RIO EBRO - CANAL IMPERIAL DE ARAGÓN
AGUA Y CIUDAD Karina Fernández V a l e n ti n a C h i r i b o g a Esteban Calderón Rubén Ruberte
INTRODUCCIÓN Link del mapa digital del proceso de análisis: https://goo.gl/bgKEwl
El Ebro, con su caudal medio de 600 m3/s a lo largo de sus 950 km recoge las aguas de una cuenca de 85 362 km2 en la que viven casi tres millones de personas. Como el resto de ríos de vertiente mediterránea, tiene fuertes fluctuaciones con largos estiajes en verano y graves inundaciones en invierno. Su situación geográfica, cruzando la península desde la cordillera cantábrica hasta el mediterráneo, su caudal, y sus destructivas riadas han hecho que el hombre lo tema y lo desee desde que se asentó en sus orillas.
El punto de inflexión que modifico la relación del hombre con el río fue la construcción del canal imperial de Aragón, tras un tortuoso proceso de derivación de las aguas del río mediante acequias y los problemas que derivaron de una técnica insuficiente para la escala de las obras que estas grandes acequias requerían. En 1789 llega el canal imponiéndose a las obras anteriores enfrentándose a su entorno con tono desafiante. El hombre consigue al fin dominar la naturaleza y hace que tome una actitud de superioridad frente a ella.
Aquí
se
inicia
un
proceso
progresivo
de
explotación insaciable del agua del Ebro mediante la construcción de infraestructura. El canal permite el aumento la superficie de cultivo, lleva agua de boca a los asentamientos de la ribera y se utiliza como vía fluvial para comercio y transporte de personas. Este aprovechamiento se va intensificando, cada vez más agua es utilizada por el ser humano. Se construyen, embalses para generar energía eléctrica y regar cada vez más superficie agrícola; depósitos y estaciones clarificadoras; para potabilizar el agua cada vez más contaminada por el uso de fertilizantes y pesticidas para aumentar los rendimientos del campo. Toda esta infraestructura de explotación irresponsable del agua hace que el caudal del río descienda y que las fluctuaciones sean cada vez más concentradas y más intensas. Esto hace que disminuyan las riadas menores y que cada vez aumente más la frecuencia de grandes riadas.
actitud de control y sometimiento marca la respuesta del Esta
hombre ante estas sacudidas de un río que se está revelando. Ante el aumento de las riadas, se opta por la construcción de motas y diques que contengan el río en sus crecidas. Esto provoca un gran estrechamiento de la cuenca del rio, lo que empeora todavía más la situación haciendo que el río necesite menos agua para desbordarse. Esto conduce a un periodo de aumento progresivo de la frecuencia de inundaciones.
momento crítico
Estamos en un , las intervenciones del hombre sobre el río no solo lo han sometido sino que ha deteriorado gravemente sus valores biológicos. Es el momento de devolver el equilibrio entre hombre y naturaleza si queremos poder seguir beneficiándonos de ella, sin agotarla.
EVOLUCIÓN HISTÓRICA
“En la larga historia de la humanidad (incluso de la especie animal), son aquellos que aprenden a colaborar y a improvisar los que tendrán más probabilidad de prevalecer.” Charles Darwin
La cuenca del Ebro es una región con una fuerte vocación productiva. La mayor parte de su población ha vivido siempre de la agricultura. Las aguas del Ebro y sus afluentes se han aprovechado mediante acequias desde los tiempos de las invasiones romana y árabe. Los productos agrícolas se transportaban por el Ebro y algunos afluentes, mediante pequeñas barcas. El singular caso de las navatas, en las que el propio producto a vender servía como medio de transporte. Estas bajaban desde el Pirineo para ser vendidos aguas abajo.
Navateros surcando las aguas del Ebro.
En 1492 tuvo lugar el fin de la reconquista cristiana y el descubrimiento de américa. A la vez que se ponía fin a uno de los periodos de mayor esplendor de la cultura en el territorio, se iniciaba un periodo de bonanza económica por la llegada de incalculable riqueza desde América. A su vez llega la influencia del renacimiento con su mentalidad antropocentrista, el hombre como centro del universo, con capacidad para imponerse a la naturaleza. Aparece la burguesía y el capital pasa a ser la medida de poder, frente a la superficie de tierra que lo había sido hasta el momento. Dicha prosperidad trae un periodo de inversiones en infraestructuras influida por esa mentalidad antropocentrista del renacimiento y la pujante burguesía que quiere sacar rendimientos de ella. En 1496 se inicia la construcción de la acequia del Jalón, en 1504 la acequia de Tauste y en 1528 la Acequia Imperial. Esta construcción de infraestructuras responde a diferentes razones. Un deseo de demostrar la superioridad técnica frente a los árabes tras la reconquista, lo que significa la auto legitimación de la religión mediante construcción de la infraestructura. Por otro lado se busca aprovechar el momento de bonanza para incentivar la principal actividad económica del momento, la agricultura. Además es un momento de apertura de vías comerciales por lo que surge la necesidad de abrir vías de comunicación para exportar mercancías procedentes del interior de la península, no hay que olvidar que la navegación era el medio de transporte más rápido y eficiente del momento. La construcción de la acequia avanza con graves problemas técnicos, de gestión, construcción y mantenimiento. Las rupturas de la acequia y problemas con cesiones de gestión de riegos se hacen frecuentes. A esto se unen los problemas con las riadas de los afluentes del Ebro. A esto se le suma la riada de 1643 que tiene una dimensión tal que rompe el puente de piedra de Zaragoza. En 1640 Portugal se independiza de España lo que supone la pérdida de una salida importante al Atlántico. Esto hace que los puertos del Norte ganen importancia como salida del comercio a través del Atlántico. Aumentará así el deseo de llevar los productos a través del Ebro y sus acequias para exportarlas también a través del cantábrico. De 1701 a 1714 llega la guerra de sucesión, muere Carlos II sin descendencia y se abre una lucha a nivel Europeo por el control del Imperio.
Ganan los Borbones de influencia Francesa y comienza un periodo de represión contra los vencidos, la corona de Aragón entre ellos. Se requisan sus bienes y tierras y se suprimen los fueros propios de los diferentes reinos. España pierde su supremacía militar aunque mantiene la económica. Esta inestabilidad crea la necesidad de auto legitimar el gobierno mediante medidas ya no solo militares sino económicas. Auto legitimación de Rey mediante la inversión en infraestructura.
Academias con la intención de llevar el conocimiento a la población, aunque este conocimiento solo llega a la burguesía, “El gobierno del pueblo sin el pueblo”. La ilustración fomentó también la influencia francesa y con ella el ejemplo de sus canales navegables, como el Canal de Midi que en 1681 conectó el mediterráneo y el Atlántico atravesando toda Francia. En este contexto se inician, en 1776, las obras del canal. Los planos reflejan el nivel técnico que había fomentado la ilustración, multitud de detalles y nuevos diseños se pueden apreciar a lo largo de toda la planimetría. Siguiendo estos planos se construye un nuevo azud en el bocal de donde se recogen las aguas del Ebro para ser conducidas por el canal a lo largo de 110km superando obstáculos, como los ríos Jalón y Huerva, que atraviesa a través de puentes de piedra que elevan sus aguas por encima de estos. En estos puntos se crean también almenaras para la evacuación de sus aguas en la cuenca de dichos ríos, permitiendo así la limpieza y mantenimiento del canal.
Boceto de riada del Ebro a su paso por Zaragoza.
Entre tanto continúan los problemas en la Acequia Imperial. En 1722 una riada del Ebro destruye el bocal dejando seco el cauce de la acequia y obligando a detener el riego de la zona. En 1738 se retoman las obras de la acequia que se verá convertida en el medio para llegar a un objetivo mucho más ambicioso, un canal navegable que forme parte de un sistema de navegación que uniría la cuenca del Ebro con el Atlántico, con el Duero y el mediterráneo, para conseguir una conexión de las regiones del interior con el mar y exportar los recursos agrícolas. Otro objetivo de este canal sería el de mejorar el regadío de la antigua acequia imperial. La ideación de la construcción del canal no habría posible sin la influencia de la ilustración procedente de Francia cuyos ideales principales serán la reforma del pensamiento donde se sostiene la idea de la supremacía del hombre sobre la naturaleza. El progreso se convierte en el nuevo paradigma, entendido como la evolución del hombre y de la técnica que le permite dominar su entorno. Esto se traduce en la activación de la economía, sobre todo de la agricultura, la expansión de las nuevas ciencias, él lenguaje y el interés por las nuevas teorías políticas liberales. Aparecen las reales
El canal permite mejorar tres ejes fundamentales de la región: la conexión por navegación entre comunidades, el sistema de riego y el viaje de agua de boca a los diferentes municipios. En 1782 el agua del canal llega a Zaragoza lo que implica un mayor caudal en las acequias e introduce la posibilidad de nuevos modos de abastecimiento. No existían fuentes por lo que era necesario recoger el agua de las acequias. En este tiempo se había popularizado la figura de los aguadores, un nuevo oficio que consistía en llevar el agua de las acequias de casa en casa.
Imagen antigua de un joven aguador.
Barcaza cargada de productos agrícolas surcando el canal.
En 1789 se inicia oficialmente el transporte de viajeros y mercancías. Pignatelli es el encargado de la regulación del tráfico de mercancías por el canal. El período de 1800 a 1807 es el de máximo desarrollo de la navegación, con ingresos que oscilan entre los 175.000 y 300.000 reales. El canal cumple una importante misión social, activar el comercio entre las comunidades de la zona. En 1833, J. Palacios escribía: “En las 16 leguas que tiene el Canal en el día navegables desde el Bocal a Zaragoza, no deja de tener el público un interés conocido, pues transporta por el agua todos sus géneros y frutos de cualquier clase que sean, para lo que hay prevenidos barcos de transporte muy bien acondicionados, y cuyo flete es sumamente barato y cómodo. Lo mismo sucede con el transporte de las personas, para las que hay otra clase de barcos, cubiertos y en figura de coches o tartanas, con asientos en ambos costados, los que ofrecen toda la comodidad posible. Tres barcos de estos suben y bajan todas las semanas desde Zaragoza al Bocal, siendo los dos de estos las diligencias que se han establecido desde el año próximo pasado, los cuales hacen el viaje en un día, tanto a la ida como a la vuelta, y en algunas temporadas del año van llenos de gente, no siendo en otras tanta la concurrencia de los viajeros, los que de todos modos se hallan muy complacidos en tener un viaje tan pronto y cómodo por agua, siendo así que haciéndolo por tierra les es mucho más penoso, largo e incómodo.”
La construcción del Canal Imperial acarrea un incremento sustancial de la superficie cultivada. Sin embargo, no hubo un gran cambio en la estructura de propiedad de la tierra ya que el aumento de tierras solo se tradujo en mayor superficie para los terratenientes existentes en lugar de un aumento de terratenientes. A la altura de 1806, la huerta de Zaragoza (10.500 he cultivadas) se encontraba mayoritariamente vinculada a conventos (30%), a la nobleza no titulada y altos cargos de la administración (28%) y a la nobleza propiamente dicha (12,5%), dejando para más de 1000 labradores tan solo el 25 %. Estos privilegios y la concentración de tierras en pocas manos evitan que las mejoras técnicas que supone el canal se traduzcan en mejoras de la producción y el desarrollo de nuevas variedades de cultivos. Al tener derecho los señores a percibir solamente los censos o treudos de los frutos reflejados en los convenios, se opondrán al reemplazo de cultivos. Aun si en los acuerdos se recogía la posibilidad de pagar por «cualesquiera otros frutos», un cambio en los usos del suelo supondría para el señor recurrir a trabajo asalariado, contactar con intermediarios y comerciantes y dejar de especular al tratarse de frutos perecederos, por lo que se prefieren las prácticas agrícolas tradicionales, la trilogía romana trigo, vid y olivo, aunque aprovechando las nuevas disponibilidades de agua para asegurar las cosechas.
Estas mejoras se ven interrumpidas por la guerra de Independencia contra Francia, guerra por la que la región se ve sensiblemente afectada. Durante los sitios de Zaragoza se pierde gran parte del tejido urbano de la ciudad y el 75% de la población, sobreviviendo únicamente 12.000 Zaragozanos. Además los franceses dejaron grandes destrozos tras su retirada. La producción agraria se vio gravemente afectada por la incautación de ganado y animales de tiro por parte del ejército francés y por la destrucción de fábricas e infraestructuras, entre las que se encuentra el canal que tuvo que ser reparado tras la guerra. La guerra dejo tras de sí una crisis de la que la región tardaría en salir varias.
Ruinas del Seminario por la explosión de 1808.
La invasión francesa acelero el proceso de desamortización del suelo que ya se había iniciado con la llegada de las ideas de la ilustración. A la requisición de tierras e inmuebles por los franceses, le siguieron las desamortizaciones del trienio liberal, Mendizabal (1836-37), Espartero (1841) y Madoz (1854-56) culminando con el cambio del sistema de propiedad del Antiguo Régimen para implantar el nuevo Estado liberal. Como resultado se concentró la propiedad en proporción al tamaño existente previamente, por lo que no se produjo un gran cambio en la estructura de la propiedad, además la privatización de los bienes comunales hizo que muchos campesinos se vieran privados de unos recursos que contribuían a su subsistencia y se acentuase el éxodo rural. Este proceso de desamortización permitió al estado recuperarse de la crisis para así poder retomar el proceso de inversión en infraestructura. Prueba de ello es la Fuente de Neptuno, inaugurada en 1845 y a la que le seguirán las fuentes de la vecindad en 1862, conformando una red de fuentes que abastecerán de agua procedente del canal a los zaragozanos.
Fuente de Neptuno, Zaragoza
La función del agua del canal como agua de boca empieza a tomar importancia frente a su rol de infraestructura de navegación que con la inauguración, en 1861, del tren ZaragozaAlsasua, con un recorrido paralelo al canal, hunde su navegación.. Mientras que en otros países como Francia los que los canales continuaron transportando pasajeros y grandes mercancías pese a la llegada del ferrocarril, el canal imperial pierde esa función al no haber culminado su objetivo de conectar Atlántico y mediterráneo. No hay que olvidar que este fue uno de los motivos principales para su construcción, lo que hace que resulte paradójico que esta función entre en crisis solo 60 años después de su construcción. En este proceso de aprovechamiento del agua del canal como agua de boca toman un papel muy importante los depósitos. En estos el agua pierde los sedimentos que están suspendidos en ella mediante decantación, permaneciendo embalsada una media de dos semanas. En 1867 se construyen los dos primeros depósitos en honor a Pignatelli al que le seguirán más depósitos, como los de Sagasta en 1877, que irán adaptando su capacidad a la población de la ciudad. El espejismo de recuperación económica procedente de las desamortizaciones culmina su agotamiento con la crisis de 1898. La derrota frente a Estados Unidos y la consiguiente pérdida de las últimas colonias culminan el periodo de decadencia de un imperio que se había aislado voluntariamente ensimismado en su grandeza, ya perdida, con el consiguiente atraso económico al desaparecer las fuentes de beneficios fáciles. Es el fin de un sistema basado en la oligarquía, el caciquismo rural y las viejas estructuras agrarias. Se abre así un periodo de cuestionamiento del sistema, en el que aumentan las protestas y a su vez la intervención militar para mitigarlas.
La formación de un mercado mundial de productos agrarios y la llegada al litoral español de cereal a bajo precio procedente de ultramar privó a la agricultura aragonesa, básicamente cerealista y de bajos rendimientos, de exportar excedentes a un mercado catalán. Esto junto con la liberación del suelo de las desamortizaciones, la abolición de la esclavitud en América y la perdida de las colonias productoras de azúcar, favoreció el desplazamiento de la producción agraria de la tierra regada por el canal, hacia la producción de azúcar mediante difusión de la remolacha. En 1903 surge la sociedad general azucarera de España y diferentes azucareras se extienden a lo largo de la región. La Remolacha monopolizara progresivamente el cultivo de la región hasta mediados de la revolución verde cuando el precio de la mano de obra.
En 1923 Primo de Ribera da un golpe de estado e instaura la dictadura con la auto legitimación típica de las dictaduras mediante infraestructuras. Así se construyen el embalse de Alloz en 1930 junto con otros 14 embalses. Este periodo de construcción de obra pública se verá detenido por la crisis mundial de 1929. Tras ella llega la 2ª República que termina con el levantamiento en 1936 que desembocará en la Guerra civil. Al terminar la guerra se instaura la dictadura de Franco y con ella la vuelta a la autolegitimación mediante infraestructura pública, en la que trabajarían gran número de presos políticos. En 1956 se produce una apertura de la dictadura para atraer inversión extranjera, principalmente la de los Estados Unidos. La influencia Estadounidense se refleja además de en su filosofía de obra pública, embalses, y otros ámbitos, en el desarrollo agrícola. En los años 50 comienza la revolución verde, se crea el S.E.A (Servicio de extensión agraria) en 1955, y se introducen nuevas técnicas a la agricultura de la Región entre ellas maquinaria, pesticidas y fertilizantes químicos. Esta mejor técnica hace que las tierras sean más rentables por lo que se produce una gran extensión de la superficie agraria, roturando buena parte de los bosques de ribera.
Foto antigua de la azucarera de Luceni.
En 1907 llega el agua de boca a los pisos de Zaragoza, se culminan las redes generales de saneamiento y abastecimiento. Sigue habiendo problemas de presión que se irán solventando con el tiempo, al igual que el aumento de la población a la que abastecer para lo que irán apareciendo nuevos depósitos como los de Casablanca en 1911 y los de Las Canteras en 1924. En este mismo año, se produce la ruptura de la cañería general y el bloqueo de los depósitos lo que lleva al desabastecimiento de agua de la ciudad y la necesidad de la independización de cañerías. Se procederá además a la división de la ciudad en dos zonas de abastecimiento, el casco urbano con el agua de los depósitos de Casablanca y la zona sur y este con el agua de Torrero, esta última con graves problemas de turbiedad.
Fumigación con pesticidas y fertilizantes sobre maíz.
Esta introducción de químicos también se ve reflejada en la potabilización del agua procedente del canal, no solo porque los fertilizantes y pesticidas acaban siendo recogidos en el agua del Ebro y el canal, sino por la incorporación de esterilizantes en los depósitos para acelerar el proceso de depuración. Tras estas mejoras comienza un periodo de construcción de plantas depuradoras para sanear el agua que abastece a una creciente población. A la potabilizadora de Casablanca (1965) le seguirán las depuradoras de la cartuja (1993) y de la Almozara (1995).
La Riada de 1961 afecta a este proceso de modernización del campo. Como respuesta a esta riada se adapta una política de dominación total del agua del Ebro a base de motas y diques. Estas construcciones de protección avanzan paralelas a la expansión de la superficie agrícola por lo que se produce un gran estrechamiento del cauce del Ebro.
Evacuación de familias de los municipios de la ribera durante la riada.
En 1978 se produce otra riada importante tras la construcción de las defensas. De nuevo se cortan carreteras y quedan los pueblos incomunicados, una vez más se inundaron miles de hectáreas de cultivo pese a llevar mucho menos caudal que la del 61. Aquí comienza un periodo de aceleración de la frecuencia de inundaciones que se intensificara en el inicio del siglo XXI. Tras la muerte de Franco en 1975 comienza la transición, España entra en la OTAN en 1982 y en la UE en 1985. Periodo de estabilidad tras el intento de golpe de estado 1983 y llegada de subvenciones europeas. En 1996 se produce el cambio de gobierno tras 14 años de gobierno del PSOE. Se produce la liberación del suelo y se privatizan diferentes compañías estatales. Vuelven las obras de grandes infraestructuras. En 1997 se aprueba el PEBEA con el que se invertirán 35 millones de euros en la construcción de estaciones de bombeo y balsas de regulación para el riego de 4.144 hectáreas. En 2001 se aprueba el Plan hidrológico nacional que propone el trasvase del Ebro cuando el caudal del Ebro en Tortosa es de 7.085 hm3/año, menos de la mitad que a mediados de siglo. Este plan no saldrá adelante por la oposición popular entre otros motivos pero condujo a la construcción de grandes infraestructuras.
El siglo XXI comienza con la intensificación de las riadas teniendo lugar en 2003, 2007, 2008, 2013 y 2015. A pesar de transportar menos agua, el Ebro se desborda con mucha más frecuencia. Esto ha sido provocado por el estrechamiento de la cuenca del Ebro a lo largo de la expansión agraria y las obras de defensa de los municipios frente a las crecidas. Además el gran número de embalses evita que haya crecidas menores que arrastren el sedimento que se posa a lo largo de la cuenca disminuyendo su capacidad. En medio de esta crisis de la lucha entre hombre y río tiene lugar la Exposición Universal del Agua de Zaragoza. Hecho paradójico cuanto menos, tras un siglo de maltrato del Ebro, la capital es elegida como escenario ejemplar para el foro mundial sobre el agua. Las ayudas que llegan para llevar a cabo la exposición no se invierte para mejorar la situación ni el territorio sino que van destinadas a infraestructuras para la ciudad, como el Azud construido en el Ebro a su paso por la ciudad para hacerlo navegable durante la EXPO. Este azud abrirá una gran polémica puesto que empeorara la situación de las inundaciones al elevar el agua del río. Junto a la EXPO llega la crisis económica mundial que conducirá al País en una larga recesión de la que todavía no ha salido.
Embalse de la Loteta en pruebas de carga.
En el segundo año de la crisis se inaugura una obra faraónica en la que se han invertido casi 100 millones de euros, el embalse de la Loteta. La inundación de 1089 ha de tierra que tiene como objetivo almacenar 104 hm3 de agua procedente de Yesa para abastecer a Zaragoza de agua potable. Como ya se había avisado por parte de biólogos locales, el agua del embalse no es apta por la composición salina del suelo. Esto abre el debate sobre qué ha de hacerse con esta gran balsa de agua que podría dar lugar a proyectos de mejora de su entorno desértico si se utiliza del modo adecuado.
En el año 2005 los depósitos de la potabilizadora de Casablanca abrieron sus compuertas al agua del Pirineo, procedente del Yesa, de la que se abastecerá en su totalidad la ciudad y seis municipios del entorno. Sin embargo, hasta el año 2010 está agua se tuvo que mezclar con la del canal al no ser suficiente para abastecer a tanta población. Así después de 225 años el agua del canal pierde su función de agua de boca.
Recorrido del agua de Yesa hasta Zaragoza
El fin del uso del agua del canal como agua de boca, crea la oportunidad de introducir nuevos usos en él. Esto puede ser la creación de un eje natural mediante la plantación de especies vegetales en sus orillas que además de servir de hogar para especies animales atraiga a los usuarios de una navegación recreativa tal y como sucede en los canales franceses. Este uso recreativo del canal se reduce en la actualidad a la bajada del Canal de Torrero y la Paz en la que cada año, desde hace más de treinta, los zaragozanos construyen sus propias balsas para disfrutar del paso del canal por su ciudad y reclamar el uso recreativo del canal.
Bajada del canal de Torrero y La Paz. 2016
En 2016 el nuevo ayuntamiento de Zaragoza aprueba el proyecto Huerta Life km 0, con el que se pretende resolver los graves problemas de los cultivos de la región. La industrialización de los procesos y la búsqueda de rentabilidad a través de cultivos intensivos de alto rendimiento han llevado a la disminución de las huertas de 3570 a 300 en solo 15 años. A esto se suma la utilización de fertilizantes y pesticidas químicos que contaminan las aguas de acuíferos y del río. Para ello se promueve el cultivo de huertas ecológicas que abastezcan a la ciudad desde su entorno evitando el uso de productos químicos y que las especies vegetales tengan que importarse de otras partes del mundo.
Zaragozanos trabajando en la huerta de la ciudad.
intensificación de este aprovechamiento para el
CONCLUSIONES
máximo rédito económico, ha llevado a conflictos entre los diferentes usos del agua desembocando en la monopolización del recurso exclusivamente para el agua de riego.
“Todo se activa, cuando se acumulan las contradicciones” Gaston Bachelard
230 años después, el Canal Imperial continúa dotando de agua de riego para la agricultura sin embargo existe la necesidad de re
pensar y
potenciar sus usos. Las decisiones que el Para el ser humano, la
relación con la
naturaleza
es indispensable. Esta relación ha ido cambiando a lo largo del tiempo, partiendo de una posición de defensa frente a la naturaleza, siguiendo con una posición de control y explotación de la misma, hasta llegar a la situación actual en la que la pugna se ha intensificado. Es así que, en la zona del tramo medio del Ebro, frente a la construcción de infraestructuras de cada vez mayor volumen, el río se rebela con riadas cada vez más fuertes y frecuentes. La evolución de esta actitud ha ignorado, casi en su totalidad, los ciclos naturales teniendo como resultado una respuesta del entorno que se escapa del control del ser humano. A lo largo del tiempo, el hombre ha generado herramientas para satisfacer sus necesidades a través del perfeccionamiento de la técnica. El Canal imperial construido en el periodo entre 1776 - 1789 ejemplifica la construcción de una infraestructura que cumplía con su objetivo de abastecer de agua a una región seca y mejorar su capacidad productiva. Sin embargo la
hombre tome de aquí en adelante deberán ir en dialogo con el medio natural para ello deberá primar el valor natural frente al económico. Se deberá abandonar la mirada a corto plazo y valorar previamente el impacto que tendrá su intervención en el entorno no solo en momento sino en el futuro. Las decisiones deberán basarse en este nuevo paradigma, ahora que existe la certeza de que los recursos naturales son limitados, existe una conciencia de preservación y tecnología para llevar a cabo nuevas soluciones. El Canal Imperial y su entorno pueden convertirse en una oportunidad de diálogo
entendimiento entre el humano y la naturaleza.
y ser
La recuperación de la biodiversidad a lo largo del canal, la utilización de esta infraestructura para transporte ecológico y el aprovechamiento del agua para diversificar la producción agrícola e introducir métodos orgánicos de cultivo son posibles caminos que el canal podría tomar para potencializar de una manera consciente la relación entre el ser humano y el territorio.
Imagen del embalse de Mequinenza.
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