Sin sentido aparente, de Mario Fretes

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Mario Fretes

Sin sentido Aparente

Espacio Comunis -3-


Fretes, Mario (2015): Sin sentido aparente. 1ª. ed. Paso de los Libres, Espacio Comunis. 54 p. ISBN 978-987-42-1804-9 1.Poesía. I.Título. CDD A861

Fotografía de tapa: Mario Fretes. www.mariofretes.wordpress.com mario.fretes26@gmail.com

Correcciones gramaticales: Carina Pereira.

Está permitida la reproducción parcial o total de esta obra, tomando debida cita del nombre del autor conforme a lo establecido en el asiento bibliográfico consignado en el recuadro correspondiente.

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A Carina, por las correcciones. A Lorena, por la difusiรณn en las redes sociales.

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“Tú, lector, tú te estremeces de vida y orgullo lo mismo que yo; En consecuencia, para ti son los cantos que siguen.” (Walt Wihtman: “Tú lector” en Hoja de hierba, 2010, 2).

“Pero, ¿qué voy a decir yo de la Poesía? ¿Qué voy a decir de esas nubes, de ese cielo? Mirar, mirar, mirarlas, mirarle y nada más. Comprenderás que un poeta no puede decir nada de la Poesía. Eso déjaselo a los críticos y profesores. Pero ni tú ni yo ni ningún poeta sabemos lo que es la Poesía. ” (Federico García Lorca: “Poética” en Libro de Poemas, 1921, 1).

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Sin sentido aparente Despliego las alas de mi pluma intransigente sedienta de tinta que dé vida a las mil oportunidades de mis desvalidas necesidades, generando las más desprolijas rimas sin presunto sentido aparente. Sin embargo, la madeja, esboza inadvertida el delirio provisto de toda sensatez, carente de concepto en su efecto más descarado por la idea sumergida en la superficie mordaz y abundante desvelo por el tumultuoso cúmulo de ritmos. La lírica simétrica del desorden anhelado es sin medida con nada ni nadie. El uso retórico rebuscado sin rima consonante, con algunas vocales al terminar, sin pausa, en resueltos versos libres anuncian sin gracia toda posibilidad al reclamo oportuno que deslizo más allá. Sí, más allá del pensamiento. Sin embargo, vuelvo a retomar mi pluma hambrienta de tinta que fluye sin detenerse ni por un instante con ningún sentido aparente, y que construye de tal forma el dominio y legitimación mutua de letras y palabras con las que comunico desde antes de los tiempos. Por lo tanto, sin ellas no vivirían ni existirían generaciones pasadas ni futuras.

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El mundo en que vivo Busco escapar del mundo en que vivo para encontrarme en algún lugar profundo donde nada signifique todo y todo justifique nada. Siempre, nada, todo. Sin nada siempre vivo con todo nunca voy. Aunque vivo con poco, por debajo de lo justo. ¡No necesito más! Busco el mejor de los mundos posible para instalarme y contemplar su belleza a mi alrededor. ¿Dónde está? Parece que no existe de verdad. ¿O tal vez sí? Tengo que seguir la búsqueda. Contemplar. Contemplar es privilegio de pocos más que de algunos. Un trabajo, una casa, un perro, ¡qué ingenuo! dirán algunos. Irónicos, criticones, burlones. Arrebatadores de la paz y de doble moral. Considerados superiores en sus exclusivos valores. Mejores a todos por señalar, juzgar y sentenciar al mismo tiempo. Busco escapar de mi propio mundo, pero no hay otro. Ahora, piden que me involucre. Me empujan, cohesionan mi voluntad

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con la líquida mirada mínima de los que ignoran tantas cosas. En realidad no sé si exista. Pero tengo que creer, crear, crecer. Esos imperativos categóricos, de una máxima inevitable, hasta parecer irrefutable. Memorables. Siempre hay alguien en aquel lugar que no existe, que llegó primero y reclama. ¡Apenas llegó y ya reclama! Pretende cobrar de alguna manera postulados con sus propias reglas cargados de impuestos, tributos y suculentas comisiones. Donde vivo no hay plata, no hay luz, no hay pan. Carentes de muchas cosas es este lugar. Pero no lo menosprecio, que quede claro. Tampoco justifico, que eso también quede claro. Igual, ¡a nadie le importa! Lo que sí abunda es la necesidad, la escasez, la indiferencia, la intolerancia, la discriminación y la prepotencia. Materias primas para el sinsabor de mis grandes ocurrencias. Por eso, me deslumbro dando tumbos tan profundos que me hacen entender el ocaso de mis penas, aunque siempre amanece la condena del gran destino merecido.

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Des-tapar Removió las piedras donde depositó aquello que no le interesaba. Tiró tierra encima e intentó tapar lo que molestaba y no se pretendía solucionar. Los entretuvo con pan y circo. Así, pretendió cubrir lo que no se veía a simple vista.

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Reacciones intempestivas Abusan despreocupados de la paradoja inevitable, circunstancia que derriba la inagotable sordidez del devenir por el devenir mismo, donde todo se piensa milimétricamente y se adjudica a la fe la circunstancia de la realidad más impura o escandalosa. Se culpa a las rispideces por el roce de las distancias indefinidas provocadas por disputas intolerantes de la misma miseria en la búsqueda del poder, para dejar marcadas las sutiles y elaboradas ideologías promiscuas; manipuladoras de indefensos. Se presenta así, ante los ojos, el prisma que refleja múltiples dignidades. Por lo tanto, se transmuta en una esponja que absorbe el conocimiento embriagador, con lúcida razón del tiempo por venir; sentida desde lo más profundo, derivada de los cuatro puntos cardinales del instinto. Y aún, de todas partes, en distintas direcciones, colisionan a gran velocidad por reacciones intempestivas. Dando lugar a vibraciones que destruyen así, todo a su paso, para volver a crear tantas veces como sea necesario.

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A simple vista La belleza es irresistible a causa de las virtudes merecidas por aquel que la ejercita por gusto. Lo mejor que se tiene no se nota, a simple vista. En la cercanía está el poder que fabula las más inagotables fragancias que enmudecen el corazón y anulan los sentidos. Tu pasión y mi poder, combinan sabiduría y práctica, intercalándose por la misma necesidad del momento que transforma lo real en delirios difícilmente inasibles. Se fisuran, desaparecen, se fugan, se desconectan, se escurren entre los dedos para convertirse nuevamente en lo magnánimo de la vida.

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Antagónicos Cuerpos antagónicos, posibles desacuerdos ante el otro, vínculo común de incompatibles en condiciones de opresión inesperada. Enorme y continua visibilidad de posición dominante en lucha ficticia proponen ridiculeces por sus propios excesos con credibilidad importante y verosímil. Realidad surrealista reducida a nada como si fueran pautas pragmáticas imposibles. Lo más simple de lo imaginable parte de lo inesperado sin detenerse desde un vasto afluente inagotable.

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Sin detenerse Cierro los ojos decididamente para no verte en tu totalidad. En la imaginación sacrifico el oficio; oficio desmedido con el que te libero de toda carga subjetiva. Nos encontramos, ahí, libres demostrando todo lo que sabemos hacer de manera espontánea sin miedo al qué dirán. Aunque los ojos ajenos se hagan presentes, invadan y se metan en cada rincón, no dejemos que perturben el momento de inspiración. ¡Nadie debería entrometerse! Viajemos hacia adelante por si fuera inevitable que vigilen. No nos detengamos entonces, aunque estén en todas partes, llegaremos a destino.

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Decididos Recorrimos incansables los verdes amaneceres de celeste vegetación resplandeciente. El sudor delineaba los cuerpos refrescando con ardiente deseo y delicada frescura aliviadora. Figuras dóciles al tacto intenso. De manera desordenada y sin lógica alguna, vimos juntos el primer goteo de la lluvia. Rejuvenecimos sin recuerdos y dejamos impresas las más altas emociones experimentadas con suaves aromas sonoros de inigualable sabor a fragancias perfumadas. Floreció sin duda alguna después de tanto roce el tierno fruto de la vida en la vibrante elevación de translúcida humanidad.

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Desesperación La desesperación me acecha nublando la delineada realidad, desbordada de ansiedad que me asfixia con sus manos. Sin posibilidad a defensa, no da tregua. No deja salida. Se sirve del tóxico viral en las venas; la peste que envenena invade atrevidamente y sin pregunta decente. Tienta desde adentro el horror de la nada misma. Y nuevamente la desesperación acecha nublando la delineada realidad que se transforma en lo menos deseado. Por su propia debilidad transmuta los valores y se hace fuerte debido al impulso desmedido de lo extenso, declinando en una inútil semiótica infinita. Porque el exceso ahoga y acorrala sin dejarse manejar y ejerce el dominio puro de aquello que no está y desapareció sin dejar rastro alguno.

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Ilusiones momificadas He profanado las viejas tumbas de tus verdades dogmáticas donde escondías tus ilusiones momificadas, envueltas en finas vendas hechas hilachas. Me volví el arqueólogo de tu valle escondido en el tiempo. Investigador de tus zonas inexploradas, protegidas por guardianes subterráneos fuertemente armados. No fue fácil encontrar el sarcófago de tus tesoros celosamente guardado en lo más íntimo de tus temores custodiados por el olvido. Cuidadosamente, se abrió ante mí el abismo milenario que sobrevivió a pesar del saqueo desmedido de aquellos anteriores. En la cámara mortuoria yacía tu cuerpo inerte sin que nadie lo haya perturbado en años y una lágrima petrificada terminaba por adornarla. Los jeroglíficos contaban la historia de tu bella mirada,

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tu cuerpo voluptuoso y tu delirio juvenil inteligente. He profanado las viejas tumbas de tus verdades dogmรกticas para contradecirte atrevidamente desde la tumba de enfrente. ยกLas viejas tumbas que te dejaron inerte!

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Prefiero el nombre No comulgo con el uso estricto, rígido de la genealogía. Por lo tanto, no encuentro complacencia en que me llamen por el apellido, porque tengo nombre, y también apellido. No reniego. Está en su lugar. Pero me suena autoritario y de otras generaciones anunciarse firme y de mano extendida con el apellido. Prefiero la simpleza, lisa y llana; sin laberintos ni dobles entramados, porque naturalmente el nombre está primero, después viene lo demás, para originar así lo nuevo desde ahí. Es Jorge Luis después Borges. Es Julio y después Cortázar. Así es Raúl después Novau. Y sus obras. Siento el fuerte peso de la generación pero lo llevo con el nombre. Termino decidido por la libertad de mi nombre donde se inicia el camino tal vez, sin extenderse por mucho en el tiempo; pero lo camina el hombre con su nombre.

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Tu propio timón Si te saco la certeza de tu mundo incorrecto, simplemente te acaricio el alma atónita de pura distorsión. Basta de dirigir el timón ajeno sin freno, de lo que no es tuyo. No me digas que te sentís como si estuvieras soñando, con la vida congelada de tus calientes deshielos. Que, poco a poco, se congelan y otro poco, se derriten con la tergiversación de los fingidos temblores que nos hacen alucinar las maravillas que queremos.

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Invertebrada situación Siempre emergen de la constante ebullición tus mismas variaciones invertebradas que pretenden sostener un mundo de fantasía, de ilusiones destinadas al desorden maravilloso del olvido. Provocador de incansables repeticiones valiéndose de cierta rutina desprolija que envuelve tu rostro y no te deja ver las factibles experiencias que se te presentan. Sumergiéndote hasta el fondo de la cumbre gris donde reflota el desorientado destino que desborda tu carente despreocupación. Y me arrastra, vaya que me arrastra. Sin duda que es así.

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Elevación Qué hizo que te ensañaras conmigo ser del otro mundo. Vagabundo, sin rumbo, a los tumbos. Meditabundo. Camino titubeante e indeciso. Preciso, más que nada en la vida perdida, vaya uno a saber en qué. Así, me encontré enredado en los hilos que me asfixiaban. Me ataban de pies y manos. Fue allí que negué a rendirme para irme, híbrido de cuerpo y alma. Con calma, volé muy alto hacia los fríos lugares donde pocos hacen altares.

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En busca La rudimentaria caracterĂ­stica del entretiempo de tus sueĂąos se atrinchera por el sediento milagro no cumplido. Busca materializarse en cuanto espacio se comprenda de nostalgias. Y dispone a largo plazo, de todo aquello que se gana o se pierde despuĂŠs de un agotador momento de felicidad desmedida.

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Que salga Que salga de adentro lo que hay. Con ánimo de exaltar, ofender, aclamar, delirar, ensuciar o limpiar. Que salga de adentro lo que todavía no hay. Inventar, crear, innovar. Comprar, vender o regalar, robar, chamuyar o decir la verdad. Que salga con fuerza o débilmente, con rabia o con paz, que salga de cualquier manera, pero que salga.

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Sueña que escribe Le gusta leer toda clase de libros. Disfruta sin pausa de las muchas letras. Sobre la mesa permanecen hojeados, muchas veces, los mismos ejemplares. Le gusta leer toda clase de libros: de comunicación, de filosofía, de literatura, de teología, de ciencias, de humanismo, de historia y además, biografías. Entre varios apuntes de frases célebres esbozadas en silogismos, reposan sobre la mesa sus premisas y conclusiones, así permanecen plasmados sus razonamientos. Le gusta leer. Y en su sillón dormita con la tenue luz del velador, mientras sueña que escribe los más singulares argumentos en verso y en prosa.

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Ritmo Sigo atentamente el ritmo El ritmo que me lleva. El ritmo que se siente. Se siente en todo el cuerpo. Cuerpo que se mueve, vibra, vibra y sólo vibra. Maravillosa sensación -por la diferencia incomprendidaque sólo unos pocos podemos disfrutar. Sigo atentamente el ritmo de jadeos incesantes proporcionados por la melodía. Melodía que ayuda, que ayuda a sincronizar el titubeante destellar. Destellar de los bloqueos mentales que inmovilizan las propuestas toleradas por ambos. Ambos hacia la misma dirección de coincidencias subjetivas difícilmente compatibles, pero que logran coincidir. Coincidir en el tiempo por el ritmo deseado.

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Sine qua non Cómo habrá sido que se inspiró el poeta para escribir los versos más tristes aquella noche. ¿Habrá presumido de la prolífera inspiración de sus tantas musas sin las cuales no habría belleza que trascienda? Cedió paso sin pena ni gloria al hermético refugio para amantes no correspondidos que penosamente divididos por los dardos más hostiles del implacable destino, bajo y despreciable, se alejaron tomando otros caminos. En el repaso de los recuerdos inolvidables intenta el poeta tomar distancia de su dolor, para dar forma con palabras hasta transformarlo en su más valioso canto. Él la quiso, y ella también muchas veces lo quiso pero igual se perdieron una y otra vez. Sin duda alguna que la amó pero el tiempo lo hizo olvidar. Aunque late en sus recuerdos aquello que no fue, pero pudo haber sido alguna vez.

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Diagnóstico Fecunda la raquítica respuesta desnutrida por la poca ingesta de nutrientes cognitivos. Adolece de una inveterada anemia paralizante, dejando en evidencia su estado actual que provoca indignación y mueve a la piedad. Efectivamente, hizo lo esperado y su recuperación fue lenta y paulatina. Siguió los pasos correspondientes y los elogió de distintas maneras, mostrando algunas señales superficiales de mejoría.

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No desaparece El sentimiento tan profundo resquebraja; penetra sin mรกs, sin son, sin nada. Provoca lo impensado, quebrado, sorprende el silencio con que ha llegado. No desaparece con facilidad, las largas noches te dirรกn. Podrรกn contarte las lรกgrimas si es que quieren, lo revelarรกn. Con fuerza da vueltas en todos lados, no pretende detenerse. Intenta salir desesperado a buscar, a gritar, a llorar.

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La mirada La mirada perversa del destino cruel lo atormentó en el barro. No había otra forma, sentenció. Aunque se negó, lo encerró en el discurso sin ninguna salida posible. Dio vueltas en círculo por las ruinas y se divirtió. Por un momento le dolió saber que los mismos que enseñaban no aprendían. Pero ese dolor fue satisfactorio. Abría las puertas, derribaba mitos. Ponía al alcance las palabras permitidas para muchos que querían decir por el simple hecho de decir, por el decir mismo. Entonces pudo beber y comer porque estaba a su alcance.

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Preparado Remarcó las ilusiones, desató los sueños y con la mochila negra deliró el camino que previamente repasó varias veces. Escribió en su agenda para dejar registro de lo que sucedió alguna vez. Eligió una remera gris, preparó un jean negro, se puso la gorrita, sacó la llave, apagó la luz y salió con prisa.

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Amanece resplandor Repasé esa madrugada lo que escribí sin pensar en nada. No se puede dejar de pensar, reflexioné aniñadamente. Entonces, taché todo lo que había escrito y volví a escribir sin pudor. Dejé la computadora a un costado y retomé con una birome y un papel de manera tradicional. Tenía de frente un espejo donde cada tanto me observaba. Había libros desparramados sobre la mesa que tenían sus hojas marcadas, llenas de frases célebres de escritores consagrados. Intenté sentir el ritmo de mis versos que se detenían por un momento, pero luego fluían sin parar. Escuché que los pájaros cantaban. ¡Amaneció con resplandor! Prendí la radio -porque necesitaba algo de música que me hiciera compañía-. Miré al espejo y me peiné con los dedos.

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La tinta azul se deslizaba sobre el papel. Me detuve por un rato, levanté la vista y observé nuevamente. Busqué inspiración a mi alrededor. La computadora inerte, sin batería no respondía. Un vaso de agua, una pluma cerca, el celular apagado y el control remoto que no sé para qué estaba ahí.

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Retorno obstinado Se le hizo difícil entender sus códigos. Le provocó conflictos internos. No entendía y eso le dolía. Reflexionó casi sin tiempo. Repitió las palabras en su interior. Se notaron sus labios al moverse despacio, sin prisa. Las dejó reposar. Tomó agua, fue al baño, comió algo dulce y se preparó mate. Retornó obstinado al encuentro. Anotó al margen, subrayó varias veces y sonrió con satisfacción.

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Cultivo Cultivó su propia energía en lo más íntimo de su espacio. Vio crecer el olvido sujetándose a las paredes lentamente, como si fuera una hiedra. Removía la tierra a diario contemplando su bella flor que cuidaba con dedicación porque mantenía activas sus ilusiones más sublimes.

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Síndrome pasado Síndrome pasado en la luz de su oscura tolerancia sin saber qué se dialoga. Cada día que pasa oculta lo que tiene y pretende negar todo. A pesar de su retórica berreta, se instala. Despilfarra lujo y modela estereotipos del poder al que muy pocos se resisten y otros reproducen en serie contra sus propios intereses. Aunque no son inocentes, porque responden al llamado sin preguntar. ¿Será que no piensan por sí mismos que hacen lo que se les dice sin cuestionar?

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Sin-vergüenza Mamarracho del poder que pende de un hilo casi sin fuerza. Sin embargo, se sostiene. La pregunta sería: por qué no deja de mirar el punto fijo. Por qué le cuesta esconderse en la triste soledad del saber sin pausa ni sonido. Se muestra sonriente, contento por lo que tiene a su alrededor. Canta horrible, pero lo hace. Propone la elegancia, zapatea cualquier cosa con tal de que lo vean en movimiento. Inyectado poco a poco, pero en perseguidas circunstancias adecuadas bailó con movimientos extraños en pleno festejo frente a unos cuantos.

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Canto de pájaro Canto de pájaro sin vida raspa el árbol cada mañana al despertar. El glotón de siempre acumula lo que no puede comer. Esa misma canción repetida varias veces en el aire seco que nos visita cada día. Canto de pájaro sin vida raspa el árbol cada noche antes de dormir y no duerme, deambula en un huérfano recuerdo sin puerta. ¡La noche se merece el silencio!

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Recogé el guante La melancolía removió el recuerdo de un verano del noventa y ocho, donde toda una generación añoraba lo vivido. Aquellos viejos momentos románticos que ya no estarían ni volverían a suceder. Por eso, nos entregaron todo a nosotros para que continuemos delirando sin cesar. ¡Qué registro más evidente del tiempo que nos dejó herederos de todo!

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Tengo cuidado Tengo cuidado de limitarme, de hacer lo debido. Tengo cuidado de limitarme, de ser mi propio freno. Tengo cuidado de coartar mis libertades subjetivas que me permiten crear donde no hay nada. Porque recojo lo que otros esparcen para volver a compartir con mi toque original que embellece tu mirada. Y nos entendemos. Sí, nos entendemos en los finos trazos dibujados ¡de tus sueños más anhelados!

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Los seres CopulaciĂłn distinguida de los seres. Almas distintas pero iguales disputan el espacio comĂşn en razĂłn de la convivencia compleja. Con distancias permitidas se acercan a explorarse sin medidas. De repente lo reflexivo desactiva las emociones impulsivas y retoma las pasiones intuitivas y desmedidas proporcionando rienda suelta a la locura.

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El mismo cantar Una vez mĂĄs, beso contra beso, resbala hacia tu cintura que me avisa el destino de nuestros cuerpos hĂşmedos que tienen ya como meta las similitudes enlazadas por el canto. El mismo canto, que ambos insistimos en cantar espontĂĄneamente. Tu cuello, tus brazos, tus piernas suaves, estilizadas para seducir el alma desaforada que despilfarra en tinta a gusto tuyo para complacer, para complacerte, para complacerme, para complacernos.

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Efectos especiales Sostuvo el peso inocentemente relegando todo a la locura por su sabia coherencia. Ya no se viste de blanco, sólo piensa en lo que fue para evitar lo que podría ser y transformarse en lo que quiere ser. Sumamente enredado en un mundo multiplicador de efectos especiales y de imágenes alucinantes que se pierden en la línea de partida para que, plácidamente, tironee para todos lados sin sentir ni un poco de dolor. Y así, decline hacia su soledad sintiendo náuseas más de una vez en el vacío y pequeño espacio que siempre lo recibe con los brazos abiertos.

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Las sirenas El dulce canto de las sirenas intensifica las posibilidades mentirosas del extravío inevitable. Con sus hipnóticas melodías y maravillosa belleza me conducen fuera del periplo designado. Intento mantenerme firme sin encallar el rumbo; con la misma fuerza de siempre que me hace único. Poseo el desmedido desempeño que aguanta las diferencias y resiste con razón y sentimientos bien claros los embates de la vida. Producto del desborde perpendicular de las siniestras olas. Olas que no me lastiman, que las neutralizo con mis delicadas manos que te acarician. Pero, al mismo tiempo, te protegen con vigor dulce y embellecedor.

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Sólo escribe Escribe, escribe, que algo quedará. Escribe cualquier cosa; en la pared, en el suelo, en el aire. Escribe sobre el amor, sobre la libertad, sobre tus derechos y sobre la amistad. Déjate llevar por la escritura voraz y por las palabras vivas. Escribe sin miedo lo que te pasa todos los días. Olvídate por un momento del exterior. Dedícate a tu interior y busca palabras para esas imágenes. Escribe poeta la canción para el músico olvidado. Escribe el guión para el payaso que no ríe. ¡Todos necesitan de tus versos poeta! para que ayuden a sentir a los que dejaron de ser sensibles. Escribe poeta, suelta la pluma. Escribe poeta con lágrimas de recuerdos de una mujer,

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de un hombre, de un hijo, de una hija que ya no viven. Escribe poeta sobre la paz que necesita el mundo, porque no la encuentra. Resalta las virtudes con palabras bellas. Refresca la mirada del que estรก enamorado. Escribe poeta. Sรณlo escribe.

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El poema no se mancha El poema no se mancha, dijo el filósofo de la gambeta esbozando su libre pensamiento poético y decidió permanecer tantas veces como fuese necesario con el perfecto elemento una y otra vez en la misma dirección. Nos propuso pensar en la miseria misma y en cómo salir de ella sin rendirle culto. Aunque fue difícil, no resultó imposible y logró salir con frases suyas que lo inmortalizaron en la historia. Brilló la estrella por causa del pulido con la pasta blanca. Me cortaron la tinta, anunció ante miles de fanáticos y se mostró conmovido por algunos deslices. ¡Sin duda alguna, el mejor del mundo!

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Victoria El pugilista de la vida golpeó sin detenerse para no ingresar en zona de descenso. Lo hizo hasta el cansancio, puso alma y vida. Las imágenes le dieron fuerzas repetidas veces. Cerró los ojos, tranquilizó su espíritu, enjuagó su boca y se refrescó la cabeza. Salió de nuevo y enfrentó el desenfreno de su oponente. Avanzó mientras pudo, luego aguantó. Hizo paso al costado, golpe curvo al mentón, con un recto repetido y a la lona.

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Ilustre soledad Hasta este lugar todo surgió desde la más ilustre soledad. Marca sobre marca, desliz sobre desliz. Más de una vez no pudo atajar el impulso de las letras vivas en la imaginación y descendió al seol donde se forjaron cada una de sus verdades. La palabra le sirvió para todo; se vistió con ellas, al derecho y al revés. Emergió desde allí sin un peso en el bolsillo, pero con tiempo para pensar en lo más bello de la vida y darle nombre al quebrado momento de salir a mostrar sus obras.

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Qué te puedo decir El dilema está listo para ser resuelto. ¿Se te ocurre alguna forma de lograrlo? Morir o vivir, detenerse o avanzar, fracasar o realizar sueños. Yo te puedo ayudar, pero no me tengas en cuenta. Nada de lo que te digo te puede servir. ¿Necesitás un héroe? El héroe de siempre para que te salve. No podría abusar de tus falencias ni sacar provecho de tu triste mirada. No me escuches, ni por más que quieras hacerlo. Ya no creo que te importe, tampoco pretendo que así sea. Pero no me mires porque ya no estoy. Soy anónimo. Me volví invisible. ¿Qué te puedo dar? Mejor, despliega tus alas, vuela alto. ¡Sé libre! Pero no me escuches, qué te puedo decir.

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Sin sentido aparente El mundo en que vivo Des-tapar Reacciones intempestivas A simple vista Antagónicos Sin detenerse Decididos Desesperación Ilusiones momificadas Prefiero el nombre Tu propio timón Invertebrada situación Elevación En busca Que salga Sueña que escribe Ritmo Sine qua non Diagnóstico No desaparece La mirada Preparado Amanece resplandor Retorno obstinado Cultivo Síndrome pasado Sin vergüenza Canto de pájaro Recogé el guante Tengo cuidado Los seres El mismo cantar

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Efectos especiales Las sirenas SĂłlo escribe El poema no se mancha Victoria Ilustre soledad QuĂŠ te puedo decir

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Este libro se terminó de editar en formato digital en Diciembre de 2015 en Espacio Comunis. Paso de los Libres – Corrientes.

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“Despliego las alas de mi pluma intransigente sedienta de tinta que dé vida a las mil oportunidades de mis desvalidas necesidades, generando las más desprolijas rimas sin presunto sentido aparente.” Si la poesía es nada más y nada menos que la vida puesta en palabras, Sin sentido aparente es una forma de explorar el sí mismo, permitir el encuentro con los otros y percibir desde una óptica distinta universos de sentido que han sido automatizados. En forma lúdica y en resueltos versos libres, Mario Fretes despliega sus asociaciones conceptuales y sensoriales insólitas, acompañadas de frases ocurrentes y sugestivas. Así, provoca el desconcierto y la confusión deliberada del lector para sumergirlo en un estado de interrogación constante. Carina Mabel Pereira

Espacio Comunis Colección Cover Poético

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