Tsai Ing Wen, la Margaret Tatcher de Asia

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24HORAS I GLOBAL PERFIL

Viernes 22 de enero de 2016

ESTEFANÍA SALINAS

La llaman ya la Angela Merkel de Asia e incluso muchos creen que puede llegar a convertirse en una especie de Margaret Thatcher asiática, con quien coincide en su perfil tecnocrático, pero Tsai Ing-wen, de 59 años, una ex catedrática de derecho en Londres, es en realidad una persona decidida a labrar su propia historia. Se trata de la primera mujer electa como presidenta en Taiwán, una isla considerada por el gobierno chino como una provincia renegada, aunque goza de independencia si bien no cuenta con una banca en Naciones Unidas. Ubicada a 120 kilómetros al sureste de China, Taiwán lucha férreamente por mantenerse equidistante de su vecino incómodo y evitar ser absorbida por el gigante asiático. Tsai, que se opone a mantener la política de acercamiento con Pekín, es integrante del Partido Democrático Progresista (DPP) y se impuso por una proporción de dos a uno en las elecciones a Eric Chu, candidato del pro chino partido nacionalista (Kuomintang), en el poder desde hace ocho años. Amante de los gatos –tiene dos, llamados Think Think and Ah Tsai- y de hablar suave e incluso gracioso que le genera simpatías inmediatas pero hace pensar más en una intelectual que en una mujer de Estado, la primera presidenta Taiwánesa obtuvo el 56% de los votos, y si bien su victoria era esperada, fue por un nivel a lo que auguraban las encuestas, que otorgaban a Tsai una ventaja de 20 puntos porcentuales. La profesora universitaria rompió paradigmas al convertirse en la primera mujer asiática en ser electa jefa de Estado sin haber dependido de un hombre –padre o marido- que le haya pavimentado el camino hacia la cima. Durante su campaña, abanderó entre otras propuestas la necesidad de alejarse de la esfera de influencia de Pekín y en dar un viraje a las condiciones económicas y la administración de la isla, algo que rompe con la postura del gobierno de ocho años del actual presidente Ma Ying-jeou, de cortejar cada vez más al gobierno chino. En su primer mensaje tras conocerse su victoria, Tsai puso énfasis en el orgullo de sus compatriotas de ser una nación con sólidos valores democráticos y anunció su intención de “proteger la soberanía nacional”. “Pekín debe respetar nuestra democracia”, dijo la futura presidenta, quien vio subir su popularidad como la espuma durante la campaña electoral tras dar apoyo a una jovencita de 16 años, cantante de un grupo de pop coreano, Chou Tzu-yu, obligada a disculparse por difundir un video en el que agitó la bandera de Taiwán no reconocida por China, desatando la indignación general en la isla. La victoria de la profesora universitaria no llegó sola pues su partido también logró por primera vez en la historia una absoluta mayoría en el parlamento unicameral de 113 bancas. Quienes aspiraban a un mayor

XAVIER RODRÍGUEZ

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Los resultados (de la elección) dicen que la gente quiere un gobierno que está dispuesto a escuchar a las personas (...) transparente y que es capaz de llevarnos más allá de nuestros problemas”

Soy Tsai Ing-wen y apoyo la igualdad de matrimonio. Cada persona debe ser capaz de buscar el amor y su felicidad libremente” TSAI ING-WEN Presidenta de Taiwán

LA MARGARET THATCHER DE ASIA

LIDERAZGO FEMENINO. LA PROFESORA UNIVERSITARIA SE CONVIRTIÓ EN LA PRIMERA MUJER ELECTA EN LA HISTORIA COMO PRESIDENTA DE TAIWÁN Y SU ASUNCIÓN PRESAGIA MALOS TIEMPOS PARA LA POLÍTICA DE ACERCAMIENTO CON CHINA acercamiento entre Pekín y Taipei ahora tiemblan ante la posibilidad de que surjan renovadas tensiones entre dos países cuyos vínculos hasta ahora no han sido fáciles. De un tiempo a la fecha, habían aumentado los intercambios postales, los vuelos directos y los enlaces marítimos entre ambas naciones. Ahora, extinguidos los fuegos artificiales para celebrar la victoria de la primera mujer presidenta en Taiwán, se abre un paréntesis de incertidumbre. El triunfo de Tsai tiene su lógica.

Aunque muchos en la isla se frotaban las manos ante la posibilidad de que se dejaran atrás las viejas heridas entre ambas naciones, otros, sobre todo los más jóvenes, consideraban que había comenzado a crearse una enorme dependencia de Taipei hacia Pekín, lo que dejaba cada vez en estado más vulnerable al país en materia militar y de seguridad nacional. Taiwán es un modelo de democracia pues desde hace 20 se celebran elecciones por sufragio universal y ha habido continuos relevos pacífi-

cos del poder, en el cual los dos grandes partidos se han turnado en el gobierno sin necesidad de recurrir a los golpes de estado o a la guerra civil. Para Pekín, ver a la que considera su “provincia rebelde” manejada ahora por una mujer, que se convertirá en la más poderosa de habla china en el mundo, le provoca retortijones. La isla de 28 millones de habitantes, que está separada de China sólo por el Estrecho de Formosa, ya sufre de por sí las consecuencias de pretenden una independencia absoluta de su poderoso vecino. Desde 1949, cuando ambos países de dividieron luego de que Chiang Kai-shek se refugió ahí tras ser derrotado en la disputa contra el Ejército comunista de Mao Tse-Tung, Taiwán es siempre objeto de continuos amagos expansionistas.

Como el hijo rejego que decide seguir una trayectoria muy diferente a la de su padre, Taiwán decidió convertirse en una democracia moderna mientras China se enfrascaba en complejas disputas ideológicas como la “Revolución Cultural”. Con un nivel de vida que envidiarían muchas naciones latinoamericanas, los Taiwáneses toleran de buen talante toda disidencia y gozan de amplios márgenes de libertad de expresión, en contraste con los habitantes de la China continental. Tsai es una política inteligente y por ello en sus primeras declaraciones como ganadora no quiso asumir una postura radical, a pesar de que es una partidaria de “pintar su raya” con Pekín. Por ello, prometió mantener el “statu quo”, que en la práctica significa que no habrá unificación a corto plazo pero tampoco una declaración de independencia respecto a China. El 20 de mayo está prevista la asunción de Tsa, quien tendrá un doble desafío: tratar de convencer a China que no quiere una ruptura frontal, pero sí mantener una férrea distancia entre ambos países y relanzar la economía, muy dependiente de las exportaciones, y que se ha visto afectada por los vaivenes mundiales, en especial por la desaceleración económica de su poderoso vecino. Tsa se propone revitalizar la economía, cuyo crecimiento reciente ha sido mediocre, apenas del 1% el año pasado y un poco menos en 2014-, diversificando su comercio hacia las naciones del Sur, Sureste y Este de Asia, frenando la cada vez mayor integración con China. Con un país que sufre un creciente desempleo sobre todo juvenil, una caída en los salarios y una cada vez mayor inflación, no es extraño que los jóvenes decidieran brindar todo su respaldo a la maestra, con maestría en la Universidad de Cornell y doctorado en la prestigiosa London School of Economics, en Inglaterra. Estas credenciales aseguran que sabrá conducir sabiamente el timón de la economía y aplicará una política económica y política liberal, consideran los expertos. Pero lo que esperan quienes la apoyaron es más empleos, mejores salarios, créditos baratos para viviendas y precios más bajos para los productos de primera necesidad.


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