¡Amaras! ¡Gracia Admirable! Juan 1:17 La ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. Romanos 10:4 ¡El fin de la ley (de Moisés) es Cristo! En el principio, Dios creó al hombre de modo que, como agradecido hijo Suyo, escogiera libremente y de buena voluntad amarle y obedecerle. En realidad Dios prefería que nuestra vida de obediencia y servicio a Él estuviera motivada plenamente por el amor, gracia y la fe, y que existieran muy pocas reglas, muy pocas leyes, y que todo fuera hecho voluntariamente y por amor. Esa era la idea original de Dios. Pero a medida que aumentaron la desobediencia y la maldad del hombre, Dios tuvo que ir aplicándole leyes, normas y regulaciones más y más rigurosas. Dichas leyes no fueron hechas para los justos, pues un hombre bueno no busca hacer daño ni maltratar a su semejante; el hombre justo ama a su prójimo. Fueron hechas para los malhechores, para la gente perversa, para los malvados.Las leyes fueron establecidas para la gente que no siente amor por los demás, para los que llevan a cabo obras malas, crueles y perjudiciales. Dice la Biblia acerca de las leyes de Moisés que: "la ley no fue dada para el justo, sino para los transgresores y desobedientes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas". (1 Timoteo 1:9) ¿Qué se ve uno obligado a hacer con una fiera salvaje, con una bestia voraz con intenciones de devorarlo o de destruirlo? ¡Hay que recluirla en una jaula o quitarle la vida! ¡Pues bien, el ser humano malvado, rebelde, impío, perdido y perverso es peor que una fiera salvaje! ¡Y por eso Dios se vio obligado a