APUNTES DE UN FRANCMAS ÓN Sobre algunos temas de reflexión en las logias P M Miguel Ángel Flores Aloras
PALABRAS DE INTRODUCCIÓN La obra Apuntes de un Francmasón que tenemos entre manos me permite la satisfacción de invitar a todos a leerla. Es un compendio sobre temas de reflexión elaborado por la hábil pluma del Muy Querido Hermano Miguel Ángel Flores Aloras, quién impulsado por su constante inquietud intelectual nos brinda una ayuda, orientadora por cierto, a través de un variado temario, para conocer una interpretación de gran apoyo para los que transitamos el difícil sendero de la iniciación hacia nuestro perfeccionamiento. Aquí tenemos a nuestro alcance distintos temas; unos propios de los programas de la Orden, otros que llegan a ser una novedad en relación a la doctrina iniciática y aún otros que no se habían presentado tan explícitamente como lo hace el autor. La excelente obra, por su presentación, su contenido, su claridad de lenguaje y su intencionalidad, en los dieciocho temas que la componen expresa una rica combinación de instrucción mediante reflexiones, de narración como relato y de interpretaciones e ideas propias del autor.
En fin, es una obra que llena un vació que se observaba en la Institución por la inercia y el silencio de muchos que pasaron por sus Sagrados Templos. La Masonería no exige a sus miembros que sean perfectos sino que trabajen en su perfeccionamiento. Cada uno de nosotros debemos decirnos un día: “Ahora, ya lo comprendo, debo sembrar semillas en mi alma, pensamientos y sentimientos de luz, el amor por un alto ideal… Y no cesaré de velar por ellos, de calentarlos, regarlos y nutrirlos con todo lo mejor que poseo. El Universo es regido por leyes y la primera de estas leyes es que cualquier semilla debe dar frutos”. Creemos que en este trabajo, producto de sus esfuerzos, dedicación y estudio, el Ilustre y Querido Hermano Miguel Ángel Flores Aloras nos induce a trabajar en busca de ese ideal. Agradecemos al destino porque en el gran plan de la vida hay seres que trabajan por el bien de la humanidad. Leamos con atención estos “Apuntes…” y sacaremos mucho provecho de ellos. Con honor y satisfacción me permito presentar esta joya escrita. Roberto Auchén Homsi (+) GRAN MAESTRO GRAN LOGIA DE BOLIVIA
PRÓLOGO Un buen libro, como el presente, titulado con extrema modestia Apuntes de un Francmasón sobre algunos Temas de Reflexión en la Logias, solamente lo pudo escribir alguien con verdadero señorío. Del señorío que nace de la aristocrática pertenencia al círculo privilegiado de espíritus selectos que aún creen -quijotesca adarga al brazo- en una Humanidad mejor a la que ofrendan sus ideales libertarios, igualitarios y fraternos. La perenne invitación a pertenecer a esta esfera superior en la que moran los nobles de corazón es el tema subyacente de su séptimo trabajo titulado, justamente, El Señorío. Nuestro autor apuesta, de principio, al respeto y la tolerancia que él sabe que son imprescindibles a la hora de ostentar auténticos blasones, uno de los cuales es, ni duda cabe, la insignia masónica. El autor de los Apuntes…, desarrollados en dieciocho excepcionales trazados -como se denominan los escritos de un maestro masón- es un hombre de prosa elegante, ágil y excepcionalmente asequible, incluso para quién no conozca de las categorías filosóficas y morales propias de la masonería especulativa. Como un Hércules moderno, ha asumido la ímproba tarea de escribir -en un país en el que pocos escriben y menos leen- sobre temas esotéricos. Somete al análisis cuestiones novedosas en la doctrina masónica, generalmente inclinada al tratamiento de temas introspectivos. Los escritos del Ilustre Hermano Miguel Ángel Flores Aloras fueron pergeñados para incitar, en sus modestas palabras, a reflexiones mayores a quienes militan en las huestes de la Escuadra y Compás o se inician en ellas. Así, la innegable aptitud docente del autor se refleja en el octavo de sus trabajos (Elaboración de Trazados) en el que sugiere acertadas pautas metodológicas para la elaboración de los trabajos masónicos. Este prolijo trazado debiera ser guía constante para quién deba presentar trabajos en los Talleres. En todos los Apuntes se encuentran, por doquier, los lineamientos interpretativos, morales y filosóficos que propone la masonería moderna. Difícil es encontrar, hoy en día, tan buena factura en el ejercicio del Arte Real. Para prueba, basta la lectura del primer trazado (El Aprendiz y la Piedra Bruta) en el que anticipa que “… los ojos aún débiles del Aprendiz no pueden contemplar directamente los destellos del Sol… será guiado por sus hermanos mayores, con paciencia y magnanimidad, por los auspiciosos senderos de la fraternidad, la filantropía y el estudio, y donde se dedicará, con su propio esfuerzo, a la comprensión de la Francmasonería, de sus leyes, misterios, usos y costumbres”. No hay mejor resumen de la tarea que espera a quién ingrese a la Augusta Orden. Sin embargo, no vaya a pensarse que el autor sólo carga su pluma en la indagación interior.
Desnuda su faceta social, cultivada en la práctica de la Fraternidad, cuando afirma (La Masonería y los Derechos de las Minorías) que los masones reputan inalienable ”…el derecho de participación plena en la vida política, socioeconómica y cultural de los nuevos movimientos sociales, de los sectores históricamente marginados y de las minorías en general”. Su visión, de talante profundamente pluralista y democrático -como el de todo buen masón- reafirma la vigencia del gran debate de este tiempo: el necesario reencuentro con el otro, el excluido, el minoritario o el postergado. Próximo a esta tónica de vocación humanista, el undécimo trabajo (Paz y Comprensión) alerta sobre el impacto cruel del terrorismo y su carga de destrucción absoluta. Aquí nuestro autor reflexiona sobre el lado oscuro de la condición humana y los pliegues recónditos donde anidan el odio y el menosprecio por la vida. Postula la paz en un mundo amenazado cuya fugacidad, a momentos, se nos antoja invencible. Por ello, no extraña que el trazado siguiente (La Vida) rescate el necesario optimismo en un destino mejor. A partir de las hipótesis más verosímiles que alberga la Ciencia sobre el origen del mundo, apuesta a la vigencia plena del maravilloso don de la existencia como un reflejo de la intensa presencia vital del Creador. Desde otra óptica, el siguiente trabajo (La Eternidad) afirma con desusado rigor filosófico que, opuesta temporalmente a la contingencia de la vida, la eternidad “…conlleva, por lo tanto, la existencia, sin principio ni fin, de una energía espiritual superior (Dios), de una energía material mutable pero imperecedera (el Universo) y de una vida perdurable más allá de la muerte (el Alma)”. El I H Flores Aloras se ha distinguido siempre por su benevolencia y buen trato con sus hermanos. De las muchas cualidades que lo adornan, está su valoración privilegiada por la Justicia y de ésta, como valor superior, la equidad (La Equidad) como una forma de aplicación del principio universal de dar a cada quién lo que le corresponde, pero más allá de las valoraciones simplemente formales. La lectura de este trazado debiera ser constante en la práctica de las virtudes masónicas. Como ejemplo del buen trato que se prometen los masones, rescata el autor de los Apuntes la práctica del saludo fraternal a través del beso entre hermanos (Simbolismo y Significación del Ósculo Masónico) llamado también acolada fraternal. Esta afectuosa muestra de aprecio tiene para Flores Aloras una intensa significación espiritual y, por ello, ratifica que “…El beso puede ser la representación más auténtica, sincera y espontánea de las más amplias e innumerables formas de unión, desde la alianza conyugal hasta el amor paternal, filial o fraternal, pero en el sentido masónico siempre será un vector de energía positiva y, más que un gesto de afecto, un símbolo de compenetración, de elevación espiritual, de transmisión de magnetismo positivo, catalizador de los más elevados sentimientos”. El desarrollo de estos y otros conceptos de honda significación de la Fraternidad son, indudablemente, notables en el escrito señalado.
Hombre delicado y exquisito, el autor es también amante declarado de la Música, una de las Siete Artes Liberales. Ello explica su predilección por Mozart y la cumplida referencia al genial compositor (La Obra Masónica de Mozart) nos anoticia que la celebérrima composición Elogio de la Amistad, en arreglos pianísticos, mereció letra en castellano compuesta por el H Rosendo Arus y Arderíu, bajo cuya dirección se publicó el Diccionario Enciclopédico de la Masonería del H Lorenzo Frau Abrines. Posiblemente uno de los escritos más interesantes, por lo novedoso del abordamiento temático, sea el titulado Don Quijote y la Masonería, elaborado a partir de un trabajo masónico que, con honestidad intelectual, nuestro autor pone de manifiesto. Sorprende, e invitamos al lector a comprobarlo, la correlación de conceptos y valores que sustenta la genial creación de Cervantes y Saavedra con los postulados que alienta la Francmasonería. En verdad, la sorpresa inicial debiera ceder a la serena constatación de que el inmortal personaje español no es sino la alegoría del arquetipo del buen masón. Ciertamente, convendría adoptar, como ejercicio reflexivo a la par del solaz en la buena lectura cervantina, el modelo quijotesco como uno propio de la formación moral del francmasón. Pero el autor es tan señor como caballero. Ambas cualidades, despojada la una de su aparente tono excluyente y la otra del puro romanticismo, deberían informar sobre el contenido moral y los afanes del hombre superior. Y, en verdad, en el trabajo Las Ordenes de Caballería se anota que “la idea del caballero y de su historia es un elemento de la cultura universal y un estereotipo superior de humanidad, ya que se trata de una profesión de fe en defensa de altos valores éticos y espirituales…”. El trazado, enriquecido con datos que revelan erudición e investigación, motiva no solamente a la fascinación por el tema sino a la asunción de compromisos mayores en un mundo en extremo materializado y falto de ideales. Hay, entre los Apuntes, un escrito insoslayable de poderosa carga sentimental y remembranza (Evocación de Alejandro Töhötöm Nagy). Con prosa de la buena y delicados tonos de rápida acuarela, retrata a un amigo entrañable de apellido Nagy que, como todo húngaro, tiene nombres casi impronunciables. La inflexión de su extraordinaria personalidad dejó, por lo visto, una gratísima impronta en Flores Aloras. Nagy fue sacerdote jesuita y masón. Rarísimo encuentro de nuestros días. La evocación del amigo empeñado en estudiar, por puro amor al arte, el duro sistema político imperante en la Hungría de los años 70, nos transporta a un mundo surrealista y fantasmagórico de aquel tiempo -el del llamado “socialismo real”- que hoy se pierde en el tráfago de la Historia. Para quién aspire a lecturas decididamente incardinadas en la temática masónica, la figura de la máxima autoridad del Taller (El Venerable Maestro) nos refleja, desde la experiencia en la mayor responsabilidad en la Logia asumida, en su momento, por Flores Aloras- la vivencia del maestro amoroso y primero entre sus iguales. La referencias a Indaburo Quintana, autor de una obra inexcusable en la bibliografía masónica boliviana, concluyen con la
invocación -con notas orientalistas que se remontan a la más pura tradición china- al compromiso del guía principal del Taller en el servicio de quienes han sido confiados a su guarda, cuidado y educación. El trazado es, sencillamente, imperdible. En la misma línea masónica se encuentran otros dos trabajos (Las Fiestas Solsticiales y el Mar de Bronce). En el primero de ellos con despliegue de conocimientos astronómicos y, en el segundo, con el auxilio de datos históricos firmes e inequívocos, se recorre la compleja trama de construcción del Símbolo. La autoridad moral que ostenta nuestro autor, sumada a su conocimiento de las alegorías del Arte Real, permiten una excepcional aproximación a la trascendencia de las enseñanzas morales y filosóficas de la Augusta Orden. Aunque con una motivación aparentemente “profana”, como suele llamarse a una cuestión que no es estrictamente masónica -perdiendo de vista que la distinción, si cabe, es de extrema dificultad de precisar- el penúltimo escrito (Homenaje al Padre) encuentra aristas esotéricas y simbólicas insospechadas en la reflexión sobre el progenitor masculino. El escrito trasciende más allá de la simple referencia encomiástica de la función paternal. Es, para decirlo con sincero orgullo, una muestra de cuán fértiles son las indagaciones simbólicas en su conexión práctica con las festividades comunes de la sociedad humana. Nuestro Q H concluye este excepcional conjunto de reflexiones con las referencias historiográficas imprescindibles sobre su Logia Madre (La Respetable Logia Simbólica “Acacia” Nº 46) de cuyo himno también es autor (Himno de Acacia Nº 46). Su amor por la Escuela que asistió a su evolución como hombre y masón lo ha inducido a un grato homenaje. En esa Pléyade de “obreros de paz” como suele nombrar nuestro autor a sus hermanos en la brega masónica, confluyen voluntades muy notables que, como la de quien escribe este prólogo, se sienten honradas de compartir esfuerzos con un intelectual, amante de las letras y hombre de pacífica militancia como Miguel Ángel Flores Aloras.
R H Wilson Jaime Villarroel Montaño Past Master de la Resp Log Simb “Acacia” Nº 46
EXORDIO Un placer, un honor y un desafío es poder dedicar algunas líneas a este exquisito trabajo masónico de importante trascendencia para nuestra Augusta Orden, y más aún, el Ser Interno se llena de emoción recordando cuando en el devenir de las vivencias masónicas pude descubrir la fuerza de principios, la calidad humana y la pulcra expresión literaria del autor de “Apuntes de un francmasón”. En la lectura de esta obra podemos introducirnos en el profundo pensamiento y sentimiento masónicos de su creador, quien nos invita con delicada energía a la reflexión y a una eficaz apropiación intelectual de sus escritos, recordando las palabras del Q H Luis Umbert Santos: “El libro es el termómetro que marca la temperatura moral de quien lo escribe y de quien lo lee”. El I H Miguel Ángel Flores Aloras plasma en estos trazados, con su singular estilo de escritor y poeta galardonado, los importantes principios, valores, pensamientos y postulados de la Francmasonería, con el propósito claro de que sirvan para acrecentar y consolidar la formación de los miembros de nuestra querida Orden. Los diferentes temas expuestos, de manera directa, emotiva y sencilla, representan una novedosa síntesis de historia, análisis, instrucción, experiencias, virtudes, conceptos y sublimes principios que propugna nuestra Respetable Institución, logrando en algo más de un centenar de páginas, delicadamente elaboradas, el propósito de introducirnos en lo fundamental e inconmensurable del profundo pensamiento masónico. Méritos y ponderaciones para este trabajo y su autor ya fueron expresados y también los expresarán sin duda todos sus lectores, pero a mi juicio el mérito más relevante, por el conocimiento de los variados temas que desarrolla y el particular enfoque de los mismos, es que nos induce a pensar profundamente, a reflexionar intelectualmente y a razonar con propiedad. En este sentido expresaba el Q H Aldo Lavagnini: “Lo que realmente sabemos y conocemos no depende de lo que leemos, sino de lo que pensamos. Nuestras lecturas deben servirnos principalmente para aprender a pensar”. Por tanto, este propósito lo tiene eficazmente cumplido “Apuntes de una francmasón”. No queda más que expresar con un emotivo T A F la sincera felicitación al Q H Miguel Ángel por esta obra que enorgullece a sus hermanos, a su querida Logia, a la Gran Logia de Bolivia y a la Masonería Universal. S F U R H Benjamín Hinojosa Canedo Past Master de la Resp Log Simb “Acacia” Nº 46
PREFACIO Hermanos Míos: Os presento estos apuntes. Sed benevolentes al juzgarlos pues no tienen otra sustentación que la mística masónica y la voluntad que nace del ciclo de aprender, cumplir, profesar y transmitir algunos valores, fines y enseñanzas de nuestra Augusta Orden en la modesta medida de mis posibilidades, sin ninguna otra pretensión. Con estas escasas credenciales, he reunido en este opúsculo un grupo de notas y reflexiones basadas en lecturas y en debates y comentarios que sobre diversos temas se producen ordinariamente en nuestros talleres. Deseo compartirlos con vosotros en la esperanza de que os resulten de algún interés y provecho. La Masonería es una vertiente inagotable de reflexión y exaltación de los más elevados conocimientos y escruta en los insondables misterios del espíritu y en los vericuetos más recónditos de la condición humana, mostrándonos los caminos de la superación personal y colectiva, pues sin orientación y guía adecuados no somos más que minotauros extraviados en el laberinto del mundo, vanamente empeñados en descifrar los insondables enigmas del destino. En el frondoso huerto de la Masonería me ha tocado, como a vosotros, cosechar algunos frutos que ahora os ofrezco como testimonio de indagación, de cuestionamiento y de búsqueda; elementos básicos si intentamos descifrar las claves que se nos van mostrando en nuestros procesos de avance y evolución en la Orden.
En este época, en la que campean los antivalores utilitarios y pueriles, la Masonería es una clara opción de superación y de coherencia vivencial donde he encontrado intensas luces y manos fraternas que me han guiado sabia y afectuosamente aunque, como sucede en toda organización humana, encontramos a veces una flagrante incompetencia disfrazada de soberbia, boato y parafernalia que esconden superficialidad y hasta conductas reñidas con nuestros más elementales principios, cánones, usos y costumbres. Si estos Apuntes contribuyen de alguna manera a complementar los mecanismos de estudio, investigación y reflexión de los QQ HH que se aproximen a ellos en torno a la percepción de las claves para la superación moral y la búsqueda de la luz, del conocimiento, de la sabiduría, de la tolerancia y de la virtud, habrán cumplido con creces su propósito, mucho más si se llegara a establecer un cierto grado de confluencia o empatía entre el lector y el cauce temático. No diré más. Deseo sinceramente que disfrutéis de estos sencillos Apuntes pergeñados a la manera de un calidoscopio donde se reflejan elevados pensamientos y valores a cuyos desafíos e interrogantes debéis dar respuesta desde vuestra propia perspectiva, como últimos e íntimos jueces de esta pequeña obra. Quod erat demostrandum… El autor V de La Paz, Octubre 2005 e v