Antología seguir a bodoc 6°d

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La noche danzante Isaí Mogaburo Una vez me dijeron que hubo una isla hermosa con aguas cristalinas, especies de árboles y flores que nunca se habían visto, frutas riquísimas. Allí vivían personas muy raras. Creían en una diosa de fuego y en el dios del agua. La isla tenía tres pueblos. La envidia de los civilizados llevó a destruir dos de los pueblos más hermosos. El sabio predijo el futuro ¡TODO VA A SER UN CAOS! ¡TODOS CERRARÁN LOS OJOS MENOS ELLA! Pasaron los días y no se supo nada más del sabio. El pueblo Florista, el único pueblo sobreviviente, celebraba con una gran fiesta el día del fuego. Mientras que los civilizados iban al volcán Cucumala a buscar los rubíes. Robaban todo lo que veían, hasta que el piso empezó a temblar. El volcán explotó del enojo. De repente el viento se llevó a la isla. En el mar se veía un anciano en un bote, traumado por lo pasado, navegó a ver si encontraba un sobreviviente. Entonces vio a Majurita, el amor de su vida. El amor no se encuentra en todas partes, pero si hay fuego, las posibilidades aumentan.

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Lo que la lava se llevó Agustín Sangiorgio Era un día común y corriente en la playa de Hawái. Un día hermoso, todo de despejado pero terrible, porque el volcán estaba de erupcionar y nadie se daba cuenta. Había un señor que escalaba las montañas y las exploraba. Cuando un día escaló y exploró la montaña de Hawái, vio que el volcán estaba por erupcionar. Cuando se dio cuenta, enseguida le fue a avisar al pueblo y nadie le hacía caso. Todo el pueblo decía: - ¡Ese viejo está locoo! Hasta que llegó el día en el que el volcán iba a erupcionar. Entonces fue derrumbando bosques, edificios, casas, de todo. Casi todo Hawái llamó a la policía, a los bomberos, a la ambulancia para ver si podían detener la lava y también salvar a la gente que se iba a quemar. Pero no lograron detener a la lava. La lava se llevó a todo Hawái y todos sus habitantes. ¿¡FIN!?

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Siempre puedes cambiar de opinión Alan Chacalluca En un pequeño pueblo vivía una familia. A una chica de esa familia no le gustaba hacer algunas cosas, como algunas costumbres. Un día le dijeron a la chica que haga una de esas costumbres que consistía principalmente en estar a las afueras del pueblo. La chica insistió en no ir pero al final fue de todas formas. La chica dijo: -Por lo menos vayamos todos juntos, no quiero ser la única que salga del pueblo. La familia aceptó y cuando estaban saliendo escucharon ruidos que ignoraron. Esos ruidos parecían venir de un volcán que estaba cerca del pueblo. La gente del pueblo no estaba asustada por el volcán porque desde que vivían ahí, el volcán no había erupcionado. Pero cuando la familia regresó, se dieron cuenta que la lava tapó el pueblo. La familia estaba muy triste y la chica también, pero se dio cuenta que lo que odiaba le había salvado la vida. Luego de que la lava se fuera, solo se podía ver un pueblo quemado con muchos cuerpos en el piso. El pueblo estaba lejos de una ciudad. Desde la ciudad vieron el humo y enviaron un helicóptero para traer a la familia. Después de un tiempo, la historia fue conocida. La familia decidió ir a visitar a un pariente. Al llegar, la chica vio que a lo lejos había un pueblo. Fue para allí y se dio cuenta que todas las casas estaban conectadas por un tubo de gas. Fue a una de las casas pero no le abrieron la puerta. Vio por la ventana y vio al dueño de la casa fumando. El hombre dejó su cigarro y se fue. Después vino un viento muy fuerte que movió el cigarro al tubo de gas. La chica al ver esto buscó la manera de evitar lo que ella había visto pero solo pudo salvar una familia y su casa. Luego la familia le dijo una palabra a la chica en otro idioma que en español sería GRACIAS.

Alejandro Britez 4


Episodio 1: La gran llama Un día en una casa una familia estaba comiendo. Después de comer, el hijo y el padre fueron a fumar un cigarrillo. Más tarde, se quedaron dormidos con el cigarrillo en la cama. La mamá estaba limpiando los platos, los cubiertos… Mientras se dormían, la mamá estaba ordenando la casa, puso una alfombra al lado de ellos. Vio que al padre se le cayó el cigarrillo. Episodio 2: El fuego Empezó a salir humo de la alfombra por el cigarrillo que se había caído del padre. Después de un rato, empezó el fuego a fluir por la casa. Estaba todo lleno de humo, la mamá estaba en la habitación. Sintió calor, dijo: - ¡Atrás! Cuando bajó, el sofá que estaba al lado de la alfombra se empezó a quemar, la mamá gritó: - ¡Fuego, fuego, fuego! Se despertaron el hijo y el padre. El hijo gritó: - ¡Fuego, fuego! Todos salieron corriendo. La mamá se había olvidado a Michi. Entró rápido a buscarlo, no lo encontraron. Después la mamá salió. El hijo dijo: Mamá, casi se te cae la casa arriba tuyo. La mamá dijo: - No encontré a Michi. El hijo dijo: -Seguro se fue con su amiguita May, la gata. Después llamaron a los bomberos. Por suerte la casa no se cayó nunca, seguía en pie. Llegaron los bomberos, apagaron todo el fuego por suerte. Después de años, estaban viviendo en Argentina, Buenos Aires. Todos estaban bien, así que el hijo seguía fumando. Un día, mientras fumaba, se cayó una chispa en el sofá. Se prendió fuego la casa, pero ese día la mamá y el papá estaban trabajando. Llamaron al padre por teléfono: -Tienes que venir a tu casa. Pasó lo mismo con la mamá.

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Fueron corriendo los bomberos. Se veía desde lejos la sirena. Pensaron en si les habían robado o algo peor. Cuando llegaron, estaban apagando el fuego. Pensaron los dos, ¿estará bien mi hijo? De repente, la policía les dijo: -Lo siento, su hijo murió quemado. Salieron lágrimas como nunca había pasado en sus vidas. Ese día fue fatal. Después de años de ese desastre toda la familia estaba inactiva. Después de cinco años, la mamá murió por un infarto del corazón. El padre estaba solo, triste, así que fue a ver a su mujer a la tumba. Estaba hablando con su mujer y le dijo: - No te preocupes, pronto estarás conmigo. El hombre dijo: -Bueno, pronto estaré contigo también. Te quiero, adiós. El fuego nos llevó a todos... Episodio 3: Después de años, el padre tenía 89 años. Estaba viejo pero rico. La mujer que lo cuidaba lo mató porque lo acosaba. Le disparó siete balas. La policía la arresto porque le había disparado al viejo de 89 años. Así fueron todos al lugar del que todos hablaban...

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Lo que puede provocar el cigarrillo Alejandro González Había una vez un papá llamado Marcelo que había dejado un cigarrillo en la mesa. Su hijo Martin, de dos años, se acercó al cigarrillo y se quemó. Después, el papá entró a la casa y le dijo: - ¿Qué te pasa hijo? Te noto muy extraño. - Me estoy quemando. Mientras que viajaban sucedió una tragedia. El hijo se estaba desmayando. Después de muchas tragedias llegaron al hospital y el enfermero dijo: -Papá, es muy grave, de vida o muerte. Tiene que donarle sangre a su hijo, está perdiendo mucha sangre, puede morir. Después de donarle sangre a su hijo, llegaron a su casa y la mama los estaba esperando. Se enojó mucho pero mucho con los dos y al papá lo echó de la casa. Al hijo lo castigó por dos meses.

La vida cambia Azul Luna Juan es el padre de Joaquín. Siempre llegan juntos a su casa. Joaquín, después de la escuela va a fútbol. Cuando el papá lo deja en el club va a la 7


casa y prende la tele. Mientras mira la tele, piensa cuando su ex mujer le decía todos los días que lo iba a dejar si no dejaba de fumar y tomar, porque podría provocar un accidente.Cuando su mujer se fue, todo cambió. La casa quedó fría y oscura. También parecía que el viento se llevó la alegría y que nadie volvería a ser feliz. El accidente todavía no pasó por esa razón. Juan seguía tomando y fumando. Vio que era la hora de ir a buscar a Joaquín. - Hola, hijo. - Hola, papá. ¿Vamos? - Si. Desde que subieron al auto ninguno dijo una palabra. Llegaron a su casa y Joaquín le dijo al papá: - ¿Papá, puedo ir a la casa de mi amigo? - Si, ¿a qué hora vas a venir? - A las diez. Juan vio la hora y eran las ocho. El aprovechó. Agarró el cigarrillo y una caja entera de cerveza. Juan aumentó el volumen y empezó a tomar y a fumar. Pasó un tiempo largo. Se le termino la cerveza y fue a buscar más. Dejó el cigarrillo adelante de la tele. Como el volumen estaba muy alto, el cigarrillo se cayó arriba de la alfombra. La alfombra empezó a quemarse. Juan sintió olor a quemado y la casa se empezó a quemar. Joaquín vino a su casa y vio la casa en llamas. Llamó a los bomberos. Llegaron los bomberos y lo salvaron a Juan. Juan mientras estaba en la ambulancia juró que nunca más iba a fumar y a tomar más. Él, cruzó los dedos cuando dijo eso.

La muerte no roba Candela Jiménez 8


El padre dejó el cigarrillo en su mesita de luz, luego él se durmió. Vino su hijo de 4 años, agarró el cigarro que estaba en la mesa, su papá estaba durmiendo porque había bebido mucho alcohol, parecía que se había desmayado. Luego Santino, el hijo, tomó el cigarrillo, se quemó y tiró el cigarrillo arriba de la cama del papá. Santino fue corriendo a despertar al padre que estaba durmiendo en el sillón. Después de un rato el padre por fin se levantó. Al ver mucho humo, la vecina llamó a los bomberos. Después de un rato llegaron los bomberos, pudieron salvar al niño pero el padre estaba en mal estado. Todo era gris, el fuego arrasó y lastimó al padre. Al hacer los estudios del padre, los médicos dijeron que se estaba mejorando. Luego de cuatro años el padre estaba en su casa con Santi. En un momento, Santi le pregunta: - Papi, ¿la muerte nos roba a los seres amados? El padre responde: - La muerte no nos roba a los seres amados. Al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo. La vida sí que nos los roba muchas veces y definitivamente. Desde ese momento todo se fue por un viento.

El señor que fumaba mucho 9


Ema Agüero Había una vez, un señor que se llamaba Axel. Era muy adicto al cigarrillo, fumaba cada rato y no se cansaba. Un día estaba fumando en su sillón, dejó el cigarrillo ahí arriba. Por la culpa de ese cigarrillo se incendió toda la casa y él murió ahí adentro, no tuvo tiempo de salir. Gritó hasta que se le fue la voz. Murió de una manera tan fea. Su familia se enteró de la situación y se quedaron totalmente destruidos, no lo podían creer. Dijeron: ¡¡¡¡¡¿¿Por qué??!!!! Ellos fueron a la casa de Axel. La casa estaba toda quemada, mejor dicho, totalmente destruida, se pusieron muy mal por lo que estaban viendo. La familia se fue cada uno a su casa, muy tristes, no paraban de pensar en Axel porque lo querían mucho. Era una persona muy buena, de un gran corazón. Antes de morir, empezó a llover muy fuerte. Él dijo: - No es nada, me voy a dormir. Así fue, se acostó y soñó algo muy feo, que iba a morir por un cigarrillo. Él no creyó en su sueño y como dijo el sueño, murió por un cigarrillo.

Por culpa del cigarrillo Solange Sebastiao

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Había una vez una familia. Una mamá, un papá y dos hijos. Todo empezó así: el papá se llamaba Lucas, la mama Gloria, el hijo mayor se llamaba Elvio, el chico menor se llamaba Gabhi. Lucas fumaba. Un día, Lucas estaba en la cocina con Gabhi, su hijo mayor. Él siempre prendía fuego. El papá había dejado el cigarrillo arriba del cenicero. El hijo se fue a la terraza con su celular y el papá se había ido al baño, el hijo menor y la mamá estaban durmiendo. Como hacía un viento el cigarrillo se cayó del cenicero y se estaba prendiendo fuego la cocina. Gabhi no sentía el olor a quemado y el papá tampoco. La mamá y el hermano menor no sentían porque estaban durmiendo. El papá había salido del baño y lo primero que hizo fue ir a buscar a su hijo mayor para retarlo porque él siempre prendía fuego las cosas, pero él no era el que estaba prendiendo. Fue después a Lucas, se le vino a la mente, “Mi cigarrillo, Gabhi no fue el que estaba prendiendo fuego”. Fue a la cocina y se estaba quemando todo. Le gritó a Gabhi para que salga de la casa. Fue a buscar a su mujer y estaba inconsciente y su hijo menor también estaba inconsciente. Sacó a su mujer y Gabhi a su hermanito. Salieron de la casa los cuatro. Lo primero que hizo el papá fue llamar a la ambulancia y a los bomberos. Los llevaron al hospital a la mamá y a su hermanito. El bebé estaba en la incubadora recuperándose y la mamá estaba bien. Volvieron a su casa los cuatro bien.

El sol siempre vuelve a salir Dylan Gomez y Luciano Gayol

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El sábado por la noche, luego del partido de fútbol con los chicos de Samoré, nos fuimos a la casa de Dylan. Al llegar a la casa, la mamá nos estaba esperando con las pizzas, ya en el horno. Thiago, estaba muy enojado porque había errado un penal, y Lucho se burlaba de él. Ariel, el más tranquilo de todos, quiso que dejaran de burlarse de él. En eso llega el padre de Joaquín con las gaseosas y al escuchar la conversación entre los chicos, intervino. Se sentó en el sillón, se prendió un cigarrillo, y escuchó atentamente el relato de los chicos, que hablaban todos juntos. En una de esas la madre de Dylan, llama al papá de Joaquín, para que se acerque a la cocina, para ayudar. Se levanta, dejando el cigarrillo en la mesita y luego cae en el mantel. Los amigos, al estar tan ocupados en la discusión, no notan ni huelen el olor a quemado. Cuando los adultos se dan cuenta de la situación, Ariel salió gritando. Mientras que Luciano estaba en el baño todos bajaron corriendo del 5to piso. Cuando Luciano salió del baño, por dentro, pensó que el fuego no solo lastima el cuerpo, también el alma. Al llegar a la planta baja vio que estaba cerrada la puerta y la pateó con toda su fuerza hasta romper el vidrio. Con ese golpe, Luciano se cortó la pierna.

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Al llegar los bomberos y la ambulancia, trasladaron a los heridos al hospital más cercano, le comunicaron a los padres de Luciano que no iba a poder jugar más a la pelota y ahí se le llenaron los ojos de lagrima. Era lo que él más amaba. Los papá de lucho le avisaron al DT y al DT se le ocurrió una idea. Él estaba viendo el diario que decía que un científico descubrió una pierna robot. Cinco años después, después de tantas transfusiones, Lucho volvió a jugar a la pelota. Dos días después el DT le dijo que el sol siempre vuelve a salir.

Familia/s Emanuel Casimiro

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Hola, me llamo Matías y les voy a contar sobre mi vida. Yo vivo con mis padres desde que me acuerdo. Ya basta de eso porque hoy cumplo años, cumplo 18 años. Después de que se fue mi tío Juancho, mis papás me llaman y voy a su pieza y me cuentan que yo no soy su hijo, sino que un día aparecí en la puerta con solo tres meses de edad. Yo enojado me fui a mi pieza. Estaba enojado, con miedo y con preguntas en la cabeza y me quedé dormido. Soñé algo raro. Llamas, fuego. Cuando me desperté mi mamé, que ya no era mi mamá, estaba abajo preparando café. Bajé y había un recorte de diario en la mesa que decía que una familia había sido quemada. Solo sobrevivió el hijo. Me sentí solo en la vida. Fui a la ubicación de la casa. Un vecino de en frente, un hombre anciano, me dio la ubicación del cementerio y de las tumbas. Había un señor al lado de las tumbas, le pregunté si conocía a la pareja. Él me dijo que sí, que la señora era su hija. Lo abracé y le dije: - Abuelo. Él me llevó a mi casa con mis padres. Nos contó muchas cosas de mis padres. Yo me quería quedar a vivir con él, pero él me dijo. - Ellos son tus nuevos padres, pero yo siempre seré tu abuelo. Me contó donde vive y que lo visite cuando quiera y se fue. Y yo aquí con mis padres...

Franco Resnik Lo que el fuego pude desaparecer I Mi nombre es Kevin, estoy entrando a la adolescencia, época en la en la que todo cambia: mi autoestima, mi cuerpo, etc. En estos años me estoy sintiendo muy alejado de mi familia, todo lo hago por mi mismo. Si numero todos los cambios podría hacer una lista 14


enorme, pero vamos al punto. Lo que les quiero contar es un relato de un día lluvioso (sí, como todas las historias tristes). Yo estaba volviendo del secundario con malas noticias, malas notas. Mi mamá diciéndome que me calme, que mi padre lo entenderá. Llega la noche, hora de contar mi secreto. Luego, no esperándolo, mi padre enojado me manda a mi habitación. Al día siguiente las lágrimas se quedaron en mi cara, por el hecho de que un cigarrillo hizo que un viento se lleve a mis padres. El fuego puede desaparecer II Luego de ese desastre, me vi obligado a ir a vivir con mi tía. Seguiré con la tristeza, el hecho de que la última palabra que escuché de mi padre fue: - Hasta que no hagas algo bueno por tu vida no te hablaré como si fueras mi hijo. Y la de mi madre fue: - Hijo, calmate, todo saldrá bien aunque te tarde veinte años. Todavía no se qué quiso decir, aunque se que algo importante. Aunque todavía no lo se. Bueno, en cuanto a vivir en la casa de mi tía, no es por mucho tiempo porque dentro de poco me iré a un lugar lejano, en el que olvide el fuego. Lo adivinarán en otro momento. ¿FIN? El fuego puede desaparecer III Bueno seguro ya pensaron, ¿a dónde me fui? Me fui a un lugar donde toda esa catástrofe se olvidara. En Bariloche, donde el fuego casi no se ve. Seguro olvidaré todo el dolor pero no se puede escapar del pasado, tarde o temprano te viene a la mente todo lo sucedido. Igual estaré bien ahora viviendo con mi abuela. Estaré creo que toda mi vida. De todas maneras no 15


se, pero bueno, hace poco que me mudé pero me estoy sintiendo como en casa. Seguiré así, mi abuela me contó sus historias (¡¿por qué los ancianos tendrán mejores historias?!). La historia así era: Mi abuela estaba tirándose de una gran montaña. En la bajada se encontró en una cueva donde ahí encontró un lugar en el que habían cristales que reflejaban la poca luz que había y no me dijo nada más (¡¡por dios, decime la historia completa!! Ya está, mucho dramatismo). No se cómo seguirá, pero se que me lo contará. Pero sigamos (alerta espoiler, mezclaré historias). Bueno, cambiando el tema… les contaré la historia de mi padre: Mi padre se recibió en la facultad de Argentina (¿Cuál? No se). Bueno, en un boliche conoció a mi madre, pero todavía no eran pareja. Luego se casaron. A los tres años de casados tuvieron un hijo muy gordito, o sea yo, luego fui creciendo y mi padre se empezó a pelear conmigo y nos distanciamos. En cuanto a mi madre: Se recibió de bachiller. A sus padres se los llevó el viento rápidamente mientras que su tía que la maltrataba intentaba poner una espina en su corazón sin sentimientos. En su adolescencia conoció a mi padre (como ya les dije en la historia de mi padre todo el resto es igual). Bueno, fin de las historias. Ahora seguiré estudiando para recibirme.

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Luego de cuatro años me recibí. Estoy trabajando. Hace dos días salvé a un perro al que casi se lo lleva el viento. Al rescatarlo se volvió mi mejor amigo y gracias a él, conocí a una chica como yo, amante de los perros y le gusta estar en Bariloche. Vivimos en una casa cerca de las montañas. Trajimos a mi abuela porque se que en algún momento el viento se la llevará, pero no quiero que se vaya sola. Nosotros nos quedaremos con ella hasta su partida. Por ahora seguimos felices. Ahora entendí lo que me quería decir mi madre. FIN VERDADERO

Los cuentos pueden cambiarse... Magalí Ortiz Hola, me llamo Clara. Tengo 32 años. Fui muy codiciosa en el pasado y perdí amigos. En el presente soy rica. Cuando estoy sola, el agua simplemente cae de mis ojos, mi soledad cada vez empeora. Para expresarme escribo canciones aunque no es mi mayor talento, lo hago porque pienso que una melodía arregla todo. Como escribir canciones no es mi mayor talento, escribo cuentos. 17


Lo único que me alienta a seguir es mi dinero, pero no me da felicidad. Cambiando de tema. Tengo un solo empleado porque puedo hacer las cosas por mí misma. Mi empleado se llama Roberto, no tenemos buena relación porque pienso que su actitud es boba y patética. Últimamente todo me parece patético. Volviendo a mi empleado, Roberto, creo que voy a despedirlo por su actitud. - ¡Roberto! ¡Roberto! - ¿Si? Señora Cruz. - Tu actitud me parece patética... (No me dejó terminar de hablar). - Si, jefa. Discúlpeme. - Retirate ¡¡YA!! No se por qué no lo despedí. Siguiendo a mi vida. Escribí un cuento, lo que pasa es que “En un pueblo estalla un volcán y “tapa” todo con lava. Y empieza así: Hace mucho tiempo sucedió algo terrible. Empecemos por el principio. Había una vez, un pueblo al lado de un volcán. Todos vivían mal, no había comida. La gente de ese pueblo comía carne. Mala decisión para un pueblo en donde se habían extinguido las vacas. El pueblo de al lado era un pueblo vegetariano, vivían de plantas aunque no eran realmente felices, todos vivían mal. Un día, el volcán estalló largando lava. El agua cayó de todos los ojos de los dos pueblos y al final nunca hicieron la paz ni tuvieron un minuto de felicidad... El cuento se llama: “Tristeza eterna”. A mí me parece perfecto para niños de 6-7-8 años. Un cuento para que encuentren su lugar de reflexión oscuro. Como no tengo nadie a quien preguntarle voy a preguntarle a Roberto. - ¡Roberto! ¡Roberto - ¿Si? Señora Cruz. - Lee este cuento. 18


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Esto es muy triste ¿No querría hacerlo más feliz? No, es así. Okey, me retiro. No, Roberto. No te retires, voy a hacerle caso a tu sugerencia. Ahora sí, retírate. - Si, señora Cruz. Le hice caso a la sugerencia de Roberto porque cuando hablé con él algo dentro de mi cambió. Me puse feliz, me sentí en el cielo. Algo dentro mío simplemente quería más y más. Por estas razones, le hice caso a su sugerencia. Ya escribí el cuento y se llama “Tenía razón”. Y empieza así: Hola, llamenmé Anabela. Esta es mi historia (en realidad, solo una parte). Vivo en un pueblo al lado de un granero con vacas y verduras. También al lado de ese pueblo hay un volcán, yo siento que va a estallar y por eso construí un refugio de piedras. Un día, cuando le dije esto al pueblo, buscaron una espina y me dijeron que estaba loca y a partir de esa acusación me empezaron a criticar. Me escondí en mi refugio llorando desesperada. Un día escuché un bombero y vi al pueblo suplicando entrar a mi refugio. Los dejé entrar por supuesto. Hice tantos amigos y estaba tan feliz. Y al final, tenía razón.

Este cuento me pareció mejor que el otro, voy a mostrárselo a Roberto y a preguntarle que piensa. - ¡Roberto! Lee este cuento. - Si, señora... (No lo deje terminar de hablar). - Roberto, no me digas señora, solo decime mi nombre. 19


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Está bien, Clara. Este cuento me encantó. Creo que está mejor que el otro cuento. Sí, yo también pienso lo mismo. Y se retiró sin que yo le diga nada. Alguien toca la puerta. ¿Quién

será? Cuando abrí la puerta era el hombre millonario y tacaño que vive enfrente de mi mansión. Esta fue la conversación: - Buenos días, señora Cruz. ¿Qué pensaría usted de acompañarme a comer Sushi? - Perdón, pero no. Yo amo a un hombre que piensa que los cuentos se pueden cambiar.

Incendio Milagros Villalva 20


Había una vez una chica llamada Agustina que vivía en un campo muy lejano. Un día ella se fue de este mundo. Ese día, su hermano se había ido a comprar la comida para el otro día. Ella estaba cocinando, se olvidó de la hornalla prendida con la comida Sentía olor a quemado y pasó tirando Lisofor. Sin querer, le tiró a la hornalla. Pasaron diez segundos y comenzó el calor del incendio. Llegó el hermano de Agus y vio el hogar quemado, gritó: - ¡AGUS! ¿DÓNDE ESTÁS? La encontró pero dormida. Pasaron once segundos y reaccionó que Agustina no estaba en este mundo si no con el de Dios. El hermano llamó a sus padres que estaban en una fiesta. Llegaron llorando por su hija, al día siguiente la llevaron al cementerio. Lloró toda la familia junta.

Campamento en llamas Sofía Agostino y Magalí Garcete Un día, una familia muy querida ganó un cupón para ir a un campamento en Córdoba. Martin y Luly eran novios, tenían dos lindos hijos llamados Natalya y Juaco. Al día siguiente de haber ganado el cupón, se prepararon para ir al campamento. Finalmente llegó la hora. El primer día se pusieron al lado de la fogata. Luly dijo que era muy peligroso asercarse mucho a la fogata. Se levantó Juaco y empezó a correr. Después se levantó 21


Naty y los dos empezaron a correr como unos monos. La mamá les dijo: Quédense quietos niños. Los niños seguían corriendo. Su papá se empezó a enojar y les dijo lo mismo porque si seguían corriendo se iban a tropezar y empujar a alguien. Minutos después, Juaco estaba corriendo y su mamá estaba avivando el fuego. Juaco tropezó y empujó a su mama a la fogata. Las quemaduras fueron leves. La mamá de Juaco empezó a correr en llamas e incendió todo el campamento y las llamas no se apagaron. La familia corrió atrás de ella con baldes de agua para apagar el incendio pero no pudieron. Y lamentablemente la mamá falleció entre las llamas. Pasaron meses y el funeral ya había concurrido. Al final las cenizas que quedaron el viento se las llevó. Al igual que las cenizas, se llevó la vida de Luly.

Siempre puedes ser feliz Úrsula Marzinkus En un pueblo pequeño existió una familia que era realmente alegre, amable y dulce. Era una familia feliz, diferente a otras familias, sin gritos, peleas e insultos. La madre se llamaba María y su padre Nick, solían trabajar todos los días a las 5.30 y llegaban a las 8 de la noche. Una mañana en la que el sol brillaba más que nunca, María se enteró que estaba embarazada de un niña Cuando su novio Nick se enteró se emocionó mucho, los dos estaban muy felices, compraron todo lo necesario: cuna, ropita, biberón y el amor que se le puede dar de una madre a una hija. Llegó el día en el que nació Agustina, para María fue lo mejor que le pasó en la vida, tenerla en sus 22


brazos, era un sueño hecho realidad. Nunca iban a olvidar ese momento tan feliz, sus lágrimas de alegría caían como gotas de lluvia. Para María todo era perfecto, tuvo todo lo que siempre quiso, una familia. Hasta que llegó u día en el que el sol se cubrió por las nubes, fue una noche de tristeza, oscuridad y miedo. Todo comenzó cuando María estaba trabajando, Nick estaba con Agustina en casa cuidándola, se les complicaban las cosas, cada día uno faltaba al trabajo para cuidar a Agustina. Nick estaba en casa fumando y pensando qué hacer con respecto al trabajo y accidentalmente dejó un cigarrillo en el lugar que no debía y se provocó un incendio. No hubo cadáveres pero Agustina estaba en mal estado, se había quemado el brazo derecho. María al enterarse salió corriendo de su trabajo para dirigirse al hospital. Cuando llegó entró a la sala, abrazó a su hija y lloró, pero esta vez no era de alegría, sentía como si su corazón ya no latiese más. Cada día los resultados de Agustina iban empeorando. María y Nick estaban tan preocupados que sus fuerzas parecían agotarse. No podían dormir hasta que el teléfono sonara. Tiririli, tiririli... Contestaron rápidamente y las noticias fueron estas:

- Señora, hablamos desde el hospital, ¿está ahí? - Si, ¿qué pasa? 23


- Su hija se ha recuperado, aún faltan hacerle estudios y todo estará bien. María de repente se alegró, su cara empezó a dar una sonrisa, como cuando ganas la lotería y brinco 3 veces sobre el suelo. Al pasar 5 días llevaron a Agustina de nuevo a casa, al llegar, corriendo los padres le dieron un abrazo muy fuerte y miles de besos. María sabía que lo que paso quedará en la memoria pero lo que más le importaba era el ahora

Algunos comienzos posibles para futuras historias… Lo que el cigarrillo provocó Leandro Romero Un día, el padre de Marita andaba caminando por los departamentos, fumando. De repente se le cayó el cigarrillo, se le cayó en las alfombras. Llegó Marita, le preguntó: - Papá, ¿qué está pasando? - Hija, ¿qué hacés aquí? Es muy peligroso. - ¿Por qué papá? - Porque se está incendiando el edificio. Para no morir se escaparon por la ventana. 24


El mal día de Gonzalo Gino Birraglia Un día el papá de Agustín llevó a sus amigos Damián, Germán y Gonzalo. El papá de Agustín que se llama Omar fue a ver el partido de Boca vs. River. Omar, Damián y Germán son de Boca y Gonzalo es de River. Entre ellos apostaron un asado, pero Gonzalo tenía menos ventaja porque él era uno solo y si perdía River él solo tenía que pagar el asado. Si ganaba River lo pagarían entre tres personas. Un rato después… River perdió y por eso Gonzalo tiene que pagar su trato. Dos días después... Llegó el día del asado, van a comer a lo de Gonzalo. Seis horas después...

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