Había una vez un lobo que vivía en una casa cálida.
Y una oveja que vivía en la nieve. Un día los dos fueron a la frontera y al verse se enamoraron. La oveja pensaba que aunque vivía en la nieve, ella podía vivir en un lugar cálido.
Entonces cruzó la frontera. Se casaron y vivieron felices para siempre y… FIN.
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No importa de dĂłnde seamos, somos libres para unirnos.
En una playa de Caril贸, un grupo de cangrejos que estaban aburridos decidieron viajar a una playa de Espa帽a.
Cuando llegaron dijeron: -ยกAy, no me gusta esta playa, es demasiado aburrida! Esta arena es muy blanda, por eso volvamos a Buenos Aires a Parque Norte.
Al regresar uno dice: -¡Qué dura es esta arena! Un perro que pasaba les dice: - Esto no es arena, es piso. -¿En serio?, pregunta uno de los cangrejos. –Bueno, si no les gusta el piso vayan a esa mini pileta. –Gracias, señor perro. -No se disculpen, pero recuerden esto:
AUNQUE NO LES GUSTEN LOS OTROS LUGARES RECUERDEN QUE HAY GENTE QUE NO LES GUSTA DONDE VIVEN, PERO TIENEN QUE VIVIR AHÍ.
Había una vez una familia de dos pajaritos que tenían dos hijos, y vivían en la ciudad. Los pichones se fueron de viaje a la playa a las Bahamas.
En la playa se encontraron con un loro desconocido. Los dos pajaritos se hicieron amigos del loro. Y el loro los llevó a la nieve, aunque los dos pajaritos le dijeron que los papás no los dejaban. El loro insistió y los llevó igual.
Después tenían que volver y no sabían cómo. El loro se fue y ellos se quedaron a vivir ahí infelices para siempre y lejos de sus papás.
Nunca te vayas con un desconocido.
Había una vez una familia de perros y gatos que vivían en una casa juntos. Un día a un perro se le ocurrió una idea: esa idea era ir bucear.
Fueron y se hicieron amigos de unos flamencos. A los perros y a los gatos no les gust贸 mucho ir a bucear, entonces se fueron de vacaciones a Brasil.
En Brasil encontraron una playa y se metieron al mar. Un día un gato no podía respirar bajo el agua, entonces un perro muy fuerte que había aprendido a bucar lo salvó y vivieron felices para siempre. FIN.
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Si hay una persona que se ahoga nunca lo dejes solo. Aunque no seas su amigo ayĂşdalo siempre.
Tiago era un perro y Mittens una gata. Estaban jugando a los piratas. Ellos eran los mejores amigos.
Un día, Mittens fue a los techos y se encontró con otro gato. Después de dos días Tiago, preocupado por Mittens, fue a los techos también. Como no podía subir agarró un barril y se subió por allí. Tiago se sorprendió al ver a Mittens con otro gato. ¡ Mittens,¿querés jugar conmigo? – No, dijo ella. Entonces Tiago se fue a su casa enojado.
Al día siguiente Mittens fue a visitarlo y ella se sorprendió al ver a Tiago con un erizo. -¡ Hola, Mittens! Como vos me dejaste yo te dejo una enseñanza: Si dejas a un amigo puede que te deje a tí. Esa noche Mittens se fue a dormir pensativa.
Había una vez un perro llamado Simón que se encontró en su parque con el pájaro bailarín. El pájaro estaba triste porque no tenía amigos.
Al día siguiente se encontró con el conejo en el parque. Y el perro le dijo: -ayer vi a un pájaro triste porque no tenía amigo. Entonces el conejo le dijo: -Yo puedo ser su amigo… -Y yo también, dijo Simón.
Al día siguiente Simón le dijo al pájaro si quería que sea el amigo. El pájaro le dijo que sí y al conejo también le dijo que sí. Y después empezaron a bailar en el parque de Simón.
Moraleja:
No hay que dejar de lado a los amigos.
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HabĂa una vez un oso polar, un oso panda y dos pingĂźinos. Todos eran amigos.
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En una casa, habĂa otros amigos del oso panda: dos murciĂŠlagos y dos alces.
Un día se fueron todos a la playa y se encontraron con dos animales más, una foca y una orca. Cierta vez, el oso polar y el alce se pelearon, la foca se peleó con la orca, el pingüino con el pingüino y el murciélago con el murciélago, y se lastimaron todos.
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Es importante tratar bien a los demĂĄs aunque no sean amigos.
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HabĂa una vez unos animales de todo tipo y decidieron ir a la selva.
Y se encontraron una jirafa y un león y la jirafa empezó a correr porque el cocodrilo lo perseguía y los otros le decían que pare y paro.
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Y se hizo de noche, se hicieron una casita cuando se durmieron un mono entro a la casita y unos animales se despertaron y salieron de la cueva y se fueron muy lejos
Moraleja: Nunca hay que dejar a un amigo atrรกs. Y aunque no sea tu amigo tampoco.
HabĂa una vez unos animales que querĂan visitar el mar. Pero su mamĂĄ no los dejaba. Pero desobedecieron y fueron al mar igual.
Cuando los animales llegaron al mar tenĂan hambre y estaban aburridos, entonces fueron a jugar bĂĄsquet y a comer.
Al llegar a la cancha de bรกsquet, encontraron a la mamรก que estaba preocupada, y que cuando los vio, les dio un gran abrazo.
Moraleja: Si eres menor no salgas de tu casa sin un adulto.
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Los osos juegan al baseball entre ellos.
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Los osos empatan el partido y se van a sus casas.
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Los osos llegan a sus casas. Duermen dejan las cosas y van a la playa.
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Llegan a la playa y se encuentran con un bĂşfalo y con una orca y jugaron al baseball.
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Hay que recorrer lugares para conseguir amigos nuevos.
Un día Isabela, el ave, se chocó con el toro Juan. Juan dice: -Señora ave, ¿usted se dio cuenta de que se chocó conmigo, el toro Juan?. La ave Isabela dijo: -Lo siento señor Juan. Juan preguntó: ¿Tenes ganas de venir al bosque conmigo?. E Isabela le dice: -¡Sí, quiero ir al bosque con vos!
Al llegar, Juan dice: -Me parece que el bosque no es un muy buen lugar para hablar. Isabela agrega: -¿Tenés ganas de ir a otro lado?. Y Juan responde: -Me parece que sí debemos ir a otro lado.
Isabela pregunta: -¿Tenés ganas de ser mi mejor amigo?. -¡Sí, quiero ser tu mejor amigo!. Isabela comenta: -¡La playa es muy divertida!. Juan propone: -¿Tenés ganas de hacer castillos de arena?
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Siempre hay que ser muy buen amigo aunque estemos de mal humor.