INFORME EPIDEMIOLÓGICO Estudio piloto sobre los traumas observados en muertes ocasionadas durante enfrentamientos armados, a partir de una muestra de cuerpos sin identificar del Oriente Antioqueño
Informe desarrollado en el marco del proyecto Fortalecimiento de universidades regionales en antropología forense para mejorar el tratamiento institucional de cadáveres sin identificar NN en Colombia Con el apoyo financiero de USAID
Bogotá, D.C. Septiembre de 2009
CONTENIDOS 1. INTRODUCCIÓN ...........................................................................................................................................3 2. Conceptos generales sobre el análisis epidemiológico de trauma .........................................................4 3. Metodología ......................................................................................................................................................5 3.1 Selección de los casos.................................................................................................................................5 3.2 Análisis de los casos...................................................................................................................................6 4. Contexto .............................................................................................................................................................6 4.1 Ubicación geográfica del estudio .............................................................................................................6 4.2 Situación de conflicto armado en la región del Oriente Antioqueño .................................................6 4.3 Contexto de ocurrencia de los hechos...................................................................................................10 5. Análisis demográfico ....................................................................................................................................11 5.1 Distribución de la población por sexo y edad......................................................................................11 5.1 Estado de salud.........................................................................................................................................12 6. Análisis de trauma .........................................................................................................................................14 6.1 Generalidades ...........................................................................................................................................14 6.2 Distribución de lesiones por región corporal.......................................................................................15 6.3 Tipos de armas más utilizados...............................................................................................................16 6.3 Análisis por eventos.................................................................................................................................17 7. Conclusiones...................................................................................................................................................18 8. Referencias ............................................................................................................................ 19
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1. INTRODUCCIÓN Las investigaciones forenses desarrolladas en el marco de conflictos armados o de violaciones a los derechos humanos, no sólo apuntan al establecimiento de la identidad de las víctimas, sino que deben aportar elementos de juicio basados en la evidencia física, que contribuyan a que la investigación judicial pueda establecer responsabilidades sobre los hechos, así como esclarecer los mismos, con propósitos no sólo judiciales, sino de reparación para las víctimas y de reconstrucción de la memoria histórica. Tal es el enfoque que han tenido las investigaciones lideradas por los tribunales de Naciones Unidas establecidos para la Antigua Yugoslavia1 y Ruanda2, así como las comisiones de la verdad en países como Guatemala y Perú. Dentro de las investigaciones adelantadas por estos organismos, la sistematización de los hechos violentos, la caracterización de la demografía y la vulnerabilidad de las víctimas, y la interpretación del contexto donde se producen las muertes (o contexto letal), han sido elementos cruciales para el establecimiento de la naturaleza de los crímenes cometidos y la comprensión de la forma en que el uso de la fuerza ha sido ejercido por los diferentes actores involucrados en el conflicto. La violencia armada, típica de los situaciones de conflicto contemporáneas, se refleja directamente en el daño físico producido en las víctimas de acuerdo al contexto en que la violencia se produce. Por esta razón, la violencia armada requiere de análisis epidemiológicos de trauma físico que proporcionen un análisis preciso al diagnóstico diferencial de las lesiones y el mecanismo que las produce, en casos de muertes que son investigadas en el contexto del Derecho Internacional Humanitario y el Derecho Internacional de los Derechos Humanos (Coupland, 1994). Por esta razón, una aproximación epidemiológica a la violencia armada es un elemento esencial en la promoción y fortalecimiento de las leyes locales e internacionales que se refieren al uso de las armas y a la misma violencia armada (Coupland, 2001). Atendiendo a estas y otras inquietudes relativas a la situación de cuerpos sin identificar en Colombia, EQUITAS3, dentro del marco del proyecto “Fortalecimiento de universidades regionales para mejorar el tratamiento institucional de cuerpos sin identificar NN en cementerios en Colombia”, apoyado por USAID, realizó entre julio y agosto de 2008 la exhumación de 18 cuerpos sin identificar de personas presuntamente muertas en combates entre el Ejército Nacional y grupos insurgentes, que fueron posteriormente inhumados en el Cementerio Municipal de Rionegro, Antioquia. El objetivo de su exhumación fue realizar un análisis antropológico exhaustivo con miras a aumentar las posibilidades su identificación, y aportar elementos adicionales de juicio para interpretar los eventos ocurridos alrededor de la muerte. Para este procedimiento, las antropólogas forenses de EQUITAS, María Antonieta Corcione Nieto, Marcela María Fernández Gil, y Ana Carolina Guatame García,
1 El Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (TPIY) fue establecido en cumplimiento de la resolución 827 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas de 25 de mayo de 1993. El Consejo de Seguridad consideró que desde 1991 se venían produciendo en territorio de la antigua Yugoslavia graves violaciones de los derechos humanos, así como una amenaza real y seria para la paz y seguridad de la zona balcánica en particular y europea en general. Al Tribunal se le otorgó jurisdicción internacional para perseguir y procesar a las personas naturales culpables por graves violaciones de las Convenciones de Ginebra de 1949, violaciones de las Convenciones Internacionales sobre la guerra, crímenes contra la humanidad y genocidio. A ellos se ha unido, siguiendo el criterio del propio Tribunal, los delitos sexuales, la tortura como instrumento ilegal de la guerra y la no exculpación por orden superior de la comisión de varios delitos. Para más información ver: http://www.icty.org/ 2 El Tribunal Penal Internacional para Ruanda (TPIR) fue creado por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, el 8 de noviembre de 1994, con el fin de perseguir, arrestar, juzgar y condenar a los autores o promotores del genocidio ruandés. El funcionamiento de la Corte se rige por los siguientes principios en cuanto a las materias de genocidio; crímenes contra la humanidad; y violaciones al artículo 3 común de los Convenios de Ginebra. En cuanto al tiempo, son los delitos cometidos entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 1994. Y en cuanto a los intervinientes, pueden ser tanto ruandeses como extranjeros que se encontraban en Ruanda al momento de cometerse los crímenes. A fines de octubre de 2005, el Tribunal había ordenado la detención de más de 500 personas, de las cuales 71 habían sido puestas a su disposición. Para más información ver: http://www.ictr.org/ 3 EQUITAS es una organización científica y humanitaria, centrada en la victima y basada en la evidencia, que brinda a las familias de víctimas de desaparición forzada cometida en el contexto de violaciones graves, masivas o sistemáticas de los derechos humanos y en conflictos armados, contribuciones científicas e independientes para el avance de sus casos, además de empoderarlas y acompañarlas durante este proceso. EQUITAS también desarrolla investigaciones y herramientas que contribuyen a mejorar practicas forenses tanto oficiales como privadas, a orientar políticas publicas, y que visibilicen el tema socialmente. EQUITAS trabaja desde una perspectiva humanitaria y de derechos humanos, guiada por principios de imparcialidad, humanidad e independencia.
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fueron posesionadas como peritos oficiales, de acuerdo al artículo 242 del código penal, bajo la autorización del despacho del Fiscal 91 de Justicia y Paz en la ciudad de Medellín. Este documento presenta un primer ejercicio de sistematización de los análisis postmortem de los 18 casos, que en primer lugar sugiere categorías analíticas para la interpretación de los hechos, y en segundo lugar plantea conclusiones preliminares sobre la población afectada y el contexto en el que ocurrieron las muertes. Estas hipótesis sugeridas deberán ser evaluadas a partir del estudio de un mayor número de casos, de la investigación penal que se adelante por estos hechos, y de las recomendaciones que los lectores de este documento puedan aportar para robustecer el análisis. Este marco de análisis se plantea como una propuesta que podría ser extendida a las investigaciones realizadas por la Fiscalía General de la Nación, de tal forma que además del proceso de identificación de las víctimas y la investigación caso a caso, se puedan desarrollar investigaciones colectivas que permitan comprender y poner en evidencia patrones sistemáticos sobre cómo se estructura y opera la violencia armada en Colombia.
2. Conceptos generales sobre el análisis epidemiológico de trauma Las situaciones de violencia armada requieren de estudios que permitan desentrañar la complejidad de la relación entre violencia, armamento, los portadores de las armas y las víctimas, y el tipo de efectos que la combinación de estos factores produce. Las consecuencias de la violencia armada son mesurables, por lo tanto, un análisis de estos hechos puede darse a partir del conteo del número de personas que han sido asesinadas o lesionadas en un lugar particular; de la tasa de mortalidad vs. heridos; del número o proporción de personas con una lesión en particular; del tamaño y número de lesiones por persona; de la proporción de personas lesionadas en una guerra que no fueran combatientes; etc. (Coupland, 2001). Teniendo en cuenta estas variables, una aproximación epidemiológica a la violencia armada consiste en el análisis global de un conjunto de evidencias físicas identificadas en los restos óseos, que tiene como objetivo facilitar el entendimiento de los mecanismos de lesiones y el contexto en el que se producen, de tal forma que se puedan analizar las variaciones en los patrones de trauma de acuerdo con la población afectada y la intención de los perpetradores. En investigaciones a violaciones al Derecho Internacional Humanitario, el trabajo de antropólogos y patólogos para documentar el perfil demográfico de los restos óseos, y la reconstrucción del trauma óseo constituye un esfuerzo conjunto crucial en la investigación de crímenes de guerra. Uno de aportes más importantes desde la patología forense en presencia total o de una pequeña porción de tejido blando es la determinación de las lesiones que han sido producidas inmediatamente antes o después de la muerte; mientras que los antropólogos forenses tienen un rol primordial en la recolección y análisis de lesiones óseas para conocer su mecanismo y etiología (Kimmerle y Baraybar, 2008). A continuación se describen los conceptos utilizados como marco de interpretación para este estudio epidemiológico: Demografía: consiste en la reconstrucción del tamaño de la población y su composición. Estos datos se dividen en dos categorías de análisis: 1. estadísticas vitales, como la expectativa de vida, y 2. el tamaño de la población y su densidad. El estudio demográfico permite identificar las repercusiones que el trauma pudo haber ocasionado de acuerdo a las respuestas morfológicas o fisiológicas diferenciales de la población. Por ejemplo, los restos de un esqueleto sub-adulto o un esqueleto con osteoporosis pueden sustancialmente afectar la morfología de las lesiones e influir sobre los patrones de fractura, así como en la gravedad de las lesiones producidas. Vulnerabilidad de las víctimas: en el contexto de la violencia armada, la vulnerabilidad se refiere al potencial que tiene una víctima de sufrir el efecto de la violencia por encontrarse en una situación de indefensión ante situaciones de conflicto (Coupland, 2001; Taback y Coupland, 2005). Contexto: da cuenta de la intención en la forma de perpetrar los crímenes y las condiciones del ambiente fatal o aquel donde las muertes tuvieron lugar. Por ejemplo, el potencial para usar un arma
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está influenciado por el arma misma, por la percepción de quien la usa, por el efecto determinado por el diseño del arma, y por el número de personas armadas. En estos casos, la percepción del usuario del arma de la vulnerabilidad de la víctima o víctimas entra también en juego (Coupland, 2001). Así mismo, los patrones varían cuando las víctimas son intencionalmente usadas como blanco, o cuando el tratamiento médico no está a oportuna disposición, o no es permitido. Intención del perpetrador: consiste en la determinación de si la comisión de un acto violento se produce como resultado de una intencionalidad subyacente, o en su defecto, por un evento accidental o no intencional. Por ejemplo, la presencia de ligaduras, “blindfolds”, lesiones en la parte posterior del cráneo o lesiones infligidas mientras el individuo estaba “de rodillas” o acostado, son altamente sugestivas de homicidio. La ubicación, el número y la gravedad de las heridas pueden dar indicios de la intención. Aún más, la distribución de las lesiones en áreas como la cabeza y el tronco en poblaciones de civiles, desprovistos de protección para el cuerpo (armaduras), proporcionan evidencia adicional de la intención del perpetrador, ya que las lesiones son orientadas a regiones vitales del cuerpo. Adicionalmente, la forma en que los cuerpos son dispuestos en un ambiente específico de enterramiento puede influenciar qué datos están presentes para el análisis, y por lo tanto evidencian la intención de entorpecer investigaciones y/o ocultar evidencia de crímenes. Causa y manera de muerte: la determinación de la causa y manera de muerte recae en la experticia y la responsabilidad legal del patólogo forense. La causa de muerte se refiere a la condición médica que inicia la cadena letal de eventos que culminan en la muerte. Por otro lado, la manera de muerte es una determinación legal basada en pruebas y opinión que es decidida por médicos empleados o elegidos por el gobierno y jueces de instrucción. Los científicos cuando actúan como peritos frente a la determinación de la causa y manera de muerte, así como de otros aspectos de interés forense, ofrecen opiniones establecidas a partir de la evidencia física que son presentadas con varios niveles de certeza que están basados en la experiencia y la opinión profesional del perito, y por lo tanto pueden variar con la obtención de nueva información o con la aparición de nuevos medios de análisis.
3. Metodología Este estudio se basó en la información consignada en los análisis antropológico-forenses de 18 cuerpos sin identificar exhumados del cementerio de Rionegro, Oriente Antioqueño. Los datos fueron estudiados a partir del marco para el análisis epidemiológico de trauma en contextos de conflictos armados y violaciones a los derechos humanos propuesto por Kimmerle y Baraybar (2008). A continuación, se presenta la descripción de los procedimientos desarrollados con este fin. 3.1 Selección de los casos En el marco del proyecto “Fortalecimiento de universidades regionales para mejorar el tratamiento institucional de cuerpos sin identificar NN en cementerios en Colombia”, 9 estudiantes de pasantía en antropología de la Universidad de Antioquia, bajo la supervisión del Cuerpo Técnico de Investigación y EQUITAS, realizaron entre julio y agosto de 2008 la exhumación de 18 cuerpos sin identificar de personas presuntamente muertas en combate, inhumadas en el Cementerio Municipal de Rionegro, Antioquia. Según la información contenida en las necropsias médico-legales, los 18 casos corresponden a 7 eventos, distribuidos desde el año 1995 hasta el 2003, ocurridos en los municipios de San Luis, Concepción, Guatapé, Santuario, San Carlos y Granada, ubicados en el Oriente Antioqueño. Los 18 cuerpos exhumados fueron seleccionados de acuerdo con los siguientes criterios: • Tiempo de permanencia de los cuerpos en el cementerio, por lo cual fueron escogidos los cuerpos con mayor riesgo de ser trasladados al osario común. • Estado de conservación de las bóvedas en las que se encontraban inhumados los cuerpos, siendo escogidas las que estaban en peor estado. • Nivel de documentación de los casos (actas de levantamiento, necropsias), por lo cual fueron escogidos los casos mejor documentados, de manera que la información documental fuera confiable con respecto al NN escogido.
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3.2 Análisis de los casos Una vez exhumados, los cuerpos fueron ingresados al almacén de evidencias con su respectivo formato de cadena de custodia, de donde fueron retirados posteriormente para llevar a cabo el proceso de limpieza, rotulado y análisis antropológico preliminar. Al concluir estas actividades preliminares, los casos fueron almacenados en el Laboratorio de Investigación Científica del Cuerpo Técnico de Investigación seccional Medellín, para posterior análisis por parte de los peritos asignados al caso. El análisis de los casos giró alrededor de tres aspectos: establecimiento de la cuarteta básica de identificación, análisis de trauma óseo relacionado con los hechos alrededor al muerte (perimortem), e identificación de características individualizantes con fines de identificación (trauma antemortem y patologías). Para cada uno de los casos se produjo un informe individual que contiene la totalidad de los análisis practicados sobre los cuerpos, así como las conclusiones sobre los tres aspectos anteriormente mencionados. Para el diagnóstico diferencial de trauma, se realizó un riguroso trabajo de laboratorio que consistió en la reconstrucción de las piezas óseas fragmentadas, la observación macroscópica y microscópica de las fracturas, el conteo de las mismas y el establecimiento de su secuencia. La interpretación de los mecanismos que originaron las lesiones se hizo a partir de la literatura especializada producida a este respecto que es ampliamente reconocida en el ámbito científico de la antropología forense y de la experiencia de las peritos. Después de finalizados los análisis de laboratorio, las antropólogas forenses tuvieron acceso a las actas de inspección a cadáver y necropsias practicadas sobre 17 de los 18 casos analizados4, con el fin de tener información contextual de la proveniencia de los cuerpos y hacer una comparación de los resultados de las necropsias practicadas al momento de la muerte, y los análisis sobre los restos óseos desarrollados en mayo de 2009. Todas las necropsias fueron practicadas en el municipio de Rionegro y los casos fueron puestos en conocimiento de la fiscalía local 19. Los datos utilizados en el presente análisis provienen de los informes de peritaje individual realizados por las peritos de los casos, y se complementan con datos de contexto consignados en las necropsias y actas de inspección a cadáver.
4. Contexto 4.1 Ubicación geográfica del estudio Los 18 casos analizados provienen de los municipios de San Luis, San Carlos, Concepción, El Santuario, Guatapé y Granada, ubicados en el Oriente Antioqueño (ver mapa # 1). 4.2 Situación de conflicto armado en la región del Oriente Antioqueño De acuerdo a la información consignada en las necropsias médico-legales, los 18 cuerpos analizados en el presente estudio, corresponden a combatientes presuntamente miembros de grupos guerrilleros que operaban en la zona del Oriente Antioqueño. Todas las necropsias reportan que la muerte fue registrada en combate y que la causa de la muerte son múltiples traumatismos por acción de arma de fuego de alta velocidad. Por esta razón, a continuación se presenta una imagen global del desarrollo del conflicto armado a finales de la década de los 90's y comienzos de la década del 2000, haciendo referencia principalmente a los enfrentamientos producidos entre las Fuerzas Armadas de Colombia -FFAA- y las guerrillas de las FARC y el ELN.
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De las 17 necropsias obtenidas se pudo establecer que dos no correspondían a los casos analizados, por lo cual se tuvieron en cuenta un total de 15 necropsias para comparación y complementación de datos.
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Mapa # 1. Distribución de los casos analizados en la región del Oriente Antioqueño.
La región del Oriente Antioqueño se encuentra formada por 23 municipios que se ubican en subregiones de altiplano, embalses, bosques y páramos (ver mapa #2). Esta zona se caracteriza por su enorme riqueza hídrica, lo cual ha generado la construcción de grandes obras de infraestructura a nivel de producción de energía eléctrica. Esta condición, sumada a la posición geoestratégica de corredor hacia la región del Magdalena Medio, ha generado el interés de diferentes grupos armados ilegales (cuatro frentes guerrilleros y tres estructuras de autodefensas), que durante décadas se han disputado el control militar y el dominio comercial de las actividades de la región (Observatorio del programa presidencial de derechos humanos y DIH, 2003).
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La guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia -FARC- con sus frentes 9 y 47, y el Ejército de Liberación Nacional -ELN- con sus frentes Carlos Alirio Buitrago y Bernardo López Arroyave, registraron su mayor actividad en la región hacia finales de los años ochenta y principios de la década de los noventa (ver mapa # 2). Esta hegemonía guerrillera encontró su punto de quiebre a mediados de esta década, con la expansión de las autodefensas desde el Magdalena Medio hacia el oriente lejano (municipios de San Luis y San Carlos), y la conformación e ingreso de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá -ACCU- a la zona del altiplano (municipios de El Carmen de Viboral, la Ceja y Marinilla). Esto último, trajo la confrontación con el Bloque Metro, estructura paramilitar preponderante en el oriente antioqueño hasta el 2002 (IPC, 2006:54).
Mapa # 2 Fuente: Boletín Diario del DAS. Procesado y georreferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH, Cartografía IGACDANE.
Con la arremetida de las autodefensas a la zona, las actuaciones de la guerrilla se intensificaron entre los años 1998 y 2002, teniendo el punto más alto en el año 2000, donde se presentaron varias masacres, voladuras permanente de las torres de energía, y la destrucción de los cascos urbanos de los municipios de Granada, San Francisco y San Luis (IPC, 2006:55). Posteriormente, se inicia la recuperación militar de la zona por parte de la fuerza pública; así, las operaciones militares fueron en creciente aumento desde el año 2000. Las FFAA en el 2001 libraron 19 combates contra las FARC, en 2002 registraron 34, y 81 en 2003. Por otro el lado, con el ELN, el ejército pasó de 25 combates en 2001, a 30 en 2002 y 52 en 2003 (Observatorio del programa presidencial de derechos humanos y DIH, 2003:7). En este último año, las operaciones militares desarrolladas en el marco de la operación Marcial, liderada por la IV Brigada del ejército en los municipios de Cocorná, San Carlos, San Rafael y Sonsón, produjeron según reportes oficiales, 215 bajas en las filas de la guerrilla, 85 capturas y 128 entregas voluntarias (Observatorio del programa presidencial de derechos humanos y DIH, 2003:6). En este mismo contexto, de acuerdo al estudio realizado por el Observatorio de Paz del Oriente Antioqueño sobre cuerpos NN en los cementerios del Oriente Antioqueño (ver OPROA, 2008), en el municipio de Rionegro se registra en el 2003 el ingreso de 88 NN. La mayoría de éstos corresponden a bajas del ejército en el marco de esta operación, que no fueron enterrados en los municipios donde se dieron los combates. Según el informe del OPROA el cementerio de Rionegro “alberga quizá el mayor número histórico y actual de cadáveres NN en el Oriente antioqueño por cuanto en el año 2003 principalmente se presentó un alto número de inhumaciones lo que llevó a monseñor Adolfo Duque, párroco de la Catedral de San Nicolás de Rionegro, a pedir apoyo al cementerio de la Parroquia de San Antonio para recibir 13 cadáveres NN y evitar con esto la saturación del camposanto municipal, pero esa solicitud iba dirigida también a los comandantes del
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batallón Juan del Corral, con sede en este municipio, para que disminuyeran la traída de gran cantidad de cadáveres NN producto de sus operaciones bélicas en los municipios del Oriente antioqueño” (OPROA, 2008: 91). Por su parte, en el informe del 2008 de la Misión internacional de observación sobre ejecuciones extrajudiciales e impunidad en Colombia, se afirma que “Es alarmante que según la Oficina de Identificación de Personas, de la Fiscalía de Antioquia, 7.000 5 personas, se encuentren aún sin identificar. Como también es preocupante, que muchos individuos, que según el Ministerio de Defensa son reportados como muertos en combates sean enterrados como N.N. y no se logre establecer su identificación. Según un reporte operacional del Ministerio de Defensa de Colombia desde agosto de 2002 a febrero de 2008 serían 13.068 miembros de grupos ilegales abatidos en combate, que muy seguramente se encuentran en gran proporción como N.N., siendo improbable que con la falta de averiguaciones técnico-científicas se puedan identificar y en especial, conocer las circunstancias de ocurrencia de los hechos. Esta situación es más grave aún porque las indagaciones penales son iniciadas por los Jueces Penales Militares, que no realizan pesquisas en este sentido.“ Según el Instituto Popular de Capacitación, organización no gubernamental que ha hecho seguimiento de la situación de derechos humanos en el Oriente Antioqueño, en la estrategia contrainsurgente ejecutada por la Fuerza Pública para la recuperación del territorio, se habrían presentado 45 casos de Crímenes de Lesa Humanidad, de los cuales 19 habrían sido ejecuciones extrajudiciales, dos de tortura y dos de violencia sexual (IPC, 2006:88). Como es posible observar, estas dinámicas de expansión armada ilegal y la ofensiva militar realizada por las FFAA podrían haber generado graves violaciones a los derechos humanos y al derecho internacional humanitario, que de ser ciertas, se reflejarían principalmente en ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzadas. En el caso de las muertes en combate, así como de aquellas que posiblemente constituyen ejecuciones extrajudiciales, tanto la identificación de la persona reportada como caída en combate, como el análisis de las causas de la muerte, se pueden ver obstaculizadas por causa de poca rigurosidad en los procedimientos de levantamiento del cadáver, y el análisis y registro tanto del cuerpo como de la evidencia asociada. A esto se suman varios factores que hacen la identificación de estos cuerpos más compleja: primero, el hecho de que los frentes guerrilleros que dominaban la zona introdujeron el los últimos años combatientes de otros departamentos, y segundo, que cuando las familias se encontraban cerca de los lugares de combate, preferían no reclamar los cuerpos de sus familiares por temor a ser señalados como colabores los grupos guerrilleros. Según el Observatorio de Paz del Oriente Antioqueño “En algunos de los casos denunciados como falsos positivos de la fuerza pública, o ejecuciones extrajudiciales como se les llama en el derecho internacional, es evidente la intención de ocultar la identidad de la víctima vistiéndola con uniformes o atuendos militares y trasladándola hasta lugares bastante remotos en los que, por no tratarse de un destino turístico, la población y sus autoridades terminan asumiendo que si se encontraba allí era necesariamente porque mantenía relación con alguna organización armada al margen de la ley” (OPROA: 2008:10). Todos estos elementos vistos en conjunto son los que han generado que la situación de cuerpos sin identificar en el Oriente Antioqueño sea analizada como un ejemplo de lo que ocurre en muchas otras partes del país. Es por esto que éste se considera un tema prioritario de investigación, especialmente en lo referente al esclarecimiento de las muertes para determinar en qué circunstancia y bajo qué cuadro de la violencia en esta región pueden ser enmarcadas, y así contribuir a su identificación y restitución del cuerpo a sus familiares.
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Las estadísticas sobre N.Ns en Antioquia se recogen desde el año 1990.
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4.3 Contexto de ocurrencia de los hechos De acuerdo al lugar de ocurrencia de los hechos y las fechas reportadas en las actas de inspección a cadáver, los 18 casos se agrupan en siete eventos como se muestra en la tabla a continuación:
Evento
Fecha de muerte
Procedencia
Actas de inspección-Lugar de levantamiento.
Observaciones6
Una de las víctimas es menor de edad. Todos vestían prendas camufladas. Se incautaron 2 fusiles AK 47, un fusil Galil, 1 lanza cohetes, proveedores de munición AK 47, cartuchos de AK 47 y cartucho de 7-62. En este evento se reportan 4 muertes más y 2 heridos. Los dos casos analizados se encontraban vestidos con prendas de civil. Se incautó armamento y un computador. 3 soldados heridos, 2 subversivos muertos. La víctima es una mujer menor de edad, vestida con prendas de uso privativo del ejército.
Evento # 1 (3 casos analizados)
24 marzo 1997
San Luis
Batallón Juan del Corral- Rionegro.
Evento # 2 (2 casos analizados)
14 abril 1998
Corregimiento Santana (Concepción), entre veredas Santana y Matasano.
Morgue del Hospital Regional San Juan de Dios Rionegro
Evento # 3 (1 caso analizado)
19 mayo de 1998
Casa Diana Guatapé
Inspección Urbana Municipal de Policía Rionegro. Posteriormente trasladados a Batallón Juan del Corral- Rionegro
Evento # 4 (6 casos analizados)
7 diciembre 2000
Alto del Palmar- El Santuario
Batallón Juan del Corral- Rionegro
Evento # 5 (4 casos analizados
23 de enero de 2001
Zona rural del Municipio de San Carlos
Batallón Juan del Corral- Rionegro
Evento # 6 (1 caso analizado)
2 de abril de 2003
Hospital Regional San Juan de Dios
Evento # 7 (1 caso analizado)
28 mayo 1995
Vereda el Chuscal, municipio de Granada No hay necropsia de este caso
No hay acta de levantamiento
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Información reportada en actas de inspección a cadáver y necropsias.
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Ocurren un total de 6 muertes. Las víctimas vestían uniforme camuflado. Hay una mujer dentro de las víctimas. Ocurren un total de 4 muertes. Según acta de levantamiento hay un número desconocido de heridos. La víctima vestía uniforme camuflado. Una muerte. El caso analizado presenta ropas de civil. No hay información.
Como es posible observar, todas las inspecciones a cadáver dentro de la muestra analizada fueron practicadas en un lugar diferente al lugar de ocurrencia en los hechos, siendo el lugar predominante la instalación militar del municipio de Rionegro. Esta situación genera una pobre o nula documentación del lugar de los hechos, que en caso contrario, podría ofrecer información adicional sobre la forma como las personas fueron halladas en el lugar de combate, y en consecuencia, cómo fueron muertas. Adicionalmente, llama la atención que tres de los casos no presenten prendas de uso privativo de las fuerzas militares, como es usual encontrar en los grupos insurgentes. Este aspecto es relevante en la medida que de acuerdo con las normas del Derecho Internacional Humanitario7, cuando se presentan enfrentamientos armados se hace necesario que se identifique al adversario por medio del uso de insignias, de uniformes, y el abierto uso de las armas. Otros datos relevantes para el análisis epidemiológico ausentes o deficientes en los registros de inspección a cadáver, como son los detalles sobre la conformación de los grupos enfrentados, número de combatientes y distribución de los mismos, tipos de armas, características geográficas del lugar, número de heridos, o las armas incautadas a los combatientes. Estos datos podrían ayudar a la interpretación de la tasa de heridos vs. muertos, la asistencia proporcionada a los heridos, la letalidad de las lesiones de acuerdo al potencial de las armas usadas, y la calidad de combatiente del adversario. Por ejemplo, Coupland y Meddings (1999) compararon la proporción de combatientes heridos vs. los muertos (tasa H/M) en combates comunes, con aquellos en los que personas indefensas son asesinadas en muertes masivas. En guerras convencionales, el número de heridos supera las muertes en una proporción 2 a 1 (H/M≥2), mientras que en muertes masivas, el número de muertos es superior al número de heridos (M/H≤ 1). De esta manera, en casos en que el número de muertos sobrepasa el de heridos, se reduce el "umbral de sospecha" de que haya sucedido una violación a los derechos humanos. Sin embargo, en este caso, este análisis no puede ser realizado dada la ausencia de información.
5. Análisis demográfico 5.1 Distribución de la población por sexo y edad Caso 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18
Sexo Masculino Masculino Femenino Masculino Masculino Masculino Masculino Femenino Masculino Masculino Masculino Masculino Masculino Masculino Masculino Masculino Masculino Masculino
Edad en años 24-30 16-20 15-25 18-28 24-30 14-23 30-40 17-20 20-30 12-16 35-49 20-25 30-40 20-25 17-23 16-20 20-25 20-25
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Artículo 44 del Protocolo I adicional a los Convenios de Ginebra.
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Gráfica 1. Distribución de los casos por sexo y rangos de edad.
A partir de estos datos, se concluye que la edad media de muerte para los casos analizados es de 23.66 años, y que el promedio de esperanza de vida de acuerdo con los datos reportados en necropsia es de 43.08 años. Los eventos concentran a una población particularmente masculina, que se sitúa en el rango de adultos jóvenes con edades comprendidas entre los 20 y 30 años. El 16.66% de los casos (tres individuos) corresponden a personas menores de edad. Por último, existe un porcentaje igual al de menores de edad (16.66%) de personas categorizadas como adultos medios, situadas entre los 30 y 40 años de edad. Las mujeres vinculadas a estos hechos violentos, son personas jóvenes que no superan los 25 años. Por lo tanto se puede establecer que la población afectada por los hechos violentos, es una población joven, en edad reproductiva, desigual en la afectación a un sexo en particular, con casos de personas menores de edad vinculadas al conflicto. Ninguno de los casos correspondió a adultos mayores, o personas menores de 12 años. El análisis demográfico de estos casos corrobora lo que al parecer es un fenómeno universal, con respecto a la vulnerabilidad de los hombres adolescentes y adultos jóvenes a ser víctimas de homicidio (Hirschi y Gottferedson, 1989).
5.1 Estado de salud
Caso 1
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Salud dental 5 ausencias antemortem con reabsorción alveolar completa 4 tratamientos restaurativos (amalgamas). Una pieza dental presenta fractura antemortem, desgaste y 5 piezas dentales presentan caries sin tratamiento. Tratamiento restaurativo en dos piezas dentales. Fractura antemortem de una pieza dental sin tratamiento. 5 ausencias antemortem con reabsorción alveolar completa. 4 piezas dentales presentan tratamiento restaurativo. 2 piezas dentales presentan caries sin tratamiento. 4 ausencias antemortem con reabsorción alveolar completa. 6 piezas dentales presentan caries sin tratamiento.
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7 piezas dentales presentan tratamiento restaurativo (amalgama). 1 ausencia antemortem con reabsorción alveolar completa.
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Prótesis removible inferior que cubre 2 ausencias. 3 ausencias antemortem. 3 tratamientos restaurativos (amalgamas).
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Estado de salud general Buen estado del sistema esquelético. Presenta nódulos de Schmörl en L1, L2,L3, T10,T11 y T12. Hernia discal en L5.
• L4 y L5 hernia discal. • Fractura antemortem en tibia derecha. • Fractura antemortem en el fémur derecho, metáfisis distal. • Procesos inflamatorios y regenerativos en varios elementos postcraneales. • Fractura antemortem de hueso nasal. • Fractura antemortem de cóccix. • Fractura antemortem de costilla #2 izquierda. • Inflamación del periostio en fémur derecho, tercio medio de la diáfisis. • Fractura antemortem de hueso nasal. • Fractura antemortem de costillas derechas #2,3,4,5,6,8,9,10,11. • Fractura antemortem de costillas izquierdas 1-10. Buen estado del sistema esquelético.
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2 ausencias antemortem. 5 tratamientos restaurativos. 1 pérdida antemortem y 1 tratamiento restaurativo.
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2 tratamientos restaurativos.
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1 pieza dental presenta caries y se observan 3 tratamientos restaurativos.
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7 ausencias antemortem con completa reabsorción alveolar. 3 tratamientos restaurativos. Ausencias dentarias superiores (incisivos y molares). Enfermedad periodontal severa. Ausencia de incisivos superiores.
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Caries oclusales a nivel de molares superiores e inferiores, con tratamiento restaurativo.
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Buen estado de salud dental.
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Buen estado de salud dental.
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Tratamiento de resinas en molares superiores e inferiores. Caries oclusales y labiales en molares superiores e inferiores.
Buen estado del sistema esquelético. • Fractura antemortem de 2 costilla izquierda. • Formación de osteofitos en T4 y T5. • Aplastamiento de los cuerpos vertebrales por compresión de T6-T12. • Periostitis en la diáfisis del fémur derecho. • Posible aneurisma. • Producción de osteofitos en cuerpo vertebral de L5 y S1 y en el cúbito derecho. • Periostitis en la diáfisis del húmero derecho. Nódulos de Schömrl no muy profundos en los cuerpos vertebrales de T 10, T11, T12 y L1. Buen estado del sistema esquelético. Carillas articulares adicionales en 1er metatarsiano a nivel bilateral, que se expresa en la necropsia como “pie equinovaro” Hernia discal en espacio intervertebral de L4 y L5. Desviación y malformación del sacro. Buen estado del sistema esquelético. Buen estado del sistema esquelético. Osteoartritis de la rodilla derecha por trauma. Hernia discal en espacio intervertebral de L3 y L4. Tibias arqueadas.
Tal como se observa en la tabla, en los casos analizados existen cuatro tipos de condiciones patológicas recurrentes a nivel postcraneal: 1. Hernias discales de tipo prolapso8 y nódulos de schmörl9; 2. procesos degenerativos en la forma de osteofitos y deformación de elementos óseos; 3. procesos inflamatorios (periostitis) en huesos largos de extremidades inferiores; y 4. fracturas antemortem regeneradas con formación de callosidades óseas. Los hallazgos 1 y 2 son característicos del proceso de envejecimiento, y por lo tanto se esperaría encontrarlos en personas ubicadas en los 30 tardíos o más allá de los 40 años; sin embargo, como ha sido mencionado en la sección anterior, los casos se concentran en el rango de edad de 20 a 30 años. Los hallazgos 3 y 4 pueden presentarse a cualquier edad pero son indicativos de una acción física prolongada en las extremidades y de situaciones traumáticas que hayan generado la fractura de
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La hernia discal es una enfermedad en la que parte del disco intervertebral se desplaza hacia la raíz nerviosa, la presiona y produce lesiones neurológicas derivadas de esta lesión. 9 Los nódulos de Schmörl son un tipo de hernias de los discos intervertebrales que se introducen en los cuerpos vertebrales, generando pequeñas depresiones.
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los elementos óseos. Las causas de los procesos degenerativos en individuos jóvenes pueden deberse a un trabajo físico llevado a cabo desde temprana edad relacionado con estrés por carga. Adicionalmente, se identificó que uno de los casos correspondientes a un hombre con una edad aproximada entre 20 y 25 años, presentaba doble faceta articular proximal en el primer metatarsiano a nivel bilateral, que fue reportado en la necropsia como “pie equinovaro”10. Esta disposición congénita pudo haber generado una desventaja a nivel de movilidad, que aumenta su vulnerabilidad de ser afectado en situaciones de peligro, como puede ser un combate. A nivel dental se observa la recurrencia de enfermedades bacterianas, como la caries, que se reflejan en la pérdida considerable de piezas dentales (55% de los casos). Algunos casos presentan tratamientos restaurativos (61%), en menor medida se presentan patologías dentales sin ningún tipo de tratamiento odontológico (27.7%). Esta situación puede deberse a algunos factores entre los cuales se encuentra: (a) poco acceso a servicios de salud y mala salud oral, (b) a una condición congénita de mala dentadura, o (c) a problemas nutricionales.
6. Análisis de trauma 6.1 Generalidades El trauma o lesiones perimortem son aquellas que ocurrieron en un momento cercano a la muerte, y que pueden estar directamente relacionadas con ésta, o tratarse de lesiones adicionales. Por esta razón, este tipo de trauma puede haber sucedido inmediatamente antes de la muerte, durante la misma o inmediatamente después. Las lesiones perimortem pueden ser identificadas por su coloración oscura uniforme, la presencia de bordes agudos sin evidencia de remodelación ósea (Sauer, 1998), y la orientación y relación estructural de las fracturas, ya que al momento de ser generadas, los huesos se encuentran aún en posición anatómica. En una investigación antropológica forense, la evaluación del trauma perimortem tiene especial importancia ya que provee información relevante para la determinación de la causa, manera y mecanismo de muerte (Byers, 2005), y de otros tratos violentos que hayan tenido alguna repercusión sobre el tejido óseo. Cuando se realiza la evaluación del trauma perimortem en los restos óseos, el científico tiene como objetivo determinar el mecanismo o arma que produjo la lesión y las características del evento producido por dicho mecanismo. De acuerdo al tipo de mecanismo que las produce, los traumas son clasificados en cuatro categorías: contundente, cortante, por proyectil o misceláneo (Byers, 2005:265). El trauma contundente se refiere a cualquier lesión causada por una fuerza que impacta un área extensa del hueso, resultado generalmente por compresión o doblamiento; el trauma cortante es el efecto de la fuerza de compresión o corte producida sobre un área estrecha por instrumentos tales como cuchillos, hachas, o cualquier otro instrumento con un borde afilado; el trauma por proyectil es producido por un elemento que es lanzado o disparado a través del aire para impactar el cuerpo, siendo el tipo mas común de proyectil de arma de fuego (PAF). Una descripción detallada de las características de la lesión perimortem permitirá determinar el mecanismo que la produce y plantear posibles herramientas usadas para infligir el trauma, en la medida que la forma de la lesión imita la sección transversal del objeto que la produce (Kimmerle y Baraybar, 2008). Mecanismos de generación de lesiones En casos de investigación de muertes ocurridas en contextos de conflicto armado o violaciones a los derechos humanos, la estimación del número y la secuencia de las lesiones es un elemento fundamental en el análisis de trauma. De acuerdo con Kimmerle y Baraybar (2008:157) "(…) el número estimado de lesiones, es siempre un número mínimo de lesiones, porque la evidencia de múltiples lesiones puede hacer que unas se superpongan a otras. Este número se estima a partir del inventario de los restos y la distribución de los traumatismos. Las líneas de fractura que se generan de las lesiones son una forma de reconocer el número de lesiones y la secuencia en las que ella se
10 El pie equinovaro, es un defecto de nacimiento, en el que el pie se encuentra torcido o invertido y hacia abajo. Sin tratamiento, las personas afectadas frecuentemente aparentan caminar apoyados en sus tobillos.
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presentan. La primera lesión es aquella cuyas fracturas se dispersan sin interferencia, y las subsiguientes son aquellas que se ven interceptadas por una fractura pre-existente. Este tipo se análisis es llamado la regla de Puppe (Rhine y Curran, 1990). Lesiones producidas por mecanismos explosivos y proyectiles de arma de fuego Las lesiones producidas por mecanismos explosivos que afectan el sistema óseo, son categorizados en primarios, secundarios, terciarios y cuaternarios (Covey, 2002: 1224). Las lesiones primarias incluyen aquellas causadas por dispositivos de gran potencia (HE), que generan el colapso de los tejidos blandos, decapitación o amputación traumática (Tsokos et al. 2003); los dispositivos de baja potencia no producen lesiones primarias, y se caracterizan por generar lesiones consistentes con proyectil, de penetración profunda, trauma contundente y quemaduras. Estas lesiones resultan de metrallas compuestas de una variedad de materiales que tienden a variar en tamaño, ser irregulares en forma, y crear gran cantidad de daño en el tejido, particularmente a velocidades bajas (Kimmerle y Baraybar, 2008:101). Las lesiones producidas por metralla son similares a los proyectiles de baja velocidad, pero al no ser expulsadas de un "barril estriado", carecen de una trayectoria recta en su etapa de vuelo. Por tal razón, la ubicación de la explosión en relación con la víctima está determinada por la distribución de las lesiones en el esqueleto (Hiss y Kahana, 2000). La distancia o radio de los fragmentos de proyectil, la morfología de la lesión, y la distribución de las lesiones a través del esqueleto, indican la dirección y la distancia de la explosión (Kimmerle y Baraybar, 2008:101). Las lesiones de metralla y otra munición de fragmentación aplican para la mayoría de víctimas en situaciones de combate, mientras que las lesiones de proyectil de arma de fuego son las lesiones que ocupan el segundo lugar; mientras que en situaciones de no- combate, la situación se invierte (Varios autores en Kimmerle y Baraybar, 2008:102). La mayoría de las lesiones a causa de metralla ocurridas en combate tienden a afectar las extremidades, mientras que la ubicación de las lesiones por arma de fuego puede a variar de acuerdo a la situación en la que las armas son usadas. En situaciones de combate, las lesiones tienden a estar localizadas principalmente en áreas no protegidas, mientras que en situaciones de no-combate, las lesiones se ubican principalmente en la cabeza y el tórax (Baraybar y Gasior, 2006; Baraybar, 2006). Las lesiones por metralla tienen la tendencia a ser irregulares o de forma asimétrica. Un defecto largo en la parte posterior del ilium provocada por metralla de forma ovalada es un hallazgo común. En contraste con las lesiones por metralla, la forma y el tamaño de las lesiones por proyectil de arma de fuego tienden a ser consistentes con la forma y el tamaño del proyectil. La variación en la forma del defecto puede reflejar el ángulo en que el proyectil golpea el hueso y la forma de la bala. Los defectos de las balas que golpean perpendicular al hueso tienden a tener una forma redondeada, y de un tamaño similar al de la bala. En estos casos, el número de lesiones es una o dos por disparo, aunque la trayectoria puede generar más lesiones en diferentes regiones del cuerpo (Kimmerle y Baraybar, 2008:113) Investigación de tortura En casos donde se presume que la persona ha sido torturada, el análisis antropológico forense debe analizar el mecanismo lesional, documentar la ubicación, tipo y distribución de las lesiones, estimar si las lesiones contribuyeron con la causa de la muerte, reconstruir las circunstancias alrededor del trauma, y determinar si se trata de eventos accidentales o intencionales (Kimmerle y Baraybar, 2008:204). Generalmente las lesiones relacionadas con tortura se ubican en orden de recurrencia, en la cabeza (dientes y cara), el tórax (lesiones múltiples en las costillas y esternón) y las extremidades (fracturas de manos y pies), y son producidas por mecanismos contundentes de carga baja, como son las golpizas. En casos donde la persona ha sobrevivido a la tortura durante un tiempo suficiente antes de la muerte, y donde se ha presentado abuso crónico, se observa la regeneración del tejido óseo en distintos estados.
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6.2 Distribución de lesiones por región corporal
Diagrama 2. Distribución de lesiones por región corporal. Total de lesiones reportadas en los 18 casos por análisis antropológico = 162
De acuerdo a la región corporal donde fueron halladas las lesiones en los 18 casos, las partes del cuerpo más afectadas en orden de mayor a menor impacto fueron: tórax, cráneo, extremidades superiores, cintura pélvica, extremidades inferiores, y manos. De acuerdo con el estudio de Kimmerle y Baraybar (2008), en casos de combate típico la mayoría de las lesiones por arma de fuego se ubican en primer lugar en las extremidades, en segundo lugar el tórax y en tercer lugar el cráneo, mientras que en los casos de violaciones a los derechos humanos la mayoría de las lesiones se concentran en el cráneo, seguido del tórax, extremidades superiores e inferiores. En casos de tortura además se documentan traumatismos contundentes en la caja torácica, y en algunas ocasiones, en pies y manos. La distribución de las lesiones encontradas indica que aunque el patrón no responde estrictamente a ninguno de los modelos presentados, se evidencia una combinación de lesiones típicas de combates armados y violaciones a los derechos humanos. En la sección de análisis por eventos se profundizará este aspecto. 6.3 Tipos de armas más utilizados De acuerdo con los casos analizados, se encuentra una predominancia de lesiones ocasionadas típicamente por armas de fuego de alta velocidad, comunes de los armamentos de las fuerzas militares y grupos insurgentes, las cuales generan una gran destrucción del tejido óseo. Aunque es típico de los enfrentamientos armados el uso de armas de fragmentación, sólo en dos casos fue establecido más allá de duda razonable lesiones por metralla, que se evidenciaron en la masiva destrucción de cráneo, tórax y pelvis, con incrustaciones de fragmentos de proyectil en la zona torácica principalmente.
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6.4 Análisis por eventos En esta sección, cada uno de los casos de acuerdo al evento que corresponde determinado por la fecha del combate y el lugar del mismo, es ubicado dentro una de las siguientes categorías de análisis11: Combate típico: se refiere a aquellos casos en los que el uso de la fuerza se ve limitado al objetivo de reducir la capacidad militar del oponente a través de un combate abierto. En este tipo de combates se prohíbe el uso de armas biológicas, nucleares, y químicas, así como armas que causan dolor innecesario como las minas antipersonales, y las bombas y balas incendiarias, o la munición expansiva al interior del cuerpo humano. Dadas estas condiciones, en esta categoría se encuentran los casos en que las lesiones observadas son en primer lugar, lesiones generadas por armas de fragmentación (i.e. granadas), y en segundo lugar, por armas de fuego de alta velocidad. Combate atípico: en esta categoría se encuentran los casos en los que, al igual que en la categoría anterior, los mecanismos de lesiones principalmente obedecen a armas de fragmentación y proyectiles de arma de fuego de alta velocidad. Sin embargo, en estos casos se identifica una relación inversa, es decir, primordialmente se observan proyectiles de arma de fuego, y adicionalmente se presentan traumatismos contundentes, consistentes con golpizas o aplicación de una carga sobre el cuerpo, no usuales dentro de los combates armados. No combate: corresponde a la categoría de casos en los que las lesiones corresponden a armas no usadas en un combate regular, como armas cortas o rifles, cuyas trayectorias reflejan la imposibilidad de un combate a distancia, podría evidenciar una intención distinta a actividades militares de defensa, y donde se presentan traumatismos contundentes indicativos de un enfrentamiento cuerpo a cuerpo. Evento 1: Municipio de San Luis Fecha: 24 de marzo de 1997 Casos analizados 3 Casos de combate típico 2 Casos de combate atípico 1 Casos de no combate 0 Observaciones: el caso ubicado como atípico presenta una lesión de tipo contundente en la rama ascendente de la mandíbula derecha. Uno de los casos corresponde a un menor de edad. Evento 2: Municipio de Concepción Fecha: 14 de abril de 1998 Casos analizados 2 Casos de combate típico 0 Casos de combate atípico 2 Casos de no combate 0 Observaciones: los dos casos presentan lesiones por proyectil de arma de fuego en las manos, y en la necropsia se indica que las víctimas llegaron con ropa de civil. Evento 3: Municipio de Guatapé Fecha: 19 de mayo de 1998 Casos analizados Casos de combate típico Casos de combate atípico Casos de no combate
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11 Estos conceptos han sido construidos y son sugeridos por EQUITAS a partir de las definiciones que se encuentran consignadas en los 4 Convenios de Ginebra, los tratados internacionales sobre las leyes de guerra, y el estudio de trauma óseo en contextos de conflicto armado y violaciones a derechos humanos de E. Kimmerle y J. Baraybar (2008).
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Observaciones: este caso corresponde a una persona menor de edad. Evento 4: Municipio de Santuario Fecha: 7 de diciembre de 2000 Casos analizados Casos de combate típico Casos de combate atípico Casos de no combate
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Observaciones: uno de los casos ubicados en la categoría de combate típico presenta lesiones por metralla y corresponde a un menor de edad. Dentro de los casos atípicos, 2 presentan lesiones por metralla y 3 presentan traumatismos contundentes a la caja torácica. Uno de ellos presenta adicionalmente traumatismos contundentes y en extremidades. Evento 5: Municipio de San Carlos Fecha: 23 de enero de 2001 Casos analizados 4 Casos de combate típico 0 Casos de combate atípico 3 Casos de no combate 1 Observaciones: dos casos atípicos presentan lesiones contundentes en caja torácica, 2 en cráneo y 1 presenta PAF en una mano. El caso de no combate presenta proyectiles de baja velocidad y traumatismos contundentes en cráneo y caja torácica. Evento 6: Municipio de Granada Fecha: 4 de abril de 2003 Casos analizados 1 Casos de combate típico 0 Casos de combate atípico 1 Casos de no combate 0 Observaciones: en el caso analizado se presentan traumatismos contundentes en la caja torácica y en extremidades inferiores. La necropsia señala que el cuerpo iba vestido con prendas de civil.
Esta clasificación de las situaciones de combate armado, indica que en ninguno de los casos estudiados se presentan condiciones regulares de combate, ya sea porque hay víctimas fatales menores de edad, o porque el trato a las personas vivas o cadáveres generó traumas no típicos de combate, consistentes con golpes a la cabeza, el tórax y las extremidades, que podrían de acuerdo a la investigación que se adelante, corresponder a tratos crueles, inhumanos o degradantes, o a un tratamiento indigno de los cadáveres, ambas situaciones sancionadas en el Derecho Internacional Humanitario.
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7. Conclusiones El análisis de estos 18 cuerpos sin identificar, permite concluir que estas personas son predominantemente hombres jóvenes, con limitado acceso a servicios de salud, y evidente estrés ocupacional. Es de resaltar que 3 de los casos corresponden a personas menores de edad, entre las cuales se encuentra una mujer. Considerando que la mayoría de casos se clasificaron como combate atípico será necesario que en las investigaciones judiciales adelantadas en estos casos, se esclarezcan los hechos en los cuales ocurrieron las muertes, de tal forma que se establezca si se cometieron infracciones al derecho internacional humanitario y/o graves violaciones a los derechos humanos. Para que los funcionarios judiciales tipifiquen los delitos relacionados con la muerte de estas personas, será necesario ampliar la comprensión de los hechos a través de un trabajo interdisciplinario que considere multiplicidad de fuentes, como testimonios e informes sobre la situación de derechos humanos en la región12. Por otro lado si estos casos reflejan un patrón generalizado de muertes en combate que permanecen como NN en cementerios, será necesario ampliar la muestra, y seguir utilizando las categorías de análisis propuestas. Una adecuada y rigurosa documentación de los patrones encontrados a partir de la evidencia, podría fortalecer la argumentación sobre la sistematicidad de los delitos cometidos en el marco del conflicto. Un avance reciente para lograr una documentación apropiada de los hechos, son las directivas permanentes No. 10 y 19 de 2007 del Ministerio de Defensa que obliga a los Comandantes de Unidades Militares a facilitar que los órganos de policía judicial permanentes (CTI, Policía Nacional y DAS) hagan las labores de indagación e investigación de los homicidios adelantados en el desarrollo de operaciones militares, incluyendo inspecciones a cadáver. En estos casos, será un reto para los funcionarios de policía judicial, desarrollar un protocolo específico para documentar escenas de combate, que incluya por lo menos la conformación de los grupos enfrentados, número de combatientes y distribución de los mismos, tipos de armas, características geográficas del lugar, número de heridos, o las armas incautadas a los combatientes. Esta información contribuiría notablemente a la interpretación de la evidencia, según los hechos, y los patrones registrados, además de proporcionar elementos para evaluar si efectivamente la operación militar se basó en los principios de legalidad, distinción, necesidad y proporcionalidad que deben orientar todas la actuaciones militares.
12 Informes sobre la misiones internacionales sobre ejecuciones extrajudiciales de la Coordinación Colombia Europa Estados Unidos, y el Relator Especial de Naciones Unidas para las ejecuciones arbitrarias, son de gran importancia.
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8. Referencias Baraybar, J. y M. Gasior (2006) “Forensic anthropology and the most probable cause of death: an example from Bosnia-Herzegovina. Journal of Forensic Sciences. 51 (1): 103-108 Byers, S. (2005) Introduction to Forensic Anthropology: A Textbook. London: Allyn and Bacon. Coordinación Colombia Europa Estados Unidos, Observatorio de derechos humanos y derecho humanitario (2008) Misión internacional de observación sobre ejecuciones extrajudiciales e impunidad en Colombia, Bogotá. Coupland, R. (1994) “Epidemiological approach to the surgical Management of the casualties of war. British Medical Journal. 308: 1693 – 1697) __________
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