Durante los últimos años, en la mayoría de los países de Amé- rica Latina se han puesto en marcha distintas iniciativas para abordar procesos relacionados con la reducción del riesgo de desastre; debido principalmente a la creciente manifestación y recurrencia de fenómenos naturales que han ocasionado innumerables pérdidas de vidas humanas y cuantiosos daños en la infraestructura física, social y productiva, desde el ámbito local hasta el nacional.
La dinámica de crecimiento y expansión de las principales ciudades de la región se ha dado de manera rápida y desordenada, lo que ha conllevado al aumento progresivo de las vulnerabilidades, la mayo- ría de ellas, asociadas al asentamiento poblacional en zonas de peligro y a la implementación rutinaria de prácticas que han derivado en un mayor impacto sobre los recursos naturales.
Uno de los principales retos, consiste en reducir el impacto de los futuros eventos y evitar que éstos se conviertan en desastres.