amantaní, lago titicACA
Isla de luz
La energía solar gana terreno en las comunidades rurales de Puno. Ahora las islas de Amantaní y Taquile no solo son iluminadas por las estrellas, sino también por la luz eléctrica generada por paneles solares.
Amantaní es una de las joyas mejor guardadas del lago Titicaca: una isla plagada de estrellas adonde aún no llegan muchos turistas. Un programa de la Unión Europea instaló allí tres equipos solares, y ahora cuatro comunidades cuentan con energía y acceso a internet. Para ellos, el sol también sale de noche. Texto y fotos de Diego Oliver.
Marianne Van Steen y José María Gonzales y Gonzales, son homenajeados en el colegio primario de Lampayuni.
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a visita de Marianne Van Steen, consejera de la Delegación Europea en el Perú, y del equipo encargado de la gestión e instalación de kits solares en tres colegios de la isla de Amantaní, tuvo en vilo a cerca de 500 pobladores de esa isla del Los paneles y aerogeneradores tienen lago Titicaca. No era para menos, se trataba capacidad de producir hasta 1,400 vatios en de las personas que les proporcionaban la condiciones estándar de radiación y vientos. forma de “conectarse con el mundo” a través de un sistema de conexión satelital y laptops nuevas; prueba de ello sería la conversación a distancia que tendrían las autoridades y los alumnos del colegio local de la comunidad de Sancayuni con la comisaria de la Unión Europea (UE), Connie Hedegaard, y el embajador del Perú ante la misma, al día siguiente. La delegación llegó a la isla cerca de las 2 de la tarde del 30 de noviembre. Estaba liderada por Van Steen, José María Un enorme Gonzáles y Gonzáles, Jefe de la Unidad séquito de músicos se del Programa Euro-Solar (Bruselas), y Griet desplegó para Schoutens, la Asistente Administrativa. Un acompañar a la pequeño bote que demoró cuatro horas en ilustre visita. recorrer los 38 kilómetros que distancian a Amantaní de Puno los trajo hasta el muelle de la comunidad de Lampayuni. La bienvenida se veía a un kilómetro de distancia: cientos de pobladores, hombres y mujeres, viejos y jóvenes, y una banda de música en vivo tocando una repetitiva melodía de quenas que las más jóvenes bailaban girando sus polleras. Cuando la delegación pisó tierra fue recibida por dos grandes filas de amantaneños que formaban un largo callejón, y absolutamente todos les dieron la mano. Y cuando los invitados ya habían cruzado ese callejón musicalizado en el que, al estilo hawaiano, les colgaban uno o más collares de flores nativas, el gran equipo amantaneño de recibimiento caminaba detrás de los invitados convirtiéndose en un inmenso séquito que los acompañó hasta la plaza de la comunidad. Ahí fueron recibidos por los representantes de la comunidad, a falta de la alcaldesa de la isla, con cachangas y té de Los alumnos conversan muña. Los nombraron protocolarmente uno por vía satélite con la uno para agradecerles por la instalación de los comisaria Connie paneles solares y a Van Steen le otorgaron un Hedegaard de la UE. Al costado, el embajador Jorge Valdez.
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“varayoc” (bastón de mando) convirtiéndola en “Autoridad Honoraria”. Luego la ceremonia se realizó otra vez en la plaza, donde repitieron sus nombres y cargos. Y luego otra vez en el colegio de primaria. Y luego en el colegio de secundaria. “Los amantaneños son así, muy protocolares”, explicó Carlos Joo, facilitador de la segunda etapa del proyecto.
Y LA LUZ SE HIZO El proyecto Euro-Solar nace de la cumbre ALC-UE que se realizó en Lima en el 2008. En ella se acordó la cooperación entre la UE y los países de América Latina y el Caribe para implementar sistemas de electrificación rural con energías renovables. De esta forma, la UE ha invertido casi treinta millones de euros en 600 comunidades de Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Ecuador, el Perú, Bolivia y Paraguay, donde se han instalado kits solares para proveer de electricidad limpia y servicios dependientes de energía en zonas donde al Estado le es imposible (o muy costoso) instalar grandes generadores de electricidad. Ese monto representa el 80% del total bajo una figura en que el 20% restante es asumido por los países beneficiarios. Cada kit solar que ha sido colocado en los colegios incluye la instalación de 6 paneles solares (de 170 voltios) y un aerogenerador. Estos pueden producir cerca de 1,450 vatios por hora en las condiciones standard de radiación y viento. El proyecto dota a cada colegio de una antena satelital, un módem y laptops para la creación de una sala de computación (algo imposible antes, a falta de energía eléctrica), un módulo de salud con una refrigeradora para conservar vacunas y sueros, y un purificador de agua ultravioleta. La isla de Amantaní tiene 64 kilómetros cuadrados y una población de 4,000 personas. Cerca de la mitad tiene entre 0 y 17 años, lo que significa que unos dos mil pobladores se encuentran en etapa escolar. El uso de energía solar en Amantaní no es novedad. Tampoco lo es en Puno. “Solo este año he instalado 200 paneles en Puno y alrededores”, cuenta Omar Peralta, técnico de
Electrosol Puno. Por la noche, es posible ver numerosas casas con focos prendidos, lo que da cuenta de la importancia y rentabilidad de la energía solar. “Cada kit solar cuesta unos 1,800 soles y permite tener unos tres focos de baja potencia prendidos, una radio pequeña y un televisor en blanco y negro”, continúa. Es curioso ver postes de luz por la isla cuando sus pobladores alegan que no tienen energía eléctrica hace años. “Durante el primer gobierno de Fujimori se le ofreció a los pobladores elegir la forma de electrificar el pueblo y eligieron el uso de un motor electrógeno”, dice un periodista local. “Luego se dieron cuenta de que les salía muy caro el petróleo”. Ahora los postes son largos tubos de cemento con focos siempre apagados. El número de casas con paneles propios no es preciso. “Pero dónde sí hay hartos paneles solares es en Taquile, la isla del costado”, explica Joo. La isla de Taquile pertenece al distrito de Amantaní, pero sus pobladores no son quechuas sino aymaras, empezó a gozar de la industria turística desde los ochenta practicando el “turismo vivencial”, una experiencia que se basa en vivir como sus pobladores. Aunque Amantaní tuvo la misma predisposición, la experiencia taquileña fue más exitosa y generó una diferencia abismal entre ambas economías. En Taquile hay muchos paneles solares, televisores en casi todas las casas, equipos de sonido y, de noche, la isla está llena de luz.
“Vamos a hacer nuestra página web y un blog”, dijo el director del Colegio Artesanal Miguel Grau, después de que se instalaran allí los paneles solares. Aunque para algunos no residentes los efectos del turismo en Taquile tienen un impacto negativo en la cultura, son sus ingresos los que generan interés en las comunidades vecinas. Aunque los kits solares son, en teoría, para el uso de los escolares, es innegable el uso que los pobladores le quieren dar para desarrollar vías de comunicación con extranjeros y fomentar la visita turística que es todavía mucho más fuerte en Taquile. “Vamos a hacer nuestra página web y hacer un blog”, explicó el director del Colegio Artesanal Miguel Grau de Lampayuni, Abel Villasante. La teleconferencia con la sede de la Unión Europea se hizo desde el colegio local de Sancayanui sin problemas. Se habilitó el módulo de computación y algunos alumnos y profesores pudieron comunicarse con la comisaria Connie Hedegaard y el embajador del Perú, Jorge Valdez. Los chicos no entendían muy bien cómo era eso de la comunicación “vía satélite”, pero la emoción era visible cuando respondían las preguntas de una mujer que estaba a un océano de distancia. Por lo pronto, son cuatro las comunidades de Amantaní que ya tienen un kit solar y serán 130 en total en el Perú, el número más grande de comunidades de todos los países asistidos. Los kits ya están instalados y se estima que en unos 90 días se instalen las antenas para luego enlazarlos con el satélite del Ministerio de Educación. El Perú se está conectando. n