¡NUEVA VIDA!... y EL HOMBRE NUEVO! ¡Es tan radical la transformación instantánea, milagrosa y sobrenatural de mente, corazón y vida que se produce por el poder del Espíritu Santo cuando recibimos a su Hijo Jesús en nuestro corazón, que la Palabra de Dios la compara a un renacer espiritual! ¡En ese momento, los hijos de Dios recién nacidos entran por primera vez en el mundo totalmente nuevo de una flamante vida nueva en el casi increíble Reino espiritual de Dios! Estas experiencias de «conversión» o «nacer de nuevo» constituyen un milagro de Dios muy común a lo largo de la historia. Jesús lo llamó «nacer de nuevo» de Su Espíritu, y Pablo, el renacer, ¡con el cual «las cosas viejas pasaron y todas son hechas nuevas», y «nuevas criaturas sois en Cristo Jesús»! La Biblia también lo ilustra con la acción de «despojarse del viejo hombre y vestirse del nuevo». ¡Muchas veces constituye una transformación tan extraordinaria y un cambio de personalidad tal que la Palabra de Dios lo compara con la muerte y sepultura de lo viejo, y la resurrección de lo nuevo a una vida y un modo de vivir enteramente nuevos! (Jn.3:1-8, 2Cor.5:17, Efe.4:22-24, Rom.6:3-11) Cuando Él entra en tu vida, te renueva, purifica y regenera no sólo el espíritu, sino también la mente. Si lo comparamos con una computadora, podríamos decir que destruye materialmente las antiguas conexiones, anula las antiguas reacciones, y después, poco a poco, va reconstruyendo todos los circuitos, con lo que crea mecanismos totalmente nuevos, te da una perspectiva de la vida netamente distinta, un nuevo modo de ver el mundo y te hace reaccionar de otra forma a casi todo lo que te rodea.