O I D O / Capitulo I

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cuento/narrativa experimental Nestor ovilla 2016


“La realidad que tiene que enfrentar un joven adulto al perder una parte de su audicion, y sus deseos de poder conocer a la reyna de las hormigas que lo lleva a levitar en su cuarto.� Nestor ovilla.

Fotografia de portada: Sophie Harris Taylor (LONDON) / http://sophieharristaylor.com/

Arte de contraportada: Stella Cerezo (MX) / http://elvertigodeloinmediato.tumblr.com


Fotografia de Sophie Harris Taylor (LONDON) / http://sophieharristaylor.com/Chapter-1-2010-2015

O I D O: Capitulo I


Su oído derecho se había descompuesto… en una tarde de lluvia intensa mientras observaba lo difícil que era cerrar las ventanillas… y de lo rápido que se daria por vencido hacerlo. Esta situación le provoco mucha ansiedad, la necesaria para aniquilar a un ratonsillo blanco o a un gatito bebe. En unos cuantos minutos perdió el interés por salvar su oído, aunque el equilibrio ya no fuese el mismo, los mareos llegaron… salio a la calle, la lluvia caía y el también, allí tirado en el suelo con el 50% de su audición perdida… Pasaron los días, los doctores le confirmaron lo que el ya sabia, le hicieron una lista de medicinas, indicaciones de reposo y limitaciones normales a cualquier humano enfermo o incapacitado. Pero a el ya no le daba tanta importancia a su oído derecho, se sentía como un contenedor de agua vació, un contenedor que solía acumular agua pero un día es retirado de su lugar solo unos cuantos centímetros atrás los necesarios para ya no alcanzar la fuga de agua que solía caer y acumularse…


Su estado dramático lo oriento una vez mas a su ventanilla, allí su vista se acumularía. Sus alimentos los preparaba cada vez que se sentía mareado, la acumulación de verduras y enlatados estaban en su punto de caducidad. – una melodía – se repetía en su mente, encontraba melodías en todas las partes descompuestas de sus alimentos… habían varios tomates que ya tenían un agujero por donde escapaba una laguna de burbujas verdes, y olores desagradables, esos tomates cantaban una melodía muy triste y que se sostenía, intentaban darle sentido a sus últimos días – una melodía de la descomposición de mis alimentos. Se volvía a repetir en su mente, lo ensayaba por largas acumulaciones de tiempo y el piano estaba allí empolvado esperando a ser devuelto a la realidad, el no lo ha tocado desde que perdió aquella audición que creía el le duraría por la eternidad… Tomo el valor necesario para que su mano se estirara y llegara a las teclas del piano, en el vació de su cuarto se escuchaba el sonido de una nota musical, que aumentaba y luego caía, aumentaba su tamaño y después se volvía diminuta. Las hormigas devoraban los restos de la sopa, los cubos de azúcar que caían en el intento fallido de preparar café. Y los tomates seguían pudriéndose, en una parte de su consciencia el imaginaba que esos tomates eran lo mismo que le ocurrió a su oído, pero solo por esta vez esos tomates no morirán en vano, el les tenia preparado un homenaje, un homenaje que posiblemente haría que los mismos tomates volvieran a su estado natural/joven.


– Existen momentos en las que mis dedos se pueden fundir con estas notas – colocaba sus dedos en una sola octava del piano y repetía la cadena de melodías. – existirán sus propiedades naturales en esta melodía que compondré esta madrugada para ellas, para la caducidad de mi tiempo y la descomposición de mis alimentos. El café se callo, y se regó al lado de mi cama, por aquí veo que las cucarachas forman círculos para beber aquella fuente de cafeína y azucar que por mi desvelada vida derrame. Las hormigas se han dado cuenta de mi anestesia/tristeza y de vez en cuando se asoman desde mi pecho, mueven sus antenas de una forma que podría interpretar “sal de tu cama se feliz”, pero posiblemente solo digan “muere humano”. Los insectos son una buena compañía y estas verduras que están en su momento de descomposición me transmiten mucha inspiración… pero mi mano completa se encuentra pegada a las teclas del piano, de este piano que necesita brindarle sonido a alguna criatura a los objetos que existen alrededor del humano, del humano que busca vibraciones… de un humano como yo, como ella… la hormiga que continua insultándome… ya no se, ya no quiero interpretar mas los movimientos de sus antenas.


Las hormigas seguian en mi habitacion eso ya quedo muy claro, la mitad mi audicion continuaba en esta habitacion… las imagenes de aquel dia en el que colpase enmedio de la lluvia y de sentir como las gotas de lluvia penetraban en mi oido sin escuchar su lamento de perderse en las cuevas de mi cabeza. La audicion, la audicion se estaba perdiendo… – ¿sera posible que lograre tocar las paredes de mi habitacion? . No miento al contar que llevaba dias en una sola posicion, temia a que el mundo se viniese ensima, de que los cuadros de dibujos grises que habia colgado en mi pasada vida me calleran en el cuerpo y terminaran fundiendose con mi tormento. – Tienes musica! . Me gritaban las hormigas, las hormigas mis mejores compañeras… y fue en ese momento en el que dos hormigas que llevaban pedacitos de mi pan que se me ocurrio un plan fantastico… – Las hormigas me ayudaran a levantarme… si, hablare con la encargada de la colonia para que mande a sus mejores hormigas para que… a quien quiero engañar estoy alusinando profundamente con el tema de mi recuperacion.


La mano continua en el piano.


http://nestorovilla.wordpress.com



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