Ideas principales: “Hacer de una escuela, una buena escuela” Evaluación y mejora de la gestión escolar. Claudia Romero La gestión escolar es agente y, al mismo tiempo, factor de mejora. Por eso la gestión, el trabajo del directivo, marca una diferencia, como lo demuestran todos los estudios al respecto. La gestión escolar, esa práctica compleja y desafiante sobre la cual habitualmente no suele darse formación específica a los directivos escolares, nos convoca una vez más con la intención de repensarla y encontrar caminos que ayuden a mejorarla. Desde sus comienzos, la función de la gestión escolar estuvo unida a la idea de control y administración. Esto se relaciona con un tipo de sistema educativo centralizado, como el argentino. La gestión corre el riesgo de quedar atrapada en la lógica burocrática y en mecánicas poco creativas. Gestionar implica vérsela con el poder, el conflicto, la complejidad, las resistencias, las negociaciones y la incertidumbre. Ya no se trata de garantizar la fidelidad en la transmisión de decisiones, el cumplimiento de la normativa, ni de establecer planes y velar por su cumplimiento, sino de articular los intereses de distintos actores en función de un bien general. La gestión escolar, el trabajo del director, ha sido recientemente definido como “hacer que las cosas sucedan”. En efecto, la gestión organiza el marco para el quehacer escolar y se visualiza en los modos de decidir las cosas y en el tipo de decisiones que se toman. Los problemas más importantes en nuestro sistema educativo son la desigualdad y la falta de calidad. Los términos cambio, innovación, reforma, mejora se utilizan para designar los procesos de transformación que acontecen en el aula, en la escuela o en el sistema educativo. El desafío de la transformación supone operar en las profundidades, transformando los sentidos y las prácticas más arraigadas, eso que se ha llamado gramática de escuela. La perspectiva de la mejora escolar tiene como objetivo a largo plazo crear una institución escolar capaz de aprender y de renovarse a sí misma.
Malú Llamas Martínez 2° semestre de preescolar