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NancyMARTÍNEZCarolina MADRID LA CHOCOLATIER HONDUREÑA QUE ROMPE ESQUEMAS

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Nancy está al frente de Ibagari, una empresa familiar que nació en 2015 y se ha consolidado como un emblema de lo mejor del chocolate del país. Ibagari significa “vida” en garífuna, uno de los idiomas ancestrales que se hablan en Honduras y que ahora conquista paladares alrededor del mundo.

La empresa produce chocolate gourmet con cacao de La Másica, Atlántida, y desde 2017 también es la firma responsable de “Ibagari Chocolate – La Casa del Cacao Hondureño” la primera chocolatería y tienda de productos y bebidas derivados de cacao.

“El primer reto al que me enfrente era fundar la primera procesadora de cacao de capital 100 % hondureño. Era un rubro en el cual no había experiencia local y definitivamente fue todo un reto”, dice Nancy quien recuerda lo difícil que fue la puesta en marcha y tener todos los equipos requeridos para elaborar todos los productos bean tobar(desde el grano a la barra)”.

Otro reto, dice la fundadora y directora ejecutiva de Ibagari, fue la inauguración de la primera tienda de chocolates y productos derivados de cacao a nivel nacional, en la ciudad de San Pedro Sula. Reconoce que introducir productos completamente nuevos -que eran desconocidos en ese entonces por los hondureños- no fue fácil.

A sus 34 años de edad reconoce que desde sus inicios las bases fundamentales para su desarrollo y crecimiento como empresaria se resumen en dos palabras: conocimiento y la innovación, conceptos que le han permitido abrir un nuevo y delicioso mercado, además de ser una embajadora de su país ante el mundo.

Mujeres Desafiantes Honduras De La Portada

Es escritora, investigadora, activista feminista, licenciada en Letras de la UNAH. Entre sus obras destacan obras como Antología de Narradoras Hondureñas e Infinito Cercano, entre otras.

Jessica SÁNCHEZ

La Afilada Pluma Que Defiende A Las Mujeres Hondure As

ENTREVISTA POR: GLORIA RODRÍGUEZ

Conocida en el mundillo literario como Jessica Isla, la hondureña Jessica Sánchez es una de las voces más críticas en Honduras y defensora de las mujeres que sufren de la violencia cotidiana que llega hasta al feminicidio.

Se considera feminista desde muy joven -aunque reconoce que no se nombró así hasta que conoció a las grandes maestras del feminismo moderno Marcela Lagarde y Rita Segato-, Jessica se ha forjado como gran defensora de derechos de las mujeres.

Pertenece a esa primera generación de escritoras y activistas que se dio a la tarea, junto con sus compañeras, de dar a conocer en su país del trágico concepto del feminicidio (acto de violencia extrema contra las mujeres por el hecho de ser mujeres).

Durante la pandemia, Jessica alzó la voz sobre la creciente cifra de feminicidios y de denuncias de violencia en los hogares; críticas a las que sumaron una corte de descréditos hacia su papel como sociedad civil organizada y que pusieron en riesgo su seguridad personal.

Pero los riesgos no son ajenos a Jessica. Durante el Golpe de Estado de 2009, fue de las primeras en salir a las calles junto con sus compañeras para acuerpar el rechazo a la ruptura del orden constitucional y los hechos que llevaron a la expulsión de Manuel Zelaya, no solo de la silla presidencial, sino del país mismo.

Fue allí, en las calles, con los gases y la represión, que nació el movimiento de Feministas en Resistencia, nombre con que se agruparon las principales organizaciones que defienden los derechos de las mujeres en Honduras.

Raquel dice que mantener activos los mecanismos de libre expresión durante el golpe de Estado de 2009 se tradujo en amenazas hacia su integridad física y personal. Tuvo que exiliarse un tiempo.

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