Pinceladas
Santiago J. Santamaría Gurtubay *Columnista Colaborador
¿Hay en el mundo un lugar en donde es posible nacer, pero no morir? Si es que existe, suena a algo así como la utopía ideal de Tomás Moro y sería, en consecuencia, un sueño de la razón. Está en el archipiélago ártico de Svalbard, próximo a Noruega. Se llama Longyearbyen, en las Svalbard. Se encuentra situada en la isla principal, Spitsbergen, a 78 grados y 15 minutos de latitud norte, esto es: a unos 1,500 kilómetros del Polo Norte. Es la ciudad poblada más septentrional del planeta, con temperaturas que pueden sobrepasar en el invierno los 50 grados bajo cero. En ella hay pubs, discoteca, piscina climatizada, iglesias, escuelas, hoteles, restaurantes, hospital, concesionarios de coches, supermercados, casas de varios pisos, Internet y un periódico diario. Pero no hay cementerios que acojan enterramientos desde hace unos 70 años. ¿Es que nadie muere en Longyearbyen? No es eso. Lo que sucede es que en esta ciudad está prohibido morirse. Todo responde a una serie de paradójicas razones. La primera, el estatus político del archipiélago. Aunque en teoría la
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a expansión del nuevo coronavirus SARS-CoV-2, surgido en la ciudad china de Wuhan a finales de 2019, continúa sumando nuevos casos. Aunque el brote de China y Europa se encuentra bajo control, el virus se expande con fuerza en América, sudeste asiático y Oriente Próximo. En cifras totales, más de 6.5 millones de personas de más de 185 países del mundo han sido diagnosticadas de covid-19. De ellas, 2.8 millones ya se han curado y 380,000 han perdido la vida. España es el quinto país del mundo con más casos detectados, por detrás de Estados Unidos, Brasil, Rusia y Reino Unido. El 31 de enero se confirmó el
soberanía de estos territorios es noruega, la ONU no ha aceptado todavía de una forma clara esa circunstancia y, por ejemplo, perviven en el tiempo reclamaciones sobre derechos pesqueros en el área: entre otras, una española, ya que los primeros pescadores de ballenas de la zona fueron, a principios del siglo XVII, arponeros vascos. Además de eso, los rusos mantienen una explotación de carbón al sur de Longyearbyen, Barentsburg, que cuenta con administración propia, fuera del control noruego, y población estable de 800 almas. Así que el estatus impreciso de las Svalbard permite que la vida en las islas sea más anárquica que en la Noruega continental.
LONGYEARBYEN, UNA CIUDAD DONDE ESTÁ PROHIBIDO MORIRSE primer positivo en suelo español, pero fue a partir de marzo cuando los diagnósticos empezaron a aumentar de forma exponencial. La estabilización de los casos confirmados llevó al Gobierno a presentar un plan por fases para la salida del confinamiento el pasado 29 de abril, cuya desescalada se comenzó a aplicar en media España el 11 de mayo. El 70% de la población española se encuentra ya en fase de liberación del confinamiento. Otra señal positiva es que la variación de crecimiento de los casos diagnosticados día a día sigue disminuyendo. En mes y medio se pasó de un crecimiento diario de más de un 42% a menos de un 0.5%. estosdías I
08/06/2020
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