El libro de la gratitud by Yazmín Díaz Torres

El libro de la gratitud YazmĂn DĂaz Torres

El libro de la grat itud… Yazmín Díaz Torres

Publicado por: Arise & Shine Now! © 2018 Yazmín Díaz Torres Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida en ninguna forma sin el permiso escrito de la autora. Scripture quotations are taken from the Holy Bible, New Living Translation, copyright ©1996, 2004, 2015 by Tyndale House Foundation. Used by permission of Tyndale House Publishers, Inc., Carol Stream, Illinois 60188. All rights reserved.

AGRADECIMIENTOS

Doy gracias al Señor por Su amor, Su bondad y Su misericordia eternas. Doy gracias porque Él es nuestra esperanza y porque, todo lo que proviene de Él, es bueno. Doy gracias por cada una de las personas que son ejemplo de que en Cristo podemos vivir con un corazón agradecido, en paz y gozoso.

INTRODUCCIÓN “Que todo lo que soy alabe al Señor; con todo el corazón alabaré su santo nombre. Que todo lo que soy alabe al Señor; que nunca olvide todas las cosas buenas que hace por mí”. Salmo 103: 1 ¡Qué Bueno que te has unido en un solo espíritu, junto a otros hermanos en la fe, quienes como tú, se han mantenido dándole gracias a Dios, aun en medio de las situaciones más difíciles! Por eso, precisamente, quería compartir este devocional sencillo, pero lleno de la Palabra de Dios, de amor y de un espíritu de agradecimiento.

Tener un corazón agradecido es una gracia de Dios. Reconocemos que en nosotros no hay nada bueno y que esa “dádiva y don perfecto proviene del Padre de las luces, quien ha prometido “bendecirnos con toda clase de bendición del cielo” .

Jesús nos advirtió que en este mundo tendríamos aflicciones, pero que no temiéramos porque Él venció al mundo. No es que nunca me haya quejado. Lamentablemente, en más ocasiones de lo que desearía, he creído que ya no puedo más con la carga, con la prueba, con el peso y el sufrimiento. En más de una ocasión, he creído que todo se había acabado, que no tenía salida, que moriría. En más de una ocasión, llegué a pensar que mi pecado era tan grande como para que el Señor pudiera perdonarme; para luego darme cuenta de “que un corazón contrito y humillado, Dios no lo desprecia jamás”.

Por eso, cuando llega el temor, la queja, cuando he perdido la paz y el gozo, cuando el enemigo de las almas me ha gritado sus mentiras, he hecho como el rey David: hablarle a mi alma y recordarle la bondad del Dios Trino. Le he dicho a mi alma: ¡Recuerda cuánto te ha bendecido!

Entonces, el mismo Espíritu Santo de Dios, renueva mis fuerzas, recobro la esperanza, mi fe es fortalecida. Entonces, mi corazón se llena de agradecimiento hasta por aquello que parecería lo más simple, pero que no lo es. Agradecer al Señor es un acto de alabanza y adoración. Es reconocer Su grandeza, Su amor, Su bondad, Su misericordia y Su fidelidad. Cuando veo el sufrimiento que padecen muchos: persecución, una terrible pobreza que los deja en la calle a merced de los “más poderosos”, de quienes los explotan. Cuando veo cómo mueren, como son azotados por el golpe inmisericorde de los gobiernos, cómo huyen de sus tierras… Entonces, tengo que pedirle perdón al Señor por mis quejas. Entonces, las situaciones cobran su justa perspectiva y me doy cuenta de que soy dichosa.

Es posible que tú, algún ser querido o que alguna de las personas que te rodean en tu trabajo, en el vecindario, en la iglesia, estén enfrentando una gran prueba. Algunas, podrán mantener un corazón agradecido, a otros se les hará más difícil. Por eso, hoy te pido que de la manera más amorosa y delicada, le pidas que se una a ti y a muchos otros que han decidido, en sus vidas, dar gracias a Dios en todo momento. Dile que será la oportunidad de recobrar la paz y el gozo, de recobrar la esperanza, de fortalecer la fe en que el Señor que es bueno, nos ayudará una vez más, que no nos abandonará. Durante estos 30 días, veremos la Gloria de Dios; pues así como le preguntó al leproso a quien sanó, dónde estaban los otros nueve a quien también había sanado, nos preguntará a nosotros: ¿Dónde estála ofrenda de tu corazón agradecido?

Es nuestro deber ayudarnos los unos a los otros, es nuestro deber orar los unos por los otros. Es nuestro deber ayudar a aquellos en el momento del cansancio y de la debilidad. Seguramente, tú también has tenido esos momentos y otros te han animado, en amor, con la Palabra de Dios, con sus oraciones y consejos. ¡Ese es parte de nuestro llamado!

Le pido al Padre, en el Nombre de Jesús, que cada uno de estos 30 días nos recuerde sus beneficios y nos ayude a encontrar nuevas razones para presentarle esa ofrenda de amor. ¡Que su Santo Espíritu te colme de bendiciones, que conceda los deseos de tu corazón! Que en estos 30 días, podamos unirnos más como un solo Cuerpo, una sola Iglesia, en un solo espíritu.

Que podamos testificar de las maravillas y los milagros que hemos recibido, en el Nombre de Jesús, ¡Amén!

Haz que la gratitud sea tu sacrificio a Dios y cumple los votos que le

has hecho al Altísimo. Luego llámame cuando tengas problemas, y yo te rescataré, y tú me darás la gloria.

SALMO 50: 14 - 15

He visto tu esfuerzo por estar siempre gozoso (a) y por mantenerte en oración. Me agrada tu corazón, un corazón agradecido todo el tiempo, aun en medio de tiempos difíciles. Me alegra porque esa es mi voluntad para ti. ¡Tú le perteneces a mi Hijo!

1 Tesalonicenses 5: 16

¡Gracias, Padre, porque…!

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Yo sé que tú me amas. ¿Sabes lo que te espera? Tengo preparadas grandes bendiciones para ti.

¡No te lo puedes imaginar! Mi Espíritu te las quiere revelar porque Él sabe hasta lo más profundo de mí y te lo mostrará. Romanos 8: 26

¡Gracias, Padre, porque…! ______________________________________________________________ ______________________________________________________________ ______________________________________________________________ ______________________________________________________________ ______________________________________________________________ ______________________________________________________________ ______________________________________________________________ ______________________________________________________________ ______________________________________________________________

Yo Soy el Señor. Yo Soy el Espíritu. ¿Te has dado cuenta de que cada vez te pareces más a mi Hijo?

¡Voy transformándote a mi gloriosa imagen! ¡Eso es lo que tantas veces me has pedido! 2 Corintios 3: 18

Yo mismo te amé y te elegí desde antes de haber creado el mundo. Te escogí para santificarte y para que seas intachable a mis ojos.

Eres mi hijo (a), eres parte de mi familia por medio de mi Hijo Jesucristo. Eso era lo que Él deseaba y le dio gran placer hacerlo por ti. Efesios 1: 4 - 5

He derramado mi abundante gracia sobre ti porque tú le perteneces a mi Hijo.

Por mi bondad y mi gracia, pagué tu libertad con Su sangre. Así fue como perdoné tus pecados. Yo continuaré desbordando mi bondad sobre ti; te daré sabiduría y entendimiento.

Efesios 1: 6 – 8

Yo siempre te rescataré y te mantendré a salvo; sin importar la batalla que libran contra ti los que se te oponen.

Siempre te escucho. Yo mismo los humillaré porque Soy Yo quien gobierna. Salmo 55: 18 - 19

Yo Soy el Padre de los huérfanos. Yo Soy el defensor de la viudas. Yo Soy tu Dios y tu morada santa.

Yo le doy familia a los solitarios; la libertad a los prisioneros y los lleno de alegría. Salmo 68: 5 – 6a

¿Quién me protegerá de los perversos? ¿Quién me defenderá de los malvados?, me preguntas.

Cuando creas que resbalas y me grites, mi amor inagotable te sostiene. Cuando tu mente se llena de dudas, mi consuelo renueva tu esperanza y tu alegría. Salmo 94: 16 - 19

¡Gracias, Señor, porque…! ______________________________________________________________ ______________________________________________________________ ______________________________________________________________ ______________________________________________________________

Tu vida ha sido un ejemplo para muchos porque has buscado tu fuerza y tu protección en mí. No dejes de alabarme, declara cada día mi gloria. Ahora, en tu vejez, yo no te hago a un lado; ni te abandono cuando te faltan las fuerzas. ¿Cómo podría abandonarte en tu vejez? ¿Ahora cuando tu cabello está ya en canas? Salmo 72: 7 – 9

Veo cĂłmo me das gracias y cĂłmo proclamas mis grandezas para que todos sepan lo que he hecho.

Me cantas alabanzas; le cuentas a todos de mis maravillosas obras. Te regocijas en mi santo nombre; te alegras y me adoras. Me buscas continuamente; recuerdas continuamente las maravillas y los milagros que he realizado. Salmo 105: 1 â&#x20AC;&#x201C; 6

No temas, no serás avergonzado (a), no habrá más deshonra para ti.

Ya no recordarás la vergüenza de tu juventud ni las tristezas de tu viudez. Yo, tu Creador, soy tu marido. Yo Soy tu Redentor, el Santo de Israel, el Dios de toda la tierra. Te llamé para librarte del dolor.

Isaías 54: 4 - 6

Siempre quiero hacerte bien: Perdoné todos tus pecados. He sanado tus enfermedades. Te libro de la muerte. Te corono de amor y de mis tiernas misericordias. Mi amor por ti es inmenso. Soy tierno y compasivo contigo. Yo sé que eres débil, pero mi amor por ti es eterno. Mi salvación se extiende a los hijos de tus hijos porque has sido fiel a mi pacto, porque obedeces mis mandamientos. Salmo 10: 1 - 18

Yo te dejé otro Consolador para que estuviese siempre contigo.

No te he dejado huérfano (a). Él es quien te lleva a toda la verdad porque es el Espíritu de verdad. Mi Santo Espíritu te enseña todas las cosas y es quien te recuerda todo lo que Yo te he dicho. Lucas 14: 15 – 16, 26; 16: 13

Serás feliz porque me temes, y gozarás del fruto de tu trabajo.

Serás feliz y próspero (a). Tu esposa será como una vid fructífera que florece en el hogar. Tus hijos serán como retoños de olivo alrededor de tu mesa. ¡Esa es mi bendición para los que me temen! Salmo 128: 1: 4

Soy Yo quien te ha permitido compartir en armonía con otros.

¡Yo sé que te parece maravilloso y agradable! ¡Es que la armonía entre los hermanos es tan preciosa! ¡Sí! ¡Te parece tan refrescante como el rocío! En medio de esa armonía, Yo derramo mi bendición.

Salmo 133: 1 - 3

He examinado tu corazón; lo sé todo acerca de ti.

Yo voy delante y detrás de ti. Mira, he puesto mi mano de bendición sobre tu cabeza. Yo creé todas las partes de tu cuerpo; Yo te entretejí en el vientre de tu madre. Te vi antes de que nacieras. Cada día de tu vida está registrado en mi libro.

Yo diseñé cada momento de tu vida sin que un solo día se me pase. Salmo 139: 1 - 18

Yo Soy quien entrena tus manos para la guerra. Yo Soy tu aliado amoroso y tu fortaleza. Soy tu torre de seguridad. Yo soy quien te rescata. Yo soy tu escudo y tu refugio.

Tus hijos y tus hijas florecerán como plantas bien nutridas y como columnas elegantes. Yo llenaré tus graneros de toda clase de cosecha. Todo te lo daré multiplicado.

Salmo 144: 1 - 1

Si te sientes desmayar, Yo te ayudo. Si estรกs agobiado (a) por las cargas, Yo te levanto.

En tu necesidad, Soy Yo quien te alimenta. Yo sacio tu hambre y tu sed. Yo Soy justo y bondadoso. Siempre que me invocas, estoy cerca de ti.

Salmo 145: 13b - 18

Escucho cuando me gritas pidiéndome auxilio y te rescato. ¡Yo Soy quien te protege porque te amo! ¡Siempre cumplo mis promesas!

¡Te concederé los deseos de tu corazón! Salmo 145: 19 - 21

Yo Soy tu ayudador porque has puesto tu esperanza en mí.

Cuando te sientes oprimido (a), te hago justicia. Doy libertad a los prisioneros y abro los ojos a los ciegos. A los extranjeros, los protejo; cuido de los huérfanos y de las viudas. ¡Yo reinaré por siempre y seré tu Dios!

Salmo 146: 7 - 10

Sé que te han odiado y que te han excluido. Sé que se han burlado y te han maldecido como si fueras gente maligna; pero nunca olvides las bendiciones que te esperan. ¡Ponte contento (a) si esto te ha sucedido! ¡Salta de alegría porque te espera una gran recompensa en el cielo!

Recuerda que a los antiguos Profetas los trataron de la misma manera. Lucas 6 : 22 - 23

Te digo: Sigue pidiendo porque recibirás lo que me

has pedido. Sigue buscándome porque me encontrarás.

Sigue llamándome porque Yo te abriré la puerta. Lucas 11: 9

Te escogí para que vayas por todo el mundo a predicar el Evangelio.

Estas son las señales que te acompañarán: En mi Nombre echarás fuera a los demonios y hablarás nuevas lenguas. Nada te sucederá cuando tomes en tus manos serpientes; y si bebieras algún veneno, no morirás. Pondrás tus manos sobre los enfermos y ellos se sanarán.

Marcos 16: 15 - 18

He derramado de mi Espíritu sobre ti; Tus hijos profetizarán, los jóvenes tendrán visiones; y los ancianos, sueños. En estos días, sigo derramando de mi Espíritu sobre ti y profetizarás. Haré maravillas en los cielos y en la tierra. Hechos 2: 17 - 19

Te conozco muy bien.

Por eso, no importa tu apariencia ni tu estatura Ni tu parecer;

Porque yo no miro como mira el mundo que se fija en la apariencia. Yo miro y conozco

tu corazรณn. 1 Samuel 16: 7

No andabas buscándome, pero me encontraste. En realidad quien te buscó y te encontró fui Yo. Yo Soy el Dios que busca y no me canso de buscar y de encontrar a aquellos a quienes nunca se les ocurriría buscarme. Ni siquiera preguntabas por mí. Escuchabas cosas acerca de mí, pero no te interesaban, no las entendías, no te transformaban. Escuchabas, pero las palabras no te iluminaban el alma. Yo seguía buscándote y te encontré para que pudieras encontrarme. Hoy sigo gritando: ¡Estoy aquí! ¡Estoy aquí! Isaias 65: 1

Sé que has gritado en silencio. Tu necesidad, tu dolor, tu cansancio han sido, en ocasiones, tanto que, has llorado y gritado en un oscuro y prolongado silencio. Lo importante no es que llores, que grites, que clames, supliques, lo importante es a quién. Me interesa lo que te sucede y hoy me detengo a preguntarte: ¿Qué quieres que te haga? Acércate y llámame. ¡Pídeme! No limites mi poder ni mi capacidad para amarte y darte. ¿A quién mejor que a mí le podrías pedir? ¿A quién le interesas más de lo que me interesas a mí? Dime: ¿Qué quieres que te haga? Marcos 10: 42 - 56

Aunque te sientes tan pequeño (a) e insignificante, deseo que sepas que siempre has sido muy importante para mí. El amor que siento por ti es como el del mejor padre o de la mejor madre por su hijo o hija. Es parte de mi favor y mi gracia. Yo te amaba aun cuando eras mi enemigo Cualquier pensamiento de culpa o condenación que te atormenta, no proviene de mí. Yo te amo. No hay ningún problema contigo como el enemigo insiste en hacerte creer. Te amo y te acepto así como eres porque así eres perfecto (a), pues fui Yo quien te pensé y te creé. Yo te bendigo, te guardo, te cuido y protejo. Tengo escondidos grandes tesoros para ti. Mateo 11: 11

No hay desierto ni cisterna… No existe lodo cenagoso, ni pozo, ni estanque, ni lagar….

No hay pez grande, ni cárcel, ni cueva, ni encina, ni enebro… No existe palacio, ni puertas rotas por las que llorar… No hay Egipto, ni Persia, ni Babilonia,

ni Moab, ni Lodebar, ni Adulán… No hay faraón, Nabucodonosor, ni Saul, ni Goliat… No hay Acab, no hay Jetzabel,

no hay Asera, ni hay Baal… No hay Tobías, no hay Sambalat… No hay Amán…

No hay zorras, no hay Judas… Tampoco escribas, ni ancianos, ni sacerdotes, ni concilio… No hay sanedrín, no hay fariseos, ni religiosos, ni Pilato, ni Herodes, ni Satanás… No hay falta de vino, no hay falta de pan, no hay hambruna, ni sequía, no hay afán, ni ansiedad… No hay negación, no hay traición, ni arresto, ni burla, ni golpe, ni escarnio, ni desnudez, ni humillación, ni repudiar… No hay tormenta, ni naufragio, ni templo, ni complot… No hay Getsemaní, ni cruz, ni sepulcro, ni isla que me pueda encerrar… ¡No hay hora del día, en luz u oscuridad, donde tu Santo Espíritu no me pueda encontrar! Salmo 139: 7-12

¿Quién te da identidad? ¿Quién decide quien eres y cómo eres? ¿Quién decide qué eres capaz o incapaz de hacer? ¿De qué o de quién dependen tus decisiones? ¿Por quién te dejas guiar? ¿Quién tiene la capacidad de influir en ti de manera significativa? ¿Que opinión te importa? ¿La de quién? ¿Quién te amó tanto como para dar la vida por ti? ¿Quién pagó el castigo de tu paz?

¿Quién te entretejió en el vientre de tu madre y te dio nombre? ¿Quién te escogió desde antes de la fundación del mundo? ¿Quién se fue a prepararte morada? ¿Quién se sienta a la diestra del Padre a interceder por ti? ¿Quién habita con poder en tu templo? ¿Quién escudriña tu corazón y pensamientos?

¿Quién te convence de pecado? ¿Quién te lleva al arrepentimiento? ¿Quién perdona todas tus iniquidades? ¿Quién sana todas tus heridas?

¿Quién te rescata del lodo cenagoso, del pozo de la desesperación? ¿Quién afirma tus pies? ¿Quién pone un cántico nuevo en tu boca? ¿Quién está sobre ti? ¿Quién te ungió? ¿Quién te llamó a hacer las buenas obras que preparó para ti? ¿Quién te llamó y te escogió? ¿Quién es fiel y verdadero? ¿Quién es el Señor, el Rey, el Eterno?

ydiaztorres@gmail.com/ arisenshine.com Cel. (939) â&#x20AC;&#x201C; 216 - 2993

El libro de la gratitud… @ 2018 Yazmín Díaz Torres ARISE & SHINE NOW!