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Signos Marín y las fichas caídas del tablero presidencial

SignoS

MARÍN Y LAS FICHAS CAÍDAS DEL TABLERO PRESIDENCIAL

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Andrés Manuel anda con el mun-

do y el humor revueltos desde hace meses.

Lo de Nieto, Scherer, Ovalle, Gertz, Loret, los trenes, el Mencho, los reporteros muertos y los gringos lo traen bastante contrariado y un tanto cuanto desenfocado.

Sus reformas estratégicas -la eléctrica en el principio- dependen de alianzas políticas y parlamentarias que manchan y desgarran su liderazgo.

La comunidad de intereses presidenciales con el Niño Verde ha significado una patada en el avispero de las inconformidades.

La unidad y el control total de su mandato se le van de las manos. Y la popularidad en que sustenta su proyecto de nación -la denominada ‘4T’- desciende, según las encuestas no oficiales, algo que para él es vital y lo descoloca, al grado de meterse también en esa otra trinchera de la opinión pública.

Podría decirse que su liderazgo y su Gobierno pasan por los más agrios y desfavorables momentos.

¿Y, Rafael Marín, que de pronto ha sido desmontado del Corredor Interoceánico de Tehuantepec, uno de los grandes afanes inversores del régimen de la Regeneración Nacional? ¿Se metió en la camisa de once varas de objetar la imposición de la alcaldesa cancunense Mara Lezama como candidata al Gobierno de Quintana Roo y está pagando el coste? ¿Acaso el pasado accidente ferroviario en el Istmo sirviera de pretexto para ajustarle las cuentas?...

Quién sabe...

Marín y Andrés Manuel se conocen de hace más de medio siglo.

Es cierto que la pericia y la capacidad de gestión no son atributos de algunos de los mejores y más confiables amigos y fieles seguidores del Presidente en sectores estratégicos del Gobierno.

Pablo Gómez, el nuevo jefe de la Inteligencia Financiera, tiene sobradas cualidades políticas, por ejemplo, pero ninguna experiencia administrativa.

La secretaria de Educación, Delfina Gómez, es un costal de despropósitos en el que debiera ser el sector primario del cambio estructural del país (entre otros: se han cerrado ya las pocas escuelas de tiempo completo cuando apenas se iniciaba su recorrido como alternativa para vigorizar la enseñanza básica con un mayor y mejor tiempo entre alumnos y maestros).

Y menos tiene estatura de Estado la sucesora de Julio Scherer Ibarra en la Consejería Jurídica de la Presidencia, María Estela Ríos.

De Gertz, ni hablar. Es un estorbo para dos cosas: para procurar justicia y para simular que se hace. Pero Gertz es un estorbo con fuero y eso es una piedra en el zapato casi inamovible.

En tal contexto, no hay expedientes de la trayectoria de Marín en la administración pública federal, aunque su caso podría no ser distinto al de otros relevados o en ejercicio, pero del mismo modo de limitada capacidad en el servicio público de primer nivel.

El Presidente no tiene cuadros de alto perfil con quien contar.

(Acaba de ser destituido, también, por un cúmulo desorbitado de delitos e irregularidades de su responsabilidad, el vetusto octogenario Ignacio Ovalle -del circulo privilegiado, en sus días de poder, de los repudiados expresidentes Echeverría y López Portillo, y cómplice de los negocios delictivos de Raúl Salinas de Gortari en las empresas estatales para el abasto popular que terminó desmantelando la extrema privatización neoliberal obrada por su hermano Carlos Salinas en favor de sus familias favoritas de la oligarquía-, jefe alguna vez de Andrés Manuel y nombrado por este, apenas llegado a la Presidencia, al frente de la empresa estatal Seguridad Alimentaria Mexicana, decisiva en la política social y que tendrá un papel clientelar determinante en el proceso sucesorio del veinticuatro.)

Lo cierto es que, cual jefe máximo, a Andrés Manuel le importan más las conveniencias políticas de las lealtades, que las lealtades afectivas en sí mismas si se tornan políticamente inconvenientes y prescindibles. (A fin de cuentas los amigos y los fieles pillados en la trampas del abuso de poder y puestos de patitas en la calle, son los mejores trofeos del régimen de la anticorrupción y la regeneración moral: no hay piedad ni tolerancia para las fallas de nadie, ‘pues ni que fueran hijos de uno’.)

Y lo mismo encumbra AMLO a uno de sus incondicionales a la posición más destacada, que a la menor afectación lo derrumba para siempre de su interés político, y lo exhibe y lo estigmatiza y lo expulsa del círculo de sus afectos.

Es muy temperamental y reactivo para la causa del poder, y muy insensible y frío frente al destino ulterior de sus amigos y aliados caídos, que ya son legión en la Siberia del olvido, la frustración, el desencanto y, a menudo, la impotencia y el rencor.

A medio camino –cuando la cuesta arriba es más ardua y se exigen renovadas energías y arrestos- y atrapado entre innegables conflictos de interés y de popularidad, Andrés Manuel está siendo más presa de sus emociones que de su instinto y su cálculo político.

No cuenta con liderazgos fiables, reconocidos y eficaces para gestionar los frentes más críticos de su proyecto. Los más experimentados y competentes y hábiles de su entorno, Ebrard y Monreal -más allá del titular de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, que no puede librarse de los ecos y las zozobras de su antecesor Antonio Herrera, despedido sin explicaciones en el camino del engaño hacia el Banco de México, pero quien no cuenta con piso aparte más allá del técnico y en el sector financiero- tienen proyecto político y equipo propios. (Porque más que gobernar la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum es gobernada desde Palacio Nacional. Y el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, es sólo un doble del patriarca.)

Y es la hora más crítica y decisiva de su trayecto. Y está perdiendo aliento y serenidad -de la que de por sí tiene muy poca-.

Y en el poder, mientras más se avanza, más flancos se abren y más capacidad de resistencia adquiere el enemigo. Le está pasando a Putin (a dos décadas de lo que fuera un impecable y en apariencia invencible mandato, como muy pocos en la Historia). Le está pasando a Andrés Manuel (a tres años de andar sin el menor peligro).

Y ahora mismo, las candidaturas ganadoras de su partido y en su nombre son, todas, un perfecto desastre de pérfidos intereses defendidos por cúpulas y grupos negociadores de la misma pésima reputación, y han causado enormes desencuentros y divisionismos militantes en las entidades, con la consecuente merma del liderazgo presidencial (cuya popularidad, defendida en el contagio de la fe y en el milagro de la regeneración moral, es el aval electoral de todas).

Ahora tocará ver cuántas y cuáles de esas candidaturas son exitosas. Y en esa medida, y en la del grado inevitable de progresiva descomposición del partido presidencial, podrá dimensionarse el saldo de la fuerza de ese partido y de la trascendencia de la ‘Cuarta transformación’.

SM

TRABAJA PODER JUDICIAL DE LA MANO CON BARRAS Y COLEGIOS DE ABOGADOS

CANCÚN.- Con el firme compromiso de fortalecer los vínculos institucionales, el Magistrado Presidente del Tribunal Superior de Justicia y del Consejo de la Judicatura, acompañado de las Magistradas, Magistrados, Consejeras y Consejero, instalaron una mesa de trabajo con las y los representantes de los Colegios y Barras de Abogados en la entidad, cuyos temas tratados serán considerados en el cumplimiento de los Ejes que conforman el Programa para la Impartición de Justicia, contribuyendo al fortalecimiento de la seguridad y la cultura de la paz.

EN QUINTANA ROO, LAS MUJERES VÍCTIMAS DE LOS CRIMINALES SUFREN TAMBIÉN EL OLVIDO DE LAS AUTORIDADES

Las agresiones, violaciones y asesinatos de mujeres se han incrementado en los últimos años de manera alarmante, principalmente en la zona norte del Estado, donde la pobreza, el hacinamiento y la inseguridad son mayores. Si bien varios casos están ligados a actividades de la delincuencia organizada, como la trata de blancas y el narcomenudeo, otros son crímenes pasionales, muchas de las veces provocados por sus parejas o conocidos. En los últimos 17 años, en Chetumal han ocurrido varios feminicidios que, en su mayoría, han quedado sin resolver debido a las graves omisiones de las autoridades judiciales, que en su tiempo estuvieran encabezadas por figuras tan opacos como Bello Melchor Rodríguez Carrillo, Francisco Alor Quezada y Gaspar Armando García Torres, quienes estuvieron más tiempo protegiendo los ilícitos de los gobernadores priistas de turno que haciendo justicia a las familias de Jazmín, Adriana, Lorena, Karla, Yureidi, Lidia, María, Addisbel, Dana, Érika y, lamentablemente, muchas otras más, que tuvieron que sufrir no sólo la muerte, sino también la indolencia de las autoridades.

Javier Ramírez

De acuerdo con cifras del Banco Nacional de Datos e Información sobre Casos de Violencia contra las Mujeres (Banavim), coordinado por la Secretaría de Gobernación (Segob), hasta marzo de este año se han registrado en Quintana Roo 132 mil 158 casos de violencia contra las mujeres, 91 mil 201 más que la cifra que se tenía en 2020, siendo la violencia psicológica las más denunciada, seguida de la física y la económica, que sufrieron a manos de 107 mil 355 hombres y 4 mil 068 mujeres.

La Fiscalía General del Estado reportó que en 2021 hubo 25 feminicidios, 18 de los cuales fueron resueltos, mientras que sólo siete continuaban siendo investigados.

Sin embargo, estos números contrastan por completo con los otorgados por los grupos feministas. En el informe denominado “Sombra de Feminicidio en Quintana Roo”, elaborado por el colectivo Siempre Unidas Muchuuk Balo’on, A.C., se dio a conocer que en realidad fueron 53 las muertes de mujeres ocurridas el año pasado, de las cuales 26 sucedieron en el Municipio de Benito Juárez, 10 en Solidaridad, 5 en Tulum, 4 en Othón P. Blanco, 2 en Felipe Carrillo Puerto y en Isla Mujeres y una en Bacalar, Cozumel, Felipe Carrillo Puerto y José María Morelos.

Las víctimas, de entre 5 y 60 años de edad, eran tanto mexicanas como cubanas, estadounidenses, salvadoreñas, guatemaltecas, hondureñas y alemanas, y en total dejaron 19 menores huérfanos. El 30 por ciento de ellas fueron asesinadas en sus viviendas, siendo el 28 por ciento de los agresores sus parejas y exparejas.

Cuestionadas acerca de la diferencia que existe entre las cifras dadas por las autoridades estatales y las que los colectivos tienen, las activistas revelaron que casos como el de Rocío M., muerta el 25 de mayo en el Municipio de Othón P. Blanco, no fueron documentados, lo que resulta preocupante, puesto que puede haber muchos más casos sin identificar. Ellas, indicaron, tuvieron que hacer sus propias investigaciones, obteniendo información con amigos y familiares de las víctimas.

Especialistas aseguran que desde que se decretó en 2017 la alerta de género en la entidad, las autoridades de los tres niveles de Gobierno no han atendido de manera adecuada los casos, que no han hecho más que crecer y quedar impunes.

Son varios los casos que han conmocionado a la población en los últimos 15 años, principalmente en la zona sur del Estado, que ha sufrido menos la llegada masiva de inmigrantes y donde los cinturones de miseria son prácticamente nulos, a diferencia de lo que se vive en Cancún, Playa del Carmen y Tulum.

Lamentablemente, conforme pasan los años y los crímenes y la impunidad continúan, los casos parecen hacerse más comunes y, lo que es peor, sufren la censura de los medios oficiales, que para evitar las críticas y daños a la imagen de los polos turísticos y sus autoridades, los minimizan por completo.

Por ello, se vuelve necesario recordar a la sociedad que cientos de familias aún imploran por justicia. Estos son algunos de esos casos.

Adriana

El caso de Adriana Méndez Delgado, acontecido en 2006 en la capital

del Estado, fue el primero en sacar a la luz la ineficacia y corrupción de las autoridades policiacas.

El 19 marzo de ese año, la joven fue vista por última vez afuera de una discoteca. Luego de tres días de intensa búsqueda por parte de sus familiares, su cuerpo fue encontrado maniatado y decapitado en un predio de la comunidad de Cocoyol, en la Ribera del Río Hondo.

En ese entonces el principal sospechoso de las autoridades fue Eduardo Aguillón Moreno, exnovio de Adriana, pero no pudieron comprobarle nada ni mucho menos asegurarlo. A los pocos días el sujeto se mató arrojándose de la azotea de su casa.

El entonces procurador de Justicia del Estado, Bello Melchor Rodríguez Carrillo, anunció meses después la detención del presunto asesino, Rafael A.D., alias ‘el Chiquis’, pero el juez penal no encontró elementos en su contra y fue absuelto en 2009.

Su familia nunca volvió a tener avances del caso ni mucho menos pudo localizar la extremidad de Adriana, pues aunque en diciembre de 2018 fue localizado un cráneo en un predio baldío del Boulevard Bahía y se especuló que pudiera tratarse del de ella (al ser el único caso de esta índole ocurrido en Chetumal), no se pudo saber determinar su origen.

Jazmín

La tarde del 22 de noviembre de 2008, Jazmín Iridián Jiménez Ramos, de 10 años de edad, fue enviada por su madre a comprar a una tienda cercana a su casa, en la colonia Proterritorio de Chetumal, pero nunca más regresó. Al día siguiente su cuerpo semidesnudo fue encontrado en un terreno baldío del Fraccionamiento Arboledas, a unas cuantas cuadras de su hogar. Había sido violada y acuchillada hasta morir. Junto al cuerpo habían encontrado una camiseta del equipo Chivas, una botella de licor y el arma homicida.

Las autoridades establecieron un fuerte operativo policiaco basándose en la descripción que testigos dieron sobre un presunto sospechoso, el cual, vestido con una playera del referido equipo de fútbol y a bordo de una bicicleta, había contactado a la pequeña cuando estaba en la calle.

El caso de Adriana Méndez Delgado, acontecido en 2006, fue el primero en sacar a la luz la ineficacia y corrupción de las autoridades policiacas. El 19 marzo de ese año, la joven fue vista por última vez afuera de una discoteca de Chetumal. Luego de tres días de intensa búsqueda por parte de sus familiares, su cuerpo fue encontrado maniatado y decapitado en un predio de la comunidad de Cocoyol, en la Ribera del Río Hondo. En ese entonces el principal sospechoso de las autoridades fue Eduardo Aguillón Moreno, exnovio de Adriana, pero no pudieron comprobarle nada ni mucho menos asegurarlo. A los pocos días el sujeto se mató arrojándose de la azotea de su casa.

Cinco días después, el 28 de noviembre, la Procuraduría encabezada por Bello Melchor Rodríguez anunció con bombo y platillo la detención del presunto asesino, Aníbal M.M., de 34 años de edad, vecino del Fraccionamiento Arboledas.

De acuerdo con la versión de las autoridades dada a conocer en esa fecha, fue su esposa, Minelia P.K., quien había denunciado que estaba escondido en el Ejido Chichonal, en Tabasco. Además, se dijo que un niño lo identificó como el sujeto que habló esa tarde con Jazmín.

Sin embargo, el presunto negó en todo momento las acusaciones, asegurando que cuando ocurrió el hecho estaba trabajando y que después había acudido a una tienda a comprar adornos navideños.

Lo peor fue que debido a la negligencia con la que operaron los peritos de la entonces Procuraduría, las huellas dactilares del asesino no fueron encontradas en las prendas de la niña ni en el cuchillo con el que la ultimaron. Además, la ropa interior de la pequeña, en la que habían quedado fluidos del asesino, fue mal procesada y terminó siendo destruida al quedar contaminada.

Las autoridades tampoco pudieron -ni quisieron- pagar la prueba de ADN para probar el crimen de Aníbal, por lo que al final de cuentas salió en libertad dos años y ocho meses después.

La culpabilidad de Aníbal nunca fue probada y quedó como un ‘chivo expiatorio’ debido a un pésimo trabajo de las autoridades.

Lorena

El 15 de agosto de 2012 fue detenido Noé Loeza Galera, acusado de la muerte de quien fuera su jefa y pareja sentimental, Lorena Esther Cauich Uicab, quien había sido reportada como desaparecida en noviembre de 2010.

De acuerdo con una declaración de Loeza Galera en video, que fue

El 22 de noviembre de 2008 la pequeña Jazmín Iridián Jiménez Ramos, de 10 años de edad, fue enviada por su madre a comprar a una tienda cercana a su casa, en la colonia Proterritorio de Chetumal, pero nunca más regresó. Al día siguiente su cuerpo semidesnudo fue encontrado en un terreno baldío del Fraccionamiento Arboledas, a unas cuantas cuadras de su hogar. Había sido violada y acuchillada hasta morir. Junto al cuerpo habían encontrado una camiseta del equipo Chivas, una botella de licor y el arma homicida. Cinco días después, el 28 de noviembre, la Procuraduría encabezada por Bello Melchor Rodríguez anunció con bombo y platillo la detención del presunto asesino, Aníbal M.M., de 34 años de edad, vecino del Fraccionamiento Arboledas. Pero la culpabilidad de Aníbal nunca fue probada y quedó con un ‘chivo expiatorio’ debido a un pésimo trabajo de las autoridades.

entregada a los medios de comunicación por parte de la Procuraduría General del Estado -en ese entonces encabezada por Gaspar Armando García Torres-, Lorena sostenía una relación extramarital con él, con quien trabajaba en la delegación de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) en Chetumal.

Una tarde de noviembre, cuando estaban en la casa de Noé, ambos discutieron y pasaron a los golpes. Noé no habría medido su fuerza y provocó que la joven se golpeara con el marco de una puerta, perdiendo la vida instantáneamente.

Al no poder reanimarla, Loeza planeó desaparecer el cuerpo utilizando un fogón con el que su madre preparaba tamales. Así, luego de tomar las llaves de su carro y llevarlo al estacionamiento de la referida dependencia (hecho que supuestamente había sido grabado por la cámara de seguridad del lugar), quemó el cadáver utilizando 20 litros de gasolina. Luego de esto arrojó los restos en una zona baldía cercana a su casa.

Posteriormente el joven aseguró haber sido torturado por los elementos judiciales para dar una declaración falsa, amenazando incluso con matar a su madre y a su familia.

Noé continúa preso en el Cereso de Chetumal, pese a que las autoridades no habrían podido comprobar que en verdad los restos que hallaron eran de Lorena, ni tampoco supieron explicar cómo Noé pudo quemar el cuerpo por completo dentro de su casa, ni cómo pudo llevar el carro de la hoy occisa hasta el referido estacionamiento, si ni siquiera sabía conducir.

Karla, Yureidi, Lidia y María

Entre los pocos casos que no quedaron inconclusos o en los que aparentemente no se cometieron errores judiciales, están los de cuatro mujeres que fueron violadas y asesinadas por quien sería considerado el primer ase-

sino serial de Chetumal, Jorge Alberto Rosales Piña, alias ‘el Chacal’.

En 2012, las autoridades ya habían recibido el reporte de la desaparición de dos mujeres, Karla Sofía Gutiérrez Pascual y Yureidi Aguilar Sáenz. Luego de una serie de investigaciones, descubrieron que ambas tenían en común a Rosales Piña. Tras conseguir una orden de cateo a su vivienda ubicada en la colonia Solidaridad de Chetumal, encontraron los cuerpos de las dos jóvenes dentro de la fosa séptica. El sujeto fue detenido, pero faltaba lo peor.

Tras confesar los crímenes, relató a las autoridades que había una tercera víctima dentro de la referida fosa. Los peritos regresaron al siguiente día y ubicaron el cuerpo de María Esther Taleno Segovia, quien también había sido reportada como desaparecida.

Además, el criminal dio el nombre de una cuarta mujer, Lidia Stracy Rincón Torres, quien había sido encontrada muerta cerca de la escuela CBTA 11. Las cuatro habían sido estranguladas.

‘El Chacal’ fue condenado a varios años de prisión.

Ataques, también a turistas

Muchos otros casos han quedando impunes, tanto en la zona sur como en la zona norte. Basta recordar la agresión que sufrió la joven cubana Addisbel P. a manos de quien fuera su jefe, el empresario Rolando Castro Santeliz, alias ‘el Rolo’, en la colonia Primera Legislatura de Chetumal, en diciembre de 2018. El ataque fue tan brutal, que perdió 29 dientes y sufrió fractura de quijada y pérdida de los globos oculares. El presunto, quien fue liberado esa misma noche debido a una mala actuación de policías municipales, continúa prófugo.

Las agresiones contra jóvenes extranjeras, en su mayoría turistas, también se han vuelto una constante en la zona norte del Estado.

Uno de los primeros en haber trascendido y que incluso contó con el apoyo internacional, fue el de Dana Rishpy, joven perteneciente a una de las familias más prominentes de Israel, quien en la primavera de 2007 había llegado a Quintana Roo para vacacionar. Sin embargo, se le perdió la pista cuando llegó a Tulum.

La búsqueda de las autoridades de los tres órdenes de Gobierno contó con la ayuda del Mossad israelí y el FBI estadounidense, pero nunca fue encontrada.

Las investigaciones habían arrojado que al llegar a Tulum el 31 de marzo conoció a un turista alemán, a quien le pidió que guardase su equipaje. Esa noche Dana desapareció de una fiesta celebrada en el hotel Mezzannine, donde había conocido al estadounidense Mathew Ryan Walshin, quien a la semana llamó a la familia de Dana para decirle que no la había visto en día y tenía su mochila.

La Procuraduría del Estado, cuyo titular era Bello Melchor Rodríguez, había hecho un desastre en la averiguación, al grado de asegurar que la turista había viajado a Guatemala.

Ryan se convirtió en el principal sospechoso, luego de que regresara

a Estados Unidos y trascendiera que años antes había sido acusado de drogar a una joven de la Universidad de Santa Cruz para violarla.

En marzo de 2008 fue detenido en Cancún un ciudadano húngaro narcomenudista, por su presunta participación en la desaparición. También en abril de 2009 las autoridades federales informaron sobre la detención de una mujer, amiga personal de Ryan. Ambos fueron trasladados a la Ciudad de México para ser interrogados, pero no se volvió a saber de ellos. El caso continúa abierto.

En octubre de 2019, fue confirmado el asesinato de Érika Sánchez Basaldúa, de 25 de edad, originaria de Querétaro, y quien trabajaba en el hotel Azulik, de Tulum. Había sido vista por última vez el 15 de junio de ese mismo año, cuando salió de trabajar. Su familia y amigos iniciaron una intensa campaña para tratar de localizarla.

Su cuerpo fue encontrado descuartizado, en el interior de una maleta, la madrugada del 21 de agosto, en el Fraccionamiento Misión de las Flores, en Playa del Carmen. Y el principal sospecho fue su exnovio, quien desde entonces está prófugo.

2021, otro año triste para las mujeres

El año pasado un caso tomó relevancia internacional, no sólo porque la víctima fue una extranjera, sino porque fue a manos de las autoridades policiacas.

El 28 de marzo, una patrulla con cuatro agentes acudió a una tienda de conveniencia de la cabecera municipal de Tulum, al recibir el reporte de una persona que se comportaba agresiva con empleados y transeúntes. Se trataba de Victoria Salazar, de 36 años de edad, quien intoxicada por el alcohol puso resistencia al verse rodeada por los policías.

Una agente la sometió en el suelo con la fuerza suficiente para fracturarle varias vértebras, lo que le provocó la muerte. El hecho fue grabado en video por varias personas, lo que demostró la nula capacidad de los policías para inmovilizar a la hoy occisa, así como para prestarle atención cuando comenzaba a convulsionar.

Victoria, quien tenía visa humanitaria, dejó a dos jóvenes huérfanas. Sus cuatro victimarios fueron detenidos. Su caso fue comparado con el de estadounidense George Floyd, ocurrido en mayo de 2020, quien también fue víctima de la brutalidad policiaca.

El 25 de agosto, Lucely J., de 26 años, acudió a una entrevista de trabajo en las instalaciones del hotel Bahía Príncipe, en Tulum. Cuatro días después fue hallada muerta en medio de la selva. Las cámaras de seguridad del C5 ayudaron a identificar al asesino, Fredy Francisco M.T., quien también había ido al referido hotel a buscar empleo. El sujeto la convenció para conocer un cenote. Cuando la joven quiso escapar, la asesinó a golpes y abusó de ella. Finalmente enterró el cuerpo y robó sus pertenencias.

A finales de noviembre, Dayami Lozada, de 44 años de edad, conocida como “La Barbie de la salsa”, fue asesinada de cinco disparos por su pareja, en el interior de su vivienda en la Supermanzana 201 de Cancún, cuando sus dos hijos estaban en un cuarto. Dos sujetos fueron detenidos como presuntos responsables, pero una línea de investigación indica que pudo haber sido mandada a asesinar, por dar información del narcotráfico a las autoridades.

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