2017
5ยบ A
La noche mil dos
Alim y la aventura del cangrejo gigante -Ahora hijos os contaré la maravillosa historia de Alim y el cangrejo gigante- dijo Sherezade a sus pequeños. Hace mucho tiempo en un pueblo del Oriente había un niño llamado Alim. Él vivía con su madre, su padre y su hermana Leylak. Era muy valiente, aventurero y audaz. Como era pobre vivía en una casa pequeña. Un día se quedó a dormir en la casa de su abuela y le pidió que le contara un cuento. Ella le contó el del cangrejo gigante le dijo que era un cangrejo enorme y si alguien valiente se atreviera a enfrentar a todos los monstruos que había en el camino le daría una bolsa de oro. Al despertar Alim desayunó y fue a su casa pero antes su abuela le dio una brújula y le dijo: - Toma esta brújula Alim, cuídala y no la rompasAlim se fue rápidamente y le contó a su hermana la historia que le contó su abuela. Leylak y Alim armaron un plan. Decidieron que al anochecer se escaparían e irían a buscar al cangrejo gigante. ¡Al fin llegó el anochecer! Alim y Leylak prepararon una mochila. Alim se acordó de la brújula de su abuela y se la metió en el bolsillo. Salieron y fueron hacia el norte y al llegar a un desierto se sentaron en una roca. De repente la roca empezó a temblar. Se asustaron y al levantarse vieron un gran monstruo. Su boca era enorme y sus ojos, amarillos. La brújula se le cayó y se convirtió en una espada. Luego descubrió que apretando un botón se convertía en una espada. Así que lucharon un rato, cuando terminaron con el monstruo se fueron. Después lucharon con un monstruo de arena, con uno de cristal y otro de hojas. Estaban exhaustos y por fin llegaron a un castillo. Abrieron la puerta y ahí se encontraba sentado el cangrejo gigante en un trono de oro y gemas que les dijo:
- Felicitaciones. Ahora deberán hacer una última prueba. Tendrán que luchar con mis cinco caballeros-
Alim pensó que derrotarlos sería imposible. -Lo intentaré, dijo. Pelearon un largo rato y derrotaron a cuatro pero el quinto estaba por matar a Alim entonces Leylak se paró frente a él y mató al caballero. Entonces se abrazaron y el cangrejo dijo: - Lo lograron, es hora de su recompensa. Les daré sus riquezas y los enviaré a su casa Entonces los niños volvieron a su casa, le dieron el dinero a su madre, compraron una casa y vivieron felices para siempre.
Camila Cruzatti
En el momento en que Sherezade le pidió al rey Shariar que no la matara y que le permitiera sobrevivir una noche más, empieza esta historia.
KASÍN Y LA ROCA MÁGICA
He llegado a saber ¡oh rey afortunado! que hace mucho tiempo,en una ciudad de Persia, vivía un mercader llamado Kasín. Tenía 30 años,iba en barco de puerto en puerto para vender sus mercancías en todas partes del mundo. Era fuerte y con un aspecto seductor, con ojos negros, con barba y pelo marrón. Un día se subió a un barco que lo llevaría a una ciudad de China, después de llegar le preguntó a un mercader :- ¿Me puede indicar dónde está el zoco?. El mercader le dijo: -Siga derecho hasta esa esquina, doble a la derecha y encontrará el zoco. Kasín le dio las gracias y siguió el camino que le dijo el mercader . En el zoco vendió muchas cosas. Con lo que ganó pudo comprar una casa para unos días. Al día siguiente, Kasín después de trabajar, fue a pasear por el bosque que estaba cerca de la ciudad y encontró una cueva. Kasín entró y vio miles de tesoros maravillosos que tenían rubíes, gemas, piedras preciosas. Siguió avanzando hasta que encontró una roca resplandeciente de un hermoso color dorado. ¡Era mágica!, tenía poderes como hacer desaparecer y aparecer a un efrit.
Salió de la cueva, ya era de noche. En ese momento se cruzó con los cincuenta ladrones, que eran los más temibles de toda China, que le exigían la devolución de la maravillosa roca, pero Kasín supo que como era la cueva de los ladrones, seguramente se la habían robado a alguien. Entonces le pidió a la roca que lo llevara al puerto para ir al barco inmediatamente:- ¡Oh roca, llévame al puerto lo más rápido posible! Y en un instante llegó al puerto, pero el barco había partido. Los ladrones se acercaban, Kasín corrió a una casa cerca del puerto para esconderse. Allí vivía una joven llamada An-Kum, que significa tesoro. Era delicada, linda y amable. Kasín desesperado por esconderse, rogó:-¡Oh Alah , por favor, tú que eres poderoso, salva mi vida!. En ese momento, An-Kum abrió la puerta, dejando entrar a Kasín inmediatamente. El muchacho pudo esconderse de los ladrones y ellos por fin se fueron después de buscarlo y buscarlo. Entonces volvieron a la casa de An-Kum. De pronto se les ocurrió hacer una trampa para los ladrones. Parecían locos, ¿cómo iban a atrapar ellos solos, a los más temibles ladrones de toda China? La idea fue hacer un pozo, bien profundo con hojas y ramas para que pareciera un piso sólido y luego poner la roca en el suelo pero lejos del agujero. Al llegar la noche pusieron en marcha el plan. Los ladrones estaban robando en toda la ciudad. En la huida vieron a la majestuosa roca, entonces fueron corriendo a buscarla y cayeron en la trampa. Al día siguiente, el rey les dio medallas de oro por la ingeniosa idea. Con eso pudieron remodelar la casa de An-Kum, que ya no iba a ser más para ella sola.
Kasín siempre estuvo enamorado de An-Kum, y le pidió matrimonio. Ella aceptó, se casaron y tuvieron dos hijos varones, uno llamado Amir y el otro Huang. Y vivieron felices hasta que llegó a ellos la destructora de dulzuras, la constructora de tumbas, la muerte.
Fernando Lazarevich
El rey Yudo
H
ace muchos años en un lugar de Persia había un chico llamado Yudo. Él era el heredero de un gran Reino aunque no iba a poder ser el rey ya que había uno llamado Satino, que era muy amado por su pueblo.
Pasaron unos días y Yudo pensó.. -¡¡¡ Si soy el dueño del reino debo ir a conocerlo!!!!! Fue a ver cómo era el reino. Llegó a un lugar en el que había un sótano grande con telas, alfombras. Él se acercó y vio una caja, la abrió y encontró un cuchillo, un libro y una piedra.
Yudo pensó y dijo: -¡¡¡Que hará esta piedra!!! La piedra contestó. -¡¡¡Soy la piedra de los deseos!!!! -¿Cómo que la piedra de los deseos.? dijo Yudo . - La gente no puede creerlo, por esto no quería salir de mi caja. Soy una piedra que cumple deseos, le contestó -¡Deseo conocer a mi ídolo el genio, el sorprendente mago del Papaping! De la nada apareció en un cueva, por supuesto con la piedra. - Por Alah ¡Qué cueva extraña!. Yo me quedo acá a ver si hay alguien. -¿Hola? ¿Hola? ¿Hay alguien aquí? Piedra me trajiste a cualquier lado. Me voy, dijo Yudo. Hola, hay alguien aqu!!!!Dijo El mago del Papaping. -Hola pequeño que haces aquí en mi fabulosa cueva- dijo el Mago del Papaping . -Vine a conocerte.Te admiro mucho. Yo tengo una piedra mágica que me transportó hasta aquí. -Así que una piedra mágica ¿no ? . Sí la tengo... y la piedra ¿dónde está? Yo juro que la dejé aqui. La piedra estaba invisible y Yudo no la podía ver. ¡Por suerte! Porque si no se la mostraba al Mago de Papaping e iba a ser un gran error!!!! -Señor quiero ser su esclavo, ¿le molesta?- dijo Yudo. -Ya que lo dices no me vendría para nada mal. Sí podés serlo, con gusto y honor te nombro mi esclavo.
-Gracias no se arrepentirá nunca de esto. Pasaron varios días y el Mago de Papaping le hacía hacer cosas malas a Yudo. Le hizo hacer pociones venenosas, engañaba a todos los de su pueblo y tiró a gente desde la montaña más alta de Persia . Hasta que Yudo se cansó. _-Basta me cansé, ya no voy a ser tu esclavo nunca más. -No, no puedes dejar de ser mi esclavo.¡¡¡¡Yo te nombre mi esclavo!!!!!!Solo yo te puedo echar. Mejor dicho buena idea, te echaré. Lo llevó a la prisión de la cueva. -Hola ¿estoy yo solo? -Hola me llamo Alí Babá y en otra celda está Aladino . - Hola me ayudan por favor a salir? - Sí!! Sí!!! Y los tres se fueron a la montaña y vivieron felices por siempre.
Isabella Baylac
LA PULSERA MÁGICA
H
ace mucho tiempo en China, vivía una joven de quince años llamada Badrul-Budur. Era una persona muy seria, no hablaba mucho, era linda, su cabello era negro, tenía la piel blanca y muy suave. Badrul vivía con su familia. Pero un trágico día su padre que era comerciante de telas, se murió cuando el barco en el que viajaba se hundió en el medio del mar, dejando así como herederas de su comercio a sus hijas. Un día el príncipe Aladino pasó por el mercado, y le atrajeron demasiado las telas que vendía Badrul. Entonces se acercó al negocio de la joven, y ella observó que Aladino era hermoso y bien formado, con magnífico ojos negros, una tez de jazmín y aspecto seductor; por eso ella se enamoró de él al instante. Pero luego de que el apuesto joven comprara las telas no volvió a aparecer. Badrul desde el día en que vio al príncipe, no dejó de pensar en él en ningún instante. Tanto, que descuidó el comercio, malvendía sus telas; lo que provocó que se volvieran pobres. Una tarde una señora, llamada Doniazada de aspecto cariñoso se acercó al negocio y eligió una tela de color oro, pero desgraciadamente ella no tenía con qué pagarle. Badrul notó eso y también la tristeza que había en su rostro por eso decidió regalársela. Doniazada conmovida por ese gesto, le comenzó a contar sobre su vida; dijo que venía del Oriente y era una adivina muy famosa, pero que últimamente no tenía clientes. La joven al escuchar que era una adivina le dijo: -¡Oh Doniazada! Si usted es adivina ¿Podría revelarme mi futuro? A lo que la mujer le contestó:
-Así es jovencita, pero primero me tienes que revelar los nombres de todos los integrantes de tu familia. Entonces Badrul hizo lo que le pidió, incluyendo a su difunto padre, Kasín en la lista. Cuando la adivina, que no era la persona que aparentaba ser sino una temible bruja enemiga del papá de Badrul, oyó el nombre de su enemigo, decidió poner en marcha un macabro plan para robarle a las herederas la fortuna que su padre tenía muy oculta en las afueras. Por eso le dijo fingiendo bondad: -Bella jovencita yo sé por la crisis amorosa y económica que estás pasando y me gustaría ayudarte, ya que he notado que tienes un gran corazón lleno de bondad. Para conseguir la felicidad que deseas, tienes que traerme una pulsera llamada Shicone, que se encuentra en el antiguo palacio lejos de la ciudad. Y después concederé todos tus deseos. Badrul aceptó sin pensar los riesgos que podría correr, porque solo tenía en la cabeza a su amado príncipe. En ese instante salieron fuera de la cuidad y se detuvieron en un terreno desierto. La bruja dijo unas palabras en un raro idioma antiguo y del suelo se desprendió un palacio viejo,sucio y oscuro. -Después la bruja dijo:- Debes tocar la puerta y decir el nombre de tu padre, entonces las puertas se abrirán frente a tus ojos, entrarás y correrás. No te detengas por nada del mundo, pasarás un puente y seguirás corriendo, pasarás un pasillo de gemas, diamantes, monedas de oro, zafiros, rubíes, y muchos objetos preciosos más. Luego verás un patio de frutas ,verduras y comidas exquisitas, no te detengas, sigue corriendo cuando llegues a la parte central del palacio echa a su alrededor, aceite y luego agarra rápidamente la pulsera y metela en la bolsa. Después podrás agarrar todo lo que quieras y lo meterás en
la bolsa que tienes en tu cintura y tu amor vendrá a buscarte en la noche. Pero lo que Badrul no sabía era que la bruja, quería esa pulsera, para destruir a todo el mundo. Los únicos que sabían de esta poderosa pulsera eran Kasín, su padre y Huan, su hermana pequeña que era muy inteligente y astuta. La joven entró al palacio y siguió todas las instrucciones de la malvada bruja, pero cuando estaba saliendo con las joyas en su bolso y la maravillosa pulsera, apareció Huan quien había entrado por la parte trasera. Ella conocía el palacio a la perfección y también sabía del poder de Shicone el cual, si caía en manos de una persona malvada podría oscurecer el mundo para siempre. Por eso la niña le dijo a su hermana todo lo que estaba pasando y las dos juntas idearon un plan para acabar con la bruja. Badrul fingió salir con la pulsera pero en realidad se la había quedado Huan, en su lugar habían puesto otra pulsera igual de poderosa pero que encerraba a las personas de oscuro corazón dentro de ella, entonces cuando la bruja tocó la pulsera fue absorbida por esta, y nunca más volvió a aparecer. En cuanto a los deseos de Badrul, se hicieron realidad ya que Shicone se los concedió.
Kariné Gutiérrez
Amira y el zafiro mágico
H
ace muchísimos años, en una pequeña ciudad de Persia vivía una jovencita llamada Amira. Ella era una princesa alegre, tenía una cabellera muy larga, unos hermosos ojos marrones y la piel color canela.
La joven vivía con su mamá Anisa y su hermana Raissa. Su padre era un mercader muy rico que viajaba por muchos lugares, hasta que de uno de esos viajes no regresó a causa de su fallecimiento. Anisa guardó el secreto durante muchos años. Hasta que un día, Amira le preguntó a su madre por qué su padre no había regresado aún. Anisa con lágrimas en los ojos le dijo:-¡Oh, hija mía! Tu padre no regresará nunca de su viaje porque ha fallecido. Amira ante semejante noticia, salió corriendo hasta un bosque alejado de la ciudad. Enojada con su madre por guardar el secreto, decidió no volver esa noche a su casa. Mientras iba caminando aturdida por el dolor, cayó en un pozo y descubrió una cueva. Comenzó a caminar para investigar si era posible encontrar una salida. Lejos de encontrarla, se topó con una roca de color azul. Quedó maravillada por su color brillante. Luego notó un agujero en la roca. Temerosa, metió su mano y encontró un zafiro hermoso acompañado con una escritura en las paredes de la roca que decía: “1,2,3 si dices lo que corresponde, saldré”. Ella probó con esas palabras pero no obtuvo respuesta. Lejos de desistir, siguió buscando hasta que se dio cuenta de que en una de las paredes de la cueva había unas escrituras en otro idioma. Día tras día, trató de descifrar lo que decía, hasta que en un momento se acordó que su padre le había enseñado unas pocas frases en ese idioma. Concentrada en el zafiro pronunció las siguientes palabras: – Brilla, brilla y la diosa saldrá.
En ese momento el zafiro comenzó a temblar y brillar con un azul intenso. Ante el asombro de Amira, una pequeña mujer salió del zafiro y le dijo: - Te voy a conceder un solo deseo y no debes desaprovecharlo porque no habrá otra oportunidad. Amira, inmóvil, no podía creer lo que veía y escuchaba. Como no contestaba, la pequeña diosa volvió a repetirle: - Te voy a conceder... Amira la interrumpió y le dijo: –¡ Ya escuché! Es que no sé qué pedir. -No tienes mucho tiempo porque ya está oscureciendo y solo puedo concederte el deseo mientras está el sol. Entonces Amira pensó un instante y le dijo:- Quiero salir de esta cueva, regresar con mi madre y mi hermana. En ese instante el zafiro brillo intensamente y por el resplandor Amira se cubrió los ojos con sus manos. Instantáneamente la diosa había desaparecido y ella estaba parada en la entrada de su casa. Al darse cuenta dónde se hallaba, entró corriendo y abrazó a su madre y le dijo: - No vas a creer cuando te cuente lo que me sucedió. Su madre la abrazó y con la voz entrecortada dijo: -Tenemos mucho tiempo para conversar. Entre llantos y risas Amira le contó su experiencia en la cueva. Y desde ese día volvieron a ser la familia feliz que eran. Laura Guiñazú
AZAD Y MORGANA
H
ace muchos años, en un lugar lejano de Oriente, un chico llamado Azad que era el primo de Alí Babá escuchó un grito. Era Morgana, su esposa, que gritaba: - ¡AZAD, AZAD, DESAPARECIÓ TU PRIMO! - ¿Qué pasó con Alí Babá – preguntó y ella le respondió: - Tomó un polvo y ¡PUF! Desapareció. Morgana dijo: - Nos comeremos el polvo que quedó y así encontraremos a Alí Babá. De repente descubrieron que se encontraban en una montaña en que estaban los temibles, los horrorosos LOBOS DE LA NIEVE que eran los animales más espantosos y peligrosos del mundo. Quienes tenían secuestrado a Alí Babá al que querían como cena porque en ese mundo no había nada. Se escuchaba ¡AUXILIO, QUE ALGUIEN ME RESCATE ! Y Morgana dijo: – Es Alí Babá porque es el único en este lugar ¡APARTE DE ESOS LOBOS !
- Ahhhhhhhhhhhh, - se escuchó a los lobos que fueron corriendo para comerse a Morgana y a Azad, pero la astuta Morgana, mientras el joven los distraía, fue a rescatar a Alí Babá para tomarse el poquito de polvo que quedaba y volver a Persia donde ellos habitaban en ese tiempo y vivieron felices para siempre.
Lucas Baylac
Kasín y el tesoro
H
abía una vez, en un reino lejano, un niño que vivía con su padre. Al rey no le gustaba compartir su tesoro, era muy egoísta y solitario. Su hijo, llamado Kasín, cansado de esta situación, decidió escaparse a otra ciudad robándole parte del tesoro a su padre. Kasín tenía un plan, mientras el rey dormía, tomaría el dinero y se marcharía con su caballo. Como todas las noches, el rey saludó al niño antes de acostarse y se fue a su dormitorio. Pasadas unas horas, Kasín decidió entrar a la bóveda, tomó parte del tesoro, pero justo antes de huir se tropezó. Al escuchar los ruidos, el rey se levantó y descubrió a su hijo con su dinero y decepcionado ordenó que lo mandaran a la cárcel. En los días de prisión, Kasín se hizo amigo de un hechicero, a quien le contó lo que le había sucedido. El hechicero prometió ayudarlo y él le entregó a cambio una parte del tesoro. Le enseñó unas palabras mágicas y al decirlas el niño y su nuevo amigo aparecieron en el castillo. Juntos lograron llevarse parte del tesoro del rey y subidos a sus caballos se escaparon en búsqueda de nuevas aventuras.
Nehuen Mari
Lafit y el pájaro gigante
H
e llegado a saber ¡oh rey afortunado! de un joven llamado Lafít. Te contaré su historia para satisfacer tu deseo de escuchar un relato más, el último según tu promesa.
En la antigua Persia en un año que no recuerdo en este momento, vivía con su madre un niño llamado Lafít. Pasaron los años y cuando el joven cumplió los 18 años, su madre enfermó. Él muy preocupado y al mismo tiempo triste buscó un doctor que le diera un remedio que curara a su madre, pero al decirle cuánto costaba, supo de inmediato que no podría pagar tal brebaje. Angustiado y con los ojos llenos de lágrimas el joven no sabía qué hacer. A la siguiente mañana se dirigió al zoco a hacer las compras y vio un cartel que decía:
SE BUSCA AVE GIGANTE. SU NOMBRE ES ROC. RECOMPENSO A QUIEN LA MATE Y me la devuelva con 200 dinares. Al ver aquel cartel, Lafit supo que era lo único que podría hacer para conseguir el remedio. A la mañana siguiente armó una bolsa con pan y leche y se marchó rumbo al bosque para encontrar a Roc. En el bosque Lafít se encontró con un león al que le brillaba la panza. El muchacho sacó su cuchillo lentamente y con un movimiento rápido le abrió el estómago al felino y adentro de su panza había una bolsa pequeña y mágica.
Lafít metió su mano allí adentro y sacó justo lo que estaba esperando, una daga para poder matar al ave. Siguió caminando hasta que oscureció y el frío se hizo parte de su cuerpo. Encontró una pequeña cueva donde pasó la noche y al amanecer se fue a caminar otra vez por el bosque. Pasaron las horas y de repente se encontró rodeado de muchos animales, entre ellos el más grande, Roc. Lafít muy atemorizado no sabía qué hacer hasta que de repente apareció una chica que lo ayudó a luchar contra los animales. Roc logró escapar, los otros no tuvieron la misma suerte. Luego de pelear, Lafit le agradeció a la doncella que se presentó con el nombre de Zafira. Ella le dijo – Es riesgoso caminar por el bosque cuando no lo conoces -. Lafit le respondió: – Tu valentía me ha ayudado mucho y me pondría muy contento si me acompañaras por el viaje. La muchacha aceptó y Lafít le contó lo de la bolsa que había encontrado en la panza del león y por qué estaba en busca de Roc. Caminaron todo el día hasta toparse con la cueva del animal. Entraron al oscuro lugar y ahí sentado en un nido gigante estaba Roc prestando atención al más mínimo ruido. Pero por suerte cuando Lafit y Zafira entraron, Roc se quedó dormido. En puntas de pie subieron hasta el gran nido y alzando su cuchillo el joven descuartizó a esa cruel ave. Al cabo de dos días, Lafit y Zafira llegaron a la casa del hombre que había puesto el cartel. El señor, llamado Adel le agradeció a Lafit y colgó la piel del ave y le dio la recompensa. Lafit le agarró la mano a Zafira y salió disparado para su casa. Llamó al doctor y le pidió que le diera las gotas medicinales.
Se las dio a la madre para que las tomara y luego de cinco horas pudo levantarse de la cama. El muchacho más feliz que nunca abrazó a la joven y le agradeció y se despidió de ella hasta la puerta y se abrazó con su mamá. -Oh, Rey mío! Ya he cumplido con mi promesa. Te suplico que cumplas con la tuya. Te diré mi deseo y te suplico que me lo concedas. Estos tres años que he estado contando cuentos, hemos tenido tres hermosos hijos. No me mates, por favor. -Oh Sherezade, amada mía, no te mataré.
Renata Pairetti
Las aventuras de Amir
H
abía una vez en una ciudad de China, un chico llamado Amir, de tan solo 16 años. Era alto flaco y astuto. Un día le había robado a un asesino, un rubí muy valioso, del
tamaño de una mano que tenía mucho poder. Amir, que no tenía familia, según él pensaba, fue abandonado tras la muerte de sus padres por su tío un día de furia. Desde allí, que Amir comenzó a buscar a su tío. Con la ayuda del rubí se dirigió a un pueblo donde tenía su guarida y en la que había un chico de 15 años llamado Aladino. Como Amir era un viejo amigo le regaló una lámpara mágica diciéndole: – Oh, mi viejo amigo Amir, te doy esta lámpara mágica ya que estoy felizmente casado y no necesito nada más. - Gracias Aladino- dijo Amir. En su guarida Amir desató al poderoso Efrit de la lámpara y pronunció un deseo: - ¡Oh poderoso efrit de la lámpara, quiero que me muestres dónde está mi tío. Y antes de que el efrit le concediera su deseo el asesino apareció de la nada y logró con su espada oscura cortar la lámpara mágica. El efrit antes de desaparecer tocó el rubí con su mano y luego desapareció. Amir corrió y corrió hasta que llegó a la salida. Entonces escapó de la guarida y al accionar una trampa oculta la guarida se derrumbó.
-¡NOOOOO!- gritó el asesino y quedó encerrado en la guarida. Amir se cayó al piso y al rubí se le rompió una punta que era el final del mapa. A lo lejos vio el pedacito del rubí con la inscripción “PER” y “R”. Pero estaba partida en dos. Amir quería recoger el otro pedacito pero empezó a escuchar golpes fuertes de adentro de la cueva. Era el asesino. Entonces huyó. En su búsqueda Amir pasó por muchas ciudades de China. Cansado y a punto de rendirse se sentó en un banco que se encontraba afuera de una mansión y conoció a un viajero llamado Simbad, el marino. -Oh joven viajero Amir, he realizado múltiples aventuras y ahora soy un mayordomo. No debes rendirte a las aventuras porque las recompensas son lo que cuentan- le dijo Simbad el marino. -Gracias por enseñarme esa lección. Hasta luego Simbad el marinodijo Amir y luego se fue a toda velocidad hacia Persia. Una vez allí, un anciano le gritó: -¡ALTO!- y le ofreció agua a cambio del rubí. Amir sabiendo que era una mala idea pensó: -¿Por qué no dárselo si ya sé cuál es el destino? Entonces decidió entregárselo y el anciano lo puso en una cascada y de ahí salió Kataiun, una diosa inmortal que Alah ha bendecido ya que tenía 7041 años. Ella dijo: -Oh poderoso amo, yo cumpliré tu deseo más deseado. Amir decidió esperar para pedir el deseo.
Luego llegó a otro pueblo en Persia en el que había gente festejando y gritando: -¡QUE VIVA EL REY! -Amir quería saber quién era ese rey. De repente apareció nuevamente el asesino que lo había perseguido hasta allí y estaba listo para llevar a cabo su venganza. El asesino sacó su espada oscura y trató de asesinar a Amir pero Kataiun sacó una corona mágica creando un campo de fuerza para protegerlo. Apenas la espada oscura del asesino tocó el campo de fuerza, se partió en dos. Luego Amir con su corona mágica sacó un rayo y convirtió al asesino en una estatua guardiana para proteger tanto al pueblo como el castillo. El rey vio a Amir y gritó: -¡OH ALAH! GRACIAS POR TRAERME DEVUELTA A MI SOBRINO! Y Amir se quedó a vivir en el palacio. Mientras Kataiun cuidó a los hijos de Sherezade y Shariar por siempre.
Santiago Pereira
Adel y su amatista mágica
-Oh rey afortunado!, en esta última noche de historias te cuento que en la ciudad de Persia llamada Persépolis había un niño llamado Adel que vivía con su padre Muti y su abuelo Alím.. Él era un hombre muy obediente, como lo dice su nombre.
S
u abuelo que era un faquín tuvo que viajar a una ciudad muy lejana a buscar mercadería importada para unos clientes ricos. Luego de unos días a Muti le llegó la noticia inesperada, había muerto su padre. Estaba destrozado por la tristeza. Lo que más le apenaba era darle la noticia a su querido hijo ya que para Adel, su abuelo era una persona muy pero muy importante. Cuando Muti llegó a su casa, su hijo fue rápidamente a llevarle un vaso de agua fría, se detuvo frente a su padre y le preguntó: -¿Querido padre por qué estás tan triste? – su padre se cayó al piso llorando y le dijo -Oh ,¡hijo mío! Lamento decirte que tu abuelo ha fallecido . El niño no dijo ninguna palabra y se fue corriendo al bosque, sin querer entró a una cueva inmensa, oscura, antigua y en el fondo había un cofre dorado con un candado que era imposible de abrir, Adel se acercó e intentó abrirlo de todas formas, como no pudo decidió regresar a su hogar, pero al irse se le pegó un papel en la mano que no se podía quitar. Entonces lo leyó en voz alta y decía : -Oh! Magnifico niño, nieto del gran Alím, te esperábamos aquí en la cueva todos nosotros, repite estas palabras mágicas que abrirá el candado “ ¡Ábrete centeno !” Adel pensaba: ¿cómo conocen a mi abuelo?, ¿cómo es posible que sepan que yo soy su nieto ? , ¿ alguien más estará en esta oscura y temeraria cueva?. El pequeño niño tomó coraje y fue corriendo hacia el cofre y dijo ¡Ábrete centeno! - No sucedió nada. Decepcionado se estaba por ir a su
hogar , pero en el momento menos esperado vio una luz muy fuerte y el cofre se abrió, se asomó y vio una amatista preciosa, con ese color violeta fuerte, brillante, muy hermosa , y dijo: -¡Increíble , es una amatista hermosa tan brillante que me hace doler los ojos , nunca he visto una de estas! Adel guardó la amatista en su bolsillo y salió corriendo a su casa. Entró y allí estaba su padre, sentado al costado de la puerta muy nervioso. El niño dijo: – Querido padre, por la mala noticia he salido a caminar por el bosque para pensar y me encontré esta... Se calló, no quiso terminar su oración por miedo de mostrársela y que él quisiera venderla o sacársela y el padre le dijo: - ¿Qué encontraste hijo mío? -Nada solo me confundí padre. Al día siguiente Adel al amanecer le dijo a su padre:
Iré a dar un paseo, tardaré- y se fue corriendo en dirección al bosque. Cuando llegó desprendió su saco y agarró la amatista y comenzó a mirarla atentamente preguntándose, ¿qué haré con una cosa tan valiosa ? Después de un rato largo levantó la mirada y vio a un anciano con barba larga, un saco muy largo que le llegaba a los pies, unos anteojos redondos y sucios, el cabello le llegaba a los codos. Tenía unos zapatos que daban una vuelta en la punta y su estatura era muy alta . Adel lo vio y lo ignoró , pasó otra vez y le hizo un guiño rápido, al rato volvió a pasar , y le dijo: -¡Hola pequeño!- El niño se asustó e iba a gritar pero el anciano dijo: -Antes de que grites voy a decir que me gusta mucho tu amatista ¿cuánto quieres por ella? Y le respondió: -Mmmm.... no lo sé. Comida... - dijo dudando
-Antes de que te dé un banquete en mi palacio hoy a la noche quiero que me des la piedra ya – y cuando se la iba a entregar alguien le tiró una roca a Adel en la mano y se le cayó su amatista. Al mirar quien le había
lanzado eso, llegó corriendo una chica muy linda, de cabello rubio, atado con una coleta que llegaba a sus hombros con bucles en las puntas, ojos celestes muy claros, sus uñas eran color lila hermoso y corría con mucha delicadeza . Adel la vio y se quedó hipnotizado hasta que el anciano gritó Ambar ¿qué crees que haces ? Y la chica le respondió: - Intento que no le quites la... ya sabes – dijo disimuladamente Y al anciano se le escapó -No ves que con eso tendremos lo que queramos. Solo quería engañarlo para que me dijera cómo activar sus poderes – Hubo un silencio que duró mucho hasta que Adel salió corriendo escondiendo nuevamente la amatista en su saco. El mago le dijo: -Persíguelo, hazte su amiga y luego insístele que te diga todo. Ella fue a seguirlo y cuando lo alcanzó le dijo: -Yo tendría que sacarte la amatista pero no lo haré porque soy una buena persona. No como mi padre – dijo frunciendo el ceño y Adel le preguntó: - ¿¡Es tu padre?! -En realidad no, pero nos adoptó a mi hermana y a mí – respondió la joven. - ¿Te llamas Ambar verdad?- Sí, Adel verdad? - Sí , ¿pero cómo lo sabes? -Lo sé por tu abuelo - Ah? - No importa eso ahora, debes irte ya con la amatista porque mi padre es capaz de hacer cualquier cosa por obtenerla. Con mi hermana Lina, lo arreglaremos todo Adel se fue corriendo a su casa, le contó todo a su padre y se fueron inmediatamente a la casa de su tío y le preguntó de dónde el anciano conocía a su abuelo.
-Todo comenzó cuando tu abuelo encontró esa piedra – le comentó el padre. -Entonces sabías lo de la piedra – respondió el joven. - Sí, lo sabia, como te contaba , luego de encontrar esa amatista él tenía mucha sed entonces deseó beber agua y la piedra se lo cumplió. Entonces siguió pidiendo cosas y cosas hasta que cuando fue a dar un paseo, ese anciano le dijo que lo había seguido desde que tenia esa piedra y lo convenció de dársela. Tu abuelo se la dio por 500 monedas de oro y luego el mago la escondió en esa cueva por años para descubrir cuáles eran las palabras que la activaban. El pequeño se quedó asombrado y preguntó: -¿Ese anciano es peligroso?- Sí , lo es, con su magia Entonces le respondió: -¡Oh no!, dejé que Ambar se arriesgara por mí, regresaré! Al ir se encontró con el anciano y le dijo -¡Dame ya esa roca ! ¿Dónde están Ambar y Lina? -Eso no importa Pero la hermana de Ambar llegó y le dijo: - Lo que lo puede vencer es reflejarlo en un espejo diciendo: ¡desaparece! Ambar llegó y gritó - ¡Toma!- y le lanzó un espejo antiguo. Adel hizo todo y el anciano desapareció. Todos festejaron felices porque Adel se quedó con su tesoro y porque las hermanas no obedecerían más a ese maligno anciano.
Valentina BosĂąac
LAS AVENTURAS DE KASIN Hace muchos años, en las lejanas tierras de Oriente vivía un hombre llamado Kasin. Era flaco, de baja estatura y sus ojos eran marrones. Un día el rey Shariar decidió cerrar el zoco en el que él trabajaba, lo que hizo que Kasin se enojara mucho. Entonces planeó durante mucho años su venganza. Hasta que un día se le ocurrió una idea: -Voy a hacer explotar el palacio del rey. Finalmente llegó el día de poner dinamita en el castillo pero había muchos guardias de seguridad que le impidieron pasar porque descubrieron que tenía explosivos. A la semana siguiente le pidió ayuda a Doniazada que tenía un reloj que hacía que la dinamita explotara sola. Después de unos días fueron al castillo y entraron por una ventana que no era muy alta, pusieron explosivos abajo de las camas y abajo de algunos muebles que impedían ver la dinamita. Ese día por la noche, Kasín logró su venganza, cuando el reloj mágico hizo volar el castillo. FIN
Victoria Hegoburu