Carne o espiritu

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¿CARNE O ESPÍRITU? ¿Carne o espíritu? ¿Obras o fe? ¡Ley o gracia? ¿Tú o Cristo? ¿Uno mismo o Dios? ¿Paga o regalo? Rom.11:6 Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Tito 3:5 nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por Su misericordia… Rom.3:27-28 ¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe. Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley. La controversia religiosa más furiosa que ha habido en la historia ha sido siempre entre las religiones tipo "sálvese a sí mismo" y las que promulgan que solo Dios puede salvarnos. El hombre siempre ha estado tratando de salvarse a sí mismo, con sólo un poquito de ayuda divina, para no tener que darle demasiadas gracias a Dios, poder atribuirse a sí mismo la mayor parte del mérito, hacer lo que le da la gana y seguir su propio camino. El primer asesinato fue cometido por un santurrón partidario del "sálvese a sí mismo," cuando Caín mato a Abel, un hombre que confiaba en Dios. Esto marcó el comienzo de la persecución de la verdadera iglesia por parte de la falsa iglesia. Caín era religioso --muy religioso,--, y estaba tratando con todas sus fuerzas de salvarse a sí mismo, a su manera incluso haciéndole sacrificios a Dios, afirmando adorarle y esforzándose al máximo de sus habilidades al pedirle que le ayudase a ganar su propia salvación. ¡Pero todas sus habilidades no fueron suficientes! Su manera de hacerlo no era la manera de Dios, sino la de todas las religiones falsas. ¡Todas dependen de la santurronería y de su propio camino! La mayoría afirman que adoran a Dios y buscan un poco de ayuda Suya. Pero trabajan tan duro para ganarse la salvación, que se imaginan que la merecen, con o sin Su ayuda; ¡se ofenden mucho si Él no parece apreciar su bondad! "Mira todo lo que he


hecho por Ti, Dios. ¡En verdad deberías darme una medalla! ¡Yo sí que merezco salvarme! ¡Si vas a salvar a alguien, deberías salvarme a mí! ¡Si alguien lo va a lograr, ciertamente debería ser yo!" En cambio, Abel hizo simplemente lo que Dios le dijo: Heb.11:4 Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; El sacrificio de pura fe en la Palabra de Dios, el sacrificio de la sangre de un cordero, símbolo de que la salvación sólo se obtiene mediante la sangre de Cristo; mostrando que confiaba únicamente en Dios para alcanzarla, y que sólo la justicia de Dios le podía salvar, que sólo tenía la justicia de Dios y nada de la suya, que era puramente un regalo de Dios. Esto ridiculizo al esforzado Caín -- hombre que había salido adelante por sus propios esfuerzos, un beato devoto entregado a su propia forma de adoración--, y desenmascaró tanto la futilidad de todo lo que había hecho, que se enfureció ante semejante exposición de su sincera hipocresía. Después de toda su ardua labor, sus trabajos carnales, su raciocinio legalista, su exigencia de que debía obtener la salvación a raíz de todo lo que estaba haciendo y su insistencia en ganarse lo suyo, esto destruyó de tal manera toda su ideología, que trató de acabar con la horrible verdad --el fracaso de su religión-matando al hombre cuya sencilla fe en la gracia de Dios le había desenmascarado. Gén.4:5-7 pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante. Entonces el Señor dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante? Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta. Así empezó la lucha a muerte entre el orgullo y la humildad, entre los religionarios y los pecadores salvados; la guerra perpetua que desde ese momento siempre se ha librado entre la iglesia falsa y la


verdadera, la Ramera y la Esposa, la Babilonia carnal y la Jerusalén espiritual, la carne y el espíritu, las obras y la fe, la ley y la gracia, uno mismo y Dios. ¡Esto ha dado lugar a algunos de los mayores malentendidos e interpretaciones erróneas de las Escrituras! ¡La gente ha tratado de salvarse a sí misma desde entonces, con el mínimo agradecimiento posible a Dios, falseando las Escrituras para probar que se podía hacer! ¡En vista de que Dios no te puede ayudar a salvarte a ti mismo, y como Él no ayuda a los que piensan que se pueden ayudar a sí mismos, sino sólo a aquellos que saben que no pueden (y NO PUEDES salvarte a ti mismo, por mucho que trates de conseguir Su ayuda). Mat.6:24 Ninguno puede servir a dos señores(a ti mismo y a Dios); porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas. Los religionarios terminaron sin Dios, sirviendo sólo a las riquezas y fueron destruidos en el diluvio de Sus juicios. Solo Noé y su familia se salvaron en el arca por la gracia de Dios, un prototipo de Cristo; ¡y las mismas aguas que destruyeron al mundo trabajador liberaron a los creyentes confiados! Heb.11:7 Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe. ¡Pero todavía no aprendieron! Como dijo el gran historiador Arnold Toynbee: “¡Lo único que aprendemos de la Historia es que nunca aprendemos de ella!” Pronto estaban manos a la obra otra vez. Esta vez se construyeron una torre para tratar de llegar al Cielo mediante sus propias obras y hacerse un nombre y así recibir honra por su grandeza. ¡Pero esto tampoco funcionó! Solo terminó en Babel o total confusión y desde entonces hemos estado sufriendo las consecuencias de esa palabrería de muchas bocas. Gén.11:6-8 Y dijo el Señor: He aquí el pueblo es uno, y todos estos tienen un solo lenguaje; y han comenzado la obra, y nada les hará desistir ahora de lo que han pensado hacer. Ahora, pues,


descendamos, y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero. Así los esparció el Señor desde allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad. ¡Moisés lo intento, y cayo de bruces delante de Dios en el desierto, cuando descubrió que no lo podía lograr a solas! ¡Los hijos de Israel lo intentaron, y fueron derrotados muchas veces cuando pensaron que su propio brazo los podía salvar! Núm. 20:1-13 Núm.20:7-12 Y habló el Señor a Moisés, diciendo: Toma la vara, y reúne la congregación, tú y Aarón tu hermano, y hablad a la peña a vista de ellos; y ella dará su agua, y les sacarás aguas de la peña, y darás de beber a la congregación y a sus bestias. Entonces Moisés tomó la vara de delante del Señor, como él le mandó. Y reunieron Moisés y Aarón a la congregación delante de la peña, y les dijo: ¡Oíd ahora, rebeldes! ¿Os hemos de hacer salir aguas de esta peña? Entonces alzó Moisés su mano y golpeó la peña con su vara dos veces; y salieron muchas aguas, y bebió la congregación, y sus bestias. Y el Señor dijo a Moisés y a Aarón: Por cuanto no creísteis en mí, para santificarme delante de los hijos de Israel, por tanto, no meteréis esta congregación en la tierra que les he dado. Hasta Sansón descubrió que era un debilucho sin el poder de Dios. Todos: Saúl, David y Salomón descubrieron que hacían el tonto cada vez que trataban de seguir adelante a solas, cada vez que dejaban de reconocer que sólo Dios los podía salvar que todo era obra de Dios y nada más. Esa fue la mejor disputa eclesiástica entre los primeros cristianos: si es que podías creer y salvarte, o si tenías también que guardar la Ley para lograrlo. Los cristianos judíos no conseguían abandonar la creencia de que los judíos eran un poquitín mejor que los gentiles, incluso entre cristianos. "Claro que creemos que Jesús es el Mesías decían -, pero aun así tenemos que ayudarle a salvarnos guardando la antigua Ley." ¡Esa mezcla repugnante de obras y gracia le dio


tantas náuseas a Pablo que reprendió a Pedro públicamente por ello y pasó la mayor parte de su vida combatiéndola en epístola tras epístola! Gál.2:11-13 Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar. Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión. Y en su simulación participaban también los otros judíos, de tal manera que aun Bernabé fue también arrastrado por la hipocresía de ellos. Hch.15:10, 11 Ahora, pues, ¿por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar? Antes creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos, de igual modo que ellos. Durante años, cuando era un joven cristiano, yo también fui engañado por la delusiva doctrina acerca de la eterna inseguridad del creyente; te dicen que eres salvo y al rato que ya no, que sí y luego que no, sí y no, y así sucesivamente, y su condenada religión de obras. Hasta que un día, siendo yo adolescente, me emocioné al descubrir la sencilla verdad de Juan 3:36. ¡Tras años de inseguridad y falta de certeza, años de desaliento y derrota, descubrí que lo único que tenía que hacer era creer, y que con eso bastaba! Jn.3:36 El que cree en el Hijo tiene vida eterna; ¡Al momento! Sin ningún pero. Sin nada de esa perfección inmaculada promulgan los llamados beatos piadosos. ¡Yo simplemente no la había logrado y lo sabía! ¡Parecía que cuanto más trataba de ser bueno, peor me volvía! Rom.7:24, 25 ¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte? Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado. (Ver Rom.7:18, 19)

COMO SALVARSE A SI MISMO EN DIEZ LECCIONES

¡Eso es todo, nada más! Ninguna otra manera, ninguna rectitud propia, nada de nuestras buenas obras. ¡Ninguna de éstas puede mantenernos salvos al igual que tampoco pudo salvarnos en un principio! ¡Solo Jesús puede hacerlo! ¡Él no sólo nos salva, sino que además hace las obras a través de nosotros, y todo es obra de Jesús, nada de nuestros obras, sólo Jesús!


Efe.2:8,9 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. ¡Hombre, eso sí que me alivió, porque sabía que de otra forma yo nunca lo hubiera logrado! ¡Tenía que hacerlo Dios! ¡Yo sencillamente no lo podía hacer, y por eso Él lo hizo! ¡Eso es todo! ¡Como notaras por el título, nos hemos trasladado del Antiguo Testamento al Nuevo, de las ilustraciones del Antiguo a los personajes del Nuevo! El problema de muchos cristianos actuales es que todavía viven en el Antiguo Testamento, transformándolo en una religión de obras. Cuando misioneros fueron por primera vez al Japón, los japoneses solían preguntarles: "¿Ustedes son cristianos del Antiguo o del Nuevo Testamento?" Al principio no entendían lo que querían decir; pero pronto descubrieron que para ellos los cristianos del Antiguo Testamento eran aquellos cuyo énfasis principal estaba en los templos, en las catedrales en las ceremonias, en el formalismo, en la tradición y especialmente en una religión de obras. ¡Pero un cristiano del Nuevo Testamento quería decir uno cuyo énfasis principal no estaba en los edificios ni en la pompa, la solemnidad y las cosas que se ven, sino más bien en la vida sencilla, en la vida diaria cristiana, como en el caso de Jesús y Sus discípulos, y en las cosas invisibles del Espíritu! ¡Qué comparación y qué verdad! ¡Demasiadas religiones y partidarios de la religión viven en el pasado, incluso en un pasado pagano, del cual heredaron demasiadas resacas del antiguo paganismo e idolatría, con su amor a los edificios, su culto en templos, su sacerdocio mojigato, sus adornos trabajados, sus ceremonias complicadas, tradiciones supersticiosas y el dominio estrangulador y dictatorial que ejercen sobre las almas de los hombres, haciendo mercadería de ellos mediante su insistencia en la salvación por obras - su tipo de obras -, su religión en particular, los derechos reservados que afirman tener sobre Dios! Gál.3:23-26 Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada. De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo, pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús;


Hasta a Dios le costó lograr que los hijos de Israel dejaran la idolatría de Egipto. Tuvo que guiarlos por medio de Moisés, con la Ley como su profesor elemental y mediante pequeñas ilustraciones y rituales infantiles, pequeñas ejemplificaciones como el Tabernáculo, el Arca, los sacrificios de animales y la sangre de bestias, símbolos y sombras, meras representaciones de las realidades espirituales y las verdades eternas a las que Él quería conducirlos, pequeñas analogías casi ridículas, como los flaneló-grafos y las canciones con mímica, diseñados para hacer comprender verdades espirituales a los niños pequeños. ¡Él tuvo que tomar lo que comprendían, los elementos y las formas de las religiones de Egipto y de las naciones paganas vecinas, a lo cual estaban acostumbrados, procurando, como un padre, audio visualizar para ellos las genuinas verdades espirituales de una verdadera adoración a Dios, directa, adulta y madura! Como dice el Apóstol ¡Todo eso eran "figuras (símbolos) de lo verdadero", tan sólo apariencias e ilustraciones visuales de las realidades invisibles del Espíritu! Heb.9:22-24 Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión. Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos. Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios; Heb.10:1 Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan. Pero los símbolos, sombras e imágenes del Antiguo Testamento son en sí todo un estudio, el cual quizá podamos hacer en una fecha posterior. ¡Tal vez tú mismo ya hayas indagado esas cosas por tu cuenta! 1Cor.13:10-12 más cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará. Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; más cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño. Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido. Pablo quería decir que incluso los dones del espíritu de esta era iluminada son casi como juguetes infantiles, ¡regalos que hace un Padre amoroso a Sus sencillos hijitos para ayudarles a comprenderle y conocer Su voluntad! ¡Cuánto más no será así en el caso de las ejemplificaciones del culto en templos del Antiguo Testamento, juguetes aún más infantiles, para niños incluso más pequeñitos espiritualmente, para ayudarles a comprender el amor del Padre!


El culto del Templo del Antiguo Testamento, símbolos y sombras de mejores cosas que vinieron con el sacrificio y salvación de Jesús.


“Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo.” (Heb.1:1, 2) y cuando Jesús vino le dijo a la samaritana: “Más la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.” (Jn.4:23) ¡Esa es la etapa espiritual que ahora estamos viviendo en el Señor! Pero Pablo llega aún más lejos en su predicción a los Corintios, diciendo que llegará la hora en que veremos a Jesús cara a cara y dejaremos de lado incluso estos regalos infantiles de comunicación en el Espíritu. Porque “pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará. Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; más cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará.” (1Cor.13:8-10) ¡Incluso lo que tenemos ahora es sólo una muestra de las gloriosas realidades venideras! En el Antiguo Testamento estaban las ilustraciones; en la época actual del Nuevo Testamento están las verdades espirituales que ahora tenemos sólo por fe. ¡Pero cuando Jesús vuelva, seremos literalmente como Él, le veremos tal como es, cara a cara, y experimentaremos totalmente las realidades de Dios y del mundo venidero! ¡Aleluya! Ahora sólo tienes tu salvación por fe y en el Espíritu; pero entonces llegará a ser una realidad viva, visible y tangible. Hasta tendrás un nuevo cuerpo y habrá un nuevo mundo; ¡la salvación completa! Fil.3:20, 21 Mas nuestra ciudadanía está en los Cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria Suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.


1Cor.15:51-54 He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. 1Jn.3:2 Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando Él se manifieste, seremos semejantes a Él, porque le veremos tal como Él es. Nuestros cuerpos resucitados serán nuestros mismos cuerpos, pero en un nuevo estado: inmortales, sin defecto, ya no se corromperán, ni se enfermarán, ni se envejecerán, ni se dañarán, ni sufrirán nunca más. Serán cuerpos realzados hasta la gloria, semejante como el cuerpo de Nuestro Señor. Como ves, la iglesia de Dios pasa por etapas de crecimiento, igual que los niños. Pero el problema que tienen algunos como los seguidores del judaísmo, del cristianismo del Antiguo Testamento y de algunas iglesias modernas es que se atascan en una etapa y no salen adelante. ¿Y tú?

Tomado de la revista “Conéctate” numero 9. Compilación y edición por Gaetan Goyer. gaetan.goye@gmail.com


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