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Emprendedores. GEN emprendedor

Los emprendimientos en CA y el mundo vivieron un impulso en la pandemia. Hoy se impone la agilidad para pivotear los cambios.

Con la pandemia del Covid-19 los emprendimientos propios tuvieron un impulso significativo en todo el mundo y Centroamérica y el Caribe no fueron una excepción. No solo porque hubo negocios que debieron cerrar y gente que se quedó sin empleo, sino que muchos sintieron que lo sucedido era la oportunidad para cambiar de vida. Es una tendencia que se cruzó con la del “gran renuncia”. Claro que emprender implica mucho más que tener una buena idea o incluso disponer del financiamiento (uno de los aspectos más complejos en la región). Esa idea requiere ejecución, equipo, análisis de mercado, capacitación y un contexto institucional que acompañe.

Un problema para la gran mayoría de los emprendimientos de Latinoamérica y Centroamérica es el riesgo constante de caer en lo que las escuelas de negocios denominan “el valle de la muerte”, es decir, cuando son insolventes. Los especialistas subrayan la distinción entre “emprendimiento” y “autoempleo” (en el que se enrolan los microemprendimientos sociales).

Más allá de la especificidad de cada emprendimiento y las realidades heterogéneas de los países de Centroamérica, las cualidades que los expertos entienden que todo emprendedor debe tener son, básicamente, agilidad para pivotear los cambios de contexto; la persistencia y el empeño, y la creatividad para encontrar respuestas nuevas a necesidades o para adaptar las opciones ya existentes. Insisten en la capacitación y en el estudio del contexto donde van a moverse.

Fundada en 1997, Endeavor es la comunidad de emprendedores tecnológicos de más alto impacto del

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Envíe sus comentarios a cartas@estrategiaynegocios.net mundo. A través de una red global de servicios, ofrece acceso a mercados, talento y capital. No cuenta con una oficina localizada en Centroamérica. Desde la institución advierten que, muchas veces, se “subestima” lo que es emprender y plantean que siempre se requiere un estudio de viabilidad técnica con estimaciones “realistas”. Entienden que lo mejor es empezar con una iniciativa que no sea un “megaproyecto”.

Desde Endeavor Miami, Sara Lila, fundadora de “La Fábrica” en Nicaragua, asegura que lo primero es comprender que los emprendedores requieren de diferentes habilidades en las diferentes etapas de su iniciativa. No es lo mismo en el lanzamiento que cuando empieza a escalar. En el primer momento, asegura, es crucial que se apropien del problema que están buscando solucionar, que tengan convicción.

Subraya que es muy valorada la resiliencia y la capacidad de escuchar, de aceptar el feedback: “Levantarse y seguir. Escuchar. Si se ve a una persona terca, cerrada, ahí no es. Todo eso va de la mano con la agilidad, con la capacidad de instrumentar y moldear la solución en la forma adecuada”. Para graficar apunta una iniciativa para crear una plataforma para conectar a padres de familia que, originalmente se piensa con dinero, pero al detectarse que los participantes no aceptan ese intercambio, debe virar hacia otras alternativas.

Emprendedores Que Se Equivocan

La gestión de las expectativas y del fracaso son dos características que los expertos mencionan. Desde la consultora Ilab, fundada en 2014 en México por Víctor Moctezuma, un administrador de empresas con experiencia en varias multinacionales, apuntan que emprendimientos y fracasos van de la mano y que si bien no es posible evitar el fracaso del todo, sí se pueden reducir las posibilidades que suceda. Una de las formas es el conocimiento; un estudio de la Asociación de Emprendedores de México señala que no estar capacitado provocó el 34% de las caídas de iniciativas.

“Mientras más conocimiento tengan los emprendedores y los empresarios de los desafíos a los que han de enfrentarse, más posibilidades tendrán de estructurar sus empresas a prueba de golpes de incertidumbre –indican en Ilab–. Los empresarios y emprendedores necesitan aprender a equivocarse pero no solo eso, sino a que cada error aporte fortaleza a la organización. Necesitan aprender a generar nuevas ideas de negocio y a probarlas al menor costo, porque eso evitará una exposición muy alta al riesgo”.

Lila admite que en Centroamérica hablar de los fracasos es “contraproducente” todavía mientras que en Estados Unidos es “valorado”. “Se reconoce a quienes

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