Erick Faúndez en El monstruo sin nombre usa el cuaderno
escolar como objeto contenedor de los pequeños secretos
de la infancia, convirtiéndolo en un objeto capaz de
retener sueños, ideales, historias y desamores. La obra
cita el cuento original (Monster, 1994) del mangaka Naoki
Urasawa, que trata sobre un monstruo que buscando su
identidad en los otros se queda solo. La reconstrucción
de un archivo infantil con retazos de imágenes apropiadas
-tanto de casas abandonadas como de recuerdos fortuitosimpregnadas
en aquellas páginas de cuaderno por medio
de traspasos, como si no se quisiera perder nuevamente
el recuerdo de haber pertenecido a algún lugar, nos
insiste que en la construcción de un álbum las imágenes
pueden convertirse en un repertorio de nuestros deseos,
nos permiten retener la ilusión de nuestra propia historia,
aunque ésta no sea real, aunque no nos pertenezca. Nos
vemos en los ojos de los otros; nos vemos también en sus
imágenes.
Andrea Jösch.