voces se oirán, nada ni nadie podrá atentar contra nuestros sueños en busca de nuestro bienestar económico. —Ema Rosero-Nordalm

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Martes en Semana Santa, 15 de abril Abandonen toda amargura, ira y enojo, gritos y calumnias, y toda forma de malicia. Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.

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—Efesios 4:31-32

¿Cuántas veces has escuchado que alguien esta hecho un desastre, es un caso perdido, que nunca van a aprender? ¿Qué esperamos de las personas que hemos ignorado en nuestra vida y de aquellos que han sido ignorados por la sociedad? Hace unos años tuve el privilegio de trabajar con un grupo de recicladores de bajos ingresos. A pesar de que eran parte de un movimiento internacional creciente, las personas eran literalmente los desechables de su sociedad. Constantemente se les enviaba lejos como si fueran peor que la basura que recogían. Muchos tenían mucho orgullo de su trabajo. Era una manera honesta de vivir que proveía un servicio bueno para el ambiente y muy eficiente. Al organizarse, estas personas que anteriormente no tenían techo encontraron significado en su vida y hallaron un camino hacia un futuro sólido para sus hijos. Durante el proceso de organización, se perdieron a algunas personas. Éstas fueron las personas que escucharon como verdad lo que escuchaban en la calle. Comentarios mordaces hechos por personas llamadas respetables hablando de modo que era muy irrespetuoso, sumieron a estos trabajadores valientes en la desesperación. Nuestras palabras cuentan. Usamos nuestras palabras para enviar nuestras oraciones al cielo, para dar gracias por nuestras bendiciones, y para transformar nuestro mundo. ¿Qué mensajes usarás para compartir la gracia con todos los que te escuchen hoy? —Judith Morrison

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Miércoles en Semana Santa, 16 de abril

2014

Se levanta de madrugada, da de comer a su familia
y asigna tareas a sus criadas. Calcula el valor de un campo y lo compra;
con sus ganancias planta un viñedo. Decidida se ciñe la cintura
y se apresta para el trabajo. —Proverbios 31:15-17

A través de mis visitas a programas en el año pasado, he encontrado a un sin número de mujeres que me sorprendieron, me desafiaron y me inspiraron por su fuerza y generosidad. Como lo demuestra la esposa capaz descrita en este proverbio, el trabajo de las mujeres, nuestras socias, realmente nos sobrepasa a todas. Se levantan temprano, trabajan todo el día para proveer agua, comida caliente, y salud y bondad a sus esposos, a sus hijos, y a muchos otros. Y lo hacen muy frecuentemente con muy pocos recursos y a pesar de muchos desafíos. Puedo pensar en particular en una mujer que conocí en Nicaragua el año pasado. Fue seleccionada por su comunidad para ser promotora de la agricultura. Esto significa que no sólo asiste a sesiones para aprender nuevas técnicas para diversificar lo que cultiva y vende y para conservar su tierra sino también que se compromete a compartir todo lo que aprende con otras cinco vecinas. Esta mujer lo hace con mucho entusiasmo, dedicando innumerables horas para ayudar a mujeres y hombres a que obtengan nuevos conocimientos y habilidades. Durante este tiempo de Cuaresma, demos gracias por las oportunidades que cada uno de nosotros tiene y reflexionemos sobre las maneas como mujeres en todo el mundo aceptan y comparten incansablemente nuevas oportunidades. —Sara Delaney

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Jueves Santo, 17 de abril Les he puesto el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo he hecho con ustedes.

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—Juan 13:15

En la tarde del Jueves Santo, la iglesia celebra una de las liturgias más hermosas y complejas del año. En la mayoría de las congregaciones, la gente se reúne para recordar tanto el lavatorio de los pies como la institución de la primera Eucaristía—dos actos centrales de la última cena de Jesús con sus amigos. Aun en medio de la Semana Santa, la Eucaristía se celebra con alegría. Con frecuencia, el altar se despoja completamente en preparación para el Viernes Santo. Pero también se tiene el lavatorio de los pies. Muchas congregaciones omiten esta práctica, algunas veces la suavizan cuando se cambia a lavar las manos. En verdad, en nuestra cultura, el tocar los pies unos de otros parece romper un tabú. Es por eso que es tan importante, me parece, el hacer lo que Jesús mandó—practicar este signo de vulnerabilidad y amor cuando lavamos los pies de otros y nos dejamos lavar los pies. Todo orgullo desaparece en este rito, y nuestra caridad Cristiana es evidente. En este acto tierno, vemos que en Jesús las distinciones entre los poderosos y los impotentes se borran. ¿Qué tan diferente sería nuestra cultura si encontráramos maneras de ser sirvientes y de servir en la vida diaria? —Scott Gunn

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Viernes Santo, 18 de abril Dios de poder inmutable y luz eterna: Mira con favor a toda tu Iglesia, ese maravilloso y sagrado misterio; 2014 por la operación eficaz de tu providencia lleva a cabo en tranquilidad el plan de salvación; haz que todo el mundo vea y sepa que las cosas que han sido derribadas son levantadas, las cosas que han envejecido son renovadas, y que todas las cosas están siendo llevadas a su perfección, mediante aquél por quien fueron hechas, tu Hijo Jesucristo nuestro Señor; que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén. —El Libro de Oración Común, página 200

Pregúntale a cualquier persona episcopal cuál es la oración favorita en El Libro de Oración Común, y muchos de nosotros mencionaremos ésta. Aparece varias veces: el Viernes Santo, durante la Gran Vigilia de Pascua, inmediatamente antes de la renovación de los votos bautismales, y durante las ordenaciones. Su poesía—y su visión—son cautivadoras—y sin duda, son también peligrosas. O Dios, favor de cuidar de tu iglesia—no nuestra iglesia, sino tuya. Que todo el mundo vea y sepa; en otras palabras, la vida de la iglesia es una vida pública, dedicada a llegar a ser un testimonio de la actividad y propósito del Dios vivo. Y ¿qué está haciendo Dios? ¿Cuál es este plan de salvación? Dios eleva las cosas que se han caído. Dios está renovando todo lo que se ha hecho viejo e incrustado. Dios está abrazando con amor toda a creación, por medio del Encarnado, Jesucristo, y por medio de su cuerpo, la iglesia. Me gusta que rezamos esta oración con frecuencia. En la desolación del Viernes Santo, me da esperanza. En la oscuridad de la Vigilia Pascual, puedo ver la luz en el horizonte. Cada vez que decimos “Así, lo haré” en el bautismo u ordenación, recordamos ese gran pacto. Vemos a Cristo, con los brazos bien extendidos para abrazar y renovar al mundo. Vemos nuestros brazos, extensiones de los suyos, elevando y renovando. Es peligroso pero vale la pena. —Stephanie Spellers 53


Sábado Santo, 19 de abril “¿Respetarás la dignidad de todo ser humano?” —El Libro de Oración Común, página 225

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¿Cada ser humano? Ciertamente hago el esfuerzo para respetar la dignidad de cada persona que veo en la iglesia, y en las personas que me encuentro día a día. Pero ¿cada ser humano? ¿Todos los siete billones? ¿Puedo orar por ellos? ¿Qué más puedo hacer? Aunque hay billones de personas que nunca veremos, nuestras acciones tienen consecuencias que llegan mucho más allá de lo que nos imaginamos. Cada dólar que gastamos tiene un potencial ético. Se puede hacer el bien cuando lo gastamos de una manera. O podemos apoyar empresas que hacen un gran mal al gastarlo de diferente manera. No creo que nos gustaría comprar los zapatos de un vecino que sabemos que forzó a sus hijos a que los hicieran, sin embargo sin tratar de saber algo de lo que compramos, hacemos compras semejantes cada día. ¿Apoyamos a campesinos que pagan a sus trabajadores un salario justo, o buscamos los alimentos más baratos sin importar cómo se trata a las personas que lo han cosechado? Casi cada teléfono celular tiene trabajo de esclavos dentro de él. ¿Qué siente nuestro espíritu cuando sabemos que nuestra acción de comprar un teléfono ha mantenido a un niño en la esclavitud? ¿Cómo podría cambiar nuestra relación con lo que compramos el saber que alguien ha sido abusado al hacer los productos que gozamos? ¿Cómo podría eso cambiarnos? Sí, estas son preguntas complicadas. Y sí, a eso nos comprometemos en el bautismo. “¿Tratarás de trabajar por la justicia y la paz entre todas las personas, y respetar la dignidad de cada ser humano?” ¿Cómo nos atrevemos a contestar: ‘Sí, lo haré’? Sólo ‘Con la ayuda de Dios’. —Rosa Lee Harden 54


Domingo de Pascua, 20 de abril —María —le dijo Jesús. Ella se volvió y exclamó: 2014 —¡Raboni! (que en arameo significa: Maestro). —Suéltame, porque todavía no he vuelto al Padre. Ve más bien a mis hermanos y diles: “Vuelvo a mi Padre, que es Padre de ustedes; a mi Dios, que es Dios de ustedes.” María Magdalena fue a darles la noticia a los discípulos. “¡He visto al Señor!”, exclamaba, y les contaba lo que él le había dicho. —Juan 20: 16-18

Es un testimonio poderoso del papel de la mujer el que Jesús capacita a María para que sea heraldo de su resurrección. En el contexto de los tiempos, debe haber sido sorprendente y espantoso para los discípulos el recibir esta nueva de una mujer. Para mí, eso es lo que le da al pasaje la sensación visceral de la verdad. Muchas veces cuando me he sentado con mujeres en sus aldeas y he hablado con ellas sobre su vida, sus desafíos y sus triunfos, me he sorprendido de su honesta franqueza. Con frecuencia, son las mujeres las que te dan el más detallado análisis de la situación. Los hombres en la aldea, con frecuencia, suelen sorprenderse cuando participan en la orilla de la conversación. Muy frecuentemente no han escuchado de verdad o quizás nunca han preguntado. Al despertar esta mañana de Pascua para proclamar la Buena Nueva de la resurrección de Jesús así como María Magdalena lo hace en este pasaje de San Juan, procuremos también escuchar a todo el Cuerpo de Cristo…ambos, hombres y mujeres. Dios habla por medio de todos los hijos de Dios. —Robert W. Radtke

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Por la Misión de la Iglesia Oh Dios, que has hecho de una sola sangre a todos los pueblos de la tierra, y enviaste a tu bendito Hijo a predicar la paz, tanto a los que están lejos como a los que están cerca: Concede que la gente en todo lugar te busque y te encuentre; trae a las naciones a tu redil; derrama tu Espíritu sobre toda carne; y apresura la venida de tu reino; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén. —El Libro de Oración Común, p. 175

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Mi Respuesta Cuaresmal Durante este tiempo de reflexión, quiero responder al llamado de Jesús a servir a los necesitados. Adjunta está mi ofrenda cuaresmal para fortalecer comunidades y para ayudar a las personas mas vulnerables como las mujeres embarazadas, los niños menores de cinco años, los inhabilitados y los huérfanos del VIH/SIDA. La Agencia Episcopal de Alivio y Desarrollo y sus asociados trabajan en crear oportunidades económicas y fortalecer comunidades. En colaboración con iglesias asociadas y organizaciones locales, capacitamos a personas y familias ayudándoles a encontrar modos creativos de generar y aumentar sus ganancias. Aumentamos el potencial de ganancias en las comunidades al: • Capacitar a personas para desarrollar empresas pequeñas en una variedad de campos • Entrenar a personas para llegar a ser administradores eficaces, vendedores y propietarios de negocios pequeños • Ayudar a familias en comunidades marginadas a tener acceso a servicios financieros, incluyendo la construccíon de asociaciónes locales que introduzcan productos de ahorros, préstamos y seguros • Promover cooperativas para ayudar a personas individuales a reunir sus recursos y lograr el aumento de su poder y potencial de ganancias como grupo • Ayudar a comunidades para que logren acceso a los mercados locales y mejorar el valor de los productos para aumentar las ganancias • Ayudar a comunidades campesinas a aumentar el rendimiento de los cultivos para el consumo y la venta

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□ $100  □ $5,000

□ $500 □ $1,000 □ Other $___________

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Nombre ________________________________________________________________ Dirección ________________________________________________________________ Ciudad, Estado, Zona postal ________________________________________________________________ Dirección de correo electrónico ________________________________________________________________ Nombre de tu Iglesia         Ciudad Favor de hacer tu cheque pagable a La Agencia Episcopal de Alivio y Desarrollo y envíalo con esta hoja en el sobre adjunto. También puedes llamar al 1.855.312.4325 para hacer su donativo. PARA DONATIVOS DEDUCIBLES DE IMPUESTOS CON SU TARJETA DE CRÉDITO: Favor de cargar mi donativo a mi:

□ VISA  □ Master Card   □ AMEX  □ Discover ________________________________________________________________

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La Agencia Episcopal de Alivio y Desarrollo es clasificada como una organización no lucrativa 501(c) (3) independiente. El organismo toma su mandato de las palabras de Jesús que se encuentran en el capítulo 25 del Evangelio de Mateo. Sus programas trabajan para el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) de la Organización de las Naciones Unidas. Junto con la iglesia mundial y las asociaciones ecuménicas, la Agencia Episcopal de Alivio y Desarrollo fortalece hoy las comunidades para cumplir con los desafíos del mañana. Reconstruimos comunidades después de desastres y fortalecemos a los pueblos ofreciendo soluciones duraderas que luchan contra la pobreza, el hambre y la enfermedad, incluyendo VIH/SIDA y la malaria. BI14-1B





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