¿Cómo sería el mundo sin dibujos?, ¿Cómo se harían las casas?, ¿Los mapas?, ¿Qué sabríamos de civilizaciones antiguas? ¿Por qué el acto de dibujar es primitivo, primario?, ¿Qué es lo que nos lleva al dibujo, a plasmar algo en un dibujo? Imagino que si no existiera moveríamos mucho los brazos y las manos para poder expresarnos. Imagino que en las facultades de arquitectura y artes los buenos profesores serían grandes mimos. En una impotencia extraña los niños se revolcarían en el piso, los constructores de casas se pelearían a gritos por no entenderse, los viajantes se perderían en cualquier punto de cualquier lugar del mundo. Que digo. No existirían los puntos. Es que imposible…en algún momento el cuerpo pide agarrar cualquier cosa y hacer una línea. El cuerpo lo pide.
XIMENA PEREYRA Me llamo Ximena. Vivo en Rosario, cerca del río, en el medio del centro. Me gusta leer, dibujar, escribir. Me siento agradecida cada vez que me detengo a pensar en los caminos que fui tomando en la vida para ser hoy lo que soy, o hacer lo que hago. Me formé con mucha gente, porque siento que está bueno el intercambio y la transmisión de conocimientos y experiencias. Por eso mismo también doy clases. Trabajo como fotógrafa, en un microemprendimiento que disfruto mucho, y como camarera en un petit café muy lindo. Hago fotos, dibujos, escritos, ideas, pequeñas investigaciones. Produzco menos de lo que quisiera, pero nunca dejo de producir. Quisiera poder vivir exclusivamente de lo que elegí formarme profesionalmente. Sé que es difícil y espero que en un futuro cercano eso sea posible. El dibujo en mí es como las marcas que deja sobre la arena la ola del mar: fugaz, espontáneo, real. Hay una conexión sorprendente entre el movimiento de mi cuerpo y el trazo que puede llegar a dejar sobre una hoja. Lo que me interesa del dibujo es eso, el gesto entero, la huella sincera de mi estado de ánimo en el papel. Es la marca que queda del lápiz o de la pintura dejándose llevar por mis dedos. Es un modo de tranquilizarme cuando estoy nerviosa, de demostrar felicidad si estoy contenta, o dolor si estoy triste. Cuando dibujo me descargo. Es como una terapia silenciosa y agradable. Dibujo como si saliera un suspiro gigante en forma de línea. Todos dibujábamos cuando éramos niños, y algunos de repente nos preguntamos por qué dejamos de hacerlo. Deberíamos seguir dibujando. Dibujar hace bien.
Rosario 22 de Abril, 2015