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Joshua Than

Empoderamiento económico de las mujeres Fuentes: ONU Mujeres Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos Joshua Than Cancino Comisión Económica para América Latina y el Caribe Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática Abogado Centro de Investigación de la Mujer en la Alta Dirección Women’s Entrepreneurship Report 2019

Es cierto que cada vez es más frecuente ver a mujeres independientes y exitosas quienes luchan día a día por la emancipación femenina frente a las imposiciones sociales contra las que navegan. Pero también es igual de cierto que a donde voltean, las mujeres encuentran desigualdad, discriminación y violencia. En esta ocasión, centraremos nuestra atención en el ámbito económico y los diferentes aspectos que lo forman. Para entender el destacable papel de las mujeres en el sector empresarial y económico, debemos conocer datos que contextualizan a lo que se enfrentan. Por ejemplo, en México solo el 19% de los emprendedores son mujeres. Sin embargo, hay que señalar que el 65% de las mujeres emprendedoras tienen estudios universitarios, frente al 53% de los hombres, pero esto podría no sorprender ya que en el país las mujeres tienen mayor tasa de graduación universitaria que los hombres (21% vs. 18%), sin que esto signifique que las mujeres tengan la misma oportunidad de estudiar que los hombres. En este sentido, la mitad de las mujeres decide emprender para tener un negocio propio, independencia, y para elevar su calidad y nivel de vida. ¿Y qué hacen con sus ganancias las mujeres? Destinan más del 70% a su comunidad y familia, mientras que los hombres solo inyectan a ese rubro el 35% de los recursos. Por si fuera poco, también las mujeres que están frente a empresas cuentan con planes de negocio más sólidos y de 100 mujeres que solicitan financiamiento para invertir, 99 salda su deuda por completo. Así mismo, está comprobado que tener a mujeres ejerciendo funciones ejecutivas superiores aumenta la eficacia organizacional. No obstante, todas estas cifras que son de reconocer, la división de trabajo en las mujeres sigue siendo un gran reto por superar, ya que esta se manifiesta en una alta concentración de mujeres en profesiones y oficios que requieran menor calificación, remuneraciones más bajas en las ocupaciones que concentran una mayor proporción de mujeres, y en el mundo, las mujeres ganan en promedio 35% menos que los hombres para las mismas actividades. Una de las consecuencias de la división sexual del trabajo es que las mujeres asumen o se les impone el rol de cuidadoras, lo que mantiene a más de la mitad de las mujeres en América Latina fuera del mercado laboral, aduciendo razones familiares como causa principal. Cuando el número de mujeres ocupadas aumenta, las economías crecen y lo hacen más rápido. Se estima que, si las mujeres tuvieran iguales tasas de participación que los hombres, la pobreza podría reducirse entre 1 y 2 puntos porcentuales. <En resumen, el empoderamiento económico de la mujer es un buen negocio, tanto para las empresas mismas, como la economía, las familias, el desarrollo integral de los hijos, y la sociedad en su conjunto. Por estos motivos y muchos más, es necesario apresurar la creación de espacios para la participación femenina en igualdad de condiciones, absoluto respeto y no discriminación.

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@porsiemprejosh Joshua Than Cancino

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