Xabier Basurko
En las comunidades cristianas que han surgido bajo el impulso del Vaticano II no se dice misa, sino que se celebra la eucaristía. He aquí un cambio de lenguaje' que, en realidad, denota un cambio de valores. Aquella realidad que el nuevo testamento ha designado como cena del Señor o fracción del pan, ha recibido a lo largo de los siglos multitud de nombres diversos; en occidente, ninguno ha tenido el éxito y la popularidad del término misa, que ha relegado a un segundo plano al resto de las denominaciones.