GUÍA 5
Derechos relacionados a la información,
educación y a la toma de decisiones Guías para trabajar los derechos sexuales y derechos reproductivos de las mujeres
GUÍA 5
Derechos relacionados a la información,
educacion y a la toma de decisiones
» Objetivos DE LA GUÍA 5 • Analizar que un derecho humano fundamental es gozar de la autonomía para tomar decisiones relacionados a la sexualidad y a la reproducción, en razón de las propias necesidades, intereses y aspiraciones. • Valorar la información y la educación como derechos y recursos que posibilitan tomar esas decisiones. • Reconocer las diversas situaciones en las que se vulneran estos derechos y la manera como podemos impulsar cambios para el respeto y disfrute de los mismos.
Contenido
Octubre, 2008 Guayaquil, Ecuador Primera Edición
• Derecho a la información oportuna, veraz, libre de prejuicio y sin discriminación alguna. • Derecho a decidir de manera libre, voluntaria e informada sobre el uso o no de métodos anticonceptivos y pro-conceptivos. • Derecho a la autonomía para decidir sobre la base de la información, la realización de exámenes, procedimientos y tratamientos médicos.
Reflexionemos sobre nuestros derechos
Guías para trabajar los derechos sexuales y derechos reproductivos de las mujeres » presentación “Algo muy bonito y satisfactorio en conocer sobre los derechos sexuales y reproductivo, que he tenido derecho a decidir por mi, Significo mucho como poder facilitar en equipo, en el cual nos ayudo como poder ayudar a muchas mujeres quienes no tenían conocimientos de los derechos sexuales y reproductivos”. CEPAM-Guayaquil tiene una trayectoria de trabajo en la promoción y defensa de los derechos de las mujeres, de manera particular los Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos y el Derecho a una vida sin violencia. Desde esta razón de ser, asumimos el compromiso de diseñar y validar propuestas educativas que permitan el abordaje de estos temas complejos. Lo cual nos ha sido posible no desde el ejercicio intelectual, sino desde la posibilidad de recuperar el sentir, el decir y el desear de las mujeres en estos años de trabajo a través de la atención, la capacitación y otras actividades. La presente guía se elaboró en el marco del proyecto "El crédito un derecho de las mujeres costeras del Ecuador" , ejecutado entre Febrero 2007 hasta Septiembre 2008, el mismo que tuvo como objetivo: contribuir a la mejora de la calidad de vida de las mujeres a través del apoyo al ejercicio de sus derechos económicos y sociales. Proyecto fue ejecutado por Fundación CEPAM-Guayaquil, Cooperativa Detodas, Movimiento de Mujeres de El Oro y Fundación Yerba Buena. El reconocimiento de una serie de limitaciones que enfrentan las mujeres para acceder al crédito y programas de generación de ingresos, así como para participar en activamente en acciones que contribuyan a su desarrollo, fue determinante para incorporar en este progra-
ma una línea de capacitación en derechos sexuales y derechos reproductivos, que buscó desarrollar capacidades en las promotoras de los programas de crédito para abordar estos temas en sus comunidades.
La producción de esta guía implicó varias fases: • La producción de una propuesta inicial que traduce la recuperación de la experiencia de estos años de trabajo en la capacitación, investigación, y atención en salud y a la violencia que viven las mujeres; así como la recuperación de la experiencia de trabajo institucional con profesionales de salud y otros en torno a estos temas. • La validación de dicha propuesta con las promotoras de la Cooperativa Detodas • Un segundo momento de validación a través de la capacitación a las socias de los centros de crédito de la Cooperativa Detodas, en esta fase la capacitación fue dada por las promotoras capacitadas previamente y con el acompañamiento técnico del CEPAM-Guayaquil. • También se realizaron talleres de socialización de la propuesta con compañeras del Movimiento de Mujeres de El Oro. • Revisión y juste de la propuesta inicial.
» Contenido Este material educativo consta de cinco guías de trabajo, cada guía desarrolla un número variable de derechos agrupados según área de interés. Además incluye un comic para cada tema, un juego de trípticos que contienen información clave sobre algunos de los temas que se trabajan.
generar el diálogo y reflexión del grupo después de su lectura individual o en otra modalidad elegida. Permite a las participantes identificarse con la historia y reconocer situaciones similares en su vida personal, entorno familiar o comunitario; permite también explorar sentimientos, preocupaciones y conflictos que el tema genera.
Las Guías, contiene sugerencias para facilitar las reuniones, como utilizar la historieta o comic, ideas claves para cerrar la discusión del grupo y un contenido de apoyo al final de cada guía que permite a la facilitadora o facilitador ampliar su información sobre los temas de esa guía.
En un mismo comic pueden plantearse varias situaciones que dan cuenta de la vulneración del derecho que se está trabajando en esa reunión. Las escenas del comic son presentadas en colores diferentes según correspondan a una situación de vulneración de ese derecho.
Las guías están pensadas para ser trabajadas secuencialmente, pero a partir de la segunda guía también pueden ser utilizadas sin seguir el orden propuesto, sin que esto afecte el contenido de las mismas y la comprensión de la temática abordada.
El juego de trípticos, para ser entregado a cada participante contiene información práctica y clave sobre algunos temas, como métodos anticonceptivos, anticoncepción de emergencia, infecciones de trasmisión sexual, ley de maternidad gratuita entre otros.
Puesto que este material fue elaborado para que las promotoras de los programas de crédito aborden estos temas con las mujeres integrantes de los bancos o centros comunitarios de crédito durante el corto tiempo que disponen para sus reuniones; cada reunión de la guía está diseñada para ser desarrollada en 60 minutos. Sin embargo el contenido se puede trabajar en un tiempo mayor, e incluso puede trabajarse en más de una sesión de acuerdo al interés y necesidades del grupo de profundizar el tema.
Esperamos con este material educativo contribuir a la reflexión, difusión, promoción y exigibilidad de los derechos sexuales y derechos reproductivos de las mujeres. Contribuir también a que más mujeres conozcan y se empoderen de sus derechos para que los exijan a lo largo de su vida y en los ámbitos privados y públicos, en las relaciones individuales como la relación de pareja , así como en la relación con las instituciones como las educativas y de salud.
Para esto se pueden explorar varias posibilidades: analizar progresivamente las situaciones planteada en el comic o discutir progresivamente las preguntas señalas al final del comic. El comic o historieta, plantea escenas de situaciones comunes respecto al tema abordado, a partir del cual
Convencidas de que el reconocimiento, respeto y cumplimiento de los derechos sexuales y derechos reproductivos es una condición ineludible para la vivencia de una sexualidad plena, placentera, responsable y segura. Pero es también una condición fundamental para lograr el ejercicio de ciudadanía de las mujeres y de su desarrollo pleno; ponemos a consideración de ustedes esta producción institucional
» AGRADECIMIENTO Agradecemos a Intermon Oxfam el apoyo bridado al programa "El Crédito un Derecho de las Mujeres Costeras del Ecuador", cuya apuesta rebasa la ejecución de este proyecto y en cuyo marco se inscribe la producción de este material educativo. Agradecemos a la Cooperativa Detodas por participar activamente en la producción de esta propuesta y por asumir el reto de incorporar en su dinámica el tratamiento de los derechos sexuales y derechos reproductivos. De manera especial nuestra gratitud y cariño a las promotoras que participaron en el proceso de validación; por su entusiasmo y compromiso para compartir sus reflexiones y conocimientos con otras compañeras. Gracias por compartir sus vivencias, sus historias de vida, sus sueños y por unirse en la esperanza de hacer de estos derechos una realidad en su propia vida y en la de otras mujeres. A ellas… Teresa Valencia, Fátima Álvarez, Maura Zamora, Marina España, Elsa Moreira, Alicia Vargas, Jacqueline Aspiazu, Cecilia Chávez, Mercedes Mieles, Máxima Salazar, Juanita Valenzuela, Isabel Garcés, Alexandra Izquierdo, Germania Valle, Isabel Arboleda, Maria.
GUÍAS DE CAPACITACIÓN SOBRE DERECHOS SEXUALES Y REPRODUCTIVOS DE LAS MUJERES
¿Por que una guia para trabajar los derechos sexuales y derechos reproductivos de las mujeres? Muchas mujeres viven aún su sexualidad y reproducción no como fuente de salud, bienestar y placer, sino como una pesada carga u obligación, con miedos, molestias y dolores innecesarios, con el temor a una embarazo no deseado o a una infección de transmisión sexual; otras veces, en medio del desconocimiento total de su cuerpo y necesidades, o sometidas a amenazas, violencia o coerción y sin acceso a información, insumos y servicios de salud de calidad. Cuando las mujeres llegan a la maternidad sin la posibilidad de haberla planeado, muchas veces a edades tempranas o muy añosas o en condiciones de salud como la anemia y malnutrición, o totalmente desinformadas sobre sus procesos sexuales y reproductivos, llenas de mitos y creencias sobre lo que significa ser madres y la venida de un hijo o una hija, cuando, por un mandato social, deben dedicarse al hogar y a los hijos como único centro y destino de sus vidas; difícilmente podrán cumplir deseos y aspiraciones tan elementales y legítimos como vivir una maternidad gratificante, reconocida, valorada, que alimente, fortalezca y no trunque su proyecto integral de vida. Cuando la vida sexual de las mujeres ha sido limitada a la pasividad, la complacencia, a sentirla como obligación o sacrificio por los hijos; cuando la vive entre mitos y creencias sobre su cuerpo y su deseo y placer sexual, o cuando es forzada sexualmente, también se truncan sus sueños no sólo de decidir cuándo, cómo y con quién, sino también de conocer y disfrutar el bienestar y la gratificación sexual y hacerlo libres del riesgo de violencia, presiones, creencias falsas, dolores innecesarios, infecciones, embarazos no deseados que afecten su desarrollo personal y social. Podemos afirmar que vivimos en una sociedad que no facilita ni garantiza la realización de los deseos, aspiraciones y proyectos de vida de las mujeres en cuanto a su sexualidad y reproducción, siendo ésta una problemática que se extiende más allá del ámbito individual
hacia el ámbito público porque todas estas limitaciones e inequidades que viven las mujeres en el ámbito doméstico terminan repercutiendo en sus posibilidades de desarrollo y competencia laboral, educativa, comunitaria, política y social en general. La sobrecarga de responsabilidades por su doble jornada laboral: en el hogar y en el lugar de trabajo remunerado; la enfermedad, dolencia o malestar provocados por relaciones sexuales y de pareja inseguras o violentas; la mala condición de salud en la que muchas mujeres arriban al embarazo; un embarazo que no estaba en los planes; la falta de apoyo al trabajo doméstico, al embarazo, al puerperio, la lactancia materna y al cuidado de los hijos/as; las presiones y amenazas por parte de la pareja y las críticas familiares, de amigos y vecinos cuando sale de su hogar, la culpa o la vergüenza experimentada cuando hizo algo que se salió de lo comúnmente permitido a las mujeres; son situaciones que ubican a muchas mujeres en una posición de desventaja para su activa participación y desempeño público en el trabajo, en las instituciones educativas, en las organizaciones comunitarias y políticas, etc. Por eso, éste no es un tema individual o sólo del ámbito privado y doméstico. Esta problemática revela profundas inequidades sociales, la sociedad da un trato diferenciado a los intereses y necesidades de mujeres y de hombres y promueve y refuerza cada día relaciones inequitativas de poder, condicionando para las mujeres todas las responsabilidades domésticas, maternas y de complacencia sexual a su pareja, mientras asigna a los varones la propiedad de la mujer, la iniciativa, la licencia o el permiso para ejercer su sexualidad y una paternidad relacionada sólo con el rol de proveedores. Otras formas de ser hombre y de ser mujer, de ser padres o de ser madres, o de ser familia son criticadas, señaladas, discriminadas. Estas inequidades y relaciones de poder son funcionales a este sistema que pretende mantenerse y fortalecerse controlando las decisiones, sobre todo de las mujeres,
en aspectos que le son tan propios como su cuerpo, el ejercicio de su sexualidad y reproducción, obstaculizando e incluso imposibilitando el cumplimiento de sus legítimos deseos, sueños y aspiraciones. Cuando estos condicionamientos sociales definen la vida de las mujeres, no pueden ser ni sentirse libres para decidir, tampoco cuando no se cuenta con los medios más idóneos y las garantías que faciliten y promuevan la toma de decisiones voluntarias e informadas para cumplir sus aspiraciones y proyectos en cualquier aspecto de su vida, no se diga en algo tan propio de sí como su cuerpo, su sexualidad y reproducción. Siendo estas las condiciones que rodean las decisiones de las mujeres en sexualidad y reproducción y considerando los efectos que tiene en el sostenimiento de inequidades sociales y relaciones de poder y control; se está violentando en lo más íntimo la integridad de las mujeres, su dignidad y sus posibilidades de desarrollo personal y social. Las personas que no pueden decidir de manera libre sobre sus cuerpos, su sexualidad y reproducción, no pueden construir sus proyectos de vida porque ven limitadas sus decisiones en varios ámbitos de su vida, su capacidad laboral, su capacidad de contribuir plenamente a la comunidad y a la construcción de una sociedad diferente.
Es un problema, entonces, de posibilidad o limitación del ejercicio de derechos; por ende, tiene que ver con la posibilidad o limitación de la ciudadanía y la democracia, de una democracia global, que abarque el ámbito público, social y también la casa, la cama, lo doméstico y privado. Es por eso, que los derechos sexuales y reproductivos son derechos ciudadanos, derechos sociales, derechos humanos, derechos de las mujeres que recogen su aspiración legítima de poder decidir de manera libre e informada sobre los propios procesos sexuales y reproductivos y poder disfrutar plenamente de ellos sin sufrir presiones o violencia, sin creencias falsas, mitos o prejuicios y sin el riesgo de embarazos no deseados, infecciones de transmisión sexual, incluido el VIH/SIDA, dolores innecesarios, discriminación, enfermedad y muerte. De ahí, la necesidad de conocer y profundizar cada uno de los derechos sexuales y reproductivos, como alternativa que recoge las aspiraciones legítimas de las personas para la vivencia de la sexualidad y reproducción de una manera sana, segura, voluntaria, placentera y gratificante. El desarrollo integral de las mujeres, sólo es posible si se ejercen todos los derechos que aseguran su realización.
» Objetivo general • Desarrollar conocimientos, habilidades y destrezas para la promoción, empoderamiento y exigibilidad de los derechos sexuales y reproductivos.
» Objetivos específicos • Conocer y reconocer los derechos sexuales y reproductivos como derechos humanos de las mujeres. • Identificar en la vida cotidiana de las mujeres los diferentes momentos, circunstancias y formas en que se vulneran los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y los efectos que esto tiene en su sexualidad, salud y en otros ámbitos de desarrollo como educación, trabajo, participación social, etc. • Determinar alternativas para el reconocimiento, respeto y ejercicio de los derechos sexuales y derechos reproductivos de las mujeres. • Conocer y difundir los diversos mecanismos amparados por las políticas y leyes nacionales que facilitan la exigibilidad de los derechos sexuales y derechos reproductivos.
» EJES DE LA CAPACITACIÓN • Sexualidad • Sexualidad y Derechos • Derechos – Derechos Sexuales y Reproductivos
• Sexualidad La sexualidad es la manera muy particular de sentir, vivir, actuar y expresarse como hombres o como mujeres, dentro de un entorno social determinado. Es construida por cada persona de acuerdo a los valores, normas, costumbres, prácticas, prohibiciones, permisos estructurados por el entorno social, la familia, la escuela, los medios de comunicación, las leyes. Pero, la sexualidad también se construye a partir de las experiencias muy particulares vividas desde la infancia. Estas experiencias pueden reafirmar o no tales valoraciones, normas, prácticas y costumbres; de tal manera, que se van reproduciendo constantemente, pero también pueden ser cuestionadas y transformadas. La sexualidad entendida como un campo donde se juegan intereses y necesidades y se ejercen relaciones de poder inequitativas, de dominio-subordinación, a través de las cuales se busca el control de las decisiones, sobre todo de las mujeres, en cuanto al conocimiento y vivencia de su cuerpo, sus deseos y sensaciones, el ejercicio de su sexualidad y procesos reproductivos. Este control se inicia con la formación diferenciada que reciben niños y niñas en el hogar, de sus padres, familia y amistades, formación que luego es reforzada desde el barrio, la institución educativa, la institución de salud, los medios de comunicación, la iglesia; valores, principios, normas, conductas, actitudes, que ellos y ellas van reproduciendo a lo largo de las diferentes etapas de su vida, de tal manera que, socialmente, continúan manteniéndose y reforzándose las relaciones inequitativas de poder y el control de las decisiones sexuales y reproductivas, sobre todo de las mujeres, por la posición de subordinación en que las coloca esa estructura y relaciones de poder.
• Sexualidad y derechos El desconocimiento que las mujeres tienen de su 10
cuerpo y sus procesos sexuales y reproductivos, los mitos y creencias que refuerzan ese desconocimiento, el riesgo de sufrir violencia o acoso sexual, la maternidad vista como destino, la doble jornada laboral y el trabajo doméstico no remunerado como función natural de las mujeres; no sólo las exponen al riesgo de sufrir violencia, temores y dolores innecesarios, cáncer cérvico-uterino, embarazos no deseados, abortos, enfermedades, discapacidades, muertes maternas, infecciones de transmisión sexual, incluido el VIH/SIDA; afectando su salud sexual y reproductiva; sino que limitan su capacidad, desempeño y oportunidades en otros ámbitos de la vida; en lo laboral, educativo, comunitario, político y social. El logro de la salud sexual y reproductiva, no como ausencia de enfermedad, daño o dolor; sino como la posibilidad de bienestar integral en lo físico, en lo psicológico y social, sólo es posible si se ejercen los derechos que aseguran su realización. Se busca que este estado de bienestar físico, mental y social en lo referente a la sexualidad, se dé a través de la participación protagónica de las mujeres, lo cual lleva consigo el ejercicio del derecho a decidir sobe su sexualidad y reproducción. Estos son los llamados derechos sexuales y reproductivos. Los derechos sexuales y reproductivos son derechos humanos que recogen la aspiración legítima de las personas de poder decidir libremente sobre sus procesos sexuales y reproductivos sin sufrir discriminación, culpabilización, presiones, violencia, dolores innecesarios y de poder desarrollar, expresar y disfrutar plenamente sus capacidades y potencialidades. Por eso afirmamos que el control de las decisiones sobre el cuerpo de las mujeres, su sexualidad y reproducción, las coloca en una posición de desventaja social
que afecta su posibilidad de decidir en otros ámbitos de la vida y por ende, afecta la realización de sus proyectos, sus aspiraciones, su desarrollo integral. La participación plena de las mujeres en el mundo de lo laboral, social y político, el ejercicio de su ciudadanía, plena será posible si los derechos sexuales y los derechos reproductivos son reconocidos y respetados.
• Derechos sexuales y derechos reproductivos Son aspiraciones legítimas de las personas para vivir la sexualidad a plenitud, de manera libre, voluntaria, saludable, placentera y garantizarse los recursos necesarios para que ello pueda ser factible. El pleno goce de estos derechos es un prerrequisito para que todas las personas, fundamentalmente las mujeres, puedan trabajar, estudiar, participar política y socialmente y lograr un desarrollo pleno. Por eso, los derechos sexuales y los derechos reproductivos son una cuestión de desarrollo, de ciudadanía y de democracia. Son una cuestión de desarrollo y equidad porque posibilitan que una parte de la población, las mujeres, también se realicen en todos los ámbitos de la vida y puedan así contribuir a la sociedad de mejor manera. Una sociedad que no permite el desarrollo de todos y todas no es una sociedad equitativa. Son un asunto de ciudadanía porque tienen que ver con ampliar las posibilidades de participación plena de todos y todas. Los derechos sexuales y reproductivos abarcan ciertos derechos humanos que ya están reconocidos en documentos internacionales aprobados por consenso entre los diferentes países del mundo; por lo que también son considerados como un marco ético y jurídico a alcanzar por los diversos países para garantizar los mecanismos necesarios que protejan y promuevan la salud sexual y reproductiva, fundamentalmente de las mujeres. Estos derechos están reconocidos en nuestra actual Constitución y en leyes secundarias. Estos derechos pueden ser agrupados atendiendo a los diferentes intereses alrededor de los cuales actúan:
- La vivencia y el ejercicio de la sexualidad - Las decisiones reproductivas y la maternidad voluntaria - La salud y los beneficios del progreso científico - La no discriminación y el respeto a las diferencias - La información, la educación y la toma de decisiones.
Derechos relacionados al ejercicio de la sexualidad libre, voluntaria, saludable, placentera, responsable y sin discriminación. • Derecho a decidir si tener o no tener relaciones sexuales • Derecho a disfrutar plenamente de la sexualidad independientemente del coito y de la reproducción • Derecho a la sexualidad libre de temor, vergüenza, sentimientos de culpa y creencias falsas. • Derecho a vivir la sexualidad libre de enfermedades, lesiones, discapacidad, dolor innecesario o riesgo de muerte. • Derecho a vivir la sexualidad libre de violencia y abuso sexual. • Derecho a vivir la sexualidad libre de todo tipo de discriminación por sexo, edad, estado civil, orientación sexual, condición de salud, embarazo u otros.
Derechos relacionados a las decisiones reproductivas y a la maternidad voluntaria. • Derecho a decidir si tener hijos o no, cuantos y cuando tenerlos. • Derecho a decidir sobre el uso o no de métodos anticonceptivos y proconceptivos. • Derecho a una maternidad voluntaria y gratificante. • Derecho a una maternidad segura • Derecho a la protección de la maternidad. Los derechos relacionados con la salud y los beneficios del progreso científico • Derecho a servicios de calidad que garanticen confidencialidad y privacidad. • Derecho a recibir atención en salud sexual y reproductiva sin discriminación por sexo, raza, color, edad, estado civil, condición socio-económica, orientación sexual, condición de salud y discapacidad u otros. • Derecho a acceder a tratamientos e insumos nece 11
sarios para atender la salud y salud reproductiva en diferentes etapas de la vida. • Derecho acceder a los métodos pro-conceptivos. • Derecho acceder a los métodos anticonceptivos. • Derecho a la anticoncepción de emergencia. Los derechos relacionados a la información, educación y la toma de decisiones • Derecho a la información oportuna, libre de prejuicio y sin discriminación alguna. • Derecho a decidir de manera libre, voluntaria e informada sobre el uso o no de métodos anticonceptivos y pro-conceptivos. • Derecho a la autonomía para decidir, sobre la base de la información, la realización de exámenes, procedimientos y tratamientos médicos. • Derecho a elegir la pareja y a decidir casarse o no casarse.
Estos derechos son interdependientes entre sí; de tal manera que el reconocimiento y ejercicio de uno de ellos, conlleva el de otro/s. Así mismo, los efectos de la vulneración de estos derechos se potencian entre sí. Los derechos sexuales y reproductivos se interrelacionan entre sí; esto significa que el ejercicio de un derecho se apoya en el ejercicio de otros y que el irrespeto o vulneración de alguno de ellos, afectara el ejercicio o goce de otros, de tal manera que los efectos perjudiciales o consecuencias se combinan y potencian entre sí. Por ejemplo: El derecho a decidir si usar o no un método anticonceptivo, se apoya en el derecho a la información y en el derecho a acceder a una amplia gama de opciones, incluyendo la anticoncepción de emergencia; lo cual es posible si se cumple el derecho a la información, veraz, oportuna y el derecho a servicios de calidad. La carencia de uno de estos derechos lesiona, a la vez, el derecho de las mujeres a decidir si tener hijos ó no, poniéndolas en riesgo de embarazos no deseados, complicaciones durante el embarazo o el parto o en riesgo de abortos en condiciones inseguras, vulnerando su derecho a una maternidad voluntaria, gratificante y segura. Los derechos sexuales y derechos reproductivos pueden ser invocados para exigir de la sociedad las con12
diciones necesarias para poder vivir la sexualidad de manera segura, sana, voluntaria y gratificante. Por ello, es importante mencionar que la Constitución de la República de 1998, por primera vez, incorpora los derechos sexuales y reproductivos. Así, en el Capítulo 2 “De los Derechos Civiles”, Artículo 23, consta el derecho a tomar decisiones libres y responsables sobre la vida sexual y en la Sección 3a “De la Familia”, Artículo 39 dice: “Se propugnarán la maternidad y paternidad responsables. El Estado garantizará el derecho de las personas a decidir sobre el número de hijos que puedan procrear, adoptar, mantener y educar. Será obligación del Estado informar, educar y proveer los medios que coadyuven al ejercicio de este derecho” Y el Artículo 40, “El Estado protegerá a las madres, a los padres y a quienes sean jefes de familia en el ejercicio de sus obligaciones. Promoverá la corresponsabilidad paterna y materna y vigilará el cumplimiento de los deberes y derechos recíprocos entre padres e hijos” La nueva Constitución Ecuatoriana, probada el 28 de septiembre 2008, reconoce derechos relacionados con la sexualidad y la salud en varios artículos:
Sección séptima Salud Art. 32 El Estado Garantizará este derecho mediante políticas ECONOMICAS, SOCIALES, CULTURALES, EDUCATIVAS Y AMBIENTALES; y el ACCESO PERMANENTE, OPORTUNO Y SIN EXCLUSION A PROGRAMAS, ACCIONES Y SERVICIOS DE PROMOCIÓN Y ATENCION INTEGRAL DE LA SALUD, SALUD SEXUAL Y SALUD REPRODUCTIVA. La prestación de los servicios de salud se regirá por los principios de equidad, universalidad, solidaridad, interculturalidad, calidad, eficiencia, eficacia, precaución y bioética, CON ENFOQUE DE GENERO Y GENERACIONAL.
Sección Cuarta.- Mujeres embarazadas Art. 43. El Estado garantizará a las mujeres embarazadas y en período de lactancia los derechos a: 3.- La protección prioritaria y cuidado de su salud
integral Y DE SU VIDA, durante el embarazo, parto y post parto.
voluntarias y responsables sobre su sexualidad, y su vida y orientación sexual. El Estado promoverá el acceso a los medios necesarios para que estas decisiones se den en condiciones seguras.
Cap. VI Derechos de Libertad. Art. 66. Se reconoce y garantizará a las personas:
10.- El derecho a tomar decisiones libres, responsables e informadas sobre su salud y vida reproductiva y a decidir cuándo y cuántos hijas e hijos tener.
3.- El derecho a la integridad personal, que incluye: a) La integridad física, psíquica, moral y sexual. b) Una vida libre de violencia en el ámbito público y privado. El estado adoptará las medidas necesarias para prevenir, eliminar y sancionar toda forma de violencia, en especial la ejercida contra las mujeres, niñas, niños y adolescentes, personas adultas mayores, personas con discapacidad y contra toda persona en situación de desventaja o vulnerabilidad; idénticas medidas se tomarán contra la VIOLENCIA, la esclavitud, y la EXPLOTACION SEXUAL. 9.- El derecho a tomar decisiones libres, informadas,
Art. 69 Para proteger los derechos de las personas integrantes de la familia: 1. Se promoverá la maternidad y la paternidad responsable, la madre y el padre estarán obligados al cuidado, crianza, educación, alimentación, desarrollo integral y protección de los derechos de sus hijas e hijos, en particular cuando se encuentren separados de ellos por cualquier motivo.
Nos corresponde a las ciudadanas y ciudadanos difundir estos derechos y exigir su cumplimiento.
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GUÍAS DE CAPACITACIÓN SOBRE DERECHOS SEXUALES Y DERECHOS REPRODUCTIVOS DE LAS MUJERES » GUÍA UNO Cómo viven las mujeres su sexualidad. • Como viven las mujeres su sexualidad desde antes de su nacimiento y durante su niñez. • Como viven las mujeres su sexualidad durante la adolescencia. • Como viven las mujeres su sexualidad durante la edad adulta.
» GUÍA DOS Derechos relacionados al ejercicio de una sexualidad libre, saludable, placentera, responsable y sin discriminación. • Derecho a decidir si tener o no tener relaciones sexuales • Derecho a disfrutar plenamente de la sexualidad independientemente del coito y de la reproducción • Derecho a la sexualidad libre de temor, vergüenza, sentimientos de culpa y creencias falsas. • Derecho a vivir la sexualidad libre de enfermedades, lesiones, discapacidad, dolor innecesario o riesgo de muerte. • Derecho a vivir la sexualidad libre de violencia y violencia sexual. • Derecho a vivir la sexualidad libre de todo tipo de discriminación por sexo, edad, estado civil, orientación sexual, condición de salud, embarazo u otros.
» GUÍA TRES Derechos relacionados con las decisiones reproductivas y la maternidad voluntaria segura y gratificante • Derecho a decidir si tener hijos o no, cuantos y cuando tenerlos. • Derecho a una maternidad voluntaria y gratificante. • Derecho a una maternidad segura • Derecho a la protección de la maternidad. 14
» GUÍA CUATRO Derechos relacionados con la salud y los beneficios del progreso científico • Derecho a servicios de calidad que garanticen confidencialidad y privacidad. • Derecho a recibir atención en salud sexual y reproductiva sin discriminación por sexo, raza, color, edad, estado civil, condición socio-económica, orientación sexual, condición de salud, discapacidad u otros. • Derecho a acceder a tratamientos e insumos necesarios, para el cuidado de la salud sexual y la salud reproductiva. • Derecho a acceder a los métodos pro-conceptivos. • Derecho a acceder a métodos anticonceptivos. • Derecho a la anticoncepción de emergencia
» GUÍA CINCO Derechos relacionados con la información, educación y toma de decisiones • Derecho a la información oportuna, científica, libre de prejuicio y sin discriminación alguna. • Derecho a la autonomía para decidir, sobre la base de la información, la realización de exámenes, procedimientos y tratamientos médicos. • Derecho a decidir de manera libre, voluntaria e informada sobre el uso o no de métodos anticonceptivos y pro-conceptivos. 15
primer tema
PRIMER TEMA
DERECHO A LA INFORMACIÓN oportuna, veraz, libre de prejuicio y sin discriminación alguna
» Objetivos • Reconocer que la información oportuna, veraz y sin prejuicios, ni discriminación es un derecho humano fundamental. • Identificar las situaciones y problemas que vulneran o impiden este derecho, y los efectos sobre la sexualidad y la vida de las mujeres. • Identificar las condiciones que aseguran o promueven el pleno ejercicio de este derecho.
» Indicaciones para la facilitadora • Luego del saludo y la bienvenida, la facilitadora recordará los aspectos revisados en las reuniones anteriores. • Luego indicará que en esta reunión se revisará el derecho a la información oportuna, veraz, libre de prejuicio y sin discriminación alguna. Indicará además que este derecho humano es fundamental para poder exigir y ejercer otros derechos. Es un derecho que nos permite tomar las decisiones adecuadas y oportunas sobre nuestra sexualidad y salud
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Guía 5 – Derechos relacionados a la información, educación y a la toma de decisiones
• La información es un derecho que debe garantizarse a lo argo de nuestra vida, de acuerdo a nuestra edad, necesidades, intereses. Es decir desde que estamos muy pequeñas hasta el momento de morir. • Muchas son las fuentes de formación y educación en aspectos relacionados con la sexualidad, como podemos ver a continuación, la familia, la institución educativa
Derecho a la información oportuna, veraz, libre de prejuicio y sin discriminación alguna
• A continuación entregará una copia de la historia relacionadas con el “Derecho a la información veraz, oportuna y libre de discriminación” y pedirá que la lean individualmente o en parejas.
• Cuando hayan terminado la lectura, la facilitadora deberá promover una discusión al interior del grupo, explorando los siguientes aspectos. » ¿Qué sentimientos generó en usted esta lectura?
• Pedirá que comenten en parejas las preguntas entregadas en la historia. Si dispone de más tiempo puede hacer esta actividad en pequeños grupos.
» ¿Cómo afectará esto la sexualidad y la vida de
estas mujeres? » ¿Será que estas situaciones pueden cambiar o ser diferentes?
» ¿Conoce o ha escuchado situaciones similares? » En esta historia ¿De qué manera se irrespeta el de-
recho de las mujeres de decidir tener o no tener relaciones sexuales? » ¿Qué derechos y aspiraciones perdieron es-
tas mujeres debido a las situaciones que tuvieron que pasar?
» APORTES
• Recogiendo los aportes de las participantes enfatizará las formas como se violenta el derecho a decidir tener o no tener relaciones sexuales y los efectos que esto tiene en la sexualidad, la salud y la vida en general de las mujeres. Se apoyará en las ideas claves que se exponen a continuación, concluyendo que el ejercicio de este derecho es fundamental para vivir una sexualidad saludable y placentera.
PARA LA REFLEXION
Derecho a la información oportuna, veraz, libre de prejuicio y sin discriminación alguna. Para las mujeres, el derecho a la información significa apropiarse de una herramienta de poder que le permite tomar de decisiones autónomas sobre su vida, salud y sexualidad. La información significa para las mujeres un recurso que le permite identificar sus propias necesidades e intereses y sobre esa base encontrar opciones que contribuyan a su desarrollo personal y social.
El respeto al derecho a la información pasa, también, por el derecho al trato digno; esto es tratar a las mujeres como sujetos de derechos y no como medios u objetos que se manipulan y sobre los cuales se aplican órdenes y prescripciones sin explicación. Entonces, tiene que ver también con el derecho a la libertad, lo cual demanda respeto y consulta a la persona.
El derecho a la información se cumple cuando: Por tanto el reconocimiento, respeto y ejercicio del derecho a la información contribuye al autoconocimiento, a la autoestima de las mujeres y al ejercicio de su ciudadanía.
• La información es oportuna; esto es, que está al alcance de las personas en el momento en que la necesiDerechos relacionados a la información, educación y a la toma de decisiones – Guía 5 • 17
primer tema tan; incluso, antes, de modo tal que permita la toma de decisiones preventivas y saludables. En este sentido, el derecho de las mujeres a la información es vulnerado cuando: - Cuando se niega el derecho a la educación sexual a niños, niñas y adolescentes; bajo el supuesto de que esto hará “abrirles los ojos”. Sin embargo, sucede que, aun sin información y educación sexual; cada día, es más alto el número de adolescentes embarazadas; que no sólo ponen en riesgo su salud, sino también sus proyectos de vida. Sucede también que niños y niñas están expuestos a abuso sexual y no cuentan con elementos para reconocer estas y otras situaciones que los ponen en riesgo. - La información sobre métodos anticonceptivos, incluyendo la anticoncepción de emergencia, no está disponible para todas las mujeres y hombres; pero luego, se exige una maternidad y paternidad responsables, se acusa a las mujeres de “criminales” y “desnaturalizadas” por el alto número de abortos; se las culpabiliza por exponer su salud y su vida en el intento de terminar con un embarazo no deseado o no planeado y llaman mucho la atención los altos costos que representan para el sistema de salud atender las complicaciones por abortos realizados en condiciones de riesgo. - La información sobre formas de prevenir las infecciones de transmisión sexual no es parte de la información sobre métodos anticonceptivos, ni se habla de ello durante los controles prenatales. Luego aparece que estas infecciones, incluyendo el VIH/SIDA, cada día son más frecuentes en mujeres que tienen una sola pareja sexual y que la están transmitiendo a sus hijos/as desde el embarazo, el parto y la lactancia; o resulta también que el VIH/SIDA es cada día más frecuente en adolescentes y jóvenes. − El derecho a la información oportuna también es vulnerado como consecuencia del gran número de mujeres que deben ser atendidas en un corto tiempo en los servicios de salud, fundamentalmente en los servicios del ministerio de salud, en los de la seguridad social o en los servicios populares. La justificación es que en tan poco tiempo no pueden escuchar todas las necesidades de las mujeres, responder a todas sus inquietudes ni ex-
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Guía 5 – Derechos relacionados a la información, educación y a la toma de decisiones
plicar todo lo que ellas necesitan conocer. Sin embargo, en la consulta privada, la actitud de de los/ as profesionales con respecto a la escucha y a la información oportuna suele ser diferente; aunque, de igual manera, tuviesen que atender a muchas personas. Con ello se establece una discriminación: una es la atención en el sector público y otra en el sector privado. De ahí que muchas mujeres, haciendo múltiples esfuerzos, prefieran buscar al mismo/a médico/a del centro de salud o del dispensario del seguro social, pero en su consulta privada. Cuando la información no es oportuna, no es posible tomar decisiones responsables ni asumir sus consecuencias. • La información debe ser libre veraz, libre de prejuicio y sin discriminación alguna. • Esto significa que la información es real, basada en hechos científicos demostrados y no en mitos, opiniones o criterios personales o religiosos; en la medida que los descubrimientos de la ciencia y tecnología se suceden con mucha rapidez; información veraz, también significa información actualizada. Desde este punto de vista, el derecho a la información es vulnerado cuando: Cuando se cambia los nombres de los órganos sexuales, por ejemplo se habla de “la cosita” “el cofrecito” para referirse a los genitales femeninos y el “el pajarito” “ pipi” para referirse a los genitales masculinos. Cambiar el nombre de los genitales es una forma de desvalorizar esta parte de nuestro cuerpo, es una forma de ocultar, de mentir. Cabe preguntarnos porque no cambiamos de la misma manera los nombres de otras partes de nuestro cuerpo, como los ojos, las manos. - El derecho a la información veraz también se vulnera cuando alteran o distorcionan la verdad, desconociendo incluso los datos científicos. Por ejemplo cuando se manipula la información sobre los métodos anticonceptivos, diciendo que son abortivos, o que estos hacen daño a todas las mujeres, o que producen infertilidad, entre otras. En el caso del condón se dice que no es seguro, que por tanto no protege de un embarazo o del vih/sida.
Derecho a la información oportuna, veraz, libre de prejuicio y sin discriminación alguna - También se dice que para resolver algunos problemas de salud las mujeres deben embarazarse nuevamente. A causa de estas mentiras y manipulaciones, muchas mujeres toman decisiones que no son lo que realmente desean o no son siempre saludables; por ejemplo abandonan un método anticonceptivo, se embarazan nuevamente, no utilizan protección porque creen que no es seguro, etc.
criminación, también es vulnerado cuando los/as proveedores/as de servicios se parcializan y tratan de imponer una opción o alternativa sobre la base de su experiencia personal, de sus creencias personales morales o religiosas, dando por hecho que lo que ellos/as creen o consideran bueno y correcto en cuanto a la sexualidad y reproducción, tiene que serlo para todos/as los/as demás y así tratan de imponerlo. De lo contario juzgan a la mujer por no creer igual o no aceptar lo que ellos indican.
- También se vulnera, cuando no se entrega toda la información necesaria para que la mujer pueda tomar una decisión respecto a exámenes, tratamientos, cirugías, etc. Por ejemplo cuando no se entrega información sobre las implicaciones de una histerectomía o de una ligadura, vasectomía, exámenes. Al no recibir esta información las mujeres y su pareja quedan expuestas a mitos y creencias falsas que generan confusión, dudas y temores. Lo cual muchas veces las lleva a tomar elecciones y decisiones no adecuadas.
Esta posición desconoce la existencia y el respeto a las condiciones y realidades de las mujeres y con ello el derecho su libertad de pensamiento y opiniones sobre la sexualidad y reproducción; de esta manera se restringe la información, deja a las personas sin opciones y posibilidades de tomar decisiones acertadas y saludables, sobre la base de sus propias experiencias y no de las ajenas; es decir vulnera también el derecho a la autonomía para decidir.
Cuando la información no es veraz, no hay decisiones libres En relación con una infección de transmisión sexual, la información no es manejada de la misma manera frente a un hombre que frente a una mujer; ello puede afectar la eficacia de los tratamientos y la prevención. Al hombre se le recomienda extender el tratamiento tanto a su esposa como a todos sus contactos sexuales y usar el preservativo como medida de prevención. A la mujer, muchas veces se le oculta, oscurece el origen de la infección, diciéndole que “contrajo la infección en una piscina, o por usar toallas de otra persona, o por falta de higiene”, lo cual afecta sus decisiones preventivas y el cumplimiento del tratamiento. Por otro lado, si se hace extensivo el tratamiento, es sólo a su pareja sexual, bajo el supuesto de que es el único contacto de la mujer y reforzando la idea errónea de que éste sólo mantiene relaciones sexuales con ella. Orientar a las mujeres sobre el uso del preservativo, es considerado impropio, como impropio se considera, a nivel social, que la mujer conozca, adquiera, lleve consigo preservativos y proponga su uso al varón. - El derecho a una información libre de prejuicio y dis-
Una forma de parcializar la información es discriminar a quién se le da y a quién no, determinado tipo de información. Así, con los varones se acentúa la información sobre uso del condón y prevención de infecciones de transmisión sexual; omitiendo toda la información sobre anticoncepción, prevención de embarazo, cuidados del embarazo, parto, lactancia y paternidad responsable. Mientras, a las mujeres se enfatiza el cuidado y responsabilidad sobre frente embarazos, obviando o recortando la correspondiente a prevención de infecciones de transmisión sexual. Por ejemplo, la vasectomía es tema tabú, y parece lo más adecuado y natural decir: “señora, ya tiene cuatro niñas, ¿por qué no se liga?” Como si la vasectomía no fuera una opción posible para la pareja, técnicamente más simple y de menor costo que la ligadura de trompas. También una forma de hacer discriminación en la información es cuando a los hombres se permite hablar sobre el placer y no sobre los vínculos afectivos que deben estar en una relación. Mientras que a las mujeres se les niega la información sobre el placer y se enfatiza su responsabilidad en evitar las relaciones sexuales, el embarazo y el aborto. Una forma de discriminación en relación a la información que se considera necesitan las mujeres de la casa y
Derechos relacionados a la información, educación y a la toma de decisiones – Guía 5 • 19
primer tema aquella dirigida a las “mujeres de la calle” (trabajadoras sexuales). Así por ejemplo a las segundas está dirigida toda la información sobre uso de condón, prevención de infecciones de trasmisión sexual y no tanto sobre prevención de embarazo y cuidado más integral de su salud. Se asume que ellas son trasmisoras de infecciones y por eso debe tener esa información, para proteger a sus clientes, sin importar su propia salud. Mientras que a las amas de casa se les restringe la información sobre formas de protección como el condón, infecciones de trasmisión sexual; probablemente se asume que por ser amas de casa no están expuestas a este riesgo y que no necesitan utilizar ni exigir el uso del condón.
- “Estás muy jovencita para andar con cosas de grandes, no deberías tener relaciones sexuales”
Otro tipo de discriminación que se realiza es con respecto a la orientación sexual. Los mensajes preventivos y relativos a comportamientos saludables, van dirigidos a la población heterosexual, por lo general; no son incluyentes de la población homosexual y bisexual; como ejemplo, los mensajes educativos sobre el uso del condón.
- “Algo habrá hecho usted que él se enojó”
Una forma de parcializar la información es omitir ciertos temas. No se habla sobre sexualidad, ni se contribuye al conocimiento del cuerpo por parte de las mujeres. Tampoco se habla sobre la responsabilidad masculina respecto de la sexualidad y la reproducción, ni se acepta a los hombres en los controles de sus parejas; mucho menos se les informa e invita a un comportamiento activo respecto de la anticoncepción o del VIH/SIDA. De esta manera se intenta imponer una sola forma de ver y de actuar sobre: - Tener o no tener relaciones sexuales - El tipo de práctica sexual que se quiere realizar. - Si tener o no tener hijos, cuántos, el espaciamiento y la elección del método anticonceptivo y pro-conceptivo.
- “A tu edad yo todavía jugaba con muñecas, mírate tú” - “Sí, es malo, sucio y anti-natural tener relaciones sexuales anales u orales, pero si a su marido le gusta…” - “Usted tiene que comprender a su marido, es que los hombres tienen más necesidades sexuales que las mujeres” - “Si lo rechaza, no se queje de que se vaya con otra”
- “Posiblemente, esté baja de hormonas. Un poco de hormonas le hará bien” - “¡Otra vez embarazada! ¿Hasta cuándo, mujer? Te he dicho mil veces que te cuides” - “Como eres olvidadiza, es mejor que no uses las píldoras, sino la T de cobre, te la pones y te olvidas de ella” - “No está bien abortar, es un pecado y un crimen; si la misma madre no cuida a sus hijos, quién lo va a hacer” - “No damos anticoncepción de emergencia porque es abortiva” Preocupados más por los juicios morales, descuidan la función principal de construir salud y prevención, invirtiendo el valioso tiempo de las mujeres y de los servicios de salud en juzgar, criticar, culpabilizar, imponer, en lugar de cumplir con la información oportuna, veraz, libre de prejuicio y discriminación que permite la toma de decisiones acertadas y el autocuidado de la salud con responsabilidad.
- La necesidad o no de información y educación sexual.
- Con qué fines ejercer la sexualidad: procreación, placer, comunicación, etc.
También en las instituciones educativas se realizan muchas de estas prácticas, los y las educadores en sus clases de educación sexual, biología o cualquier otra aplican sus propios criterios y juicios ara entregar, negar o enmascarar la información a los y las estudiantes.
Así, es muy común, escuchar a manera de consejo, recomendación o recriminación:
La información libre de prejuicio y discriminación permite la toma de decisiones libres y responsables.
- La expresión de la orientación o preferencia sexual.
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Guía 5 – Derechos relacionados a la información, educación y a la toma de decisiones
1. ¿Conoce usted historias similares? 2. ¿Qué necesitaban estas mujeres para tomar decisiones sobre su sexualidad y su salud? 3. ¿Por qué la información es un derecho?
derecho a información
guía 5 - tema 1
Derecho a la información oportuna, veraz, libre de prejuicio y sin discriminación alguna
Derechos relacionados a la información, educación y a la toma de decisiones – Guía 5 • 21
segundo tema
SEGUNDO TEMA DERECHO A DECIDIR DE MANERA LIBRE, voluntaria e informada sobre el uso o no de métodos anticonceptivos y pro-conceptivos
» Objetivos • Reflexionar sobre los contenidos del derecho a decidir de manera libre, voluntaria e informada sobre el uso o no de métodos anticonceptivos y pro-conceptivos. • Identificar situaciones y problemas que vulneran este derecho, así como los efectos que esto ten sobre la sexualidad, salud de las mujeres y otros aspectos de su vida. • Identificar condiciones que aseguran o promueven el pleno ejercicio de este derecho.
» Indicaciones para la facilitadora • Luego del saludo y la bienvenida, la facilitadora explicará el objetivo del presente trabajo, recordando que en esta ocasión se trabajará alrededor del derecho a decidir de manera libre, voluntaria e
informada sobre el uso o no de métodos anticonceptivos y un derecho muy relacionado con otro, el derecho al acceso a estos métodos.
• A continuación entregará una copia de la historia “¿Una decisión libre, informada y vo-
luntaria?” y pedirá que individualmente realicen la lectura.
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Guía 5 – Derechos relacionados a la información, educación y a la toma de decisiones
Derecho a decidir de manera libre, voluntaria e informada sobre el uso o no de métodos anticonceptivos y pro-conceptivos
ª Cuando hayan terminado la lectura, la facilitadora, promoverá una discusión al interior del grupo explorando lo siguientes aspectos: » ¿Qué sentimientos te produjo la lectura de estas historias? » ¿Conoces historias similares a las de la lectura? » ¿Qué dificultades enfrentan las mujeres para ejercen su derecho a decidir el uso o no de métodos anticonceptivos? » ¿Qué factores influyen en el ejercicio del dere-
cho a decidir sobre el uso o no de métodos anticonceptivos? » ¿Qué cosas cambiarías para que las mujeres puedan ejercer plenamente su derecho a usar o no métodos anticonceptivos? • La facilitadora recogerá las opiniones de las participantes para utilizarlas en la exposición de contenidos que realizará. • La facilitadora realizará una exposición a partir de los contenidos anexos, complementando los aportes de las participantes.
» aporte para la reflexión Derecho a decidir de manera libre, voluntaria e informada sobre el uso o no de métodos anticonceptivos Los métodos anticonceptivos son los medios que hacen posible ejercer la sexualidad, libres del riesgo de embarazos no deseados; por ende, son medios que facilitan el ejercicio del derecho a decidir si tener o no tener hijos, el número y espaciamiento entre los nacimientos.
De igual forma, los métodos pro-conceptivos son aquellos que permiten a mujeres y hombres que no pueden concebir, lograr un embarazo y el nacimiento de un o una bebé.
Barreras para el ejercicio del derecho a decidir de manera libre, voluntaria e informada sobre el uso o no de métodos anticonceptivos y pro-copnceptivos. 1. Cuando la maternidad no es una opción sino una obligación se vulnera el derecho a decidir de manera libre, voluntaria e informada sobre el uso o no de métodos anticonceptivos y pro-conceptivos. Cuando se concibe que la función única y más importante de las mujeres es la de ser madres, basándose en explicaciones de que ello está en su naturaleza femenina; su capacidad de decidir de manera libre, voluntaria
e informada sobre el uso o no uso de métodos anticonceptivos y pro-conceptivos, se ve interferida por el conflicto que genera tener que elegir entre ser mujer o ser madre y sentir que si se elige ser mujer, se es menos buena, menos reconocida y valorada por su pareja, por su familia, por su entorno social. El derecho a decidir de manera libre, voluntaria e informada sobre el uso o no de métodos anticonceptivos y proDerechos relacionados a la información, educación y a la toma de decisiones – Guía 5 • 23
segundo tema
conceptivos tiene que ver con el derecho a decidir si tener hijos o no, el mismo que está cruzado y vulnerado por los condicionamientos de la mujer hacia la maternidad como su única y mejor opción y proyecto de vida. En la resolución de este conflicto, muchas mujeres pierden de vista sus riesgos, dilatan sus decisiones o no las toman; dejando al azar lo que debiera ser una decisión libre, voluntaria e informada: tener o no tener hijos y con ello hacer uso o no de métodos anticonceptivos y pro-conceptivos.
2. Los mitos y creencias vulneran el derecho a decidir de manera libre, voluntaria e informada sobre el uso o no de métodos anticonceptivos y pro-conceptivos Porque invaden a las mujeres con temores, inquietudes y miedos infundados que les impiden valorar en su justa medida los beneficios y verdaderas consecuencias del uso de métodos anticonceptivos. Porque no sólo las mujeres tienen mitos y creencias sobre los métodos anticonceptivos, sino también sus parejas, quienes, muchas veces, sobre esta base errónea, rechazan o se niegan a usar cualquier método, incluyendo los masculinos. • Entre los mitos y creencias alrededor de supuestos efectos dañinos de los anticonceptivos tenemos: • “Ningún método anticonceptivo es bueno, porque son abortivos”. • “Los métodos anticonceptivos contienen grandes cantidades de hormonas que provocan severos daños a la salud de la mujer” • “Las hormonas contenidas en los métodos anticonceptivos se acumulan y producen tumores” • “Los métodos anticonceptivos provocan cáncer” • “Los métodos anticonceptivos dejan estériles a las mujeres” • “La menstruación no va a venir y es porque la sangre se está acumulando” • “Los métodos anticonceptivos vuelven frías a las mujeres” (otros dicen que se “vuelven alteradas”) • “Los métodos anticonceptivos engordan…hacen bajar de peso…sirven para mejorar la piel… o ponen el cabello lindo” 24 •
Guía 5 – Derechos relacionados a la información, educación y a la toma de decisiones
• “La T de cobre se encarna en el útero” • “Si la mujer se embaraza estando con la T decobre, la T sale pegada en la frente del bebé” • “Si la mujer se embaraza mientras ha estado usando la píldora o inyecciones, el bebé nacerá con malformaciones” • “La vasectomía produce tumores y cáncer en el varón”. • “La vasectomía deja impotentes a los hombres” • “Con el condón no se siente igual” Este tipo de mitos y creencias no tienen en cuenta que, antes de ser aprobados para su distribución y comercialización en el mercado, o para ser puestos en práctica, los métodos anticonceptivos deben pasar por una serie de fases de estudio, a través de las cuales se debe probar cuáles son las dosis óptimas o la mejor técnica para producir el efecto anticonceptivo, sin provocar daños incontrolables o irreparables a la salud; estos estudios duran años y sus resultados son analizados y puestos a prueba rigurosamente por organismos competentes a nivel internacional y nacional. Si los métodos anticonceptivos produjeran todos los efectos dañinos que se les atribuyen, no contarían con la aprobación de organismos rectores de las Naciones Unidas como la Organización Mundial de la Salud (OMS), ni pudieran obtener los registros sanitarios a nivel de cada país donde son introducidos, incluyendo el nuestro. Por otro lado, los avances tecnológicos y en el conocimiento científico han permitido mejorar los métodos anticonceptivos en lo que respecta a las sustancias que contienen, dosis, frecuencia y forma de administración, efectividad, duración del efecto, técnica con la que se realiza (en el caso de la vasectomía y ligadura de trompas) etc.; a tal punto que en la actualidad existe una amplia gama de métodos que cubre diferentes circunstancias y necesidades de las mujeres y parejas que buscan regular su fecundidad y planear un embarazo para que éste se produzca en el momento y circunstancias más oportunas.
• Otros mitos y creencias están relacionados con restricciones o prohibiciones al uso de métodos, basándose en una información que ha quedado en desuso porque los hechos y estudios realizados no la han demostrado
Derecho a decidir de manera libre, voluntaria e informada sobre el uso o no de métodos anticonceptivos y pro-conceptivos como cierta; otras veces, se trata, sencillamente, de tabúes y creencias personales. Por ejemplo: • “Las mujeres que tienen várices no deben usar métodos hormonales”, o las que sufren de diabetes, o dolores de cabeza. • “Las mujeres mayores no deben usar métodos anticonceptivos porque ya no se pueden embarazar” • “Solo se puede ligar si la mujer tiene la edad adecuada” • “Una mujer muy joven no debe ligarse” • “Ningún método es adecuado para las jóvenes” • “El condón es para usar sólo con mujeres de la calle” • “Para qué usar condón si no es un método seguro”
Que los métodos naturales son mejores que los modernos, que la T de cobre es mejor para mujeres que han parido que para las que no han parido, que la T de cobre o las inyecciones son mejores porque no se notan, etc. etc. La realidad es que no existe un método que sea mejor que otro; son las condiciones de salud, el estilo de vida, los hábitos, el tipo de relación de pareja, entre otras, las circunstancias específicas que van a determinar cuál es o cuál no es el mejor método para una mujer determinada con sus particulares condiciones, vivencias y circunstancias.
3. La Calidad de Atención de los Servicios de Salud • Algunos mitos y creencias erróneas tienen que ver con la forma o condiciones para iniciar el uso de anticonceptivos; así como con su forma de administración o aplicación:
La cual engloba algunos aspectos como:
• “Para iniciar el uso de cualquier método o para cambiar de un método a otro, la mujer siempre debe estar menstruando” • “Siempre es necesaria una prueba de embarazo, un Papanicolaou o exámenes de sangre antes de iniciar un método anticonceptivo” • “Las píldoras sólo se toman cuando se va a tener una relación sexual y no diariamente” • “Cada cierto tiempo, hay que dejar descansar al organismo del uso de píldoras” • “No pasa nada si se olvida de tomar la píldora” • “La vasectomía funciona de inmediato”
Los servicios de salud no ofrecen una amplia gama de métodos anticonceptivos, esto restringe la información y la oferta de métodos, lo cual redunda en una disminución de las opciones para tomar la decisión más saludable y que más se adapte a la circunstancia particular de cada mujer.
Mantener este tipo de creencias, no sólo es una barrera para el ejercicio de este derecho, sino que deja en riesgo de un embarazo no deseado a la mujer o pareja que no ha logrado aclararlas o resolverlas mediante una información científica, actualizada, imparcial y oportuna.
• También existen mitos y creencias relacionadas a que existe un método mejor que otro, independientemente de la condición, circunstancia o necesidad particular de cada mujer o pareja.
• Disponibilidad de una amplia gama de métodos anticonceptivos
Sólo es posible elegir y decidir si las opciones existen y están disponibles.
• La continuidad del servicio La continuidad del servicio también interfiere con la decisión libre y voluntaria sobre el método anticonceptivo. Puede ocurrir que las mujeres acudan a retirar el método que han venido usando y éste se ha terminado, o no ha llegado, o está desaparecido, o el centro de salud, por cualquier razón, está cerrado; todo ello incide en que la mujer deba decidirse por otro método, con el cual posiblemente no se sienta totalmente conforme y segura.
• Calidad de la Información sobre Métodos Anticonceptivos (1) ENDEMAIN 2004.
Derechos relacionados a la información, educación y a la toma de decisiones – Guía 5 • 25
segundo tema
La información que se brinda en los servicios de salud no es clara, concreta, precisa, útil, expresada en términos sencillos y prácticos; de esta forma, confunde y no facilita la toma de decisiones. Otras veces, la información no es completa porque se restringe a los métodos que el servicio de salud tiene disponibles en ese momento y no a todos los existentes; o no es completa porque sólo da a conocer las ventajas, pero no los posibles efectos secundarios de los métodos y cómo lidiar con ellos. Esta información incompleta restringe las opciones anticonceptivas de las mujeres y parejas y obstaculiza la decisión libre y voluntaria. También suele ocurrir que la información no se brinda de manera oportuna, en el momento en que la mujer o pareja la demanda o necesita. Esto suele ocurrir, sobre todo, con quienes más necesitan de esta información para tomar decisiones oportunas y responsables: los y las adolescentes, las mujeres añosas, las mujeres y/o parejas que tienen relaciones sexuales eventuales, las mujeres en el puerperio, las que tienen enfermedades, las que tienen discapacidades que pudieran agravarse en caso de embarazo, o que pudieran poner en riesgo al futuro o futura bebé. Es como si se considerara que estas mujeres y parejas no tienen vida sexual y/o nunca van a estar en riesgo de un embarazo no deseado o no planeado. Como ejemplo, tenemos que en nuestro país, en consideración a la edad, el uso más bajo de métodos anticonceptivos está entre las mujeres casadas o unidas comprendidas en el grupo de los 15 a 19 años de edad (56.1%); esto, sin considerar el grupo de adolescentes solteras que ya mantienen vida sexual activa.(1) Muchas veces, la información es sesgada y manipulada para influir en las decisiones de las mujeres haciendo uso de juicios morales, creencias y valores personales que tratan de imponerles, a veces, sutilmente o recurriendo al sentimiento de culpa. Un ejemplo de ello es cuando los/as profesionales de la salud aconsejan y no permiten la reflexión y decisión de las mujeres y parejas, de acuerdo a su circunstancia y condición particular, por ejemplo: “Es mejor tener los hijos ahora que está joven”, “Yo, de usted, mejor esperaría a ver qué dice su marido”, “Los dos deberían estar de acuerdo”, “No se ligue, está muy
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Guía 5 – Derechos relacionados a la información, educación y a la toma de decisiones
joven”, “Estás muy jovencita para usar métodos”, “Como usted es olvidadiza, no se va a recordar nunca de las pastillas, es mejor ponerle una T”, etc. La información que se brinda en los servicios de salud también puede estar desactualizada y no ofrecer a las mujeres opciones anticonceptivas modernas, más efectivas, cómodas y convenientes. Otras veces, son los laboratorios farmacéuticos los que, guiados por afanes de competencia e intereses económicos, sobredimensionan la información sobre efectos secundarios y beneficios indirectos de los anticonceptivos, intentando influir a través de la llamada “educación médica continua” en las decisiones de las mujeres. Para poder tomar decisiones libres y voluntarias sobre el uso o no de métodos anticonceptivos, la información debe ser veraz, completa, oportuna, basada en hechos científicos, actualizada e imparcial.
• La relación usuaria – proveedor/a de salud La relación usuaria – proveedor/a de salud se convierte en un obstáculo al derecho a decidir de manera libre, voluntaria e informada sobre el uso de métodos anticonceptivos y pro-conceptivos, cuando no favorece la autoestima de las mujeres, su capacidad para expresar deseos e intereses propios y su conciencia de derechos. Esto sucede cuando la mujer no es escuchada, cuando no le son consideradas las circunstancias particulares que acompañan su decisión sobre un método anticonceptivo o pro-conceptivo: ¿cómo vive su sexualidad?, ¿cuántos hijos/as tiene y cuántos desea tener?, ¿sufre violencia física, psicológica o sexual?, ¿conoce su cuerpo y decide sobre él? Sucede cuando la relación usuaria – proveedor/a de salud se da bajo el supuesto de que el o la profesional tiene todo el saber y que la mujer debe seguir las indicaciones, las cuales son impartidas de manera vertical y unilateral sin tener en cuenta las circunstancias particulares ya mencionadas y que inciden en las decisiones de las mujeres. También ocurre cuando se culpabiliza, se juzga o in-
Derecho a decidir de manera libre, voluntaria e informada sobre el uso o no de métodos anticonceptivos y pro-conceptivos fantiliza a las mujeres, reforzando prejuicios sobre la condición subordinada de las mujeres: “Si no hace esto o aquello, se va a embarazar, verá que ya le advertí”, “Si se embaraza nuevamente sólo usted será la culpable”, etc.
4. Las relaciones inequitativas y la violencia hacia la mujer no permiten la decisión libre, voluntaria e informada sobre el uso de un método anticonceptivo. Con frecuencia, los hombres violentos se basan en la definición de hombría que tienen, incluida la fertilidad; por ello, las mujeres que viven en situación de violencia no pueden negociar el momento de quedar embarazadas, la forma de protegerse de embarazos no deseados e infecciones de transmisión sexual ni tampoco acudir a un servicio de salud en busca de información y métodos anticonceptivos, porque si abordan estas cuestiones, el compañero siente que su poder de control o su masculinidad están en peligro.
En esta circunstancia, los hombres violentos pueden imponer el uso o no de un método anticonceptivo, cuál método se usa y cuál no, cuándo y en qué momento; sin importar las preferencias y decisiones de las mujeres. Aunque parezca irónico, hay que recordar que buena parte de las relaciones sexuales no consentidas también tienen lugar dentro de uniones consensuales; por lo que la violencia se constituye en un factor muy importante que obstaculiza las decisiones anticonceptivas de las mujeres. Pareciera ser que el matrimonio otorgase al hombre el derecho de tener acceso sexual incondicional a la esposa y el poder de hacer valer este derecho mediante la fuerza si es necesario. Las mujeres que carecen de autonomía sexual generalmente son incapaces de rechazar la actividad sexual indeseada o de usar métodos anticonceptivos y/o de protección frente a infecciones de transmisión sexual; por ende, están en riesgo de quedar embarazadas o contraer una infección sin desearlo.
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1. ¿Conoce situaciones similares? 2. ¿Qué efectos tienen situaciones como esta en la vida sexual y reproductiva de las mujeres? ¿Y otros aspectos de su vida? 3. ¿Por qué las mujeres no podemos decidir sobre el uso de métodos anticonceptivos?
derecho a decidir libre, informada y voluntariamente
guía 5 - tema 1
tercer tema
Guía 5 – Derechos relacionados a la información, educación y a la toma de decisiones
Derecho a la autonomía para decidir sobre la base de la información, la realización de exámenes, procedimientos y tratamientos médicos.
TERCER TEMA EL DERECHO A LA AUTONOMÍA PARA decidir sobre la base de la información, la realización de exámenes, procedimientos y tratamientos médicos
» Objetivos • Reflexionar sobre los contenidos del derecho a decidir sobre la base de a información, la realización de exámenes, procedimientos y tratamientos médicos. • Identificar situaciones y problemas que vulneran este derecho, así como los efectos que esto ten sobre la sexualidad y salud de las mujeres. • Identificar condiciones que aseguran o promueven el pleno ejercicio de este derecho.
» Indicaciones para la facilitadora • Luego del saludo y la bienvenida, la facilitadora recordará que en esta guía hemos estado analizando sobre la importancia de la información para tomar decisiones adecuadas sobre nuestra salud y sexualidad. Señalara también que la información es un derecho fundamental de todas las personas.
• Explicará que en esta reunión se trabajará alrededor del derecho a decidir sobre la realización de exámenes, procedimientos y tratamientos médicos, y que para tomar esas decisiones necesitamos de información oportuna y adecuada. Los servicios de salud están en la obligación de entregarnos esta información, este derecho está muy relacionado con el derecho a servicios de calidad.
• A continuación entregará una copia de la historia en torno al “Derecho a decidir sobre la realización de exá-
menes, procedimientos y tratamientos médicos” y pedirá que individualmente o en parejas realicen la lectura. Derechos relacionados a la información, educación y a la toma de decisiones – Guía 5 • 29
tercer tema
• Cuando hayan terminado la lectura, la facilitadora, promoverá una discusión al interior del grupo explorando lo siguientes aspectos: » ¿Qué sentimientos te produjo la lectura de estas historias? » ¿Qué dificultades enfrentan las mujeres para ejercen su derecho a decidir sobre exámenes, procedimientos y tratamientos médicos que se realizarán en su cuerpo? . » ¿Qué efectos tiene esto en su sexualidad y su salud? » ¿Qué cosas cambiarías para que las mujeres puedan ejercer plenamente este derecho? • La facilitadora recogerá las opiniones de las participantes para utilizarlas en la exposición de contenidos que realizará. • La facilitadora realizará una exposición enfatizando que al igual que todos los derechos sexuales y derechos reproductivos, éste es uno de ellos que no puede plantearse desvinculado de los demás.
ción; se hace posible el ejercicio del derecho a la autonomía para decidir la realización o no de tratamientos, procedimientos cirugías o exámenes médicos; puestos que estos procedimientos se realizarán en nuestro cuerpo es un derecho tener toda la información necesaria que nos permita comprender en qué consisten, su utilidad e implicaciones. • El contar con esta información ayuda a tomar decisiones, pero también a disminuir los temores, angustias que estos exámenes y procedimientos generan en las mujeres y por tanto les permite participar de mejor manera en los mismos. • Los profesionales de salud están en la obligación de entregar toda la información necesaria a las mujeres. No pueden verlas como sujetos pasivos, sino como sujetos de derecho. La entrega de información necesaria así como solicitar el consentimiento informado de la persona sobre cualquier cirugía o procedimiento que se va a realizar es un indicador de calidad de un servicio de salud. • Usted puede ampliar sus comentarios apoyándose en los aportes para la reflexión propuestos a continuación.
• Es que sobre la base del derecho a la informa-
» aporte para la reflexión La autonomía y el modelo médico predominante El derecho a la autonomía para decidir sobre exámenes, procedimientos y tratamientos médicos, precisa que se respete y se cumpla el derecho a la información veraz, oportuna, completa, imparcial; pero una información que va y viene en doble vía: una es la información que tiene el/la médico/a, sus conocimientos técnicos, y otra es la información que sólo la tiene el o la usuaria/o de servicios de salud, sobre su propia 30 •
Guía 5 – Derechos relacionados a la información, educación y a la toma de decisiones
vida, condiciones, posibilidades y limitaciones. De la puesta en común y el respeto a estos saberes y experiencias es que debiera surgir el acuerdo y las decisiones autónomas. Sin embargo esto no es siempre posible, porque generalmente los profesionales de la salud consideran
Derecho a la autonomía para decidir sobre la base de la información, la realización de exámenes, procedimientos y tratamientos médicos. tener el conocimiento absoluto, la verdad y el poder para decidir sobre lo que es mejor para las personas y lo que estas deben hacer. Muchas veces sin considerar aspectos importantes como el temor, la ansiedad que genera, las creencias y mitos que esa persona tiene. No se considera tampoco la realidad y dificultades que esa persona tiene para llevar a cabo tal o cual examen o procedimiento.
Esta situación es más evidente en el caso de las mujeres, de las cuales se espera como propias de una mujer: aceptación, silencio, paciencia, obediencia, valor, resignación. Cuando además se les han enseñado que son otros los que deciden y tiene control sobre su cuerpo, como son la familia, el marido, los médicos, la iglesia. Son otros quienes le dicen que es lo mejor y que debe hacer.
Situaciones que vulneran el derecho a la autonomía para decidir sobre la base de la información, sobre la realización de exámenes, procedimientos y tratamientos médicos. • Cuando los/as médicos/as, los medios se niegan a proporcionar el método anticonceptivo que la mujer demanda, muchas basados en creencias personales más que en información científica actualizada y libre de prejuicios. • O, en el caso contrario, de mujeres que han sido sometidas a ligadura de las trompas o a la inserción de un DIU, luego del parto o de la cesárea; sin habérseles informado, consultado, ni solicitado su consentimiento. • El examen ginecológico y el examen de las mamas; se convierte para las mujeres en algo más que una molestia cuando no se les da una explicación previa sobre el por qué, para qué y cómo se realizara dicho examen y si no se les pide el consentimiento para realizarlo en el momento que la mujer decida es el más cómodo y seguro para ella. Más aun cuando después del examen no se entrega información sobre los hallazgos obtenidos por el profesional con dicho examen ginecológico u otro que se realizara. • Muchas veces el cuerpo de las mujeres se convierte en objeto de la práctica médica, como ocurre con los profesionales en formación. Así sin ninguna consideración y sin su autorización se les impone que varios estudiantes, médicos, obstetrices miren, examinen, opinen, pregunten y repregunten. Sin considerar la vergüenza, pudor temor, ansiedad que esto genera en las mujeres. Con frecuencia se convierten también en el objeto de la práctica quirúrgica. • Es el caso de las histerectomías, la extirpación de ovarios y trompas, las mastectomías, cauterizaciones
o biopsias de cuello uterino o los procedimientos quirúrgicos para resolver prolapsos; los cuales, muchas veces, no sólo son realizados sin la información previa y consentimiento de la paciente, sino que algunas veces son cirugías innecesarias por incompetencia médica o guiados por intereses económicos.
Cirugías que tienen impactos importantes sobre la sexualidad y la salud de las mueres, porque existen muchos alrededor de las mismas, que si la mujer no recibe toda la información necesaria antes de la misma, puede verse afectada. Por ejemplo: - “Si le extirpan el útero, la mujer se vuelve fría” - “Si le extirpan el útero, queda como un solo hueco y el hombre ya no sentirá igual durante las relaciones sexuales” - “Si le extirpan el útero, es menos mujer” • Igual sucede en el caso de la decisión sobre el nacimiento de sus hijos/as por parto o cesárea; decisión que las mujeres debieran ir elaborando durante todo el tiempo que dura el embarazo, sobre la base de la información y preparación recibidas en sus controles prenatales. Esta no debe ser una decisión de último momento, ni dejada a consideración del médico/a; quien, posiblemente, no tenga en cuenta sus expectatias y lo que desea para ella y su bebe.
Pero no sólo son los servicios y proveedores/as de Derechos relacionados a la información, educación y a la toma de decisiones – Guía 5 • 31
tercer tema
salud quienes interfieren con el cumplimiento de este derecho a las decisiones autónomas e informadas sobre la realización de exámenes, procedimientos y tratamientos médicos. En ocasiones son los propios padre o madre, o persona adulta responsable; cuando se intenta someter a una adolescente al examen ginecológico “para comprobar si sigue siendo virgen ó no”; sin que el propósito sea apoyar a la joven, con medidas preventivas o el tratamiento necesarios; sino castigarla, expulsarla del hogar, pretender controlar sus deseos y decisiones. La Constitución Política de nuestro país, reconoce y garantiza a las personas, sin ninguna excepción, entre ellas la edad, el derecho a tomar decisiones libres y responsables sobre su vida sexual; lo cual implica hacerlo sobre la base de una información completa,
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veraz, actualizada, oportuna e imparcial. De ahí que una característica esencial de la atención médica a los adolescentes, en especial a las jóvenes, es la privacidad, confidencialidad y el consentimiento informado para la realización de cualquier examen que lleve al diagnóstico y tratamiento médico. En otras ocasiones puede ser la pareja sexual quien tome o imponga decisiones que corresponden a las mujeres, negándoles, además, su derecho a decidir. Como se señalo antes, el acceso a la información oportuna, veraz, libre de prejuicios y discriminación hace posible el ejercicio del derecho a la autonomía para decidir la realización o no de tratamientos, procedimientos cirugías o exámenes médicos; puestos que estos procedimientos se realizarán en nuestro cuerpo.
1. ¿Conoce usted historias similares? 2. ¿Qué necesidades tenían las mujeres de estas historias? ¿Por qué? 3. ¿Expresaron sus necesidades las mujeres de estas historias? ¿Por qué? 4. ¿Por qué la información es fundamental antes de la realización de cualquier examen o tratamiento médico?
derecho a tomar decisiones sobre la realización de examenes y tratamientos
guía 5 - tema 3
Derecho a la autonomía para decidir sobre la base de la información, la realización de exámenes, procedimientos y tratamientos médicos.
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CONTENIDO DE APOYO » DERECHO A LA AUTONOMÍA PARA DECIDIR,
sobre la base de la información, la realización de exámenes, procedimientos y tratamientos médicos La autonomía y el modelo médico predominante La autonomía es un principio ético ligado al concepto de ciudadanía; es decir, con la atribución de las personas para, en ejercicio de sus derechos y obligaciones sociales, participar y decidir libremente en la construcción del tipo de sociedad que desean. El derecho a la autonomía, entonces, nos habla del poder de las personas para decidir libremente cómo gobernar su propia vida en todos los aspectos, mientras no interfiera con el proyecto vital de sus semejantes. Evidentemente, el ejercicio del derecho a la autonomía para decidir sobre exámenes, procedimientos y tratamientos médicos, precisa que se respete y se cumpla el derecho a la información veraz, oportuna, completa, imparcial; pero una información que va y viene en doble vía: una es la información que tiene el/la médico/a, sus conocimientos técnicos, y otra es la información que sólo la tiene el o la usuaria/o de servicios de salud, sobre su propia vida, condiciones, posibilidades y limitaciones. De la puesta en común y el respeto a estos saberes y experiencias es que debiera surgir el acuerdo y las decisiones autónomas. El modelo médico actual no contempla ni promueve esta forma de democratizar el conocimiento y establecer una relación con los/as usuarios/as basada en derechos, porque predomina una concepción de salud que ubica a los servicios y a los/as médicos/as en una posición superior de poder con respecto a sus usuarios/as, que afecta el derecho a la autonomía. Desde esta posición de poder, aquellos son los/as poseedores/as de todo el conocimiento necesario para la solución de los problemas de salud; mientras, se supone que los/as usuarias/os son ignorantes, incapaces de encontrar alternativas por sí mismos/as y de 34 •
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decidir cuál es la más conveniente a su circunstancia particular de salud. Esta condición es más acentuada con respecto a las mujeres, cuando a lo anterior se añaden las características que se esperan como propias de una mujer: aceptación, silencio, paciencia, obediencia y cuando, además, se ha considerado normal la expropiación del cuerpo de las mujeres, de su capacidad reproductiva, de su sexualidad; esto es, su derecho a conocer, a sentir, a expresar y a tomar decisiones sobre ello. Esto ocurre, por ejemplo, cuando el o la médico/a indica la toma o aplicación de un medicamento, o recomendaciones como: hacer dieta, reposo absoluto o realizar ejercicios físicos, caminar, trotar, etc.; sin preguntar a la mujer sus preferencias, o si tiene los recursos económicos, de tiempo o apoyos necesarios por parte de su pareja y familia para poder cumplir con las indicaciones. Luego, si la mujer no ha seguido las recomendaciones médicas o lo ha hecho a medias, es reprendida, juzgada como “descuidada”, “incapaz”, o “despreocupada”; generando en la mujer el miedo o la vergüenza al enojo del/a médico/a y a que le llamen la atención. Si la salud es parte del bienestar, nos preguntamos: ¿Cómo se puede tener salud y bienestar con tanta vergüenza, miedo y sumisión? De esta forma, los/as médicos/as son quienes, a más de tener la última palabra, ordenar y prescribir, se apropian del poder y la autoridad para regañar a quienes llaman sus “pacientes”, quienes no deben cuestionarlos/as, a riesgo de recibir el típico “¿Quién es el médico, usted o yo?”. Mientras, los/as usuarios/
as de servicios de salud quedan como personas dependientes, pasivas, receptoras de la opinión, la prescripción y demás indicaciones médicas. Sobre la base de este modelo médico que genera relaciones desiguales de poder entre los/as provee-
dores/as de salud y los/as usuarios/as de servicios, se dan situaciones en las cuales se desconoce el derecho de las mujeres sobre su cuerpo, salud y sexualidad y, por tanto, su derecho ciudadano a la autonomía para decidir sobre la base de información la realización de exámenes, procedimientos y tratamientos.
Situaciones que vulneran el derecho a la autonomía para decidir sobre la base de la información, sobre la realización de exámenes, procedimientos y tratamientos médicos. - Cuando los/as médicos/as, quizás, conociendo alguna contraindicación cierta, se niegan a proporcionar el método anticonceptivo que la mujer demanda, pero como los fundamentos no se informan adecuadamente, las mujeres lo perciben como un rechazo que vulnera su autonomía para decidir. - O, en el caso contrario, de mujeres que han sido sometidas a ligadura de las trompas o a la inserción de un DIU, luego del parto o de la cesárea; sin habérseles informado, consultado, ni solicitado su consentimiento. - El examen ginecológico que comprende la visualización de los genitales externos, vagina y cuello del útero, la palpación de útero, ovarios y trompas, por medio del tacto por vía vaginal y abdominal y el examen médico de las mamas; se convierte para las mujeres en algo más que una molestia cuando no se les da una explicación previa sobre el por qué, para qué y cómo y si no se les pide el consentimiento para realizarlo en el momento que la mujer decida es el más cómodo y seguro para ella. El desconocimiento de los derechos de las mujeres se acentúa cuando tras el examen el/la médico/a se queda con la información sobre los hallazgos y éstos no le son devueltos y explicados de manera clara, concreta, completa y veraz. Ello denota que se realizan exámenes a las mujeres de manera rutinaria y sin explicaciones; pareciera ser que más bien importa lo que se hace, no a quien se le hace; como si las mujeres no fuesen sujetos con derechos en el campo de la salud, sino objetos de la práctica médica. Esta forma, no permite a las mujeres tomar decisio-
nes autónomas sobre el autocuidado de su salud. • La información da poder a las mujeres; el poder para discriminar entre sus verdaderas necesidades y posibilidades y lo que son intereses ajenos a su bienestar y salud; por ello, cuando se oculta o trastoca la información, las mujeres pierden el poder que da la información para tomar decisiones acertadas y saludables. Es el caso de la comercialización que se da en torno a los exámenes, procedimientos y tratamientos médicos, la cual promueve una información distorsionada sobre sus reales ventajas y beneficios; esto es otra forma de negar el derecho a la autonomía para decidir de manera informada. Como la necesidad creada en las mujeres, desde esta práctica médica mercantilista, de realizarse ecografías de rutina y sin justificación durante todos sus controles prenatales. O ecografías obstétricas, simplemente “para saber el sexo del bebé” o las tridimensionales “para tener una foto del bebé desde que está en el útero”; mientras se dejan de lado otros exámenes y tratamientos verdaderamente importantes para el desarrollo saludable del embarazo. Dentro de esto, también caben las cirugías estéticas que, muchas veces, son realizadas sin contar con la competencia y recursos médicos necesarios; poniendo en riesgo la salud y la vida de las mujeres. O las cauterizaciones de las famosas “llagas” en el cuello uterino, las cuales, muchas veces, no son tales Derechos relacionados a la información, educación y a la toma de decisiones – Guía 5 • 35
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y, por tanto, no ameritan el procedimiento. • La medicina ha fragmentado a las personas en cuerpo y sentimientos y, en el caso de las mujeres, en cuerpo y obediencia; de ahí que se considere normal dentro de la práctica médica, a nombre del “conocimiento científico”, invadir el cuerpo de las mujeres o intervenir en él a discreción del/la médico/a o practicante; sin el consentimiento informado de ellas y sin pensar, siquiera, en la posibilidad de que ellas pudieran molestarse y negarse; como cuando las mujeres deben soportar que se les realice una y otra vez el tacto vaginal por el o la médico/a y los estudiantes practicantes. • Bajo esta misma consideración, del cuerpo de las mujeres como objeto de la práctica médica y de su obediencia y sujeción “naturales”; se realizan tratamientos quirúrgicos que pueden representar una mutilación para las mujeres, cuando no lo han decidido de manera autónoma, sobre la base de una información completa, veraz, actualizada, científica, imparcial, que dé cuenta no sólo de las ventajas de la intervención, sino también de sus riesgos y consecuencias; así como de todas las alternativas posibles. Es el caso de las histerectomías, la extirpación de ovarios y trompas, las mastectomías, cauterizaciones o biopsias de cuello uterino o los procedimientos quirúrgicos para resolver prolapsos; los cuales, muchas veces, no sólo son realizados innecesariamente por incompetencia médica o guiados por intereses económicos; sin la información previa a las mujeres. - En estos casos, que tienen que ver con la integridad de los órganos y función sexual y reproductiva de las mujeres; la información sobre los procedimientos a realizar debe considerar también las repercusiones que pudieran tener en la autoimagen de las mujeres, en su autoestima y autovaloración, en su vida sexual y relación de pareja. Esto es muy importante porque aún persisten, en mujeres y hombres, mitos, prejuicios y creencias erróneas que afectan las decisiones de las mujeres sobre el cuidado de su salud, así como su vida sexual y relación de pareja. Por ejemplo: - “Si le extirpan el útero, la mujer se vuelve fría” - “Si le extirpan el útero, queda como un solo hueco 36 •
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y el hombre ya no sentirá igual durante las relaciones sexuales” - “Si le extirpan el útero, es menos mujer” - Igual sucede en el caso de la decisión sobre el nacimiento de sus hijos/as por parto o cesárea; decisión que las mujeres debieran ir elaborando durante todo el tiempo que dura el embarazo, sobre la base de la información y preparación recibidas en sus controles prenatales. Esta no debe ser una decisión de último momento, ni dejada a consideración del médico/a; quien, posiblemente, no tenga en cuenta lo que es más beneficioso para la mujer y su bebé. Y si el parto se da por vía vaginal, la decisión de realizar la episiorrafia o corte en el periné durante el parto, tampoco debe ser del médico, sino de las mujeres sobre la base de información actualizada y científica que la recomiendan en muy pocos casos y no de manera rutinaria en todas las mujeres. En este caso, también es relevante la información sobre cuándo y cómo este corte puede afectar la vida sexual. No son pocos los casos de mujeres que han visto afectada su vida sexual con molestias y dolores durante el coito, a causa de una episiorrafia y episiotomía (sutura del corte en el periné) realizadas sin seguir la técnica y procedimientos correctos. Los servicios y proveedores/as de salud refuerzan la negación de la sexualidad femenina, ajustándose a los mandatos sociales para las mujeres; al omitir o negar información sobre cómo los exámenes, procedimientos y tratamientos médicos pudieran o no afectar la vida sexual de las mujeres.
- Sucede también cuando a las mujeres simplemente se les prescribe o se les ordena junto con el examen, procedimiento o tratamiento médico “no tenga relaciones sexuales” y no se le informa por qué, ni por cuánto tiempo; ni se les pregunta sobre sus posibilidades de cumplir ó no, en función, también, del tipo de relación de pareja que la mujer tuviera. Al no contar, la mujer, con esta información, es bas-
tante probable que no pueda realizarse el procedimiento o el examen o no cumpla con el tratamiento médico; siendo también, más vulnerable a sufrir violencia por parte de su pareja. Es el caso de los tratamientos con óvulos o cremas vaginales, de exámenes como el de Papanicolaou o cultivo de secreción vaginal que requieren, previamente, de esta condición y de procedimientos como las cauterizaciones y biopsias, luego de los cuales se recomienda no tener relaciones sexuales. También es el caso de las mujeres durante el embarazo o luego del parto quienes reciben, a veces, múltiples indicaciones, pero ninguna relacionada con la vida sexual, quedando sus dudas, generalmente, sin respuesta, especialmente en el caso de las primigestas y primíparas; siendo evidente que las instrucciones e indicaciones tienen otras prioridades. Y aunque no informan sobre la relación entre estos exámenes, procedimientos, tratamientos médicos y la vida sexual; si la mujer no cumple las indicaciones, viene el reproche, la culpabilización y, de alguna manera, el castigo. Hay que preguntarse, ¿por qué no se habla de sexualidad con las mujeres en la consulta médica?, si lo que le pasa a su cuerpo, a su salud, está ligado, de manera tan íntima y obvia, con su vida sexual. La omisión de la sexualidad reafirma lo que socialmente es un mandato: “de la sexualidad no se habla”, “la sexualidad es vergonzante”. Además refuerza lo aprendido por muchas mujeres, en el sentido de que a ellas les está vedado disfrutar su sexualidad, a diferencia de lo que aprenden los hombres. En este tipo de consultas médicas, se realiza, entonces, un recorte del bienestar de las mujeres, que afecta su salud y su capacidad de tomar decisiones autónomas. - Pero no sólo son los servicios y proveedores/as de salud quienes interfieren con el cumplimiento de este derecho a las decisiones autónomas e informadas sobre la realización de exámenes, procedimientos y tratamientos médicos.
En ocasiones son los propios padre o madre, o per-
sona adulta responsable; cuando se intenta someter a una adolescente al examen ginecológico “para comprobar si sigue siendo virgen ó no”; sin que el propósito sea apoyar a la joven, con medidas preventivas o el tratamiento necesarios; sino castigarla, expulsarla del hogar, pretender controlar sus deseos y decisiones. La Constitución Política de nuestro país, reconoce y garantiza a las personas, sin ninguna excepción, entre ellas la edad, el derecho a tomar decisiones libres y responsables sobre su vida sexual; lo cual implica hacerlo sobre la base de una información completa, veraz, actualizada, oportuna e imparcial. De ahí que una característica esencial de la atención médica a los adolescentes, en especial a las jóvenes, es la confidencialidad y el consentimiento informado para la realización de cualquier examen que lleve al diagnóstico y tratamiento médico. Puede suceder que también sea la pareja sexual quien tome o imponga decisiones que corresponden a las mujeres, negándoles, además, su derecho a la información; por ejemplo: - En el caso de tratamientos médicos frente a infecciones de transmisión sexual cuando intentan que la mujer los siga, sin que conozcan el por qué, ni qué tipo de medicamento están tomando, ni quién lo prescribió. - O cuando la pareja es quien, sin informar de lo que se trata, decide que la mujer debe tomar anticoncepción de emergencia; lo cual, no pocas veces, ocasiona un uso inadecuado de la misma que afecta los ciclos menstruales y la efectividad del método para prevenir embarazos. - O cuando ellos deciden que el parto sea por cesárea bajo la creencia de que el parto afecta la musculatura vaginal y por ende, las relaciones sexuales a futuro. Todas estas situaciones sólo reflejan que aún existe la subordinación de las mujeres, reforzada por las instituciones de salud, donde el atropello a sus derechos sexuales y derechos reproductivos va de la mano con una falta de competencia técnica por cuanto no se incorporan aspectos básicos de una ética que reconozca a la mujer como sujeto con derechos a decidir de manera autónoma sobre su cuerpo, sexualidad y salud. Derechos relacionados a la información, educación y a la toma de decisiones – Guía 5 • 37
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Otras decisiones reproductivas: ¿Parto o Cesárea? • En nuestro país, de cada 100 nacimientos, 26 se producen por cesárea; siendo el Ecuador uno de los países con más alto porcentaje de cesáreas en América Latina (26%).
cación la mejor forma de nacimiento para el o la bebé es el parto natural. Las mujeres y sus parejas tienen derecho a la información veraz, oportuna, científica e imparcial sobre la mejor forma de nacimiento para sus bebés.
• Muchos estudios han demostrado que, comparadas con el parto normal, las cesáreas aumentan los riesgos para la salud de las mujeres y los bebés, así como los costos de los cuidados de salud.
• Las decisiones que involucran el cuerpo y la salud de las mujeres; así como la mejor forma de nacimiento para sus bebés; deben basarse en el empoderamiento de las mujeres y en el control de sus decisiones, facilitado por el acceso a una información amplia, completa, veraz, científica e imparcial. Parto o cesárea no es una decisión que puede ser dejada al azar, al médico/a ni a las políticas de las instituciones o del sistema de salud.
• Por ello, la Organización Mundial de la Salud se ha preocupado de establecer un mínimo (5%) y un máximo (15%) de nacimientos por cesárea como límites para garantizar un uso apropiado de esta intervención: ni tan bajo que revele inaccesibilidad a esta operación que puede salvar la vida de la madre y del bebé; pero tampoco tan alto que refleje un abuso o uso inapropiado de esta intervención, probablemente motivados por razones económicas o no relacionadas a algún riesgo que pudieran estar corriendo la mujer y/o el/la bebé. • Los estudios también demuestran que las cesáreas son más frecuentes en los servicios privados de salud que en los públicos y que hay mayor número de cesáreas entre mujeres con mayores ingresos económicos y/o pertenecientes al estrato socio-económico alto; esto indicaría que las mujeres con menores recursos económicos y pobres estarían en alto riesgo en caso de requerir una cesárea para salvar su vida y la de su bebé. • Para nuestro país, datos de la ENDEMAIN 2004, demuestran que las mujeres de nivel económico bajo presentan el nivel de cesáreas más bajo (15% de los nacimientos se producen por cesárea), el cual aumenta considerablemente en las mujeres del nivel alto (49% de los nacimientos se producen por cesárea). Por otro lado, indican que los nacimientos por cesárea son más frecuentes en los hospitales del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social IESS y en las clínicas privadas. • Se debe realizar una operación cesárea en situaciones muy específicas relacionadas con problemas en la madre y/o el bebé y no por razones económicas, de comodidad o de tiempo del médico/a. Siempre que no exista compli38 •
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• En nuestro país, existe la Ley de Maternidad Gratuita, expedida en 1994 y revisada en diversas ocasiones; después de estas reformas a la ley, recién en junio del 2002 se expide su reglamento. Esta Ley es un instrumento legal muy importante porque protege la salud de las mujeres y sus derechos sexuales y reproductivos en lo relacionado al embarazo, parto, puerperio, garantizando la gratuidad y el acceso a este tipo de atenciones y haciendo extensivo el servicio de salud a los y las niñas/os hasta los 5 años de edad. También garantiza la atención e información en regulación de la fecundidad y métodos anticonceptivos, cubre la detección oportuna de cáncer cérvico-uterino, violencia intrafamiliar y, actualmente, la prevención de la transmisión del VIH/SIDA de la madre a su bebé por nacer. Establece la participación de los municipios, así como mecanismos de participación social y veeduría ciudadana. • Sin embargo, la aplicación completa de esta ley ha tenido sus inconvenientes y problemas. Si bien la falta de presupuesto y/o el retraso de la entrega de fondos son de los mayores limitantes; también es cierto que el énfasis en el componente materno-infantil; es decir, en el cuidado de la mujer en tanto madre, mientras está embarazada y durante el parto, sigue vigente y deja de lado otros componentes más relacionados a la salud como derecho propio de las mujeres; entre ellos, la atención e información en regulación de la fecundidad y métodos anticonceptivos, violencia intrafamiliar; la detección oportuna del cáncer cérvico-uterino y la constitución y fortalecimiento de los comités de usua-
rias como mecanismo de participación y vigilancia del cumplimiento cabal de la Ley.
de acceso a información veraz e imparcial y a servicios de salud de calidad.
• En noviembre de 1998, el Ministerio de Salud, suscribió un acuerdo ministerial que declaró a la violencia como un problema de salud pública. Esto implica que los centros de salud, atiendan el problema de violencia y lo incorporen en los registros de salud. En enero de 1999, el Ministerio de Salud publica las Normas y Procedimientos de Atención de Salud Reproductiva, se incluye un capítulo sobre la atención del problema de la violencia hacia la mujer.
Así, eventos como el nacimiento de los/as hijos/as por parto natural o cesárea
• Otro recurso con que cuentan las mujeres para prevenir • Sin embargo, sobre la mujer recae toda la responsabilidad de un embarazo no deseado: continuarlo o no; finalmente, cualquiera sea su decisión terminará señalada y culpabilizada: “madre soltera”, “no le has dado un padre a tu hijo”, “por qué no pensaste lo que hacías”, “irresponsable”, por un lado, y por el otro, “madre desnaturalizada”. Mientras, del hombre, del padre, no se dice ni se espera nada. Por ejemplo, en el caso de mujeres que se embarazan, “buscando el varón” para complacer a su pareja. O mujeres que se embarazan a edades de riesgo, exponiéndose, incluso a la multiparidad, porque están con una segunda pareja, o buscando “retenerla, con un hijo”. O mujeres que se embarazan, con la esperanza de que su pareja cambie alguna conducta no deseada “por el hijo que vendrá”. O cuando un hombre busca embarazar a una mujer, pensando en “situarla en su lugar, la casa”, intentando limitar su libertad para salir, trabajar, divertirse, hacer deportes, tener amigos/as. • La responsabilidad es la misma frente a la imposibilidad de embarazar, será la mujer la “culpable” y la que tenga que someterse en primer lugar a todas las investigaciones, aun cuando la investigación en los varones implica un sencillo examen y la posibilidad de que la causa esté en ellos sea tan alta como en las mujeres. Esta responsabilidad se extiende al embarazo, el parto, el post-parto y la lactancia que también son vividos con poco o ningún involucramiento del hombre y sin la posibilidad
Esta forma de presentar los datos, permite analizar que en instituciones hospitalarias de nuestro país, fueron atendidos un total de 159.587 partos entre normales y por cesárea, correspondiendo el 69% a partos normales y el 31% a cesáreas. Según la Organización Mundial de la Salud un mínimo de 5% y un máximo de 15% de partos por cesárea son considerados como límites que garantizan un uso apropiado de esta intervención; ni tan bajos que revelen una inaccesibilidad a esta operación que puede salvar la vida tanto del niño como de la madre; ni tan altos que reflejen un abuso o uso inapropiado de la tecnología, probablemente motivados por razones económicas o no relacionadas al riesgo. El Ecuador tiene uno de los índices de cesárea más altos de Latinoamérica; representando esto un incremento innecesario del riesgo para la madre y el o la bebé. El Programa de Acción de la Conferencia Internacional de Población y Desarrollo de El Cairo, entre una de sus medidas para una maternidad sin riesgo, propone que los servicios de atención deben estar basados en el concepto de la elección informada, y que se debe dar una asistencia adecuada en los partos evitando el recurso excesivo a las operaciones cesáreas. Se ha demostrado que las cesáreas incrementan los riesgos para la salud de las mujeres y los bebés, así como los costos de los cuidados de salud comparados ambos con el parto normal. Los estudios demuestran una estrecha correlación entre el producto nacional bruto per cápita y las tasas de cesárea y que éstas son mayores en los centros de salud privados que en los públicos. De igual forma, se encuentran mayores tasas de cesárea en población de mayores ingresos y clase social alta; por ende, las mujeres de escasos recursos económicos estarían en alto riesgo en el caso de requerir una cesárea para salvar sus vidas y las de sus bebés, pero también no se ha encontrado justificación médica alguna para que mujeres con bajo riesgo obstétrico y que, presu-
(1) BELIZÁN, José y cols. 1999, Rates and implications of caesarean sections in Latin America: ecological study, BMJ 1999:319:1397-1402 (27 november)
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miblemente, tendrían menores beneficios de esta intervención, tengan altas tasas de cesárea.(1) Lo anterior es particularmente cierto para nuestro país, como lo revela la ENDEMAIN 2004. Según esta encuesta nacional: • La tasa general de cesáreas es de 25.8%, siendo más frecuentes en el área urbana (34,0%) que en la rural (16,1%). • Las mujeres de nivel económico bajo presentan la tasa de cesáreas más baja, aumentando sustancialmente hacia el nivel alto (del 14,7% al 48,9%) • Las mujeres con instrucción superior, con una diferencia importante, tienen la tasa más alta de cesáreas (49,1%), casi 5 veces más alta que la de mujeres sin educación formal (10,1%).
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• Las tasas más altas de cesáreas se encuentran en establecimientos del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social IESS (50,0%), en las clínicas, hospitales y médicos privados (49,8%), en el Patronato San José (40,2%) y en la Junta de Beneficencia (35,5%) • Las tasas más elevadas se encuentran en las provincias de Manabí, Los Ríos, Guayas y El Oro, mientras que las más bajas en Bolívar y Esmeraldas. Desde el enfoque de género, las decisiones que involucran el cuerpo y la salud de las mujeres; así como la mejor forma de nacimiento para sus bebés; deben basarse en el empoderamiento de las mujeres y en el control de sus decisiones, facilitado por el acceso a una información amplia, completa, veraz, científica e imparcial. Parto o cesárea no es una decisión que puede ser dejada al azar, al médico/a ni a las políticas de las instituciones o del sistema de salud.
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con el auspicio de:
Este material educativo para trabajar sobre los derecho sexuales y derechos reproductivos de las mujeres es producido por CEPAM-Guayaquil, (Centro Ecuatoriano para la Promoci贸n y Acci贸n de la Mujer) en el marco del Programa "El Cr茅dito un derecho de las Mujeres de la Costa del Ecuador" con el auspicio de Intermon Oxfam y el Ayuntamiento de Madrid.