Desahucios en el Paraíso de Begoña Leonardo

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PRÓLOGO Siempre persiguiendo una palabra, la que abre las heridas. Y tras ella, el abismo. A veces no puedo más, camino por el filo, en él me muevo. Si no encuentro la palabra que me limpie, caigo por la pendiente oscura. Allí admiro las rocas que se suicidan, no sé si alcanzan otra vida en la fragmentación del rodar, las veo, las sigo, con ellas me voy. Fui la hembra desahuciada (…)/ la que arrastrándose todavía/ precipita piedras/ para que vengan y se sacien. En este precipicio ya no existen los contrastes, de ellos, cuando tenía palabras, vivía, ahora languidezco y me extingo. lo que queda arde/ lo que pide pan/ está muerto Nunca cuadran las cuentas en mi cabeza, quizá, a veces pienso, sea así la vida, una lucha de contrarios donde nunca nadie gana, a veces estar siempre en lucha es un equilibrio, equilibrio ficticio; tropiezo con cadáveres autómatas que repiten una consigna, robots sin carne que no pueden aspirar a ser zombificados por el anticristo... repiten una consigna, sí: “mi palabra lucha contra este sistema: ¡cómprala!” … conté piedras/ pisadas/ muertos... Todos los muertos tienen prisa en la cola del parnaso-crematorio. Es cuando surgen los poetas de la urgencia - escribo esto entre las sirenas, todos son sirenas últimamente, y los gritos de las mujeres de los mineros que sólo reclaman pan, aún negro - Hay que triunfar. Aquí triunfar significa vender-se, que otros te digan, con cifras equivalentes a dinero, lo que no eres capaz de decirte a ti mismo. El verdadero triunfo lo es frente a uno mismo: conocer-se. El virus neoliberal zombifica. Todo se compra, todos se venden... menos los que no existen. Y los que no vivimos en la apariencia, no existimos aquí. Aun así, todos creemos vivir una aventura y nuestra vida se pierde entre las bambalinas de cada reinvención, sólo somos el momento en el que el dedo cambia la imagen en la pantalla... otro disfraz que nadie ha de recordar. Y las mentiras/ se instalaron irremediablemente.

Prefiero los días de niebla, no olvidar nunca que si sufro estoy vivo... aborrezco las sonrisas de pastillas, las sonrisas que sólo creen ser si pisan a otro, las sonrisas de psicólogo. Lo que veo aquí me da pena, lacha, asco. Si te quedas/ saca pecho. Aquí nadie entiende nada y sólo prima el vender algo. Y mis palabras nacen de mi fango, donde se atascan, me pudren y caigo enfermo... no lo sé... no encuentro interlocutor y me aburre ya el monólogo del comercial abducido. Me apagué/ y me abrazó la soledad infinita. Los que hurgan en nuestra basura viven en ese momento oscuro que obviamos. La enantiodromia está hecha: la luz es oscuridad y de la oscuridad surgiremos con antorchas para quemar este parnaso y esparcir sus cenizas. Y los tiempos de las palabras son la


letra pequeña de un desahucio. La que no te interesa al mirar siempre hacia otro lado: hacia la letra grande de tu ombligo, engañándote al fingir que todavía lo habitas. Leyendo a Begoña Leonardo pienso que, al igual que ella, no despertaré en el paraíso. Abomino de este tinglado, este escenario endeble sin patíbulo real envuelto en neones donde declaman los poetas-receta, los que se sueñan con una cátedra en el parnaso, y amoldan sus versos al vademécum de tal o cual orientación política como quien olfatea el viento favorable, aun en la aparente disidencia. Son versos-máscara que nada dicen a los que somos conscientes de la herida del vacío, la que subyace a lo que hoy se desploma. Sus palabras son escombros, imagen rota. Adictos que esperan siempre un milagro que venga de fuera, que alguien llegue y restañe las grietas, pero obvian que esta sociedad es como un zoom digital que simula rellenar los píxeles de una imagen rota. Y así, difuminándonos, huimos del desgarro y nos mimetizamos en la negación, tomamos la píldora del olvido, nos enrocamos, reyes en la torre de nuestro ego, intentando olvidar que formamos parte de un todo fractal y que un movimiento nuestro, lo puede cambiar todo... y una omisión, la de nosotros mismos, lo aboca todo al derrumbe. Sus versos nos adocenan, nos hacen pasivos, nos mostramos con lordosis, con el culo expuesto, lo exponemos nosotros... demasiado fácil. Son máquinas/ no tienen razones/ son verdugos,/ no simpatizan/ no empatizan/ no tienen sangre/ ni verdades...

Por ello, prefiero la lucha, primero interna, y los poetas que construyen desde dentro, aunque dentro sólo encontremos oscuridad y vacío, un llanto desconsolado, las grietas del alma por donde se escurrió la fe, desnudos y fríos, abandonados en el desahucio, rodeados de mierda y desierto llagado. Sólo hemos de comprender que son los mejores materiales para la construcción: bosta y arcilla: el adobe. Sácame de aquí/ llévame donde no me alcance/ donde no me piense/ líbrame de mí...

Me cuentan que en un prólogo debería exponer las virtudes estilísticas del poemario, dar un ligera orientación panegírica para que el "consumidor" sienta la pulsión de “poseer” la poesía. Diseccionar racionalmente para que lo degluta... y lo olvide. Begoña, no busca ese lector de estadística, el afín a los poetas-recetas que les dice lo que quieren oír y, así, sentirse rebeldes, pero no incómodos en la quietud de su refugio. No, la poesía de Begoña duele, remueve, te hunde en los abismos, te enfrenta con la sombra, te saca a las calles donde viven sus versos, buscando Sol entre las sombras, te muestra la herida y entre sus palabras naces al sangrar, al sentir que regresa la fuerza a tus brazos, que todavía queda algo en ti que quiere luchar. Cuéntame (...)/ qué te corre por las venas

Me cuesta mucho escribir sobre este poemario. Y eso es bueno. Pues entre sus versos me siento reconocido. Tenemos un imaginario, un pozo negro que nos impele a escribir, muy similar. En algún momento hubiese deseado que pasasen las hojas sin subrayar nada, sin anotar en sus márgenes cientos de ideas, miles de caminos comunes que se ramifican y


fructifican en el silencio. Hubiese sido más fácil un poeta del que rescatas unos pocos versos, una idea que decoras y ya tienes el prólogo. Pero no, no lo quiero y no mentiría al rechazar ese honor: no me gusta mentir. Ya sólo busco ese algo que debería estar en todo Arte pero que se ha perdido como se ha perdido el significado de las palabras. Ese algo que llama a la emoción, que proviene del verbo latino emovere: retirar, desalojar de un sitio, y que me saca de la postración habitual, me desahucia del inmovilismo. Así son los versos de Begoña. Por eso me cuesta escribir sobre ellos. Pues cierro los ojos y, al asimilarlos, mi cabeza se pierde feliz a la par que mis hormonas bullen, y entre el sosiego y el desasosiego me siento vivo, con ganas de liarla... Y sólo puedo contarte lo que hierve en mis venas. Por eso no puedo leer este poemario de manera racional, pues la poesía de Begoña no llama en mí a esa parte que los tiempos disocian, y esa es la característica que nunca debería perder la Poesía y, sin embargo, nos encontramos a menudo con gente que se autodenomina “poeta” y es sólo una máscara que ha extirpado de sí la conciencia, pues sin Conciencia no existe la Poesía. Y lo que hierve en mis venas es la lucha primordial que libramos los seres humanos desde que somos conscientes, tenemos conciencia de que podemos llegar a Ser. Lucha que es el fin en sí mismo de la vida. Lucha en principio interna, la más dura, ajena a los paraísos que, en el cruce de caminos de nuestra vida, levantan los que intentan que no Seamos, que no tengamos opinión nacida de nosotros... en la simbología del Blues, es allí donde se aparece el Diablo y, a cambio de lo único que poseemos, nuestra Alma: nuestra Dignidad: nuestra Conciencia, nos ofrece el camino fácil, el social. Todos los días vemos cómo la gente se va vendiendo, en aras de no trascender y supuestamente sobrevivir dentro de un sistema... y para ello, castran de sí la parte más importante, la que más dolía, lo que somos, lo que realmente somos sin máscaras. Y nacen las mentiras al saldar nuestro pensamiento al impuesto. Y comienzan a intentar utilizar, vender, traficar y exterminar a quienes todavía son algo por ellos mismos, tienen Conciencia. Yo también estoy sola/ yo tampoco tengo/yo caigo/ tiemblo/ toso/ me orino/ vomito/ y me sujeto la cabeza.

Los que intentamos hollar nuestro propio camino, tener una opinión propia, puede que sea ese cuarto camino, el interno, que describieron Gurdjieff y Ouspenski, el camino más duro, pues hay que recorrerlo en soledad, contra uno mismo, donde el retroceso es avance, y crecemos al deconstruir nuestros miedos, pues ellos son las metáforas del silencio en nuestro vacío, las que nos acotan y nos han impedido recorrer el sendero de la Libertad, ser nosotros mismos, ese camino que ha sido glosado en todas las epopeyas, las leyendas, la literatura de todos los tiempos... Sácame de aquí/ llévame donde no me alcance/ donde no me piense/ líbrame de mí... esa lucha contra el monstruo interior, el dragón al que hay que vencer, el Minotauro, ajeno a los cantos de sirenas con los que intenta encandilarnos esta sociedad del desahucio, “el camino del Hombre Astuto porque aquel que lo emprende aprovecha sus defectos y emociones negativas para favorecer su avance”, según nos dice Osvaldo García, traductor de Mouravieff.


Tengo la garganta prieta/ el estómago/ inquilino en un cuerpo diabólico/ tengo próximos y oscuros pensamientos/ tengo suicidios recordatorio/ bajo secreto.

Como dice Gustav Meyrink, lo contrario de lo que hace la gran mayoría suele ser lo correcto. Y la gran mayoría intenta adaptarse a la vereda pastoreada que les lleva, hacia el fin. Y mientras unos pocos buscan dentro de sí la concordia de sus contrarios, los más caminan disociados. En todas partes veo veletas de ejes rotos con vidas de cometas, drones sin combustible propio que oscilan según el viento... astillas disociadas que compran prótesis sociales después de vender su vida al viento favorable... ese que no es el mejor postor hoy en día. Le miras,/ y no ves a nadie./ Su silencio le evidencia/ y se enreda en las pestañas/ una sombra de olor a muerto,/a fin/ a tierra que se pudre ante cualquier avance… Quien ha extirpado de sí su vida, necesita una máscara tras otra... Las palabras se han vaciado, han perdido su simbología, nos pensamos dioses y somos borregos, por eso necesitamos una máscara un avatar que nos de una imagen ante el espejo social, nos soñamos únicos y exclusivos, pero buscamos el aplauso de los demás... aparentes aun en la desgracia, en estado de revista ante el fascismo social... pero cada vez que sentimos la mordida de la soledad nos hundimos en nuestro vacío, allí donde algo nos gasea... y no puede ser... en vez de abrirnos, estudiarnos e ir al origen del problema -y aprovechar para ventilarnos-, nos proveemos de apósitos, pegatinas, stickers, máscaras que soslayan nuestro vacío, pastillas que nos idiotizan pues esa es la moda impuesta por el régimen militar -allí donde eres un dios prescindible-, seguimos encerrados en nuestra burbuja, lanzamos mensajes egotistas que contienen la supuesta verdad de un sufrimiento que no queremos ver ni asimilar, pues nos pensamos los más sufrientes de un universo que se ha conjurado contra nosotros. Y te entran unas ganas de gritar feroces,/ de quitarle la careta/ de perder la paciencia/ la educación/ la compostura./ Y te invade una locura superlativa/ una rabia amarilla que creías curada. Avatares, dioses egotistas que se pudren en un reflejo sin origen: lo que hoy somos: meros cromos, disociados de sí mismos, que han de inventarse una biografía. Cromos que necesitan de un pegamento social, sin empatía, para adherirse a cualquier sitio y así alimentar su ego de él... o dejarle toda la mierda que se desborda, ya sea ésta virtual... o no. Así estamos, pastoreados por psicópatas, seres disociados que han vaciado las palabras, las han prostituido, y éstas han perdido su simbología. Pues el símbolo une, esa es su definición, y así la palabra adquiría entidad y era por sí misma,, pues estaba dentro de nosotros. Pero las palabras, en boca de los psicópatas, son meros avatares disociados, /los marginales,/ vivimos del trasplante/ de las pocas letras no muertas/... Es la simulación, la mentira que el rebaño adopta como su verdad, lo socialmente correcto, la opinión mayoritaria, la Espiral del Silencio, espiral que cae, como el agua arremolinada que sume el sifón del retrete, allí por donde nos vamos a su paraíso. Es el lenguaje del fascismo, su libertad con cadenas.


Sorteas los obstáculos de perlas envenenadas/ adornos mortíferos/ que pretenden abortar el aire que respiras./ Y aprendes deprisa/ que la sonrisa que despliega/ extiende la mugre/ que pretende tapar/matar la belleza. La deriva, la búsqueda de la esencia, no tiene cabida en este mundo sin dimensiones. El mundo de los psicópatas carentes de empatía, que saben ponerse la máscara social adecuada. Los veo todos los días en mi trabajo como escritor, Detective Privado, investigo detrás de su máscara social, observo sus miedos, sus deficiencias, cómo las disimulan con dinero, seres que han matado una parte de sí, y sólo han desarrollado la parte inoculada por el virus neoliberal, son los triunfadores, el modelo, los que crean opinión y copan los medios, los más capacitados según el sistema adocenante, los que han sajado de sí la emoción, la vida, los que odian a quienes están vivos. Seres fríos, sin sangre. Como sabes de su acento/ distingues a un miserable,/ un cobarde que se esconde/ que no tiene nada dentro,/ más que mierda.

Leyendo a Begoña hago mías estas palabras escuchadas a Enric Durán: Prefiero una libertad peligrosa que una servidumbre tranquila. Es una de las ideas que recorre el libro. La lucha que nace del desgarro, lucha de contrarios en los fueros internos, lucha alquímica y vital, el camino del guerrero entre luces y sombras, entre la sumisión que se generaliza y adocena... y la soledad del que se rebela y lucha por su identidad, su nombre, su conciencia. Lucha contra el doble, la sombra y sus látigos de cicatrices y miedos. Las cadenas nos las ponemos nosotros. Somos algunos los que no queremos este paraíso de vallas

electrificadas

donde

intentan

pastorearnos,

paraíso

autobuscado

en

la

indiferencia, plagado de miedos y desamparadas individualidades, germen del fascismo. Trabajadores sin rostro se aproximan/ ellos fueron los primeros emisarios/ ahora cómplices/ mañana verdugos. La lucha nace de la coherencia entre el pensamiento y los actos. Cruce de caminos primigenio en donde se queda la gran mayoría de la gente. Sus versos reflejan la tensión, el intento de rebelarse o adaptarse a la esclavitud que hace demasiada gente poniéndose cadenas, quitándose libertades, intentando fijar posiciones en este mundo neoliberal fascistoide, sin cuestionarse y por ende, sin cuestionar nada. Seré como ellos/ con los sonidos secuestrados/ violada por escombros/ alimañas de clase/ y otras, de ésas,/ que organizan crímenes/ que justifican los desahucios... Mundo aséptico en donde nos autocastramos, nos volvemos máquinas, verdugos, sin sangre ni verdades ni mentiras, así nos dice la poeta. Donde sufrimos eso que se llama: Disonancia Cognitiva, cuando nos forzamos a hacer lo contrario de lo que en origen sentimos. La lucha interna por ser coherente que engrandece los versos de Begoña. Lucha que todos tenemos, que nos vence cuando sajamos los sueños al dejar que nos gobiernen los miedos, al pedir cadenas que cerquen la inseguridad, al cerrar los ojos, las mentes, las bocas, bajar los brazos, ser siervos ante el hambre física y moral, el hambre de nosotros mismos. Me costará mucho/ es muy difícil/ cuando la libertad/ está tatuada/en el alma.


Albert Camus afirmó, a mediados del siglo pasado, que “la verdadera pasión del siglo XX es la servidumbre”. Y tenía razón. Aunque en el siglo XXI, esa servidumbre que implica una cierta contraprestación, aún sobre el papel -léase derechos, convenios-, se ha tornado en sumisión. Así asistimos a un desfile de acontecimientos que giran alrededor de nuestro ombligo y que, mientras no nos afecten directamente, obviamos. Nos hemos programado para olvidar. Nos hemos rendido sin luchar. Cuando se nos cayó a los pies/ la esperanza/ perpetró la melodía/ de la rendición. Nos quieren pobres, sin más anhelo que el pan de su caridad, ese pan suyo de cada día: Mentiré al pan nuestro de cada día/ porque el dolor nuestro de cada día/ no se acaba nunca... sin pensar, sin educación, sin cuestionar nada, deslumbrados por el decorado de neones, el sepulcro blanqueado de Las Vegas, juego y servilismo sexual, así nos quieren.. Me pondré/ unas cadenas/ tan bonitas/ como las que llevan los mortales. No somos capaces de relacionar, no queremos ver. Éso, ha crecido a los que nos atacan, ya no se preocupan en disimular... cuela todo. Y es aquí, donde la voz de Begoña Leonardo es más necesaria que nunca: Nada temo habito las distancias, pero no el olvido

Para llegar a estos dos versos que extraigo de su bitácora, una declaración de principios que no tiene nada de gratuita, la poeta ha debido sufrir una lucha interna sólo destinada a los grandes, pues ellos son los únicos que se adentran y se pierden en los laberintos de los que sólo se sale si se cuenta con un hilo de Ariadna que, en el caso de Begoña, es su condición de madre, mujer luchadora contra sí y contra los demás, que se adentra en sus cimientos y se cuestiona para volver a levantar un hogar dentro de sí, y crecer más allá de este cielo de tono ensangrentado, que nos cubre hoy en día. No preguntes más por el futuro/ estamos ante el abismo de las conciencias/ el fin del individuo./ La guerra desatada es sutil/no hace sangre/ no parece violenta. En ese cruce de caminos primigenio en donde se queda la gran mayoría de la gente, cruce que, en esa simbología que une un concepto en dos o más mentes y transmite un mensaje, es donde se aparece el Diablo. Todo lo bueno, todo lo malo, el universo entero, materia y antimateria, electrón y prositrón, el cielo y el infierno están dentro de nosotros. Somos fotones, portadores de energía que, sin carga, vacíos, se aniquilan a sí mismos sin crear nada, pues somos también nuestra antipartícula. El auténtico camino es la búsqueda de la identidad, la perdida. Unos lo llamaron el Cuarto. Es el camino que ha de unir en nosotros a los contrarios, llenarnos para Ser, adquirir una opinión propia y contrastada, conjugar Razón y Emoción, cerebro y corazón, nuestra parte femenina y masculina, el Rebis de la Alquimia, la Nueva Humanidad que ha de venir, lo que estamos destinados a ser: el Andrógino. En la etimología de la palabra Diablo, encontramos en su origen que Di significa Dios, a la que le sigue una a que es negación, y así deriva en la raíz dia-ballo, diábolos: quien divide... disocia. El arrebatador de identidades/ es un recolector/ ante la panorámica más rentable/ante un


paisaje donde instalar/ su ánimo de lucro/ su desarrollado olfato/ y engordar su cartera/ de marca registrada,/ pagada,/ con tu cuero y el mío.

El ser dividido, disociado, es quien domina la mente occidental, el que ha extirpado de sí su parte emocional y suple con drogas legales el vacío. Son los que hoy legislan, gobiernan, los que solamente pueden morir de un infarto cerebral, como la dama de hierro, pues no tienen corazón. La parte emocional, verdadero motor del Arte, no se puede cuantificar, gobernar racionalmente en el mundo de las apariencias. Detrás de la máscara, laputrefacción de Occidente es más que evidente... pero hemos de mirarnos dentro: parte de nosotros. … convencidos-convertidos/ os llenará la boca/ con lo que habréis de decir.

En el mundo Maya, que dicen los hinduístas, en el que vivimos, ese mundo ilusorio, de las apariencias, que desprograma nuestra humanidad pervirtiendo las palabras, los bits de nuestra Conciencia, y nos reprograma con sus nuevos conceptos, donde, por ejemplo, la palabra Libertad adquiere el matiz de: seguridad, la que sólo la da el dinero, la libertad individual de exterminar al que menos tiene, el supremo acto del egotismo en el que la gran mayoría de los seres humanos somos prescindibles, meros peones que se han de sacrificar en otra matanza que sirva a sus intereses... En ese mundo, a los que todavía tenemos algo dentro y buscamos en nosotros la verdad de las palabras, a vosotros, lectores de este poemario de Begoña Leonardo, nos desahucian de ese paraíso que fortifican para salvaguardar sus intereses... ese paraíso en donde sólo tenemos cabida como esclavos, un mundo que, si no despertamos y cambiamos, levantamos la vista de nuestro ombligo narcisita, y empezamos a tener un pensamiento propio, crítico con nosotros y lo que nos rodea, si no nos rebelamos contra el virus que portamos dentro, el que les justifica y les alimenta, acabará exterminando la única verdad que nos mantiene vivos: el Amor. Y en este mundo la palabra Amor no es políticamente correcta. Y el Amor también hay que buscarlo dentro de nosotros. Amor que significa empatía, sacrificio, compartir. Palabra que se ha corrompido y que nos ha confundido en el espejo al creernos que el amor por nosotros mismos es incompatible con el amor hacia los demás. Y eso es lo que hace la poeta, en un proceso interno que va desde el rechazo, las heridas que no se cauterizan, el tiempo que transcurre, la deriva por los desiertos internos, desiertos fríos. Bienvenido a mi amor/ en el rellano/ la palabra más bonita dijo adiós en el siglo uno.

José Luis Sampedro nos dice: "La vida es un arder y el que no arde no vive", o Antonio Vega con su: “Siente la vida como un chorro de vapor”. A través de los versos de Begoña, asistimos a un desahucio interno, un periplo en el desierto de los sentimientos, /...la tristeza goteaba desierto/, un sincero intento de renacer, de rebeldía social, muy crítica, pero también personal. Consciente de todas las pérdidas, las ruinas que provocan los tropiezos con las piedras en el camino, /cuando visité mi casa/ las heridas me esperaban/,


busca dentro de sí ese rescoldo que todavía arde, porque sabe que ese pequeño fuego es la vida, y la vida hay que compartirla siendo, siendo consciente de lo que se es, /siendo miedo de ser/ librando todas las batallas... Ese sería el Quinto camino, siguiendo con la simbología del Blues, el camino que perfiló Mouravieff en su intento de recuperación del hombre interior, de la mujer interior: el camino del romance único, el camino que nos reunifica fuera con nuestro ser polar: el Amor. Si no recorremos nuestros caminos internos nos encontramos con el mundo en que vivimos, con los neones de Las Vegas y los decorados de Disney, los miedos que nos inculcan, las guerras en donde sólo morimos nosotros, la pobreza donde nos quieren, la idiocia que nos prescriben pagando varias veces lo mismo, el analfabetismo. El desahucio de nosotros mismos. La esclavitud. En ella sí estaremos unidos. Allí no habrá disensión interna. No tomarás ninguna decisión. Serás feliz. Eso te dirán. Y lo aceptarás... si no empiezas a dejar huella en tu propio camino, a dejar tu simiente amenazante. Plantar una guillotina en la puerta del Sol, y que su última visión sea un rayo de luz de su dios de oro, es tentador... pero nada se resuelve si antes no somos, pues después de la sangre que rezuma por las comisuras de los labios vendría lo mismo, los mismos bajo otra égida, la historia siempre se repite si no se avanza, si no se hace del círculo concéntrico, vicioso, un círculo roto, virtuoso, que avance... /No veo la palabra Sol en tu cabello/ Somos muchos los que esperamos el centésimo mono, pero la espera no ha de ser pasiva... el proceso de transformación interna es necesario y Begoña Leonardo nos muestra su camino en pos de una identidad plagado de miedos, incertidumbres necesarias para crecer cuestionándose y asimilándose, en aras de alcanzar la auténtica transformación de la sociedad, la única revolución posible: la re-evolución. La mayor violencia que se puede ejercer contra un estado que nos quiere títeres es ser uno mismo. Esa es mi palabra, la que persigo. No voy a pedir perdón/ por nada ni a nadie.

A José Luis Sampedro ...

Alfonso Rabanal (Xen Vinalia)


Para Adriana, mi hija, que me pone en la tierra con su cordura y me regala su fe en mĂ­ con una sonrisa.


Desahucios en el ParaĂ­so Be go Ăąa

Le on ar do


“No quiero entrar, lo más seguro es que seguramente no volveré a salir y me quedaré adverbio para siempre yo, tanto sustantivo, yo, en adverbio circunstancial opaco”

José Luis Zúñiga

No despertaré en el Paraíso primera parte


DOMESTICANDO LAS HERIDAS FECUNDAS Fui una hembra desahuciada bajando la pendiente desafiando al hambre al hombre que dice adiós o hasta luego. No mires ahora lo que queda arde lo que pide pan está muerto. Los escombros tienen sed son hijos que piden la teta. Fui la esposa del gerundio amando, vaciando domesticando las heridas fecundas. Fui la esclava del rastrojo la lisiada de occidente que conquistó un terreno rojo un árido montón de brazos de piernas de ojos sin pestañas de intemperies… Soy la mujer que desahuciada provocó la ira el cataclismo.

Sí, yo, la desprovista la paria la sin nada la que arrastrándose todavía 14


precipita piedras para que vengan y se sacien.

15


TODAVÍA PODÍA RESPIRAR Fui sola estuve seca caminé a lo largo deposité mi dignidad oculté mi nostalgia mi ceguera para la guerra devoré anuncios de fornidos capataces de lo vivo... Vine sola caminé a lo ancho dispuse mi careta apreté mi vaciada osadía conté piedras pisadas muertos...

Me vi de lejos con sed con un hambre sincero con llagas en la fe con manchas en la frente. Me vi morada fría rota trasmutada lenta apagada... Me vi enlodada enlutada enfangada... Pero todavía podía respirar. 16


YA NO HUBO A QUIÉN ACUNAR En el principio nada parecía amenazante había salido el sol unas nubes sonreían mi corazón saltaba y las preguntas todas tenían respuestas vivas.

Cuando los mortales cortaron la alegría se apago la luz. Chamuscadas mariposas en versión original sacudían sus alas desesperadas... Ya no hubo a quién acunar a quién amamantar. Las madres mecían sus propios cuerpos las caricias vagaban se asfixiaban antes de posarse.

Y las mentiras se instalaron irremediablemente.

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ME APAGUÉ Comulgué con la locura salí corriendo sin dirección perdí el sentido lo que sonaba.

Reclamé a los dioses para conseguir lo perdido, estuve sorda estuve muda mancillada rebajada descontada…

Escuché sonidos que ahogaban que no cantaban que no calmaban sonidos asesinos roncos podridos…

Me apagué y me abrazó la soledad infinita.

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DIME QUE HAS VENIDO A BUSCARME Ahora que me tienes delante en tu frente dándome de comer dejándome la palabra la mano herida la mirada febril suspendida... Ahora que no soy más que no soy menos que fui vine lloré caminé torturé segundo a segundo las horas.

Ahora después de las dudas de las respuestas de los derrumbes. Ahora que pueblas de escombros turbios los deseos de almas sin destino.

Dime que has venido a buscarme.

19


NO DESPERTARÉ EN EL PARAÍSO Trabajadores sin rostro se aproximan ellos fueron los primeros emisarios ahora cómplices mañana verdugos.

Quizá habrá testigos... Van a matarme no tengo nada por qué van a matarme, conseguirán que ya no esté que no me quede en esta parte que no sea memoria ni río ni fuente...

No despertaré en el paraíso no levantaré la cabeza no tendrán que soportar la mirada de una mujer que adivina que responde que respira.

20


CON TINTA QUE APESTA Martillean constantes nada les inmuta nada les perturba nada les frena. Y asesinan sin prisa certeros, haciendo explotar el mundo conocido. A cuántos cada día cada hora cada segundo atropellan invalidan aniquilan... ¡Contesta! -Son máquinas no tienen razones son verdugos, no simpatizan no empatizan no tienen sangre ni verdades ni mentiras. Sólo tienen papeles donde señalan tu nombre con tinta que apesta. Sólo descuartizan recuerdos tiempos familias... Sólo echan humo hasta las tres. 21


CON OFICIO RECONOCIDO Seré como ellos con los sonidos secuestrados violada por escombros alimañas de clase y otras, de ésas, que organizan crímenes que justifican los desahucios... Seré como ellos con oficio conocido acomodándome en una planta de oficinas no recalcitrante. Seré como tú conformándome sumisa sometida rebajada...

Me costará mucho es muy difícil cuando la libertad está tatuada en el alma.

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LA PRIMERA PIEDRA Recuerdo muy bien la primera cara portando la herramienta, también recuerdo cuanto tu firma atravesaba la garganta de cuantos intentaban rescatar, las letras del primogénito en voz alta.

Fuimos todos señalados con los tacones en una bolsa las ideas despeinadas los pellejos desafiando la gravedad, y el pan de molde aterido en el descansillo del primero...

También recuerdo a la vecina del segundo la pobre no era capaz de apuntar con la primera piedra me dijo: -Tira tú por mí.

23


EL TIEMPO MUERTO Se cayó el sustento vino a los pies, se calló la boca mordida aquél, miraba con las manos delante paradas, en los labios la mueca y en los ojos la burla.

El tercer día los pesares eran morados los delirios sórdidos los sueños asfixiados, las campanas no tañían compungidas, hacían silencioso el tiempo muerto que se pegaba a la piel se fijaba en las miradas se pudría en los cabellos.

Cuando se nos cayó a los pies la esperanza perpetró la melodía de la rendición.

24


SIN DECIR NADA Nadie preguntó las palomas desgastaban el aire los colores se perdían las nubes secas contemplaban soledades tibias mañanas con soles que tampoco hacían preguntas.

Un hombre bueno una mujer sabia un niño inmaculado una niña prohibida.

Había alguien más, un conocido un triste una rota y dolorida presencia que hablaba y hablaba sin decir nada...

Nadie, nada hacían sabían,

prohibían...

25


MENTIRÉ AL PAN NUESTRO DE CADA DÍA Me quitaré para que pases no me arrolles he dicho que me quitaré para que pases.

Mentiré a mi sed le daré agua bendita que parezca pura y transparente. Mentiré a mi hambre le daré chuscos almibarados caramelos de alquitrán olvidos en nubes de sosa cáustica.

Mentiré al pan nuestro de cada día porque el dolor nuestro de cada día no se acaba nunca.

Deja que finja un poco más. Tengo una hija.

26


QUE NO DEJEN MARCAS Me pondrĂŠ unas cadenas tan bonitas como las que llevan los mortales. -Que las hay de color, dijeron con brillo. Que sea luminoso como el sol que se fue blasfemando, que no dejen marcas que sean mansas como el consuelo y aprieten lo justo,

como el hambre de hoy.

27


UN INTENTO MISERABLE Le miras, y no ves a nadie. Su silencio le evidencia y se enreda en las pestañas una sombra de olor a muerto, a fin a tierra que se pudre ante cualquier avance. Y te entran unas ganas de gritar feroces, de quitarle la careta de perder la paciencia la educación la compostura. Y te invade una locura superlativa una rabia amarilla que creías curada.

Sorteas los obstáculos de perlas envenenadas adornos mortíferos que pretenden abortar el aire que respiras. Y aprendes deprisa que la sonrisa que despliega extiende la mugre que pretende tapar/matar la belleza. Como sabes de su acento distingues a un miserable, un cobarde que se esconde que no tiene nada dentro,

más que mierda.

28


NO VOY A MARCHARME Yo también estoy sola yo tampoco tengo yo caigo tiemblo toso me orino vomito y me sujeto la cabeza.

No voy a bajarla no quiero dar lástima, la pena no quita el dolor sólo acompaña a la vergüenza.

No voy a marcharme sé que la miseria no tiene fin la hambruna aquí es considerada solemne. Si te quedas saca pecho.

29


NO TENGO VIENTO EN LA MIRADA Intento librarme las cadenas me dejan respirar todavía, regreso a la brisa no tengo viento en la mirada no veo la palabra Sol en tu cabello.

Alborotado el ánimo intento correr, desatarme. Musito plegarias cantinelas de viejas que consolarán la ausencia.

Plañideras en huelga me piden pan, yo no tengo pan yo no tengo sal

los mendigos de la Farola me dieron las sobras anoche, pasé por allí les cante un poema tienen sed.

30


SIENDO MIEDO DE SER Tengo la garganta prieta el estómago inquilino en un cuerpo diabólico tengo próximos y oscuros pensamientos tengo suicidios recordatorio bajo secreto.

Sácame de aquí llévame donde no me alcance donde no me piense líbrame de mí, pronuncia mi nombre el de la sed temprana el de la primípara obsesión el que se te antojó liviano recóndito...

La destrucción de la carne amenaza con hacerme desaparecer el miedo a la vida que me espera serpentea mi rostro lo dibuja lo pervierte lo envilece... Mírame ausente de mí locúrame cuerda transpórtame niña adorméceme anciana convéncete de mí. No tengo más que dar 31


no tengo más de mí que saber que sigo aquí. Siendo miedo de ser.

32


BUSCAN TIERRA QUE ABRAZAR Debajo de las estrellas los escalofríos se desangran los pelos arrancados cuelgan de los escombros los brazos y las piernas buscan tierra que abrazar que caminar...

Debajo de la luna un hombre ciego una mujer hoguera no son capaces de regresar a la cordura. Chisporrotean en el abismo luciérnagas vagas que vagan, esperan órdenes...

Una brisa helada congela sentimientos sacude lágrimas se lleva la esperanza deposita caricias que cortan que abortan la posibilidad.

-¡Salid de aquí! Dicen que mañana ejecutan.

33


GUSTA MÁS UN TONO ENSANGRENTADO El cielo ya no cabe me quedé sin techo dijeron, que este deterioro que este engrosamiento no es sano.

Dijeron, que hay un asilo para cielos que se abandonan.

Este cielo ya no es azul ya no es oportuno no enciende,

gusta más un tono ensangrentado.

34


TE ACOSTUMBRAS Mastiqué la tierra me cubrí de gusanos abortos que brotaban mansos, bellísimos.

Era roja no era la tierra prometida.

Tampoco envenena ahora esta tierra amarilla que sabe a pies a orina a menstruación a semen a gritos voluntarios a guerra.

Uno dijo, -Te acostumbras.

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ESTOY SECA Cuéntame que queda dentro no veo no oigo... Cuéntame con la piel desnuda para que lo sienta.

-Sacaron las cabezas sacaron los pucheros sacaros las muñecas y sin orden las ratas corrían, con miedo.

Cuéntame con versos latigazos sublimes, qué te corre por las venas,

yo estoy seca sacaron el agua nos dieron un barril de petroleo creo que eso, no se bebe todavía.

36


PEDIR UN POCO DE AUXILIO Tuve que mirar muy bien a ambos lados recorrer con los labios la distancia tuve que esconderme retroceder envolver la sonrisa desplegada antes del dolor. No pude abrazar la posibilidad porque la tristeza goteaba desierto porque incluida en el recuerdo la indiferencia prendida en tu nombre abofeteaba a la pérdida.

Recorté las mariquitas las muñequitas que en el recuerdo pintarrajeabas por mí.

Tuve que corregir la dirección ponerme unos zapatos ágiles que me hicieran volar reclutar de nuevo todas las lenguas y pedir un poco de auxilio.

37


LA PALABRA MUERTE Cuando llegó nadie habló tan sólo un suspiro rompió el centro. había un sentir colectivo éramos muchos… La boca se me estaba quedando sin jugos el esófago blando la sonrisa espantada.

Era siniestro el mensaje nadie dijo ven nadie dijo vete nadie dijo: pronto luego ahora… Cuando nos miró la vida dijo basta la prisa dijo hasta luego la flor se cerró, el desierto irrumpió sumiso, manso. Tan sólo tú, Pronunciaste, respiraste te moviste, arrastraste la palabra hasta mí; era blanca era libre. Era sola.

38


DAME VENENO No preguntes más por el futuro estamos ante el abismo de las conciencias el fin del individuo. La guerra desatada es sutil no hace sangre no parece violenta. Nos aniquilan con políticas sociales todo se convoca por el bien colectivo consuelo de etiquetas, un horror de subterfugios evasivas del poder… Los cuchitriles habitáculos del inframundo cotizan en bolsa, ya nadie tiene metas ni dolor en el corazón,

los marginales, vivimos del trasplante de las pocas letras no muertas hibernando en hospicios de tercera…

Dame veneno matarratas que sea efectivo. No quiero vivir para sentirme el ser más frenéticamente opuesto a lo que era.

39


SE BAJÓ DE SU VIDA Dejo de de tener sed de buscar refugio de encontrar lástimas. Se aburrió de ése ser de ése estar de ir y venir, de esperar a un sol sincero.

Se dolió de conquistar alientos de conspirar maneras de las tardanzas del que no vendrá de los ruidos del que está de la prisa, de vivir.

Y se bajó de su vida sin mirar atrás y creyó descender deprisa sin obstáculos

...Y se fue siendo.

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ORACIÓN PARA UNA VIDA LLENA DE SATISFACCIONES Ser obediente ser educado ser prudente ser sutil ser, diplomático. No decir joder no decir hostias no decir mecagoen... Ser tolerante callar a tiempo mirar para otro lado. Ser disciplinado ser conservador ser soplagaitas ser un pelota redomado. No decir aunque te ahoguen las ganas MECAGOENELEHIJOPUTAQUETENGODELANTE... Mirar para otro lado. Decir lo siento aunque te pongas verde decir qué guapo aunque esté verde decir qué bueno aunque sepa verde decir que sí a todo lo que te pida el jefe, y seguir las instrucciones/órdenes con agrado con sonrisa con aceptación inevitable

41


sin temor reconocido por supuesto. AmĂŠn.

42


NO PEDIRÉ PERDÓN No voy a pedir perdón por nada ni a nadie. Me han pasado por encima los años que la traición gravó a fuego me han triturado las ganas de tener ganas y se apodera de mí una vida agrietada que trasnocho muda rota, sin sosiego.

No voy a pedir perdón por no pedirlo por resistir por no bajar la cabeza ni rebajar lo que dentro aunque sea un grito sordo me hace seguir aquí,

donde tienes que mirarme a la cara.

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“Hay que inventar un río o escuchar por sorpresa la risa de un niño forastero al que se le inventa la mirada azul Para pisar de nuevo nuestra tierra”

Elvira Daudet

Simiente amenazante segunda parte


PASOS DE FANTASMAS COTIDIANOS Soy la primera persona un singular que se ata se golpea se besa tiembla suspira y reclama el sueño del que tiene la conciencia tranquila. Pero la conciencia del que se sabe perdido no puede recuperar la paz, ha de estar alerta. Si se abre una puerta ha de saber si es la del vecino ha de sentir si es la del padre o la del que va a arrancarle el corazón.

Temerosa una habitación a oscuras teclea mi nombre se abruma con los agitados síntomas del sin sueño los sonidos que el terrazo deja oír pasos de fantasmas cotidianos carne con huesos esculpidos huesos con carnes maquilladas casi humanos...

Soy la primera persona y la última

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LO SIENTO, ES LO QUE QUEDA Bienvenido a mi amor deja la cabeza ahí al lado hay un cuerpo helado que se tortura con melancolías de cristal. Abre la puerta, bienvenido a mi amor sonríe como si fueras a morir.

Si la mente se conserva fresca podrás encontrar la manera.

Abre la nevera, la sangre que te ofrezco es lo más próximo al corazón, deja el reloj en el perchero el tiempo aquí, se detuvo en lagunas enjauladas

Bienvenido a mi amor en el rellano la palabra más bonita dijo adiós en el siglo uno.

Lo siento, es lo que me queda, algo de sudor agrio algo de pan empapado en óxido enquistado calostro que no brotó y un empedrado sexo mutilado...

Lo siento, ya no es posible perder.

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MI SOMBRA Me vestí para la ocasión los requisitos permitían el aroma de la derrota. Me concentré en contar mentiras en falsear la tierra que mis uñas albergaban en ocultar las ojeras que delataban el llanto, la vergüenza.

Prometí a mi cuerpo el respiro de ponerse erguido, levantarlo a una altura donde las circunstancias no me negaran el sitio, suministrarle carmín a unos labios/grieta, herpes perpetuo.

Le dijeron guapa a la sombra de lo que fui.

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MIS DOLORES SIN MÍ Visité mi casa y no estaba revolví miré escuché detrás de la primera puerta invisible había dos que murmuraban pero no eran humanos quitaron la costra que cubría mi corazón.

Yo no estaba, había retrocedido entre siglos fluorescentes mi casa sin mí mis dolores sin mí los olores los sonidos los poemas...

Cuando visité mi casa las heridas me esperaban.

48


¡DISIMULA! El pan estaba duro la mesa sin poner las cortinas espesas el aire descompuesto el amor cortante y frío próspero el viento endiablado. Si se mete el invierno no me pidas besos te daré alquitrán no me pidan lágrimas te daré islas de sal. Si se mete el hambre no me pidas caricias te daré hiel. No compro consejos porque dan pena y amargan la boca. El pan estaba duro el pensamiento rancio el vino agrio la luz mortecina, agónica.

Baja la persiana, por favor que no vean mis ruinas. ¡Disimula!... El día estaba lento el polvo líquido la palabra gaseosa el espíritu enfermo mohoso el razonamiento. 49


Tengo vergĂźenza no abras la puerta entrarĂĄ la vida y verĂĄn mis ruinas...

50


SE POSA ANTE TI Ese cuerpo que camina es la imagen más triste que puedes dibujar, ese cuerpo que respira contamina el aire que se desliza atraviesa el concepto agoniza la espera trota en campos de traición se apresura sin remilgos melindres de los que temen.

Unos elegidos/condenados escucharán. Está llegando...

convencidos/convertidos os llenará la boca con lo que habréis de decir.

51


DARLE UN TRAGO A LA VIDA Hoy tengo malherido el presentimiento no me preguntes sé que el color de mi alma es negro como la noche sé que mi cara refleja el desierto de ideas laberintos amoratados. Estoy preparada con mis sentidos envoltorios contaminados. Me dicen que me plagian me dicen que mi nombre se pudre en el agua hedienta entre los cascotes del derrumbe.

Ojalá más tarde en el tiempo de la resurrección pueda darle un trago a la vida. Pero, hoy no.

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NADIE VINO A LA FIESTA Nadie vino a la fiesta los invitados sin respuestas no llamaron con disculpas no mintieron, no justificaron su ausencia. Nadie vino a la fiesta la certidumbre es el galardĂłn de los pacientes, pero la soledad aplasta. Los convocados no saben no recuerdan. Las casas que han permanecido entre torturados escombros se asoman burlonas entre ĂĄrboles, que no sucumbieron al aburrimiento.

Calles, plazas, avenidas‌ Sufrieron abandonos derrumbes del desconsuelo.

Nadie vino a la fiesta parece que el dinero que ahora derrochas no compra lo que no tiene precio.

Regresas del olvido a una ciudad fantasma donde la fortuna corteja hoy, lo que ayer ya estaba muerto.

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UN OXIGENADO REMEDIO DE SALDO Parecía tan fácil vivir levantar la cabeza asomar el alma al jardín decirle al sol una mentira piadosa... Era sencillo el secreto, creérselo.

Soy sorda a las interpretaciones hostiles variaciones estrábicas sobre mí misma, soy lerda impostora sin créditos soy compulsiva escuchante de caricias, soy la arrepentida en indultos de madrugada conductores del día que vendrá pidiendo auxilio. Parecía prudente coger el aire ofrecido contaminado a medias...

Un oxigenado remedio de saldo, para muertas.

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SECUELAS DE LO VIVO Había muchos... Siempre quedan lástimas que cuelgan de farolas de impostoras estatuas vestidas de mansedumbre, dijeron de manzanas frutas podridas prohibidos apetitos jugos perseguidos que caben dentro de una maleta, dijeron de perdones de vencidos de consuelos recompensas a lo pobre o sea, pedazos fermentados secuelas de lo vivo.

Había cánticos alabanzas elevadas oraciones buenos levitando y pecadores a ras de suelo.

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HACE LO MISMO DESDE... Mis manos vacías hacen las mismas preguntas cada noche mis labios marcados surcados amurallados ofrecen las mismas respuestas cada noche tus pies descalzos sumisos penitentes abren las mañanas sin abrir ventanas aquí pasó algo hace tanto que... Hace lo mismo desde... Mis lágrimas salan el desahucio al sol impertinente.

56


TEJIDOS LA PASADA PRIMAVERA La señal resultó confusa me fallaban las entendederas el milagro que esperaba insultaba a unos ojos anuncio de bienvenida. La apabullante desidia la arrogancia de los movimientos alternaban con el rictus de sus bocas. Unos párpados ajenos a preguntas incómodas volvían a predicar y nada... Supe después de la canción del balcón del derrumbe. Supe que se dejaban derretir entre los escombros recuerdos generosos instantáneas gozosas bártulos viejos harapos desteñidos hace siglos tejidos la pasada primavera.

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AYER TUVE UNA IDEA Quise aguantar tapar la boca al estómago que no podía ocultar los sonidos propios.

Cerré la razón a cal y canto me aparté de las miradas sonrosadas de los niños de los púberes que todavía sentían la vida en las mañanas.

Los sepulcros relucientes los lutos almidonados las cabezas desiertas...

Ayer tuve una idea seguro que no gusta cuando la vomite te afecta a ti,

que hueles tan bien.

58


SABANA CONDÓN UMBILICAL La sábana por la que has de colgarte se ha nutrido de versos /lamento de vivos y muertos de tenues llamaradas de variopintos huéspedes de calumnias sin medida de saltamontes muertos de risa de hambre, de sopor y hasta de canguelo que no se pira ni respira ni se deja evaporar.

La sábana que retrocede te hace cosquillas te vence arrodillado te tuerce y se retuerce te alivia las respuestas te quema la garganta, suspiros/mariposas que debían aletear.

Huérfana de sombra. la ventana por la que la sábana suda reanuda esquiva las mentiras pena la nota compungida, sábana vida, sábana estela Sábana, cordón umbilical. Te sabes muerto y asido a la vida y con solo levantar un dedo puedes aupar el lento crujir de los pasos. Elevarlos por encima de todas las cabezas.

59


NI SAL, NI ADOBES Preparemos el inventario el corazón más listo que prenda el fuego. El pasado dijo que haría frío aquí, pero ahora, con la sequía no quedará más que polvo.

No sé si con el polvo se hará buen caldo a lo mejor, mezclado con lágrimas espesas y profundas... No esperes a mañana con todo en la tierra se puede hacer el inventario.

El inventario es un poco come huesos penetra en la memoria cuando no hay carne ni sal, ni adobes. Preparemos el infierno el concierto de las tripas las dolencias atrapadas los adornos sin sangre los desnudos oficios que se exportan más allá... Donde el paraíso donde el patrón es un poco come muertos.

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ATRAGANTARME CON CARNE FRESCA Quiero morirme después de vivir sin sermones anuncio de remordimientos, quiero vivir hacer lo que me de la gana por una vez, transgredir. Por una vez, beber del agua prohibida morder, atragantarme con carne fresca.

Que nadie venga a darme los oleos de última hora los ungüentos caricia despedida...

Quiero un cuerpo por el que no tenga que pedir perdón. No lo quiero perfecto. lo quiero vivo llameante. He pedido un cuerpo en el que vivir, sentir gozar fornifollar...

Lo que me queda no creo que sea mucho pedir.

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COMO QUE NO DUELE He presenciado la algarabía pasajera de mortales como yo que han reducido las caricias de su dieta paulatinamente, que las rechazan como droga dura orgullosos de su logro. Que se ríen de lo que les importa y falsean con cara de domingo lo que les abrasa el corazón.

Que se apoltronan en las no puertas en las no ventanas en las derruidas escaleras que conducen todavía a la vida de ayer,

y hacen como que no les duele.

62


DESDE HACÍA SIGLOS Descubrí que era de día soñé con verte libre de toda mancha. Me pronuncié dije lo que tenía que decir aunque no había nadie. Era joven no incluida en la espera estaba la primera desde hacía siglos.

La agonía parecía llegar a su fin la realidad todavía en blanco y negro prometía luz. y abrí los ojos. Y nada.

63


LA TIERRA NO SE ABRE Se angosta el sendero se estrecha el abrazo vaciarnos sellarnos... Apretamos los puĂąos preĂąados de los rencores de ayer. Entre suspiros El dĂ­a que nos lleva, deja ahogados los hijos que no tuvimos torturan las promesas que sobre la mesa nos daban de comer.

Solares semidesnudos, semisecos hospicios de acogedoras sombras nos dan la bienvenida.

La tierra no se abre quien le puso puertas es hora de que se presente delante y diga su nombre.

64


SU ÁNIMO DE LUCRO La barbarie deja protagonistas sin dulzura deja flores agónicas desinfladas decoloradas, extirpa la alegría.

El desahucio, beneficia al que frecuenta el paraíso sin escrúpulos, al que negocia con las risas las caricias los sueños los techos la sal...

El arrebatador de identidades es un recolector ante la panorámica más rentable ante un paisaje donde instalar su ánimo de lucro su desarrollado olfato y engordar su cartera de marca registrada, pagada,

con tu cuero y el mío.

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CUANDO LAS CICATRICES SEAN VISIBLES Por favor, no vuelvas a decirme que se me curará la herida que el tiempo sera el aliado del olvido. Mi dolor es eterno no disimules no tengo una vida que perder. Personas que me miran me piden agua me piden sosiego me dan labores de ganchillo que entretienen a los dóciles, a mí, me dan pena. Por favor, no vuelvas a decirme que se me curará la herida dame arena dame manos que sean toscas y fieles que resistan palabras fieras que sujeten cabezas sobre troncos que apuntalen dignidades en vaginas, en falos esculpidos sobre horizontes virulentos.

Dame palabras que derritan el hielo que fecunden la tierra yerma y deja las amables bañadas de idealismo para rescatarlas, cuando las cicatrices sean visibles.

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SIMIENTE AMENAZANTE Lo que resiste está prohibido lo que supera los obstáculos desespera al tirano le lleva la contraria a la voz a la voz del que grita lejos a la voz que se aproxima... La poesía no está bien vista la lírica es exótica simiente amenazante y muerde las paredes de la conciencia. Es probable que te inunde una rabia antigua la rabia del esclavo la rabia del azote del golpe bajo.

Y cuando te entren ganas de matar piensa en el verbo piensa en el verso que permite que consiente que suaviza... Que devuelve a la vida los ojos, los brazos, las piernas

y echa a andar.

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MAÑANA, BROTARÁN AGUAS MESTIZAS Atentos: Los heavys los abogados los cobardes los corredores de fondo los saltimbanquis los merodeadores los admirados suicidas los que asesinan los proxenetas los relajados los testigos… Perturbados que se masturban que fecundan las esquinas putas putos que viven de la farándula que entre bastidores turbios desfilan su fracaso.

Atentos: Los hábiles conspiradores de lenocinio que dejan ver la débil propaganda que defecan en madres púberes con hijas maduras con abuelas que sudan que fabrican abrigos armarios que se arrodillan y fuman y callan y vomitan, y después lloran. Atentos también:

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Los que quieren lavar las conciencias y purgar las viles comisiones.

Mañana, brotarán aguas mestizas no preguntes, observa, apunta, afina...

Vestiduras almidonadas apolíneos cuerpos de saldo derrotas consecuencia abortos vespertinos correos de la muerte verdugos del futuro amantes de curvas sinuosas ladrones con y sin guante serviles transeúntes glotones de carnes trémulas folladores clandestinos descarados buscavidas enamorados que fornifollan tanbién, bellos y bellas que hacen el amor operados pornografiados.

Mañana, brotarán aguas mestizas que habremos de beber.

71


ÍNDICE 3 Prólogo 11 Dedicatoria NO DESPERTARÉ EN EL PARAÍSO (primera parte) 14 Domesticando las heridas fecundas 16 Todavía podía respirar 17 Ya no hubo a quién acunar 18 Me apagué 19 Dime que has venido a buscarme 20 No despertaré en el Paraíso 21 Con tinta que apesta 22 Con oficio reconocido 23 La primera piedra 24 El tiempo muerto 25 Sin decir nada 26 Mentiré al pan nuestro de cada día 27 Que no dejen marcas 28 Un intento miserable 29 No voy a marcharme 30 No tengo viento en la mirada 31 Siendo miedo de ser 33 Buscan tierra que abrazar 34 Gusta más un tono ensangrentado 35 Te acostumbras 36 Estoy seca 37 Pedir un poco de auxilio 38 La palabra muerte 39 Dame veneno 40 Se bajó de su vida 41 Oración para una vida llena de satisfacciones 43 No pediré perdón


SIMIENTE AMENAZANTE (segunda parte) 45 Pasos de fantasmas cotidianos 46 Lo siento, es lo que queda 47 Mi sombra 48 Mis dolores sin mí 49 ¡Disimula! 51 Se posá ante ti 52 Darle un trago a la vida 53 Nadie vino a la fiesta 54 Un oxigenado remedio de saldo 55 Secuelas de lo vivo 56 Hace lo mismo desde... 57 Tejidos las pasada primavera 58 Ayer tuve una idea 59 Sábana cordón umbilical 60 Ni sal, ni adobe 61 Atragantarme con carne fresca 62 Como que no duele 63 Desde hacía siglos 64 La tierra no se abre 65 Cuando las cicatrices sean visibles 66 Simiente amenazante 68 Mañana brotarán aguas mestizas


A

través

de

asistimos periplo

a

los un

en

versos

desahucio

el

Begoña,

interno,

un

de

los

desierto

/...la

sentimientos,

de

tristeza

goteaba

desierto/ , un sincero intento de renacer, de

rebeldía social,

muy crítica,

pero

también personal. Consciente de todas las pérdidas, las ruinas que

provocan los

tropiezos con las piedras en el camino,

/cuando visité mi casa/ las heridas me esperaban/,

busca

dentro

de

ese

rescoldo que todavía arde, porque sabe que ese pequeño fuego es la vida, y la vida hay que compartirla siendo, siendo consciente

miedo

de

de

lo

ser/

que

se

librando

es,

/siendo

todas

las

batallas...

XEN VINALIA

vivir es desahuciarse


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