Rundo y el colibrí - A l m u n e d a O r e l l a n a
RUNDO Y EL COLIBRÍ n un bosque había un loro llamado Rundo, que era el hijo del jefe de los loros. Un día, Rundo se encontró con un colibrí que estaba chupando el néctar de unas flores, y cuando vio lo pequeño que era, le causó tanta gracia que comenzó a burlarse de él. ¡Oye, enano! ¿Por qué eres tan chiquitito? Eres casi del tamaño de un saltamontes —le decía Rundo burlándose. El colibrí no le hizo caso, actuó como si no le escuchara. Terminó de chupar el néctar de la flor y se marchó. Al día siguiente Rundo volvió a ver al colibrí y de nuevo le dijo: ¡Oye, enano! ¿Por qué eres tan chiquitito? Pareces una hormiga. Pero esta vez el colibrí se le acercó y le preguntó: Y tú, ¿por qué eres grande? Porque los loros somos grandes —contestó Rundo orgulloso. ¿Y por qué el halcón es más grande que el loro? —Preguntó el colibrí. Creo que… porque nació así —dijo Rundo, un poco confundido. ¿Y por qué el águila es más grande que el halcón? —Preguntó el colibrí de nuevo. No lo sé —dijo Rundo—, creo que simplemente nació así. ¿Es mejor un halcón que un loro? —Preguntó el colibrí. ¡Claro que no! —Respondió Rundo. Entonces, ¿es mejor un loro que un colibrí? —Preguntó el colibrí. Rundo no contestó palabra, se sentía un poco avergonzado por sentirse mejor que el pequeño colibrí. En realidad,