¿Ser o no ser? Mecanismos de defensa

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¿SER O NO SER? Mecanismos de defensa

¿REFUGIO O PRISIÓN? I.E.C.A.

“INICIACIÓN EN CADA ALMA” Inés Elvira Carvajalino Arévalo


Fecha de creación: 1999 Primera edición: Julio de 2009 Segunda edición: Diciembre de 2014 Tercera edición: Octubre de 2015 Diagramado por: Camilo Ahumedo

©Copyright Octubre de 2015 2


¿SER O NO SER? MECANISMOS DE DEFENSA ¿REFUGIO... O PRISIÓN?

Inés Elvira Carvajalino Arévalo 3


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DEDICATORIA A mi amada y dulce María Lucía, fuente inagotable de mi felicidad. Amiga y compañera fiel, bálsamo de ternura y alegría, luz en mi camino, esperanza a mis anhelos. Hijita: ¡Gracias por estar conmigo!

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Índice Introducción ......................................................... 9 Mecanismos de defensa ........................................ 17 Mecanismos de defensa nocivos o destructivos ..... 21 Nos comportamos como niñ@s .............................. 33 Las emociones ...................................................... 37 El pensamiento negativo ....................................... 47 Las creencias ........................................................ 53 Mecanismos de defensa necesarios ....................... 71 Controla los pensamientos negativos .................... 78 Desarrolla tu guerrero interior .............................. 81 El centinela interior .............................................. 82 Está atento ........................................................... 82 Obsérvate y observa ............................................. 84 Prevé .................................................................... 84 Enfrenta para superar ........................................... 85 Adquirir fortalezas te hace más fuerte .................. 87 Convierte las heridas en callos ............................. 87 Sé paciente, aprende a esperar ............................ 88 Cuando te sientas confundid@ .............................. 89 ¿Ser o no ser? ...................................................... 91 Conclusiones ........................................................ 95

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Introducción Desde que el hombre existe, con él ha existido la “debilidad”; ya que es parte de su naturaleza humana. Esta característica, le ha llevado de una u otra manera, a inventar ciertos mecanismos que le ayuden a defenderse, básicamente de su propia naturaleza; aunque no es consciente de que ésta, es la causa de sus problemas. Dentro de la escala evolutiva, el hombre pertenece al Reino Animal, en el cual alcanza el nivel más alto conocido, el de Animal “ Racional”. Siempre que toco este punto, no puedo menos que reflexionar, sobre lo que esto significa; ya que al parecer, somos los seres más evolucionados, en este plano material, físico y denso al que pertenecemos. Sin embargo, me aterra reconocer que dentro de esta escala de vida, es precisamente el Ser Humano, el único capaz... de destruir el mundo.

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Ningún otro ser... vegetal, mineral o animal, puede hacerlo; pero el Hombre, siendo el más “evolucionado”... entre comillas, es el único, con el poder suficiente para hacerlo. El hombre, se diferencia aparentemente de los demás animales, por dos características especiales: primero, porque “por naturaleza” es un ser netamente emocional; y segundo, porque posee la capacidad, de pensar y razonar. Sin embargo, al observarme y observar el mundo que me rodea, siempre llego a la conclusión, de que el hombre es como un niño... que está en proceso de aprender a manejar, controlar y desarrollar sus capacidades mentales; y que éstas aparecen, como una nueva característica... propia, de su actual nivel de evolución, como “Animal Racional”. Como el ser “emocional” que es, resulta vital y esencial dentro de su desarrollo evolutivo, aprender a manejar y controlar sus emociones. Ya que normalmente éstas, le controlan a él; y la única forma de lograrlo, es precisamente a través del manejo adecuado de la mente, y del uso adecuado de la capacidad de raciocinio que posee.

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Siempre me ha gustado ilustrar las ideas con ejemplos, así es que vamos a imaginar un amplio camino, por el cual corre veloz un brioso caballo, montado por un hombre común. De repente, una imprevista explosión asusta al caballo, que en un instante se desboca... el jinete pierde el control y se precipitan a un abismo, donde perecen... jinete y caballo. Si relacionamos este ejemplo con la vida real, con nosotros mism@s, con nuestras reacciones... las “emociones”, y con el papel tan importante que juega la mente en todo esto, notaremos que el ejemplo anterior se ajusta perfectamente, a algunos de esos momentos que todos hemos tenido alguna vez, en los cuales paseamos como en nuestra historia, tranquilamente por el jardín de la vida... montados ágilmente sobre el brioso caballo de las emociones. Todo parece estar bajo control, dentro de parámetros de normalidad y todo se desarrolla tranquilamente; la vida parece fácil y perfecta. Sin embargo, de pronto sucede cualquier cosa fuera de lo normal... generalmente son situaciones inesperadas, que alteran nuestra vida y nos afectan profundamente, a nivel emocional.

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En un instante, al sentir que perdemos el control sobre lo que está pasando, inconscientemente, permitimos que nuestras emociones tomen el control y se desboquen; arrastrándonos a abismos de dolor y sufrimiento, donde muchas veces llegamos a perder... lo que más amamos... relaciones, aprecio, respeto, trabajo, salud e incluso... hasta la propia vida. Todo esto sucede, porque en ese momento fuimos incapaces de “pensar”, de reflexionar, de calmarnos; y nos dejamos arrastrar por la pasión de nuestras emociones, de nuestro ego, de esa inesperada pérdida de control que tuvimos y que causó ese fatal momento. Y después... no vale lamentarnos, ya no hay nada que hacer; lo pasado... pasado está y no se puede cambiar.

En la medida en que desarrollamos la capacidad de pensar antes de hablar o de pensar antes de actuar, disminuimos la fuerza destructiva, que las emociones descontroladas pueden llegar a causar. Logramos tener una perspectiva mucho más amplia y objetiva de las cosas que nos pasan y gradualmente, adquirimos el control sobre nosotr@s mism@s; lo que nos permite en alguna medida, ser dueñ@s de nuestra propia vida.

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De esta manera, lograremos alcanzar uno de los objetivos más importantes de nuestro proceso de aprendizaje en este plano: Desarrollar la mente, para alcanzar a través de ella, el manejo y control de las emociones; para de esta forma llegar a avanzar y evolucionar espiritualmente.

Ahora, es importante recordar que el ser humano, en el desarrollo de su proceso evolutivo y ante situaciones imprevistas que le afectan y desajustan, activa ciertas respuestas mecánicas y naturales, que conocemos... como “mecanismos de defensa”.

Dentro de los diferentes tipos de mecanismos de defensa que el ser humano ha desarrollado para protegerse, existen algunos que son útiles y necesarios, para su seguridad y supervivencia; pero hay otros, que son dañinos y que le debilitan en lugar de fortalecerle. Por lo tanto, son innecesarios y deben ser replanteados, para ajustarlos a nuestra vida. 13


Así es que antes de continuar, consideramos importante, establecer un común denominador, respecto al concepto que tenemos, de lo que es... un “mecanismo de defensa”.

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MECANISMOS DE DEFENSA

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UN MECANISMO DE DEFENSA Es un sistema de protección mecánico, que en el ser humano se manifiesta en forma refleja, involuntaria o subconsciente, a través de actitudes o comportamientos que activan sus defensas, cuando se siente atacado... o simplemente, cuando se siente débil, frágil o vulnerable, en algún aspecto de su personalidad. Todo esto, con el objetivo de protegerse, prevenir... o en la mayoría de los casos, evadir o no tener que enfrentar, la realidad.

Existen dos tipos de Mecanismos de Defensa: Los Mecanismos de Defensa Nocivos o Destructivos, y los Mecanismos de Defensa Útiles y Necesarios.

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MECANISMOS DE DEFENSA NOCIVOS O DESTRUCTIVOS

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Mecanismos de defensa nocivos o destructivos Utilizamos estos mecanismos, cuando nos sentimos indefensos e inconscientemente sabemos, que estamos frágiles emocionalmente.

Sabemos, que un acercamiento con las personas que amamos, podría... desmoronamos; y en el fondo, no queremos defraudarles ni dar motivos, para que pierdan la imagen... que tienen de nosotros. Así es que, preferimos aparentar algo que no somos... ponernos una máscara o escondemos, detrás de una armadura artificial, para protegernos de esa posibilidad.

Nos aislamos, para evitar a las personas que no queremos enfrentar; o para huir de las situaciones difíciles. Nos pasamos la vida evadiendo... para no tener que enfrentar las cosas, tal como son. Huimos de la realidad; tememos afrontar el hecho, de que las cosas no sean... como creemos o como queremos que sean.

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Y el miedo nos lleva... a vivir escondiéndonos. Si tuviéramos el valor de enfrentar la realidad, nos daríamos cuenta de que todas esas situaciones que creamos, no son más que la manifestación de alguna fragilidad o debilidad de nuestro carácter o personalidad, que podemos enfrentar y superar. El temor, el miedo, la timidez, la inseguridad, la misma necesidad de ser aceptados por los demás, hacen que nos volvamos inseguros y que nos comparemos con los demás, aumentando nuestro malestar... al sentirnos en desventaja. La cuestión es que ante esto, preferimos adoptar actitudes de defensa, como el mal genio, la seriedad, la mala cara, el afán, la indiferencia... con tal de no tener que enfrentar, que hay algo... por resolver. Nos escudamos tras una armadura, para no tener que enfrentar la realidad. Pero, de lo que no nos damos cuenta, es de que al pretender evitar estas situaciones, nos aislamos de la gente y del mundo; encerrándonos en nuestros propios límites. Causándonos no sólo una gran tristeza, sino también causándonos y causándole mucho daño, a la gente que está cerca a nosotros. 24


Con esta actitud, no sólo... no logramos solucionar el problema, sino que lo fortalecemos, aumentándolo y agudizándolo, al propiciar nuevas y difíciles crisis. Y la cuestión es, que poco a poco, vamos entrando en un círculo vicioso... difícil de romper; donde cada día nos sentimos peor, solos y con una gran dificultad para avanzar y salir de eso. Es como si cargáramos con un gran peso, que nos impide avanzar... Es el lastre de todos nuestros conflictos sin resolver, el lastre de los obstáculos que ponemos entre nosotros y los demás, el lastre de nuestra propia consciencia, que en el fondo nos reclama... nuestra falta de acción. Pero el ser humano es cómodo... a veces perezoso, y prefiere la línea del menor esfuerzo. Se deja engañar por las apariencias y prefiere tomar el camino que parece más sencillo, en lugar, del de enfrentar las cosas... para poder superarlas. Es entonces, cuando empezamos a desarrollar los famosos mecanismos de defensa... y sin siquiera darnos cuenta, en forma totalmente inconsciente, empezamos a construir nuestra armadura, nuestro supuesto refugio... sin saber, que será nuestra prisión. 25


Creamos barreras o murallas, para evitar a la gente. Aparentamos estar bravos o hacemos mala cara, para que no se nos acerquen o no nos hablen. Evadimos a los demás, argumentando estar de afán, no tener tiempo para hablar o detenernos por un momento. Nos escudamos en el trabajo, para no tener que enfrentar a las personas o las situaciones que se presentan. Vivimos a la ligera, en forma superficial e intrascendente, como si la vida fuera una rumba; para no enfrentarla, ni enfrentar las responsabilidades y obligaciones. Inconscientemente, nos negamos a crecer y madurar. Nos escudamos y apoyamos en el trago... creyendo que podemos ahogar en él, los problemas; y lo que hacemos... es ahogarnos en él.

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Otras veces, nos escudamos y apoyamos en el cigarrillo; creemos que nos dará la seguridad y la facilidad para relacionarnos; que va a curar nuestro mal genio, que nos quitará el hambre y hasta el frío... Nos dejamos envolver en el humo, que es sólo un espejismo que usamos, para no ver...lo que no queremos ver. Espejismo, que puede llevarnos a hundirnos en la droga... buscando en ella, un apoyo para poder vivir; para evadir la realidad. La cuestión es, que en ese evadir... podemos llegar, a destruirnos. Y así, vamos pasando por una y otra cosa, pretendiendo llenar nuestros vacíos. Nos escudamos en el juego, como la solución a nuestras obligaciones y responsabilidades. Queremos encontrar fácil, lo que se logra, con el fruto del trabajo. Y como nada llena esos vacíos... nos aislamos en completa soledad; encerrándonos... para evitar la vida, a la gente y sobre todo, para no tener que enfrentar la cruda realidad... Y entonces, la mentira, se vuelve parte habitual de nuestra vida... Engañamos... y nos engañamos.

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Utilizamos la indiferencia, para aparentar que no nos pasa nada; que no estamos afectados. Engañamos... y nos engañamos. Negamos la realidad y las cosas que nos pasan. Engañamos... y nos engañamos. Y el Auto engaño se convierte, en el huésped habitual de nuestra vida. La cuestión es, que es un enemigo peligroso... porque es imperceptible; porque nos susurra a toda hora, historias irreales que nos engañan... llevándonos a tener ideas absurdas y sin sentido. Su habilidad, está en los argumentos que utiliza para convencernos y hacernos perder la objetividad. Son argumentos muy convincentes y que a nuestro parecer, resultan válidos y convenientes; sólo que poco a poco, nos llevan a perdernos a nosotros mismos, evitando... que nos situemos en la realidad. La naturaleza humana, es común a todos... hombres, mujeres, niños y ancianos; donde todos somos iguales... siendo, sustancialmente diferentes. Y dentro de esta compleja afirmación, vemos que...

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Somos iguales, en cuanto a que todos hacemos cosas; nos movemos, actuamos, creamos, etc. Todos sentimos, es decir tenemos emociones. Todos pensamos, somos seres racionales; aunque no siempre lo pongamos en práctica. Todos creemos en algo, así sea en nada; pero de todas maneras creemos en algo. Tenemos fe y creencias religiosas, filosóficas y morales. Todos somos responsables de nosotros mismos, en menor o mayor grado, de acuerdo al desarrollo de nuestra consciencia; pero finalmente, todos somos responsables de lo que hacemos y dejamos de hacer, de lo que pensamos, lo que sentimos y lo que creemos. Así es que, cuando sentimos que algo externo a nosotros, resulta una amenaza y puede llegar a lastimarnos, dañarnos o simplemente a afectarnos, activamos una alarma interior... que nos dice a gritos, que dentro de nosotros mismos, existe un factor deficiente, frágil, débil o vulnerable... que en cualquier momento, puede hacernos daño. 29


Desafortunadamente, la misma naturaleza de ignorancia que poseemos los seres humanos, hace que no podamos ver lo que tenemos... ni en la punta de la nariz; generalmente, por estar mirando hacia otro lado. Así es que la forma más sencilla de resolver las cosas, ha sido crear un mecanismo de defensa, que nos haga creer que el problema que nos afecta, es causado por un factor externo y no por nosotros mismos. Auto engaño...?, Miedo a enfrentar...?, Miedo a tener que realizar cambios en la propia personalidad y carácter...?, La línea del menor esfuerzo...?, Comodidad...? En fin, son muchos los factores que pueden incidir, en que el ser humano siempre busque afuera, lo que se encuentra... dentro de sí mismo. Estamos acostumbrados... a buscar responsables, fuera de nosotros mismos; nos pasamos la vida, señalando a las personas que tenemos al frente, acusándoles de ser responsables de lo que nos pasa: - “Me dijo... me hizo...”; siempre estamos señalando con el dedo índice y nos olvidamos de los otros cuatro dedos, que nos están señalando a nosotros mismos. 30


Es más fácil responsabilizar a alguien, que reconocer... que somos los únicos culpables y responsables de lo que nos pasa. La verdad es, que somos nosotros mismos quienes nos causamos daño; ya que nadie ni nada puede causárnoslo, a menos... que nosotros lo permitamos. Por lo tanto, es de vital importancia reconocerlo. Por otra parte, se nos olvida que somos “Hijos” de Dios y que fuimos creados bajo unas Leyes Universales y Humanas, que defienden nuestros derechos:

Ley de la individualidad: Somos seres únicos e irrepetibles, dueños de lo que hacemos o dejamos de hacer. Por lo tanto, ciento por ciento responsables, de nosotros mismos.

Ley del libre albedrío: Tenemos la capacidad de elegir y de tomar nuestras propias decisiones. Nadie ni nada puede tener control sobre nosotros, a menos... que lo permitamos. 31


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Nos comportamos como niños... en forma infantil e inmadura Dentro del proceso de formación y de aprendizaje que experimentamos diariamente a través de la vida, estamos expuestos a muchas situaciones, que por ser nuevas... o simplemente por no saber cómo manejar, nos afectan; desestabilizando nuestra vida.

A veces, porque no les damos la suficiente importancia; y otras veces, porque llevados por la emoción de lo nuevo, nos precipitamos al actuar y luego sufrimos, al tener que enfrentar sus consecuencias.

Y así vivimos lastimándonos... por lo que hacemos o dejamos de hacer; sumidos en estados de ignorancia, de inocencia e ingenuidad... fruto de una inmadurez cargada de ímpetu, irreflexión e inconsciencia; que a su vez genera inseguridad e inestabilidad en nosotros mismos y en los demás. 33


Ignorancia

Realmente no sabemos, imaginamos... que podemos lastimamos.

ni

Inocencia

- No hay ninguna intención ni maldad... en lo que hacemos.

Ingenuidad

dañar.

- No creemos que algo... nos pueda

Inmadurez - No tenemos experiencia, aún estamos biches... y en proceso de madurar.

Ímpetu - Actuamos con una gran cantidad de energía,

pero sin ningún tipo de precaución y control.

Irreflexión nuestros actos.

- No medimos las consecuencias de

Inconsciencia

cosas que hacemos.

- No nos damos cuenta, de las

Inseguridad - No nos conocemos, ni conocemos lo

suficiente el mundo que nos rodea; y por lo tanto, no nos sentimos seguros. Sentimos miedo ante lo desconocido.

Inestabilidad - Todos los factores anteriores, nos generan inestabilidad. 34


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LAS EMOCIONES

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Las emociones Nuestra naturaleza humana, netamente emocional, nos hace frágiles, volubles, vulnerables e inestables y dependientes de todo. Nuestros sentimientos, al igual que nuestros estados de ánimo, cambian constantemente; lo mismo que los pensamientos y las situaciones que vivimos día a día; indicando que somos supremamente variables. Esta nueva condición, genera en nosotros no sólo grandes conflictos, sino una continua inestabilidad emocional y mental.

Cuando algo no resulta como queremos o como lo esperamos, sufrimos; y la reacción perfecta, es responsabilizar a los demás, por lo que nos pasa. Y así nos pasamos la vida, culpando a los demás... - “Es que fulanito de tal... me hizo... - me dijo... - no me... - no le...”. En fin, son miles las razones para sentirnos afectados emocionalmente; incluso el mismo clima, es una causa de congoja... si amanece lloviendo, o de alegría... si sale el sol. La cuestión es, que nunca estamos contentos ni satisfechos con lo que tenemos... 39


Sin embargo, yo me pregunto... - ¿Realmente los demás tienen el poder de controlar y afectar mi vida y mis emociones? - Si yo mism@, no tengo fácilmente ese poder... de controlarme. ¿lo tendrán acaso los demás? - ¿No será que lo que siento, es causado por mí mism@? - ¿Que no he manejado adecuadamente las cosas? - ¿Que la actitud que tomo, no es la adecuada? - ¿Qué será lo que sucede realmente? No será que yo mism@ me lastimo... cuando permito que mis emociones se vuelven indomables e incontrolables; por ser tan inestables e inesperadas? Será que son tan impactantes y no les encuentro sentido, porque parecen ilusorias... y me llevan a actuar en forma irracional? Será que eso me lleva a sentirme... IMPONENTE... pero al mismo tiempo, impotente ante ellas...? Será que todo esto, no sólo me afecta, sino que también afecta a los demás...?

Indomables

- A veces cuando las emociones se presentan, nos resulta difícil controlarlas y nos alteramos tanto, que parecemos fieras salvajes; esta tremenda realidad, nos lleva a comprender la importancia y necesidad... de aprender a “domar”, no sólo nuestras emociones, sino también nuestro carácter y temperamento.

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No podemos seguir permitiendo, que siendo éstas, sólo una parte de nosotros, nos controlen y arruinen nuestras vidas. Es hora, de que empecemos a manejar nuestras emociones y a “domar la fiera”, que hay en cada uno de nosotros. Qué bueno sería... tener unas “riendas para emociones”. Riendas... lógicamente virtuales, que nos permitieran no sólo controlarlas, sino encausarlas y dirigirlas en forma adecuada y constructiva; para evitar de alguna forma, que ellas nos controlen a nosotros, porque al parecer... son incontrolables.

Incontrolables

- Bien sabemos que las emociones... normalmente, funcionan de manera incontrolable y que cuando se descontrolan... nos cuesta mucho trabajo volver a controlarlas; ya que literalmente, se nos salen de las manos. Todos, en algún momento de la vida, hemos experimentado situaciones de este tipo... que se presentan en el momento menos pensado, activando y alterando las emociones, sin previo aviso; y cuando esto sucede, se produce un efecto similar... al de una bomba cuando explota; se afectan las personas, se causan estragos, y hay heridas... dolor y sufrimiento. 41


Lo peor de todo esto, es que a partir del momento en que explotamos... perdemos por completo la capacidad de auto control; oportunidad, que aprovechan las emociones... para controlarnos a nosotros. Sin embargo, la verdad es, que aunque quisiéramos controlarlas... no sabemos cómo hacerlo, ya que ni siquiera sabemos... que tenemos el poder para hacerlo. En esos momentos, nos sentimos totalmente inestables; y esto hace que resulte mucho más difícil, retomar el control.

Inestables

- Las emociones, por naturaleza son inestables y generan en nosotros estados alterados, que afectan nuestra conducta y nuestra vida normal; haciéndonos actuar como si fuéramos veletas, que van al viento que sopla. Esta misma inestabilidad hace que seamos variables y que vivamos cambiando de estados de ánimo, en forma inesperada y de acuerdo al medio que nos rodea.

Inesperadas - Suceden en cualquier momento y

sobretodo en el momento menos pensado, menos esperado y menos adecuado. Lo que las hace ser, extremadamente impactantes.

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Impactantes

- Y lo peor de todo, es que nos afectan profundamente, dejándonos agotados, extenuados y arrasados, después de una experiencia emocional intensa; como si nos hubiera atropellado una locomotora. La cuestión, es que en medio de todo esto, son ilusorias.

Ilusorias

- Ya que muchas veces son producto de nuestra imaginación y no de la realidad. La mente en sus especulaciones y suposiciones, fabrica unas películas increíbles; que nos afectan en la medida en que va evolucionando la trama. Vivimos, pasando de una emoción a otra a velocidades de película y después nos damos cuenta, de que todo aquello... no era real. El único problema, es que cuando nos damos cuenta de esto, muchas veces, ya es demasiado tarde… lo que en ocasiones nos vuelve un poco... irracionales.

Irracionales - Aunque se habla de una “Inteligencia

emocional” y de una “Mente emocional”, que nos pueden llevar a aprender a manejar mejor nuestra energía “emocional y mental”, cuando estamos en estados alterados, actuamos en forma algo irracional; ya que al parecer... sólo sentimos y no pensamos.

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Y este sentir, sin pensar, complica las cosas... no sólo para nosotros, sino para quien por casualidad, intente calmarnos; ya que en ese momento, estamos tan alterados... que quisiéramos “matar y comer del muerto”. En estos casos, lo mejor es mantenernos al margen, como simples espectadores; sin intervenir, porque casi siempre cuando alguien se mete de redentor, acaba crucificado. La famosa... “Trampa del Salvador”. Como podemos ver, las mismas emociones, nos hacen sentir en ocasiones... imponentes.

Imponentes - Fuertes y poderosos.

Sólo basta, con observar a alguien que está lleno de ira... se crece en soberbia y autosuficiencia, haciendo sentir a los demás, insignificantes y sin valor. Por eso hay que tener cuidado y no olvidar a quienes frente a esto... se sienten impotentes.

Impotentes - Indefensos y débiles.

Y como muestra de este ejemplo, basta con observar a quien está recibiendo ese ataque de ira; quien sorprendido e impactado, se siente totalmente impotente, ante la fuerza del ataque... muchas veces, injustificado.

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El pensamiento negativo Lo que pensamos, cuando es negativo, es destructivo; y nos afecta, porque nos hace perder la objetividad, convirtiéndonos en seres subjetivos, que tomamos todo en forma personal. Lo que nos lleva a creer, que somos víctimas de lo que pasa. Cuando los pensamientos se tornan negativos, se pierden las proporciones y se distorsiona la realidad. Empezamos a vivir un mundo de fantasía e irrealidad, donde los pensamientos... son como la cinta de la película de la que hablábamos anteriormente; y nos afecta, de acuerdo a la calidad de nuestros pensamientos, haciéndonos subir como palma... o caer como coco. Esta situación, refleja nuevamente, que no siempre utilizamos adecuadamente nuestra capacidad de raciocinio; que nos dejamos influenciar por las apariencias... por pensamientos superficiales y engañosos, que se encuentran contaminados por las emociones; y que al estar, éstas alteradas, distorsionan nuestra percepción de la realidad...

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La cuestión es, que no estamos acostumbrados a ir al fondo de las cosas y que preferimos irnos por entre las ramas... para no tener que reflexionar, profundizar y razonar sobre lo que nos pasa; quizás porque en el fondo... le tenemos “pánico”, a lo que podamos descubrir. Y esa desafortunadamente, es otra de las causas de nuestro sufrimiento; ya que en el afán de evadir responsabilidades, preferimos actuar en forma ingenua e ilusa, pero... intensa; especializándonos en ser impulsivos, insensatos, inconscientes e impacientes; lo que nos lleva a ser imprudentes e irresponsables.

Ingenuos -

Nos creemos todo lo que pensamos, vemos, escuchamos, sentimos, suponemos e imaginamos.

Ilusos - Vivimos más de sueños... que de realidades;

nos sobre-valoramos, creemos que somos capaces de todo; nos engañamos con el: - “Mmmhhh, ¡Yo puedo!”, y por eso a veces, nos metemos en camisa de once varas.

Intensos

- Se nos mete una idea en la cabeza e insistimos e insistimos en ella, hasta que... o lo logramos... o nos estrellamos contra la realidad; pero no soltamos esa idea, hasta no quedar satisfechos... o desechos.

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Impulsivos - Nos dejamos llevar por las emociones

del momento, impregnadas por excesos de energía, que nos impulsan a hacer cosas... sin la debida reflexión; no logramos templar las emociones a través de la razón y terminamos precipitándonos y estropeando las cosas.

Insensatos

- No utilizamos el sentido común. Muchas veces sabemos que no es sensato hacer algo, pero no le damos importancia a esta advertencia y seguimos adelante, simplemente, con el objetivo de hacer lo que queremos y no, lo que debemos; que generalmente es, lo más conveniente y adecuado.

Inconscientes

- No nos damos cuenta de las cosas, ni siquiera nos damos cuenta de la calidad de nuestros pensamientos, que son la materia prima a través de la cual, creamos emociones y acciones. Sencillamente, dejamos que fluya un chorro de pensamientos... sin control de calidad alguno; pero que poco a poco van contaminando y deteriorando la calidad de toda nuestra vida. La cuestión es, que a veces somos inconscientes naturales, pero otras veces, provocamos esa inconsciencia, al no querer enfrentar las consecuencias de nuestras acciones..

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No somos conscientes, de que tenemos el control en nuestras manos; y que todo depende, de la calidad, de nuestro pensamiento. Vemos de nuevo, que todo este mal manejo de nuestra energía creadora, alimentada por el afán y la impaciencia, nos lleva de tumbo en tumbo, a la creación de nuevas situaciones... que en lugar de contribuir a nuestro bienestar, nos complican cada vez más la vida.

Impacientes

- No sabemos esperar. Olvidamos que todo es un proceso en la vida y que hay un tiempo para cada cosa. Deseamos que todo sea YA; y muchas veces por precipitarnos, lo estropeamos todo. ¿Cuántas veces hemos destruido en el altar de lo inmediato, algo... que pudo ser duradero? Simplemente, porque actuamos en forma imprudente.

Imprudentes

- No tomamos las debidas precauciones, quizás influenciados por pensamientos de poder que nos sobre-valoran, haciéndonos creer que todo lo podemos. Actuamos sin evaluar verdaderamente las probabilidades, somos irresponsables ante el poder que tenemos y sus consecuencias. 50


Irresponsables

- Todo lo anterior, refleja una conducta descuidada, cómoda e irresponsable, basada en la caprichosa voluntad... de hacer lo que se quiere; lógicamente, sin prever las consecuencias contenidas en ello. Todo lo anterior nos confirma, que no siempre actuamos en forma responsable, al utilizar la energía que nos da la vida y que genera nuestros pensamientos, sentimientos y acciones. Lo que indica, que es conveniente aprender a utilizar estos recursos con responsabilidad; para no hacernos daño, ni causarle daño a los demás. La cuestión es, que a veces andamos por la vida tan distraídos y absortos en nuestro propio mundo, que olvidamos, que somos parte de un Todo, donde se manifiesta un orden; y donde si éste se rompe, hay consecuencias.

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LAS CREENCIAS

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Las creencias “LA CONFIANZA, PROVIENE DE LA FE” Por lo tanto: cuando dejamos de creer... dejamos de confiar. Las creencias religiosas, morales, culturales y sociales, son precisamente la estructura que sostiene y rige la vida del ser humano. Cuando por cualquier razón... generalmente por decepción, al sentirnos defraudados en la confianza que depositamos en alguien o en algo... dejamos de creer; perdemos la confianza, y al perder la confianza, perdemos la seguridad y nos convertimos en personas inseguras, frágiles y vulnerables. Nuestra estructura, nuestros cimientos o bases se ven deteriorados; y mientras no trabajemos en fortalecerlos nuevamente, estaremos pendiendo de un hilo. Sabemos, que a veces es difícil creer y aceptar lo que no se comprende, lo que no se entiende... porque parece imposible, o por ser imperceptible, inexplicable, irreal, insólito, incomprensible, insignificante, inalcanzable o ilógico. 55


Imposibles

- Es factible, que situaciones que consideramos imposibles... sucedan; normalmente creemos, que son cosas que le suceden a los demás y que jamás van a sucedernos a nosotros... Un ejemplo de esto, son los accidentes, asesinatos, estafas, muertes súbitas, traiciones, pérdidas, crisis… O por el contrario: ganar la lotería, ser felices o realizar nuestros sueños… en fin; son sucesos inesperados, que generalmente están fuera de nuestro control.

Imperceptibles

Son situaciones que generalmente se están gestando debajo de nuestras narices y no las percibimos, no nos damos cuenta de lo que está pasando, hasta que la situación se destapa abiertamente; y aún entonces, nos parecen imposibles. Es el caso de un hijo drogándose, sin que nadie en la casa se haya dado cuenta. .. De la pareja, que esta siendo infiel... y su compañer@, no se ha percatado de ello... Nos están robando y no nos damos cuenta de ello, hasta mucho tiempo después... 56


Inexplicables

- Son cosas que aunque pasan... no logramos darles una explicación, que justifique lo sucedido. Decimos: - “Estaba divinamente y de repente... se murió”. - “Pero si tan sólo tenía 17 años, estaba en la flor de la vida, cómo pudieron matarlo... si estaba en el piso 12 de un edificio; es increíble que una bala perdida lo haya matado, dicen que penetró por la ventana, rebotó contra la pared y le traspasó el corazón” -. - “Se estaba bañando... dicen que el calentador era de gas y que debió producirse un escape... la encontraron cuatro horas más tarde... ¿cómo puede ser, que se haya muerto?” -

Irreales - Muchas veces, creamos situaciones que no

existen, que son fruto de la mente; del asumir y suponer, de la imaginación... y no de la realidad. Otras veces, ante hechos que ocurren en forma inesperada e intempestiva, tenemos la impresión o la tendencia, a creer, que lo que está pasando o ha pasado, no es real; actuamos como si estuviéramos viviendo una pesadilla, un mal sueño... del que en algún momento esperamos despertar, y nos rehusamos a aceptar la realidad. 57


Especialmente ocurre, ante sucesos traumáticos... como un terremoto, un huracán, un accidente o una tragedia, donde perdemos a uno o varios seres queridos. Lo que nos lleva a ver esas situaciones... como algo irreal, insólito y descabellado...

Insólitas

- Hay situaciones, que es factible que sucedan, pero que jamás pasaron por nuestra mente... ya que nunca contemplamos la posibilidad de que sucedieran; así es que cuando suceden, no nos caben en la cabeza. Como cuando mi esposo me dijo... que ya no me quería; en ese momento, fue como si a la computadora de mi cerebro, le hubieran dado una información que no estaba en su base de datos... hizo corto circuito. Para mí fue algo insólito, inconcebible... jamás pasó por mi mente, que alguien... y menos él, me dijera... que ya no me quería.

Incomprensibles

- Hay situaciones críticas en la vida, que se agravan causando nuevas crisis, por el simple hecho de no poder comprenderlas. Cuando no entendemos algo, cuando no logramos comprenderlo, nos resulta prácticamente imposible aceptarlo.

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La verdad es, que no es fácil aceptar algo que no se entiende; sin embargo, para poder continuar... se hace necesario aceptar las cosas. Seguir estos cuatro pasos, te puede ayudar: 1. CONOCER = Saber 2. ENTENDER = Asimilar 3. ACEPTAR = Reconocer 4. ASUMIR = Implementar Más aún, cuando se trata de comprender las razones que han hecho, que alguien actúe de una u otra manera; o cuando se trata de algo, que resulta incomprensible a nuestro entender. Recordemos, que hay situaciones que parecen descabelladas y ante las que no logramos encontrar respuestas... que justifiquen los resultados. Ante ellas, nos preguntamos una y otra vez... ¿Cómo pudo ser?...

Insignificantes

- Resulta que a veces, no le damos importancia a las personas o a las situaciones que suceden a nuestro alrededor. Estamos tan ocupados en nuestro propio mundo, que todo lo demás desaparece... carente de importancia, frente a lo nuestro. 59


Ejemplo: El hijo pierde el año escolar y sus padres se ponen furiosos exigiéndole una explicación. El hijo les dice que le iba mal en Física y Química porque no entendía. Ellos le reclaman el por qué no pidió ayuda y el hijo finalmente puede expresar, que durante los últimos cuatro meses... estuvo intentándolo, pero nunca le escucharon; nadie en la casa le prestó la atención debida. Al parecer, todos estaban ocupados y no le dieron importancia a sus problemas y necesidades.

Inalcanzables

- La cuestión es, que cuando no es por la razón anterior, dejamos de luchar por nuestros verdaderos sueños; simplemente, porque pensamos que son inalcanzables. Esto, no sólo causa frustración, sino que puede variar el rumbo de una vida, para siempre. Ejemplo: Desde poco después de su nacimiento, los exámenes médicos indicaron, que aquella pequeña niña, no contaba con el desarrollo suficiente de su cerebro, para realizar el aprendizaje normal; lo máximo que los médicos pronosticaron, fue que podría estudiar la primaria. Pese a ello, sus padres no se dieron por vencidos; al preguntarle a la niña si podría un poco más, ella siempre respondía “que no creía”, pero ellos siempre lucharon contra el “no puedo”; llevando a su hija, al logro de sus metas.

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Hoy en día, esta pequeña, que de acuerdo al criterio de la medicina de otros tiempos, fue condenada a una vida limitada, cursa una carrera Universitaria y logró superar sus limitaciones. La fe, la fortaleza y una decisión inquebrantable, venció lo que parecía imposible, y alcanzar... lo que parecía inalcanzable. Confirmando de esta forma, que el rumbo de una vida... cambió radicalmente.

Ilógicas

- Muchas veces, las cosas que suceden no tienen que ver con la lógica; simplemente suceden, y el no poder comprenderlas... bajo la perspectiva de una mente lógica, demora todo proceso de aceptación. Por ejemplo: No es lógico que un bebé recién nacido muera, cuando acaba de iniciar la vida; sin embargo... sucede. No es lógico que después de toda una vida ejemplar, de arduo trabajo y dedicación, alguien se quiebre... y lo pierda todo; pero sucede. Después de un amplio recorrido, por las diferentes situaciones que cualquiera de nosotros puede experimentar; llegamos a conocer, comprender... e identificarnos, con algunos escenarios, que se pueden presentar en la vida. Lo que nos lleva a reflexionar sobre ellos y a ser honestos, para poder llegar a responder, a las siguientes preguntas...

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¿Son los demás... los que me hacen daño? ¿Acaso ellos, tienen el poder... de pensar, actuar y sentir por mí? ¿O será la actitud... que adopto ante las cosas, la que me afecta? ¿Será acaso... que no sé manejar las cosas, las situaciones, las personas, las diferencias, mis emociones y pensamientos? ¿No soy acaso... responsable de lo que hago o dejo de hacer? ¿No soy acaso... responsable y gestor, de lo que pienso y lo que siento; de lo que creo o dejo de creer? Entonces, ¿por qué culpo a los demás... de mis propias responsabilidades? Recuerdo una época de mi vida, en la que entré en crisis total, a causa de mi separación. Algo en mi vida, se había salido totalmente de mi control... el amor de mi marido. Él se había enamorado de mi mejor amiga y nos dejaba, diciéndome... que “ya no me quería”. 62


Aquello era algo que resultaba incomprensible para mí; ¿Cómo podía... no quererme?. En aquel momento no entendía, así es que me resultó imposible aceptarlo; y el no poder aceptarlo, me causó un gran conflicto, que finalmente me llevó a desplomarme interiormente. Durante toda mi vida, había construido una imagen de mí misma, como la de una persona fuerte, inteligente, luchadora, echada para adelante; en fin, la imagen que los que me rodeaban alimentaron en mí y que yo quería tener, para sentirme admirada y respetada. Así es, que a pesar de estar vuelta añicos y de desmoronarme ante mis propios ojos y ante los de algunas personas muy cercanas, continuaba tratando de “aparentar” ante los demás y sobre todo ante mí misma, que yo podía; que era capaz de manejar esa situación y sobre todo, que era capaz de salir adelante. Sin embargo, cuando estaba sola, me aislaba en las murallas de mi propio castillo; me encerraba en mi cuarto, cerraba las cortinas y me metía en la cama intentando dormir... “evadir”.

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Al encerrarme en mí misma, aislaba a mis hijas de mí y no solo a ellas, sino a todo aquel que quisiera acercarse. Y cuando finalmente salía, me colocaba una armadura, para aparentar ser... lo que no era: FUERTE. En aquél entonces, lo peor de todo, era que yo creía que debía ser fuerte... por fuera, y como no lo era, por mi fragilidad interior, necesitaba colocarme una armadura, para aparentar... que lo era. Con el paso del tiempo comprendí, que debía trabajar en ser fuerte; pero por dentro, no por fuera; ya que cuando pretendía ser fuerte por fuera, tenía que colocarme una armadura. Primero que todo, para “aparentar” lo que no era y segundo, para evitar... supuestamente, que me hicieran daño. Era como si de esa forma, pretendiera aislarme del dolor y del sufrimiento, que extrañamente... de todas formas sentía. Recuerdo que cuando visitaba la casa de mis padres, aparentaba estar de mal genio o con afán, para evitar que me preguntaran: “ ¿Qué le pasa?; pues de haberlo hecho, me hubiera desmoronado... y yo no podía darme el lujo, de desmoronarme ante los demás; no podía perder la imagen que ellos tenían de mí. Por lo tanto, me exponía a vivir mi problema sola, sin ningún tipo de apoyo... 64


Finalmente, después de muchos años de cargar con mi armadura y de vivir dentro de mi propia prisión, me sucedió algo similar a lo que le ocurrió al “Caballero de la armadura oxidada”... lloró tanto, que se le oxidó la armadura y finalmente se le cayó. Bueno, a mí... no se me cayó, parece que mi armadura era inoxidable... Simplemente creo, que después de reflexionar durante muchos años, en busca de una explicación que me ayudara a entender lo que me pasaba, fui entendiendo... y aceptando. Una vez, logré aceptar la vida, mi vida; las cosas que me pasaban; a las personas que me rodeaban, y sobre todo; al ir comprendiendo que todo sucede por una razón y con un propósito, de acuerdo a un plan que Dios ha permitido para cada vida; creo que fuí dejando atrás, un poco del orgullo y la soberbia... que sin saberlo, me consumían. Lloré tanto y sufrí tanto, en la condena que yo misma me impuse, que cuando cedí y acepté, me di cuenta de que mi pesada armadura tenia una pequeña puerta; y que yo podía elegir... continuar viviendo prisionera en ella, o salir de allí y poder fluir en libertad. AsÍ es que escogí salir de allí y dejarla, con todo el lastre, que había acumulado a lo largo de los años.

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Hoy en día, me siento libre, feliz y afortunada por haber podido tener esa difícil experiencia; que aunque difícil, me ha enriquecido tanto. Creo que el ser humilde y aceptarse a uno mismo y aceptar la vida como es y no como uno quiere que sea; el aceptar las cosas y a las personas que nos rodean como son y no como queremos que sean, es la clave... para dejar la armadura. El recorrer paso a paso y poco a poco, el sendero hacia el conocimiento de uno mismo, permite saber muy bien quiénes somos, qué queremos, de dónde venimos y para dónde vamos; para de esta forma, lograr aclarar la misión de nuestra vida. Para ser fuertes por dentro, debemos tener muy clara nuestra propia esencia; saber en qué creemos y qué valoramos; descubrir por qué luchamos y para qué; saber quiénes somos, por qué y para qué. Responder estas preguntas, nos ayuda a encontrarle sentido a la vida; a enfrentar y superar lo desconocido, lo que consideramos... desafortunado; lo que tememos y que por considerar peligroso, nos lleva a activar Mecanismos de Defensa... que no siempre, son necesarios. 66


Debemos partir del hecho, de que vivimos en un mundo de diferencias; lo que significa, que todo lo que está fuera de mí, es diferente a mí. Sin embargo, muchas veces la misma cultura nos lleva a pensar... que lo que es diferente, por ser desconocido, puede resultar peligroso; lo cual, para nada es cierto. La cuestión es, que este sencillo y subconsciente planteamiento, es la base, para determinar, que debo armarme hasta los dientes, para protegerme. Lo que se olvida en esas circunstancias, es que cuando me armo para defenderme, también me armo para atacar; y que lo que era una acción defensiva... se convierte en una acción de ofensiva, dirigida generalmente hacia todo lo que me rodea. Recordemos, que por tendencia natural, siempre buscamos fuera de nosotros; y que por estar buscando culpables, para justificar nuestras propias deficiencias, dejamos de ver que nuestra verdadera fragilidad, está en el poco conocimiento que tenemos de nosotros mismos; de cómo funciona nuestro cuerpo, nuestro organismo, nuestros sentimientos, nuestra mente y sobre todo; de cuál es la función y el objetivo de todo eso.

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El día, en que abramos nuestros ojos interiores, para ver que somos los únicos capaces de vivir nuestra propia vida y que nadie puede... ni está interesado en vivirla, entonces podremos tomar las riendas definitivas de nuestra vida y empezar a ser responsables de nosotros mismos. El no conocernos, nos convierte en seres impredecibles de alto riesgo; y por lo tanto, peligrosos a nosotros mismos y a los demás. Pero cuando conocemos nuestra naturaleza humana y poco a poco aprendemos a manejar y controlar los diferentes aspectos de nuestra personalidad y carácter, adquirimos el control; y el control es la llave maestra que nos conduce a la transformación, al cambio, al progreso y por consiguiente, al crecimiento y evolución como seres humanos y espirituales que somos. A partir de entonces, no tendremos que responsabilizar a nadie por lo que nos sucede; porque seremos conscientes, de que los únicos responsables de lo que nos pasa, somos nosotros mismos y que nadie ni nada podrá afectarnos, a menos... que lo permitamos. Seremos dueños de nosotros mismos y de esta forma, tendremos el control y la fortaleza necesarias, para vivir y convivir en armonía y equilibrio.

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Pero primero, hay que convertir las debilidades en fortalezas y para lograrlo, es necesario conocernos. Una vez superado este aspecto, podremos utilizar nuestras deficiencias fortalecidas, convirtiéndolas en herramientas útiles, que nos permitan compartir experiencias y enriquecer a otros con ellas. Yo, por ejemplo: Creo que hice de mi Talón de Aquiles Emocional, mi mayor fortaleza. Hoy en día, he utilizado las experiencias vividas y superadas, para aprender muchas cosas y luego, poder compartirlas con otros. He convertido las cosas que me llevaron a aislarme y casi a la destrucción de mí misma, en valiosas herramientas, que me han servido a lo largo de estos años para construir puentes, con personas como yo, necesitadas de amor, necesitadas de orientación y de esperanza; para de esta forma, ayudarles a encontrar un camino, que les permita SER y vivir mejor. ¡Por lo tanto ha valido la pena! Te invito pues, a recuperarte, a descubrirte y a reafirmarte como lo más valioso que posees: tú mism@. Ya no serán necesarias las barreras ni las murallas para aislarte, ya no necesitarás la armadura, para aparentar algo que no eres. Siendo tú mism@, encontrarás todo lo necesario para vivir; ya que tienes derecho, a darte el lujo... DE SER TÚ MISM@. 69


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MECANISMOS DE DEFENSA NECESARIOS

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Mecanismos necesarios Los mecanismos de defensa necesarios, se deben activar, cuando se presenta algún factor agresor que debemos neutralizar, superar, vencer o contrarrestar; ya que puede ser peligroso o dañino a nuestro bienestar integral.* Un caso palpable de esto, es nuestro organismo, quien tiene su propio sistema inmunológico, representado en las defensas que poseemos, para defendernos de la enfermedad; sin embargo, la enfermedad también tiene sus mecanismos de defensa, para defenderse del remedio. Lo que nos confirma, que si en nuestro propio organismo se ven enfrentadas estas dos fuerzas, es bien factible que en nuestra vida también. Por lo tanto, d e b e m o s desarrollar lo que nos sirve y desechar o eliminar... lo que no nos sirve. * Llamamos Salud Integral, al bienestar total de nuestro ser, en todos sus aspectos: físico, emocional, mental, energético y espiritual..

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Afortunadamente la naturaleza es sabia y nuestros instintos de conservación y de supervivencia se activan, cuando nos encontramos en peligro. Sin embargo, hay muchas situaciones que nos afectan y dominan, porque como comúnmente decimos, damos “papaya”. Es decir propiciamos situaciones y luego nos quedamos impávidos ante ellas, permitiendo que avancen y hagan estragos en nosotros. Y es allí donde debemos despertar, donde debemos actuar, desarrollando nuestras defensas. Si retrocedemos un poco... y recordamos cómo se manifiestan los mecanismos de defensa nocivos, nos encontraremos nuevamente, dentro de una fuerte armadura, rodeados por barreras y murallas, que poco a poco nos aíslan y debilitan, llevándonos a perder nuestra propia identidad y valía. En aquella situación... evadíamos; nos escudábamos en responsabilizar a los demás, de nuestras propias responsabilidades, aunque eso... nos debilitara y causara sufrimiento. Mientras que ahora, a través de los mecanismos de defensa útiles y necesarios, nos fortalecemos. En esta ocasión, el guerrero no usa armadura, simplemente está provisto de un escudo y una lanza; se protege con un casco y usa protección, en algunas partes vitales, pero conserva su identidad. 74


En ambos casos, somos guerreros; sólo que en el primer escenario... somos guerreros cobardones, escondidos tras una armadura; mientras que en el segundo, somos guerreros... frenteros y decididos, de cara a lo que se presente, actuando con inteligencia y sagacidad, provistos de herramientas que permiten luchar, enfrentar y superar. Este último guerrero, tiene “identidad”; se conoce a sí mismo, sabe perfectamente cuáles son sus debilidades y se protege, fortaleciéndolas; pero también conoce sus fortalezas y se apoya en ellas, mientras fortalece sus debilidades. Estos mecanismos, de supervivencia y conservación, se activan en forma natural, ante situaciones de peligro; con el fin de evitar cualquier tipo de pérdida, daño, deterioro o sufrimiento. He aquí algunos ejemplos: 1- Si una edificación en la que nos encontráramos... se viniera abajo... y nos diéramos cuenta de ello, estoy segura de que lucharíamos por salir de allí y sobrevivir; porque ese instinto de conservación, implícito en cada uno de nosotros, se activaría, sacudiéndonos para ponernos a salvo. Quedarnos impávidos, esperando a que nos cayera encima y nos aplastara, sería anti-natural. 75


2- Si supiéramos que hay una manifestación, con pedrea en la calle X, y estamos muy cerca de allí, seguramente preferiríamos pasar por las siguiente calles o tomar otra ruta ¿verdad?. Sería tonto meternos en la boca del lobo... y exponernos sin necesidad. 3- Si percibimos que hay una persona sospechosa cerca de nosotros, de seguro nos pondremos en estado de alerta y modificaremos la ruta, tratando de buscar un lugar seguro... o el apoyo de alguien. Sin embargo, la cuestión es... que a pesar de saber, ver y comprobar muchas situaciones de peligro... físico, emocional y mental, no siempre tomamos las medidas adecuadas. Un ejemplo de esto, son los casos anteriores, las relaciones conflictivas y los pensamientos negativos... a los que nos exponemos ingenuamente, confiados en poder manejarlos. Aunque hay mecanismos de defensa que son necesarios, y que activamos cuando lo requerimos; hay otros tantos... que por pereza, negligencia, descuido, falsa seguridad, afán, ignorancia o simple bobada, no utilizamos; y por no hacerlo, nos vemos expuestos a sufrir grandes pérdidas.

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Por ejemplo, qué nos cuesta... mirar a ambos lados, cuando vamos a cruzar una calle? si el sentido común, nos invita a observar cuidadosamente que no vengan carros... para al estar seguros, proceder a cruzar. Sin embargo, no utilizamos los puentes peatonales, no observamos bien antes de cruzar una calle y muchas muertes por accidentes de tráfico ocurren por culpa de nosotros mismos, al exponernos a situaciones que no manejamos adecuadamente. De esta forma vemos, que los mecanismos de defensa necesarios están encaminados a prevenir; mientras que los mecanismos de defensa nocivos tienden a “evadir”.

Prevenir

Es “evitar” consecuencias desagradables, evaluando, enfrentando y superando situaciones.

Evadir

Es simplemente, “posponer” la solución, de una situación.

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Controla los pensamientos negativos a través del pensamiento neutro y luego, cultiva el pensamiento positivo

Cuando estamos bajo la influencia de pensamientos negativos, pasan horas... antes de que nos demos cuenta de su presencia, susurrándonos al oído cosas negativas, desagradables y dolorosas. Por lo tanto, es necesario desarrollar mecanismos de defensa contra esos pensamientos negativos, que se convierten en martillo, mientras nosotros somos el clavo; y que si no hacemos algo al respecto, nos hunden ... hasta destruirnos. Tengamos presente, que el pensamiento negativo se alimenta de nosotros mismos, de nuestra adrenalina y de la energía que producimos en estados de angustia, confusión, miedo y desesperación. Por lo tanto, se hace indispensable desarrollar defensas, ante este destructor... de esperanzas y de posibilidades; que por ser un visitante habitual en nuestra vida, puede llegar a destruirla por completo.

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Aunque un pensamiento negativo es un enemigo interno, es tanto o más destructivo que una bala; que aunque externa y ajena a nosotros, puede quitarnos la vida... en un segundo. Sin embargo, es bueno saber, que a pesar del terreno y la ventaja que ha ido ganando el pensamiento negativo en nuestra mente y en nuestra vida, tenemos una gran, oportunidad para vencerlo y controlarlo: esa ventaja, es saber que... La mente, sólo tiene capacidad, de tener un pensamiento a la vez. Y este conocimiento, si lo aprendemos a manejar adecuadamente, se convierte en nuestra mayor fortaleza; y en nuestra gran oportunidad, para vencerlo y neutralizarlo. Neutralizar significa anular el efecto, detener un avance, lograr una situación intermedia sin que se presenten reacciones. Se ha comprobado que el lenguaje de los números tiene un efecto especial en nuestra mente, especialmente cuando se trabajan los números al azar, es decir sin una secuencia determinada. Ejemplo: 3, 15, 36, 21, 58, 535, 72, 27, 3894, etc. 79


Realiza este ejercicio por primera vez con los ojos cerrados y en voz alta y observa lo que va sucediendo dentro de tu mente. Observarás cómo van apareciendo los números y cómo rápidamente, el procedimiento que estás realizando, se convierte en un divertido juego donde no sabes cuál será el próximo número. Igualmente notarás, como tu mente se va canalizando, alineando, dirigiendo; y de esta forma, neutralizarás el pensamiento negativo, interrumpiendo su secuencia. Repítelo cuantas veces sea necesario, finalmente tendrás un pensamiento positivo: ¡Lo logré! Recuerda, que los pensamientos negativos, aprovechan los momentos en que estás sol@, descuidad@ y sin hacer nada... que mantenga ocupada tu mente, para atacarte. Así es que si vas en el bus, en el carro o por la calle y te empiezan a llegar pensamientos negativos... ocupa tu mente jugando, ya sabes... haz sumas, restas, multiplicaciones... lee los números de las placas de los carros que pasan, haz cuentas con ellos; o lee los avisos de los almacenes que hay por la ruta. La idea, es mantener tu mente ocupada, en pensamientos que no se relacionen con nada, especialmente con lo que te afecta.

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Recuerda que se trata de mantener la mente ocupada en cosas intranscendentales, que no te afecten y que sean neutrales a tus sentimientos; y que los números al azar son tu mejor opción

Desarrolla tu guerrero interior • Permanece sostenido en el conocimiento de ti mismo. • Concéntrate en el manejo de tus fortalezas y debilidades. • Sé consciente, de que la ”actitud” hace la diferencia. • Recuerda que todo en la vida, es cuestión de “manejo”. • Sigue la táctica del guerrero, que siempre enfrenta los obstáculos para poder superarlos. • Adopta una posición ante la vida y ante los demás. • Crea una estrategia para cada situación de conflicto o debilidad que encuentres; recuerda que siempre debes estar preparado para poder mantener el equilibrio. • Escoge tus batallas, el guerrero no se deja involucrar en batallas ajenas. • Nunca compares ni te compares, recuerda que todo lo que está fuera de ti es diferente a ti, y que no se pueden comparar cosas diferentes. 81


El centinela interior No olvides que la mente es como una ciudad antigua, una de esas ciudades amuralladas que tienen un centinela, encargado de anunciar lo que va ocurriendo. El centinela de tu mente eres tú mismo, por lo tanto debes mantenerte despierto y atento para que las cosas no te tomen por sorpresa. Si el centinela se duerme, la ciudad que es tu vida, queda expuesta a cualquier enemigo, ya que no cuenta con ninguna protección.

Está atento Permanece atent@ a lo que sucede en tu interior y alrededor de ti. Despierta y trata de permanecer despiert@ a toda hora. Estar despierto significa estar consciente y darte cuenta de lo que te pasa y de lo que pasa a tu alrededor. Observa, no te contentes simplemente con mirar. Obsérvate, sé consciente de ti mism@, de tus pensamientos, sentimientos y aciones. Escucha, no te contentes simplemente con oír. 82


Presta atención a tu voz interior Recuerda que es la voz de tu Ser Interno-eterno o Yo Superior, quien está vibrando en una frecuencia superior a la de tu Ser o Yo Normal. Ten presente, que esa, es la primera voz que escuchas y que se manifiesta en un tono muy suave y bajo; luego viene la segunda voz, que no es la verdadera, sino la imitación de la primera; proviene de tu yo inferior y te hablará en tono alto y fuerte, engañándote e incitándote a seguir sus consejos. Por favor, no la escuches,, cuando yo lo he hecho me he metido en serios problemas y he perdido grandes y valiosas cosas en la vida. Avanza, no pierdas oportunidades, recuerda que vienen disfrazadas en empaques pequeños y que pasan muy rápido.

Haz Más, no te contentes con ser uno más del montón, aporta a los demás lo que eres, saca adelante tus ideas, vibra siempre en el amor universal, en el equilibrio y la justicia. Haz siempre lo que sabes, es correcto; recuerda que lo correcto es lo correcto y que sólo existe “un” correcto. 83


Obsérvate y observa Creo que éste, es uno de los grandes secretos del aprendizaje... Observarme y observar. Es maravilloso ver cómo el Universo entero te está enseñando a través de la naturaleza, de las personas, de las situaciones y de las cosas. A través de ti mismo, del observarte: observar lo que piensas, lo que sientes, los cambios y las tendencias, las reacciones y las consecuencias. Observar te permite verte reflejado en el mundo que te rodea y te contiene. Observar te permite conocer y conocer, es el camino para vencer; recuerda que soldado avisado, no muere en guerra.

Prevé Prever es medir las consecuencias, es proyectarse hacia el futuro para evaluar resultados, es evitar lo que uno no quiere que suceda. El estar siempre despiertos, atentos y observando es el mejor camino para prevenir y así no tendrás después que lamentar. 84


Enfrenta para superar “Recuerda, que si has tenido el valor de hacer las cosas, debes tener también, el valor de enfrentar y asumir sus consecuencias” Da la cara a los problemas, sé proactivo y lánzate a vivir tu vida sin temor. La única manera de superar una situación es enfrentándola. Enfrentar es dar la cara, enfrentar es hacer algo al respecto; es tener el valor de aceptar cada situación que llega. Recuerda que sólo se pueden cambiar las cosas cuando se tiene el control sobre la situación; y para tener el control, es requisito indispensable, aceptar las cosas como son, aceptar la realidad. En mi caso personal, me ha llamado la atención observar, que muchas veces ante una situación que tengo que enfrentar, utilizo como herramienta de superación, precisamente lo contrario, de la situación. Por ejemplo, a muchos les costaría creer que he sido una persona tímida, sin embargo, la forma que he encontrado para superar la timidez, ha sido precisamente, actuar en forma muy sociable, extrovertida y abierta. 85


En otras palabras, ser el centro de atención, en la fase inicial de mi ingreso a un lugar, ha sido la solución. Otro caso interesante, ha sido cuando me he tenido que enfrentar a estar sola, en lugares públicos, donde generalmente todos están acompañados. Recuerdo que la primera vez que tuve que almorzar sola en un restaurante, me sentí observada por todo el mundo; pero la segunda vez, como estrategia para superar esta incómoda situación, me dediqué a observar a los demás, con respeto y discreción claro está; y el almuerzo se convirtió en una interesante oportunidad, para conocer y comprender la naturaleza humana. Paradójicamente, en ambos casos, utilicé lo contrario de lo que me afectaba, para superarlo. La cuestión es, que cuando evadimos, creamos resistencia ante lo que nos está sucediendo, aumentando la intensidad de lo que nos afecta.Mientras que cuando lo aceptamos, derrumbamos la resistencia y la situación pierde importancia; permitiéndonos superarla más fácilmente. Superar las situaciones te hace fuerte, evadirlas te debilita.

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Adquirir fortaleza te hace más fuerte Cuando enfrentas y superas situaciones y obstáculos, te fortaleces. Recuerda que el ser fuerte por fuera queda abolido, al despojamos de la armadura. Ahora lo que se requiere es ser fuerte por dentro y para lograrlo es indispensable conocerte, saber quién eres, qué quieres, de dónde vienes y para dónde vas. Es importante conocer en qué crees, cuáles son los principios y valores que rigen tu vida, cuál es la razón de tu existencia, la misión de tu vida.

Convierte las heridas en callos Capitaliza las experiencias dolorosas de la vida, en lecciones aprendidas. Recuerda que lo ideal, es lograr capitalizar cada experiencia a través de una enseñanza; de esta forma, habrá valido la pena y se habrán fortalecido las debilidades, al convertirse en callos = “Aprendizaje”. En mi caso personal, mi fragilidad emocional era una gran debilidad, ya que me causó grandes heridas ; sin embargo, logré convertirla en “callos”, al aprender algo de cada experiencia. 87


Detectar lo que me afectaba... y por qué me afectaba, entenderlo y aceptarlo, finalmente me permitió superarlo y convertirlo en fortaleza, al aprender algo de ello. De tal manera, que esas experiencias... que ayer fueron dolorosas, hoy me hacen sonreír y me permiten mostrarme a los demás de una manera más cercana, más real y humana; haciendo más fácil y viable mi invitación, a construir una nueva vida, a utilizar los aspectos de la vida... que ayer fueron una cadena o un verdugo; y que hoy, se han convertido, en el factor “salvador”, que brinda la seguridad necesaria, para poder aceptar las nuevas oportunidades, sin prevención ni resistencia.

Sé paciente, aprende a esperar - No quemes en el altar de lo inmediato algo que puede ser duradero”. - Todo en la vida es un proceso. - Hay un tiempo para cada cosa. - La precipitación estropea las cosas.

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- Precipitarte por el afán del “ya ó ya” es una de las más frecuentes causas del fracaso. Debes hacerle caso a tu voz interior y templar tus emociones. - La recompensa de la paciencia es la PACIENCIA.

Cuando te sientas confundido y no sepas qué hacer... no hagas nada Cuando vamos por una carretera y hay niebla, disminuimos la velocidad; y si está muy nublado, nos detenemos, hasta que podemos ver nuevamente la carretera. De no hacerlo así, nos exponemos a caer en un profundo abismo, o a estrellarnos contra lo que hay a frente, porque no lo vemos. Así mismo debemos actuar en la vida, cuando estamos confundidos y no sabemos qué hacer, lo mejor es parar y permanecer quietos; hasta tener claridad y saber QuÉ hacer.

Practica la reflexión - La reflexión templa nuestras emociones y nos permite ver las cosas desde otros puntos de vista. - Nos brinda un tiempo antes de actuar. 89


- Nos permite cambiar de opiniรณn y tomar nuevas decisiones que afectan nuestro presente y nuestro futuro. - La reflexiรณn es un observar interior que nos permite conocernos y comprender mejor la vida, las cosas que nos pasan, a las personas y el mundo que nos rodea.

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¿Ser o no ser? Hemos visto, como los mecanismos de defensa son actitudes o comportamientos que adoptamos, como una mediad de protección ante el peligro; y que dependiendo del manejo que les damos, y del trasfondo que nos motiva a utilizarlos, pueden aportar al desarrollo de nuestra vida o... anularnos totalmente, como personas y miembros útiles de una sociedad. A lo largo de mi vida he podido comprobar... que cuando me sentía insegura y temerosa, cuando pretendía protegerme, tras la armadura y las barreras que construía a mi alrededor, para evitar el dolor y el sufrimiento; era... cuando me debilitaba más. Al aislarme de todo y de todos, quedaba prisionera, en la cárcel que yo misma había creado; donde no tenía más compañía que mi propia lástima, donde mis problemas se convertían en el centro de mi vida, donde la realidad se percibía completamente distorsionada y cada día... se convertía en una pesadilla, donde el tiempo y la vida eran mis peores enemigos.

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Me resistía a aceptar las cosas como eran y simplemente, prefería evadir; evadir, para no tener que enfrentar, lo que no quería de la vida. La cuestión es que eso, me llevaba a grandes velocidades hacia un abismo, que pretendía devorarme. Me sentía dentro de un círculo vicioso... que me estaba destruyendo, deprimiendo y llevándome a extremos de desesperación y locura, donde la única salida posible... parecía ser la muerte. Durante muchos años me resistí a aceptar los cambios, a aceptar las realidades, a aceptar las diferencias; me hice e hice mucho daño. Afortunadamente y gracias a Dios, se hizo realidad ese dicho que afirma, que “no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista”; y un buen día... empecé a ceder, a comprender y a darme cuenta... de que “ese” no era el camino, de que “esa” no era la manera de vivir y mucho menos... de avanzar. Ya estaba cansada... de luchar y luchar,. en contra de la corriente; y fue por físico cansancio... y no por inteligencia, que resolví sacudirme de toda esa tristeza y rebeldía, llena de temores y resistencias, para darme una nueva oportunidad. Así es, que decidí intentarlo de nuevo; aunque en esta ocasión, de una manera diferente. 92


Empecé... por aceptar mi vida, mi destino, mi familia, mis circunstancias, mi manera de ser, de pensar y actuar; mi situación, mis anhelos, mis fortalezas y mis debilidades. Tomé consciencia de que todo, tiene un plan, una razón y un propósito. De que mi vida no funciona al azar, sino en sincronía perfecta con el Universo y con la voluntad de Dios. Empecé a cambiar, a ceder, a aceptar y a enfrentar suavemente y sin oponer resistencia, la vida y el día a día; superando las dificultades y obstáculos del camino. Cambié de actitud; y con valor y entereza, empecé a enfrentar los problemas, las situaciones, las diferencias, y las relaciones... en busca de soluciones, que me ayudaran a superar definitivamente los pendientes. Sin darme cuenta, fui fortaleciéndome y resolviendo mis conflictos; fui reconociéndome y aceptándome, fui recuperándome a mi misma y descubriendo mi esencia, mis talentos, mi misión en la vida. Mi recompensa, sin pensarlo, ha sido la felicidad ... de saber que Dios, es en mí y con su ayuda, lograr cultivar la paz interior; que hoy en día valoro, como mi mayor tesoro.

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He trabajado durante muchos años, en pulir mis asperezas y fortalecer mis debilidades; y eso me ha hecho sentir una mejor persona, más consciente y segura de mí misma, con un constante anhelo de progreso, de evolución, de lucha. Pero no de lucha por causas perdidas e imposibles, como acostumbraba a tener; sino de luchas por la realización de mis ideales. Hoy en día, lucho por cumplir mis objetivos y metas, sin dolor y sufrimiento, simplemente con mansedumbre y disponibilidad, con el deseo ferviente de hacer siempre la voluntad de Dios y no la mía; porque ahora tengo la experiencia del pasado como maestro y me ha enseñado que cada vez que quiero hacer mi voluntad y esa voluntad no coincide con la de Dios, sufro y me meto en problemas. Lucho por realizarme como persona, como mujer, como madre, como hija, como amiga como hermana; en fin, en cada uno de los roles que representamos todos. Deseo ser una mejor persona y ayudar a otros a encontrar, lo que hoy en día... yo he encontrado.

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Conclusiones - Evaluar, qué mecanismos de defensa utilizamos y descubrir por qué y para qué los necesitamos, es un gran paso en el conocimiento de nosotros mismos; y sobre todo, es una maravillosa oportunidad, de canalizar adecuadamente, la oportunidad tan hermosa que nos ha dado la vida, al ser quienes somos... con defectos y cualidades. - El poder aceptarnos y aceptar nuestra vida como una oportunidad de aprendizaje y crecimiento, es algo, que no debemos desdeñar. Aprovechar las oportunidades, dentro de lo pasajero y relativo del vivir como seres humanos que somos, nos recuerda que todo tiene un propósito y que si logramos comprenderlo, podemos hacer de la vida, una aventura fascinante; que nos lleva... a descubrir, el potencial que llevamos escondido, dentro de nosotros mismos. - Recupérate a ti mismo, no tienes que ocultarte más tras la armadura o la máscara de lo que no eres. Ya es tiempo, «de que seas quien eres». Es un privilegio y un regalo que Dios te ha dado.

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¡LIBÉRATE! ROMPE TUS CADENAS ¡Es tu decisión! De ti depende todo... la calidad de tu vida... contigo y con los demás. ¡Elige ser libre y serás feliz!

I.E.C.A. “Iniciación en cada alma” www.escuelaparaaprenderavivir.com

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