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VIVIENDA TURÓ PARK
from #32
En este proyecto una mezcla de estilo mediterráneo con influencias europeas y africanas se conjuga con una equilibrada selección de piezas singulares de arte y diseño.
Esta vivienda de generosas dimensiones ofrece una atmósfera atemporal e inspiradora. Un elaborado estudio del color llena de vida todos los ambientes, mientras una selecta colección de piezas de diseño le confieren al hogar su carácter exclusivo. El objetivo del proyecto fue renovar el espacio preservando, recuperando y rejuveneciendo los elementos preexistentes de la vivienda, ubicada en una finca de los años 20.
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En esencia la vivienda es un espacio representado por claras influencias mediterráneas, europeas y étnicas, principalmente africanas. Destaca una mezcla de elementos de mobiliario y decoración, donde confluyen el arte figurativo, el surrealismo y el expresionismo con la abstracción en arte, la artesanía y numerosas piezas singulares de mobiliario.
Algunas lámparas son piezas únicas y diseñadas exclusivamente para el proyecto por Omar Sherzad. Gran parte de los cuadros lleva la impronta del artista contemporáneo Iñaki Moreno. Las alfombras son de lana iraní. Las plantas, de Casa Protea, aportan el toque de frescura ideal.
Sin lugar a dudas, la pieza estrella de la sala principal es la gran mesa-escultura Leda, diseño de Salvador Dalí, de BD Ediciones. Se trata de una gran mesa de centro de 190 cm de largo, sobre la que destaca un huevo hecho en mármol de Carrara, un diseño extraído del cuadro “Femme à tête de roses" (1935) gracias al extremado detalle de la pintura de Dalí.
En la pared central de esta sala, una pareja de cuadros en blanco y negro colma el espacio de agilidad y dinamismo. A un lado, el sofá se ha colocado estratégicamente en sentido contrario a la entrada de luz, creando un efecto intimista y acogedor. Junto a este y sobre una mesita blanca, pieza única diseñada por el propio Alex March, destaca la lámpara de sobremesa de la serie Bach, diseñada en 1970 por la pareja de arquitectos Federico Correa y Alfonso Milá.
Para el lado opuesto, se ha elegido un cabinet diseñado por la arquitecta y diseñadora francesa Charlotte Perriand, en 1958. Con la intención de darle a este diseño la importancia que merece, se han seleccionado únicamente dos piezas decorativas para colocar sobre este mueble: un cuadro hecho a base de piezas originales del artista italiano Piero Fornasetti y una escultura de Julio Bono.
Como en la sala principal, la luz natural baña toda la zona de comedor. El punto de partida es una base de paredes en crudo, con un suelo de madera maciza de roble. Las carpinterías se han mantenido en su madera original, mostrando así la belleza de su desnudez orgánica.
El icónico banco Batlló, diseñado por Antoni Gaudí, hace de majestuoso hilo conector entre el salón y el comedor. Sobre este banco, un cuadro de los años 70, de autor desconocido, luce gracias a un cromatismo que armoniza con el resto de elementos.
La mesa de comedor, en madera natural, es un diseño de 1960 de Jordi Vilanova. Esta pieza de líneas puras y tonalidad oscura, contrasta con las formas abstractas y el blanco de las sillas Houdini, icónicas piezas diseñadas por Stefan Diez.
Lejos de la opulencia, el dormitorio es un refugio de calma y equilibrio que ofrece un descanso placentero. Se apuesta por una gama cromática que se mueve entre el blanco y las tonalidades en crudo y distintos marrones de la madera natural. Las reminiscencias africanas se consiguen con piezas como la lámpara de pie de madera Phare, de Omalight y una escultura de José Berlanga (1981).
Destaca un clásico atemporal del diseño del siglo XX, la butaca de Charlotte Perriand
“Bauche 1946”, en madera y paja, aportando el toque rústico junto con un taburete en madera maciza de los años 50. •
Estudio: Alex March Studio
Superficie: 260 m²
Terraza: 4 m²
Estilismo: Erika G.