Los valores de la ética en el contexto del teletrabajo
Ricardo Guzmán Pérez 1er Lugar Categoría Ensayo Certamen Literario OEG (2023)
El teletrabajo constituye una modalidad laboral que se ha expandido a muchos países como estrategia para generar empleos de manera flexible y a la vez economías en los costos de producción. Desde una perspectiva general, el teletrabajo es la utilización de las Nuevas Tecnologías de la Información y Comunicaciones (NTIC) para que los empleados puedan realizar la mayor parte de sus funciones desde el lugar residencia habitual o desde otros centros remotos fuera de sus oficinas o entorno laboral presencial regular (Carrasco, 2021) Las NTIC permiten, entre otras cosas, una gran flexibilidad horaria, trabajar de manera virtual o a distancia, así como por cuenta propia, bajo el influjo de nuevas modalidades gerenciales o manera de laborar. De ahí la importancia que ha ganado el teletrabajo como modalidad laboral que se fundamenta en las NTIC para que funcione y se puedan alcanzar los objetivos impuestos Es claro que el teletrabajo, como ente tecnológico y determinante para la competitividad, beneficia tanto a las organizaciones privadas y públicas, como a los empleados (Guzmán & Abreo, 2017 y Jiménez & Castellanos, 2013)
El teletrabajo no necesariamente implica ser una herramienta novedosa mediante la cual los empleados pueden llevar a cabo su función laboral, ya que se viene utilizando desde la década de los 70
Ha sido el desarrollo de las NTIC, desde el último tercio del siglo pasado, así como el efecto ocasionado por la pandemia (COVID-19), lo que provocó un crecimiento exponencial en la utilización del teletrabajo. De hecho, un elemento muy positivo inherente al teletrabajo es la autonomía y flexibilidad que crea, lo cual puede ser asociado a satisfacción laboral y mejor desempeño (Carrasco, 2021; Cid, 2021; Jiménez & Castellanos, 2013). Ante esta realidad, se enfatiza en que las organizaciones públicas tienen de frente el gran reto de adaptarse rápidamente a los diversos, complejos y dinámicos requerimientos de los ciudadanos dentro de entornos económicos difíciles. Igualmente, enfrentan dichos requerimientos en el contexto de cambios tecnológicos continuos y de sucesos y eventos de otra índole, como se vio manifestado con la pandemia (COVID-19).
El Teletrabajo en el Gobierno de Puerto Rico
En el caso de Puerto Rico, aunque ya se venía hablando de implementar alguna modalidad de teletrabajo para los empleados del gobierno desde el año 2017, no fue hasta el 9 de abril de 2020 que se estableció como política pública; es decir, a semanas de haber comenzado la cuarentena impuesta por la pandemia (COVID-19)
Mediante la aprobación de la Ley Núm. 36 de 2020, conocida como “Ley de Trabajo a Distancia del Gobierno de Puerto Rico”, se implementó y desarrolló el teletrabajo o trabajo a distancia, como una opción laboral para todo empleado gubernamental que cumpla con ciertos requisitos establecidos. Según la propia Ley, con su aprobación se pretendió agilizar los procesos, reducir los costos de servicios públicos y alquileres, y brindar una opción de trabajo más flexible para los empleados gubernamentales. Con la aprobación de la referida ley y la publicación de las comunicaciones emitidas por la Oficina de Administración y Transformación de los Recursos Humanos (OATRH)e, el Gobierno de Puerto Rico dio un paso de transformación cultural organizacional muy importante. También, para los empleados que cualificaron y se acogieron a la nueva modalidad, resultó ser un cambio de gran trascendencia, marcado, de igual manera, por el manejo y los protocolos existentes para enfrentar el COVID-19
La incorporación del teletrabajo en al ámbito gubernamental acarrea una serie de retos, así como la necesidad de un personal que sea competente, inclinado a la innovación y; a la vez, comprometido con su agencia pública y los objetivos de ésta (Dapena, 2020; Ramírez & Perdomo, 2019; De Guzmán, 2018) De hecho, la adopción de esta modalidad laboral plantea grandes asuntos éticos en cuanto a su impacto en la manera de actuar de los empleados, en las condiciones laborales, en la salud y en las conductas negativas que pudieran presentar. En ese sentido, se espera una respuesta correcta de todos los componentes de la agencia ya sea de parte de los propios empleados que teletrabajan, así como de sus supervisores. Cuando se es responsable en el uso de la tecnología se proyecta integridad, honestidad y el empleado muestra un deseo por capacitarse ante el cambio para establecer así altos estándares de desempeño profesional (Esteves & Solano, 2021; De Vries, Tummers & Bekkers, 2019; Villalba, 2017). De igual forma, se acepta la responsabilidad del trabajo, tomando en cuenta y velando siempre por la salud, privacidad y bienestar general para así evitar, entre otras cosas, conflictos y problemas éticos. El asunto ético guarda una importancia mayor cuando es claro que el teletrabajo ha ganado terreno y adeptos dentro del ámbito gubernamental. Esto se hace evidente en una investigación llevada a cabo en el año 2023 con el propósito de identificar el nivel de adaptación que ha tenido la modalidad del teletrabajo en el servicio público en Puerto Rico. En el referido estudio, un 96% de los empleados participantes dijeron estar de acuerdo o muy de acuerdo en haber alcanzado un nivel de adaptación adecuado.
El 97% expresaron que su agencia les proveyó el equipo necesario para poder llevar a cabo las funciones mediante el teletrabajo; mientras, que un 96% dijeron poseer el suficiente conocimiento necesario en la tecnología y servicio de internet para poder trabajar a distancia (Guzmán, 2023).
De igual forma, el 93% mencionó que tenían un área física adecuada para poder desempeñarse cabalmente mientras teletrabajan (Guzmán, 2023).
En el mismo estudio, el 100% de los empleados mostraron la necesidad de recibir más capacitación sobre el manejo de tiempo y organización de trabajo para poder llevar a cabo de forma más eficiente sus funciones de manera remota (Guzmán, 2023). Atado a lo anterior, contrasta que el 70% expuso que habían recibido el adiestramiento necesario para llevar a cabo sus funciones a distancia y el 30% alegó no haberlo obtenido (Guzmán, 2023). Esto hace evidente que la capacitación y adiestramiento es esencial para que los teletrabajadores puedan realizar sus labores sin caer en conflictos o problemas éticos. En lo que respecta al desempeño laboral, un 95% de los empleados dijeron haber mejorado su ejecución mientras teletrabajan (Guzmán, 2023).
La Ética Dentro del Contexto del Teletrabajo
La aceptación y adaptación que ha tenido el teletrabajo dentro del sector público en Puerto Rico convierte el tema de la ética en uno de gran relevancia y de mucha pertinencia, ya que implica consideraciones muy específicas relativas a la responsabilidad, integridad y privacidad dentro de un entorno laboral que ha resultado ser nuevo para muchos. En la medida que el teletrabajo se ha vuelto más común, se han planteado desafíos y cuestiones éticas que van atadas a la supervisión, seguridad de los datos y privacidad ética y el balance que debe existir entre la vida laboral y la personal
Supervisión
Uno de los grandes desafíos éticos que plantea el teletrabajo está asociado a la supervisión de los empleados
En la medida en que las agencias públicas buscan garantizar la eficiencia y la calidad del trabajo de los empleados que laboran a distancia, pueden surgir problemas de privacidad y confianza Por un lado, está la legítima preocupación de los supervisores de asegurarse que los empleados sean productivos y cumplan con sus responsabilidades versus el derecho que tienen los trabajadores a la privacidad y a no sentirse constantemente vigilados (Daud, & Ahmad, 2020; Smit, 2020; Vitak, Blasiola, Patil, Litt, & Ashktorab, 2015). La tecnología actual permite el monitoreo remoto, lo que lleva a cuestionamientos sobre cuándo y en qué medida es ético realizar un seguimiento a las actividades que realicen los empleados. La vigilancia constante de dichas actividades puede llevar a una intromisión en la privacidad, lo que mina la confianza y la autonomía que se debe promover bajo el teletrabajo.
La solución a este asunto se fundamenta en la transparencia y el equilibrio. La supervisión ética implica encontrar un equilibrio entre la necesidad de atender y verificar las acciones de los empleados y la confianza mutua que establezca. Las agencias deben establecer políticas de supervisión bien definidas, comunicarlas a los empleados y permitir que éstos participen en la definición de los límites. La comunicación abierta y la definición clara de objetivos y expectativas son esenciales para resolver este desafío ético que trae consigo el teletrabajo (Daud, & Ahmad, 2020; Smit, 2020; Vitak, Blasiola, Patil, Litt, & Ashktorab, 2015). Igualmente, la confianza tiene un rol fundamental en este proceso, ya que se debe valorar la responsabilidad individual y evitar el micro manejo o micro manipulación. Es esencial confiar en que los empleados cumplirán con sus responsabilidades sin la necesidad de una supervisión excesiva. Los supervisores deben respetar la privacidad de los empleados y garantizar que cualquier monitoreo sea legal y ético.
Seguridad de los Datos y Privacidad Ética
Otro gran desafío, que implica un elemento crítico dentro del contexto del teletrabajo, es la seguridad de los datos, ya que el acceso a sistemas e información desde ubicaciones remotas acarrea riesgos cibernéticos (Daud, & Ahmad, 2020; Smit, 2020; Vitak, Blasiola, Patil, Litt, & Ashktorab, 2015). Las agencias tienen la responsabilidad de proteger su información confidencial, así como aquella provista por los ciudadanos que acuden a recibir la variedad de servicios. De otra parte, los empleados deben tener la garantía de que sus datos personales no serán objeto de filtraciones de cualquier tipo pues queda claro que la recopilación y el manejo de éstos debe darse dentro de un ambiente ético y legal.
En la ética de seguridad de datos debe existir, de igual forma, la transparencia y el respeto por la privacidad. Las políticas claras de seguridad de datos, así como la capacitación de los empleados son elementos fundamentales para alcanzar garantías de que se están tomando las medidas éticas adecuadas de privacidad (Daud, & Ahmad, 2020; Smit, 2020; Vitak, Blasiola, Patil, Litt, & Ashktorab, 2015). En ese sentido, la solución a este desafío requiere de sólidos protocolos de seguridad cibernética y el debido respeto a la privacidad para garantizar que la recopilación y el uso de los datos se ajusten a las normativas internas vigentes en cada agencia y a la vez cumplan con las leyes aplicables Equilibrio entre la Vida Laboral y Personal El establecimiento de límites claros entre la vida laboral y personal es otro gran desafío ético que puede traer consigo el teletrabajo y puede llegar hasta dificultar el mismo Este hecho, plantea dilemas éticos que tienen que ver con el derecho del empleado a desconectarse y lograr un equilibrio apropiado entre su vida laboral y personal para así evitar el agotamiento y el estrés
Los valores de la ética en el contexto del teletrabajo
De esta manera, el reconocimiento del derecho de los empleados a desconectarse del trabajo y disfrutar de su vida personal representa un desafío ético fundamental
La ética con relación al equilibrio entre la vida laboral y personal se basa en la necesidad de establecer límites claros y precisos Las agencias deben honrar el tiempo libre de los empleados y evitar ejercer una constante presión para que estén disponibles más allá de las horas laborales. Mientras, los empleados tienen que ser responsables en la fijación de límites para cumplir con sus obligaciones laborales. Entre las soluciones que existen para superar este desafío, destacan el promover la capacitación necesaria para el manejo y la gestión del tiempo, el establecimiento de límites y horarios de trabajos claramente definidos y el promover una cultura que valore la salud y el bienestar de todas las partes, respetando, de manera concreta, el tiempo libre de los empleados (Daud, & Ahmad, 2020; Smit, 2020; Vitak, Blasiola, Patil, Litt, & Ashktorab, 2015).
Conclusión
El teletrabajo representa una profunda transformación dentro del entorno laboral en el Gobierno de Puerto Rico, que ha visto su aplicación de manera abrupta y quizás no con el ritmo más pausado que llevaba antes de la llegada del COVID-19 en el año 2020. Es una alternativa laboral que llegó para quedarse, formando parte de la vida rutinaria de muchas personas en un proceso de transformación que ha dejado ver, no sólo los elementos positivos que ha acarreado, sino que también grandes retos y desafíos en su logística y aplicación. Precisamente, aunque el teletrabajo ofrece beneficios significativos, presenta grandes desafíos éticos, que las agencias y los empleados deben atender y abordar proactivamente. Después de todo, la ética y el teletrabajo están intrínsecamente entrelazados en la sociedad del presente y por tal razón sus desafíos y retos deben ser enfrentados con mucha sensibilidad y respeto por todas partes que interactúan en el mismo.
La atención debe centrarse en la supervisión, la protección de los datos y el equilibrio entre la vida laboral y personal. La ética dentro del contexto del teletrabajo se fundamenta en lograr un punto de equilibrio entre la eficiencia laboral y el bienestar de los empleados, respetando, al mismo tiempo, la privacidad, asegurando el manejo de los datos y la información. Todo esto, enmarcado dentro de los objetivos y metas de las agencias y de las responsabilidades y funciones que tiene que asumir el empleado que labora a distancia. En última instancia, el éxito del teletrabajo está ligado a la capacidad de abordar estos dilemas éticos y fomentar un entorno laboral que sea justo, ético y sostenible.
Centro
Los valores de la ética en el contexto del teletrabajo
Referencias
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De Guzmán, A. (2018). Home office como estrategia para la motivación y eficiencia organizacional. Palermo Business Review, 18, 337-351.
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