Siempre pensamos en el sol y los daños que puede causar en nuestra piel sobre todo en los meses de verano. Estamos muy concienciados con eso, pero quizá no tanto con los efectos nocivos que tiene el frío y el invierno en nuestra piel.
Es momento de ponerle remedio y concienciarnos de que nuestra piel necesita cuidados en invierno. Las temperaturas bajas, el frío, la nieve, los contrastes de temperatura del calor de casa al frío de fuera… Pueden hacer mella en nuestra piel con rojeces, cutis apagado, y acumulación de células muertas.
Hidratarte por dentro, fundamental
Las calefacciones, bombas de calor y chimeneas favorecen la sequedad en el ambiente y afectan a nuestra piel, haciéndola más tirante y quebradiza. Es importantísimo que te hidrates por dentro, bebiendo mucho agua y tomes alimentos ricos en vitaminas y antioxidantes